Acotaciones

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Hay alguna palabras en japonés, su traducción está inmediatamente entre paréntesis

Lin se acercó a él intentando saber que era real y no sólo producto del inmensurable deseo de verlo y saberlo suyo nuevamente.

FLASH BACK

Una casa en los suburbios era el centro de atención de la comunidad desde que una pareja se mudó ahí junto con su bebé, a simple vista los dos eran muy diferentes pero se notaba ante todo lo mucho que se amaban, él serio y ella sonriente parecían un solo ser.

En un principio las cosas fueron perfectas, cada día lo pasaban juntos, Sesshoumaru parecía por fin libre de su mal y eso convertía todo en sólo armonía, hasta que recibió una llamada para citarlo al consultorio, él atendió y al colgar un temor conocido lo invadió, se suponía que sólo quedaba que le entregaran unos últimos estudios para liberarse de médicos pero que lo citaran no era buen presagio, así que cuando Lin preguntó quién había llamado él de nuevo mintió diciendo que se trataba de la editorial japonesa que visitaría al día siguiente para pedirle que se reunieran más temprano, así aprovecharía para hacer ambas cosas sin que ella sospechara, o por lo menos esas eran sus intenciones.

Partió hacia la ciudad algo temprano dejando a su joven esposa y a su hija en casa y con la esperanza de no volver con algo que ocultar. Más tarde apagó el celular para evitar que Lin lo llamase y se diera cuenta de dónde estaba, fue una medida algo exagerada pero no más grande que su temor y culpabilidad por lo que pudiera venir. Casi al medio día la chica recibió una llamada en casa que cambiaría mucho sus perspectivas y quizás su vida entera.

- No, él no se encuentra. ¿Quién lo busca? –dijo a la voz seria que preguntó por su esposo.

- Llamo de la editorial para confirmar su asistencia esta tarde a la reunión para la publicación del libro.

- ¿Esta… tarde?

- Sí, a las cuatro y media en el edificio principal de nuestras instalaciones.

- Él… él… disculpe, me parece que la cita era para hoy en la mañana.

- Está fijada para la tarde desde el principio.

- Gracias… yo le diré… -colgó el teléfono y se sentó sobre la cama con la bebé todavía en brazos y los ojos llenos de lágrimas, miró el aparato y dudando por un segundo lo llamó encontrando el celular apagado, algo estaba mal, le mintió y sólo hacía eso cuando se trataba de su salud, de la posibilidad de perderlo.

El resto de la tarde se resistió a llamarlo, la incertidumbre era demasiada y poco a poco el enojo se aparcó en su corazón, nunca antes sintió eso pero luego de todo lo pasado se creyó traicionada por el hombre que amaba, a pesar de las cosas que vivieron juntos no era capaz de serle sincero y de apoyarse en ella. "Él quiere estar solo… entonces debería estarlo… si no me quiere decir y no me quiere a su lado debería decirlo… no voy a estorbarle… ya no se va a ocultar más, nunca más…"-pensó entre lágrimas y pasos inciertos por toda su habitación sólo unos minutos antes de que la puerta se abriera para dejarlo entrar.

Subió a la recámara principal extrañado de no ver a Lin en el jardín trasero como cada puesta de sol, cruzó el umbral y de inmediato supo que algo no estaba bien, la joven lo miraba fijamente con el rostro mojado y una expresión que nunca antes vio, con cautela se acercó hasta quedar a escasos centímetros de la impasible mujer.

- ¿Nani? (¿Qué sucede?)...

- ¿Dónde estabas?

- En la editorial… -respondió sin imaginar lo que ella sabía.

- Antes de eso, antes de las cuatro y media… porque si no me equivoco la cita era a esa hora…

- Lin… -buscó sus manos cuando la vio alejarse pero ella se lo impidió.

- Es cierto… no quería creerlo pero es cierto… me llamaron para confirmar la reunión a las cuatro treinta ¿Qué hiciste en la mañana¿Doko e ikimashita?(¿A dónde fuiste?)

