Capítulo III.
[Historia de las cartas entre Luca y Alberto a lo largo del último año.]
Alberto Scorfano, de catorce años, vestido con un overol sucio y grasiento, escribe en una mesa de trabajo en un garaje mientras unos adolescentes desarman carburadores detrás de él, esos son sus hermanos adoptivos, el chico de ojos verdes lee lo escrito en el papel con voz en off:
"Ciao, Luca.
Tienes una voz soberbia. Eras mi hada favorita en el reparto de la obra, desde lejos.
Por favor, busca en el adjunto…"
Luca Paguro, de doce años, escribe su respuesta en un pequeño escritorio en el rellano superior mientras su abuela y su padre tocan un ruidoso dueto en un piano rojo detrás de él (Lorenzo pasa las páginas de la partitura). Luca también empieza a leer con voz en off:
"Ciao, Alberto.
Muchas gracias. Me reemplazaron como Robin 'Puck' Goodfellow porque le grité a mi profesor de teatro. Después de eso, fui Cobweb, pero…"
Alberto se encuentra trabajando en un callejón vaciando la basura de varios cestos pequeños en uno grande. El Sr. Branzino mira la televisión fumando un cigarrillo, señala un envoltorio arrugado en el suelo, el chico de ojos verdes se dispone a recogerlo.
"Ciao, Luca.
Lamento leer que tu mamá es sobreprotectora contigo, tal vez se deba al hecho de que eres su único hijo, quizás ella lo supere algún día. A veces los adultos actúan sin saber las consecuencias de…"
Luca está leyendo un libro titulado "Desaparición del sexto grado" hay una ilustración en la portada de una maestra levitando frente a su salón de clases. También hay varias acuarelas pegadas en la pared detrás del pequeño, la mayoría de ellas son paisajes de Portorosso y una de ellas muestra a un monstruo marino azul verdoso nadando, usando unos shorts de algas marinas.
"Ciao, Alberto.
Eres un excelente pintor, especialmente con los árboles y los postes telefónicos. ¿Se supone que el monstruo marino de la playa soy yo? mi color favorito es…"
Alberto se encuentra de pie con su ropa de dormir mirando a un punto fijo, las pupilas de sus ojos se agrandaron al tiempo que una casa de perro ardía en llamas junto a un columpio oxidado. Un perro salchicha (dachsund) se sienta a su lado observando la escena, la Sra. Branzino sale corriendo de la casa con un extintor.
"Ciao, Luca.
Accidentalmente provoqué un incendio estando dormido, no tengo recuerdos de eso, mis padres adoptivos creen que estoy mintiendo. Desafortunadamente esto es…"
Luca está de pie en la cocina, observando un panel de vidrio con un hueco en el centro, su madre, Daniela Paguro, se encuentra a su lado con la cabeza colgando sobre el fregadero mientras ambos recogen con cuidado los fragmentos de cristal que se asomaban.
"Ciao, Alberto.
Estoy en problemas otra vez porque arrojé una piedra contra la ventana. Mi madre aún tiene cristales en el cabello. Además…"
Dos de los hermanos adoptivos de Alberto observan con calma como el cuarto empuja al chico de ojos verdes contra la pared y luego salta encima de él, inmovilizando sus brazos mientras éste lucha por liberarse como un loco.
"Caro Luca.
Me he estado esforzando mucho por hacer nuevos amigos, pero siento que a la gente no le gusta mi personalidad. De hecho, puedo entender porque deberían…"
Un salón de estudiantes de sexto grado observa cómo Luca estrangula a una de sus compañeras, la pelirroja debajo de él se agita, hace muecas e intenta evitar que la ataque con sus tijeras.
"Caro Alberto.
Ahora me suspendieron porque peleé con Giulia y la apuñalé en el estómago con mis tijeras. Ella dijo que me volví loco, nuestro director está en contra mía. ¿Por qué…?"
El chico de ojos verdes hace abdominales en una colchoneta vieja en un sótano lleno de literas, cuenta las repeticiones en voz baja, hay una pequeña fotografía en blanco y negro de una joven pareja en su boda pegada en una pared.
"Caro Luca.
