Acotaciones
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&&&&& Cambio de escena
( ) Bueno, hay un par de frases en japonés e inmediatamente su traducción.
Sesshoumaru entró en el departamento algo cansado y bastante tenso, fue recibido pronto por dos cálidos brazos que lo rodearon mientras recibía un beso sincero y tranquilo, lleno de alegría.
- ¿Cómo te fue? –preguntó refugiada en su pecho.
- Todo salió bien. Te ves contenta.
- Lo estoy, -se separó para mirarlo a los ojos- mi madre vino a verme y se disculpó por todo… mi familia vendrá también a pasar el fin de año. ¿No hay problema? –preguntó sabiendo de antemano la respuesta.
- Claro que no, me alegra que todo se haya arreglado –la abrazó de nuevo depositando un suave beso sobre su cabello.
- ¿Qué pasa? –preguntó alarmada al sentir su actitud de tristeza oculta.
- Hay algo… que tengo que decirte.
- ¿Qué pasa? –preguntó de nuevo tomando sus manos. Él la guió hasta un sofá y la hizo sentarse sintiendo ya como sus manos comenzaban a temblar temiendo que algo malo pasara. Se acomodó a su lado muy cerca y puso su mano sobre el vientre ya algo crecido de la joven acariciándolo y pensando en pequeño ser que habitaba dentro. – Sessh…
- ¿Sí?...
- Me estás asustando…
- Lo sé… y lo siento… debí decirte antes pero no sabía como –empezó a hablar mirándola a los ojos llenos de lágrimas mientras continuaba sintiendo su vientre- Sé… que fijamos ya la fecha de la boda pero… necesito tiempo, necesito que me des algo de tiempo antes, o después…
- ¿Tiempo? No… no te entiendo… ¿Cuánto¿Por qué?
- Tres meses –respondió mientras le dolía demasiado verla llorar por su culpa- Necesito tiempo antes de irnos a Japón para que tú estés aquí bien cuidada por tu familia…
- ¿Para… qué necesitas el tiempo? –preguntó con la voz temblorosa temiendo mil cosas.
- Todo va a estar bien –la abrazó con fuerza- siempre vamos a estar juntos, los tres y todo va a ser como quieres, como queremos… sólo necesito que confíes en mi y me des esos tres meses
- Te los doy –le dijo con la voz llena de desesperación mientras se separaba- te doy el tiempo que quieras pero dime qué pasa…
- Kagura quiere darme un tratamiento. –respondió sin intenciones de decir más, lo que la hizo sospechar lo peor.
- Por qué necesitas el tiempo si yo voy a estar contigo, nosotros vamos a estar contigo…
- No Lin… no ésta vez, no pienso someterlos a eso. –la besó en la frente y se puso de pie para ir a la cocina.
- ¡Someternos a qué! –le dijo ya bastante alterada- ¿A estar contigo¿Prefieres dejarnos solos?
- En ese caso habría muerto hace ya mucho tiempo –sus palabras dejaron a Lin con la sangre demasiado fría, nunca esperó eso y no le gustó en lo más mínimo, tan fue así que no dijo nada más, sólo se puso de pie y fue a la habitación a prepararse para dormir ignorando que le había preparado una cena especial esa noche.
Se mudó de ropa y se acurrucó en la orilla izquierda de la cama mirando hacia el suelo con los ojos llenos de lágrimas, siempre que Sesshoumaru hacía algún comentario así no podía evitar su reacción, de inmediato un miedo enorme la invadía y sentía el alma desaparecer en pedazos.
Él se quedó unos minutos más en la cocina y en la sala, caminando y pensando, maldiciendo en voz baja al destino y a sí mismo por hacerle eso a Lin, sabía que no debía decir esas cosas, la hería demasiado que hablara así pero en cierta forma no lo podía evitar pues era su forma de tener los pies en la tierra y no hacerse esperanzas sin sentido, no aferrarse a la vida más de lo que podía.
Respiró profundo y sirvió la cena en un gran plato junto con un par de bebidas, caminó hasta la habitación y dejó la charola en un mesita para acercarse a la cama por el lado derecho y notar que Lin no estaba dormida, así que sin dudar se recostó y comenzó a dejar pequeños besos en el brazo y hombro descubiertos de las sábanas. Al instante sintió la piel de la joven erizarse aunque no le dio respuesta alguna.
