La
Era de la Luz:
El Alma del Fénix
XIX. Amistad
La batalla continuaba. Ninguna de las Sailor Scouts que eran controladas por Lehrer parecía darse por vencida, al contrario, entre más fuerte era el oponente, ellas parecían luchar con más energía.
- Por favor
Michiru¡reacciona!- gritó Uranus con desesperación
esquivando los golpes de Michiru, que peleaba ferozmente contra
ella.
- ¡Rei! Te lo ruego, vuelve en tí- suplicó
Sailor Moon, pero era inútil, ellas no hacian el menor caso
a sus palabras.
Las Scouts intentaban por todos los medios evadir los ataques de Rei y las demás, pero cada vez les era más difícil.
- ¡Es
inútil! Son controladas por Lehrer y seguirán
luchando contra nosotros hasta el final- exclamó Dunkel.
-
¿Cómo podemos regresarlas a la normalidad?- preguntó
Saturn agitada.
- No lo sé. Pero tenemos que pensar en
algo y rápido.
- Si derrotamos a Lehrer, quizás
podamos despertarlas- propuso Mercury.
- Vale la pena
intentar- dijo Uranus.
Uranus lanzó un ataque contra Lehrer. Inesperadamente Michiru se interpuso y recibió todo el impacto. Después de unos segundos cayó al suelo gravemente herida, pero aún así volvió a ponerse de pie.
- Mientras
ellas esten bajo mi control, ustedes no podrán dañarme-
rió Lehrer.
- ¡Maldito!- gritó Uranus con
furia.
- Si no quieren ver morir a sus amigas, ríndanse
ahora- ordenó Lehrer.
- ¡No podremos derrotarlo
si ellas nos impiden atacar!- exclamó Mercury angustiada.
- Entonces no queda más remedio- contestó Dunkel
y cerró los ojos.
Una luz oscura
comenzó a emanar de él. Unos instantes después
levantó su cetro, aún con los ojos cerrados, un rayo
negro salió hacia Rei, Lita, Mina, Michiru y Setsuna. El
rayo las rodeó y las inmovilizó. Ellas intentaron
liberarse pero el poder de Dunkel no les permitía ningún
movimiento.
- Ahora nos enfrentaremos directamente a tí
Lehrer- dijo Dunkel desafiante.
- ¿Crees qué no
había pensado en eso?- se burló Lehrer y levantó
su brazo derecho en dirección de las chicas.
De pronto,
ellas comenzaron a gritar de dolor.
- Tú puedes
inmovilizarlas, pero yo puedo matarlas- dijo Lehrer.
- ¡Dunkel
libéralas!- gritó Sailor Moon con angustia. Dunkel
obedeció y las chicas se desplomaron.
- ¿Entienden?
No tienen alternativa. ¡Ríndanse!
- ¿Qué
podemos hacer?- preguntó Saturn desesperada.
Con una fuerza increíble Lita se lanzó contra Mercury, que no pudo defenderse. Ambas cayeron al suelo, pero con un movimiento Lita aprisionó a Mercury, quien quedó boca abajo luchando por liberarse. Setsuna saltó ágilmente y atacó a Saturn por la espalda y logró inmovilizarla poniendo su espada en el cuello de la chica. De igual manera, Mina atacó a Dunkel, pero este logró esquivarla. Sin embargo, ella no se dió por vencida y continuó la batalla.
Uranus estaba agotada, en su hombro comenzaba a formarse una mancha de sangre, al parecer su herida se había vuelto a abrir, pero aún así Michiru seguía atacando. Uranus utilizó su espada para defenderse y contraatacar.
Sailor Moon no soportaba tal situación. No podía creer que no hubiera nada que hacer por sus amigas. Mientras que Lehrer parecía disfrutar de la batalla y de que las Scouts se dañaran entre sí.
- ¿Será de esta forma en que tengan que sacrificar sus vidas?- pensó Sailor Moon con tristeza- Si te doy el Cristal de Plata ¿las dejarías ir?- preguntó con tono suplicante.
- Eso es precisamente lo que quiero Princesa- respondió Lehrer sonriendo.
