La canción que canta Rin es "Sólo Tú" de Jaci Velázquez
Capítulo 3
Oscuro Amanecer / Sólo Tú
Rin acariciaba la cabeza de su pequeño mientras Sesshoumaru estaba afuera hablando con el doctor.
Cuando Sesshoumaru entró, negó con la cabeza y Rin corrió a sus brazos. Él la abrazó con fuerza y la besó en la cabeza.
-Tranquila mi amor…
-Kami! Sessh!
-Aún están buscando… mi prueba volvió a dar negativo…
Rin se refugió en el pecho de su esposo.
-Sessh…
Sesshoumaru continuó abrazándola.
-Mami, me voy a morir, verdad?
-NO!
Rin aún no soltaba a Sesshoumaru. Él la continuó abrazando.
-Todo va a estar bien, mi amor… todo va a estar bien…
Max fijó sus ojitos en su madre.
-Mami… no estés triste… Kami te enviará un bebé sano para que lo cuides en mi lugar…
-Max…
Rin se acercó a él, limpiando sus lágrimas.
-Mi amor, ya te lo dije, tú eres mi bebé.
-Pero mami, Kami me dijo que mi trabajo aquí está hecho…
Rin no pudo controlarse y lo abrazó con fuerza.
-Mi amor!
-No, mami, no llores!
El pequeño comenzó a llorar mientras se aferraba del cuello de su madre.
-No llores! Mami, no llores!
Sesshoumaru la apartó del niño, pero ella se rehusó.
-Rin, lo estás alterando…
-Déjame! Maxwell…
Sesshoumaru la mantuvo entre sus brazos.
-Rin, por favor…
-No llores, mami, onegai…
Rin se calmó un poco, entonces, Sesshoumaru la soltó de su abrazo y ella volvió con Max.
-Mami…
-Max, mi amor, no me digas cosas así…
-Pero es que Kami me pidió que te lo dijera… me dijo que si no te lo digo, te va a doler mucho…
-Max!
-Mami… Kami quiere que vaya con él. Me dijo que voy a volver con un cuerpo sano… yo le pedí volver como bebé tuyo y me dijo que sí…
Rin lo abrazó con fuerza y lo llenó de besos.
-Siempre vas a ser mi bebé.
Sesshoumaru había obligado a Rin a tomarse un calmante. Minutos después, Maxwell se durmió. Ahora velaba el sueño de ambos. Maxwell despertó.
-Papi…
-Aquí estoy…
-Papi, me duele mucho…
-Shh, tranquilo, iré por el doctor…
-No, papi…
-Pero si te duele…
-No, sólo quiero estar contigo…
-Hijo…
Sesshoumaru se sentó a su lado, el pequeño lo abrazó.
-Max, no le digas nada más a tu mamá…
-Pero papi, yo sé que me voy al cielo…
-Es posible que si no conseguimos un riñón a tiempo… pero lo voy a conseguir, hijo… lo voy a conseguir…
-Papi… tú me quieres?
-Yo te amo, Maxwell.
-Como a mami?
-Más que a tu mami…
-Porqué no quieres a mami?
-Yo la amo… pero ella es mi esposa… y tú eres mi hijo…
Max se acomodó en el pecho de su papá.
-Papi, te acuerdas cuando yo nací?
-Sí…
-Cómo era?
-Yo me iba de viaje… y tu mami me llamó para decirme que estaba en el hospital y que pronto nacerías… volví desde el aeropuerto y vine con ella… como naciste antes de tiempo, eras tan chiquito… pero muy escandaloso… el doctor decía que lo que te faltaba en tamaño lo tenías en pulmones… estuviste dos días en incubadora… pero ya no la necesitabas, entonces nos dejaron cargarte… Cuando llegué del trabajo, Rin te tenía cargado y te daba leche… y tu me miraste con tus ojitos grises…
Max sonrió mientras escuchaba la anécdota de su padre. Al cabo de unas horas, Rin despertó. Sesshoumaru la abrazó aún sentado al lado de Max. Y luego la dejó sentarse ella. El pequeño acomodó su cabeza en el regazo de su madre. Ella lo abrazó y acarició. Sesshoumaru se acercó y la besó con ternura.
-Te amo, preciosa…
-Te amo, Sessh…
-Y yo?
Rin rió y lo abrazó.
-También te amo, mi amor…
-Preciosa, tengo hambre… te traigo algo de comer?
-Sí…
-Papi… me puedes traer un jugo?
-Está bien. Ya vuelvo.
Sesshoumaru fue a la cafetería. Al rato volvió con unos sándwiches y jugos.
