Acotaciones

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&&&&& Cambio de escena

Luego de una semana los dos fueron juntos a ver a Kagura, fue una visita algo difícil para los dos, que experimentaban nuevas sensaciones al estar juntos, al pasar por eso por primera vez, Sesshoumaru no estaba solo ahora y ella nunca entes estuvo tan cerca de algo así, de un problema tan grave. Pero al final tendrían otra prueba pro venir ese mismo día.

Entraron al departamento ya cerca del atardecer y de la hora en la que ella debía volver a casa, pero el deseo de estar juntos parecía empeñarse en detenerlos. Así estaban ya al pie de uno de los sofás cuando una duda se clavó en la mente de Sesshoumaru haciéndolo separarse un poco.

- ¿Aún… tomas las pastillas? –preguntó entrecortado mientras ella lo miraba pensando en cómo responder.

- ¿No te gustaría que tuviéramos un hijo juntos?

- Sabes que es imposible –respondió alejándose definitivamente.

- No es imposible, y sería perfecto…

- No, sabes cómo están las cosas, no puedo dejarte sola con un hijo, jamás me lo perdonaría.

- Kagura nos dijo… de algo nuevo, un tratamiento…. Siempre vamos a estar juntos y vamos a tener una familia… ¿Por qué no empezar ahora?

- Nada es seguro… son sólo suposiciones de ella. –fueron sus palabras en tono definitivo que dejaron pensativa a Lin.

- Es… mejor que ya me vaya –lo miró dolida e inició el camino hacia la puerta.

- Te llevo –dijo siguiéndola en silencio hasta el auto e iniciando el corto camino de la misma forma. Fuero algunos minutos tensos en los que nadie sabía que iba a decir o qué pensaba el otro, hasta que el auto se detuvo de nuevo.

- Nunca más… vuelvas a decir eso… promételo… -lo miró profundo con los ojos llorosos- y prometo nunca más querer irme así… por favor…

- De acuerdo. –Luego lo besó con desesperación y pasión, con deseos de saberlo suyo en ese momento y para siempre después de la primera desavenencia tenida nunca- Te amo.

- Yo también… mucho, muchísimo –después bajó del auto y dio unos pasos para luego regresar – Y como respuesta a tu pregunta… puedes estar tranquilo –sonrió de forma extraña en ella y emprendió el camino a casa sabiendo cómo interpretaría Sesshoumaru sus palabras.

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Era un sábado cualquiera en el que el plan era estar solos y tranquilos sin tener que cuidarse de que alguien pudiera verlos. Lin dijo que se encontraría con Kohaku en una plaza, pero su mirada profunda y algo húmeda; perdida en la nada y su sonrisa feliz y plena; misteriosa, le causaron cierta duda a su madre del lugar al que se dirigía. Cuando por fin salió, la mujer mayor sabía que la dirección era hacia la derecha pero al verla tomar la dirección contraria se preocupó más, llegando así al límite de sus sospechas. Con esa idea en mente subió a la habitación de Lin en busca de algo que le dijera qué hacía todo ese tiempo, la razón del cambio en la mirada de su hija.

Recorrió el lugar con la mirada más de una vez antes de atreverse a traspasar la privacidad de su hija. Fue al clóset y lo abrió con cuidado y lentitud, observó la ropa colgada y la de los cajones varias veces y siendo delicada de no tocarla. Después fue hasta la cama perfectamente tendida y se sentó en un lado suspirando cansada, uno de los cajones del buró cercano estaba entreabierto y al verlo así ago la impulsó a abrirlo.

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Lin y Sesshoumaru se encontraron en el parque como era usual, un beso en los labios fue su saludo y luego un par de vueltas alrededor de la manzana y sentarse en una banca algo escondida entre la ligera niebla y los árboles. Él inició un beso dulce y tierno en el que permanecieron jugando varios minutos mientras se tornaba apasionado.

Sin notarlo la chica introdujo sus manos en la gabardina abierta de él, poco a poco sintió su pecho fuerte debajo de la camisa y deseó tenerlo más cerca de ella pero no era el sitio más apropiado.