- Entonces déjalas ir y te lo entregaré- dijo Sailor Moon con más confianza.
- No, no funciona así. Primero el Cristal y después tus amigas- contestó Lehrer molesto.
Sailor Moon se
quitó el broche de transformación, volviendo a la
normalidad, después extendió la mano derecha
ofreciéndole el Cristal de Plata a Lehrer, quien se
acercaba con el brazo extendido.
- ¡Princesa no lo
haga!- gritó Dunkel desesperado.
- ¡Serena¡Por
favor!- exclamó Saturn.
- ¡Serena!- gritó
Mercury.
- ¡No¡Espera!- dijo Uranus y corrió
hacia ella pero Michiru se interpuso.
- No lo
hagas- le dijo una voz a Serena.
- ¿Qué¿quién eres?- preguntó Serena confundida.
-
Si le entregas el Cristal de Plata, jamás podrás
recuperar a tus amigas ni salvar a este mundo que tanto amas.
- Pero es la única solución. No quiero que las
lastimen- dijo Serena con lágrimas en los ojos.
-
Entonces utiliza tu poder para salvarlas. Recuerda que eres la
Princesa de la Luna y debes comportarte como tal
Al escuchar eso
Serena recordó las palabras de Febiad: Pero como
Princesa de la Luna tienes una responsabilidad, debes proteger a
tus amigas como ellas te han protegido a tí. Necesitas
enfrentar tus temores para hacerlo.
- Es verdad. Ahora es
mi turno para protegerlas- dijo Serena en voz baja y tomó
el broche de nuevo entre sus manos apretándolo con fuerza.
- Bien. Así lo has decidido- dijo Lehrer y miró
a Rei fijamente.
Sin poder
evitarlo, Rei corrió contra Serena y la derribó,
ella cayó de espaldas. Intentó levantarse pero Rei
se lo impidió amenazándola con la espada.
-
¡Serena!- exclamaron Mercury, Uranus y Saturn al mismo
tiempo.
- ¡Excelente! Ahora traela hacia mí- le
ordenó Lehrer a Rei.
- Rei, por favor. Recuerda quién
eres- dijo Serena con suavidad. De pronto un brillo dorado las
cubrió a ambas.
Sorprendida,
Rei retrocedió unos pasos, liberando a Serena, quien logró
incorporarse.
- Chicas, nosotras no somos enemigas. Por favor
ya no luchen- pidió Serena con calidez, un poderoso
resplandor comenzó a cubrirlo todo, incluyendo a las
chicas.
- ¡Detente!- exclamó Lehrer asustado.
-
Yo cuidaré de ustedes. No quiero que las lastimen- el
resplandor brilló más.
- ¡No sigas!- gritó
Lehrer desesperado.
- Tú jamás podrás
derrotarnos. Nunca lograrás que nos hagamos daño
entre nosotras- dijo Serena con decisión.
El resplandor brilló aún con más energía. Lita, Mina, Setsuna y Michiru cayeron de rodillas. Mercury y Saturn quedaron liberadas, y Uranus y Dunkel detuvieron sus ataques. Serena miró a Rei, ella blandió la espada en su dirección, pero sin importarle eso, Serena se acercó y tomó su mano, entonces Rei bajó la espada. Serena le sonrió. Por un momento la mirada de Rei cambió, parecía reconocerla.
- Esta vez no
Princesa- dijo una voz grave proveniente de detrás de
Lehrer.
- ¡Señor!- exclamó este temeroso.
- Me has fallado Lehrer. Prometiste entregarme a la Princesa y
a los Cristales.
- ¡No, aún no he terminado.
Todavía puedo derrotarla- suplicó Lehrer.
-
¡Suficiente! Es tiempo de que yo me encargue personalmente
de este asunto. Y tú ya no me eres útil- dijo la
voz.
De pronto un
hombre vestido completamente de negro apareció frente a
Lehrer. El hombre tenía el cabello verde oscuro y los ojos
rojos, portaba un báculo, en cuyo extremo superior tenía
algo similar a una enorme garra abierta hacia arriba, y miraba a
Lehrer con furia, este retrocedió aterrado.
