Acotaciones
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" "Pensamientos
&&&&& Cambio de escena
( ) Bueno, hay un par de frases en japonés e inmediatamente su traducción
Hay conversación entre Sessh (-) y su conciencia (" ")
Estaban los dos en la habitación de la chica terminando de cerrar la última valija que llevarían con sus cosas cuando Lin lo miró algo triste por lo que haría y tomó el teléfono para llamar a su padre.
- Papá…
- ¿Estás en casa?
- Sí… estoy recogiendo… mis cosas. No puedo mudarme a otra ciudad.
- Tampoco puedes irte así –dijo más preocupado que enojado- hija… entiende que estás tomando una decisión precipitada.
- Papá, los quiero mucho pero soy una mujer adulta y ésta es mi decisión, si quieren hablar conmigo… saben en dónde encontrarme. –después terminó la llamada ya con lágrimas en los ojos pero bastante segura de su elección.
- ¿Estás bien? –preguntó Sesshoumaru.
- Sí, ya vámonos.
Así los dos partieron al departamento dejando atrás una vida y dispuestos a comenzar una nueva juntos que todavía les deparaba más de una sorpresa y más de una prueba que tendrían que superar.
Al llegar al edificio él llevaba las dos maletas grandes y ella sólo un bolso amplio y no muy pesado, estaban apunto de llegar al piso que buscaban y la chica caminaba por delante pero se detuvo presa de cierto malestar que empezó a desvanecerla, por suerte él iba cerca y pudo sostenerla por la espalda.
- ¿Te encuentras bien?
- Hai,(Sí) sólo me maree, vamos –empezó de nuevo a subir hasta entrar al departamento y dejar las cosas en la entrada. –Voy a llamar a mi hermana.
- Primero vamos a desayunar, no es normal que te sientas mal. ¿Es la primera vez?
- Sí. –rió inocente- Tienes razón, vamos a desayunar, seguramente fue eso. – lo besó con tranquilidad en los labios y luego los dos prepararon los alimentos.- ¿Qué haremos mañana? –preguntó la chica mientras cocinaba.
- Ashita wa kinyoubi,(Mañana es viernes) irás a la escuela.
- Iie…(No..) ya no, ahora lo que quiero es estar contigo, además mis padres ya no la pagarán y la beca no cubre toda la colegiatura.
- El dinero no es problema, nunca dejaría que abandonaras la universidad.
- Demo… (Pero…)
- Vas a continuar estudiando de cualquier forma, conmigo o con tus padres, es tu elección –le dijo imperativo poniendo fin a la discusión.
Y así probando su nueva vida juntos pasaron los primeros días y las primeras semanas en que los padres de Lin no se comunicaron directamente con ella. Sólo se mantenían informados por medio de su hermana. En ese tiempo Kohaku casi dejó de verla y de hablar con ella, sólo la acompañaba a su nuevo hogar algunas veces, todopor protección propia ya que el saberla por fin viviendo al lado de otra persona resultó más de lo que pudo soportar.
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Lin entró en el baño cerrando la puerta tras de sí con pasador, como nunca antes, a pesar de que Sesshoumaru estaba en la cocina preparándole el desayuno antes de ir a la escuela (N/A: quiero a alguien así!). Miró en su mano derecha y encontró una caja entre durazno y naranja que abrió en un instante para leer las instrucciones y seguirlas al pie de la letra, sólo esperando porque el destino hablara seguro de lo que les esperaba a ella y al hombre que amaba.
FLASHBACK
Algunos estudiantes pasaban por entre las bancas del salón hacia la puerta luego de que la campana de salida les indicara que las clases terminaron por ese día, por lo menos para el grupo donde estaba una joven de ojos castaños y cabello ébano.
Guardó sus cosas y se puso de pie algo rápido, lo que le causó un pequeño mareo al cual se estaba habituando y prefirió ignorar, tomó su mochila y se la puso al hombro para dar algunos pasos y notar unos puntos negros obstruyéndole la visión mientras para el exterior era evidente su malestar, tanto, que el profesor se acercó para preguntarle si todo estaba bien.