- Ya… vamos… a tu departamento –susurró entrecortado y con algo de trabajo por separarse pero ambos sabían que era la única forma de consumar lo que ahí iniciaron. De esa forma partieron al lugar más de ellos.

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En el interior del cajón noto muchas cosas que una mujer siempre tiene, junto con una libreta forrada por ella misma de forma vistosa, con la misma delicadeza de antes la alzó pero al hacerlo un papel rectangular cayó al suelo mostrando su lado blanco. Pronto la mujer se agachó para recogerlo y darse cuenta por fin de la verdad. Fue en un principio difícil de creer el ver a su hija besando a un hombre, un desconocido, pero sólo le tomó unos segundos atar todos los hechos que desde hacía más o menos un año pasaban con Lin.

Ya sin dudarlo abrió la libreta sólo para sorprenderse con lo que era una especie de álbum, llena de recortes de fotografías y escritos que, como leyó con rapidez, versaban sobre la relación que sostenían su hija y un hombre llamado Sesshoumaru. En apariencia el sujeto era mayor y estaban juntos desde un principio, desde que su hija comenzó a salir demasiado.

En una de las primeras hojas de encontraban varios pétalos de rosa secos adheridos con cuidado y al pie una leyenda que le indicaba una fecha de cumpleaños y un regalo. Igual entre esas hojas había un recorte de una dirección escrita a mano y la indicación de la primera vez que le preparó una sorpresa en su casa. Al ver esto último cerró de golpe la libreta y comenzó a caminar por la habitación preguntándose qué hacer, su primera idea fue llamarla al celular pero cuando la chica no respondió, fue demasiada su desesperación y su miedo. Así pensó que la otra opción era buscarla en el lugar del cual conocía la dirección.

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Estaba la mesa puesta casi por completo por la chica mientras Sesshoumaru terminaba de darse un baño cuando alguien llamó a la puerta, a Lin le pareció extraño "Debe ser algún vecino" –pensó mientras se alisaba un poco la playera que vestía y se sentía algo apenada por abrir la puerta vestida con ropa de él. Giró la perilla y sonrió para recibir a quien estaba afuera, pero la expresión de su rostro pronto cambió en cuanto notó a quien menos esperaba ver.

Así se quedaron algunos segundos, las dos n silencio sin saber cómo reaccionar ante la situación, la madre de Lin la miró mil veces de arriba abajo intentando creer ante qué estaba. Al fin Las manos de alguien se posaron en la cintura de la joven sólo para mirar por encima de su cabeza y darse cuenta del problema al que se enfrentaban.

- Mamá…

- ¿Por qué? –preguntó entre decepcionada y enojada.

- No… perdón… perdóname hay muchas cosas que tengo que explicarte.

- Es mejor que yo se lo diga –intervino Sesshoumaru preocupado por el tono de voz tembloroso de Lin.

- Usted no tiene nada qué decirme de cómo ella nos ha engañado a todos por quién sabe cuánto tiempo… Lin… te dimos toda la confianza del mundo y la echaste por la borda… no entiendo por qué no dijiste nada ¿Qué tiene este hombre¿Por qué? Tú ya o eres la hija que tenía ella nunca podría…

- Mama…. No es así –la interrumpió llorando.

- No me digas nada, ahora mismo vamos a ir a casa y a llamar a tu padre porque esto es sólo el comienzo te falta enfrentarnos a los dos juntos.

- Voy… a vestirme… -dijo sintiéndose una niña perdida y regañada, estando desilusionada y muy espantada de lo que podría venir. Entonces se fue caminando rápido hacia la habitación para mudarse de ropa, dejando solos a los otros dos.

- Señora, los tres somos personas adultas y podemos ver esto con calma, no es necesario hacer pasar a Lin un mal rato.

- Usted no puede decir nada, está muy claro que no le interesa en lo más mínimo el bienestar de mi hija, lo único que quiere es sacar provecho de ella, pero ya se terminó. Más le vale que no se acerque a ella nunca más me oye… no vuelva a buscarla o de lo contrario será peor para todos –luego se alejó del departamento bajando las escaleras con rapidez, pues no sabía de qué sería capaz si se quedara un minuto más frente a ese hombre que se aprovechaba de su hija. La chica regresó esperando encontrar a su madre pero al ver que Sesshoumaru estaba solo no dudó en abrazarlo con demasiada fuerza y miedo de no poder estar a su lado.