-Gracias, cariño…
Poco después de comer, Rin y Sesshoumaru reían con las ocurrencias de Max. Entonces entró el doctor Kensai.
-Hola… vaya, qué felices estamos hoy!
-Hola, doctor Kensai!
-Cómo está mi paciente favorito?
-Bien!
-Ah! Me alegro… Max, qué tal si te hacemos unos exámenes a ver cómo vas?
-Está bien…
-Así me gusta…
Kensai examinó los datos de la máquina dializadora. Y sacó de su bolsillo de la bata un paquete de jeringas, dos tubos sellados y vacíos y un par de guantes.
-Te voy a sacar sangre… A ver…
Kensai llenó los dos tubos sin problemas.
-Tienes ganas de ir al baño?
-Sí…
…………………………………
Rin despertó y sonrió al ver a Sesshoumaru y Maxwell.
-Hola…
-Cumpleaños feliz, te deseamos a ti, feliz cumpleaños mi amor, cumpleaños feliz!
Rin rió al escucharlos cantarle las mañanitas.
-Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, hoy por ser día de tu santo, te las cantamos a ti. Despierta, mi bien, despierta. Mira, ya amaneció, ya lo pajaritos cantan y la luna ya se metió.
Rin rió y los llenó de besos.
-Gracias, mis amores!
Sesshoumaru apagó la cámara de video. Rin lo llenó de besos y abrazos al igual que a Max.
-Gracias, cariño! Gracias, mi amor!
Sesshoumaru y Maxwell, hicieron todo en su poder por hacer de ese día el mejor posible para Rin. Sesshoumaru le regaló un ramo de rosas y Maxwell otro, aunque Rin sabía que todo era obra de Sesshoumaru. Inuyasha y Kagome pasaron, como siempre lo hacían. Todo el día fue como un sueño. Sesshoumaru se quedó esa noche con ellos. Dormían abrazados, pegados completamente.
-Mi amor…
-Dime…
-Gracias… por el mejor cumpleaños de mi vida…
-Fue un placer…
…………………………………………
Rin había deseado que los días siguientes fueran así de maravillosos, pero no fueron así. Max se comenzó a debilitar poco a poco. Sesshoumaru había discutido con el doctor sobre la posibilidad de llevarlo a la casa.
-Kensai… es una realidad que ya acepté… ahora sólo quiero darle felicidad en sus últimos días.
-Si te lo llevas le acortarás el tiempo…
-Prefiero que viva poco pero feliz. No comprendes, prefiero que viva dos semanas felices a que pase un mes más aquí. Él no quiere estar aquí.
-Es un niño, no sabe lo que quiere…
-Kensai, mi hijo me pide a diario que lo saque de aquí.
-Lo siento, Sesshoumaru, pero no lo haré… sacarlo de aquí es matarlo.
Sesshoumaru volvió a la habitación. Donde Rin lo contemplaba dormir abrazado a su muñeco favorito. La abrazó por la cintura y apoyó su barbilla en su hombro.
-Preciosa, tenemos que hablar…
Rin y Sesshoumaru salieron de la habitación. Rin notó la congoja en su rostro y acarició su mejilla. Él tomó la mano que lo acariciaba y la besó en la palma.
-Qué pasa, mi amor?
-Rin, es hora de aceptar la verdad…
-De qué hablas?
-Maxwell…
-No…
-Se nos fue, mi amor… ya es muy tarde… ni apareciendo el riñón hoy se puede recuperar…
-No, Sesshoumaru, no digas eso…
-Rin, es la verdad…
Sesshoumaru se aclaró la vista, removiendo las lágrimas que nublaban sus ojos, y acarició las mejillas de su esposa para quitar las suyas. Ella lo abrazó con fuerza, refugiándose en su pecho.
-Rin… yo prefiero que viva poco, pero que viva feliz…
-De qué hablas?
-No quiero que sufra más… no quiero verlo conectado a una máquina como un vegetal… no quiero verlo sufrir más…
-Sesshoumaru…
-Eso me mataría a mí… quiero sacarlo de aquí…
-No!
-Rin… aquí está sufriendo…
-Aquí lo mantienen vivo!
-Pero no tiene calidad de vida!
-No puedo, Sesshoumaru, no puedo dejar a mi bebé…
-Acéptalo, Rin, ya no es nuestro…
Rin se refugió en los brazos de su esposo, mientras lloraba amargamente. Él la abrazó y le llenó la cabeza de besitos.
-Kami, porqué a él? Porqué no a mí!
