Acotaciones

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&&&&& Cambio de escena

( ) Bueno, hay un par de frases en japonés e inmediatamente su traducción.

Abrió los ojos con lentitud apenas acostumbrándose a la luz que se colaba entre las cortinas del cuarto, el techo era blanco y el aroma a hospital inundaba el ambiente, sintió la intravenosa en su brazo derecho y a alguien a su lado izquierdo. Al agachar un poco la mirada vio una joven dormida en la misma cama que él, apenas en la orilla y aferrada a su cuerpo, en apariencia su sueño era ligero y Sesshoumaru se extrañó al ver que llevaba una pijama quirúrgica. Con lentitud intentó tocar su rostro pero la voz de otra mujer lo detuvo.

- No se te ocurra despertarla. –fue entonces cuando notó que Kagura estaba ahí.- es la primera vez que duerme en dos días, sólo se la pasa cuidándote el sueño, no sé qué le hiciste para que te quiera tanto, pero no se ha ido ni para comer.

- ¿Y por qué se lo permites? Qué clase de médico deja que una mujer embarazada haga eso –reclamó casi con furia.

- Nunca me dijo que estaba embarazada… son el uno para el otro, ninguno entiende que tiene que cuidarse. Despiértala y que llame a alguien, la quiero fuera de aquí en una hora. –habló mientras se dirigía a la puerta. –Contigo hablo después.

Al fin solos se vio libre de tocar su cabello con delicadeza un par de veces hasta que la vio abrir los ojos con algo de rapidez, como si estuviera asustada, de inmediato buscó los de él y sonrió aliviada y feliz al toparse con la mirada miel.

- Sessh… -lo llamó sonriendo al tiempo en que se abalanzaba sobre sus labios, al instante de forma profunda y desesperada por completo.

La caricia fue prolongada con una mujer feliz y preocupada a la vez por él, y con él que deseaba tenerla cerca y pedirle perdón por su propio error e inconciencia que tanto dolor le causó. Con ese beso expresaron más que con mil palabras, amor, pasión, miedo y desesperación; fue como si por años hubiesen esperado para besarse nuevamente, como si se dieran cuenta de que tenían suerte al estar juntos luego de la mala pasada del destino. Al fin se separaron por la falta de oxígeno

–Ai shiteru (Te amo)–le dijo Lin todavía sobre su aliento para después refugiarse en el pecho fuerte cubierto por la delgada tela de la bata y comenzar a derramar muchas lágrimas de alivio.

- Lin… gomennasai (perdóname).

-Iie (no)–se irguió un poco para verlo a los ojos- perdóname tú a mi, todo esto fue mi culpa… lo siento.

- No es tu culpa ¿Entiendes? –acarició su rostro- Cualquier tontería que cometa es mi responsabilidad… igual que el tenerte aquí por dos días. ¿Por qué no llamaste a tu hermana?

- Me iba a obligar a irme… no podía… no puedo dejarte, no quiero dejarte…

- Pero estás embarazada, tienes que cuidarte –le dijo envolviéndola con ambos brazos y notando sin querer algo diferente en su cuerpo- Estás más delgada… Lin, perdiste peso en estos días, tienes que ir con el médico.

- No quiero –se refugió en su pecho- quiero estar contigo, no te voy a dejar solo…

- Claro que sí –sentenció una tercera persona- Te quiero fuera de aquí pronto y no regreses en por lo menos un día, él está bien, tú mejor ve a ver a tu médico.

- Pero…

- O no te dejaré estar aquí de todas formas. Vaya irresponsabilidad hacia tu bebé. –habló fría extendiéndole el teléfono de la habitación para que llamara a alguien.

- Gracias… -respondió tomando algo de conciencia al fin de que no debía hacer ese tipo de cosas, no en su estado. Luego habló con su preocupada hermana acordando que la recogería en algunos minutos, una vez que estuvo hecho Kagura se fue dejándola claro a Sesshoumaru con la mirada que le faltaba mucho que decir.

