Acotaciones
- Diálogos
" "Pensamientos
&&&&& Cambio de escena
( ) Bueno, hay un par de frases en japonés e inmediatamente su traducción.
Entraron tranquilos tomados de la mano al departamento, era algo tarde por lo que el tiempo que les quedaba para pasar juntos ese día no sería demasiado, peor igual había que aprovecharlo. La idea de Sesshoumaru consistía ayudarla con alguna tarea que tuviese y sólo disfrutar de la compañía mutua, pero la de ella distaba bastante.
- ¿Quieres té?
- Frío… con hielo por favor… -la miró sin demostrar en lo más mínimo su extrañeza pero fue hacia la cocina por él, algunos minutos regresó con el vaso y la vio en la sala sentada sólo esperando por él, le extendió la bebida y ella la tomó junto con su mano para sentarse juntos.
- ¿Qué te dijo el doctor exactamente?
- Que me cuidara por dos semanas, no patines, no tenis.
- ¿Sólo eso? –preguntó mirándola con seriedad.
- Sí –sonrió dejando el vaso en la mesa cercana - ¿Cuándo te irás de nuevo? –preguntó ya habituada a sus constantes ausencias provocadas por "visitas a museos fuera de la ciudad" según él le decía.
- En dos semanas, pero será rápido, estaré de vuelta al día siguiente por la tarde. ¿Por qué?
- Curiosidad – lo último fue susurrado ya muy cerca de los labios del hombre que fueron besados de inmediato.
Una caricia sutil y dulce lo envolvió de pronto, Lin lo abrazó con ternura mientras continuaba sólo rozando sus labios una y otra vez casi jugando. De repente Sesshoumaru la tomó por la cintura con el mismo cuidado y la atrajo hacia sí lento, hasta terminar con la distancia entre sus cuerpos y poder sentir el ritmo todavía tranquilo de su corazón contra su propio pecho. Se quedaron así algunos minutos disfrutándose hasta que ella misma rompió la caricia sonriendo provocadora como nunca antes la notó Sesshoumaru.
- En un mes es la boda de Ii… ¿Iremos juntos verdad?
- No creo que a tu familia le guste verme en la boda de tu hermana. –afirmó él con voz indiferente pero con la razón de su lado.
- A ella sí… sé que cuando lo sepa no se molestará, además para ese día mis padres ya lo sabrán –él la miró inquisitivo y frío. - Les diré pronto, unos días antes, ya no quiero que nos ocultemos más, ya no quiero estar rodeada de mentiras. – dejó su mirada miel clavada en la castaña sin saber cómo podía verla a los ojos mientras escuchaba "no quiero estar rodeada de mentiras", si él no hacía otra cosa más que engañarla desde que se conocieron. "Pero en verdad te amo…" –pensó para defenderse de sí mismo. Cuando regresó a la realidad la chica dejaba un vaso semi vacío en la misma mesita y se acercaba con una mirada que ya conocía bien, algo tramaba.
Lin hizo que quedaran a muy poca distancia y rozó una vez sus labios, fríos a causa de la bebida, con los de él. Luego empezó a pasearse por su cuello dejando la misma baja temperatura por la blanca piel. Sesshoumaru la dejó continuar deleitado por la sensación que sus besos dejaban marcada hasta que sintió algo de temperatura más baja que le arrancó un escalofrío del cuerpo. Ella se acomodó un poco para estar más confortable rodeada por sus brazos fuertes mientras deslizaba poco a poco un pequeño hielo por su cuello besándolo al mismo tiempo, la espera mientras el agua fría se tornaba cálida fue algo tortuosa para el hombre que se dio cuenta de todo lo que la chica consiguió despertar en él.