Aquellas palabras solían hacer que Sesshoumaru se retorciera del dolor por dentro. La impotencia se adueñaba de su cuerpo. Había fallado, ahora sólo le quedaba ver a su hijo morir.
Después de un rato, Rin se volvió a calmar. Sesshoumaru la dejaba descansar en su regazo, mientras le acariciaba la espalda y la cabeza.
-Está mal que te desee sobre todo lo que estamos viviendo?
-No, mi amor…
Sesshoumaru se inclinó y la besó con ternura.
-Recuerdas cuando tenía un año y algo… que nosotros discutimos y él me haló de la mano y me llevó hacia ti para que me disculpara?
-Sí… tan bello… y siempre decía: "Mama to papa, eien"…
-Rin, no dejemos que esto nos separe… mi amor, no soportaría perderlos a ambos…
-Yo tampoco…
-Si nos separamos, que sea porque realmente no nos amamos…
-Eso no va a pasar.
-No…
Maxwell despertó cerca de dos horas después.
-Mama?
Rin se puso de pie y corrió a su lado. Maxwell tenía los labios pálidos.
-Aquí estoy, mi amor…
-Y papa?
-También estoy aquí…
-Papa… me vas a sacar?
-Maxwell…
-Onegai, papi no quiero estar aquí… no quiero morirme aquí…
El pequeño comenzó a llorar, Rin por igual.
-No puedo sacarte yo sólo…
-Onegai, papa… no quiero seguir aquí! Me quiero ir de aquí…
Sesshoumaru se acercó a él y lo besó en la frente.
-Seguiré intentando… pero sabes que vivirás menos si te saco.
-No importa! No quiero seguir aquí! Además igual me voy a morir!
A Sesshoumaru le resultaba chocante la percepción de la vida y la muerte que tenía su hijo.
-Max, tranquilízate, sí? Así no puedo hacer nada.
Sesshoumaru salió de la habitación. Rin se quedó con él hasta que se volvió a dormir. Cuando Sesshoumaru volvió, Rin lo abrazó.
-Preciosa…
-Está bien… vamos a sacarlo…
Sesshoumaru la besó con ternura en la frente.
-Cómo te sientes?
-No lo sé… pero algo me dice que es lo correcto…
Sesshoumaru la abrazó con más fuerza aún.
………………………………………………
Sesshoumaru llegó al hospital bien temprano. Llevaba el desayuno de Rin y más ropa limpia. Al entrar en la habitación, se encontró con 4 médicos alrededor de la cama.
-Rin?
-Lo están evaluando.
Se sentaron en el sillón en silencio, escucharon las preguntas que le hacían a Max.
-Sabes cuánto son dos semanas?
-14 días.
-Y un mes?
-30 días.
-Por qué dices que te quieres ir? Tu papá te lo dijo?
-No. Yo le dije a él que me quiero ir.
-Por qué? Sabes que si te vas, puedes morir en 14 días?
-Aunque sea en 7.
-Sabes lo que es la muerte?
-Es cuando se para el corazón y el cuerpo se pone frío y uno se va con Kami.
-Sabes que no hay vuelta atrás?
-Ya volví una vez. Pero ya sé que no puedo volver.
Luego de una serie de preguntas, donde las respuestas no sólo sorprendían a los médicos, sino a los padres, Max dijo que tenía sueño. Los doctores terminaron la evaluación y pidieron hablar con Sesshoumaru.
-Y bien?
-Si se lo lleva, sólo usted será responsable de la muerte de su hijo.
Sesshoumaru asintió. Cuando volvió a la habitación, Rin lo besó en la mejilla.
-Nos vamos.
Max sonrió. Varias horas después, Sesshoumaru lo cargó hasta su cama. Le mostró un monitor.
-Si necesitas algo, sólo nos llamas y nosotros escucharemos por aquí. Tu mamá tiene uno y yo tengo el otro.
-Vas a salir ahora?
-No.
-No te puedes quedar conmigo?
-Claro que sí.
Rin se sentó cerca.
-Mami… porqué no vas a dormir?
-Max, yo…
-Ve a descansar, preciosa, yo lo cuido…
Rin lo besó en la frente y besó a Sesshoumaru.
-Te amo, Max. Sessh…
-Te amo, mami…
-Te amo, preciosa…
Rin le sonrió y se fue a acostar. Max se abrazó a su papá.
-Te gusta tu habitación?
-Sí!
Sesshoumaru sonrió.
-Papi, quiero caminar…
Sesshoumaru le sirvió de soporte para que diera unos pasos hasta la ventana. Pero lo tuvo que cargar para que volviera a la cama.
