Capítulo VII.
Podemos ver una playa repleta de pequeñas piedras debajo de altos acantilados, grandes olas barren la arena de la orilla, viento y rocío soplan en el ambiente. Hay un faro abandonado desde un punto rocoso en la distancia, el narrador se coloca al borde del agua sujetando un dispositivo de medición característico de un meteorólogo, coloca su brazo frente a su rostro queriendo protegerse de las ráfagas de viento, habla a la cámara lo más alto que puede debido al fuerte viento.
Narrador: Esta es la playa de Crown Land, que se extiende hacia el norte desde la costa de Portorosso a lo largo de un canal de aguas profundas que conduce al mar abierto, un dique bajo separa a la playa de una ciudad flotante que se encuentra por arriba. Ahí habita una comunidad pequeña pero prospera (saca un barómetro de bolsillo, lo lee, habla con seriedad) el barómetro marca veintisiete pulgadas y bajando, vientos fuertes, como se puede ver, de a veintidós nudos por hora (consulta su reloj) ahora son las cuatro y treinta y cinco de la mañana.
El narrador se aleja rápidamente, los cinco botes atracan en la playa, Alberto, Luca, Matteo y el resto de los Scouts se bajan rápidamente de un salto y empujan los botes hasta dejarlos encallados en la arena de la orilla, no podían permitir que se fueran con el fuerte viento y las violentas y salvajes olas que se formaban en el océano, a fin de cuentas, esos botes era su única vía de transporte para llegar al campamento en Crown Land, si los perdían, todo su plan iría cuesta abajo.
Interior. Casa Paguro. Noche.
La habitación donde descansaban Lorenzo y Daniela está a oscuras, ambos estaban acostados en camas individuales separadas una de la otra, mirando al techo, las ventanas traquetean, las tejas crujían y los árboles del bosque se mecían. Hay una larga pausa entre ellos, hasta que Daniela decide hablar.
Daniela (le susurra a su esposo): ¿Obtuviste la moción de aplazamiento?
Lorenzo: Sí, es sostenible.
Daniela: Bien.
Lorenzo (pausa, vuelve a hablar): ¿El juez consideró tu solicitud por indulgencia?
Daniela: La concedió.
Lorenzo: Genial.
El silencio vuelve a invadir el dormitorio una vez más, Daniela estalló en lágrimas y su voz se quebró al tiempo que habla en voz baja.
Daniela: Lo siento, Lorenzo. Lo siento por todo.
Lorenzo: Tranquila, nada de esto es culpa tuya. Además ¿por qué errores te disculpas? Específicamente.
Daniela: ¿Específicamente? Por los que todavía duelen.
Lorenzo (con nostalgia): La mitad de esos errores fueron autoinfligidos (la monstruo marino azul verdoso en su forma humana negó con la cabeza y sonríe con lágrimas aun corriendo por su rostro, una poderosa ráfaga de viento sacude el dormitorio y la lámpara de noche parpadea) espero que el techo se desprenda, salga volando y me absorba hacia el espacio, estarás mejor sin mí.
Daniela (con tristeza): Deja de sentir pena por ti mismo.
Lorenzo (dolido y con el corazón roto): ¿Por qué?
Ambos monstruos marinos adultos se miran fijamente en la oscuridad de la habitación.
Daniela (habla desesperada): Ahora nos tenemos el uno al otro, Lorenzo.
Lorenzo (respira profundo, dice con tono de voz comprensivo): Pero no es suficiente para ti ¿o sí?
Interior. Cueva de Crown Land. Noche.
Una linterna y las llamas de una lámpara de aceite parpadean iluminando tenuemente las paredes irregulares de la cueva, Matteo está acurrucado en una manta sobre una roca alta, Guido está dentro de un saco de dormir debajo de una plataforma hecha con varas de madera encontradas en la playa, el resto de la tropa se encuentra acurrucada entre rocas o plataformas dentro de sacos de dormir distribuidos alrededor de la profunda cueva. Alberto está recostado boca arriba en su saco de dormir con Luca a su lado quien estaba leyendo un libro en voz alta titulado "La medianoche de Anabelle" hay una ilustración en la portada de una niña saliendo por una ventana a un cielo con luciérnagas volando a su alrededor.