- Lin… lo siento –susurró en su oído, pero de nuevo no hubo nada- ¿Desde cuándo te gusta dormir en la orilla izquierda? –preguntó sabiendo que obtendría por lo menos una sonrisa con ello y así fue. Al fin sonrió y se giró un poco para quedar boca arriba.
- ¿Cómo lo sabes? –preguntó intrigada mientras lo incitaba para que se recostara en su pecho.
- Hace más de un año que te conozco y nunca te he visto dormir sobre tu lado izquierdo –respondió apoyando su cabeza en el cuerpo femenino.
- Eres muy observador… y muy tonto…
- Lo siento, algunas veces no puedo evitarlo.
- Hazlo… y dime… la verdad… -habló pausado evitando que el nudo en su garganta se lo impidiera.
- Kagura quiere darme un tratamiento nuevo, pero necesito estar en una clínica en la costa oriente del Reino Unido.
- Quiero ir contigo, quiero que estemos juntos.
- En la clínica sólo pueden estar los pacientes.
- Entonces me quedaré en algún lugar cerca.
- Es un sitio alejado e todo, lo único cerca es un pequeño pueblo con una pensión y no vas a estar ahí tres meses, en especial estando embarazada, no tienen los recursos si algo pasa.
- Sesshoumaru es que no… no puedo… -intentó seguir hablando pero las lágrimas sobre su rostro se lo impidieron mientras él acariciaba su vientre con ternura todavía recostado en ella.
- Serán sólo tres meses, estaré contigo cuando nazca nuestro bebé y en este tiempo tú vas a estar bien cuidada por tu familia, además tendrás los servicios de Jaken y todo lo que quieras.
- Quiero estar contigo…
- No tienes idea de cuánto deseo no hacerlo… Lin… pero no tengo opción, lo que hace Kagura ahora no resulta, esta es la… -detuvo sus palabras al darse cuenta de que lo que estaba por decir quizás no debía ser sabido.
- Es la…
- Nada… es lo mejor por ahora. Mañana vamos para que tu médico te lo explique y te diga que no puedes estar en un sitio así con el embarazo.
- Pero las mujeres en ese lugar tienen hijos, además serán sólo tres meses.
- Aunque los tengan, no por eso es menos riesgoso. –se irguió para quedar viéndola a los ojos- ¿Cuándo te he negado algo? –preguntó lleno de un sentimiento extraño, entre culpa, enojo y tristeza, aplicando un método como si hablase con una niña. Lin negó con la cabeza – Siempre hay una primera vez, hazlo por nuestro bebé, necesitas tener los mejores cuidados… dame este tiempo… -terminó de hablar con un suave beso en los labios.
Ella lo pensó por un momento antes de sólo aferrarse a su cuello con algo de desesperación y de inmediato humedecerlo con las gotas de agua salada que destilaban sus ojos en grandes cantidades, aún tenía miedo y quizás más que antes pero sabía que en esa ocasión no habría nada que convenciera a Sesshoumaru.
Poco a poco la recostó de nuevo sin separarse y se quedó así consolándola en silencio mientras lentamente las lágrimas cedían el paso a los suspiros inconcientes de la joven que nunca supo que ese tratamiento era más que sólo uno más, se trataba de la última y algo desesperada medida para salvar la vida del hombre que amaba.
- ¿Podré visitarte? –preguntó al fin ya más tranquila.
- Sólo si vas acompañada.
- Wakatta (Entendido) ¿Y estarás bien? – preguntó con otro par de gotas surcando su rostro.
- Claro que sí, tú no te preocupes por eso –limpió con los pulgares las marcas húmedas y luego la miró fijamente- Sólo necesito que me digas si quieres posponer la boda.
- No, de ninguna forma… no te dejaré ir si no eres mi esposo –sonrió de nuevo besándolo con ternura y luego posó su mirada en la bandeja que estaba en la mesita cercana- ¿Y eso?
- Pensé que tendrían hambre, además tú lo hiciste y no te he agradecido. –se puso de pie y llevó las cosas a la cama para comenzar a alimentarla como pequeña.
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Estaba ya la mesa lista al igual que un espléndida cena en la cocina hecha por ellos mismos, aunque Sesshoumaru era más bien de la idea de ordenar un servicio de banquetes, Lin insistió en que ellos debían hacerlo. La joven se ponía al cuello una gargantilla de diamantes mientras él sólo la miraba absorto en toda su belleza. Cuando se puso de pie Sesshoumaru no dudó en acercarse y abrazarla por la espalda para besar su cuello algo descubierto.
