Título: Siempre fue a ti a quien amé.

Pareja: Hiro x K y un poco de Shuichi x Yuki.

Diclaimer: Les aseguro de que Gravitation NO me pertenece.

Advertencia: Este capitulo contiene lemon. Después no digan que no se los advertí.

Ahora sin mas el fic. XD

Capitulo 6: Noche de placeres y algo mas.

By. Hikari-chan

La salida de la luna y el oscurecido cielo daba indicios de que la noche había llegado. Un rubio de cabellos largos y ojos azules se encontraba en la cocina, preparando la cena, en espera de que el joven de cabello rojo se despertara.

Había pasado un poco aburrido el día, no había encontrado que demonios hacer. Limpio su casa mas de cuatro veces como buen obsesionado de la limpieza que era el, salió en la tarde para comprar los alimentos que iba a utilizar para la cena y aun así no había encontrado entretenimiento. Esperaba que el endemoniadamente sexy pelirrojo se despertara pronto para por lo menos tener con quien hablar.

Sus deseos no se hicieron esperar, ya que cuando se encontraba pelando las papas, un chico pelirrojo, con los cabellos completamente revueltos y frotándose los ojos se encontraba en el marco de la puerta, un poco desorientado.

-Buenas noches, Nakano – le sonrió al chico, pero este ni se inmuto por devolverle el cumplido, lo que hizo que el rubio se molestara un poco. El siéndole amable y el chico era un desconsiderado. Chicos de hoy día…

-¿Ya es tan tarde? – pregunto un poco sorprendido el pelirrojo. Si que había dormido demasiado. El rubio tan solo le asintió a su pregunta.

Hiro se acerco a la mesa del comedor, sentándose en una de las sillas. Cruzo sus brazos, colocando su cabeza encima de ellos. Aun estaba demasiado cansado a pesar de todo lo que había descansado.

-¿Cómo te sientes? – pregunto K, mientras abría el refrigerador, sacando de este unas bolsas un tanto extrañas.

-Me siento mejor – contesto levantando la cabeza de donde se encontraba. De repente su cara adopto una mueca de gracia, al notar que K llevaba un delantal. (jajaja no me imagino a K con un delantal, se tiene que ver bien…girly? XD) Intento ahogar la risa tapándose la boca, pero no lo pudo lograr ya que el rubio se volteo a observar que era lo que le sucedía a Hiro.

Cuando el rubio se volteo, Hiro no pudo aguantar mas la risa, cayendo patas arriba en el suelo riéndose a carcajadas. Mientras que el rubio sentía como le iba a explotar la venita de la sien, al darse de cuenta el porque el pelirrojo se reía. Se volteo para no decirle nada y se dispuso a seguir haciendo su trabajo, mientras que el pelirrojo aun reía sin poder casi respirar en el suelo.

Hiro se calmo de tanto reírse y con un poco de dificultad, se levanto del suelo. Es que eso nunca se lo había imaginado ver, a K con un delantal, la risa estaba por venirle otra vez, pero ya le dolía mucho el estomago para seguir riendo así que intento calmarse.

-Hey K, ¿necesitas ayuda? – preguntaba el pelirrojo, cuando se sentía ya mas calmado, a la par que se acercaba a donde se encontraba el rubio.

-No, Thanks – contesto un poco molesto. Se sentía como un niñato, pero es que no podía controlar el enojo. El pelirrojo noto el tono de voz utilizado por K, sintiéndose un poco mal. No fue su intención molestarlo, pero es que se veía demasiado gracioso. Prefirió no decir nada, encaminándose al cuarto nuevamente para darse un baño, necesitaría mucha agua fría para despertar a su adormecido cuerpo.

Aun sentía un poco de molestia por los golpes dados a su cuerpo por Enyoiji. Ingreso al baño, quitando de su cuerpo primeramente la camisa del pijama que el rubio le había puesto. Para luego seguir con el pantalón, terminando con su ropa interior.

Ingreso a la bañera, encendiendo el grifo, dejando que el agua fría recorriera libremente por todas las partes de su cuerpo.

