La Era de la Luz:
El Alma del Fénix


XXII. ¡Resurrección!

El objeto tenía un brillo metálico pero no podía distinguirse su verdadera forma. Inesperadamente la luz desapareció, en su lugar una oscuridad absoluta comenzó a invadirlo todo y la Sombra del Cosmos se reveló. Era una especie de roca en forma de semicírculo, en su centro había otras figuras geométricas irreconocibles.

- ¡Es mía¡Por fin es mía!- gritó Krieg triunfante y miró a Dunkel con desprecio.

De pronto lo tomó del cuello con la mano izquierda y lo levantó con brusquedad, los pies de Dunkel quedaron a unos centímetros del suelo.
- Tu querida Princesa ha desperdiciado el sacrificio de tus amigos- dijo Krieg sin piedad, entonces levantó su mano derecha. De su índice empezó a crecer una enorme uña que se acercaba al joven- Dime ¿qué sientes al ver que tus esfuerzos fueron en vano?
- Mi deber no era evitar que la Princesa liberara la Sombra del Cosmos- respondió Dunkel con lentitud.
- ¿Qué?- preguntó Krieg extrañado.
- Mi única obligación era protegerla hasta que tomara una decisión. Ya lo ha hecho. Mi trabajo ha terminado- contestó Dunkel dejando caer sus brazos a los costados a manera de rendición.
- Lo que dices son puras tonterías- dijo Krieg y atravesó el pecho de Dunkel, él gritó de dolor, pero al cabo de unos segundos dejó de moverse y no emitió ningún sonido. Serena se quedó petrificada.

Krieg sonrió con maldad y arrojó el cuerpo de Dunkel sin compasión. Después extendió su mano derecha e hizo que su báculo, que había dejado caer por la satisfacción de su triunfo, flotara hacia él y se dirigió volando a donde estaba la Sombra del Cosmos.

Saturn no podía creerlo. Con terror, caminó hacia Dunkel. Al llegar se arrodilló y lo tomó en sus brazos con delicadeza.
- Por favor despierta- suplicó la niña casi sin voz, pero él no se movió- No puedes morir. Abre los ojos, te lo ruego- Dunkel tampoco respondió. Saturn comenzó a llorar desconsoladamente y lo abrazó con desesperación.

Mientras tanto, Krieg llegó frente a la Sombra del Cosmos.
- Ha pasado tanto tiempo- dijo él y la tomó en su mano izquierda, después la colocó en el centro de la garra, en la parte superior de su báculo- ¡Gracias Princesa!- añadió dirigiéndose a Serena. Sonriendo levantó su báculo en su dirección y lanzó un rayo rojo hacia ella. Serena cayó de espaldas.

La oscuridad crecía cada vez más, el brillo de las estrellas parecía apagarse debido a su poder.
- ¿Qué he hecho?- se preguntó Serena llorando.
- Lo que pensaste era lo correcto- respondió la voz.
- Pero ya no tengo poder para detenerlo, todo acabó- dijo Serena bajando la mirada.
- No es verdad. La batalla aún no termina- la corrigió la voz- Observa.

Para su sorpresa, el Cristal de Plata aún emitía un poderoso resplandor. De pronto, este empezó a flotar y de él salieron siete rayos luminosos en dirección a las columnas que rodeaban la abertura circular.
- ¿Qué sucede?- preguntó Krieg asombrado.
- ¿Qué está pasando!- exclamó Serena sin dar crédito a lo que veía.

Las columnas brillaron, primero con una luz plateada y después con distintos colores. Entonces sucedió algo muy extraño, las columnas se empezaron a tornar semitransparentes y parecía que dentro de ellas se hallaban siluetas que flotaban a unos centímetros del suelo, envueltas por una luz muy brillante.

Serena veía asombrada como las columnas se iluminaban cada vez más, mientras Krieg flotaba sobre estas con una expresión de cólera, al parecer sabía que era lo que se avecinaba.
- Esto es...- comenzó a decir Serena, pero no se atrevió a terminar la frase. Era imposible.
- No lo permitiré, la victoria es mía- gritó Krieg con furia y lanzó esferas oscuras en dirección de las columnas, estas fueron destruídas casi por completo. El brillo del Cristal de Plata se apagó de pronto.

