C2:

Lola resopló fracasando en ocultar una carcajada, provocando que Luz volviera al tiempo presente.

─ ¿Disculpa? No te entendí…─ Dijo la castaña recuperando el equilibrio sobre sus propios pies.

¡Díselo en inglés Bichita! ─ Aulló Lola, provocando un rubor en las mejillas de su hermana pequeña.

Tanto la cara de la chica cómo la de Lilith reflejaban un despiste total al no entender el idioma que las hermanas Noceda usaban.

─ Uh… ─ Musitó la joven. ─ Ya me puedes soltar…

Luz se dio cuenta de su postura y rápidamente saltó un metro hacia atrás, soltando la cintura y la mano de la joven mientras su hermana continuaba riendo silenciosamente.

─Disculpa…─ Dijo Luz al fin en el idioma adecuado. ─ No sabía que ibas a entrar y abrí la puerta de un impulso.

La joven sonrió cortésmente, mostrando una cuidada y perlada dentadura.

Wow…

─No te preocupes, le pudo pasar a cualquiera.

Lilith carraspeó, llamando la atención de las presentes.

─ Buenos días Amity, no te escuché entrar…

─ Oh, si, el timbre no sonó.

─ Necesito ver que alguien lo repare…─ La subdecana suspiró. ─ En fin… Luz, Lola, ella es Amity Blight, es la hija del doctor Blight, estará en tu grupo y le pedí que te diera un tour por la escuela antes de empezar las clases, ella podrá resolver cualquier duda que tengas, conoce completamente todos los reglamentos y políticas de la escuela.

La castaña extendió una mano hacia las hermanas Noceda, siendo Lola la primera en tomarla.

─ Un gusto. ─ Dijo la mayor estrechando la mano de la joven. ─ Me llamo Lola.

─ Igualmente. ─ Respondió Amity soltando su mano y girándose hacia Luz.

La morena tardó dos instantes en reaccionar y apresurarse a tomar la mano de la chica.

─ Yo me llamo Luz.

La pálida piel era muy suave, su temperatura levemente menor a la suya y aquella mano, elegante y delicada, era tan pequeña estrechando la suya, que Luz estaba segura qué podía rodearla por completo con sus dedos.

Wow…

Tal vez lo intentaría después.

─ Gracias por evitarme una humillación pública. ─ Dijo la chica llamando la atención de Luz de sus manos unidas.

La morena sonrió ante la cara alegre de la joven.

─ ¡Oh, no fue nada! No te hubieras tropezado de no ser por mi culpa.

La castaña rio suavemente.

─ Igual gracias.

Tras la breve charla, la sala permaneció en silencio por algunos instantes.

─Ya… Me puedes soltar. ─ Dijo Amity por segunda ocasión con una sonrisa incómoda.

Luz soltó rápidamente su mano.

─ ¡Lo siento, es que estoy nerviosa y muy distraída! ─ Se excusó de forma casi inentendible.

Lola se puso a su lado y la empujó juguetonamente con la cadera.

─ ¿Qué es lo que te distrae tanto Bichita? ─ Preguntó traviesamente.

Luz la fulminó con la mirada mientras sus mejillas se teñían levemente de rojo.

─ ¿Qué significa Bichita? ─ Preguntó Amity con curiosidad.

─ Ah, es español. ─ Se apresuró a responder Luz. ─ Significa Little bug.

─ ¿De dónde vienen?

─ De Republica Dominicana carajita. ─ Respondió Lola con orgullo. ─ Yo tengo un tiempo viviendo aquí, pero la Bichita se mudó hace apenas una semana.

─ ¡Oh! ─ Dijo la castaña con leve sorpresa. ─ ¿Y cómo te sientes hasta ahora?

Luz se rascó la nuca con inquietud.

─ Es… Muy diferente, pero hasta ahora me siento bien, sobre todo porque puedo estar con mi familia, en la isla me cuidaba una tía que…

Lilith carraspeó con poca sutileza, interrumpiendo la conversación.

─ Lamento mucho interrumpir su charla casual, pero desafortunadamente queda relativamente poco tiempo para que inicien las clases, además de que yo tengo aún mucho trabajo que hacer, así que les ruego que comiencen con el tour y continúen conversando en el camino. ─ Declaró con contundencia la subdecana.