Sé que tus padres hirieron tus sentimientos, pero aún te aman y se preocupan por ti, eso es lo importante. Si ellos…"
Luca se para en la puerta gritándole a su familia mientras los tres adultos que viven en la casa lo miran desde la mesa del comedor con una expresión cansina, tenedores y cuchillos en las manos.
"Caro Alberto.
Creo que deberías dejar de pensar en sus caras todos los días, incluso si eso te entristece. Lástima que no te dejaron más fotografías de ellos ¿podrías…?"
Alberto escribe su respuesta en su litera, arrodillado debajo de una manta con una linterna Wodonga Scout alumbrando el papel.
"Caro Luca.
Este es mi plan."
Luca escribe en su habitación compartida, acostado en su cama debajo de una manta con una lámpara en su mesa de noche encendida al lado, su abuela estaba allí pero ella se encontraba sumida en el mundo de los sueños como para notar siquiera lo que hacía su nieto a esa hora de la noche.
"Caro Alberto.
Me tome mi tiempo para pensarlo, mi respuesta es sí."
"Caro Luca.
¿Cuándo?"
"Caro Alberto.
¿Dónde?"
El menor estaba arrodillado en la oscuridad, en cuclillas frente a la ventana superior con su cofre de cartas a un lado. Afuera, el bosque que rodea su casa está oscuro, más allá del campo iluminado por la luna.
"Caro Luca.
Camina cuatrocientos metros hacia el norte de tu casa hasta el camino de piedra que no tiene nombre. Gira a la derecha y sube hasta el final, te veré en la entrada de la torre de Portorosso."
Exterior. Torre de Portorosso. Día.
A la mañana siguiente, el día amaneció cubierto de nubes grises, tan oscuras que cualquiera podría pensar que aún era de noche y no de mañana, por suerte no había mucho viento soplando para cuando Daniela, Lorenzo, Massimo, su hija Giulia, Vittoria y el maestro Scout llegaron a la torre donde Luca y Alberto se reunieron ayer, todos estaban parados en grupos de dos, hablando. Los Scouts también estaban allí, Guido y Matteo se encontraban estirando una cuerda con un conjunto de nudos amarrada de una estaca a la otra, marcando el perímetro, David caminaba con Biscotti jalando de su correa, otros Scouts buscaban entre los árboles y escudriñan en el horizonte.
La camioneta de Massimo y la motocicleta de Ercole están aparcadas a un costado de la torre, Lorenzo está de pie a un costado de ésta, hurgando él mismo la hierba con una vara, tiene un ojo morado y la mitad de su rostro está hinchado y lleno de moretones.
Maestro Scout (le pregunta a Vittoria rápidamente): ¿Qué le pasó?
Vittoria: No estoy segura, creo que salió a buscar a su hijo en la oscuridad.
Lorenzo (habla en voz alta sin elevar la vista del suelo): Me robó las baterías que necesitaba para la linterna.
El maestro Scout mira a Vittoria y hace una mueca, la mujer arquea una ceja, Daniela se para junto a Massimo, quien estaba un poco alejado de los demás.
Massimo (susurra rápidamente, casi inaudible): Creo que está detrás de nosotros.
Daniela (responde rápidamente): Por supuesto que sí.
Massimo se muestra sorprendido y a la defensiva.
Massimo (responde en susurros): ¿Estás segura de eso?
Daniela: Desde luego que lo estoy.
Massimo (confundido): ¿No deberíamos preocuparnos por eso?
Daniela: Yo sí lo estoy.
Massimo (asombrado): Bien, no lo sabía. Aún así, creí que estaba equivocado ¿acaso lo golpeaste?
Daniela: No, se cayó en una trinchera.
Ciccio emerge de entre los árboles y agita en el aire una lata de alimento para gatos casi vacía.
Ciccio (grita emocionado): ¡Alimento para gatos! ¡creo que se trata de una pista!
El grupo se reúne rápidamente alrededor del niño, Lorenzo le arrebata la lata de la mano y la examina detenidamente.
Lorenzo (dice sin comprender del todo lo que está pasando): No hay dudas, es de él, esto es de Luca.
El monstruo marino verde oscuro en su forma humana tira la lata por encima del hombro y se aleja con las manos en los bolsillos de su jean, Ciccio corre tras la lata y la vuelve a recoger, Lorenzo continúa bajando el sendero que lleva a la torre, el maestro Scout lo mira.