Cuando por fin terminó con su pequeño juego, Lin regresó a sus labios para besarlos con pasión desmedida, suficiente para hacerlo perder el control por completo. Posó sus manos en la cintura de la chica para sostenerla con fuerza y luego la recostó con suavidad en el sillón. Él quedó algo encima mientras sus alientos nunca se separaron. El corazón de Sesshoumaru latía con demasiada fuerza dentro de su pecho y su interior parecía arder cuando por fin dejó la boca de la chica para pasar a su cuello y sus oídos que besó y llegó a mordisquear con desesperación de sentirla suya. Así sin darse cuenta empezó a hacerle al amor con la mente, imaginó sus pieles tocarse y sus cuerpos unidos hasta que la sensación cálida dentro de sí le hizo darse cuenta de lo que hacía y de que no podía dejarse llevar así, no antes de decirle la verdad y mucho menos después de hacerlo. Con un movimiento delicado y mucha renuencia se apartó de ella poniéndose de pie y sin poder mirarla, ya que de notar ahora su belleza la voluntad no le sería suficiente para escuchar a la cordura.
Lin lo miró alejarse y lo siguió con los ojos castaños clavados en todo su ser, pudo sentir su corazón apresurado y sus labios palpitantes que pedían ser besados pero el mensaje fue muy claro, además ella también sabía que ese no era el mejor momento para hacerlo.
Cuando Sesshoumaru estuvo al fin solo luego de dejarla cerca de su casa como siempre, entró en su pequeño gimnasio para desahogar algo de la energía acumulada ahí aunque todo lo que tenía en mente era estar a su lado, con ella en todas las formas posibles, quería amarla con todo su ser. Pero nada de eso era ni sería posible nunca.
Pasaron algunos días como copias unos de otros, siempre Lin provocándolo cuando él menos lo esperaba y sin saber todo lo que implicaba contenerse al hombre de los ojos dorados. Los planes iban bastante bien, faltaba poco para dos días que serían decisivos en su vida y trataba de mantenerse tranquila. Una de las cosas que estaba por hacer era decirle a sus padres sobre su relación con Sesshoumaru.
- ¿Crees que le esté pasando algo malo? –escuchó la voz de su madre al acercarse a la recámara de ambos progenitores.
- Te preocupas demasiado –respondió un apuesto inglés mientras Lin se detenía sigilosa a husmear donde no debía pero al parecer la situación lo ameritaba.
- Desde hace meses que casi no está en casa…
- ¿Miente sobre dónde va?
- No…
- Entonces mujer, cálmate, no hay razón para que te preocupes. Ella es muy tranquila, te aseguro que no está haciendo nada que no aprobáramos.
- Sí –respondió más aliviada su madre- es cierto, seguramente sólo sale con sus amigos y a cosas de la escuela… nunca hemos necesitado prohibirle nada ni mantenerla en casa.
- Es una buena hija.
Lin sintió que los ojos se le llenaron de lágrimas y se recargó en la pared un segundo antes de ir a su recámara casi corriendo y cerrar la puerta tras de sí, en un par de segundos todo lo que imaginó y planeó para decir la verdad se vino abajo delante de sus ojos. "Prohibirle…" retumbaba en su mente lo que su madre dijo.
"¿Prohibirme verlo? –pensaba con dolor- No pueden detenerme… quiero estar con él… Sesshoumaru… mi Sesshoumaru… no pueden prohibírmelo… te amo, te amo demasiado…". Así se le pasó la noche oscura y eterna deseando a cada minuto estar con él y poder sentir su cuerpo cerca para protegerla y amarla. Cuando el amanecer se dibujó en el cielo y un nuevo día inició recordó que esa misma mañana él se iría a una de sus visitas. "Ya pasaron quince días desde… -sonrió- mañana será… pero ahora necesito verte… sólo verte". Tomó todas sus cosas lo más rápido que pudo y se arregló para ir a la escuela a pesar de que era muy temprano. Estaba frente al espejo ya dándose los últimos toques cuando su padre entró como todas las mañana para despertarla.
- Madrugaste.