No pasó demasiado tiempo antes de que una enfermera anunciara a Lin la llegada de su hermana y entonces tuviese que despedirse sin querer hacerlo, aún tenía miedo, ese que sintió al no saber dónde estaba cuando pelearon y el mismo que la hizo derramar demasiadas lágrimas mientras esperaba al lado de la cama. Pero ahora se daba cuenta de que no era sólo ella, sino su bebé que dependía de que lo cuidara y sólo por eso fue capaz de dejar a Sesshoumaru con la promesa de volver luego de comer, descansar y ver al médico.

- Ya se fue, puedes hablar –le dijo a Kagura cuando la vio entrar.

- ¿Tienes idea de lo que hiciste? Cuando llegaste a Londres me pediste algo que te dejara vivir bien tus últimos meses y accedí contra mi voluntad, después, cuando la conociste me pediste algo que te ayudara con la enfermedad y te dejara estar bien ¿Lo recuerdas? Porque creo que lo olvidaste

FLASHBACK

Sesshoumaru entró al consultorio recordando a la dulce joven que ahora lo creía de viaje por el país visitando algún museo y que quizás esa misma tarde estaría afuera del hospital patinando mientras él pensaba en ella encerrado en la habitación de un hotel.

- Quiero hacer un cambio, quiero luchar. Dame algo que me de más tiempo, buen tiempo… -ordenó a la doctora de los ojos rojos y fríos.

- ¿Y ese cambio?

- No te importa y si no puedes hacerlo, habrá alguien que sí.

- No es tan fácil lo que pides, de ninguna forma, sabes como son los tratamientos, requieren hospitalización y mucho reposo y si mal no recuerdo preferías morir antes que eso.

- ¿Puedes o no?

- Quizás pero… aún en el mejor de los casos… no te garantizo nada definitivo… nada permanente. Hay un proyecto nuevo… puedo intentar que entres, aunque tenga que mover algunos hilos. –dijo con la seguridad que le daba ser una de las mejores en todo el Reino Unido.

FIN DEL FLASHBACK

- ¿Tienes idea de lo mucho que me arriesgué metiéndote en este proyecto?

- Deja de reclamarme lo que ya pasó y dime qué tan mal estoy –preguntó con la vista fría fija en el techo. –Y qué tanto sabe Lin.

- Ella no sabe nada, no quise preocuparla, pero tú no estás bien, casi mueres cuando llegaste, te hicimos más tras funciones de las que puedo recordar… maldición Sesshoumaru.

- El tratamiento no funciona –afirmó sabiendo que el enojo de Kagura no era por su descuido de esa vez, sino por alguna otra razón, luego, el silencio reinó.

&&&&&

Lin salió para encontrarse con su hermana la cual al notarla pálida y con marcadas ojeras, además de la pijama quirúrgica que llevaba, no dudó en preguntarle por lo sucedido.

- Ya pasó… gracias por venir… ¿Podemos ir a casa para que me cambie?

- Me hubieras llamado antes.

- Lo siento… pero sabía que me obligarías a irme, además, esta ropa resulta bastante cómoda –rió ocultando su tristeza- las enfermeras y doctores fueron muy buenos conmigo.

- Lin… ¿Hace cuánto tiempo que estás ahí¿Desde el día que me llamó Kohaku?

- No… bueno… cuando me llamaste… desde el medio día.

- Por Kami… (Dios) Lin ni siquiera me dejaste llevarte ropa…

- No importa, gracias… una enfermera me dio esto para que pudiera tomar un baño en la habitación. -cuando se dieron cuenta ya estaban en el apartamento que como si se esforzara por atormentar a Lin, permanecía intacto desde el día del incidente- No quiero estar aquí, no si está así… -un nudo le cortó la voz mientras las lágrimas se agolpaban en sus ojos.

- Ve a tomar un baño y a cambiarte, mientras yo limpio… y luego vamos a que comas algo y al médico ¿De acuerdo? –Lin sonrió y fue a cumplir con la propuesta de su hermana.