Mientras que en otra parte del apartamento se encontraba el rubio viendo televisión. Podía escuchar claramente el sonido del agua cayendo por un cuerpo para luego terminar en la bañera. Imágenes comenzaron a correr por su pervertida mente XD sintiendo como la temperatura de su cuerpo crecía. Se cruzo de brazos, reprendiéndose a si mismo, sintiéndose como un joven puberto. El, un hombre bastante mayorcito de edad y que estuvo casado alguna vez, calentándose por tan solo pensar en como el agua recorre por el cuerpo perfecto del pelirrojo, tocando lo que el nunca ni en sueños podría…Era mejor que dejara de pensar porque si no, terminaría peor.

Se levanto del sillón en el que se encontraba sentado, dirigiéndose a la cocina, para luego abrir una puerta que se encontraba al frente de la mesa, dejando ver una pequeña terraza. Entro, colocando sus brazos en las barandas, para luego aspirar el aire fresco. Necesitaba tomar aire.

XXXXX

Ding Dong

Al escuchar el timbre, se levanto lentamente del sillón en el que se encontraba sentado. Pasar un día con un baka como Shuichi enfermo era completamente devastador. Con parsimonia se dirigió a la puerta, maldiciéndose a si mismo por haberla abierto.

-¿Qué demonios quieres? – pregunto de mala gana.

-Solo vine a ver a Shuichi – contesto de la misma manera el de ojos azules. Había venido a ver a Shuichi y el maldito escritor lo dejaría entrar quisiera o no - ¿Me dejaras pasar?

Ante esta pregunta el rubio lo pensó bien. No le caía nada bien el que ese maldito sicótico viniera a visitar a SU Shuichi. Aun que pensándolo bien, era mejor porque asi podría observar bien las reacciones del pelirosa y poder aclarar las dudas que los carcomían por dentro.

El rubio se retiro a una esquina, dándole a entender al ojiazul que podía entrar. Mientras menos palabras cruzaran mejor. Al castaño entrar, Eiri cerro la puerta tras el. Camino para que el ojizaul le siguiera, para llevarlo hasta el cuarto en el cual se encontraba el pelirosa. Al llegar abrió lentamente la puerta, mientras que observaba si Shuichi estaba despierto. Y en definitiva, estaba despierto.

-Baka, tienes visita – abrió la puerta para que entrara el Sicótico del conejo. A Shuici se le iluminaron los ojos al verlo, saltando de la cama a los brazos del ojiazul ante la sorprendida mirada del rubio.

-Ryuichi! – Ambos cayeron al suelo, causándoles una pequeña risa – Pensé que no vendrías a verme – inflo los cachetes en forma chibi, aun agarrado al cuello de su Dios.

-Kumagoro y yo queríamos ver como seguía nuestro amigo Shuichi! – apretó mas el cuerpo que se encontraba en sus brazos, observando con el rabillo del ojo al rubio que se encontraba cerca de la puerta. Sonrió satisfecho al ver la mirada que el escritor le dirigió.

Shuichi se separo del castaño, sintiéndose acribillado por la mirada de su amante. Se paro rápidamente del suelo, ofreciéndole la mano al ojiazul para ayudarlo a levantarse. No debió haber actuado de esa manera. Sabia que tendría problemas luego de que el ojiazul de fuera.

Al ambos estar ya de pie, siguieron hablando de cuantas estupideces podrían existir. El rubio tan solo se volteo, saliendo del cuarto y tirando la puerta fuertemente. Sus dudas se habían aclarado, estaba seguro de que Shuichi tenía algo con el maldito de Ryuichi. Se tiro en el sillón, sin querer pensar. Pero la acción que tomo el pelirosa con Ryuichi era demasiado de extraña. Apretó los puños, sintiendo como sus uñas se enterraban en la palma de la mano. Los celos y la ira crecieron dentro de el. Luego de que se fuera el maldito ese, Shuichi y el iban a tener una conversación bastante seria. De esa conversación se decidiría si su relación continuaría o se acabaría…

Shuichi sintió pánico al ver como el rubio había salido del cuarto. Sabía que eso significaría problemas luego. Se sentó en la cama aun por el shock, mientras que Ryuichi se sentaba a su lado.

-¿Te sientes bien, Shuichi? – pregunto el ojiazul con un dejo de preocupación en su voz. Al principio se sentía bien el que el maldito rubio se pusiera así. Le estaba dando a demostrar que estaba ganando mucho territorio con Shuichi y él tenía miedo de que se lo arrebatara de los brazos, aun que esa ya era su idea, quedarse completamente con Shuichi.