- No es lo que piensas…

- ¿Lo que pienso¿Sabes lo que pienso? Te aseguro que no, no tienes idea, si lo supieras me hubieras dicho… al final no lo sabes y no te importa… sé donde estabas, te conozco… te citaron al médico ¿O me equivoco? –Sesshoumaru mantuvo un silencio lleno de culpabilidad. – Lo ves… lo sabía… siempre es lo mismo ¿Qué es? Dime qué te dijeron…

- Calma… Lin… te amo… -la abrazó con ternura y fuerza intentando tranquilizarla antes de lo que tenía que decirle pero su unión duró muy poco ya que ella se separó no sin antes dejarlo notar el acelerado ritmo de su corazón.

- No me digas que me amas porque no es cierto, no confías en mi… no crees que soy fuerte y prefieres estar solo… ya me cansé de que me des explicaciones después de que pasaste por todo, ya me cansé de que no me dejes estar a tu lado… -su voz estaba demasiado alterada y sus ojos parecían no dar abasto a las lágrimas que corrían libres y dolorosas, hasta que al fin tantas horas de tensión dieron como resultado una ligera debilidad que la hizo sentarse.

- ¿Estás bien? Llamaré al médico, mejor hablamos otro día –la abrazó de forma rápida y angustiada y se encaminó a la puerta para buscar el número del doctor.

- Sesshoumaru… -lo llamó desde el borde de la cama- no… no importa, esto tenemos que arreglarlo ahora… ya estoy cansada de posponerlo…

-Ahora no Lin. –sentenció imperativo.

- Como quieras… pero si cruzas esa puerta tendrás que mandar a Jaken por tu hija para poder verla… -él se detuvo, eso era casi como una amenaza, nunca creyó escuchar algo así de su esposa pero en el interior supuso que tenía razón, no era justo todo lo que le hacía y en especial después de esa mañana no podía asegurarle hacerla feliz… tal vez la idea que tuvo cuando eran novios fue la mejor, separarse antes de hacerle daño y ese momento era la oportunidad perfecta para llevarlo a cabo.

- Lin…sumimasen demo(perdónamepero) es mejor así… -le dijo muy seguro de sus palabras y de sus actos mientras ella no le despegó los ojos sin creer lo que hacía.

Sus sentidos no dieron crédito de cómo ese hombre que tanto decía amarla, que tantas veces se lo demostró, era capaz de irse así solamente y dejar todo lo que hicieron juntos, su amor, su vida, su hija. Intentó seguirlo y detenerlo pero el mensaje fue muy claro para ella "no quiero estar contigo", así se decidió en unos segundos a dejar ir al amor de su vida sin la certeza de que las cosas pudiesen arreglarse. Esa fue la primera de muchas noches que Lin durmió abrazada de su bebé y el primero de muchos días que no vio a Sesshoumaru ni tuvo más noticias de las que le daba Jaken cada dos días cuando iba a dejar o a recoger a la bebé.

FIN DEL FLASH BACK

- ¿Qué haces aquí? –preguntó con dolor en la voz sin atreverse a tocarlo.

- Necesitamos hablar… sé que te vas a Londres… - él no se movió ni cambió la frialdad de su mirada aunque por dentro deseaba besarla y disculparse por todo no lo creyó prudente, no después de meses de no tener el valor de acercarse.

- Es cierto, tenemos que arreglarnos para ambos ver a nuestra hija –respondió dándose la vuelta pero él la detuvo tomándola de la mano.

- No, tenemos que arreglarnos nosotros.

- Siéntate, voy por algo de té… - se liberó del agarre y camino hacia la cocina mientras los ojos ámbar la siguieron ¿Desde cuándo lo trataba como un invitado? Quizás ahora se lo merecía ya que ese no era su hogar, sin embargo no podía tolerar verla hacer eso.

Sin estar muy seguro de no equivocarse caminó detrás de ella y la sorprendió con un abrazo por la espalda en la cocina, creía que no iba a aceptarlo pero Lin lo hizo, la cálida sensación que tuvo la primera vez que estuvieron tan cerca no había cambiado en lo más mínimo, siempre fue capaz de doblegar su razón con sólo rozar su piel.

- Perdóname… lo hice todo mal.

- No, ese es el problema, que creo que hiciste justo lo que querías hacer… no me engañaste… sé lo que sientes por mi, es sólo que no es lo que imaginé. Tal vez me quieres pero no me amas, no me necesitas como yo a ti. –acto seguido se liberó y terminó de preparar el té mientras él la veía y pensaba en cómo hacerle saber que estaba en un error y que la única razón por la que pudo resistir tanto tiempo sin ella fue el dolor que la causaba saber que la lastimaría.

