Acotaciones
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&&&&& Cambio de escena
( ) Bueno, hay un par de frases en japonés e inmediatamente su traducción.
Lin lo abrazó y besó en los labios para darle las gracias por los presentes y por la sorpresa. Un beso suave fue suficiente para desencadenar otros mucho más apasionados, Sesshoumaru introdujo sus manos en la blusa de la chica buscando su vientre mientras la llevaba hasta un mullido sillón. La joven sintió su interior arder y en sólo unos momentos no podía esperar más para sentir el cuerpo de Sesshoumaru con el suyo.
Se recostaron en el sofá y él recorrió su cuello marcando los besos al tiempo en que descorría su blusa. Regresó luego a besarla en los labios con prisa y desesperación, como ella correspondía mordiéndolo un par de veces. Así estaban los dos cuando el teléfono quiso interrumpirlos, sonó varias veces en apariencia inaudible a los amantes para quienes no había nada más importante que la urgencia por consumar su acto.
- Hijo, soy yo… -se escuchó la voz en la contestadota luego de la señal- Jaken habló conmigo… me dijo que vas a ser padre… -de repente Lin se incorporó de súbito mientras ya no escuchaba el resto del mensaje, sólo alcanzó el teléfono ante la mirada inexpresiva de un hombre al que lo que su padre pudiese desear en esos momentos no le importaba.
- Contesta –le dijo la chica.
- No –respondió tocando su vientre de nuevo para darle a entender la razón, pero ella también tenía muy clara su prioridad y contestó la llamada sin decir nada acercándole más el teléfono. Él ya sin otra opción atendió. – Padre.
- Hijo, me alegra que respondas… ¿Cómo te encuentras? –habló serio como siempre el hombre mayor.
- Bien ¿Qué sucede?
- Jaken… él llegó un día de tu parte preguntando si quería conocer a tu hijo y pues… no sé exactamente a qué se refería… no sé nada de ti y quiero saberlo.
- Voy a tener un hijo… o hija… con la mujer que amo –respondió mirando a Lin y acariciando su vientre mientras ella sonreía y se le llenaban los ojos de lágrimas.
- Sesshoumaru… tú… felicidades… -dijo lleno de alegría por que por fin su hijo parecía sentar cabeza y además, hacerlo parte de ello- ¿Cuándo seré abuelo?
- En seis meses… más o menos
- Hijo… me gustaría conocerla a ella antes de que naciera el bebé… quiero saber cómo es esa mujer que ha hecho tanto en ti. –entonces Sesshoumaru recordó lo que Lin le dijo tiempo atrás, sobre que su padre los visitara para año nuevo.
- ¿Tienes planes para fin de año? –ella lo escuchó y sonrió mordiéndose el labio inferior para opacar su expresión de alegría.
- No… hijo… no tengo…
- Eres bienvenido, son bienvenidos tú y tu esposa.
- Hijo… no sé qué decir…
- No digas nada. Ahora estoy algo ocupado, te llamo después para que me digas cuándo llegas.
- Claro y… felicidades, a ti y la joven ¿Puedo saber su nombre?
- Lin, su nombre es Lin.
- Bonito nombre… te llamo después. –así ambos terminaron la llamada y Sesshoumaru quedó ante la mirada expectante de la joven.
- ¿Qué paso¿Vendrá?
- Sí. –con la respuesta se abalanzó sobre él tomándolo por el cuello con suma alegría.
- Voy a conocer a tu padre y a su esposa… gracias… sé que lo haces por mi. –él asintió teniendo en mente el propósito de presentarla, así si llegaba a morir su padre no tendría problemas en darle lo que le corresponde y en ayudarla si necesitaba algo. – Pasaremos el fin de año… como una familia… -lo besó algo rápido en los labios todavía sonriendo - Ahora voy a tomar un baño para arreglarme…
- Pero… -le insinuó que antes de la interrupción ellos iniciaban algo.
- Cuando regresemos –se acercó a su oído- tendrás lo que quieres… y más, conseguí algo y quiero probarlo en ti.
Esas suficientes palabras bastaron para que Sesshoumaru se sintiera mucho más atraído hacia ella pero al verla ponerse de pie no le quedó más opción que resignarse y armarse de paciencia mientras llegaba el momento indicado.
Lin tomó un baño rápido en la habitación principal mientras su pareja lo hacía en el gimnasio. La joven era esperada en la sala con bastantes ansias, cuando al fin la vio entrar Sesshoumaru no pudo hacer nada más que maravillarse por cómo se veía, la tela ajustaba a su cuerpo sin exagerar, su cintura, sus brazos expuestos al igual que una parte de su espalda y su cuello que era adornado por la gargantilla de diamantes. A diferencia de como era casi siempre su cabello azabache estaba recogido en una especie de chongo algo despeinado que dejaba ver también los aretes.