-S..Si, estoy bien – mintió. Sentía su propia respiración acelerada, como también sus nervios descontrolados. Nunca quiso actuar de esa manera frente a Yuki, pero es que el tiene que entender que le tiene mucho aprecio al castaño… - Ryuichi creo que es mejor que te marches, aun no me siento bien.

El ojiazul lo miro bastante sorprendido, pero luego endureció su mirada. Se levanto sin decir nada, abriendo la puerta. Antes de salir le dirigió una ultima mirada a Shuichi.

-Sabes de que en mi casa eres bien recibido – al decir esto cerro suavemente la puerta, para luego dirigirse a la salida. Volteo para ver al rubio, el cual se encontraba en el sillón. Este ni se inmuto en mirarlo. Abrió la última puerta que le quedaba, marchándose así del apartamento del pelirosa.

Shuichi no sabia si salir del cuarto o no. Sintió una punzada fuerte en la cabeza, el dolor le estaba volviendo. La puerta se comenzó a abrir, dejando ver a un rubio con mirada fuerte. Estaba molesto.

-Shuichi Shindou, tenemos que hablar…

XXXXX

El agua moldeaba el esbelto cuerpo del pelirrojo, mientras que de una vez le refrescaba del calor. Se encontraba sumiso en sus pensamientos. Pensando en lo que sucedió en la mañana. Aun no podía procesar bien el haberse besado con K, para que luego este actuara como si nada hubiera sucedido. Suspiro. Delineo sus labios con uno de sus dedos. Aun sentía el sabor del rubio en su boca.

Cerró el grifo, para luego salir de la bañera. Observo todo el baño, mientras que sus mejillas se sonrojaban. No tenia con que ropa vestirse. ¿Y que haría ahora? No pensaba salir en toalla. Aun que pensándolo bien…no seria mala idea XD Tomo la toalla, secando con esta un poco su cuerpo, para luego colocarla en su cintura. De esa manera salio del baño para poder pedirle ropa prestada a su manager.

Mientras que el rubio aun se encontraba en la pequeña terraza, observando las estrellas que brillaban en el oscurecido cielo, dándole a este un toque especial y hermoso. Sin desearlo, comenzó a recordar el día en el cual su hijo le había sido arrebatado de las manos. Judy no tenia ninguna piedad hacia el. Ella sabía lo mucho que amaba a ese niño, como también sabia el amor que le tiene el niño a su padre. Cerró los puños con fuerza, cerrando también sus ojos en un gesto de coraje, pero también en un gesto de dolor.

-Hey K…-el pelirrojo llamo al rubio, luego de haber descubierto en donde se encontraba. El rubio reacciono rápido, volteándose al instante. Sus ojos se abrieron grandemente, mientras que su cuerpo comenzaba a calentarse gradualmente. Ahí, frente a el, se encontraba la visión mas hermosa que había podido ver del pelirrojo… Su cabello mojado, desprendiendo gotitas de agua, las cuales se juntaban con las demás que tenia por el cuerpo, hasta caer lentamente por este, dejando un pequeño camino mojado.

Se comió al pelirrojo de arriba hacia abajo con la mirada. Sintiéndose sudar al ver que el pelirrojo traía tan solo una pequeña toalla en la cintura, sintiendo una fuerte envidia de esta. El pelirrojo sentía como el calor se agolpaba en sus mejillas, con consecuencia trayendo un fuerte sonrojo en estas. Al ver que el rubio no le contestaba, decidió hablar el.

-Es…pues…para que me prestaras ropa, ya que no tengo ninguna y pues…- coloco su mano izquierda en la nunca, sonriendo tontamente. Pero al abrir los ojos, pudo observar que de la nariz del rubio, salía un líquido color carmesí XD

-Este K…tienes…-paso su dedo por la nariz, para ver si el rubio le entendía. Pero por lo que veía, el rubio estaba ensimismado observándolo, haciéndolo sentir un poco especial – ¡Hey, K! – alzo la voz un poco para ver si este reaccionaba. Dicho y hecho, el rubio salto por el susto, para pasar una de sus manos por la nariz, descubriendo lo que salía por esta.