Mientras se sumergía en la tina llena hasta el borde con agua cálida, derramó muchas lágrimas, creyó que eran de alivio porque todo estaba pasando, pero más bien era su miedo latente que ahora despertaba quizás con más furia que nunca. Lo sabía desde hacía tiempo ya, algunos meses, pero fue sólo en el momento en que no pudo despertarlo, cuando sintió su piel fría y lo vio como inerte que le cayó la realidad sobre los hombros, podía perderlo en cualquier momento.

Luego de terminar el baño y vestirse regresó a la sala donde su hermana la esperaba, pero antes de hacerse notar la escuchó hablando por teléfono y no le fue difícil adivinar de qué se trataba.

- Papá, ella está bien.

- ¿Y el bebé? –preguntó el hombre mayor preocupado luego de llamar a la oficina de la mayor y saber que salió al hospital por su hermana.

- Sí… papá es algo complicado que no… no sé cómo decirte… -fue interrumpida por Lin que le hizo una seña para que le pasara el teléfono.

- Papá… es él, Sesshoumaru tiene… - guardó silencio por unos segundos buscando deshacer el nudo en su voz- él tiene un tipo raro de leucemia… y tuvo una crisis pero no pasa nada.

- Hija… -fue lo único que atinó a decir después de entender no sólo la idea, sino todos los sentimientos arremolinados en el corazón de Lin.

- Tengo que irme, no… no te preocupes, el bebé yo estamos bien –le regresó el teléfono a su hermana y se marchó de la sala para no escuchar el resto de la plática.

- Papá…

- No lo sabía.

- Ella nunca me dejó decirles, no quería que pensaran que es por eso que se fue de la casa, ni que él la chantajea.

- Hija… yo… hablaré con tu madre… apóyala porque está muy mal, aunque no lo diga.

- Sí, lo sé… la vi triste antes pero… nunca como ahora. Tengo que irme, te llamo luego.

Cortó la comunicación y fue a buscar a Lin para así seguir con sus planes sumidas en un profundo y triste silencio. Primero la llevó a comer algo, aunque sabía que no tenía hambre y después fueron con el médico que la revisó y escuchó su situación.

- Tienes que cuidarte –le dijo para finalizar la consulta- todo parece estar bien pero necesito que te hagas unos exámenes de sangre y sobre todo te relajes, eres joven y fuerte pero no abuses de eso ¿De acuerdo?

- Sí… -contestó con debilidad y salió de ahí para ir a su casa nuevamente y descansar más por indicación que por gusto.

Ii la dejó instalada en la cama y se fue a la sala para mirar televisión y no dejarla sola. Estando así, en la habitación que compartía con él, no pudo evitar tomar el teléfono y llamar al hospital para escuchar su voz aunque fuese por unos instantes.

- Lin… ¿Todo está bien? –preguntó sorprendido por la llamada.

- Hai (sí)… todo está bien, sólo quería escucharte y saber si estás bien.

- Lin… todo va a estar bien… lo prometo –habló quedo al saber que esa promesa no estaba en sus manos cumplirla y con dudas de que fuese posible luego de que Kagura le dijera la situación real.

- Mañana estaré ahí temprano.

- Debes descansar, no es necesario que vengas.

- Si no estoy contigo no puedo estar tranquila. ¿Qué te dijo Kagura?

- Nada nuevo –mintió otra vez- saldré en un par de días. –Lin suspiró aliviada y sonrió casi tranquila.

- ¿Entonces todo pasó?

- Sí.

- Te amo.

- Yo también te amo, más que a nada pero ahora descansa y mañana espera a que yo te llame, quiero que estés bien.

- Sí –afirmó contenta de escucharlo hablar en su tono habitual antes de terminar la llamada.

