La
Era de la Luz:
El Alma del Fénix
XIII. Revelaciones
Stoff había desaparecido por completo. Después de unos momentos el resplandor que envolvía a Serena empezó a desaparecer, cuando este cesó por completo Sailor Moon se desvaneció y volvió a la normalidad.
- Princesa
¿está bien?- preguntó Dunkel asustado
arrodillándose a su lado y ayudándola a sentarse.
-
S-sí, aunque me siento un poco mareada- respondió
Serena- ¿Y tú?- preguntó, Dunkel sonrió
y asintió.
- Fue algo impresionante- afirmó
Dunkel sorprendido mientras observaba el lugar donde Stoff había
estado unos instantes antes.
- Esta vez pude sentir esa
energía con más fuerza- dijo Serena incorporándose
lentamente.
- Creo que en esta ocasión fue mucho más
intensa.
- Yo también- dijo Serena pensativa y luego
volteó a ver a Dunkel- Debemos ir adentro a que te curen
esa herida.
- No es necesario- afirmó Dunkel- Usted ya
lo hizo- y señaló la pierna derecha, donde se
suponía lo habían herido.
Serena se
sorprendió, la herida de Dunkel, que iba de lado a lado del
muslo y era ancha y bastante profunda, ya no sangraba. Y no solo
eso, parecía estar cicatrizando.
- ¿Qué
pasó?- preguntó Serena intrigada.
- No lo sé
con exactitud, pero creo que ese resplandor esconde muchas
sorpresas- contestó Dunkel.
- Tal vez. Pero mientras
sabemos de que se trata, deberemos tener cuidado ¿no crees?
- No podía estar más de acuerdo. Por ahora
debemos irnos. Stoff fue derrotado, pero recuerda que no es el
único que te busca- dijo Dunkel y las ropas de Centinela
desaparecieron nuevamente. Dunkel quedó vestido con un
pantalón y una chaqueta azul oscuro y una camisa blanca.
Ambos entraron
al hospital. Pero entre las sombras de los árboles del
bosque un hombre no perdió ningún detalle de la
batalla que se acababa de librar.
- Stoff, que estúpido
al dejarte derrotar por dos niñitos. Sin embargo, fuiste de
gran ayuda. Ahora sabemos donde está la Princesa- dijo el
hombre en voz baja y desapareció de pronto.
Dunkel convenció a Serena de irse a casa a descansar. Por supuesto él la llevaría. Después de discutir algunos detalles, Serena aceptó irse, no sin antes hacerlo prometer que iría por ella a primera hora de la mañana, pues quería llegar antes que Haruka despertara y así evitar sospechas.
En casa, Serena le contó todo lo sucedido a Luna, quien acababa de regresar de casa de Hotaru.
- ¡No puedo creerlo¡Lo venciste tú sola!- exclamó Luna con un dejo de orgullo en la voz.
- Pero ni siquiera sé como lo hice.
- Bueno, después de tantas batallas, algo debiste haber aprendido- dijo Luna.
- ¿Sabes? este no es momento de decirme esas cosas- le reprochó Serena fingiendo disgusto, pero después sonrió.
- Tienes razón. Fuera de broma, fuiste muy valiente Serena. Espera a que las chicas se enteren.
- No sé si se alegren o quieran matarme ellas mismas- dijo Serena dejándose caer en su cama con los brazos cruzados detrás de su cabeza.
- ¿Por qué?- preguntó Luna extrañada.
- Porque se supone que yo no debía estar al descubierto, no debía luchar¿recuerdas?- contestó Serena cerrando los ojos.
- Pues aún así, demostraste que puedes valerte por ti misma. Además en estos momentos debemos utilizar cualquier cosa que este a nuestro favor. Y ese nuevo poder parece que te ha hecho más fuerte.
- Mmmm, no creo que sea un nuevo poder- dijo Serena pensativa sentándose al borde de la cama.
- ¿A qué te refieres?
