Capítulo 5

Una Nueva Vida

A pesar de los pequeños cambios, nada cambiaba en realidad. Sesshoumaru seguía sin dormir, porque sabía que Rin tampoco dormía. Llevaba ya tres días amaneciendo en claro y ya su cuerpo le pasaba factura. Bebía café en cantidades alarmantes. Estaba en una junta y ya era su cuarta taza de café. Algunos notaron que no le agregaba ni azúcar ni crema. Simplemente se lo tomaba negro y amargo.

-…Por tanto, recomendamos un recorte de personal…

-Un qué?

-Un recorte de personal.

-Y más o menos de cuántos empleados hablamos?

-Tal vez de 5 a 6 por departamento…

-De 5 a 6 por departamento… hablamos de aproximadamente 4000 a 5000 empleados. Qué tal si hacemos esto? Lo despido a usted, y contrato a un sucesor con un sueldo menor, pero suficiente para cubrir sus necesidades, claro, no se podrá comprar un mercedes benz a los dos meses. Pero tal vez en unos 6 meses.

-Samuru-sama, con todo respeto…

-Con todo respeto. El personal de planta no se toca! Ellos hacen el trabajo que paga sus lujos! Así que al menos que se mate de 8 a 12 horas en un cubículo 4 por 4, se calla la boca y no me haga ningún tipo de sugerencia acerca de ese personal. LES QUEDÓ CLARO!

Sesshoumaru estaba de pie, apoyado con ambas manos sobre la mesa. Se llevó una mano al pecho y cayó desplomado al piso.

-LLAMEN A EMERGENCIAS!

…………………………………………………

Rin no sabe cómo llegó al hospital sin causar un accidente, corrió a las salas de emergencia y comenzó a preguntar por Sesshoumaru. Cuando finalmente lo encontró corrió a su lado y lo abrazó con los ojos llenos de lágrimas.

-Sesshoumaru, mi amor! Qué pasó!

-Preciosa…

Sesshoumaru acarició su rostro, se quiso quitar la mascarilla de oxígeno, pero Rin no se lo permitió.

-Estoy bien…

-No estás bien… qué pasó?

-No lo sé…

-Por Kami, mi amor…

Rin lo abrazó con fuerza, aferrándose a él, como asegurándose que no fuera a ninguna parte. Sesshoumaru la abrazó con ternura. En ese momento el doctor entró, Sesshoumaru le quitó las lágrimas del rostro y acarició sus mejillas.

-Cuando me enteré que estabas aquí, vine a verte…

-Kensai!

-Hola… Sesshoumaru, mereces una tunda, cómo se te ocurre maltratarte así?

-Qué!

-Primero que todo, tienes los niveles de cafeína al borde de lo tóxico así que a partir de hoy, te queda terminantemente prohibido tomar café. Segundo, tienes arritmia, así que deberás tomar unos medicamentos y seguir una dieta baja en grasa y sal.

-Pero arritmia por qué?

-Estrés, falta de sueño, dieta desastrosa.

-Falta de sueño? Pero si…

Sesshoumaru tomó su mano y la apretó para llamar su atención. Kensai se les acercó.

-Quisiera hablar con ustedes, como amigo, no como médico…

Ambos asintieron.

-Cómo han estado después del funeral?

-Pues…

-No me dirán que… sé que es difícil… sé lo que es perder a un hijo… pero… se van a enfermar y hablo en serio. La depresión es uno de los peores enemigos. Mi recomendación es que se deshagan de las pertenencias.

-Cómo?

-Véndanlas, regálenlas… mantener su habitación como un santuario no es sano…

Rin bajó la cabeza.

-A veces despierto sintiendo que si voy a su habitación lo encontraré…

-Comprendo… no les diré que es tiempo… ustedes mismo lo sabrán… pero Rin, un luto no es dejar de comer, no es dejar de dormir…

Rin asintió. Keisuke los dejó solos. Rin vio a Sesshoumaru.

-No duermes? No comes? Y todo ese café? Sesshoumaru…

-Tengo miedo…

-Miedo a qué?

-A perderte. A que te enfermes tú, a que no lo soportes.

Rin le acarició el rostro.

-Esto es lo que no soporto… Kami, mi amor, cómo se te ocurre pasarte la noche en vela si sabes que estoy durmiendo bien?

-Rin…

-No, Rin nada. Sesshoumaru, tú me pides que me cuide, pero entonces te enfermas tú, es que pretendes dejarme viuda también?