Luca (leyendo un párrafo): "Pero no voy a ir" dijo Barnaby Jack "me escaparé esta noche para siempre y esta vez no me atraparán" Anabelle susurró: "Iré contigo". Su cabello amarillo, ahora castaño hasta la raíz, se revolvía y bailaba con el viento. Barnaby Jack tomó la mano de Anabelle y colocó algo en ella del tamaño de una gomita "esconde esto en tus calcetines y prepárate para cuando llegue la medianoche".
Luca detuvo su lectura para verificar si Alberto estaba despierto y si lo estaba escuchando, Alberto lo miró y luego dirigió su mirada hacia el resto de los Scouts para ver si aún estaban despiertos y escuchando a Luca, todos asintieron con la cabeza y le hicieron una seña al pequeño para que continuara.
Luca (pasa a la siguiente página y sigue leyendo): Saltó por la ventana y aterrizó en la nieve recién caída.
Exterior. Campamento Scout. Día.
A la mañana siguiente, en el campamento Wodonga Scout, el maestro Scout sale de su tienda y se pone su sombrero. El viento se lo quita de la cabeza, lo persigue, lo toma y se lo vuelve a colocar, esta vez ajustando las correas que se encuentran debajo de su barbilla.
Maestro Scout (frunce el ceño y grita): ¿Sin corneta? ¿sin despertador? ¿David, Gadge, Rossi, Romano? ¿dónde está el resto de mi tropa? ¡andiamo! ¡ya es tarde! (trata de encender un cigarrillo, pero el viento apaga el fósforo. Pasa junto a las letrinas, la mesa de trabajo, la hilera de tiendas y la parrilla eléctrica. Eleva sus manos) ¿Chef? ¿y el desayuno?
El maestro Scout niega con la cabeza, llega a la mesa de picnic y toca la campanilla, se sienta, abre un nuevo ejemplar de la revista 'Indian Corn' hay una foto en la portada de una tropa Scout haciendo rappel en Tasmania, lucha con todas sus fuerzas por evitar que las páginas se cambien por sí mismas.
En la primera página de la revista hay otra foto del Scout-Masterin-Chief, esta vez al frente de un barco, su firma debajo y una vez más, se puede leer una cita: "Cualquiera puede sostener el timón cuando el mar está en calma". El maestro Scout baja la revista, mira a su alrededor confundido, en eso se percata de algo, algo dentro de él le decía que estaban sucediendo cosas muy extrañas en el campamento esa mañana.
Interior. Tienda de mando. Día.
Podemos ver un pequeño grupo de Scouts adolescentes y jóvenes adultos que estudian mapas, gráficos y documentos en mesas plegables. Uno de ellos está sentado frente a una máquina de telégrafos, usa auriculares, presiona códigos morse en una paleta mientras escucha una transmisión, parece desconcertado, gira su silla hacia una máquina de taquigrafía y comienza a escribir algo rápidamente en un papel.
Exterior. Tienda de mando. Día.
Hay una tienda de campaña de tamaño triple con un dosel al frente y un enorme tótem que se cierne sobre ella, se mantiene sobre unas plataformas de cinco pies, un autobús escolar está aparcado junto a la tienda con letras pintadas a los lados que dicen "Festival Regionale".
Un Scout de alrededor de cuarenta y cinco años con varias medallas en su camisa azul está afilando una navaja de afeitar, él es el secretario Ferrero, coloca una toalla caliente en el rostro de un hombre que se encuentra en una silla de barbero. El joven telegrafista sale corriendo de la tienda con un trozo de papel en la mano, se lo entrega al secretario Ferrero, lo mira fijamente.