La pequeña esperanza que había nacido en el corazón de Serena desapareció al contemplar las ruinas de las columnas. Esta vez no había nada que pudiera hacer. Serena cayó de rodillas y comenzó a llorar con desesperación y angustia. Un sentimiento de culpa la invadió, ella había tomado la decisión errónea. Krieg ahora tenía el poder para destruirlo todo y nadie podría detenerlo.

- ¿Se han dado cuenta?- preguntó Krieg dirigiéndose a las chicas- Su Princesa me ha entregado no solo la Sombra del Cosmos sino también sus vidas, nada ni nadie puede detenerme. Pero soy muy compasivo y acabaré con ustedes justo ahora, así no tendrán que presenciar tanta muerte y destrucción- se burlaba mientras apuntaba su báculo hacia ellas.
- ¡No!- gritó Serena con terror, pero no pudo evitarlo.

Ocho esferas salieron disparadas del báculo en dirección de las Scouts, quienes no podían hacer nada al respecto. Rei y Mina se dejaron caer derrotadas, Lita cerró los ojos con resignación. Saturn intentó detenerlas, pero fracasó. Iban a morir, esta vez estaban seguras.


Un terrible ruido se escuchó de pronto. Las esferas se habían impactado contra algo. Sin embargo, las Sailor Scouts no estaban heridas.
- ¿Pero qué..!- exclamó Krieg atónito.

Lita abrió los ojos con lentitud, frente a ella se encontraba un hombre de cabello rubio claro, muy alto, mucho más que ella, y fornido que la protegió del ataque con un enorme martillo. Ella lo miró sorprendida.
- ¿Estás bien?- preguntó el hombre con suavidad. Lita asintió y él le sonrió aliviado.

Rei observó al joven alto y pelirrojo que se había interpuesto en el camino de la esfera. Él volteó a verla, en sus ojos cafés había preocupación y al mismo tiempo calidez.
- ¿Estás herida?- quizo saber él y le tendió una mano. Rei, dudó unos segundos, después la tomó y se levantó despacio.
- No, estoy bien. Gracias.

Mientras tanto, Mina se incorporaba con la ayuda de un chico de cabellos blancos.
- Gracias- dijo ella y el chico le sonrió. Mina pudo ver de cerca su rostro. Era apuesto, sus ojos eran de un verde claro que ella jamás había visto.
- ¿Te encuentras bien?- le preguntó un joven de cabellos azul cielo a Amy, arrodillándose a su lado. Ella lo miró extrañada, él le ayudó a sentarse con delicadeza. Parecía preocupado, sin saber porque ella le sonrió.
- Sí. Te lo agradezco- dijo Amy, él le devolvió la sonrisa.

Michiru veía con asombro a los dos jóvenes que la habían protegido tanto a ella como a Haruka de los ataques de Krieg. Entonces comprendió quienes eran: sus hermanos, aquellos de quienes Dunkel les había hablado.
- ¿No les pasó nada?- quizo saber uno de ellos, de cabello color miel, que parecía muy preocupado y se inclinó hacia Haruka para comprobar que estaba bien. Michiru notó que eran muy parecidos, aunque el cabello de él era ligeramente más oscuro.
- N-no- dijo Haruka con un hilo de voz.
- ¿Se encuentran bien?- preguntó con suavidad el otro chico, de cabellos azul marino, mirando a Michiru directamente a los ojos. Ella asintió en silencio y él suspiró aliviado.

Setsuna no podía creer lo que estaba presenciando. Reconoció al hombre de cabellos grises que la había salvado. Era él, a quien veía solo en sueños. Aquel quien se supone había muerto hacia tiempo, mucho tiempo, tanto que ella prefería no pensar en eso. Sin embargo, ahí estaba... vivo.

- ¿Estás bien?- preguntó él con delicadeza, arrodillándose y tomándola por los hombros. Su voz era exactamente como la recordaba, al igual que sus ojos grisáceos, cálidos y amables. Setsuna asintió y él le sonrió y le acarició una mejilla con ternura, entonces miró a Saturn y después a Dunkel, quienes estaban a un par de metros detrás de ella, y ambos se dirigieron hacia ellos. Al llegar, él se inclinó y puso su mano derecha sobre el pecho de Dunkel, una tenue luz comenzó a brillar.