- ¡Krieg!-
exclamó Dunkel al reconocerlo.
Krieg levantó
su báculo y una luz negra cubrió a Lehrer, quien
comenzó a gritar y a rogarle que se detuviera, pero Krieg
no pareció compadecerse y continuó con el castigo.
Unas llamas negras comenzaron a rodear a Lehrer y unos instantes
después este desapareció por completo.
- La
batalla no ha terminado Princesa- dijo con odio mirando a Serena.
Entonces la mirada de Rei volvió a cambiar y la atacó.
Las demás chicas también volvieron al ataque.
-
¿Pero cómo!- exclamó Mercury.
-
Yo también poseo el poder sobre la mente. Pero el mío
es aún más fuerte- contestó Krieg.
-
¡Tengan cuidado!- gritó Dunkel asustado.
El combate
comenzó de nuevo. Pero en esta ocasión, las chicas
parecían querer destruirlos y no solo atraparlos.
-
¿Qué sientes al ser atacada por aquellas que debían
protegerte Princesa?- se burló Krieg.
- ¡Deténganse!-
suplicó Serena, pero Rei y las demás no le
obedecieron.
- Debes
defenderte- dijo la voz.
- No puedo, son mis amigas-
respondió Serena.
- ¿Crees que ellas
permitirían que alguien te dañara? Aunque no lo
parezca, ellas están conscientes de lo que está
pasando.
- ¿Ellas están
conscientes!- preguntó Serena asombrada.
Rei lanzó
un golpe, Serena pudo esquivarlo, pero cayó de espaldas.
Entonces notó que en los ojos de Rei había lágrimas.
Sorprendida, Serena miró a Lita y a las demás,
también lloraban.
- ¿Acaso nos reconocen?
-
Sí. Sin embargo, el poder de Krieg las obliga a atacarlos.
- Es tan cruel- murmuró Serena con tristeza.
-
Krieg quiere ganar a cualquier precio y no le interesa si hiere a
alguien en el camino. La única manera de salvarlas es
pelear.
- Pero y ¿si las lastimo?
- Confía
en tí misma
- ¿Confiar en mí?
-
Debes confiar en tu verdadera fuerza.
Serena ya había
oído esas palabras. Fue entonces cuando comprendió.
Se puso de pie y miró a Krieg con decisión.
-
¿Por fin dejarás de correr?- preguntó este
con ironía.
- No lo permitiré, no permitiré
que nadie lastime a las personas que yo quiero- contestó
Serena con firmeza y el símbolo de la Luna apareció
en su frente.
- ¿En verdad¿Qué vas a
hacer?
El resplandor que parecía haberse apagado tras la aparición de Krieg brilló de nuevo. La intensa luz de Serena volvió a cubrir el campo de batalla. Todas las Scouts fueron bañadas por los cálidos rayos de luz y poco a poco sus heridas fueron sanando. Rei, Lita, Mina, Michiru y Setsuna se desplomaron exhaustas, pero en esta ocasión la sombra en sus miradas desapareció por completo.
- ¿Eso
es todo?- se burló Krieg e intentó atacarlas pero su
poder rebotó contra una especie de barrera- ¿Qué
demonios es esto?
- Ya te lo dije. No permitiré que
nadie dañe a mis seres queridos. Si debo luchar para
defenderlos lo haré- contestó Serena con firmeza.
-
¿De dónde obtiene tal poder¿es que acaso
esta chiquilla insignificante puede derrotarme?- dijo Krieg
temblando de rabia y miedo- No, no dejaré que esta mocosa
interfiera con mis planes. ¡Cumpliré mi venganza y tú
caerás Princesa!- gritó Krieg y desapareció.
Serena miró
fijamente el lugar donde se había encontrado Krieg. Por fin
se había enfrentado cara a cara contra el enemigo que
inició esa terrible batalla. Contra aquel que, junto con
los otros Alquimistas, atacaron el Reino del Milenio de Plata y a
quien su padre derrotó.