- Verás, es como si ese resplandor viniera de lo más profundo de mi corazón. Cada vez que llego al límite, ya sea de la desesperación, la angustia o la rabia, aparece. Aún no sé como controlarlo.
- Como lo estás describiendo, parece obedecer a tus emociones. Cuando apareció por primera vez, es que estabas desesperada por ayudar a Lita, Michiru y Setsuna. Y la última fue por no permitir que les hicieran daño. Eso nos dice que entre más grande sea tu deseo de protegerlas más poderoso será ese resplandor.
- ¿Tú crees?- preguntó Serena intrigada- Luna¿cómo rayos puedes saber tanto?
- Porque leo y pongo atención a lo que sucede a mi alrededor. Deberías hacerle caso a Amy y ponerte a estudiar de vez en cuando- respondió Luna en tono burlón.
- ¿Otra vez con lo mismo¡Por cierto¿cómo están las chicas?- preguntó Serena con seriedad.
- Mejor. Lita y Michiru ya se habían levantado cuando yo estaba por regresar. Setsuna está débil aún, pero no es serio, apuesto a que mañana ya esta de pie. Amy y Hotaru están haciendo un gran trabajo cuidándolas.
- ¿Y Rei y Mina?
- Cuando llegaron estaban un poco deprimidas, pero creo que se recuperarán. Para ninguna debe ser fácil entender que ya no pueden convertirse en Sailor Scouts.
- Lo sé. Pero les prometí que recuperaría sus Cristales y eso es lo que voy a hacer- afirmó Serena con decisión.
En una habitación oscura dos hombres discutían.
- Así
que ese idiota falló después de todo.
- Sí,
ahora es nuestro turno Lehrer. Ya sabemos donde esta la Princesa,
solo es cuestión de tiempo para atraparla.
- No te
confíes Zauberer. Stoff se confió y ya ves como
terminó. Debemos planear muy bien nuestra estrategia- dijo
Lehrer dándole la espalda a Zauberer.
- ¿Estrategia?-
preguntó Zauberer extrañado.
- No podemos
simplemente presentarnos ante la Princesa y traerla aquí.
Ella ya demostró su fuerza, que no es poca. Primero tenemos
que idear un plan que nos ayude a conseguir los otros dos
cristales y quitar a ese cretino de Dunkel del camino. Después
de eso ya no habrá nadie que se interponga entre la
Princesa y nosotros- contestó Lehrer.
- Sin embargo, no
será fácil. Aunque nos libremos de sus Guerreras y
de Dunkel, el resplandor de esa niña es muy poderoso.
-
Entonces, no debe utilizarlo.
- ¿Qué?- preguntó
Zauberer sin entender.
- Debe haber alguna forma de evitar que
utilice ese resplandor. Y tú debes averiguar cuál
es- ordenó Lehrer.
- Como digas. Pero insisto en que no
será fácil y además llevará tiempo-
respondió Zauberer con el ceño fruncido.
- No
importa cuanto tiempo tome. Debes hallar la manera. Mientras yo
prepararé una sorpresa para nuestra Princesita- dijo Lehrer
sonriendo.
- ¿Qué pasará con Krieg¿no
le informaremos lo de Stoff?
- Creo que en estos momentos ya
lo sabe- afirmó Lehrer.
Esa noche Serena volvió a soñar. Pero en esta ocasión fue algo totalmente distinto a sus sueños anteriores. Estaba rodeada por una cálida luz, a donde miraba todo era blanco y brillante. De pronto una voz la llamó.
- Por fin nos volvemos a ver Princesa- dijo la voz suavemente.
- ¿Quién es?- preguntó Serena. De pronto un hombre apareció frente a ella
El hombre vestía un elegante traje blanco, casi idéntico al de Dunkel y una capa azul marino. Un medallón de oro con la forma de un Sol entrelazado con una Luna colgaba de su cuello y portaba un cinturón con el símbolo de la Luna, de él colgaba una espada. Su rostro reflejaba confianza y energía, su cabello era rubio como el de Serena, sus ojos eran de un verde intenso. Su sola presencia emanaba un aura de fuerza y poder.