Maestro Scout (pregunta a Daniela con inquietud): ¿A dónde va?
Daniela: No lo sé.
Se aleja siguiendo a su esposo, Massimo se voltea hacia el resto del grupo, quienes esperaban nuevas instrucciones.
Massimo (habla enérgicamente): Muy bien, sabemos que estamos juntos en esto, sabemos que están dentro de un cierto radio del área, ya me estoy encargando de declarar el caso en este momento, hasta que llegue la ayuda… (mira al maestro Scout, señala a varios Scouts y los separa en dos equipos) dejo a cargo al niño delgado con el cabello café y el otro niño con mechones en los ojos, acompáñame a mí y a Giulietta en la camioneta. Niccolò, intérnate en los árboles subiendo el sendero con el resto de tu tropa, luego tomen caminos separados a pie. Vittoria, busca a Tomasso y a Giacomo, diles que rodeen un extremo del pueblo y naveguen en un patrón hacia abajo, muy por debajo.
Unos binoculares capturan a lo lejos a los botes de Tomasso y Giacomo navegando en un patrón, éstos se balancean fuertemente contra las olas, los binoculares se enfocan hacia abajo, la camioneta de Massimo retumba a lo largo de las piedras y arena de la playa, el bote a motor del maestro Scout se detiene cerca de la orilla, dos Scouts quitan la red de camuflaje de la mini-balsa.
Ext. Bosque bordeando la playa. Día.
Luca observa toda la situación a través de sus binoculares junior mientras que Alberto estaba agachado junto a él, ambos están escondidos detrás de unos arbustos, intentando evitar que las personas los vean mientras los buscaban por la playa.
Luca (dice con un tono siniestro): Encontraron la balsa.
Alberto (enojado consigo mismo): ¡Cangrejos! Debí haber puesto más algas marinas, andiamo, ya casi llegamos (coloca su mochila en la espalda y posiciona su rifle de aire comprimido en el brazo, Luca recoge su maleta, su pequeña mochila y coloca a su gatita sobre su cabeza, ambos caminaron por un largo trecho a través de los arbustos, emergiendo a un pequeño claro, se detienen. Stefano, Ciccio, Matteo, Francesco y David estaban parados en un semicírculo a lo largo de la vegetación justo delante de ellos. Stefano blande su machete de caza, Ciccio y David apuntan a Alberto y Luca con sus flechas, Francesco sostiene su bastón de caminata como un arma, Biscotti gruñe amarrado al final de su correa, la gatita se encoge e intenta esconderse entre los rizos marrones en la cabeza de Luca, se oye el sonido de una motocicleta y Ercole emerge de la vegetación, hace una maniobra de caballito y se desliza hasta detenerse, el motor se apaga, Alberto mira a Ercole de forma desafiante mientras Luca se acerca y se aferra un poco a su brazo) quédate detrás de mí, Luca. Te protegeré (ve a Ercole y finalmente habla) ¿qué quieren fenómenos?
Ercole (se encoje de hombros y responde con una sonrisa insensible): ¿No es obvio? Te estamos buscando.
Alberto: ¿Por qué?
Ercole: Porque eres un feroz monstruo marino y también un fugitivo.
Alberto: No, no lo soy ¿no recibieron mi nota de abandono? Dejé los Wodonga Scouts.
Ercole: Sigues usando nuestro uniforme (el chico de ojos verdes rápidamente se quita su banda y la camisa azul, y las avienta a un lado) no importa, aún así, no tienes derecho a hacer eso, número uno y número dos, hemos estado a cargo de esta búsqueda. Ahora, ¿vendrás con nosotros pacíficamente o no?
Alberto respiró hondo para calmarse y no comenzar una pelea en ese momento, exhala y mira a Ercole.
Alberto (suplica): Escucha lo siguiente, no me agradas y por algún motivo, tampoco les agrado, ni siquiera te importo ¿por qué mejor stupidos y tu fea cara de pez gato no desaparecen de aquí?
Ercole (medita un poco): Suena tentador, pero no puedo permitirlo.
Stefano escupe en el suelo, su mirada se enfoca en Luca quien aún estaba detrás de Alberto aferrándose a su brazo lo más fuerte que podía.