─ Mil disculpas Miss Lilith. ─ Respondió Amity agachando la cabeza mientras se dirigía a la puerta. ─ ¿Nos vamos?

Luz y Lola asintieron y caminaron tras la castaña.

─ Un placer conocerlas chicas. ─ Pronunció por último a modo de despedida. ─ Y bienvenida al instituto Jacob Blight, Luz.

─ ¡Gracias Lily! ─ Acotó Luz con entusiasmo, sorprendiendo a Amity con sus palabras.

A Lilith le tembló brevemente el párpado.

─ Por favor dirígete a mí como miss Lilith, o subdecana Lilith. ¿De acuerdo?

Luz se cubrió la boca con las manos con rapidez.

─ Lo siento Miss Lilith. ─ Dijo con voz amortiguada.

─ No hay problema, ten un buen primer día.

─ Gracias. ─ Respondió Luz de nuevo saliendo por la puerta.

─ ¡Gracias por todo Lily~! ─ Canturreó Lola. ─ ¡Nos vemos el viernes!

─ ¿Viernes?

─ Oh, sí, mami va a hacer una cena y quiere invitarte, probablemente lo haga hoy más tarde.

Lilith se veía auténticamente sorprendida.

─ Oh… Muy bien, hasta el viernes entonces.

Las tres jóvenes salieron por la puerta y consecuentemente, de la sala en la oficina de Lilith.

─ Bueno, primero que nada, les doy la bienvenida al instituto Jacob Blight, fundado en 1945 por mi Tátara abuelo Jacob Blight, es la primera institución católica en la ciudad de Nueva York, comenzó como una universidad masculina, pero al paso de los años abrió sus puertas a mujeres y eventualmente adquirió distintos niveles de educación. Vamos al primer edificio, síganme por favor.

El discurso profesional y fluido de Amity, daba a entender que no era la primera vez que daba un tour de este estilo, su tono y el buen manejo de palabras llamaba a mantener la atención.

Wow…

Luz estaba entusiasmada, la forma en la que la chica hablaba con tanta seguridad de sus conocimientos la fascinaba, y estaba ansiosa por escuchar más, así que se apresuró a caminar al lado de Amity.

Antes de dar cinco pasos, Lola jadeó dramáticamente.

─ ¡Oh no! ─ Exclamó con atropello. ─ ¡Me olvidé por completo! ¡Tengo que… Hacer… Cosas! ¡Me tengo que ir!

Luz frunció el ceño a la par que Amity se extrañaba.

─ ¿Cosas? ─ Dijo la menor con incredulidad. ─ ¿Qué cosas?

─ ¡Tengo que… Uh… editar mi última canción para subirla a mi canal! ─ Dijo de forma sumamente creíble.

¡Pero tú me dijihte que me iba 'a acompañar! ─ Reclamó la menor.

¡No sea´ tonta Bichita! ¡¿Qué no ve 'que la´ quiero dejar solas?! ─ Dijo la mayor alejándose lentamente.

¡¿Y sola´pa´qué?! ─ Reclamó Luz siguiendo los pasos de su hermana.

¡Junta do´neurona´Bichita! ─ Dijo Lola entre risas. ─ ¡La carajita e´ bonita!

¡Lola no me…! ─ Pero la mayor ya se había alejado bastante.

─ ¡Bye-bye Bichita! ¡Paso por ti a las 15:00!

Luz suspiró resignada.

─ ¡Bye-bye Bichota! ─ Exclamó recibiendo una sonrisa de su hermana que estaba llegando a la reja.

Luz devolvió su atención a Amity, quien miró toda la escena sin entender una palabra.

─ ¿Qué fue todo eso? ─ Preguntó con una sonrisa divertida.

´─ Tiene diarrea. ─ Declaró Luz en venganza al abandono de su hermana. ─ Estaba a punto de explotar y le avergonzaba decirlo.

Amity resopló intentando ocultar una suave y encantadora risita.

Wow…

─ Ese parece un buen motivo para ausentarse, aunque creo que bastaba con decir que no se sentía bien.

─ ¡Oh, así es mi hermana! ¡Dramática!

Amity sonrió.

─ Vamos al primer edificio. ─ Declaró de nuevo.

Luz la siguió con pasos alegres.

─ Dime… ¿Cómo es que le hablas a la subdecana Lilith con tanta casualidad? ─ Preguntó la castaña para romper el hielo.