- No sé cómo llegó aquí… no se qué va a pasar.

- Pase lo que pase, no te enojes, no te separes de tu familia… no lo hagas por mi ¿De acuerdo?

- Claro que no… no te voy a dejar que me alejes con ésto. Nadie nos va a separar –lo besó en los labios con rapidez y salió corriendo del lugar para alcanzar a su madre.

Ya en el auto las dos mujeres iban en un incómodo silencio marcado por un mal presagio de que no sería nada fácil enfrentar lo que vendría. Al llegar a su casa la mujer le dijo que permaneciera en su habitación hasta que ella hablara con su padre, y así como una niña pequeña subió pensativa para perderse por algunas horas en sus pensamientos tristes y algo realistas sobre todo lo que ahora sucedería.

Las horas transcurrieron lentas y dolorosas para la chica que de cierta manera percibió lo que abajo se dijo, lo que su madre pensaba dentro de su enojo y la decepción de su padre al enterarse de todas las veces que mintió, además quedaba por ver cómo le reclamarían a Kohaku que nunca hizo otra cosa más que ayudarla. Ya pasado un buen rato del anochecer sus padres la llamaron para mirarla con ojos desilusionados y enfadados y avisarle que a partir de ese día no podría estar lejos de ellos más que en la escuela y Lin no dijo nada. Quizás debió hacerlo pero no se sintió con la fuerza de rebatirlo en ese momento, además conocía bien a su padre y la mejor manera de hablar con él era pasada la tormenta.

- ¿Cuánto tiempo¿Kohaku siempre lo supo? –fueron sólo algunas de la preguntas que su madre hizo frente al esposo.

- Poco más de un año… desde que nos conocimos… pero no metan a Kohaku, por favor, él sólo ha querido ayudarme, él ha visto como Sesshoumaru me hace feliz, es por eso que me ayuda.

- No digas eso, ese hombre no puede hacerte feliz –pareció explotar por fin su padre - ¿Y hasta cuándo pensabas decirnos? Si es que tenías en mente hacerlo.

- No lo sé… ya no sabía cómo después de tanto tiempo pero…

- Pero nada…. No tienes derecho de querer defenderte ahora.

- ¿Y edad?... ¿Y privacidad?...

- No me hables de eso –intervino su madre- estaba tan preocupada por tus extrañas actitudes, sé que entré en tus cosas y no debía hacerlo pero ahora que sé la verdad, me alegra haberlo hecho. –muchas palabras más se dijeron esa noche sin llegar a ningún acuerdo.

Así al día siguiente, y los tres o cuatro posteriores, su vida dio un giro radical donde ya no estaba con él, donde su único contacto era una llamada en horas de clase que parecía esfumarse y dejarla perdida en un mundo de soledad. Hizo el intento de platicar las cosas varias veces con alguno de sus padres pero nada parecía hacer que la perdonaran. Su hermana intentó interferir por ella pero la mismo Lin no la dejó.

Era ya la sexta noche que pasaba sin él y afuera se notaba la oscuridad de una noche triste, bajó las escaleras ya bastante tarde y encontró la luz del estudio prendida, algo temerosa decidió ver si alguien estaba en el interior y ahí sentado, bastante pensativo encontró a su padre, dudó por un momento en hacerse notar pero las lagrimas en los ojos propios le dieron la fuerza para continuar. Caminó despacio hasta llegar con él y sin decir nada se sentó en el suelo casi abrazando las piernas de su progenitor.

- ¿No puedes dormir? -Le preguntó.

- No –acarició su cabello- hay muchas cosas que arreglar.

- ¿Trabajo?

- Estoy… dejando todo listo para el cambio de plaza.

- ¿Cambio de plaza? –alzó la vista preocupada.

- Sí… después de lo de ese hombre tu madre y yo creemos que lo mejor para que lo olvides es empezar en otro sitio.