Con estas últimas falsas esperanzas le fue posible al fin conciliar un sueño pacífico, aún le faltaba tenerlo a su lado y poder abrazarlo y refugiarse en su pecho, pero ahora estaba segura de que la tormenta había pasado, ingenua de que Sesshoumaru aún no era capaz de decirle la verdad si hablaban del monstruo que atentaba con separarlos.

Al día siguiente Lin despertó algo tarde y todavía adormilada, y algo decepcionada porque él no la hubiese llamado antes, fue a la cocina para buscar algo para preparar el almuerzo y para si sorpresa se topó con su hermana que la esperaba paciente en la mesa del comedor.

- Ii…

- ¿Cómo dormiste?

- Bien… llegaste temprano… ¿No tienes que ir a trabajar?

- No y no llegué temprano, dormí aquí, espero que no te moleste, entré a tu recámara y tomé una pijama y algo tuyo para ponerme… - fue entonces cuando Lin notó que la ropa que llevaba era de ella.

- Gracias –sonrió- espero no estarte causando muchas molestias.

- Sabes que no es así. Siéntate, te sirvo el almuerzo.

- Gracias –sonrió de nuevo e iba a sentarse cuando sonó el teléfono y desvió su camino con algo de prisa de escuchar la voz que extrañaba tanto.

- Lin…

- Hola ¿Cómo estás?

- Bien ¿y tú¿Descansaste lo suficiente¿Ya almorzaste¿Sigue tu hermana contigo?

- Bien, sí, no y sí –respondió riendo.

- Debes almorzar

- Lo sé, Ii lo preparó y ahora voy a comer y después voy contigo.

- Quédate descansando.

- Prefiero estar contigo, un millón de veces, además Ii seguramente tiene cosas que hacer… te veo en un rato. Te amo. –habló haciéndole saber a Sesshoumaru que el ir era uno de esos pequeños caprichos que le eran imposibles de no cumplir.

- Te amo –cortaron la comunicación y más o menos una hora después la joven de los ojos castaños entró a la habitación donde él, a pesar de sus palabras, la esperaba ansioso de poder besar sus labios y aspirar su aroma.

&&&&&

La puerta se abrió y entró casi corriendo para abrazarlo, él estaba sentado en la cama y al sentirla entre sus brazos no esperó antes de besarla con pasión colándose entre sus labios casi de inmediato y posando sus manos fuertes sobre la cintura de la chica todavía intacta a pesar del embarazo. Al sentirlo hacer eso Lin ahogó un suspiro profundo y no se separó hasta que le faltó el aire.

- Te amo –susurró Sesshoumaru contra su aliento mientras recorría los brazos desnudos de Lin y sentía la piel erizarse bajo sus manos.- Y te extraño –le dijo en un tono demasiado ronco muy cerca del oído dejándola helada y con las mejillas demasiado rojas para cuando Kagura irrumpió con tranquilidad.

- Vaya, veo que regresaste, no debiste hacerlo.

- Estoy bien –sonrió alegre- gracias por todo lo que ha hecho por nosotros.

- No me lo agradezcas – respondió sabiendo que ahora ella, que dijo siempre le sería sincera, le ocultaba algo.- Y no te quedes mucho hoy, de cualquier forma mañana lo tendrás de regreso en casa.

- ¿En verdad? Es increíble.

- Sí, pero con ciertas restricciones, él ya las sabe perfectamente, pero después de las diré a ti también para que lo vigiles bien.

- Claro –sonrió mientras la veía salir de la habitación y al fin se quedó a solas con Sesshoumaru, él la haló para besarla de nuevo y recorrer toda su espada más de una vez.

&&&&&

Estaban a sólo un piso del departamento que buscaban, los dos tranquilos, Lin un par de peldaños más arriba bajo los ojos dorados que casi eran capaces de comerla viva. Al abrir la puerta la chica pensaba que se sentaran a almorzar juntos en la mesa que preparó especialmente junto con el menú pero fue tomada por sorpresa cuando dos manos fuertes la apresaron por la cintura y unos labios cálidos se posaron sobre su cuello.

