La
Era de la Luz:
El Alma del Fénix
VII. El Plan
Dunkel las
llevó a un hospital a petición de Setsuna, quien
entró con Haruka y Michiru y no permitió que Hotaru
la acompañara. Así que ella se quedó con
Dunkel, que descansaba en una de las salas de espera del hospital,
de nuevo vestido con pantalón y camisa.
- ¿Estás
bien?- preguntó Hotaru con timidez.
- Estoy bien, solo
necesito reponer energías- respondió Dunkel
amablemente y se sentó en una de las sillas.
- Gracias-
dijo la niña en voz baja. Él la miró y le
sonrió con calidez.
Dunkel se veía cansado, al parecer estaba utilizando casi toda su energía manteniéndose al pendiente de todas las Scouts. Entre eso, el estar tras Krieg y las batallas, sus fuerzas se estaban acabando rápidamente.
Unos momentos
después Setsuna se les unió, también ella
lucía exhausta.
- ¿Cómo está
Michiru?- preguntó Hotaru angustiada.
- Por ahora está
descansando. Sufrió algunas heridas, pero se repondrá.
- ¿Y Haruka?- volvió a preguntar la niña
con voz quebrada.
- Acaba de entrar a cirugía, los
médicos dicen que ha perdido mucha sangre- respondió
Setsuna tratando de conservar la compostura- Haruka es fuerte, se
pondrá bien- agregó al ver el rostro de Hotaru.
-
¿Y tú?- preguntó Dunkel mirando fijamente a
Setsuna.
- Estoy bien- respondió con una leve sonrisa,
aunque no muy convencida. No quería aparentar debilidad,
pero le dolía lo que les había sucedido a Michiru y
Haruka. En especial, se sentía mal por no haber podido
ayudarles.
- Deben descansar, no les hará bien quedarse
aquí, las llevaré a casa- dijo Dunkel
incorporándose.
- No por favor, quiero quedarme-
suplicó Hotaru.
- Yo también me quedaré-
dijo Setsuna.
- Bien, me quedo con ustedes- concluyó
Dunkel, volviendo a sentarse.
A la mañana siguiente, Serena y Rei fueron a visitar a Haruka y Michiru. Mientras Mina se quedaba acompañando a Lita y Amy.
Michiru todavía se encontraba dormida. Tenía vendada la mano izquierda y una cortada no muy profunda en la mejilla derecha, además de algunos golpes.
- ¿Cómo
está?- preguntó Rei en voz baja a Hotaru, quien
estaba sentada a un lado de la cama de Michiru.
- Por ahora
duerme, no tiene heridas graves- contestó la niña
con la mirada en el piso.
- Luces cansada¿por qué
no vas a dormir un poco?- preguntó Serena dulcemente.
-
No, quiero estar aquí cuando despierte- contestó
Hotaru.
- Está bien. ¿Rei podrías
quedarte con ella, mientras voy a ver como sigue Haruka?- pidió
Serena. Rei asintió.
- Voy con usted princesa- dijo
Dunkel que estaba de pie en el umbral de la puerta.
Haruka estaba en Terapia Intensiva, muy débil por la pérdida de sangre. Su hombro había sufrido un daño considerable y tenía un fuerte golpe en la cabeza, y debido a este aún no despertaba. Los médicos dijeron que se recuperaría, pero llevaría tiempo, quizás mucho.
Setsuna se
encontraba de pie frente a la sala de Terapia Intensiva, viendo a
Haruka a través del vidrio de una ventana.
- Setsuna-
dijo Serena suavemente y puso una mano sobre su hombro.
-
Serena¿cómo están Amy y Lita?- preguntó
Setsuna volteando a verla.
- Están mejor. Lita será
dada de alta hoy por la tarde y Amy saldrá mañana-
respondió Serena.
Serena notó
que Setsuna estaba muy afectada por todo lo sucedido.
