Título: Chelo y Violín
Autora: Angels Whisper
Clasificación: R
Pareja: Harry/Severus
Traductoras: Alima21
Negación: J.K. Rowling los posee a todos.
Resumen: Después de la muerte de Sirius, Harry se refugia tocando el Chelo y atrapa el interés de Severus
b Chelo y Violín
Capítulo 3
Y comenzó /b
Si alguien hubiera visto a Severus Snape cuando se despertó, el testigo probablemente hubiera sufrido un ataque al corazón. Ingenuamente, se podría pensar que en la cabeza del Maestro de Pociones no había nada ni siquiera remotamente sexual, pero de acuerdo a su feliz sonrisa y la 'tienda de campaña' que se notaba en su sábana, Severus estaba teniendo un sueño realmente erótico y placentero.
Gimiendo, estiró su delgado cuerpo como un gato feliz, gruñendo suavemente ante la pecaminosa sensación de la seda deslizándose sobre su sensible miembro. Sí, Severus Snape estaba desnudo bajo la suave sábana y ahora tenía 'un pequeño problema' que solucionar.
Tomándose su tiempo, movió la mano por su ancho pecho, prestando especial atención a sus pezones duros como piedras. Murmurando cosas incoherentes, pellizcó la sensible carne, enviando ráfagas de placer a través de su cuerpo.
En su mente, vio una cabeza cubierta con un largo cabello negro inclinada sobre él, mordisqueando su pecho con sus labios y dientes. Unos grandes ojos esmeraldas se elevaron hasta encontrarse con los suyos, la lujuria haciendo que brillaran como piedras preciosas, similares a los de un gato. Severus casi podía escuchar el ronroneo de su joven amante y eso sólo, casi logró que se corriera.
En la realidad, la mano de Severus se deslizó hasta el sur y sus largos y elegantes dedos rodearon su dolorido miembro, dejando que ásperos gemidos salieran de sus labios. Moviendo la mano arriba y abajo, empezó a jadear. Arqueó las caderas buscando auto-complacerse aún más, aunque en la tierra de sus sueños, era Harry quien lo provocaba al final de las caricias de su mano, y colocaba besos y lamidas en sus muy besables labios.
Gritando ásperamente el nombre de su amor, Severus se vino en su propia mano y finalmente volvió a la realidad. Un suave rubor reptó hasta sus mejillas al darse cuenta cuan erótico, y al mismo tiempo romántico, era el sueño que acababa de tener. Murmurando un hechizo de limpieza que removió la pegajosa sustancia de su estómago y sábanas y corriendo una mano por su cabello, se despertó completamente.
-¡Joder!- murmuró, rodando los ojos.
Suspirando, miró el reloj mágico en su mesilla de noche. Éste casi le gritó que era muy tarde. El desayuno estaba a punto de acabar y en media hora tenía que estar dando clases a los Hufflepuffs y Ravenclaws de cuarto. Murmurando varias maldiciones que hubieran hecho palidecer de horror al mismísimo Voldemort, si el mayor bastardo de la historia del Mundo Mágico todavía estuviera vivo, Severus sacó sus largas piernas de la cama y aterrizó en el frío suelo de piedra.
-¡Mierda!
Todavía desnudo, caminó hasta el baño para tomar una rápida ducha. No había nada que lo molestara más que esto pero no tenía otra opción. Los estudiantes iban a tener un día endemoniado, teniendo que aguantar al cabreado Maestro de Pociones.
ºººººº
El día pasó volando para Harry, quien estaba muy ansioso por ver a Severus de nuevo. Tenía doble hora de Pociones esa tarde. La única cosa que ensombrecía el panorama era que tendría que compartir la clase con los Slytherins. Después que Draco Malfoy había pactado cierta clase de tregua con el trío de Gryffindors, el resto de los Slytherins se habían tornado realmente desagradables.
Todavía consideraban a Draco su 'líder', aunque lo habían aislado, pero eran diez veces más crueles con los Gryffindors. Y mientras más trataba Draco de hacer que se detuvieran, peor se comportaban. Así que iba a ser un infierno, pero eso no le importaba mucho a Harry, estaba demasiado feliz ante la perspectiva de pasar dos horas con Severus en la misma habitación. Aunque hubiera preferido que estuvieran solos en la sala de música, tocando juntos. O aún mejor, la fantasía de ellos dos abrazándose y besándose hasta morir. Pero tendría que conformarse con observar a Severus asustar a sus pobres estudiantes
ººººº
-¡Silencio!- gritó Severus tras su escritorio.