Unos minutos después fueron a la sala y se sentaron en el mismo sillón pero con cierta distancia de por medio, cada uno dio un sorbo a su taza y luego las dejaron en la mesita con cuidado de no derramarlo ya que la falta de luz era notoria, a su alrededor sólo estaba el brillo de la luna llena.

- Sé que no puedo pedirte que estemos juntos, no después de todo el daño que he hecho pero no puedo imaginar estar un momento más sin ti. Te amo… -habló directo viéndola a los ojos castaños que ya derramaban más de una lágrima.

- Si eso fuera cierto… hubieras venido antes… o no te hubieras ido… Sesshoumaru… ¿Qué fue lo que pasó ese día¿Qué nos pasó?

- Cometí un error… me llamaron para recibir en persona unos estudios, querían darme algunas noticias y… después de que todo estaba hecho, no sería nada bueno.

- Y cuando regresaste no te apoyé… en lugar de eso te dije que te fueras…

- Tenías todo el derecho. No sé qué pasará de ahora en adelante… sólo sé que no puedo pensar en estar lejos de ti, ni en que tú sufras ni llores…

- ¿Sabes cuánto he llorado por no tenerte? Por eso me voy… porque aquí estoy muriendo, lo único que me salva es Aiko, es mi razón de estar con vida pero no puedo atenderla, desde que te fuiste llora demasiado... –entonces su desesperación tomó forma obligándola a cubrirse la cara con ambas manos, como respuesta él se acercó para abrazarla.

- Lin, tú eres perfecta, no digas tonterías. Sé que no tengo ningún derecho de hacerlo y que si te niegas lo tendré merecido pero… no puedo estar sin ti… quiero pedirte una nueva oportunidad, si todavía me amas… si puedes perdonarme… te necesito.

Ella se sorprendió por lo que escuchaba, hacía tiempo que se convenció de que nunca escucharía eso, de que todo estaba definitivamente perdido pero ahora que lo tenía ante sí y las palabras resonaban como un eco en sus oídos no era capaz de responder, tenía miedo de decir "sí" y que todo se repitiera. Su mente trabajaba tan rápido que casi estaba aturdida pero la reacción inconciente que tuvo pudo más que cualquier cosa, sólo haciéndola cerrar los ojos y responder el abrazo, sólo haciéndola esperar un beso que sin demora llegó.

Fue un contacto suave y casi temeroso de los dos, lidiaban con su miedo de perderse, de que un nuevo error los llevara a terminar con todo lo que les importaba. Rozaron sus labios varias veces reconociendo los besos que extrañaron demasiado, al mismo tiempo sus almas se tocaron como antes, como si nada, para dar paso a la necesidad de estar más cerca. Lin posó sus manos en el cuello de él y lo atrajo un poco más mientras Sesshoumaru la tomó por la cintura y la hizo reclinarse sobre el sofá al tiempo en que el beso se volvía cada vez más profundo.

Sintió el cuerpo de él acorralarla de pronto y no le molestó, al contrario, necesitaba estar con él, quería más que nada recibir sus caricias y saber que era suyo aún. Unas suaves manos buscaron el borde de la falda que llevaba, algo arriba de las rodillas. Ese suave tacto le erizó la piel hasta lo más profundo y arrancó un suspiro de su garganta. Lo amaba, en verdad lo amaba más que a su vida y necesitaba estar con él pero aún así tenía una duda clavada en el corazón. Todavía no estaba segura de si las cosas cambiarían, no sabía qué tanto podría resistir esta vez sin saber qué sucedía con la vida de Sesshoumaru. Entonces se vio atrapada entre lo que sentía y lo que sus pensamientos ordenaban y se dio cuenta de que hacer el amor no era la mejor forma de arreglar las cosas, no después de meses de estar separados, pero nada la hacía alejarse, al contrario a cada segundo deseaba más estar con él.

Sesshoumaru la besaba cada vez de forma más profunda, saboreaba cada rincón de su boca y con cuidado buscaba su piel, estaba conciente de que debía ser cuidadoso después de todos sus errores, tenía que hacerla sentir amada y segura. Continuaron así por algunos minutos, besándose, reconociéndose a cada instante con una reconciliación que era prueba de que nada podía separarlos. Lin aún dudaba por instantes en hacerlo aunque la pasión la vencía junto con un par de lágrimas traviesas que salieron de sus ojos poco antes de que un llanto proveniente de la planta superior hiciera a Sesshoumaru separarse lentamente.