- Te extrañé –susurró Sesshoumaru besando ahora su oído –Te necesito…

Lin sólo se dejó llevar por las caricias que él le daba, aún teniéndola abrazada por la espalda ella puso una mano en su cuello y enredó algunos dedos en los cabellos que estaban a su alcance, así la llevó con pasos lentos y demasiados besos insuficientes hasta la alcoba.

Estando al pie de la cama la soltó del abrazo y la miró a los ojos por unos segundos antes de besar sus labios con ternura, cada roce le demostraba todo lo que era para él, su vida. Su mundo y cualquier otra cosa. Desde que se conocieron Lin lo era todo para él.

Con un suave movimiento la hizo caer sobre la cama sentada recargándose en ambos brazos, continuó besándola, inmiscuyéndose entre sus labios, mientras la incitaba a recostarse por completo recargando algo de su propio peso.

Lin sintió el cuerpo de Sesshoumaru contra el suyo y su piel despertar aún por debajo de la ropa, parecía que los brazos le temblaban incapaces de sostenerla un segundo más, haciendo uso de todas sus fuerzas ausentes lo abrazó por la espalda y se dejó caer por completo en la cama llevándolo consigo.

Tal acto hizo a Sesshoumaru casi perder el control de sus actos. Llevó ambas manos al borde de la blusa femenina adentrándolas entre la tela y descorriéndola con cierta ansiedad al rozar su piel. Sólo unos instantes fueron suficientes para que retirara por completo la prenda y casi sin dejar se de besar sus labios, entonces tomó a Lin por la cintura para colocarla en el centro de la cama con extrema facilidad y sin esperar un segundo más le quitó la prenda interior que le impedía tomar sus formas femeninas totalmente.

- Eres… hermosa… -susurró dejando de besarla para marcar un camino húmedo hasta los pechos de Lin y tomarlos entre sus labios con extrema delicadeza.

Ella sintió la descarga de adrenalina provocada en todo su cuerpo y las marcas invisibles de las caricias de Sesshoumaru y un suspiro se escapó de su garganta sin dejarla articular palabra. Llevó sus manos al borde de la playera de él para quitarla pero Sesshoumaru interceptó sus manos y las puso en los costados inmovilizándola.

- No… tú no te muevas… -le dijo muy cerca del oído mientras él mismo comenzaba a desvestirse. Se quitó la playera y la besó en los labios mordiéndolos un par de veces, luego pasó sus manos apenas rozando sus formas femeninas una vez y la escuchó suspirar de nuevo.

Mientras continuaba besando sus labios desabrochó el pantalón algo ajustado que llevaba la chica y entonces bajó por todo su cuerpo plantando esporádicos besos, recorrió su vientre varias veces quedándose ahí un rato sólo pensando en el pequeño habitante que estaba ahí. Luego pasó a las largas piernas al tiempo en que quitaba la prenda y la sacaba por los tobillos. Ya teniéndola así casi desnuda Sesshoumaru sintió como la sensación cálida debajo de su cintura aumentó, lo volvía loco tenerla así, hermosa frente a él sólo de él.

Recorrió todo el cuerpo femenino con ambas manos, inclusive posó un par de caricias sobre la prenda interior que todavía llevaba Lin y la escuchó acallar un suspiro, sonrió casi por instinto y la besó en los labios mientras él mismo se despojaba de los pantalones y los dejaba caer fuera de la cama.

- Te amo –susurró Sesshoumaru contra su aliento, sabía que la amaba pero quien lo decía al hacer el amor era ella, ahora era su turno.

- Sessh… -Lin intentó decir su nombre, articular alguna palabra, pero fue interrumpida por un par de dedos traviesos y ansiosos que se inmiscuían en ella y no pudo evitar gemir con suavidad.

Sesshoumaru sonrió y saliendo unos instantes de ella le quitó la última prenda y comenzó a recorrer de nuevo sus piernas con besos, desde los tobillos, cada una alternada con delicadeza hasta las rodillas y de ahí con ambas manos hasta llegar a la intimidad de Lin.