Stefano (habla con Luca): No deberías ser amigo de él.
Luca (ofendido): ¿Por qué no?
Stefano: Por qué es un bicho raro y está loco.
Luca (habla con frialdad): Quizás no conocen a Alberto tan bien como yo.
Ercole: Lo conocemos mucho mejor que tú, está emocionalmente perturbado porque sus padres desaparecieron y lo dejaron solo, Ciccio, ve tras ellos.
Ciccio avanzó un paso adelante, apuntando su arco y flecha. Luca los mira furioso, Alberto se quita su rifle de aire comprimido del hombro con un giro, apunta a Ercole y Ciccio, el niño comienza a dudar de sus acciones.
Alberto (dice en un tono sombrío): No cruces esta línea (patea una ramita en el suelo frente a él marcando un límite entre ellos)
Ercole: Eres pez muerto, Scorfano (acelera el motor, hace estallar el embriague y corre a través del claro hacia Luca y Alberto, el resto de la tropa lo sigue, gritando locamente)
El claro se cubrió con sonidos de gritos, chillidos y una pequeña explosión. Uno a uno, Stefano, Ciccio, Matteo, Francesco y David salieron corriendo de detrás de los arbustos y por el camino, Ercole finalmente los alcanza, va cojeando y sujetando su abdomen, su motocicleta está carbonizada y parcialmente destruida, arde entre las hojas de un arbusto. Luca se encuentra de pie en el suelo, las pupilas de sus ojos marrones ven con shock el par de tijeras ensangrentadas en sus manos, esto lo llevó de vuelta al recuerdo de cuando peleó con Giulia en la escuela y la apuñaló con las mismas tijeras en su estómago, tal y como lo había hecho con Ercole. Su expresión demuestra que está traumatizado por este pensamiento, él no es un asesino… él no es un asesino, Alberto rápidamente le quitó las tijeras de sus manos, limpió la sangre de las cuchillas con cuidado con ayuda de sus dedos y se las devolvió a su pequeño amigo.
Alberto: Siento mucho que hayas tenido que pasar otra vez por eso pero no tenías opción… era él o nosotros…
Luca lo miró y asintió con la cabeza porque sabía bien que el chico de ojos verdes tenía razón, se volteó lentamente con los ojos aún en shock.
Luca: Madreperla.
Señala al suelo no muy lejos de él, Biscotti, el labrador dorado, yace de espaldas en el suelo con una flecha que sobresale de su hombro, la gatita de Luca se acerca y lame la herida, ambos, Luca y Alberto, corren hacia el malherido animal, Alberto se arrodilla y aleja gentilmente a la gatita.
Alberto (dice sin poder comprender lo que acaba de pasar): Esos malditos, le dispararon a Biscotti en el cuello.
Luca tenía lágrimas en los ojos, deslizó sus manos bajo el cuerpo del labrador dorado, comienza a hiperventilarse.
Luca: Necesita un veterinario.
Alberto: No, no lo necesita. Tiene que ser enterrado.
Luca (tratando de recuperar la respiración): Está perdiendo sangre, apresúrate ¿a dónde iremos? (carga en sus brazos al perro herido, Alberto lo toma por los hombros y lo mira fijamente a los ojos)
Alberto (dice con firmeza y melodrama): Luca, mírame. Biscotti no sobrevivirá.
Luca (comienza a llorar): No digas eso.
Alberto: Nos persiguen, tenemos que avanzar.
Luca (alzando la voz): ¡Se está muriendo, Alberto! ¡no podemos simplemente abandonarlo!
Alberto (grita): ¡Es demasiado tarde para ayudarlo, Luca! ¡ya se fue!
Luca (grita): ¡Deja de gritarme!
El chico de ojos verdes le da una bofetada a Luca en la mejilla en un intento por hacerlo entrar en razón y que reaccionara, el menor guarda silencio.
Alberto (habla lentamente): Lamento haber tenido que hacer eso, pero estabas entrando en pánico. La primera regla ante una situación de emergencia es nunca…
Luca deja caer el cuerpo del labrador dorado el cual golpea el suelo con un ruido sordo, se acercó a Alberto y le devuelve la bofetada usando el dorso de la mano, Alberto cae al suelo, el pequeño se pone de pie sobre él.