- Eres hermosa… -susurró posando ambas manos en su cintura, Lin al instante se estremeció y sólo pudo mover un poco la cabeza para darle completa libertad de besara.- Te amo. - con un solo movimiento la giró para poder besarla en los labios y arrinconarla en contra del tocador tratando de ir un poco más allá. Ella sintió la hombría de su pareja posarse entre sus piernas y un suspiro se escapó de su garganta.
- Sessh…- intentó buscar sus labios para besarlos cuando el sonido de alguien que timbraba los interrumpió abruptamente y él sólo recargó su frente en el cabello femenino resignándose a ser importunados por alguno de sus invitados. – Tenemos que atender. –lo separó y revisó que no tuviese marcas de su lápiz labial y ella se arregló un poco las ropas para abrir.
Luego de dar la entrada al edificio abrió la puerta y puso ahí tomada de la mano de él para ver entrar a su suegro y a la hermosa mujer que lo acompañaba, Izayoi.
- Buenas noches –los saludó con una reverencia.
- Buenas noches –respondieron los invitados y el hombre mayor se acercó para saludarla con un abrazo protector y familiar, al fin conocía a la mujer que sería la esposa de su hijo y a él lo veía por primera vez desde hacía varios años. – Supuse que eras bonita pero nunca imaginé que tanto –Lin se sonrojó y sonrió tímida.
- Gracias, pasen.
Así se adentró la pareja seguida de los anfitriones aunque Sesshoumaru todavía no pronunciaba palabra. Se sirvieron las bebidas y tomaron asiento para entablar una conversación algo lenta dadas las circunstancias. Unos minutos más tarde llegó la familia de Lin y fue entonces cuando ella notó que Sesshoumaru seguía en silencio así que con el pretexto de servir un plato lo llevó a la cocina dejando a los invitados conociéndose en ambiente festivo.
- ¿Qué pasa?
- Nada…
- Algo pasa ¿Estás bien?... –acarició su rostro con ambas manos.
- ¿Crees que todo salga bien?
- Claro que sí –lo besó en los labios- Tu padre y su esposa son maravillosos, sólo relájate... creo que todos aquí quieren lo mejor para nosotros.
- ¿Estás contenta?
- Sí… mucho, tú me haces feliz. –él la besó de vuelta y fue a servir el mencionado plato para regresar con los demás.
Esa noche fue algo especial para todos, las familias tranquilas y contentas porque todo parecía bien, lo único que llegó a mellar las horas de festejo fue el que todos sabían el secreto que Inutashou e Izayoi ignoraban, eso fue una pequeña causa de tensión, de tener cuidado de no mencionar nada pero a pesar de ello todo fue perfecto y la joven pareja pudo afinar los detalles para la pequeña ceremonia de su boda, para la que sólo faltaban cinco días.
- Por fin solos… -la abrazó por la espalda mientras ella cerraba la puerta a ya altas horas de la madrugada.
- Sí… por fin los tres…
- Estás cansada, tu voz no miente… -le dijo mientras la alzaba en brazos para llevarla a la recámara y dejarla sentada sobre la cama, ella sonrió y lo miró a los ojos antes de ponerse de pie.
- ¿Quieres tomar un baño? –lo invitó mientras se bajaba el cierre del vestido y caminaba hacia la ducha.
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El día siguiente estaba acordada una reunión de media tarde entre la joven pareja y los recién llegados de Japón, sólo era para conocerse un poco más pero Sesshoumaru tenía otras intenciones por lo que los citó de nuevo en el departamento. Llegaron los invitados y ambos hombres fueron al estudio, Lin e Izayoi creyeron que sólo sería una plática entre padre e hijo así que se quedaron en la sala conversando.
- Sesshoumaru siempre tuvo parecido a su padre pero ahora es casi igual a él, gracias a ti.
- ¿Gracias a mi? –preguntó la joven intrigada por el comentario.
- Él ha cambiado mucho, sé que antes sólo lo vi contadas veces pero recuerdo que su mirada era diferente, más fría y alejada del mundo.
- Creí que usted y el señor se habían casado cuando él era un niño… -inquirió sin entender de nuevo a qué se refería.