- Iré a calmarla… -susurró contra el aliento de la joven antes de darle un último y rápido beso, Lin asintió y lo vio perderse entre las sombras de la escalera, entonces, estando a solas otras gotas saladas corrieron libres por su rostro mientras varios segundos no se sintieron.

- Te amo… te amo tanto… -dijo para sí misma sin notar que Sesshoumaru ya estaba muy cerca con la niña en sus brazos, él la escuchó y una sonrisa se dibujó en su rostro llenándolo de una sensación agridulce, le dolía demasiado verla llorar pero saber que todavía lo amaba era lo único que podía hacerlo feliz en esos momentos. Ambos estaban concentrados en sus pensamientos, quizás creando la atmósfera perfecta para sanar todas las heridas, cuando Aiko interrumpió de nuevo.

- Creo que tiene hambre… tú puedes ayudarla mejor que yo –se sentó a su lado esperando que Lin la tomara en brazos para alimentarla pero ella en cambio se puso de pie.

- Traeré la fórmula… yo no… puedo alimentarla mucho.

- ¿Le has dicho al médico? –preguntó parándose a su lado.

- Sí, dice que es porque perdí peso rápidamente, pero estamos bien las dos, le doy la misma fórmula que tú. –sonrió encaminándose para la cocina pero Sesshoumaru la detuvo y le entregó a la niña antes de ir él mismo por la botella.

Pasaron un par de minutos antes de que regresara y se la entregara a su joven esposa, ella la recibió y se la dio a la bebé para al fin acallar su ligero llanto definitivamente. Juntos la miraron comer en silencio casi como disfrutando de un lindo espectáculo que hacía tiempo no podían ver juntos.

- ¿Cómo estás? –preguntó Lin con temor da la posible respuesta.

- Bien, al fin por completo.

- ¿De verdad?

- Sí Lin, ésta vez es definitivo y verdadero… -habló dejándole ver que era totalmente sincero y con esa confesión le dio más tranquilidad que con cualquier otra cosa, ahora su vida estaba a salvo.

- Me alegra mucho… -sonrió con un brillo especial en los ojos- Pero… ¿Por qué vienes hasta ahora?

- Porque hasta ahora sé que todo estará bien, luego del tratamiento parecía no estar terminado, recibí más medicamentos fuertes sin ninguna seguridad de que sirvieran y no quise hacerte lo mismo de nuevo, no podía hacerte daño por eso.

- ¿Y crees que no me hiciste daño?

- Lin… -se acercó para juntar sus frentes. – Perdóname... sé que no tengo derecho pero no podía…tú y ella son mi razón de vivir, si alguna me falta, no tengo nada… te amo, no puedo vivir sin ti, te necesito.

Ella permaneció en silencio por largos momentos mientras asimilaba las palabras que todavía resonaron mil veces más en su corazón, la amaba y sobre todo, la necesitaba, cuántas veces antes no pensó que ya no le importaba más. Ahora podía dejar las cosas así y sólo ser felices y eso era lo que más deseaba porque aunque él no lo dijera ella también cometió errores.

- Te amo… -se separó un poco para mirarlo a los ojos y se sorprendió bastante de lo que encontró, la mirada ámbar lucía cristalina, nunca imaginó ver lágrimas en él y sin embargo ahí estaba a su lado con los ojos húmedos y el espíritu expectante de lo que ella dijera.- Perdóname también… hice muchas cosas mal... te amo… y no quiero nada más que estar contigo.

Acto seguido se besaron con ternura y desesperación total teniendo cuidado con el pequeño ser que Lin sostenía aún en brazos, muchas caricias tiernas siguieron por largo rato, se amaban y ahora su reconciliación era un hecho porque a pesar de cualquier cosa no eran capaces de estar separados. Al fin se distanciaron un poco cuando su necesidad de estar juntos fue demasiada.

- Se quedó dormida… -dijo Lin en tono bajo. – Hacía tiempo que no lo hacía tan fácilmente.

- Ella lo siente…

- Siempre creí eso –sonrió- La llevaré a su habitación.

- Te alcanzo en un minuto. – Lin no entendió la razón de ello pero sólo lo besó en los labios y se fue con la bebé en sus brazos.