- Sí –sonrió- es que hay algo importante que debo hacer… sólo que no me había dado cuenta. Me iré temprano ¿No importa?.
- Claro que no, voy a pedirte un taxi.
- Gracias.
Algunos minutos después la puerta del departamento de Sesshoumaru s cerraba con delicadeza, dejó sus cosas en el suelo caminó sigilosa hasta la habitación donde lo encontró con los ojos aun cerrados sobre la cama. De la misma forma tranquila llegó hasta rozar sus labios un par de veces antes de ser correspondida con un dulce beso.
- ¿Qué sucede? –preguntó él mirándola a los ojos.
- Tenía que verte antes de que te fueras. –sonrió y él la besó de nuevo acariciando las suaves puntas de su cabello que caían desordenadas a sus costados. - ¿Regresarás mañana por la tarde? –él asintió- Perfecto te estaré esperando. –sonrió y se besaron nuevamente antes de que partiera hacia la escuela.
Sesshoumaru entró en el departamento y lo primero que percibió fue un suave aroma a flores que envolvía el lugar, una sonrisa se dibujó en su inexpresivo rostro mientras dejaba las cosas en el suelo y la buscaba con la mirada. Unos instantes después la vio, llevaba el cabello negro suelto que caía sobre sus hombros cubiertos sólo por los delgados tirantes de un vestido naranja tenue con algunas flores blancas pequeñas y sutiles, la prenda cubría apenas un poco arriba de sus rodillas dejando ver todavía una tenue marca de su herida pero que ahora él no era capaz de notar.
- ¿Cómo te fue? –preguntó sin más como ignorando el ambiente que había preparado.
- Bien –respondió sin meditarlo mucho- ¿Y ésto?
- Vamos a almorzar… te lo diré después… -lo tomó de la mano para llevarlo a la mesa pero fue sorprendida por un abrazo fuerte que la envolvió varios pasos hasta terminar con un beso.
Almorzaron conversando como siempre y una vez que terminaron Lin dejó que las cosas siguieran un curso normal, hicieron algo de tarea que ella tenía, leyeron un rato y salieron a dar una vuelta por el parque cubierto de niebla algo más espesa de lo normal. Estando ahí paseando él le preguntó de nuevo la razón de esa tarde especial pero ella de nuevo se negó a darla ya que su verdadero motivo todavía no debía ser descubierto. Regresaron al departamento poco antes del atardecer.
- Debo hacer algunas cosas, vamos al estudio.
- No… -se negó con cortesía y ocultando una risa traviesa- estoy algo cansada ¿Puedo dormir un rato?
- Claro… ¿Prefieres que ya te lleve a tu casa?
- No, mejor instálame en tu cama -sonrió iniciando el trayecto a la habitación, cuando llegaron ella se recostó en la cama y le extendió una mano que él tomó y besó con ternura pero al intentar soltarla fue detenido, Lin halo hacia ella al tiempo en que se sentaba.
Se besaron con tranquilidad por pocos momentos hasta que la misma chica profundizó la caricia acercándolo más, posó sus manos en la espalda de Sesshoumaru y se recostó de nuevo llevándolo con ella. La besó con fuerza en los labios varias veces saboreando la embriagante esencia, después se paseó por su cuello despacio despertando su piel y arrancando más de un suspiro de su garganta. Sesshoumaru se dio cuenta de cómo estaba, perdiendo toda razón así tan cerca de ella, besándola y empezando a bajar por su escote con sólo una pequeña distancia que separaba sus cuerpos, divagó por la idea de detenerse pero antes de concretarla Lin hizo un movimiento juntando sus caderas con lo cual no pudo evitar quejarse por el escalofrío que lo recorrió y hacerla estremecer con su virilidad.
Al saberse en esa situación fuera de sí, intentó separarse pero la mujer entre sus brazos no se lo permitió. Se miraron a los ojos unos segundos en los que Lin le pidió en silencio ser amada en ese momento y Sesshoumaru al no tener nada en su ser además de ella decidió hacerlo así.