-Papi… no…
-Descansa un poco. Mira que ni puedes hablar bien…
Max se detuvo y tomó agua.
-Papi, no vayas a dejar a mami sola…
-No la voy a dejar sola… yo amo a Rin…
Después de un rato, Sesshoumaru preparó la cena, entonces fue a levantar a Rin para que comiera.
-Mi amor…
-Sessh…
-Mi amor, ven a cenar…
-Ya voy…
Rin bajó las escaleras y sonrió al ver a Max sentado a la mesa. Lo besó en la frente.
-Cómo te sientes, mi amor?
-Bien.
-No te duele nada?
-No.
Rin sonrió al probar la comida. Tomó la mano de Sesshoumaru y entrelazó sus dedos.
-Delicioso.
Sesshoumaru sonrió.
-No cocino tan rico como tú, pero me alegra que te guste.
Al terminar la cena, Sesshoumaru se encargó de los platos. Y llevó a Maxwell a su cama. Rin se quedó un rato con él y luego lo despidió de buenas noches.
-Mama…
-Dime…
-Cuando yo era bebé, tú me cantabas una canción del cielo…
-Una canción del cielo?
-Sí, una que me cantabas cuando habían rayos.
Rin recordó la canción y sonrió.
-Mi amor, si eras muy chiquito cuando te cantaba eso. Como la recuerdas?
-Me gusta mucho.
Max se acomodó en el pecho de su madre, quien le acarició la larga cabellera azabache y llena de rizos.
-"Cuando ríes, cuando lloras
Cuando callas, al hablar
Cada gesto me provoca amarte más
Eres mi punto de partida
Mi principio y mi final
Eres el centro de mi vida, mi guerra y mi paz
Solo tú conoces mis sentimientos de verdad"…
Rin se detuvo debido a que las lágrimas no la dejaban seguir. Maxwell acarició su rostro y la besó con ternura en la mejilla.
-No pares mami… síguela…
Rin lo abrazó con fuerza y logró volver a cantar.
-"Si yo pudiera volar hasta el cielo en mis brazos te llevaría
Porque llenas a diario mi vida de ilusión y de alegría
Porque solo tú me comprendes
Porque tu amor cambio mi mente
Si me pidieras el mundo entero te lo daría".
Sesshoumaru estaba parado en el umbral de la puerta. Sonrió y se quedó inmóvil disfrutando de la dulce voz de su esposa.
-"En la paz de tu mirada hallo mi estabilidad
En tus brazos y en tu alma mi seguridad
Solo tú conoces mis sentimientos de verdad…
Si yo pudiera volar hasta el cielo… en mis brazos"…
Rin lo continuó apretando entre sus brazos. Sentía un tremendo dolor en el pecho.
-Mami, no llores… no quiero que llores…
-Perdóname, mi amor, pero no puedo evitarlo…
El pequeño se aferró con fuerza a ella. La llenó de besos.
-Mami, gracias por cantarme la canción…
-No es nada, mi amor…
-Y perdón por hacerte llorar…
-No importa…
Sesshoumaru fue con ellos.
-Es hora de dormir, Maxwell…
Luego de despedirse de ambos, los vio marcharse a su habitación y cerró sus ojitos.
Rin se sentó en la cama y vio a Sesshoumaru cambiarse la ropa por su pijama.
-Kami, qué delgado estás! Así o peor tengo que estar yo…
-Te ves hermosa.
Rin se abrió la yukata y se observó al espejo.
-Estoy en los huesos.
-Por eso te digo que comas. Pero tú no quieres.
-Te prometo que voy a comer mejor…
-Pase lo que pase?
-Te lo prometo.
Rin se pasó las manos por la cara. Tenía unas enormes ojeras y se notaba la tristeza en sus ojos.
-Me veo peor que Max… parece que la enferma soy yo…
Sesshoumaru la abrazó desde atrás y la besó en la mejilla.
-Es sólo que no has descansado bien por un largo tiempo. Ya verás la diferencia mañana.
…………………………………………
Rin no podía creer lo feliz que Max se veía. Reía a todas horas, jugaba todo el tiempo. Sesshoumaru parecía un niño junto a él. Todos sabían que la muerte se acercaba, pero era como si a nadie le importara. El vivir el día a día, como si no hubiera un mañana era lo mejor. Max estaba jugando con Sesshoumaru.
-Papi, has ido al campo?
-Sí. Tú también, pero eras un bebé…
-No lo recuerdo. Papi, yo quiero conocer el campo.
-Podemos ir mañana mismo.