- Sí… -respondió con debilidad mientras su conciencia desaparecía con rapidez y las piernas parecían no sostenerla más.
- Hay que llevarla a la enfermería-escuchó un murmullo a lo lejos, tan débil que no le prestó atención pero al que más de una persona acudió, incluyendo su amigo que ese día la acompañaría a casa.
- Lin… ¿Estás bien?... Lin –una voz conocida la llamaba cada vez más audible hasta que se dio cuenta de que algo había pasado.
- Sí… ¿Qué… pasó?
- Te desmayaste –dijo Kohaku sosteniendo su mano con angustia.
- Kohaku…. –apreció reaccionar un poco más- ¿en dónde estamos?
- En la enfermería, te trajimos aquí mientras despertabas. Nos diste un buen susto. –la chica sonrió todavía con debilidad pero ya conciente de todo a su alrededor, incluida la enfermera que se aproximaba hacia ella.
- Por fin despiertas –le sonrió- ¿Desayunaste por la mañana? –la otra asintió- ¿Te has desmayado antes?
- No…
- ¿Mareos?
- Algunos… como ahora… pero… estoy bien… no es nada, tal vez mucho estrés…
- Es posible, pero por si las dudas ve con un médico para que te hagan algunos análisis y tómate esto –le extendió una caja con algunas pastillas que tendrían el efecto de quitarle el mareo, Lin la tomó y sonrió agradecida- Pero… ¿Estás tomando algún otro medicamento?
- No.
- ¿Estás embarazada? –preguntó como cualquier cosa la mujer algo mayor dando casi por hecho una respuesta negativa, pero que dejó pensando a Lin un par de segundos antes de contestar con la mirada perdida en algún punto de la blanca pared.
- N… no… no estoy embarazada –sonrió
- Entonces está bien, tómate eso y ve con el médico ¿Tu novio puede llevarte con tus padres? –preguntó ingenua de la verdadera situación y provocando en Kohaku una sonrisa irónica y melancólica a la vez.
- Somos… amigos, pero la llevaré a su casa.
- Entonces los dejo, eres libre de irte, pero no eches en saco roto lo que te dije –con un último y cordial gesto se retiró dando paso para que la joven fuese llevada a casa no sin antes pasar por un par de preguntas que ni ella misma sabría cómo responder.
- Antes de irnos vamos a la cafetería por agua, para que te tomes las pastillas –le dijo mientras la llevaba del brazo.
- No, no es necesario, ya estoy bien –se rió algo nerviosa y continuó el trayecto como en su propio mundo. Un poco después en el auto el joven de ojos castaños y mirada triste no resistió más la duda que lo embargaba.
- Crees que estás embarazada ¿Cierto? –la pregunta definitivamente la tomó por sorpresa pero luego se dio cuenta de que el único además de Sesshoumaru que era capaz de ver a través de ella, era precisamente Kohaku.
FIN DEL FLASHBACK
Unos minutos después él llamó a la puerta para avisarle que estaban listos los alimentos y por fortuna no intentó entrar ya que la maniobra apenas finalizaba y la mujer en el interior todavía no estaba preparada para retomar su normalidad. Al fin, fue a la mesa con una mirada algo desconocida producto de la mezcla de sentimientos luego del pequeño examen realizado a solas del cual no tuvo el valor para ver el resultado.
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- Llegas temprano –le dijo serio al verla entrar al departamento un par de horas antes de lo previsto.
- No fui al tenis, ya no iré más… se ha vuelto aburrido. –sonrió y se sentó a su lado abrazándolo con ternura, él dejó el libro que leía en la mesa cercana y volcó su atención en ella. – Pronto será año nuevo… ¿No quieres pasarlo con tu familia?
- Sabes que no.