Las distancia entre sus cuerpos terminó dando paso a nuevos besos apasionados y profundos, las manos de Sesshoumaru bajaron por sus costados hasta el borde del vestido que descorrió con lentitud acariciando sus piernas, sintió luego la ropa interior de la chica, una suave tela de encaje que no dudó en palpar con las yemas de los dedos hasta inmiscuirse un poco.
Lin lo sintió acariciándola de esa forma tan íntima y dejó sus labios para besar su cuello y posar sus manos en los botones de la camisa blanca. Con algo de torpeza los desabotonó y casi palpó su corazón latiendo con fuerza. Al retirarle la prenda lo vio semi desnudo ante ella y su piel pareció a traerla para comenzar a besar su pecho, con un sutil movimiento se giró para quedar encima de él y poder hacerlo con más libertad. Así siguió mientras con sus manos suaves puso las de él en sus caderas alzando la tela que ya le molestaba. Sesshoumaru entendió la señal y rozando su piel sacó el vestido por completo y fue entonces cuando se dio cuenta del conjunto que llevaba, todo de encaje blanco y casi transparente. Mirándola así no pudo resistirse a despojarla de la parte superior y apreciar por completo sus formas femeninas. Se irguió un poco tomándola por la espalda y comenzando a besar sus pechos primero con ternura pero conforme los suspiros de la chica se hicieron más frecuentes sus caricias se tornaron más marcadas y firmes.
Lin creyó por un momento que perdería la respiración mientras él la besaba así, guiada por el instinto se acomodó un poco sobre él y lo escuchó dejar escapar el aire de sus pulmones con fuerza mientras su masculinidad se hacía sentir entre sus piernas, demasiado excitante para ambos. Llevó sus manos hasta el pantalón y lo desabrochó sin interrumpir lo que él hacía, la reacción de Sesshoumaru fue recostarla de nuevo sobre la cama y volver a besar sus labios, la distancia ausente le hizo sentir sobre su fuerte pecho las formas desnudas de Lin, así que aproximó sus manos para sólo rozarlas con las yemas de los dedos.
Estando así le fue más fácil quitar el pantalón que le estorbaba junto con los boxers del hombre. Cuando lo tuvo así desnudo ente ella empezó dejando un dulce camino de besos húmedos sobre su cuello, uno detrás de otro; dulces y placenteros, pronto no se resistió a acariciar su virilidad sin mucho recato, de inmediato lo escuchó gemir con suavidad ante su caricia e intensificó algo el ritmo hasta que él se separó y la incitó a darse la vuelta.
Miró el cabello de Lin caer desordenado sobre su espalda y lo hizo a un lado para poder besar y acariciar su piel despierta. Bajó con lentitud hasta su cintura estremeciéndola mil veces, un poco más abajo se topó con la única prenda que vestía la chica, quitándola también despacio con otras embriagantes caricias más íntimas. Ella se movió para quedar de nuevo mirándolo de frente con los ojos inundados de lágrimas saladas y desconcertantes que brotaban lentas y sublimes para morir después al caer, besó sus labios con los propios palpitantes y rojos. Él la miró llorar y dudó un segundo pero la forma en que la conocía le hizo saber que las gotas cristalinas de su rostro no dolían. Lin posó sus manos en el pecho de Sesshoumaru acariciándolo mientras él se inmiscuía suave en su intimidad. Pocos instantes así se transformaron en una tortura que él decidió terminar.