En un parpadeo, la habitación quedó callada y en el asfixiante silencio se escuchó tragar numerosas veces. Severus dio a todos, excepto Harry y Draco, una de sus célebremente famosas miradas mortales. La tensión en la habitación era tan grande que podía cortarse con un cuchillo.
-Gracias. Dado que no tengo intención de escuchar calderos estallando, les pondré un examen. Las preguntas versarán sobre todo lo aprendido durante todos sus años en esta clase, así que quiero ver altos resultados.
Harry gimió internamente. Severus estaba de muy mal humor. Luego se concentró en la prueba y, sorpresivamente, descubrió que era muy fácil. Severus estaría feliz. Sonrió y contestó el cuestionario con calma.
-¡Se acabó el tiempo! Dejen los pergaminos en mi escritorio y pueden irse- les dijo Severus luego de dos horas. Se escucharon unas cuantas protestas incoherentes, probablemente de alguien que no había terminado la prueba.
Harry lo hizo lentamente, deseando retrasarse un poco para charlar con Severus. Ron salió de la habitación cual tromba, murmurando maldiciones en voz baja todo el camino, sin notar que Harry se quedaba rezagado. Hermione lo miró interrogante, pero pronto se encogió de hombros y salió. Los Slytherins y los Gryffindors corrieron fuera de la habitación y nadie notó que Severus había enterrado la cabeza entre sus manos.
-¿Severus? ¿Qué te pasa?- preguntó Harry con amabilidad, acercándose a su profesor.
Severus gimió y abrió uno de sus ojos. Miró a Harry, quien todo lo que deseaba hacer era tomar en sus brazos al sufriente Profesor de Pociones y abrazarlo hasta que se fuera toda preocupación.
-Sólo un desagradable dolor de cabeza, es todo.
Harry se detuvo a tiempo antes de arrullarlo, eligiendo ayudar a su amado. En silencio, se paró detrás de su profesor y dejó su mochila en el suelo. Ni por un momento dio muestras Severus de haber notado los movimientos de su estudiante. Con cuidado, Harry colocó sus dedos en las sienes de Severus, sobresaltándolo. Pronto, el sobresalto pasó y Severus gimió cuando los muy talentosos dedos de Harry enviaron ondas de alivio a través de su pulsante cráneo. Harry sonrió suavemente y aplicó algo más de presión en su masaje. Severus se reclinó y cerró los ojos.
-¿Dónde aprendiste a hacer esto?
-El tener severos dolores de cabeza luego de los sueños inducidos por Voldemort te dará una idea. Tuve que aprender por mi mismo.
Severus sólo gimió ante su comentario y se rindió a las talentosas manos de Harry. Los gemidos provenientes de su profesor y amado estaban agitando la ingle del muchacho. Movió las manos por el esbelto cuello y continuó masajeando. Harry casi hizo una mueca de dolor de solidaridad cuando sintió que los músculos bajo la satinada piel estaban realmente tensos. No le extrañaba que Severus tuviera un dolor de cabeza mortal. Suavemente, persuadió a los músculos para que fueran desatando unos cuantos nudos.
Severus casi sentía que estaba muerto y había ido al cielo. Por primera vez en mucho tiempo sentía que la sangre circulaba por todo su cerebro. Todo lo que quería hacer era derretirse en un charco a los pies de Harry y venerarlo. Aunque también podía decidirse por devorar a ese ángel que le habían enviado de arriba. En ese momento, Harry deslizó sus manos por los anchos hombros y el pecho de Severus. Por un segundo, el hombre pensó que el joven iba a detenerse, pero fue sacado de su lamento cuando Harry empezó a desabotonar su túnica.
-Qu… qué estás haciendo, Harry?- preguntó en forma estúpida.
-Sólo voy a ayudarte a deshacerte de la túnica. La parte alta de tu espalda está como un campo de patatas, así que pensé que podía hacer algo mientras estoy aquí. Claro, si no te importa- explicó Harry, sintiéndose como un niño atrapado con las manos sobre el bote de las galletas y las migajas en la cara.