- En algún momento… tienen que saberlo –susurró besando su cuello y su oído con sutileza.
- Ya lo discutimos antes. –él rebatió con su usual frialdad mal aparentada ya que los ósculos húmedos de los que era presa siempre lograban doblegarlo.
- Pero él se preocupa por ti, aunque lo niegues estoy segura. Dile que venga, lo hará –terminó de hablar mientras se recostaba más en él y colocaba las manos varoniles sobre su cintura, entonces él en lugar de responder con palabras lo hizo buscando sus labios para dejar ahí un beso suave y cálido pero que Lin terminó pronto. –Hay algo que tengo que decirte… pero no te va a gustar. No te enojes… por favor… por favor… -se abrazó más a él refugiándose en su pecho- Estoy… embarazada… -Sesshoumaru no respondió de nuevo, sino que tomó su barbilla para mirarla a los ojos castaños intentando encontrar palabras que sirvieran en ese momento en el que había más que una cosa para decir.
- ¿Cuánto tiempo tienes?
- Wakarimasen… (No lo sé…) lo supe apenas hoy por la mañana… ¿Estás enojado?
- ¿Fue un accidente?
- N… no… bueno… es que… -a cada segundo su nerviosismo aumentaba y las palabras se negaban más a ser articuladas- jamás lo hubieras aceptado…
- Me engañaste, dijiste que no me preocupara. –sentenció como un juez a muerte.
- Lo sé… -agachó la mirada.
- ¿Doushite no? (¿Para qué lo hiciste?) Estamos bien nosotros, sólo nosotros.
- Gomennasai (Discúlpame) -se sintió por primera vez arrepentida de haberlo hecho y con mirada de tristeza oculta bajo los párpados se refugió más en su pecho buscando un perdón que tal vez no era necesario pero que tampoco llegaría tan fácilmente.
- Lin… -la separó de sí para mirarla a los ojos.
- Disculpa –lo besó con rapidez en los labios y se puso de pie sin rumbo fijo.- Si estás enojado… si quieres estar un rato a solas… lo entiendo –habló dándole la espalda – tal vez deba ir a dar un paseo…
- No… esta es tu casa… voy a hacer ejercicio antes del almuerzo –se puso de pie y avanzó hasta ella para besar su frente y luego retirarse a su pequeño gimnasio dejándola helada y con un nudo en la garganta amenazando con cortarle la respiración.
Entonces se vio sola en medio de la casa silenciosa, él nunca hacía eso antes de comer, definitivamente era un pretexto para estar solo, para alejarse de ella. Con aparente calma fue de nuevo hasta el sillón y se dejó caer en forma delicada pero dolorosa, sus ojos castaños se pasearon por las paredes decoradas que la rodeaban y que por el momento conformaban su única compañía como mudos testigos de las mil cosas que pasaban por su mente, de todo su dolor.
Notó su respiración agitada y su corazón comenzaba a latir con mucha fuerza tal vez producto de la descarga de adrenalina que el temor le provocó ya en más de una ocasión. Así, sumida en sus pensamientos pasó el tiempo, algunos minutos que se unieron formando más de una hora de incertidumbre hasta que al fin, no pudo quedarse más ahí y emprendió un corto pero incierto camino hasta la recámara dotada con cosas de gimnasio. Encontró la puerta apenas entreabierta y con sumo cuidado y delicadeza la abrió para en el interior encontrarse con el hombre que amaba dándole la espalda, sentado en un aparato sosteniendo una barra metálica por su espalda que a su vez sustentaba bastante peso.
Se quedó ahí algunos segundos sólo mirando hasta que él soltó lentamente los kilogramos y se quedó quieto, tal vez ya habiéndose percatado de la presencia de la chica. Lin respiró profundo antes de atreverse a caminar, pero al fin llegó hasta él con paso lento y puso todavía con temor su mano sobre el hombro izquierdo de Sesshoumaru.