Entró en su habitación ya sola y encendió un lámpara que daba luz tenue que le permitió ver a través de la ventana que el viento se había calmado, con la misma lentitud se acercó y la abrió sin descorrer las cortinas. La brisa suave se estrelló contra su piel con algo de rocío. El cielo estaba casi despejado al igual que su alma, libre de temor y de dolor porque ya estaba con él, ahora pensaba que por fin podrían ser felices juntos y como una respuesta inesperada sintió un suave abrazo por la espalda y un beso sobre su oído que le erizó la piel.

- Te amo… -susurró Sesshoumaru mientras la incitaba a que se diera la vuelta para besar sus dulces labios con ternura. – Ven…

La tomó de ambas manos conduciéndola a la cama, la incitó a sentarse en el centro y luego tomó del tocador un plato que contenía algo de helado y pastel, así se sentó a su lado sólo mirando la dulce sonrisa que se dibujó en el rostro de Lin cuando supo las intenciones de su esposo.

- ¿Creerías que con un helado y algo de pastel podrías contentarme? –preguntó recibiendo el primer bocado.

- ¿Estaba equivocado? –ella dejó escapar una pequeña risa y lo golpeó sin fuerza en el hombro mientras tomaba la cuchara para ahora darle a él.

- Gracias… me hacía falta…

- Lo sé… has perdido mucho peso. –ella sonrió de nuevo y negó con la cabeza un poco restándole importancia al asunto.

- Algunas veces no lo puedo creer… hace dos años no non conocíamos y ahora las cosas han cambiado tanto, nunca me imaginé nada de esto, no creí ser tan feliz de esta forma. –él permaneció unos instantes pensativo.

- No sé cómo puedes quererme… ahora deberías estar terminando la universidad… con tus amigos, viviendo cosas muy diferentes.

- Nunca digas eso… no hay nada que desee más que estar contigo y con Aiko, ustedes son lo que más quiero. La universidad siempre estará ahí pero ahora es el momento de estar nosotros.

Con una sonrisa le dio un bocado a Sesshoumaru y luego dejó el plato en un buró con un movimiento leve, mientras, se aproximó para besar sus labios algo fríos a causa del helado. Se fundieron en un tierno beso cargado de pasión y deseo de estar juntos, sus cuerpos pronto reaccionaron al dulce contacto mezclado con sabor a chocolate y baja temperatura.

- Hazme el amor… quiero estar contigo y ser sólo tuya… -esas palabras provocaron demasiado a Sesshoumaru que con un impulso la recostó sobre la cama y continuó besando sus labios, inmiscuyéndose entre ellos para tener la esencia de su esposa.

Con delicadeza acarició sus piernas desde las rodillas y sintió la suave piel erizada, poco a poco subió lentamente y descorrió la tela de la falda hasta llegar a una prenda íntima que acarició para sólo sentir el cuerpo de Lin estremecerse de inmediato.

Un escalofrío recorrió todo su cuerpo al sentirse amada así y de inmediato buscó el borde de la camisa negra que él llevaba, la desfajó con cierta urgencia de sentir la piel desnuda con la suya. La prenda igual fue desabotonada con rapidez para dejar al descubierto los músculos del tórax de Sesshoumaru que guardaban los fuertes latidos de su corazón, al verlo así Lin se sintió atraída hacia él, hacia su respiración agitada que, besó con pasión cada centímetro dejando su cálido aliento y alguna pequeña marca producto del deseo de que fuese sólo suyo.

Él pareció perder más la cabeza al ser besado así y con un impulso le retiró la ropa interior acariciando sus piernas, quiso regresar por el mismo camino para continuar desnudándola pero ella lo empujó un poco y lo hizo quedar recostado en la cama y se posó sobre él.

Lin tomó la iniciativa para un nuevo beso, se adentró entre sus labios y disfrutó de un juego apasionado y casi salvaje mientras sus manos ágiles desabrocharon el pantalón negro y se colaron entre la tela para encontrar la hombría de Sesshoumaru.

La luz casi ausente los rodeaba y el eterno silencio era sólo roto por algunos suspiros y dos latidos al unísono amándose y reconciliándose. Una lágrima solitaria apareció en el rostro de la joven y recorrió el camino hasta perderse y desaparecer en la nada junto con el dolor.

- Te amo… -susurró acomodándose más sentada en él apenas rompiendo el beso.