- Mi nombre es
Febiad.
- ¿Febiad¿Tú eres
mi...?- Serena dudó en terminar la pregunta, él
asintió.
- Yo soy tu padre Serena- respondió
Febiad
- ¿Estás... vivo?- preguntó Serena
asombrada.
- Por desgracia no. Si me presento ante tí
de esta forma, es porque es la única manera de hacerlo.
Siento mucho no haberte dicho toda la verdad anteriormente. Creí
que era lo mejor para tí. Pensé que los sueños
te ayudarían a vislumbrar lo que se avecinaba- dijo Febiad.
- ¿Fuiste tú quien me mostró esas
visiones!
- Sí. Perdóname por asustarte, mi
intención nunca fue esa. Solo quería que supieras
qué había sucedido.
- Aún así no
logro entender muchas cosas. Es muy confuso- dijo Serena bajando
la mirada.
- Entonces permíteme mostrarte lo que pasó
en aquella ocasión- dijo Febiad y una intensa luz los
envolvió.
Al cesar la luz, Serena vió que estaba flotando sobre un palacio, que reconoció de inmediato. En un enorme jardín frente a este se encontraba la Reina Serenity y a su lado el Rey Febiad (más joven) que combatían contra cinco desconocidos, tres hombres y dos mujeres.
- Mucho antes de que tu nacieras, los Alquimistas intentaron tomar por la fuerza el control del Reino del Milenio de Plata. Pero fueron derrotados con el poder del Cristal de Plata.
Serena pudo ver el hermoso resplandor del Cristal de Plata, sostenido por su madre, que golpeó a los Alquimistas. Estos lanzaban poderes en su contra pero nada funcionó y finalmente huyeron.
- Sin embargo,
no se resignaron a su derrota. Años después
volvieron. Usando su magia y la energía de galaxias enteras
habían logrado despertar un antiguo poder maligno: la
Sombra del Cosmos. Nos dimos cuenta que intentaban destruir el
Cristal de Plata, junto con los cristales de las Princesas de los
Planetas. Sin ellas para proteger el reino este caería en
sus manos. Por eso nosotros los enfrentamos.
- Es por lo que
los Centinelas combatieron en esa ocasión- dijo Serena.
Febiad asintió.
- Esa nueva batalla fue mucho más
terrible que la anterior.
Las imágenes
de la batalla que había visto en su sueño
aparecieron frente a Serena.
- Pero ¿y Dunkel?-
preguntó Serena una vez que la lucha terminó. Febiad
señaló una puerta frente a las siete torres que
rodeaban la tumba de la Sombra del Cosmos. La puerta tenía
al lado izquierdo una estatua... era Dunkel.
- Fue algo muy
noble lo que hizo, durante mil años protegió la
tumba de la Sombra del Cosmos. Si alguien cruzaba esa puerta,
Dunkel despertaría para protegerla.
- Hasta que Krieg
apareció. Por cierto ¿por qué Krieg continúa
con vida?- preguntó Serena.
- Porque intentó
apoderarse del Reino por sí solo y fue derrotado. Yo lo
encerré en donde no haría daño alguno.
De pronto,
Serena estaba de nuevo en el lugar luminoso.
- Ahora entiendes
porque Krieg no debe apoderarse de la Sombra del Cosmos y porque
debes enfrentarlo. Esta es una batalla que solo tú podrás
ganar - dijo Febiad.
- ¿Por qué¿por qué
solo yo?- estalló Serena con lágrimas en los ojos.
- Porque tendrás que tomar una importante decisión
y solo tú tienes el poder para hacerlo.
- ¿Decisión¿qué decisión?
- Deberás liberar
la Sombra del Cosmos o destruirla- contestó Febiad con
seriedad.