- Sí, pero aún así nunca pude convivir con él, siempre estaba solo y se alejaba de mi lo más posible, hasta que nació Inuyasha, entonces Sesshoumaru tenía sólo 10 años pero le exigió a su padre que lo mandara a un internado en Alemania, después de eso nunca más se dejó ver por mi ni por su hermano. -Lin frunció el seño el enterarse de ello, sabía sobre el internado y que nunca tuvo aprecio a la esposa de su padre ni a su hermano pero nunca imaginó que ni siquiera lo conociera. – Lo has cambiado mucho para que aceptara verme.
- En realidad… yo se lo sugerí hace tiempo pero… fue su idea, cuando los invitó él le dijo a su padre que vinieran los dos –Izayoi sólo guardó silencio más que sorprendida por el comentario.
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- ¿De qué quieres que hablemos?
- Hay algo que tengo que pedirte pero no pienses que es por eso que decidí hablarte de nuevo. Nunca pensé que tendría que pedirte esto, no quiero pero no lo hago por mi.
- ¿Qué pasa hijo? Sabes que puedes decir lo que sea, nunca pensaría que haces las cosas con interés. No eres así.
- Lo hago por Lin y por el bebé… las cosas se me salieron de las manos. –Sesshoumaru se giró hacia una ventana para no tener que mirar a su padre que ya estaba bastante alarmado.
- Siento todo lo que ha pasado y que nunca supe cómo acercarme a ti pero si ahora tengo una oportunidad quiero aprovecharla.
- Hace tiempo… me detectaron la misma enfermedad que mamá tenía. –dijo al fin sin pensarlo demasiado, si no, jamás lo haría.- Fue entonces cuando me alejé de todo, me preparé para morir. –lo siguiente fue un silencio en el que el joven esperó que su padre asimilara las palabras, pero éste no podía, nunca creyó que su hijo dijera algo así ahora que por fin tenía la oportunidad de estar con él. – Nunca me importó perder la vida, hasta ahora… sé que no debí dejar que las cosas llegaran a este punto, no quiero que Lin sufra… pero ya es muy tarde…
- No te va a pasar nada –habló Inutashou antes de que se le quebrara la voz.
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Las dos mujeres continuaban conversando ahora de cosas más banales cuando los vieron llegar hasta la sala, Sesshoumaru con su inexpresión de siempre y su padre con los ojos algo rojos. Izayoi se preocupó y se acercó a su esposo, aunque nadie dijo nada. Los cuatro salieron a dar un paseo y a cenar tal y como lo acordaron antes.
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- Izayoi… el viaje durará más de lo planeado…
- ¿Es por eso que has estado así desde que hablaste con tu hijo? –preguntó la mujer sentándose a su lado en la cama del hotel.
- Sí…-abrazó a su esposa buscando refugiarse en su pecho para desahogar un poco la desesperación que lo embargaba – Mi hijo está enfermo… lo voy a perder justo como a su madre –la mujer entonces lo abrazó con fuerza.
- ¿No hay algo que se pueda hacer?
- Dijo que un transplante de médula le serviría, su madre nunca tuvo esa opción por que él era su único familiar y por su edad no pudieron intentarlo, pero mañana iremos a que me hagan los exámenes y saber si puedo ayudarlo…
- Ves… -acarició su cabello- todo estará bien.
- ¿Y si no puedo ayudarlo?
- Entonces buscaremos otra salida.
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- Lin… -le dijo teniéndola desnuda entre sus brazos apenas recuperaron el aliento luego de hacer el amor.- ¿Tienes planes para mañana?
- Me van a entregar el vestido… ¿por qué?
- ¿Puede ir alguien contigo? Mi padre quiere salir para hablar los dos. –mintió.
- Claro, le diré a mamá. Me alegra que las cosas se estén dando tan bien entre ambos. –lo besó en los labios y los dos se dejaron envolver por la sensación de somnolencia.
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Al día siguiente los dos hombres fueron con Kagura para saber si en verdad existía esa última oportunidad
CoNTiNuaRá...
Hola! Cómo están?Ojalá que muy bien, espero que les haya gustado el capi, a pesar de que tiene más cambios de escena de lo que esperaba jeje lo siento.
No sé cuándo publicaré el próximo capítulo, espero que igual en una semana... es que muy probablemente sea el último o de perdida el antepenúltimo... pero más probable que sea el fin y, por lo tento, sea largo.
Bueno... ahora sí ya me voy jeje se divierten mucho, mil gracias por todos su apoyo, me dan muchos ánimos. Se cuidan y nos estamos leyendo. byes.