Sintió la virilidad de Sesshoumaru entre sus piernas y por un momento olvidó la ternura de su encuentro sólo guiada por la cálida sensación provocada en la boca de su estómago.

Sentía los ojos dorados sobre ella casi devorándola y sonrió mientras se levantaba un poco para despojarlo del pantalón y los boxers de una sola vez. Así lo tuvo más a su merced para plantar varias caricias sutiles y provocadoras.

El hombre decidió entonces que no podría estar así por mucho tiempo y se irguió para tomarla por la cintura con una mano y desabrochar su blusa con la otra, sólo algunos momentos fueron suficientes para dejar al descubierto algo de tela de encaje que cubría apenas la piel despierta de Lin. Sonrió y dejó los labios de su pareja bajando poco a poco, quizás con demasiada lentitud hasta el borde de sus formas femeninas y sentir que no era suficiente.

Con ambas manos buscó el broche en su espalda y al encontrarlo lo deshizo y la desnudó impaciente de tenerla, paseó sus labios por la piel despierta de la joven, desde su cuello hasta su ombligo varias veces saboreando la suave esencia que emanaba y haciéndola estremecer hasta inclusive arrancar un leve gemido de su garganta.

Varios momentos se pasaron así con un juego que podría continuar por siempre pero Lin lo interrumpió acomodándose sobre él, guiándolo a su interior, Sesshoumaru suspiró y llevó ambas manos a la espalda la joven para desabotonar la falda, única prenda que todavía llevaba, y poder quitarla para que nada los separara.

- Te amo… -murmuró él entrecortado al abrazarla por la cintura algo sentado y atraerla más, la joven respondió mordiendo sus propios labios y también aferrándose más a él.

Así iniciaron un vaivén algo apresurado desde el principio, casi desesperado y algo fuerte con urgencia de consumar su acto al fin luego de tanto tiempo de no estar juntos. Así con movimientos constantes, los dos unidos en un solo ser, llegaron al clímax juntos con una exclamación y un tibio líquido que recorrió a la joven por dentro.

- Lin… te amo… -susurró en su oído mientras con un suave abrazo la recostaba en su pecho. La clama se sentía envolverlos paulatinamente junto con un ritmo más tranquilo en sus respiraciones los dos se dejaron envolver por el sueño.

- Todo es perfecto… por estar contigo, por tener a Aiko… muchas gracias por hacerme tan feliz…

- No me des las gracias… tú salvaste mi vida… por ti y por nuestra hija es que aún estoy aquí –la abrazó un poco más fuerte mientras ella le correspondía dejando suaves besos en su pecho desnudo- Ustedes lo son todo…

- ¿Por fin todo estará bien?

- Sí Lin, ahora somos una familia los tres y siempre estaremos juntos…

Una sonrisa de tranquilidad y alegría se dibujó en los labios femeninos, besó una vez más la piel desnuda de su esposo y al fin los dos se quedaron dormidos, abrazados en u atmósfera perfecta que sólo sería rota un par de horas más tarde por el llanto leve de un niña que por esa noche pidió sin palabras dormir con sus padres.

FiN.

Hello! Jeje pues aquí está unos 2 mil años después... lo siento jeje mil cosas con la graduación y los exámenes, demás de que quise publicar desde antes y no me dejaba... jeje lo bueno que ya todo salió bien. Espero que les haya gustado el final... y no desmerezca de la historia.

Mil gracias a todas por leer el fic, significa muchísimo, en especial que me hagan saber qué piensan. Me divertí (jeje y hasta sufrí a veces) mucho escribiendo y espero que les haya pasado lo mismo al leer. Gracias esta historia es de ustedes.

Y un agradecimiento muy especial por el nombre de la bebé... la verdad es que no tenía la menos idea de cómo se llamaría pero una amiga me hizo la sugerencia, me dijo queAiko significa "hija del amor", muchísimas gracias me diste el nombre perfecto.

Ya saben cualquier tipo de comentario es bien recibido jeje toda crítica ayuda a crecer. Por el momento tengo otra historia en mente (creo que también el empezarla me retrasó para este final jeje), no sé exactamente cuándo la publique pero espero que también llegue a gustarles... jeje desde luego también es SessXLin jaja...

Bueno ahora sí ya me despido, de nuevo un millón de gracias y nos estamos leyendo en alguna parte. Se cuidan mucho.

Byes.