-No, adelante. Sólo me sobresaltaste.
Harry rió suavemente y ayudó a su profesor a quitarse la túnica, retirando la propia también. Bajo su túnica, Severus vestía unos jeans negros y una camiseta blanca y Harry estaba muy buen mozo con sus jeans y franela. Afortunadamente, Severus no podía ver el conjunto o hubiera perdido la circulación de la sangre en su cabeza. Toda su sangre hubiera migrado hacia su ingle.
Harry continuó amasando la carne con sus dedos. Severus se sentía como un gato feliz, y pronto un ronroneo escapó de sus labios, provocando una suave risa en Harry. Esperando conseguir otro ronroneo, Harry eligió un nudo particularmente fiero del hombro de Severus y empezó a trabajar para deshacerlo. Severus no ronroneó, sino que gimió en éxtasis. Era todo lo que se necesitaba para que la sangre drenara de la cabeza de Harry.
-Oh, Dios- gimió Severus, jadeante.
Harry tuvo que luchar contra la urgencia de saltar al regazo del hombre mayor y reclamar a Severus como propio. Pero logró reprimir esa urgencia. Apenas.
ººººº
La mente de Severus estaba realmente nublada, al punto que ignoraba el hecho de que cualquiera podría entrar donde ellos estaban. Distraídamente, pensaba que no importaba realmente. No estaba ocurriendo nada ilegal. De hecho, en las reglas del colegio estaba permitido que un alumno sobre los dieciséis años y un profesor pudieran relacionarse, si ambas partes estaban dispuestas. Y Harry sólo estaba siendo amable al ayudarlo. No había nada atrevido allí.
-Severus- llamó Harry, divertido.
Aturdido, Severus abrió los ojos y miró al joven, quien ahora estaba sentado al final de la mesa y lo miraba con ojos risueños.
-¿Qué?
-Te llamé por tres veces y simplemente me ignoraste- rió Harry.
-Lo siento, debí estar atontado.
-Bueno, no puedo culparte.
Severus sonrió adormilado y estaba a punto de caer dormido sobre su escritorio cuando Harry lo sacudió con gentileza. Quejándose como un niño pequeño, Severus fijó su adormilada mirada en Harry.
-Vamos, te ayudaré a llegar a tu habitación. Ésta fue tu última clase, ¿cierto?
-Sí.
-Vale, entonces vamos.
Harry tomó el brazo de Severus y lo puso alrededor de sus hombros, mientras él lo enlazaba por la cintura. Sorpresivamente, eran casi del mismo tamaño, aunque Severus todavía le llevaba un par de pulgadas. Ambos iban en silencio, disfrutando de la cercanía, mientras caminaban lentamente a lo largo del corredor. Harry ni siquiera notó cuando su mano se deslizó hacia abajo y se ahuecó sobre la cadera de Severus, pero el Maestro de Pociones sí que lo notó, a pesar de estar medio dormido. Su respiración se detuvo en su garganta. Harry le preguntó algo pero él no lo captó.
-¿Qué?
-¿Cuál es tu contraseña?
-Mmmm… ¿Casa de los astutos? Eso es seguro.
Severus trató de reír pero al final sólo bostezó. Harry tuvo piedad de él y lo guió hacia la habitación. La salita era impresionante y él hizo una muy buena imitación de un pez de colores. Severus lo observó por el rabillo del ojo y sonrió internamente. Sabía que Harry estaría encantado de ver el resto de los aposentos, así que pronto continuaron su camino hacia la habitación de Severus.
-Tienes un lugar realmente hermoso aquí- murmuró Harry.
-Gracias
La habitación era realmente digna de ver. Una cama tamaño King ocupaba el centro del recinto, y estaba rodeada de flotante seda negra que colgaba del techo. Las paredes estaban pintadas de carmesí oscuro y había candelabros esparcidos alrededor de la habitación. Era algo realmente romántico y al mismo tiempo hecho para largas noches llenas de gemidos jadeantes y manos curiosas. Harry se preguntó brevemente a cuantas personas habría llevado Severus allí. Probablemente demasiadas, pensó con amargura, los celos pululando en su mente.
-Vale, ahora ve a dormir- murmuró Harry y guió a Severus hasta su cama.