Ella lo sintió de nuevo y todo su cuerpo se estremeció mientras intentaba alzar la mirada y enfocarla en él, pero no podía, nada en ella reaccionaba más que a sus caricias íntimas, a como jugueteaba en su interior.

Sesshoumaru buscó de nuevo sus labios un par de veces, el sentirla así, besándolo como sólo lo hacía al hacer el amor, lo llevó a besar sus pechos nuevamente mientras se quitaba el bóxer y quedaba completamente desnudo sobre ella.

- ¿Lista? –preguntó con suavidad sobre su oído haciéndola sonrojarse demasiado.

- Sessh… -intentó decir su nombre de nuevo, decirle que lo amaba pero un fuerte intruso en su interior cortó las palabras para darle paso a un suspiro.

Él la escuchó y eso, verla completamente fuera de sí, lograba excitarlo más que cualquier otra cosa.

Entró en ella con delicadeza y comenzó un vaivén de ritmo creciente mientras rozaba sus labios y su cuello con cierta insistencia. Poco a poco las embestidas aumentaron su intensidad, un poco más fuerte y un poco más rápido hasta que, al fin, él se derramó en su interior llevándolos a ambos al clímax de sus sensaciones.

Rato después estaban los dos abrazados sobre la cama, Lin se refugiaba en su pecho y dejaba algunos besos dulces sobre él mientras Sesshoumaru disfrutaba de sentirse así, embriagado pro su aroma y hasta mimado.

- ¿Tienes hambre?

- Algo…

- Vamos, te preparé una sorpresa para comer. –le dijo mientras intentaba separarse pero fue detenida prisionera entre los brazos que la rodeaban.

- No quiero dejarlos ir

- Pero también tenemos hambre –le dijo Lin buscando sus labios y riendo- Vamos a almorzar y luego tomamos un baño…

- ¿Los tres?

- Claro –lo besó y entonces se sintió liberada.

&&&&&

Al día siguiente, viernes, Sesshoumaru miraba una pequeña caja negra insistentemente, hacía ya varios días que la tenía en su poder, desde que Jaken se la entregó, y todavía no sabía qué hacer con ella, en un principio tuvo claro el objetivo, su deseo, pero desde que estuvo en el hospital dudaba seriamente, hasta casi arrepentirse, de lo que había planeado. Alzó la mirada y era hora de partir a la universidad a recoger a Lin, sonrió sin poder evitarlo al pensar en ella y partió.

Al llegar estacionó el auto en donde de costumbre se encontraba con ella y pronto la vio acercarse, aunque todavía estaba bastante lejos. Dos chicas llegaron para subirse al auto al lado de donde él esperaba y fue capaz de escuchar su conversación.

- ¿Ves esa chica que viene allá? La de cabello negro…

- Sí ¿Qué tiene?

- Todos hablan sobre ella, dicen que está embarazada.

- ¿Tiene novio? Yo sólo la vi algunas veces en la clase tenis, pero se salió.

- No sé… nadie sabe si tiene o no. Quizás sólo está embarazada –Sesshoumaru sentía como cada vez le hervía más la sangre al escuchar a las dos jóvenes hablar así de Lin.

- Quizás tengas razón, yo la vi desmayarse hace un tiempo…

- ¿Qué pasa? –dijo una tercera mujer que llegó con ellas para dejar sus cosas en la cajuela abierta.

- Hablamos de aquella chica –la señaló con sutileza- la que dicen que está embarazada.

- ¿Lin? Con razón…

- ¿La conoces?

- No… hace un rato la escuché decir su nombre en las oficinas, fue a darse de baja de la universidad.

- Entonces es cierto… -inquirió una con tono entre despectivo y burlón.- Saludos a la nueva madre soltera.