- Has… estado aquí por… mucho tiempo –habló por lo bajo con timidez pero no hubo respuesta, sólo la tomó de la mano para incitarla a que se sentara en frente de él.
Así quedaron los dos pero sin mirarse a los ojos, Lin buscaba los dorados pero se encontraban ocultos debajo de la respiración algo agitada del hombre sin expresión en el rostro. Con un movimiento pausado Sesshoumaru se inclinó hacia delante hasta recargar su frente un poco más abajo del cuello de Lin y ella lo abrazó ya con lágrimas en los ojos.
- Discúlpame… no debí… -habló con arrepentimiento y mucha dificultad. Él alzó la mirada para clavarla en la castaña y luego rozar sus labios la primera vez despacio y algunas otras con la misma lentitud.
Sintió el cálido aliento de la chica esperanzada que respondía a la caricia cada vez más profunda y sugestiva. Poco tiempo pasó hasta que el beso fue en demasía intenso, Sesshoumaru entró en la boca de la joven sólo despertando más sus sentidos con caricias osadas. El corazón femenino se desbocó aproximando su cuerpo al de él buscando la respuesta usual, el querer tenerla más cerca, las fuertes manos masculinas se posaron en su cintura para acariciarla un poco por instantes para después sólo alejar el delicado cuerpo del de él.
- Voy a tomar un baño. –la evadió en forma quizás demasiado directa y desconcertante para ponerse de pie, ella quiso detenerlo, con un beso, con una caricia, algo que no lo dejara marcharse de nuevo pero la propia culpabilidad no la dejó moverse ni defenderse de lo que sentía como una acusación.
Así lo vio salir con una solitaria lágrima sobre su mejilla y demasiadas sensaciones a flor de piel, incluido un creciente cosquilleo en su estómago que sólo pedía por él pero que ahora debería morir ya que el causante estaba más lejos de lo que la distancia física mostraba.
Escuchó el agua golpear el suelo con fuerza, primero helada y luego con algo de vapor desprendido con lentitud, aunque la temperatura del agua no era de importancia en ese momento. Entró sin fijarse mucho en cómo el lugar se nublaba ya con rapidez y el tiempo transcurría de la misma forma.
- ¿Doushite? (¿Por qué?)–se preguntó a sí mismo.
"¿Por qué quieres encontrar un "por qué"? Debes encontrarle siempre una razón a todo, aunque en el fondo la idea no te sea nada desagradable"
- No debió pasar, ahora se quedará sola con un niño que además va a…
"Deja de temer"
- No temo.
"¿Entonces estás enojado?"
- No.
"Ve y habla con ella, sabes que quieres esto, la quieres a ella…. Y por más que te lo niegues… deseas una familia"
- Claro que no. –fue lo último que Sesshoumaru estuvo dispuesto a discutir consigo mismo antes de que su conciencia lo llevara a decir algo que no quería.
Ahora estaba ya cerrando las llaves de agua para terminar con su inusualmente largo baño y un dulce aroma proveniente de la recámara le hizo notar que Lin estaba ahí, esperándolo. Abrió la puerta y sus sospechas se hicieron realidad, ahí estaba la joven mujer recargada en la ventana y mirando hacia él, viéndolo con significado en los ojos castaños que por fortuna le hicieron entender lo que hacía. Por un momento se dio cuenta de cómo actuaba Lin, de que sólo quería estar con él y así guió sus acciones inocentes más que maliciosas, pero lo que más notó fue lo que él mismo estaba haciendo, dándole a entender que no deseaba tener una familia con ella, si eso era lo que más esperaba de su vida… que no le fuese arrebatada antes de estar el suficiente tiempo con ella.
Salió de la ducha y la miró en la ventana mirando hacia fuera algo pensativa, pensó en acercarse y al fin ponerle un punto final a todo el asunto, pero algo lo detuvo ¿qué era? Ni él mismo podía definirlo o más bien no quería aceptar el miedo que crecía en su interior a cada instante de fallarle y dejarla sola. Lo mejor era hablarle y decirle las cosas pero no podía, no aún, así que sólo tomó alguna ropa cómoda y fue al estudio en silencio a intentar trabajar y dejar todos sus demonios de lado.