-Wait Here – salio de la pequeña terraza, caminando a paso rápido a la cocina, tomando una servilleta al llegar y colocándosela en la nariz. ¿Por qué demonios Hiro tenia que salir de esa manera! Aun el calor recorría por todo su cuerpo, trayéndole descargas eléctricas que iban a parar a un lugar exacto. Pero entendámoslo, llevaba tiempo sin ver pelos en la sopa (1) XD

Cuando pudo detener el desangramiento que tenia por la nariz, salio a la terraza nuevamente, descubriendo, para su suerte, como el viento revolvía los cabellos del pelirrojo, moviendo también la toalla que este traía puesta. En esos momentos el rubio deseo que una ráfaga de viento se llevara la maldita toalla de una buena vez…

-¡K! – se sobresalto Hiro, al voltearse y encontrar a K parado en la puerta, pensando sabrá Dios que cosas – Pues este…lo que te quería pedir es si me puedes prestar ropa – el rubio se comenzó a acercar peligrosamente al pelirrojo, haciendo de que comenzara a olvidar las palabras que iban a salir de su boca – pues…este…pensé…- un dedo del rubio tapo los labios de Hiro, mientras lo tomaba con el brazo derecho por la cintura, acercándolo a su cuerpo, para luego susurrarle en el odio…

-¿Por qué mejor no te quedas así? – el dedo del rubio, fue reemplazado por sus labios, comenzando al instante un beso salvaje, degustándose del delicioso sabor de la boca del pelirrojo. Sus manos pasaron de la cintura del pelirrojo, hacia su espalda. Pasando por esta tan solo las yemas de sus dedos.

Mientras que el pelirrojo, que aun no podía salir de su asombro por el comportamiento del rubio, abrazo al rubio por el cuello, pegando a este más a su cuerpo. Un gemido se ahogo en su garganta al sentir como el rubio posaba las manos en su trasero, apretujándolo con verdadera ansiedad.

Cuando la falta de aire se hizo indispensable, ambos rompieron con el beso, aprovechando esto el rubio para tomar a Hiro por la cintura, obligando a este a que enredara las piernas por sus caderas. Caminando con dificultad se dirigió a la mesa del comedor, tirando al suelo todo lo que se encontraba encima de esta, acostando ahí al pelirrojo.

Las inquietas manos del mayor recorrieron por toda la anatomía del pelirrojo, mientras besaba, lamía y mordisqueaba el cuello, torso y abdomen de este. Los gemidos se hicieron presentes en la boca del pelirrojo al sentir como los labios de K besaban la parte baja de su abdomen. El rubio sentía extasiarse por cada gemido que se escapaba de la boca de Hiro, así que arranco la toalla, siendo esta la única que impedía la desnudez completa del pelirrojo.

Sus ojos recorrieron el cuerpo que se encontraba debajo de él, sonriendo al ver la prepotente erección del menor, recordándole su dolorosa erección que se encontraba atrapada debajo de su ropa intima. Hiro aprovecho el momento en el que era observado por K, para sentarse en la mesa, tomando a el mayor por la camiseta, atrayéndolo hacia el. Iniciaron un beso, mientras que ahora eran las inquietas manos de Hiro las que recorrían por toda la perfecta anatomía del gringo pervert.

Se separaron del beso, aprovechando esto el pelirrojo para quitarle la camisilla del gringo, este alzando sus brazos para ayudarlo. Los ojos de Hiro recorrieron torso y brazos del rubio, extasiándose con el cuerpo que se encontraba frente suyo. Acerco sus dedos al abdomen del rubio, pasando la yema de sus dedos suavemente hasta llegar al torso. Ahora eran sus labios los que buscaban los puntos débiles del cuerpo entre sus brazos.

La lengua del pelirrojo se encontraba en uno de los pezones del rubio, mientras lo lamía y mordía, haciendo endurecer este al instante para luego pasar al otro. El mayor echo su cabeza hacia atrás, enredándose a las caricias que le entregaba el pelirrojo, ahogando los gemidos en su garganta. Sintió como el menor besaba y mordisqueaba su cuello, soltando un pequeño gemidito el cual fue escuchado por Hiro, descubriendo así el punto débil del gringo. El cuello.