La tomó por la cintura sin dejar de besarla y se introdujo algo en ella, Lin lo sintió algo dentro de sí y sus músculos se tensaron mientras sus labios pidieron un beso más profundo, si es que era posible. Conforme entró más, ella se estremeció hasta sentir algo de dolor provocado por la primera vez que alguien estaba así tan dentro de su ser, inconciente se quejó con debilidad. Sesshoumaru se detuvo dudando de haberla lastimado, la miró a los ojos con seriedad y ella respondió asiéndose a su espalda para recargar el rostro en su cuello. El gesto fue suficiente para que él continuara adentrándose con suaves movimientos, un vaivén lento que paulatinamente aumentó su intensidad hasta convertirse en envestidas casi rudas que los llevaron al éxtasis cuando un líquido tibio recorrió el interior de la chica. Así consumaron toda la pasión que el amor profundo les daba, con calma dejaron abrazados que sus corazones retomaran el ritmo normal al igual que sus respiraciones.
Un rato después estaban los dos, despiertos y juntos aunque la mente de Lin parecía ausente, estaba recostada boca abajo con el rostro sobre sus brazos cruzados en la almohada y la mirada perdida en el papel tapiz de la pared. Sesshoumaru la miraba desde hacía rato sin atreverse a decir nada, él estaba tan feliz como nunca de haber compartido todo en su ser con la mujer que amaba pero la actitud extraña de ella no le dejaba ver si se sentía igual o no.
- Es… diferente de lo que pensé… es muy personal… -habló por fin la chica en un tono de voz poco conocido para él y sin siquiera mirarlo. En un intento por entenderla puso una mano sobre su espalda desnuda pero no notó ningún cambio.
- ¿Te lastimé? –preguntó sin más y con su seriedad habitual, ella sonrió y negó con la cabeza en forma casi irónica.
- ¿Tú que crees? – respondió mientras se giraba para refugiarse entre sus brazos depositar pequeños besos en su pecho descubierto. – No lo hiciste, tú nunca me lastimarías. –lo dijo entre besos mientras Sesshoumaru la rodeaba con los brazos y sentía la confianza regresar envuelta del fantasma del engaño en el que vivía. – Te amo… te amo tanto como jamás imaginé.
Él se quedó en silencio sin saber qué decirle, la amaba, mucho más de nunca creyó posible, pero cómo decírselo en esas condiciones. Lo que él no sabía era que ella lo escuchó aquel día y que su silencio en ese momento no le significó nada. Lin se separó al fin y se sentó apenas cubriéndose con la sábana para tomar el teléfono.
- Hola… oye, necesito pedirte un favor… te lo explico después… ¿Puedo decirle a mi mamá que dormiré hoy contigo?... Sí, es que… por favor, prometo que te pondré al corriente después… gracias. –colgó el teléfono y lo miró sonriendo para después tomar de nuevo el auricular y llamar a su casa para avisar que dormiría con una amiga.
- No está bien –protestó él mientras la chica se acomodaba de nuevo entre sus brazos y besaba su pecho como hipnotizada. – debes regresar a tu casa…
- No –lo interrumpió- ai shiteru (te amo)… quiero quedarme… y hacer el amor toda la noche.
Él agachó el rostro y la miró mientras trataba que la razón le alcanzara para rebatir eso, pero le fue imposible, lo único que sentía ahora era pasión revivida en ese instante. Así se quedaron amándose más de una vez en esa noche que albergó a los amantes con su manto protector.
CoNTiNuaRá...
Hello! Primero un millón de disculpas... sé que demoré años y felices días... pero fue muy difícil redactar este capítulo. Ojalá que haya quedado bien... espero que el lemon esté lindo.
Un par de cosas... la hermana de Lin se llama Ii jaja es un nombre que vi en mi libro de japonés... es por eso, suena raro pero lindo, creo. El próximo capítulo ya está en mi cabecita pero no sé cuánto me tome transcribirlo, en 6 días tengo mi exámen de admisión a la univerisdad y creo que tendré poco tiempo, así que por favor les pido paciencia... jeje...
Ahora sí ya me voy, ya saben, dudas, comentarios, golpes jeje lo que sea es bien recibido. Mil gracias por lees y por tomarse la molestia de dejar un review.