─ ¡Oh! ¡Lilith es hermana de Eda, habla mucho de ella, así que siento como si ya la conociera! ─ Respondió con simpleza.

─ ¿Eda? ¿Hablas de la coach Edalyn?

─ ¿Así la llaman aquí? ─ Preguntó Luz extrañada, Eda odiaba las formalidades.

─ Eh… No precisamente, la mayoría de los estudiantes la llama por su nombre, pero yo no me siento cómoda hablándole tan casualmente a un adulto.

─ Oh… Yo… Normalmente no me doy cuenta. ─ Dijo seguido de una risa breve. ─ Cuando alguien me da confianza le hablo casualmente, a menos que me pidan ser formal.

─ ¿Y cómo es que conoces a la Coach Edalyn?

─ Vivo en su casa.

─ ¿Ah sí? ― Dijo Amity con sorpresa.

─ Sí, mi mami y Eda se conocieron hace unos años en la universidad cuando mami viajó a este país a hacer un máster en administración sanitaria y salud escolar, recibió su máster hace unos 6 meses, la recomendaron para trabajar aquí, es la nueva directora de enfermería.

─ ¡Oh! Aun no la conozco.

─ Entonces supongo que no te lastimas muy seguido. ─ Dijo la morena guiñando un ojo.

La castaña rio brevemente.

─ No realmente, acostumbro a ser muy cuidadosa.

Llegaron finalmente a las puertas del primer edificio.

─ Este es el edificio San Nicolás, santo patrono de los niños, aquí están los niños de Elementary school. – Comenzó a explicar Amity señalando el edificio. – El uniforme es amarillo con marrón, nuestros horarios son muy diferentes, así que casi no los topamos y mucho menos en los recesos o los almuerzos.

― ¿Cada uniforme es diferente? ― Preguntó Luz con curiosidad.

― Así es, es para distinguir a los estudiantes. ― Siguió Amity con su sonrisa cortés.

Luz y Amity continuaron caminando por el extenso campus mientras la castaña explicaba a detalle la historia de los edificios y la logística educativa.

Aprendió que cada edificio tenía el nombre de un santo que generalmente era el patrono de los estudiantes a los que correspondía.

San Expedito para el edificio de middle school, santo patrono de los jóvenes.

San José de Cupertino para el edificio de College, santo patrono de los estudiantes.

Y…

San Judas Tadeo para el edificio de high school… Santo patrono de las causas imposibles.

Al parecer a alguno de los antiguos decanos le pareció divertido nombrar así al edificio ya que consideraba qué a esa edad, los adolescentes eran más problemáticos.

Jaja.

Era también el edificio donde ella y Amity estarían estudiando en compañía de otros alumnos.

Amity le prometió que volverían al edificio para mostrárselo por dentro.

Pero antes le mostró el impresionante invernadero, lleno de plantas locales y exóticas.

Amity le explicó que ahí era donde los estudiantes del club de botánica trabajaban, por si acaso le llegaba a interesar.

Había una chica ahí, más bajita que ella, de complexión regordeta, cabello corto y ondulado de color negro, y bonitos ojos verdes ocultos tras unos grandes lentes redondos.

La interacción fue extraña, pues apenas entraron, la chica miró brevemente a Amity con ojos desafiantes, se excusó rápidamente y se retiró cargando dos sacos de fertilizante que, a los ojos de Luz, se veían bastante pesados.

― Ella es Willow. ― Le dijo Amity. ― Era la líder del club de middle school, probablemente entre al club de High school este año.

― ¿Está todo bien? ― Preguntó Luz dubitativa mientras posaba una mano sobre el hombro de Amity.

La joven se sobresaltó un poco y dio un paso atrás retirando el contacto.

Luz se cohibió y dio un paso atrás también.

― Ah… Sí. ― Se excusó Amity devolviendo la sonrisa cortés a su cara. ― Sólo que… No nos llevamos muy bien.

La castaña recuperó la compostura con rapidez.

― Sigamos. ― Dijo con solemnidad.

Pese a su insaciable curiosidad, Luz no preguntó más.

Le mostró entonces la huerta, donde había múltiples vegetales y algunos árboles frutales, Amity le explicó que los frutos de la huerta era lo que utilizaban para cocinar en la cafetería, y que eran los propios alumnos los encargados de cuidar y cosechar lo sembrado en la huerta.