Luca: No te atrevas a hacer algo así nunca más, nadie puede abofetearme ¿me oíste? (Alberto levanta y se quita el polvo de la ropa, tanto él como Luca miran el cuerpo sin vida del animal, murmura) tienes razón, está muerto (el chico de ojos verdes mete la mano en un bolsillo lateral de su mochila, saca una pala y la ensambla. Luca dice esperanzado) ¿era un buen perro?
Alberto (se encoge de hombros, dice vaga y cósmicamente): Quién lo diría… pero no merecía morir.
Luca envolvió su brazo alrededor del hombro de su amigo, se abrazan fuertemente, luego de eso, Alberto suspiró, se alejó del pequeño y comenzó a cavar una fosa común para que puedan enterrar al perro muerto.
Interior. Camioneta de Massimo. Día.
Massimo acelera rebotando la camioneta por un sinuoso camino de tierra, David, Stefano, Francesco, Matteo, Ciccio y Guido estaban en la parte trasera del vehículo, Giulia estaba sentada junto a su padre sin hacer contacto visual con los seis niños sentados detrás de ella.
David (grita por el micrófono de la radio policial): ¡Apuñaló a Ercole en el estómago con unas tijeras!
Una voz masculina respondió a través del altavoz.
Tomasso (voz en off): Repite eso, por favor, cambio.
Massimo mira a su hija, Giulia les hace una señal a los Scouts sentados en la parte trasera del vehículo para que le entreguen la radio de las manos de David.
Giulia (le grita): Habla Giulia Marcovaldo, tiene una herida bajo el abdomen ¡deja espacio para meter una camilla en el bote!
Ercole está recostado boca arriba en una camilla improvisada en el suelo de la camioneta sosteniendo una toalla con el propósito de detener el sangrado, el maestro Scout se acerca a él y presiona su mano firmemente en la herida de su abdomen, hay una mancha de sangre muy notoria en la toalla, Ercole se retuerce y emite quejidos en voz alta.
Maestro Scout (tranquilizándolo): Vas a estar bien, grazie a dio que no hizo algo que requiera una cirugía mayor, ten, muerde esto (pone un pedazo de madera en los dientes del chico, Ercole hace una mueca mordiéndola)
El resto de la tropa que estaba en la parte trasera de la camioneta comenzó a recapitular la pelea de hace unos momentos con entusiasmo.
Stefano: Intenté cortarlo en pedacitos, pero logró evadir mi machete.
Francesco: ¿Alguien más terminó herido?
Matteo: Yo no, escapé luego de que ese niño se volviera loco.
David: Tiene una gran puntería, le disparó a Ciccio en ambos brazos (señala a su derecha, todos observan a Ciccio quien estaba cabizbajo y en silencio, tenía numerosos moretones en ambos brazos)
Guido (habla de repente): ¿Dónde está Biscotti?
Exterior. Portorosso Polizia. Día.
La camioneta de Massimo se desliza en una parada junto a su oficina mientras los botes de sus amigos atracaban en el pequeño muelle al tiempo que los Paguro se aproximaban, Daniela pedaleando furiosamente en su bicicleta y Lorenzo iba de pie usando botas de lluvia, Massimo y el maestro Scout se bajan de la camioneta, Matteo, Giulia y Guido ayudan a los otros Scouts a bajar a Ercole de la parte trasera del vehículo.
Lorenzo (grita): ¿Qué sucedió? ¿quién es él? ¿por qué está sangrando?
Massimo: ¡Despeja el muelle, Giacomo! (hace gestos de mano para que los otros dos pescadores se aparten del camino, tanto él como el maestro Scout corren con la camilla donde transportan a Ercole hacia el muelle)
Daniela (frenética): ¿Luca está contigo?
Guido: No, él aún está en el bosque de la playa con Scorfano.
Apunta hacia el horizonte, un hombre medianamente joven (al menos un poco más joven que Massimo y Giacomo) se encuentra cerca del muelle donde está el bote, ese hombre es Tomasso.
Tomasso (grita apenas se aproxima la camilla): ¿A dónde lo llevo?