Rin le daba golpes sin fuerza en el pecho mientras intentaba parecer enojada. Sesshoumaru se quitó la mascarilla de oxígeno y tomó sus puños para halarla hacia él. Cuando estuvo a 5 centímetros de su rostro, levantó la cabeza y la besó apasionadamente. Rodeándola por la cintura y acariciando su espalda, los minutos parecieron eternos. Cuando finalmente se separaron, Rin tomó la máscara de oxígeno e inhaló varias veces. Sesshoumaru rió a carcajadas.

Después de varios exámenes, le dieron la alta a Sesshoumaru. Al llegar a la casa, se tomó las pastillas que acababan de comprar y prefirió obedecer a Rin y pasarse el resto del día en la cama.

………………………………………

Sesshoumaru estaba de vuelta en la oficina, pero evitaba a toda costa las situaciones estresantes. Varias semanas habían pasado y aunque dormía más, aún pasaba gran parte de la noche en vela.

Rin volvió a la casa con el corazón en las manos. Acababa de pasar por la casa de una amiga que estaba a cargo de un albergue para niños huérfanos, y que tenían actividades para recaudar fondos. Aunque Rin donó una buena cantidad de dinero, no se sentía bien consigo misma. Fue a la habitación de Max y recogió toda su ropa. Las metió en enormes bolsas negras y las subió a su auto. Así también recogió la gran mayoría de los juguetes, evitando los favoritos, e incluso las sábanas de la cama de Max. Volvió al albergue.

-Sango, tienes a alguien que me ayude?

-Rin! Qué necesitas?

-Alguien que cargue las bolsas, yo ya no tengo fuerzas…

-Y qué hay ahí?

-Ropa, zapatos, juguetes, sábanas… Kami, ya ni sé lo que hay ahí…

Sango la abrazó con fuerza. Sabía que debía ser muy difícil para ella deshacerse de las cosas de Maxwell.

-Estás segura?

-Prefiero que sigan siendo útiles a que se las coman las polillas.

-Gracias, Rin… realmente las necesitamos…

Rin sonrió y entonces su alma consiguió un poco de paz. Esa paz interna que tanto deseaba y no hallaba. Bajaron los paquetes, un tiempo después, un pequeño que debía tener la edad de Max, se acercó a Rin.

-Gracias, tenía mucho frío…

El niño tenía puesto un abrigo que fue de Maxwell, Rin se bajó a su altura y acarició su rostro.

-De nada. Cómo te llamas?

-Yukio…

-Yukio, cuántos años tienes?

-7…

Rin sonrió.

-Yo tenía un bebé. Ya pronto iba a cumplir 7 años…

-Y dónde está?

-En el cielo, con Kami…

Rin se quedó pensativa. El pequeño la beso en la mejilla.

-Entonces mi ángel de la guarda tiene un ángel de la guarda que habla con Kami…

Rin sonrió y acarició su cabeza. Se puso de pie y se despidió de Sango.

-Necesitas una cama?

-También?

-Hasta te compro 7 más si quieres…

-Todo es bienvenido.

-Envía un camión a casa. No volveré aquí hoy.

-Amiga, estás segura de todo esto?

-Es hora de seguir con mi vida… Sango, me guste o no, ya Max no volverá. Y estuve a punto de perder a Sesshoumaru. No puedo seguir viviendo en el pasado.

Rin se despidió de su amiga con un fuerte abrazo y fue a la casa seguida por un camión de mudanza, luego de que se marcharan con la cama, Rin se quedó viendo la habitación. Su corazón latía con calma, sentía una extraña calidez envolver su cuerpo. Vio la cámara de video de Sesshoumaru sobre el gavetero.

-Qué hace esto aquí?

Tomó el aparato y se le cayó una cinta. Tenía la etiqueta escrita, reconoció la letra de Max. "Mama to papa". Se sintió tentada a verla, pero no se atrevió. Prefirió esperar a ver a Sesshoumaru.

Cuando Sesshoumaru llegó a la casa, Rin lo abrazó con fuerza, aferrándose a su pecho.

-Preciosa, estás bien?

-Sí…

Rin lo guió hasta estar frente al televisor.

-Encontré esto hoy… pero no quiero verlo sola.

-Qué es?

-Es un video casete, de tu cámara…

Sesshoumaru le cambió la batería por una cargada y la conectó del televisor. Era el video del viaje al campo. Rin se aferró a Sesshoumaru mientras lo volvía a ver hablar, siempre sonriendo y siempre feliz.

Entonces se vio una grabación en la que él se graba el mismo torpemente.