La tarde transcurrió eterna en el departamento con dos personas solas hasta ser reemplazada por la negrura del cielo cubierto de nubes. Lin esperó caminando por más de un sitio, impaciente e indecisa, tanto, que no hizo nada más que acompañar a su soledad hasta que cerca de la madrugada el sueño la sorprendió en un sofá.
- Lin, -escuchó dormida como la llamaba una voz conocida para despertar de un sueño en el que estaba sola, rodeada sólo de paredes enroscadas que la perdían y la llenaban de inseguridad conforme iba avanzando, más bien una certera pesadilla.- Tienes una pesadilla.- con estas palabras pareció reaccionar más hasta que sus ojos entreabiertos se toparon con unos dorados indiferentes como siempre, con una mirada que conocía y por fin parecía haber recobrado su normalidad.
- Estás aquí…
- Y tú no deberías –le respondió como hablando con el aire y luego la tomó en brazos.
Con ese gesto que Lin no esperaba la llevó hasta la habitación para recostarse juntos y abrazarla por la espalda, protector y cálido como solía hacerlo en los momentos difíciles que ya habían pasado
- Discúlpame – dijo ella tranquila pero temerosa de la posible respuesta.
- No, no tienes por qué disculparte.
- Debí hacerte caso… debí continuar con las pastillas –cada vez su voz era más desesperada y algunas gotas saladas amenazaban con salir de sus ojos- No sé… cómo arrepentirme… -pero la última y desesperada confesión provocó que él se medio sentara para tenerla de frente, recostada en la cama, y poder darle un beso fuerte y casi fuera de control.
Sesshoumaru aprisionó los labios de la chica para no dejarla continuar, no quería que ella se arrepintiera de algo que para ambos era motivo de alegría más que de otra cosa.
- No te arrepientas, todo será… perfecto… -murmuró contra el aliento de la joven tomándola algo por sorpresa con la actitud que su propia frialdad no lo dejó tomar desde el principio.
- Ai shiteru (Te amo)-le dijo dando un suave roce en sus labios y tomándole ambas manos para colocarlas sobre su vientre.
- Estás temblando.
- Estoy nerviosa… no sabía qué… o si tú… ya no me querrías…
- Nunca –le dijo imperativo casi dándole un pequeño susto mientras la tomaba de la barbilla- No hay nada que sea capaz de alejarme de ti ¿Entiendes? Y mucho menos algo así. –Lin sonrió mientras sus mejillas se teñían de carmín - ¿Y ahora qué haremos?
- No lo sé…
- Tienes algo en mente –afirmó con la certeza que le daba conocerla demasiado bien.
- Quiero… que nuestro bebé nazca en Japón…
- ¿Estás segura? –preguntó indiferente
- Mucho. –sonrió tranquila para después besarlo dejándose llevar poco a poco por todas las sensaciones que las caricias plantadas sobre su cuerpo despertaban.
Sintió su piel erizarse debajo de la molesta tela de las ropas e intensificó los besos que daba sabiendo cómo él le respondería de inmediato y así lo hizo, pronto se vieron envueltos en un juego de pasión desbocada que en cierta forma era conocido y totalmente nuevo para ambos.
CoNTiNuaRá...
Hello! Cómo están?' Ojalá que muy bien... espero que les haya gustado el capi y no haberme tardado mucho en publicar jeje.
Escribiendo estas hojas me di cuenta de que tal vez no falte mucho para al final, aunque no lo sé bien a bien. Muchas gracias por todo su apoyo, ya saben que me hacen feliz jeje.
Bueno, nos estamos viendo en el próximo capi se cuidan y sean felices!... y si tienen un minuto les pido un comentario para saber si me merezco un zape o vamos bien... gracias!