- ¿Liberarla o destruirla?- preguntó
Serena preocupada- No comprendo.
- Si la liberas, Krieg se
apoderará de una de las fuerzas más destructivas del
Universo. Si la destruyes estarás acabando con tal amenaza,
pero también implicaría sacrificar a las Sailor
Scouts.
- ¡Sacrificarlas¿a qué te
refieres?
- Si eliges destruir la Sombra del Cosmos, ellas
quizás mueran.
- ¡No¡no voy a hacerlo,
de ninguna manera voy a permitirlo. ¡Debe haber otra
solución!
- Escúchame Serena, deberás
tomar esa decisión, eres la Princesa de la Luna y has
demostrado gran valor en otras ocasiones, no me falles ahora.
-
¡No voy a hacerlo! yo no pedí ser la Princesa de la
Luna, lo único que he logrado es lastimar a las personas
que quiero, a Darien, a mis amigas. ¡No puedes presentarte
así como así, decirme que eres mi padre y pedirme
que haga esto!- gritó Serena y se dejó caer de
rodillas llorando.
Febiad se
acercó a Serena, se arrodilló y sonrió con
ternura.
- Serena- dijo con suavidad- Tienes toda la razón
para sentirte así. Sé que no formo parte de tus
recuerdos, pero soy tu padre y lo que menos desearía es
hacerte daño a tí o a tus amigas. Sé cuanto
las quieres y no te pediría esto a menos que estuviera
seguro de que podrás protegerlas.
- No soy tan fuerte-
dijo Serena. Febiad ayudó a Serena a levantarse y puso sus
manos en los hombros de ella.
- En eso te equivocas, eres
mucho más fuerte de lo que te podrías imaginar, lo
sé, lo he visto. Aunque no lo parezca he estado junto a tí
en todas las batallas que has sostenido, al igual que tu madre.
Nosotros confiamos en tí.
- ¿Como sabes que
podré hacerlo?- preguntó Serena.
- Yo poseo un
don Serena, puedo ver el futuro. Aunque las visiones no son claras
en ocasiones, la mayor parte del tiempo son precisas. Gracias a
ese don pudimos defendernos de los Alquimistas y saber de la
existencia de la Sombra del Cosmos. Y también gracias a él
sé que existe una esperanza.
- ¿Una esperanza?
- En una de mis visiones pude observar un antiguo poder, uno
que va más allá de todos los que conocemos. Se le
conoce como El Alma del Fénix, con ella un ser puede
crear planetas e incluso galaxias enteras.
- ¿El Alma
del Fénix?... ¿qué es en realidad?
-
Bueno, no es un objeto, como el Cristal de Plata o la Copa Lunar.
Como su nombre lo dice es un alma que aparece cada determinado
tiempo. Se supone que se le otorga a aquel que este destinado a
hacer el bien. Es un poder tan extraordinario, que se necesitan
varios cientos de años para decidir quien es el más
adecuado para poseerla.
- ¿Varios cientos de años¿Y dónde está?
Febiad
miró Serena fijamente a los ojos.
- No lo imaginas-
dijo él sonriendo. Serena lo miró sin comprender.
-
Yo... no lo sé- contestó ella.
- Serena¿cómo
es que has salido victoriosa de las crueles batallas que has
librado?
- Pues...- de pronto Serena recordó las
palabras de Dunkel.
- El Alma del Fénix solo puede ser
utilizada para el bien. Tú hija mía, que has luchado
incansablemente para defender a tus seres queridos y a este
planeta, eres la portadora del Alma del Fénix.
LO PROMETIDO ES DEUDA HE AQUÍ EL CAP. 13, DISFRÚTENLO. YA SABEN DEJEN REVIEWS, CUALQUIER SUGERENCIA, CRÍTICA REGAÑO, AMENAZA DE MUERTE ES BIENVENIDA (PENSÁNDOLO BIEN LO ÚLTIMO NO MUCHO) SALUDOS!