Massimo: A la enfermería en el campamento Crown Land, iremos justo detrás de ti (hace un gesto para que Matteo, Guido y David ayuden a Tomasso a cargar la camilla en el bote, lanza un juego de llaves al maestro Scout) calienta el motor, vuelvo enseguida (el maestro Scout toma las llaves y comienza a desamarrar el bote de la policía, Massimo se dirige a su oficina)
Lorenzo (habla con firmeza): Espera un momento, no te irás del pueblo, nuestro hijo acaba de ser secuestrado por uno de esos lunáticos vestidos de azul.
Massimo: Lorenzo, lo tengo muy en claro, ambos planearon esto juntos.
Maestro Scout: No se preocupe, signor Paguro, él está a salvo. Después de todo, Alberto ha demostrado excelentes habilidades para sobrevivir en entornos hostiles.
Lorenzo (se acerca al maestro Scout, estalla en furia): ¿Por qué no puedes controlar a tus Scouts?
Maestro Scout (retrocede, dice en voz baja preocupado): Estoy haciendo lo mejor que puedo.
Lorenzo se quita una de sus botas de lluvia y se la arroja al maestro Scout, quien la esquiva y rebota contra su espalda, Massimo se interpone en el camino de Lorenzo antes de que estuviera a punto de atacar al hombre.
Massimo: Detente.
Lorenzo se pelea con Massimo, Daniela lo jala hacia atrás.
Daniela (grita): ¡Basta ya, Lorenzo!
La monstruo marino azul verdoso en su forma humana se enfrenta a su esposo y Massimo quien estaba respirando con dificultad, el maestro Scout parece deprimido, Tomasso, Guido, Matteo y Ercole observan congelados en sus lugares desde una plataforma colocada en el bote.
Massimo: Lo culpo a él… (señala al maestro Scout) pero también me culpo a mí mismo y a ustedes dos. Con el debido respeto, no deberían permitir que su hijo apuñale a las personas.
Daniela (sin entender): ¿De qué estás hablando?
Maestro Scout: Él es violento y un casi asesino, signora Paguro, mire (le muestra a Daniela la sangre en sus manos y parte de su uniforme azul, Daniela lo observa confundida)
Daniela: No lo entiendo ¿dónde están los testigos?
Maestro Scout: Está totalmente claro que se trató de un asalto.
Daniela: Discúlpame ¿eres abogado acaso?
Maestro Scout: No, signora, pero…
Massimo aparta suavemente a Daniela sujetándola por el hombro con su único brazo mientras trataba de calmar al grupo.
Massimo: Tranquila, cálmate, Daniela.
Lorenzo: Aléjate de mi esposa.
El monstruo marino verde oscuro en su forma humana empuja a Massimo lejos de Daniela hacia el maestro Scout, éste se lanza sobre Lorenzo pero es interceptado por Massimo y Daniela, todos gritan repetidamente.
Massimo/Lorenzo: ¡Maldición! ¡Tiburones!
Maestro Scout/Daniela: ¡Mierda! ¡Madreperla!
Narrador (fuera de escena): ¡Disculpe, disculpe! Disculpe ¿signor Marcovaldo? (Lorenzo, Daniela, Massimo y el maestro Scout dejan de discutir y se voltean inmediatamente, ven al narrador, éste se encuentra de pie en el muelle sosteniendo un diario de tapa dura color negro con unas bandas de goma alrededor, todos lo miran confundidos, continúa) como algunos de ustedes sabrán, me ofrecí a enseñarle a Alberto lo necesario para ganar su insignia de cartografía, es un chico inteligente aunque no lo parezca y demostró un gran interés por la historia de este pueblo, en particular, recuerdo su fascinación por la idea de recorrer el antiguo sendero marítimo que lleva a Isola Del Mare (todos lo observan completamente perplejos, el motor del bote se enciende, y enseguida se protegen del viento y el agua, Daniela y Lorenzo se protegen como pueden pero algunas de sus escamas terminan expuestas debido al agua, el narrador vacila un poco y grita por encima del ruido) a lo que me refiero es esto, creo que ya sé a donde se dirigen.
El narrador retira las bandas de goma de su diario, muestra una página con un mapa náutico cuidadosamente redactado a mano, una ruta marítima está marcada con una flecha roja y el tiempo que se tarda en cruzar todo ese camino desde la playa hasta Isola Del Mare: 5.23 kilómetros, cinco minutos a la velocidad de nado de un monstruo marino.