-Mama, papa… mi tiempo para volver con Kami ya llegó. Me dijo que podía despedirme… Mama, te quiero mucho y a papa también… cuídalo. Papa se va a enfermar por cuidarte a ti. Pero Kami dijo que si lo cuidas, se curará…

Terminaron la grabación entre lágrimas. Rin se aferró a Sesshoumaru con todas sus fuerzas, pero luego de unos minutos, se limpió el rostro.

-Mi amor…

Se llevó las manos al pecho.

-Ya no me duele… ya no me pesa…

-Lo sé…

Finalmente ambos estaban en paz. Una paz absoluta que los rodeaba y los hacía sentir cómodos, eliminando ese sentimiento de culpa por seguir vivos. Esa noche, durmieron la noche completa y en paz.

………………………………………………

Rin despertó por los besos de Sesshoumaru. Y se sorprendió al verlo sólo con la yukata.

-Hola, mi amor…

-Buenos días, preciosa…

-No irás a trabajar?

-No… hoy es sólo para ti…

Rin sonrió y rodeó su cuello con sus brazos. Sesshoumaru continuó llenándola de besos.

-Ah! Mi amor!

Rin se elevó un poco como ofreciéndole su cuerpo a Sesshoumaru. Él sonrió y continuó con los besos.

-Rin…

-Hm?

-Estás segura?

-Kami, más segura que en mi noche de bodas!

Sesshoumaru rió a carcajadas y continuó con los besos. Descubrió sus senos y se deleitó con la sensible área de sus pezones, siempre tenían un sabor diferente al de su piel y eso lo volvía loco.

Rin sentía que se volvería loca sólo con las caricias, realmente era casi un año desde la última vez que estuvo con él. Sentía que sus manos la quemaban donde la tocaban, su cuerpo tenía voluntad propia y se movía sólo para conseguir más placer. Más era todo lo que su mente pedía a gritos.

Sesshoumaru deslizó una de sus manos por su vientre y hasta su intimidad, con una suave pero firme caricia, separó sus piernas y deslizó sus dedos sobre la cálida y húmeda piel que pedía caricias a gritos. Con besos se guió hasta allí y tuvo que sostenerla con fuerza para que no se moviera mientras saboreaba el dulce néctar que emanaba de su interior. Escucharla gemir y en casos gritar extasiada de placer fue el más delicioso aliciente para continuar su tarea.

Finalmente se deslizó sobre su cuerpo y mientras sus intimidades rozaban, la besó apasionadamente para luego penetrarla mientras sus miradas eran presas una de la otra. Sentía las energías correr todo su cuerpo a la vez que se abría paso en su interior, ella se aferraba a él con sus brazos a su cuello y espalda y sus piernas entrelazadas en su cintura. Contrario a lo que su cuerpo deseaba, Sesshoumaru se movía lentamente, pero sus penetraciones eran profundas y firmes. Rin no podía hablar, apenas escapaba el aire de su boca como un leve suspiro mientras lo escuchaba decirle al oído palabras de amor que se grababan en su cerebro como fuego.

Sus cuerpos se estremecieron a la vez, Sesshoumaru experimentó una repentina rigidez a la vez que la sentía apresarlo en su interior. Rin sintió todo su cuerpo convulsionar y luego una calma plena. Él seguía sobre y dentro de ella. La besó con ternura y descansó su cabeza en la curva entre su cuello y hombro.

-Te amo, Rin. Te amo…

Esa urgencia por decirle que la ama, esa necesidad de hacerla suya a como dé lugar. Había algo en ella que lo provocaba, no la quería dejar sola a ninguna hora, no podía concebir la idea de estar lejos de ella. Y por primera vez en su vida, comprendió el daño que le hacía cuando ella le decía que lo amaba y él no le contestaba. Sabía que ella aún en su éxtasis no le podía contestar. Pero él necesitaba escucharlo ya. Rin acarició su rostro con ternura y sonrió.

-Te amo, Sesshoumaru…

El beso no se hizo esperar. Un beso lleno de amor, pasión y deseo. El cuerpo de Sesshoumaru pedía más a gritos. Sin embargo el de Rin había dado todo lo que tenía. Sesshoumaru abandonó su interior aún erecto y luego de acomodarse a su lado, la atrajo hacia su pecho y le llenó la cabeza de dulces besitos.

-Sessh…

-Estás cansada… qué tal si dormimos un rato?

Rin se elevó hasta estar a la altura de su rostro y lo acarició.