- Creo que la verdadera
guerra apenas comienza- pensó Serena con tristeza.
Mercury,
Uranus, Saturn y Dunkel corrieron a ayudar a Lita, Michiru,
Setsuna y Mina. Unos segundos después Serena fue hacia
donde yacía Rei. Ella la tomó entre sus brazos con
delicadeza.
- ¡Lita¿estás bien?-
preguntó Mercury angustiada y le ayudó a
incorporarse.
- Creo que sí- contestó Lita con
voz débil.
- ¡Setsuna!- exclamó Saturn.
Setsuna logró sentarse y Saturn la abrazó llorando.
- ¿Estás bien Michiru?- preguntó Uranus y
se arrodilló para ayudarla. Michiru asintió en
silencio.
Dunkel se
cercioraba de que Mina estuviera bien. Mientras Serena atendía
a Rei, que estaba desmayada.
- Rei, despierta, abre los ojos-
dijo Serena con suavidad.
- S-Serena- respondió Rei
débilmente- L-lo siento, yo no... no quería hacerlo-
dijo ella llorando.
- ¡Rei!- gritó Serena y la
abrazó con ternura.
Serena le pidió a Dunkel que las llevara a casa de Hotaru. Allí las chicas se cambiaron de ropa y descansaron un poco, luego todas se reunieron en la enorme biblioteca donde Serena y los demás las esperaban.
- Me siento mucho mejor- dijo Mina y dió un pequeño trago a su café- Pero ¿en qué estaban pensando? Por poco y los hacemos filete- les reclamó a Amy y los demás.
- Bueno y ¿que querían que hicieramos?- preguntó Dunkel sonriendo.
- Debieron luchar, sin importar si nos herían- contestó Michiru.
- Saben perfectamente bien que jamás lo habriamos hecho- respondió Haruka que estaba de pie, detrás de ella, Michiru desvió la mirada y Haruka puso una mano en su hombro.
- Se arriesgaron demasiado- añadió Setsuna.
- Dejen de regañarnos. Lo que importa es que están bien- dijo Amy sonriendo.
- Cierto, fue terrible. En serio Amy lamento haberte golpeado- dijo Lita.
- No te disculpes, no eras tú realmente.
- Es verdad, ya no se torturen pensando en ello. Fue Lehrer quien las obligó, ustedes no serían capaces de algo así- añadió Hotaru.
- Pero ese es el punto. Si lo fuimos. Sabíamos quienes eran ustedes, pero no podíamos detenernos- respondió Michiru.
- Era la influencia de Lehrer. No piensen en eso, ya pasó- dijo Dunkel.
- Aunque...- dijo Setsuna - No entiendo muy bien como es que Krieg fue derrotado.
- Tienes razón, fue muy extraño- dijo Lita.
- Serena ¿sabes qué sucedió?- preguntó Mina. Todos la miraron. Serena suspiró.
- Chicas tengo algo que confesarles- respondió bajando la mirada.
- ¿Qué sucede?- preguntó Rei preocupada.
- Ahhh, bien. Primero, lamento haberles mentido- respondió Serena.
- ¿Habernos mentido¿en qué?- preguntó Hotaru con curiosidad.
- No les conté toda la verdad acerca del Alma del Fénix- contestó Serena.
- ¿En serio? Entonces cuentanos- dijo Michiru con suavidad.
- Yo les había dicho que el Rey Febiad me reveló que el Alma del Fénix había aparecido pero no les dije que también me dijo donde.
- ¿Sabes en dónde se encuentra?- preguntó Haruka. Serena asintió.
- Pues dinos- dijo Mina emocionada.
- Es que ¡no van a creerlo! Está en... mí.
BUENO HE AQUÍ UN CAPÍTULO MÁS, ESPERO LES HAYA GUSTADO. LES INFORMO QUE EL FINAL ESTA CADA VEZ MÁS CERCA, ASÍ QUE LAS SORPRESAS CONTINUARÁN. SE AGRADECEN SUGERENCIAS, CRÍTICAS, PALABRAS DE ALIENTO, ETC. SALUDOS!