Lin por su parte al mirarlo o pudo evitar detener sus pasos sonrojada. Lo veía todos los días, conocía cada rincón de su cuerpo pero esa noche en especial tenía algo… cierto magnetismo que no supo definir.
- ¿Estás bien? –escuchó Lin para darse cuenta de que ya la tomaba del brazo – Estás temblando… - ella intentó ordenar sus ideas con rapidez, cómo era posible que de repente la pusiera tan nerviosa el sólo verlo con e smoking negro y la camisa blanca debajo, como si fuese su primera cita.
- Es… estoy bien… ¿Nos vamos? –habló a duras penas desviando la mirada para que el sonrojo de sus mejillas no fuese demasiado obvio.
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Sesshoumaru detuvo la marcha del auto justo en el lugar que se suponía estaba cerrado esa noche, bajó y abrió la puerta para que ella saliera también.
- Pero… hoy estaría cerrado.
- Esta noche es sólo para ti, para nosotros –le dijo tomándola de la mano para entrar y sin dejarla entender muy bien qué sucedía.
El personal habitual les dio la bienvenida y abrió la puerta para dejarlos descubrir el interior, justo con él lo ordenó, como a ella le fascinaría. El sitio estaba apenas iluminado por muchas velas de tenue aroma a flores, en el techo estaban dispersos varios globos de colores casi transparentes y el suelo lo adornaban pétalos de rosas de arco iris.
- Tú lo… -pudo apenas articular Lin mientras lo miraba a los ojos.
- Esta noche somos sólo nosotros – detuvo sus pasos para besarla con sutileza en los labios y ver que el mesero ya se acercaba con un par de copas en una bandeja.
Extendió la silla y ella se sentó dando las gracias mientras el mesero dejaba las bebidas, sin alcohol como sus médicos les dijeron a ambos, y les daba las buenas noches deseando que todo saliera perfecto. Así entre velas, globos y una sutil música cenaron el menú elegido por él desde antes, desde que planeó esa noche especial para por fin hacer lo que quería.
- Está delicioso –exclamó Lin ofreciéndole un bocado con su tenedor a él, que lo aceptó mordiendo el trozo a medias, ella sonrió y comprendió. Se acercó y también tomó un poco con la boca juntándose en un beso compartido y largo, quizás demasiado, que encendió más de una pasión en la joven. –Recuérdame hacer eso cuando estemos a solas…
Luego del postre él se puso de pie y le expendió una mano invitándola a bailar, ella aún sonrojada por lo apuesto que se veía, aceptó.
Así iniciaron una danza lenta, abrazados, Lin pasó ambas manos alrededor del cuello de Sesshoumaru y él la detenía muy cerca por la cintura. Entre los pasos entablaban conversaciones entre lo banal y lo especial hasta que en un momento las palabras nunca serían olvidadas.
- Lin… - susurró en su oído- ¿Te gustaría ser mi esposa? –con esa simple pregunta la joven detuvo sus paso en seco y se separó unos centímetros para mirarlo con los ojos demasiado abiertos, lo amaba y sabía que él a ella pero nunca esperó una pregunta así.
Sesshoumaru la soltó y sacó de su bolsillo una pequeña caja como cubierta de terciopelo negro, la abrió delante de los ojos de Lin y la dejó ver que en el interior había un anillo de oro blanco con un diamante discreto pero muy hermoso. Ella trató de responder, quería decir que sí, que lo amaba y que nada la haría más feliz en el mundo, pero su cuerpo parecía no reaccionar, como siempre que recibía una sorpresa. Sólo sus ojos la delataron llenándose de lágrimas.
- ¿Puedo tomar esto como un "sí"? –le preguntó enjugando la primera de las gotas cristalinas que resbalaba por su rostro, al fin asintió y fue capaz de sonreír.
Sesshoumaru entonces tomó su mano izquierda y con sumo cuidado colocó el anillo hecho especialmente a su medida, cuando estuvo en su lugar tomó su mano y posó dos suaves besos en ella, uno en el dorso sobre el diamante y el otro en la palma, igual sobre el anillo. – Lin te amo… te amo… -murmuró mientras la envolvía en un cálido abrazo.
Así se quedaron unos momentos, los suficientes para que por fin ella supiera lo que estaba pasando en su totalidad y lo abrazara por fin casi colgándose de su cuello con todas sus fuerzas.