Secretario Ferrero (le dice al hombre debajo de la toalla): No lo va a creer, signor ¿se acuerda de ese maestro Scout en Portorosso? Aparentemente ha extraviado a toda su tropa.
El hombre sentado en la silla se quita la toalla del rostro y se pone de pie, él es el comandante Pierce en persona, tiene cabello gris plateado, bigote y una gran cantidad de medallas en la camisa de su uniforme.
Comandante Pierce (incrédulo mientras le arrebata el papel de las manos): Bueno, que me parta un rayo ¿quién es el inepto?
Secretario Ferrero (responde vagamente): No puedo decirlo.
El comandante Pierce negó con la cabeza, continúa estudiando el documento al tiempo que vuelve a sentarse, el secretario Ferrero comienza a enjabonarle las mejillas con un pincel.
Corte.
Hay una enorme muralla de madera, paja y cuerdas instalada alrededor de un enorme valle artificial en el bosque, rodeado por una pequeña cantidad de árboles y un arroyo que corre a un costado y pasa por dentro del terreno amurallado, el nombre "Crown Land" está escrito en la parte superior de la entrada con ramas encuadradas, una gran bandera ondea locamente en un poste, dice "Wodonga Scouts, Pack B. Portorosso, Italia." Un adolescente en una torre toca el familiar saludo de corneta, el cual resuena por kilómetros.
Alberto y Luca (quienes están en sus formas marinas a causa de la humedad del clima y el fuerte viento) esperan en la entrada del campamento arrodillados detrás de una hilera de botes de basura con el resto de la tropa excepto Matteo, ambos se estremecen, Alberto tiene su mochila en la espalda, Luca carga su maleta, Guido sostiene una lata de café oxidada.
Un maestro Scout en su uniforme se detiene mientras pasa junto a ellos, mira con curiosidad a Alberto pero sobre todo a Luca (nota: nadie en el campamento Crown Land sabe de la existencia de los monstruos marinos, por eso al maestro Scout le parece sospechoso ver dos de ellos en el bosque).
Maestro Scout (le habla a Ciccio): ¿Quién es el líder de esta unidad?
Ciccio (señala a un hombre con un delantal cocinando en una parrilla): Ese sujeto (mintió, el maestro Scout se encoge de hombros)
Matteo (se acerca y dice furtivamente): Hay una maquina de goma de mascar rota detrás del puesto de bocadillos.
Matteo reparte un puñado de goma de mascar entre Alberto, Luca y el resto de la tropa, todos se las llevan a la boca, Matteo hace una seña para que todos lo sigan. Un puente peatonal que cruza un arroyo conecta a una cabaña hecha de troncos de árboles en tamaño mediano, cuenta con un toldo en el frente que etiqueta a la cabaña como "tienda de suministros", una multitud de jóvenes Scouts espera frente a un amplio mostrador haciendo trueques por comida, bebida y equipamiento. Un grupo de asistentes recolecta dinero, cajas, y organiza un sistema de puntajes, en el interior de la cabaña, hay un Scout de casi veinte años con un lápiz detrás de su oído, su nombre es Leonardo y es el primo de Matteo.
Leonardo (habla con un Scout de once años): No me importa como lo hacen en donde tú vives ¿quieres gelato? ¿quieres unos dulces? ¿quieres un kit contra mordeduras de serpiente? Dammi dei soldi (aparece Matteo y le susurra algo a su primo, Leonardo asiente, desvía la mirada hacia sus clientes) vuelvo en diez minutos (cierra una persiana detrás del mostrador)
Ext. Galería de madera. Día.
Alberto, Luca, Matteo y el resto de la tropa siguen a Leonardo enérgicamente por una puerta hacia un sendero que corre a lo largo de la parte superior de una muralla hecha de troncos altos y puntiagudos, mientras hablan, pasan junto a decenas de hileras y grupos de tiendas de campaña agrupadas por color en los terrenos de abajo, pasan junto a torres, cabañas, letrinas y una catapulta en construcción. Pasan junto a una enfermería blanca con una cruz roja, una enfermera le toma la presión sanguínea a un niño, pasan junto a una flota de pequeños veleros antiguos cuyas banderas provenientes de tropas variadas ondean con el viento.