Comenzó a atacar el cuello del mayor con besos, mientras sus manos se colaban por la ropa interior de este, tomando a su objetivo entre sus manos, masajeándolo lentamente. Ahora si K no pudo reprimir un gran gemido. El pelirrojo lo estaba llevando a un punto sin retorno.

A sabiendas el rubio de que pronto terminaría, saco la mano intrusa que se encontraba en su ropa interior, para luego terminar de quitar esta ultima prenda que se encontraba en su cuerpo, acompañando al pelirrojo en su desnudez. K nunca lo había hecho con un hombre anteriormente, pero no podía ser mucha la diferencia, ¿verdad?

El rubio se alejo de la mesa, tomando la mano del pelirrojo para bajar a este de la mesa. Lo acerco nuevamente a su cuerpo, mientras que las caricias y besos no terminaban, ambos acercando sus pelvis, haciendo un delicioso contacto entre sus miembros, haciendo gemir a ambos en el acto.

Lentamente ambos se dirigieron a la sala, mientras que el gringo lanzaba al pelirrojo boca abajo hacia el sillón, pegando su pecho a la espalda caliente y sudorosa del pelirrojo. Dirigió una de sus manos al miembro del menor, masajeándolo rápidamente, mientras que la otra mano la dirigía a la boca de Hiro, para que lamiera sus dedos. Ya deseaba enterrarse completamente en ese cuerpo tan jodidamente adictivo de Hiro.

Cuando sintió que los dedos en la boca del menor estaban completamente ensalivados, los retiro para luego dirigirlos a la entrada de este. Paso un dedo alrededor, para luego introducirlo, haciendo gemir ruidosamente al menor. Sus ansias crecieron, haciendo mover rápidamente el dedo, para luego terminar de introducir otro, marcando movimientos lentos al principio para estos ser luego rápidos. Y sin más introdujo el último dedo, haciendo el mismo procedimiento.

La mano que se encontraba en el miembro del menor fue retirada, al igual que los dedos que se encontraban en su interior, haciendo gruñir al pelirrojo. El rubio sin pensárselas dos veces, se posiciono detrás de Hiro, tomando su miembro y sin mas deslizarlo completamente hasta sentirse dentro.

-Ahhh – un gemido se escapo de la boca de ambos. K sin poder resistirse mas, retiro completamente su miembro, para luego embestir fuertemente, haciendo el mismo procedimiento una y otra vez hasta que las embestidas se volvieron frenéticas y los movimientos de las caderas de ambos eran más fuertes.

Las manos de Hiro se colocaron en el espaldar del sillón, ayudando estas a empujar más fuerte sus caderas hacia atrás. Ambos sentían que pronto terminarían, así que el mayor comenzó a masturbar a Hiro a la misma velocidad de las embestidas.

-K…ahhh…te…te amo! – con esto ultimo dicho, el pelirrojo termino en la mano del gringo, para luego sentir como era invadido su interior con un liquido caliente.

Ambos se lanzaron al sillón, cansados, tratando de regularizar su respiración. El rubio coloco su cabeza en el pecho de Hiro, mientras que este le abrazaba. Las palabras dichas por el pelirrojo, aun recorrían su cabeza, y sin darse de cuenta contesto algo que hasta el mismo se sorprendió.

-Yo..también – el pelirrojo sonrió, alzando la cabeza que se encontraba en su pecho, para luego besarlo en los labios. Poco a poco ambos se quedaron dormidos, abrazados en el sillón.

XXXXX

El pelirosa y el rubio se encontraban sentados en la cama, uno frente del otro. Yuki sentía que la poca paciencia se le iba, ya que el pelirosa no le contestaba a su pregunta.

-¿Me amas, Shuichi? – se aventuro a preguntar nuevamente. El pelirosa tan solo clavo su mirada cristalina en las orbes doradas que le observaban interrogantemente. Sin poder mas se levanto de donde se encontraba sentado, dispuesto a alzar completamente el tono de su voz.

-¿Por qué me preguntas algo que ya sabes! ¿No que ya estabas cansado de que te lo dijera!

-Entonces si me amas como dices que lo hacer, porque demonios actuaste de esa manera al ver al maldito ese! – Eiri también se levanto de la cama, enfrentando a Shuichi. No le importaba que le estuviera reclamando por celos y por sus dudas.