Besó su rostro mientras reía y le decía mil veces lo mucho que lo amaba, terminando con un apasionado beso en los labios, tan prolongado que parecía no terminar, ni por la falta de oxígeno, nada era suficiente para que se separaran en esos momentos en los que nada más existía. Luego de un rato de estar así ella rompió la caricia al notar que sus zapatos no tocaban el suelo, quién sabe desde cuándo Sesshoumaru la levantó unos centímetros..
- Tú sí sabes dar sorpresas… -le dijo mientras acariciaba su rostro, él sonrió y se acercó para trenzar sus labios de nuevo en muchos más besos que poco a poco los llevaban a la sensación de querer hacer el amor ahí mismo, aunque sabían que era imposible- Esta ha sido la noche más maravillosa que he tenido… en el lugar más maravilloso que he visto… -murmuró y luego se acercó a su oído – pero… ¿Podemos irnos ya?
Sesshoumaru dejó escapar una pequeña risa, quizás la primera desde que lo conocía, antes de abrazarla y tomarla de la mano para salir de ahí. En la puerta el personal los despidió y les entregó el auto, por fortuna el tortuoso camino al departamento era muy corto, de no ser así las cosas se hubiesen adelantado algo.
Entrando al departamento Lin lo tomó de la mano guiándolo a la alcoba, impaciente por llegar pero tranquila y casi traviesa. Los ojos castaños eran más profundos que antes, que nunca. Sólo a unos pasos de la cama lo detuvo para deslizar sus manos por todo el fornido pecho hasta los hombros y poder quitarle el saco del smoking, una vez que lo tuvo ella, se dio media vuelta y caminó con lentitud un par de metros hasta un pequeño sofá para dejar la prenda, él la miró todo el trayecto cada vez más impaciente por sentirla cerca. Regresó igual con pasos lentos y comenzó por quitarle la corbata y desabrochar su camisa con cuidado y de forma sutil, se la sacó por los hombros e igual la dejó acomodada sobre el saco.
Sesshoumaru sólo la miraba ir y venir, tocarlo, provocarlo sólo con la mirada y cada vez la sensación cálida bajo su pantalón iba aumentando hasta casi hacerlo perder el control. Lo siguiente que supo fue que dos delicadas manos desabrochaban su pantalón y se adentraban en su ropa interior.
- Lin… -murmuró ya sin fuerzas para contenerse mientras la estrechaba contra sí.
- No. – se separó – Ahora tú no te muevas. –lo tomó por sorpresa quitándole los pantalones al tiempo en que acariciaba sus piernas.
Luego posó ambas manos sobre su pecho para recostarlo en la cama, él lo hizo y esperó mientras la vio darse la media vuelta, creyó que por fin la tendría con él y ansió más que antes tocar su piel pero sólo se alejó más hasta el vestidor, donde tardó un par de segundos para volver con un pequeño frasco de cristal en las manos.
Subió un poco su vestido, hasta arriba de las rodillas y se sentó sobre su cintura ahogando un suspiro al sentir su hombría entre sus piernas. Tomó el pequeño frasco y le quitó un corcho que servía para taparlo, él sólo miraba hipnotizado, con mucho cuidado Lin se puso algo del aceite en los dedos y luego acarició así los oídos y cuello masculinos sobre la piel erizada. Después vertió algo del contenido directo sobre el pecho desnudo y cerró de nuevo el contenedor para poder dejarlo en el suelo.
- Ahora verás la sorpresa -susurró cerca de su oído dejando sobre las marcas del aceite su aliento cálido sólo para hacerlo sentir el efecto de la sustancia que entre hormigueaba y quemaba su piel resultando muy excitante.
Así se paseó por todos los lugares donde antes esparció su sorpresa escuchándolo suspirar profundo más de una vez. Llegó hasta su pecho y primero con las yemas de los dedos terminó de distribuir el líquido por diversos sitios para luego de la misma forma marcar su aliento y besar todos los lugares con los labios entreabiertos.
- Y hay otro detalle –le dijo sorprendiéndolo el probar con el gusto su piel cubierta por el aceite varias veces, luego subió así hasta mirarlo a los ojos y pedirle un beso en silencio.
La caricia inició de forma desesperada, Sesshoumaru no esperó nada antes de adentrarse en su boca y probarla hasta notar el sabor a manzana de los besos. Se separó y buscó sus ojos casi preguntando.
- Ves…- murmuró en su oído – puedo buscar otro sabor… -pero no le fue posible continuar, ya que Sesshoumaru al borde de su instinto la tomó por la cintura para cubrirla con su cuerpo y besar su piel, comenzó por su cuello, recorriéndolo varias veces antes de seguir con sus oídos, los besó y los mordió al escucharla suspirar entrecortado.