Ante el asombro de Saturn, Dunkel reaccionó y abrió los ojos. Sin poder contenerse Saturn lo abrazó, llorando. Sorprendido, él la rodeó con su brazo derecho.
- ¡Tenía tanto miedo!
- E-estoy bien. No te preocupes- dijo Dunkel con debilidad. Luego puso su mano en el hombro de ella, la apartó con delicadeza y la miró a los ojos por unos momentos. Después reaccionó- ¡Z-Zeit!- exclamó sin poder creerlo.
- ¿Te encuentras bien?- preguntó Zeit sonriendo. Dunkel asintió y logró sentarse con su ayuda.
- Tanto tiempo sin verte amigo mío- dijo el joven de cabello color miel y el de cabellos azul marino apareció detrás de él con una sonrisa en el rostro.
- ¡Himmel¡Teich!- exclamó Dunkel atónito, entonces observó a los demás- Todos están... pero... ¿cómo?- preguntó él.
- Después habrá tiempo para contarte- contestó Zeit y se puso de pie.
- ¿Ella es Sailor Saturn?- preguntó Himmel mirándola fijamente. Dunkel asintió.
- ¿Pero se supone...?- comenzó a decir Teich pero no terminó la pregunta- Tendrás que explicar muchas cosas- añadió en voz baja.
- No- no es posible- dijo Krieg impactado- Ustedes deberían estar...
- ¿Muertos? Tal parece que no es así- dijo con brusquedad Himmel.
- Se necesita mucho más que algunos Alquimistas para derrotarnos- agregó Teich.
- ¿Qué demonios hiciste?- le gritó Krieg a Serena.

Serena no podía creerlo. Estaba presenciando un milagro. Habían regresado. La princesa se dió cuenta de que por primera vez veía los rostros de los Centinelas con claridad.

Krieg temblaba de rabia, los miraba con odio, no podía creerlo. Ver a sus antiguos enemigos vivos cuando deberían estar muertos, era una derrota para él. Y Krieg no admitía derrotas. Furioso levantó su báculo hacia Serena. Una enorme esfera de energía salió de este, la fuerza con la que iba el ataque era increíble. Ella sabía que no podría protegerse sin el Cristal de Plata, estaba a merced de Krieg.

Inesperadamente algo la protegió, Serena pudo observar a un hombre alto y de cabellos grises frente a ella. Era Zeit. Él sostenía un cetro con un reloj de arena en la parte superior y fue precisamente el cetro el que detuvo la esfera que desapareció instantes después.

- ¡Zeit!- exclamó Krieg.
- Que oportuno- dijo Himmel sonriendo.
- ¿Pero cómo...?- iba a preguntar Serena pero se detuvo cuando uno de ellos, de cabello rojo, la miró fijamente a los ojos.
- Estamos aquí gracias al poder del Cristal de Plata- dijo él con voz calmada.
- ¿Gracias al Cristal de Plata?- preguntó Serena asombrada.
- Al liberar la Sombra del Cosmos, nos ha liberado a nosotros también Princesa- contestó otro chico de cabello azul cielo.
- Por ahora no hay tiempo para explicaciones- dijo con seriedad Zeit. Los demás comprendieron.


Los Centinelas miraron a Krieg, este utilizó el poder de la Sombra del Cosmos y un ejército de criaturas comenzó a aparecer con rapidez.
- Si no murieron en la batalla anterior, morirán en esta- dijo Krieg colérico- ¡Destrúyanlos¡acaben con todos!- ordenó y las criaturas se lanzaron al ataque.
- ¡Rayos! Ahí vienen- gritó el chico de cabello blanco.
- Debemos proteger a las Princesas- ordenó Zeit con firmeza sin dejar de ver a Krieg. Los Centinelas asintieron y se prepararon para la batalla.
- ¡Vamos!- exclamó el joven alto.
- Eis, tú y Licht quedense a protegerlas, los demás vamos al frente- ordenó el joven de cabello rojo. Los chicos de cabello azul cielo y blanco, que iban a empezar a correr, se detuvieron.
- Bien- dijeron Eis y Licht al mismo tiempo.
- Dunkel tú también quédate. Estás muy débil- dijo Teich.
- Pero yo también quiero luchar.
- Ya has cumplido con tu deber, esto dejanoslo a nosotros- agregó Himmel con decisión, en un tono muy parecido al de Haruka, Dunkel asintió.