-Sí!
Sesshoumaru sonrió. Rin entró en la habitación vistiendo una yukata de seda de color verde oscuro, con la cinta ajustada a su cintura. Sesshoumaru, al verla, la abrazó por la cintura y la besó en su vientre.
-Qué tal me queda?
-Perfecto.
-Mami, pareces una princesa…
Rin sonrió.
-Gracias, mi amor… no crees que ya es hora de dormir?
-Mami, mañana iremos al campo.
-Sí?
-Sí!
-Mejor me pongo a empacar…
-No, lo haces mañana, serán solo dos días.
-Está bien.
Rin acomodó a Max en su cama y lo besó de buenas noches.
-Que sueñes con los angelitos, mi amor…
Rin y Sesshoumaru se fueron a su habitación y sin hablar, sin decir palabra, se besaron apasionadamente dejando que el deseo emergiera en su piel. Sesshoumaru ya había aflojado la yukata y acariciaba su pecho cuando se detuvo.
-Sessh…
-No puedo…
-Mi amor…
-No debemos…
-Sí debemos, sí podemos…
-No…
-Sesshoumaru, te necesito… y sé que tú también.
-Pero tener…
-Sexo? Cuándo hemos tenido sexo? Sesshoumaru, hacer el amor es algo muy diferente y… es amor…
-Dices que está bien?
-No es lo que digo, es lo que siento… y mi amor…
Sesshoumaru la besó apasionadamente mientras la tomó entre sus brazos y la llevó hasta la cama. Allí se dedicó a llenar su cuerpo de besos y caricias que encandecían su piel y entrañas, ella se aferraba a él dejando escapar suspiros llenos de placer.
-Ah! Mi amor!
Sesshoumaru la penetró y se abrazó a ella, donde sólo sus rostros se separaban escasos milímetros mientras se robaban el oxígeno. Sesshoumaru la sentía suspirar en su oído, respirar en su cuello, gritar en su garganta en medio del más apasionado de los besos, sentía que todo su cuerpo estallaría. Tenía que entregarse a ella como ella se entregaba a él.
-Te amo, preciosa…
Rin permitió que el placer calara su piel, carne y huesos mientras todo su cuerpo se tensaba y una marejada de éxtasis la recorría desde su entrepierna hasta su cerebro y de vuelta a su vientre. Sentir la tibia esencia de su esposo derramada en su interior era equivalente a mil orgasmos, o eso ella pensaba. Se quedaron inmóviles, abrazados. Sesshoumaru apoyado sobre su pecho mientras escuchaba los latidos de su corazón retomar su ritmo normal. Varios minutos después, notó que continuaba un poco acelerado. La besó en el mismo punto de unión de sus senos.
-Mi amor, te sientes bien?
-Me siento de maravillas…
-Preciosa, tu corazón está acelerado.
-Estoy bien…
-No, es muy rápido…
Rin sonrió y lo besó con ternura.
-Sesshoumaru, mi corazón está bien.
Sesshoumaru no quedó muy convenció y realmente no durmió en casi toda la noche, revisando los latidos del corazón de Rin. Sabía que ella se enojaría si lo descubría trasnochado, así que se hizo el dormido cuando ella despertó. Lo besó con ternura y se levantó, se cerró la yukata y salió de la habitación para volver un minuto después.
-Deja de fingir, sé que estás despierto.
-Cómo me descubriste?
-Yo sí me he pasado incontables noches en vela, sólo para verte dormir… sé cada cosa que haces dormido. Y hoy no has hecho ni una.
-Preciosa…
Rin volvió a acomodarse a su lado y lo besó con ternura.
-Mi amor, pero porqué?
-Cuando nos casamos… estaba tan emocionada de ser tu esposa… Kami, no podía dormir de la emoción… finalmente…
Sesshoumaru sonrió mientras acariciaba su rostro y sus labios.
-Cuando me casé contigo, dormía tranquilo porque te tenía a mi lado. Y aún es así. Sé que al despertar estarás ahí y que nada es un sueño.
-Sessh… yo quiero darte las gracias por mi hijo… aunque lo pierda… pero gracias a él, gracias a ti… conocí la dicha de tener una familia propiamente mía… y no hay nada que me guste más que ser la madre de tu hijo…
Sesshoumaru la besó con ternura y se acomodó en su pecho.
-Nunca creí poder amar tanto como te amo, mi amor…
Gracias a todas nuevamente por el apoyo y la acogida que le han dado a este fic. No se imaginan lo bien que me siento cuando leo sus reviews. Besitos. Mizuho