- Ven-
dijo Serena tomándola gentilmente del brazo. Se sentaron en
unas sillas que estaban en el corredor. Dunkel se quedó en
el lugar donde había estado Setsuna.
- Debí
hacer algo- dijo Setsuna después de unos momentos.
- No
había nada que pudieras hacer. Dunkel nos lo advirtió.
Si hubieras usado tus poderes ahora tal vez estarías herida
o algo peor- dijo Serena con voz tranquila.
- Ellas casi
mueren protegiéndonos y yo ni siquiera las ayudé.
-
No quiero que pienses en eso. Yo también me sentí
culpable por no haber ayudado a Lita y a Amy, pero no fue nuestra
culpa. Ahora debemos concentrarnos en apoyar a nuestras amigas
para que se recuperen lo antes posible. No les hará bien
vernos así- dijo Serena sonriendo. Setsuna también
sonrió.
- Tienes razón. ¿Has visto a
Hotaru¿está bien?
- Está bien, cansada
desde luego, como tú. Deberías ir a descansar un
poco. Nosotros nos quedaremos al pendiente de Haruka y Michiru.
-
Pero ustedes también deben estar cansadas- señaló
Setsuna.
- Dormimos un poco. Nos turnamos para hacer guardia,
así que estamos más enteras que ustedes- dijo
Serena- Vamos, Hotaru y tú necesitan dormir y comer algo.
- Está bien- aceptó al fin Setsuna- Pero
prométeme que si sucede algo nos llamarán de
inmediato- Serena asintió.
En un laboratorio, un hombre, vestido de verde, mezclaba varios compuestos de diversos colores.
- ¿Se
puede saber por qué demonios no trajiste a nadie en esta
ocasión Stoff?- preguntó un hombre vestido con
gabardina roja oscura que acababa de entrar a la habitación.
- Lo habría hecho, de no haber sido por el entrometido
de Dunkel- respondió Stoff enojado, mientras llenaba varios
frascos con una sustancia verde.
- ¡Dunkel!- exclamó
el primer hombre- ¿Vivo?
- Yo mismo lo ví,
Zauberer. Krieg lo hirió, pero sigue con vida.
- Si
Dunkel está aquí, debe ser para proteger a la
Princesa- afirmó Zauberer.
- Quizás. Pero eso no
es todo. He encontrado a dos de las Sailor Scouts.
- ¿Estás
seguro?
- Mis criaturas habían rastreado auras muy
brillantes. Dos de las dueñas de esas auras resultaron ser
Sailor Scouts y estoy casi seguro que las demás también
lo son. Son fuertes, mucho más de lo que pensabamos. Pero
aún así fueron heridas. Luego Dunkel apareció
y destruyó a mis monstruos.
- Pero¿cómo
las reconociste?- preguntó un tercer hombre desde las
sombras.
- Los símbolos de sus planetas guardianes
brillaron en sus frentes, Lehrer- respondió Stoff algo
molesto, dirigiéndose al tercer hombre, que estaba vestido
completamente de negro.
- En ese caso, debemos vigilarlas, tal
vez nos guíen a las demás- dijo Lehrer.
- De ser
así, podríamos apoderarnos de los Cristales
Planetarios, Krieg estaría muy complacido- dijo Zauberer
pensativo.
- Sin mencionar, que si robamos sus poderes, no
habrá nadie que nos impida atrapar a la Princesa- añadió
Stoff.
- Pero si son ellas, Dunkel ya les habrá
advertido sobre no utilizar sus poderes, ese mocoso es muy listo-
dijo Lehrer.
- Entonces debemos obligarlas a utilizarlos- dijo
Stoff con malicia.
- ¿Qué tienes pensado?-
preguntó Lehrer.
- Déjenmelo a mí. Estoy
preparando algunos monstruos especiales para esta
situación.
- ¿Y que hay sobre Dunkel, debe estar
protegiéndolas?- preguntó Zauberer.