Descorrió con cuidado los delgados tirantes del vestido para tener a su merced toda la piel despierta que besaba. Mientras, sus manos jugaban recorriendo el cuerpo femenino por encima de la tela hasta que encontró el borde y sin dudarlo lo corrió hacia arriba con la urgencia que Lin le demandaba.
Pronto la tuvo casi desnuda ante sí y con las traviesas manos retirando su ropa interior, lo dejó sin ropa y acarició su virilidad con movimientos suaves y casi dolorosos. Él gimió con suavidad mientras se adentraba un poco en la joven sintiendo su humedad y calor, así la dejó completamente desnuda y probó sus pechos con desesperación y urgencia arrancó más de un leve gemido. Con delicadeza la tomó de ambas manos y las puso sobre el colchón sin soltarlas por un instante para entrar en ella libremente. Despacio al principio se adentró mientras ella se aferraba a sus manos y arqueaba la espalda hacia atrás llena de placer. Comenzó con movimientos suaves pero cada vez más fuertes, cada vez más cerca del éxtasis total, no podía pensar en nada más que ella. Así la llevó hasta el clímax de sus sensaciones entre una y otra envestida al mismo tiempo que él de derramó en su interior.
Con sus cuerpos aún cubiertos por una delgada capa de sudor se quedaron abrazados por mucho tiempo, sin decir palabras que sobraban luego de demostrar su amor más allá de lo físico, con el alma. Al fin el amanecer los sorprendió de la misma forma, apenas con el ambiente somnoliento que se apoderaba de la habitación para hacerlos recuperar las energías perdidas.
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El cielo estaba pintado con muchos tonos de rosa y naranja en el horizonte, el sol se ocultaba ya dejando paso a la noche, cuando Lin abrió los ojos y sonrió al recordar todo lo que pasó la noche anterior, cómo ahora sus destinos estaban más unidos que antes. Intentó separarse un poco para mirarlo a los ojos y saber si estaba despierto pero el abrazo más fuerte la detuvo cautiva.
- Lin…
- ¿Dormiste bien?
- Excelente… pero… -le hizo notar la mano sobre su vientre- ¿Por qué no me lo dijiste¿Cómo no lo noté antes?
- ¿Qué?
- Tu embarazo, comienza a notarse. –terminó de hablar y tomó una de las manos femeninas para posarla sobre un pequeño sitio de piel donde apenas había cambio.
- ¿Estás seguro?
- Claro, te conozco mejor que tú –la besó tranquilo para así dar inicio a la primera noche del último mes del año.
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Lin estaba en la cocina preparando el almuerzo para cuando Sesshoumaru regresara de hablar con una editorial que pretendía traducir al francés uno de sus libros, cuando el timbre la sacó de sus actividades llevándola hasta el inter fon y atener a la persona que estaba abajo.
- Hija…
- Mamá… sube… -abrió la puerta con un botón y la mujer mayor subió hasta entrar en e departamento, los saludos fueron hechos y unos minutos más tarde ambas estaban sentadas muy cerca en los sillones sosteniendo entre las manos una taza de té cada una. - ¿Qué pasa?
- Te ves hermosa, el embarazo te sienta bien.-dijo sonriendo.
- Gracias… pero no creo que hayas venido por eso.-sonrió melancólica.
- vine a disculparme… porque nunca te escuché en realidad, nunca intenté entenderte… e hice que tu papá se pusiera de mi lado.
- ¿Qué?... mi papá…
- Cuando le dije pues… -no se atrevió a continuar- además, el cambio de plaza fue mi idea.
- Mamá…
- Lo sé… hice muchas cosas mal, pero quiero arreglarlo, que me disculpes y me dejes estar contigo en tu embarazo, conocer a mi nieto y a él. Quise venir antes pero… no es fácil aceptar que eres una mujer y elegiste tu vida.
- En… una semana será año nuevo, vendrán el padre de Sesshoumaru y su esposa ¿Quieren venir? Toda la familia… para estar aquí juntos.
- ¿No habrá problema?… -la respuesta de lin fue sólo abrazarla y sentirse al fin contenta porque todo parecía arreglarse, en esos momentos ni sospechaba lo que tendría que escuchar algunas horas después cuando Sesshoumaru por fin decidiera revelarle lo que Kagura le dijo.
CoNTiNuaRá...
Hello! Aquí está el capi, un poco tardado pero no tanto jeje. Espero que les haya gustado ya que ahora sí nos acercamos mucho al final (todavía incierto hasta para la autora jeje aunque ya me han llegado varias sugerencias, muchas gracias!).
Bueno ps ya me despido dándoles las gracias una vez más por acompañarme y apoyarme tanto en esta historia que es de todas. Y si tienen un segundo les pido un comentario, pofis jeje. Se cuidan. Byes.