Un poco más lejos, tras el huerto, Amity le mostró un terreno sembrado, sin ningún brote, pero rodeado de pastizal.

― Este es el jardín, hay muchas flores plantadas, pero crecerán hasta la primavera, es uno de mis lugares favoritos, te va a encantar cuando florezca. ― Mencionó con una sonrisa y voz calmada.

― ¿Te gustan las flores? ― Preguntó Luz con calma, siguiendo el tono de la conversación.

― Sí. ― Dijo Amity aún sonriente. ― Me gustan mucho, a veces me gustaría unirme al club de botánica…

― ¿Y por qué no lo haces?

Amity se tensó como si no hubiera esperado la pregunta.

― Uhhh…― Titubeó. ― ¡Por Willow! Como te dije, no nos llevamos muy bien, sería incómodo.

Luz no estaba del todo convencida… Pero recién y conocía a Amity, no le parecía justo tratar de interrogarla.

― Sigamos. ― Continuó Amity cambiando rápidamente el tema. ― Sólo faltan dos puntos antes de volver al edificio Judas.

Luz resopló.

― ¿Así lo llamas?

Amity se ruborizó levemente.

― Así lo llaman todos, es más fácil que decir "edificio San Judas Tadeo," algunos directamente lo llaman Judas.

Luz rio suavemente.

― Está bien, no te estaba juzgando, es sólo que parecía que tomabas todo muy en serio.

Amity frunció el ceño.

― ¡Claro que me lo tomó en serio! ¡Es un santo!

Luz se sobresaltó ante la voz elevada, Amity retrocedió, y su faz irritada cambió a una de incomodidad.

― Tú… ¿Crees que es una falta de respeto?

Luz agitó en negación las manos apresuradamente.

― ¡No, no! ¡Para nada! ― Profirió la latina con voz nerviosa. ― Sólo estaba bromeando, disculpa si te hice sentir incómoda, es sólo que el nombre de "Judas" es un poco raro y… No sé, me da un poco de risa.

Amity bajó la mirada.

― Lo siento, la religión es algo importante para mi familia… Me preocupan este tipo de cosas.

Luz se acercó de nuevo y dubitativamente levantó la mano en dirección a Amity, titubeando un poco.

Cuando la chica no se movió, poso suavemente una palma sobre su hombro.

― Tranquila… De verdad no pienso que hayas dicho algo ofensivo, todo lo contrario, es lindo que defiendas así los valores de tu familia, eres muy valiente, disculpa si te ofendí.

Amity sonrió muy levemente.

― Está bien, no me ofendiste, pensé que yo había dicho algo malo.

La castaña dio un paso atrás y la mano de Luz cayó suavemente de su hombro.

― Sigamos. ― Pronunció de nuevo la castaña. ― No queda mucho tiempo, y aún hay lugares por visitar.

El siguiente punto de visita fue la gigantesca iglesia.

Como Luz había sospechado en un principio, la estatua frente a la catedral era del fundador, del tatarabuelo de Amity, pero la iglesia…

Era impresionante.

Los techos eran altísimos, decorados de murales preciosos con querubines y santos que Luz no conocía.

Siempre se había preguntado cómo era que los artistas pintaban semejantes murales en techos tan altos.

Debía ser largo y aterrador.

Los ventanales, más grandes que todo su cuerpo, estaban cubiertos de cristal coloreado, que iluminaron a Amity con un precioso espectro de color mientras Luz se esforzaba en escuchar las palabras que salían de su boca.

Wow…

Tras explicarle que todos los lunes debían asistir a misa antes de comenzar las actividades de los clubes, continuaron al último punto, el más lejano.

Amity guio a Luz hacía un sendero que se alargaba hasta llegar detrás del tupido bosque que se encontraba al fondo de las instalaciones.

Esa escuela era absurdamente grande, le sorprendía incluso que se fuera a todos lados a pie.

Durante los minutos que caminaron por el sendero, Luz le contó a Amity sobre como había llegado al país cuando finalmente su madre había conseguido un trabajo con el que podría permitirse que Luz viviera con ella y su hermana, quien recientemente se había graduado de la universidad que había pagado trabajando medio tiempo, de cómo había vivido con su tía sumamente estricta y poco compasiva que, por su naturaleza curiosa que tendía a meterla en algunos problemas, no siempre la hacía sentirse bienvenida, le contó sobre el equipo de boxeo, de cómo era la mejor pitcher en el equipo de beisbol, y Amity la escuchaba con auténtico interés y atención.