-Porque…porque – el pelirosa no sabia ni porque había actuado de esa manera. Tan solo sintió felicidad el ver a Ryuichi… Se sentó en el suelo, abrazando sus piernas, dejando soltar sus lágrimas.

-Apenas puedes darme una contestación concreta y ¿aun así quieres que te crea que me amas! – el rubio sintió que su corazón era arrancado del lugar en el que se encontraba. Ya todo estaba aclarado para el. No necesitaba ninguna clase de aclaración. Se volteo, abriendo la puerta, para luego tirarla con toda su fuerza. Ya no le importaba nada más… La persona la cual había aprendido a amar le traicionaba sin importarle sus sentimientos.

Tomo las llaves de su auto, para luego ponerse los zapatos y salir del apartamento, tirando la puerta fuertemente. Mientras que Shuichi seguía en el suelo llorando amargamente, sintiéndose preso de un absoluto miedo. Miedo a que todo lo que había logrado con el rubio se arruinara, miedo a no descubrir sus verdaderos sentimientos. Y ahí se quedo toda la noche, en espera del rubio para tratar de aclarar las cosas. Pero este no se apareció en toda la noche.

XXXXX

El sol salía aclarando todo el oscuro cielo. Anunciando con esto de que la mañana había llegado. La luz llego hasta los ojos del pelirrojo, abriendo sus ojos con pesadez. Se volteo en el sillón, para buscar el cuerpo que había descansado con el suyo, descubriendo que se encontraba solo. Se sintió decepcionado al principio, pero luego una sonrisa apareció en sus labios. ESTABA COMPLETAMENTE Y ENDEMONIADAMENTE FELIZ! Si que las cosas habían sucedido rápido, pero aun así, todo salio perfectamente. Pronto sintió como alguien ingresaba en la sala, para cuando alzo su vista, pudo observar a K con su ropa interior puesta, acabado de salir del baño.

K se acerco al chico, sentándose a su lado, para luego darle un beso en los labios de los buenos días.

-Good Morning

-Buenos Días, Claude – ambos sonrieron, para luego el pelirrojo levantarse del sillón, dirigiéndose al baño, caminando completamente desnudito. El rubio tan solo lo observo de arriba abajo hasta que este se desapareció por el pasillo. Se había ganado la lotería. Olvidándose de todos los pervertidos pensamientos que volaron a su mente, se dirigió a la cocina a preparar el desayuno.

Minutos luego salio Hiro del baño, secándose los cabellos con la toalla, vestido de la misma manera que K; en ropa interior. Se dirigió a la cocina, parando a mitad de camino al escuchar como llamaban al timbre.

-Por favor ve y abre la puerta que yo no puedo – le dijo K al verlo. Y pues con bastante cansancio y con una incomodidad al caminar, el pelirrojo se dirigió a la puerta. Al abrirla su cara tomo una mueca de fastidio y sorpresa mientras que la persona que se encontraba en la puerta lo observaba de arriba abajo.

-Where is Claude? – el pelirrojo no contesto, tan solo se dedico a mirar a esa maldita persona que se encontraba frente suyo.

K al ver que el chico no volvía, se dirigió a la entrada a ver porque tardaba tanto. Al llegar se sorprendió al ver quien era. Rápido su cara tomo una mueca de fastidio a la par que movía sus labios con verdadera molestia.

-What the hell do you want, Judy?

Continuara…

Notas de la autora: Lo acepto, se que el final estuvo desastroso. Pero entiéndanme, llevo mucho tiempo en espera de una idea, además ya es de madrugada y tengo MUCHO sueño y pues por no hacerlas esperar mas lo quise avanzar.

Le agradezco a: Chibi Thensi, Nadesiko, Shiko-chan, Milhouse-chan, Rei SaMakoto, RiYu-chan, Eiri minako y Becky-chan por sus hermosos reviews. De verdad es que este fic lo he seguido por todos ustedes. Espero este fic les haya sido de todo su agrado y espero reviews aunque sean insultos por el mal lemon que hice Un.n Pues ya si me voy, ¡¡¡hasta la próxima!

(1) Es una expresión que dice mi hermano XD cuando alguien no ha tenido…este…ustedes saben XD por mucho tiempo!