- Pero… papá no… no quiero, no puedo olvidarlo, lo amo… nos amamos. Sé que hice mal en no decirles, sé que no lo conoces y no confían él pero me ama y me necesita tanto como yo a él.

- Eres joven y te falta vivir muchas cosas, con la edad aprendes que las personas no siempre son lo que parecen.

- ¿Y un año no cuenta? Les dije… hemos estado juntos por un año… papá… si no me amara ya se hubiera alejado.

- Lin… sabes que te amo más que a nada, sólo quiero que estés bien, pero esta vez no hay nada que decir ni hacer… -luego el hombre salió del estudio dejándola sola entre sus lágrimas.

La chica al verse así, regresó a su habitación desesperada y enojada por como la trataban, después de todo a nadie parecía importarle lo que ella sentía, sólo querían lo "mejor" aunque eso sólo ella pudiera saberlo.

Al día siguiente se puso de pie para ir a la universidad y lo hizo como los días anteriores, en silencio y con una mirada de profunda tristeza. La dejaron en las puertas de un gran campus en donde se suponía debió entrar aunque para ese día sus planes eran completamente diferentes. Tuvo que caminar algunas cuadras por la mañana mientras las personas iban a sus actividades diarias ella se veía envuelta de extrañeza. Al fin llegó a su destino y sacando de la mochila un juego de llaves entró al departamento. Avanzó varios pasos sin hacer ruido para no despertarlo y tuvo éxito, llegó hasta el marco de una puerta sólo para verlo dormir apacible, cómo degustaba mirarlo así, cuando estaba lejos de poder aparentar esa postura de hielo, aunque con el tiempo para ella se volvió transparente igual le agradaba saberlo relajado.

Se acercó entonces un poco más hasta estar a muy poca distancia, hasta sentir de lleno su aroma y sin más no pudo resistirse a darle un beso en los labios, tranquilo y dulce pero que lo dos deseaban demasiado. Sesshoumaru despertó con la caricia y de inmediato la correspondió adivinando el por qué y cómo de la visita de Lin a esas horas. Sus manos fuertes encontraron un cuerpo femenino que no dudaron en atraer hacia la cama junto a él para hacerla recostarse y hacerle el amor sin dudarlo un instante.

Rato después estaban de nuevo tranquilos y con la realidad sobre ellos Lin dijo algo que tendría demasiadas consecuencias.

- ¿Quieres estar conmigo para siempre?

- Sabes que no podría vivir si no.

- Mis padres quieren irse a otra ciudad para que ya no te vea pero… ahora mismo voy a sacar mis cosas, ellos no pueden hacernos eso. –sus palabras casi ensmismadas llevaron a Sesshoumaru a mirarla más fuerte a los ojos mientras quitaba algunos mechones negros de su rostro.

- No puedes hacer eso. –habló imperativo como quien da una orden y ella como respuesta se puso de pie y empezó a vestirse con rapidez y sin mirarlo.

- Voy a hacerlo –dijo al estar ya en el marco de la puerta- puedes estar conmigo o dejarme hacerlo sola, de cualquier forma no vas a detenerme o persuadirme… y de cualquier forma voy a estar contigo… es mi elección hacerlo. -entonces emprendió el camino lento hacia la salida esperando ser detenida en algún punto, pero no fue así. Abrió la puerta pensando ya en cómo hacer ahora cuando un suave abrazo por la espalda la detuvo.

- Te llevo… -susurró élen su oído y así los dos intentarían enfrentar otra gran amenaza juntos.

CoNTiNuaRá...

Hello! Primero que nada sí, sé que demoré años en publicar y no tengo excusas, es sólo que aunque la idea del capítulo estaba ahí pues... tuve que encontrar la forma de plasmarlo todo (por cierto gracias gusana por la ayuda, no sé qué hubiera hecho sin ti!).

Espero que haya quedado bien y les guste. Además mil gracias por todo su apoyo, me hacen feliz de verdad y pues... ya sin entretenerlas más me voy pidiéndoles un comentario, ya saben de cualquier tipo. Gracias. Y nos vemos ahora sí más pronto. Byes.