- Bueno,
entonces debemos deshacernos de ese cretino- dijo Stoff sonriendo-
Pronto, mi Señor Krieg, tendrá en sus manos el poder
de los Cristales. Y a la Princesa de la Luna.
Michiru despertó a mediodía. Lo primero que hizo fue preguntar por el estado de Haruka.
- Está
bien no te preocupes- la tranquilizó Rei.
- Quiero ver
a Haruka- dijo Michiru intentando levantarse.
- Por ahora no
es posible, aún estás débil.
- Por favor,
quiero saber como está- suplicó Michiru. Después
de mucho insistir, Rei aceptó y fue por una silla de
ruedas.
El camino hacia Terapia Intensiva pareció eterno. Michiru estaba nerviosa y asustada. Recordó el ataque y se estremeció. Las imágenes de Haruka desangrandose en sus brazos la atormentaban, quería asegurarse de que seguía con vida.
Frente a la
habitación de Haruka se encontraron con Serena.
- ¿Pero
qué crees que haces? Deberías estar descansando- le
reprochó Serena.
- Eso mismo le dije yo pero no me hizo
caso- contestó Rei.
- Agradezco su preocupación,
pero tengo que ver a Haruka- dijo Michiru dirigiéndole a
Serena una mirada suplicante.
- Espera aquí, preguntaré
si puedes entrar- dijo Rei en tono comprensivo y enfiló
hacia el mostrador para hablar con una enfermera. Después
de unos momentos de silencio Serena habló.
- Estará
bien. Tú mejor que nadie sabes que no se dejará
vencer tan fácilmente- dijo Serena sonriendo. Michiru le
devolvió la sonrisa. Había aprendido a confiar en
ella y de cierta forma sus palabras le devolvieron el ánimo.
- Puedes entrar solo cinco minutos- dijo Rei al volver.
-
Gracias- respondió Michiru en voz baja. Serena le ayudó
a entrar y puso la silla de ruedas a un lado de la cama, después
se retiró.
Haruka tenía una mascarilla de oxígeno, un complicado vendaje le cubría el hombro herido y otro más la cabeza. A su lado un aparato indicaba los latidos de su corazón, que eran fuertes y regulares. Una línea intravenosa estaba conectada a su brazo izquierdo. Y después de la pérdida de sangre, poco a poco recuperaba su tono normal de piel, aunque era evidente que se encontraba todavía muy débil.
Michiru tomó
delicadamente la mano izquierda de Haruka entre las suyas. Luego
de unos momentos, sintió un leve apretón, entonces
sonrió aliviada.
- Serena tiene razón, tú
nunca te dejarás vencer- dijo con suavidad y una lágrima
rodó por su mejilla.
No necesitaba más palabras. Haruka sabía que ella estaba ahí y eso era todo lo que quería, estar a su lado.
- Me pregunto ¿qué sucederá ahora?- preguntó Serena.
- No lo sé, pero debemos estar alerta. En estos momentos estamos débiles y no contamos con cuatro de nosotras. Somos vulnerables- respondió Rei preocupada.
- Sí, tienes razón- dijo Serena pensativa.
- Serena¿estás segura de que nos dijiste todo acerca de tus sueños?
- ¿Ehh?
- Tengo la sensación de que nos ocultas algo.
- Rei... yo...
- No deberías tener secretos para nosotras- dijo Rei sonriendo.
- En realidad...- pero alguien interrumpió a Serena.
- Disculpen pero la hora de visitas ya terminó- dijo una enfermera.
- Si, gracias- dijo Serena y entró por Michiru.
Las
tres regresaron al cuarto de Michiru y le ayudaron a recostarse.
- Debes descansar- dijo suavemente Serena. Michiru asintió
y sonrió a modo de agradeciemiento.
SALUDOS! POR FIN EL SÉPTIMO CAPÍTULO. ESPERO LES GUSTE. SE AGRADECEN REVIEWS CON CRITICAS, SUGERENCIAS Y REGAÑOS. HASTA PRONTO.