Listo para colocar a Severus en el estanque de seda negra, Harry se inclinó sólo un poco de más sobre la cabecera y cuando fue a dejar a Severus, éste no retiró el brazo de su hombro y ambos cayeron en la cama. De alguna manera, Harry terminó tendido bajo Severus, su rostro contra el cuello del hombre. Severus estaba cuidadosamente metido entre las largas y esbeltas piernas de Harry. Ambos enrojecieron profundamente al darse cuenta de lo que había pasado.
-Oh, Dios, lo siento…- se disculparon ambos al mismo tiempo.
Harry elevó el rostro y en ese instante fue atrapado por los ojos más hermosos que hubiera visto jamás. Los negros ojos de Severus estaban ligeramente nublados por el sueño, pero en su fondo bullía un montón de sentimientos hacia el joven que estaba bajo él.
Severus no pudo evitar sus emociones ni frenar sus acciones, cediendo a la tentación. Lentamente, bajó sus labios hacia la suave boca de Harry. Como si leyera los pensamientos del hombre, Harry elevó la cabeza sólo un poco, lo justo para reunirse en el camino. El beso fue lento y dulce, y ambos simplemente se dejaron llevar. Suspirando feliz, Harry levantó una mano hasta el cabello de Severus, enrollándolo alrededor de sus dedos. Severus fue quien llevó el beso al siguiente nivel.
Con mucha suavidad, lamió el labio inferior de Harry, pidiéndole entrada. Feliz, Harry obedeció y un vibrante gemido emergió de su garganta cuando la lengua de Severus acarició toda la extensión de la suya. Severus olvidó todo pensamiento de cansancio cuando Harry empujó su lengua también y se engarzaron en un ardiente beso. Durante todo ese tiempo, mantuvieron las manos en lugares seguros, no deseaban apresurar las cosas.
Cuando la necesidad de oxigeno fue demasiada, se separaron a regañadientes. Harry casi ronroneó y se estiró para robarle otro pequeño beso a Severus. El Profesor de Pociones rió ligeramente e inclinó su frente contra la del joven, suspirando satisfecho. Harry levantó sus ojos hasta las esferas negras y una tonta sonrisa reptó hasta sus labios.
-¿Cómo terminamos aquí?- preguntó suavemente.
-No sé acerca de los detalles, pero no me quejo.
-Ni yo.
Se sonrieron uno al otro antes de compartir un pequeño beso. Harry estiró la mano y acarició la mejilla de Severus. Feliz, el hombre se inclinó hacia el toque, ronroneando como un gato feliz.
-Creía que estabas cansado- murmuró Harry, tiernamente.
-Lo estaba, pero ya no- la sentencia fue dicha mientras claramente luchaba contra un bostezo.
Harry lanzó una risita.
-A Dormir. Ahora.
-Sólo si te quedas conmigo.
-Suena bien para mí.
Casi saltando de deleite, Severus sonrió y beso a Harry una vez más. Cuando salió de la dulce trampa de las piernas del chico, cayó a su lado, mirándolo con aprensión. Al ver la preocupación en los ojos de Severus, Harry tomó su mano.
-Tengo miedo de despertar y ver que todo no ha sido más que un sueño.
Harry levantó una de sus negras cejas y sonrió. Antes de que Severus tuviera tiempo de preguntar qué significaba esa sonrisa, el joven lo atacó y pellizcó la suave piel de su cintura, que había sido expuesta cuando habían caído en la cama. El hombre gritó y nuevamente clavó a Harry debajo de él.
-¿Por qué hiciste eso? Duele- señaló Severus.
-Para probarte que no estás dormido.
Severus lo miró fingiendo molestia y regresó al puesto a su lado. Atrajo a Harry más cerca, cara contra cara. El muchacho frotó su nariz contra la de Severus y sonriendo satisfechos pronto ambos cayeron dormidos, convencidos de que ahora ya lo tenían todo.
Continuará………
b Millones de gracias por sus comentarios a Mis Andreina Snape, Liuny, Carly McKinnon, Amazona Verde, Gala Snape y Mariet Malfoy Snape.
Invierno (tania) No entendemos el porque de tu grosería, pero en serio, haciendo ese tipo de cosas la que pierdes eres tú, no nosotras.
Una beso enorme a todos los que siguen con nosotras por su infinita paciencia /b