Los Centinelas corrieron al campo de batalla y comenzaron a combatir con gran agilidad y coraje. Serena recordó su sueño, que parecía repetirse ante ella.
- No-no entiendo que sucedió- dijo Rei dirigiéndose a Serena, ella no supo que responder.
- Yo tampoco- añadió Mina, quien se levantó con lentitud.
- Dunkel¿que está pasando?- preguntó Michiru. Dunkel la miró.
- N-no lo sé. A menos que...- Dunkel se quedó pensativo- ¡Eso es!- exclamó.
- ¿Qué sucede?- preguntó Haruka.
- Ellos no murieron en aquella batalla- contestó el chico ante la mirada atónita de sus amigas.
- Pero mi sueño- dijo Serena.
- El Rey Febiad debió haberlos mantenido en las columnas para evitar su muerte, y al liberar la Sombra del Cosmos usted los ha resucitado- respondió Dunkel mirándola fijamente.

La batalla era cada vez más complicada. No importaba que tantos monstruos destruyeran los Centinelas, siempre había más. Algunos de ellos lograron llegar hasta donde estaban las chicas. Pero fueron detenidos por Eis y Licht. El primero estaba armado con un par de dagas largas y filosas, el segundo portaba un sable, que manejaba con destreza.
- Esto no se ve bien- dijo Eis con voz entrecortada.
- ¿De dónde demonios salen tantos¡No veo ninguna esfera oscura!- exclamó Licht.
- Los Cristales- dijo Dunkel- ¡Mientras tenga los Cristales las criaturas seguirán apareciendo!
- ¿Qué?- preguntó Eis voltendo a ver a Dunkel y después a Krieg. De pronto sus ojos se volvieron totalmente azules y se concentró en el báculo de Krieg- ¡Ahí están!

Sorpresivamente, el chico alto fue lanzado a donde se encontraban las chicas. Eis y Licht fueron en su ayuda.
- Parece ser que te están ganando Funkeln- dijo Licht.
- Por supuesto que no, ese me atacó por la espalda- contestó Funkeln molesto.
- Escucha, Krieg tiene en su poder los Cristales Planetarios. Debemos recuperarlos de inmediato- dijo Eis con urgencia.
- ¡Entonces no perdamos el tiempo!- exclamó Funkeln y tomó un enorme martillo que había caído junto a él, se levantó y corrió hacia los demás.
- Feuer¡tenemos que recuperar los Cristales de las Princesas!- le gritó al llegar al chico pelirrojo y le señaló el báculo, donde brillaban los Cristales.
- No importa que intenten, no resultará ¡Sus poderes son nada comparados a los míos!- se burló Krieg

Del báculo de Krieg comenzaron a salir una lluvia de rayos rojos que caían cada vez más cerca de los Centinelas, ellos lograron evadirlos, aunque con dificultad.
- Ya es hora de que esta batalla termine, acabaré con todos ustedes de una vez por todas- dijo Krieg con la voz impregnada de odio y cólera.

Krieg levantó su báculo, en él la Sombra del Cosmos brilló con una luz oscura y una especie humo negro empezó a emanar de ella. Después de unos segundos la misma luz oscura rodeó a Krieg y él lanzó incontables rayos hacia las Scouts. En un intento desesperado por protegerlas, los Centinelas se colocaron frente a cada una de ellas. Dunkel se levantó y cubrió a Saturn y a Setsuna con su cuerpo. Mientras Zeit se paró firmemente frente a Serena. De pronto un horrible resplandor negro la cegó. Al final solo hubo silencio.


POR FIN, DESPUÉS DE UNA SEMANA DE ARDUO TRABAJO (NAAAAA), AQUÍ LES DEJO OTROS DOS CAPÍTULO QUE MARCAN EL CASI FINAL DE ESTA HISTORIA. COMO SIEMPRE ESPERO SUS REVIEWS PARA SABER SI LES GUSTA, PARA RECIBIR CRITICAS, REGAÑOS, COMENTARIOS, PROPUESTAS (DE TRABAJO EHH) Y DEMÁS. SALUDOS!