-Nunca creí que vería este día…

-Y qué día es este?

-Uno en el que hacemos el amor y no me siento culpable. Sé que perdí a mi hijo y no me nubla la mente.

-El día en que tu herida se cerraría.

Rin acarició su pecho.

-La tuya cerró mucho antes.

-A veces sangra. Pero no me puedo aferrar al pasado. No podía hacerlo, por ti. Para que me siguieras y salieras de allí.

-Gracias, mi amor… sin ti no lo habría hecho…

Sesshoumaru la abrazó. Sabía que sus vidas acababan de cerrar un capítulo largo y doloroso y se abrían a una segunda oportunidad para ser felices. La vio dormir pegada a su pecho y cerró los ojos.

-Grcias, Kami…

Más tarde, Sesshoumaru despertó y escuchó el agua correr, se levantó y fue al baño, allí estaba Rin, sentada en el borde de la tina, preparando el baño. Se acercó a ella y la besó con ternura.

-Cómo dormiste?

-Deliciosamente bien. Y tú?

-Rico… me acompañas?

-Y lo dudas?

Rin sonrió y dejó que Sesshoumaru la desvistiera a besos. Entraron al agua juntos y se quedaron abrazados. Sesshoumaru bajó sus manos a sus caderas y le permitió quedarse recostada de su pecho. Rin suspiró profundamente dejando que todo el aire saliera de sus pulmones.

-Qué pasa, preciosa?

-Es increíble.

-Qué cosa?

-La paz que siento. Es como si… no hay nada mal en mi vida… todo lo que hago está bien…

-Lo sé…

Rin sonrió.

-Anoche, antes de dormirme, pensé en lo que me dijo Max…

-Qué era?

-En que tendría más hijos…

-Podemos intentarlo otra vez…

-Tú quieres tener más?

-Todos los que Kami quiera enviarnos…

Rin sonrió.

-Todo es parte del plan de Kami…

-Así es…

Rin le dio el frente a Sesshoumaru y lo besó con ternura mientras rodeaba su cuello con sus brazos.

-Me gustaría tener una bebita. Hermosa como su papi…

-Preciosa, una niña que se parezca a mí?

-Claro que sí. Con sus ojitos como soles, su pelo rubio y tu sonrisa… nos pasaríamos la vida discutiendo porque tú le espantarías los pretendientes.

Sesshoumaru rió.

-Si tenemos una niña, tendrás que compartir los besos y mimos.

-No importa, eso nunca se acaba.

Sesshoumaru acarició su rostro y la besó.

-Está bien, vamos a hacerlo…

Rin rió y comenzó a dar pequeños brinquitos en su regazo. No escuchaba cuando Sesshoumaru le pedía que no hiciera eso. Ya el agua estaba fría. Rin salió del agua y se sorprendió al ver a Sesshoumaru cuando él se puso de pie.

-Espérame en la cama…

Rin rió a carcajadas y salió del baño a toda prisa. Cuando Sesshoumaru le decía eso solía seguirle a una o dos horas sin poder caminar correctamente. Sesshoumaru la atrapó en su intento de escape y riendo la llevó a la cama.

-Con una condición.

-La que sea.

-Déjame mimarte…

-Ven y hazlo.

Rin se acercó a él y lo acarició en toda su extensión. Sesshoumaru se estremeció.

-Preciosa, tus manos están frías!

Rin rió a carcajadas.

-Ya se calentarán…

Rin casi se siente desmayar al reconocer los deliciosamente largos y robustos dedos de su esposo en su interior. Obligándolo a sacar los dedos, se acomodó sobre él mientras lo devoraba en su interior. Rin comenzó a moverse de una manera que a Sesshoumaru le dejaba los ojos y la mente en blanco. Se aferraba a sus hombros y cuello mientras se movía, Sesshoumaru se deleitaba con sus senos que quedaban a la altura de su boca.

-Ah! Sessh! Seh… SESSHOUMARU!

-ARGH! RIN!

Sesshoumaru hundió su rostro en el pecho de su esposa, mientras ella se aferraba a él con todas sus fuerzas. Poco a poco la paz fue volviendo a sus cuerpos. Sesshoumaru la continuó abrazando y llenando de besos.

-Preciosa… eso fue…

-Lo sé…

Sesshoumaru rió.

………………………………………

Sesshoumaru llegó a la casa a media tarde.

-Rin! Rin! Dónde estás!

-Arriba!

Sesshoumaru subió las escaleras y encontró a Rin pintando la habitación de Maxwell.

-Preciosa!