- Pobre… qué tonta es…

Escuchar eso fue suficiente para Sesshoumaru que sin dudarlo se giró hacia ellas para observarlas de arriba a abajo, tres mujeres que ni siquiera le llegaban a los talos a Lin, ni en belleza y obviamente tampoco en la forma de ser tan noble y sincera. Sin embargo estaban criticándola a sus espaldas. Iba a decirles algo, estaba simplemente razonando las palabras más adecuadas para no comprometer a su querida mujercita pero antes de que pudiese decir algo un tierno abrazo lo detuvo por la espalda.

- Lamento la tardanza –le dijo sin notar que las otras tres los miraban y por un lado criticaban que él sería el padre del niño y por otro dudaban en si pudo escuchar algo de su plática.

- Lin… -se giró para besarla y darse cuenta de que las otras tres se marchaban- ¿Está todo bien? –le preguntó buscando que le dijera la verdad sobre su baja de la escuela pero con cuidado de no tener que revelar la conversación que escuchó.

- Hoy… tomé una decisión… tenemos que hablar. –sonrió tranquila y una vez dentro del auto le dijo a Sesshoumaru lo que hizo.

- ¿Por qué? –le preguntó para saber si los rumores habían llegado a sus oídos.

- Son muchas cosas… para los finales estaré en la sala de partos –rió- será difícil estudiar así, además está Japón, estás tú, mis constantes mareos y… -dudó en hablar-

- Y…

- Y Kohaku –respiró profundo- no quiero encontrármelo todos los días, no quiero problemas entre nosotros por eso… -Sesshoumaru pensó un par de segundos en lo que dijo y luego la besó en la mejilla aprovechando que apenas se quitaba la luz roja.

El día siguiente Sesshoumaru despertó y la vio abrazada a él cubierta por la sábana delgada, con un suave movimiento se puso de pie y la cubrió con una frazada que tenía a la mano, luego salió de la recámara para hacer una llamada. Colgó el teléfono y entonces la vio venir con la pijama que durmió en el suelo.

- No nos dejes así, no podemos dormir –le dijo sonriendo antes de besarlo en los labios y abrazarlo.

- ¿Estás hambrienta?

- Algo… -vamos a desayunar.

Ambos tomaron un baño y se alistaron, ese día lo pasaron en la callo visitando varios lugares hasta que el atardecer los sorprendió de camino a casa. Pasaron por fuera del lugar que solían visitar "The Orange cat" y Lin vio un aviso de que ese día y noche permanecería cerrado como ocasión especial. "Es una lástima, tenía ganas de ir ahí… "-pensó pero no dijo nada. Al entrar a casa Sesshoumaru vio que todo el propósito de su llamada estaba hecho y sonrió.

- ¿Qué es eso? –preguntó Lin a ver una caja blanca sobre uno de los sillones.

- Espero que te guste.

La chica fue hacia el objeto y la abrió con cuidado, en su interior había un vestido de noche, era color azul y algo entallado de una tela delgada, lo levantó sonriendo y admirándolo sólo para descubrir que debajo había una caja más pequeña. Le dirigió una mirada sorprendida a Sesshoumaru y él se acercó para tomar la caja pequeña y abrirla frene a ella. En su interior había una gargantilla de diamantes y los aretes que hacían juego.

- Sessh…

- ¿Te gusta? Porque sólo me llamas así cuando estás preocupada… o cuando hacemos el amor… -Lin se sonrojó y asintió sin borrar la sonrisa de su rostro.

- Me alegra, es para que los uses esta noche.

CoNTiNuaRá...

Hello! Primero mil perdones por ta tardanza... la escuela me estaba volviendo loca de verdad... este capi está un poco más largo, ojalá les haya gustado. Para el próximo espero no tardar tanto... (y que a esta página no se le ocurra dejar de funcionar otra vez como hace días jeje)

Ahora sí me despido, muchos saludos y gracias a todas las que leen la historia. Se cuidan y si tienen un segundo le spido un comentario jeje aunque sea un regaño. Byes!