La joven extranjera le resultaba extrañamente fascinante, su entusiasmo y personalidad burbujeante llamaban su atención, nunca había conocido a alguien que mostrara tanto entusiasmo y energía a quien prácticamente era una extraña.

Luz era muy diferente… Extraña.

Pero agradable.

― ¿A dónde vamos ahora? ― Preguntó con curiosidad.

― Al último punto. ― Respondió Amity con simpleza. ― Vamos a los establos.

La cara de Luz se iluminó con emoción.

― ¡¿Entonces si tienen caballos?! ― Preguntó con entusiasmo.

Amity la miró con su característica sonrisa cortés.

― Así es, para el club de equitación, también tenemos una pequeña granja lechera y un gallinero, están terminando el sendero.

Luz, que nunca había visto un caballo real, y al ver el relativamente corto plano que quedaba, se apresuró a correr unos metros para acortar el camino.

Cuando vio que Amity no la seguía, volvió fugazmente y la tomó de la mano.

― ¡¿Qué esperas?! ¡Vamos! ― Dijo con entusiasmo para después echarse a correr, arrastrando a la castaña consigo.

Tras correr el espacio que quedaba, llegaron al final del sendero, y Luz se maravilló con el amplísimo espacio verde donde, en la cercanía, podía ver edificaciones pequeñas hechas de madera.

Los establos.

Con energía renovada, corrió nuevamente hacia ellos, llevando de nuevo a Amity consigo.

Una vez frente a los establos, Luz miró con fascinación la pequeña construcción de madera, los caballos, en barracas individuales, comían o existían tranquilamente.

― Wooooow. ― No pudo evitar exclamar.

― Luz…― Pronunció la chica a su lado, sacándola de sus pensamientos. ― ¿Puedes soltarme, por favor?

La voz de Amity sonaba incómoda mientras observaba sus manos unidas.

Luz Observó también, maravillada al ver que su sospecha temprana resultó ser acertada.

Su mano podía rodear completamente la de Amity.

― Luz… ― Pronunció de nuevo la castaña, Luz la soltó rápidamente.

― ¡Lo siento! ― Se excusó la morena con rapidez. ― ¡Es que nunca he visto un caballo real, y me emocioné un poco!

― Te emocionaste bastante. ― Declaró Amity sobando su mano tras el fuerte agarre de la morena mientras daba un cauteloso paso hacia atrás.

La chica nueva era muy… Efusiva.

Y ella no estaba acostumbrada a tanto contacto físico.

Era un poco incómodo.

Pero Amity no dijo nada, su trabajo era dejar una buena impresión, debía evitar el contacto de Luz con sutileza.

Se acercó a las casetas de los caballos y comenzó a explicarle a Luz la forma en que podía tener acceso a ellos, también le dijo los nombres de cada uno.

Al llegar al último caballo, Amity mostró un leve cambio en su rostro.

Un gesto casi enternecido que era por poco era imperceptible.

Pero Luz lo notó.

― Este es King. ― Dijo acercándose al caballo, que afectuosamente acercó el hocico a la palma que Amity levantaba y se acarició contra ella. ― Es el caballo favorito de la Coach Edalyn… Y el mío también.

El caballo sobrepasó la palma de Amity y afectuosamente restregó el hocico contra su mejilla, consiguiendo que a la joven se le escapara una suave y encantadora carcajada acompañada de una tierna sonrisa.

― Es muy cariñoso.

Wow…

Luz no pudo evitar observar completamente embelesada, con una sonrisa embobada que se apoderó de su rostro de forma tan sutil que ni siquiera se dio cuenta.

Amity giró su rostro hacía ella, pillándola in fraganti mientras la observaba descaradamente.

― ¿Qué pasa? ― Le preguntó aun luciendo la sonrisa sincera que le había provocado el caballo, que era completamente diferente de la sonrisa cortés que le había ofrecido varias veces.

Oh, wow…

Luz giró la cabeza con rapidez, frotando la parte de atrás de su cuello, estaba a punto de soltar una miríada de incoherencias, cuando se vio interrumpida.

― ¡Heeeeeey Mittens! ― Se escuchó una voz masculina por detrás.

― ¿Qué haceeees aquíííííí? ― Complementó una femenina.

Amity rodó los ojos ahogando un gruñido de fastidio.