Rin lo besó rápidamente en la mejilla.

-Estoy llena de pintura, qué te parece?

-Es…

Rin sonrió.

-No lo sé, ese color como que me llamó. Y eso que no me gusta el verde… no te gusta?

-Está bien… está lindo… preciosa, no iremos al cementerio?

-Sí, claro. Dame unos minutos…

Rin se dio un baño y se vistió con un jeans y un polo color azul pastel. Sesshoumaru se quitó la corbata. Rin lo besó en la mejilla nuevamente.

-Estoy lista…

Compraron flores en el camino, Sesshoumaru le regaló una rosa a Rin.

-Gracias, mi amor…

Poco después estaban frente a una pequeña estatua de un ángel que sostenía un pergamino, en el cual estaba tallado el nombre de Maxwell. Rin se bajó a la altura del nombre y pasó su mano sobre el mismo.

-Hola, mi amor… espero que te estés portando bien con Kami…

Sesshoumaru sonrió.

-Adivina qué? Tu papi y yo estamos intentando tener un bebé. Serás su ángel guardián? Hay días en los que te extraño tanto que quisiera pensar que es un sueño y que cuando despierte te veré en tu habitación… pero no lo es. Pero tu papi me hace tan feliz como cuando estabas con nosotros. Hoy volví a ver el video que nos grabaste. Ya te había dado las gracias, pero te las doy otra vez. Sin él no sé lo que habría pasado conmigo…

Rin sostuvo la mano de Sesshoumaru y entrelazó sus dedos.

-Nunca voy a dejar de quererte, mi amor…

Rin dejó las flores al pie del ángel. Sesshoumaru hizo lo mismo.

-Ya tu madre lo dijo todo… te quiero, hijo…

Al volver al auto, Rin creyó que Sesshoumaru iría a la salida, pero no lo hizo. Fue hasta una enorme cripta.

-Sessh…

-La tumba de mi mamá…

Ahora Rin comprendía para quién era el otro ramo de flores. Sesshoumaru hizo una plegaria en silencio y colocó las flores.

-Okasan… sasshiburi dana! (Madre… Cuánto tiempo!)

Sesshoumaru se rascó la nuca.

-Me siento como un niño otra vez… la razón por la que dejé de venir era porque me dolía demasiado… como dijiste, uno debe estar preparado para enterrar a sus padres… pero tener que enterrar a mi hijo también ha sido lo más duro que he tenido que vivir… Nunca traje a mi esposa… aquí está hoy… estoy segura que se hubieran llevado de maravilla. Ella es hermosa, inteligente y muy cariñosa… se parecen mucho…

Sesshoumaru tomó a Rin de la mano y la apretó.

-Soy tan feliz con ella… no te lo hubieras imaginado… ella es mi princesa de la luna…

Vio a Rin a su lado, quien le sonrió sinceramente, con el corazón en las manos, le sonrió en respuesta.

-Ves mamá? Quién podría hacerme así de feliz? Sólo ella…

Volvieron a la casa en silencio. Rin se metió en la cocina para preparar la cena y mientras sacaba la carne del congelador, sintió un abrazo que le inmovilizó los brazos.

-Sessh…

-No quiero comer…

-Pero…

-Hazte lo que quieras, no quiero comer…

Rin cerró el congelador.

-Qué pasa?

-No tengo hambre…ven, quiero hablar contigo…

Rin lo siguió hasta la sala, donde Sesshoumaru la sentó frente a él.

-Rin… quién te dijo que tienes que ser una ama de casa?

-Sessh…

-Es que te has quedado a cuidar y limpiar y cocinar… preciosa, no eres mi empleada, eres mi esposa…

-Mi amor…

Rin acarició su rostro.

-Mi amor, yo decidí hacerlo por la única razón de que no quiero ir a una oficina a alterarme. Me gustaba mi trabajo, pero si tengo la oportunidad de quedarme en casa con mi hijo, lo hago.

-No es algo que haces para atarte a algún recuerdo?

-No, mi amor.

-Entonces está bien…

Rin se sentó sobre sus piernas y lo besó.

-Cuando yo quiera volver a trabajar, busco trabajo… pero ahora no es tan necesario…

-Y qué es lo más necesario?

-Es algo en lo que me puedes ayudar…

-Sí?

-Sí…

-Y eso es?

Rin lo besó apasionadamente.

………………………………………………

N/A: Qué tal? Cómo va? Pido disculpas por el pequeño retraso, pero espero que les haya gustado este cap.

Besos

Mizuho