Cinco mil Scouts y sus maestros trabajan, juegan, comen, conversan y practican deportes y juegos alrededor del terreno a pesar de las fuertes ventiscas. Un grupo conduce motocicletas y Vespas, otro lanza cohetes a escala, otro vuela por encima de sus cabezas con una tirolesa a cable.
Leonardo (señala a Alberto, le pregunta a Matteo por encima del sonido del viento): ¿Es él?
Matteo: Scout Aventurero, Alberto Scorfano, Pack B, abandona.
Leonardo (mira a Alberto brevemente y desvía su mirada hacia Luca detrás de él): El azul verdoso se ve adorable, de hecho, bastante adorable (reacciona) ¿qué hay en la lata de café?
Guido: Setenta y seis euros, en realidad, la mayoría son monedas.
Leonardo: Dámelo (Matteo le hace un gesto a Guido para que le entregue a su primo la lata de café, parece que pesa mucho y tintinea un poco al moverse. Leonardo toma la lata, le dice a Alberto) ¿tienes una insignia de navegación?
Alberto: Sí, señor (señala uno de sus parches en su banda, tiene un ancla bordada en el centro)
Leonardo: Bien, hay un tanque de agua fría amarrado al final del campamento, mi superior me debe un favor así que veremos si puede aceptarte como un rompe garras, no será una vida fácil pero es mejor que recibir una terapia de electroshock.
Alberto: Gracias, señor. Por cierto ¿dónde está la capilla?
Leonardo (medita un poco y señala detrás de él con su pulgar): Ahí detrás, pero el pastor está descansando en casa enfermo de paperas ¿por qué preguntas?
Alberto: Quiero traer il mio fidanzato.
Leonardo detiene su caminar, desvió su mirada hacia el monstruo marino azul violáceo viéndolo de arriba abajo, Luca caminó un par de pasos hasta estar junto a Alberto.
Luca (susurra a Alberto de forma baja pero audible para que Leonardo lo escuchara): Pero, no estamos casados y no me lo has pedido aún…
Leonardo miro a Luca, luego volvió a ver a Alberto y por último miro a Luca, otra vez.
Leonardo: ¿Eres su fidanzato? (el pequeño monstruo marino azul verdoso asiente, Leonardo parece intrigado. Dice tentativamente) técnicamente, soy un escribano de derecho civil. Estoy autorizado a decretar nacimientos, defunciones y matrimonios. Pero son un poco jóvenes ¿tienen algún certificado? (Alberto y Luca negaron con la cabeza, habla con más suavidad) no puedo ofrecerles una unión legalmente valida, no se admitirá en el estado, el país o francamente, en ningún otro tribunal del mundo debido a su edad, la falta de un certificado y por no obtener la aprobación de sus padres… pero el ritual tiene un peso moral muy importante dentro de ustedes. No pueden tomar esto a la ligera ¿ustedes se aman? (Alberto y Luca asienten de inmediato, Leonardo continua) ¿están seguros de que están listos para dar este paso? (Alberto y Luca vuelven a asentir, Leonardo luce un poco perturbado) déjenme reformularlo.
Luca (interrumpe): Esto es una emergencia, tenemos prisa.
Leonardo (chasquea): Escupe esa goma de mascar que tienes en la boca, bambino. De hecho, todos hagan lo mismo (extiende su mano. Luca escupe la goma de mascar en la palma de su mano, la avienta por encima de su hombro. Alberto y el resto de la tropa Scout escupen sus gomas al suelo, Leonardo habla con seriedad) no me gusta nada esa actitud, este es el paso más grande e importante que van a dar en sus vidas. Ahora, vayan a la parte trasera de esa cabaña de madera y dense un tiempo para hablarlo antes de darme otra respuesta.