Ambas chicas se giraron para ver a dos jóvenes que se acercaban trotando hacia ellas.

Ambos eran claramente mellizos, se veía que eran mayores por al menos un par de años, vestían ropas deportivas que, a ojos de Luz, eran un poco…

Reveladoras.

Ambos llevaban short de medio muslo y camisetas sin mangas, zapatos deportivos, brillante cabello rubio dorado que brillaba con deslumbrantes reflejos bajo el sol del verano y un bonito lunar en el lado opuesto de cada una de sus caras.

Mientras corrían hacía ellas Luz se estaba preguntando si soñaba de nuevo con la serie de guardianes de la bahía.

Si Luz no era bisexual antes de llegar a la escuela, ahora definitivamente lo era.

― Hey Mittens. ― Dijo el chico cuando finalmente alcanzaron el punto donde estaban, mientras ambos respiraban agitadamente.

― Les he dicho mil veces que no me llamen así en público. ― Espetó con enojo mientras su cara se tornaba de un adorable color rojo.

― ¿Quién es tu amiga? ― Preguntó la chica.

Amity bufó con resignación

― Ella es Luz Noceda, es nueva en el campus, le estoy dando un tour. ― Luego se dirigió a Luz. ―Luz, ellos son-.

― Somos los hermanos de Amity. ― Espetó la chica.

― Y somos mucho más cool que ella. ― Complementó el joven.

Huh…

Hermanos.

El agua debía tener algo en la casa de los Blight.

Amity los miró con un gesto desencantado.

― ¿Ya terminaron de hacer el ridículo? ― Preguntó con fastidio.

― Aw~ Mittens, no te pongas celosa, sólo intentamos ser amables.

Amity rodó los ojos ante las palabras de su hermano.

― Soy Emira. ― Dijo la chica extendiendo la mano, la cual Luz tomó tras un titubeo.

― Y yo Edric. ― Complementó el joven extendiendo su mano también, la cual Luz estrechó, esta vez sin titubear.

― Las vimos correr a los establos y vinimos a saludar. ― Continuó hablando Edric. ― Estábamos corriendo algunos kilómetros.

Emira afirmó con la cabeza.

― Peeero. ― Dijo Edric alargando la palabra. ― Ya nos vamos, porque papá está por allá.

Edric señaló con un pulgar a algunas decenas de metros tras él, donde se veía a un hombre alto, vestido con un elegante traje color borgoña qué de sólo mirarlo, Luz sentía que estaba robando, el cabello, apenas largo y tupido se acomodaba peinado pulcramente hacia atrás, y una barba de candado impecablemente recortada se cerraba sobre su mentón y alrededor de sus labios, el hombre caminaba relajadamente alrededor de los campos.

Sip.

Definitivamente el agua de la casa Blight era especial.

Luz no lo había notado, pero había varios estudiantes en el campo, algunos corriendo, algunos sentados bajo la sombra de los árboles, y un par cabalgando.

Amity hizo una mueca incómoda al mirar a su padre cerca de los árboles.

Miró su reloj rápidamente y suspiró.

― Parece ser que nos tardamos un poco más de lo que esperaba, salió de su oficina…

Los gemelos la miraron con compasión.

― Bueno, no las retrasamos más. ― Concluyó el muchacho.

― Yo voy a hacer algunos estiramientos y me voy también. ― Declaró Emira, luego dio un paso al frente y se inclinó acercándose a Luz. ― Luz, si alguna vez quieres hacer un tour más divertido…

Su hermano la imitó y se acercó también, inclinando su rostro junto a su hermana.

― … Puedes buscarnos, te enseñaremos los lugares divertidos de la escuela.

Luz tragó saliva mientras los gemelos se erguían dando la vuelta para alejarse corriendo en la misma dirección.

La morena no pudo apartar la vista por unos segundos mientras que un leve rosado coloreaba sus mejillas.

Amity la miró enarcando una ceja, luego rodó los ojos.

Típico.

La castaña se aclaró la garganta para llamar la atención de Luz, quien agitó la cabeza al volver a la realidad.

― Vamos, tienes que presentarte con el decano.

Súbitamente, el teléfono de Amity sonó.

La chica lo sacó de su bolsillo con el ceño fruncido, pero al ver el remitente de la llamada, sonrió alegremente.

― ¿Puedes esperar un poco? Tengo que contestar.

― ¡Claro! ― Dijo Luz sin recato. ― Toma tu tiempo.

Amity toco la pantalla para responder.

― ¡Hola Melie! ― Dijo con entusiasmo mientras se alejaba unos metros de Luz. ― ¿Qué tal tu vuelo?

Mientras Amity estaba ocupada, Luz devolvió la atención al caballo que seguía tras ella, dentro de su cajón.

Se aproximó a él con curiosidad y cautela, extendiendo su mano frente a él.

El caballo olfateó su palma y, tras unos segundos, resopló y frotó su hocico contra ella.

Luz sonrió brillantemente, y con un poco más de confianza, acercó la otra mano para acariciar la quijada del equino.

King parecía estar disfrutando de las atenciones mientras Luz se entusiasmaba acercándose cada vez más al caballo, hasta acariciar su propia mejilla contra la de él.

― ¡Oh~! ¿Quién es un lindo caballito? ¡Tú lo eres! ¡Sí lo eres! ― Dijo tiernamente mientras rascaba bajo su mentón.

El caballo relinchó alegremente.

Luz quería verlo por completo.

Miró a los lados brevemente.

King parecía un caballo muy tranquilo y dócil…

Seguro no habría problema si…

La joven alargó su mano hacía el pestillo de la puertecilla y lo abrió con cuidado, para después tomar la puerta y tirar de ella hacía afuera lentamente.

King se mantuvo quieto y no pareció inmutarse.

Luz sonrió traviesamente y siguió acariciando al caballo mientras entraba cuidadosamente a la taquilla.

El caballo era magnífico.

El pelaje negro azabache era brillante y sedoso contra la piel de la palma de Luz, y la chica estaba encantada con el patrón de manchas que tenía.

O más bien… Mancha.

Todo el pelaje era negro a excepción de las crines y el que estaba alrededor de su cabeza, ese era blanco, sin cubrir completamente sus párpados ni su quijada inferior, dando la apariencia que tener un cráneo descubierto.

A los ojos de Luz, era fascinante.

Completamente dentro, Luz acarició el lomo del caballo hasta llegar a la parte posterior, donde rascó donde terminaba el lomo, consiguiendo otro alegre relinchar del caballo.

Completamente fascinada y enternecida, Luz sacó su teléfono del bolsillo con la intención de tomar una fotografía.

Y, como le sucedía con frecuencia, sus manos torpes fallaron al sacar el teléfono, que resbaló de sus dedos.

Desesperadamente, intentando que el teléfono no cayera, Luz intentó atraparlo malabareando un poco con él…

Hasta que estampó su palma contra él por fin consiguiendo atraparlo…

Pero golpeando el muslo de King en el proceso.

El caballo relinchó asustado, y en un desemboque de pánico, salió corriendo de la taquilla.

¡Oh, mierda!

El caballo desbocado corrió a toda velocidad por el campo sin que Luz pudiera hacer nada.

― ¡CUIDADO! ― Gritó desesperadamente para llamar la atención de cualquiera que pudiera estar en el camino del equino.

Las personas en el campo se dieron rápidamente la vuelta ante el estruendoso grito.

Dos particularmente eran las más preocupadas.

― ¡KING! ― Gritó Amity con pánico. ― ¡KING, DETENTE!

Pero King no detuvo su desbocada carrera.

― ¡TODOS! ¡SALGAN DEL CAMPO! ― Gritó Alador Blight, intentando mantener la compostura.

Los jóvenes en el campo se levantaron rápidamente y empezaron a evacuar.

Todos excepto una.

La chica rubia, de espaldas a la catástrofe que sucedía, hacía estiramientos tranquilamente, con la música de los auriculares demasiado alta como para escuchar los gritos.

Y el caballo se dirigía justamente en su dirección.

―¡EMIRA! ― Gritó Amity desesperadamente, corriendo en la misma dirección que el caballo.―¡EMIRA, CORRE!

La joven rubia, finalmente, reaccionó ante los gritos y se dio la vuelta, entrando en pánico en seguida al ver al caballo correr hacia ella a toda velocidad.

Asustada, intentó correr, pero la urgencia la hizo tropezar cuando King ya estaba a pocos metros de ella.

Sólo atino a cubrirse el rostro con los brazos.

― ¡EMIRA! ― Gritó su padre desesperadamente.

Fin Cap2.