Pues eso. Harry Potter © no me pertenece (más quisiera). Yo simplemente intento divertir un rato al personal y, de paso, despejarme. Así que sed buenos y no me denunciéis.
"DESFILANDO EN HOGWARTS"
Capítulo Tres – De amenazas y disculpas
Por CiNtUrO-cHaN
Tan solo faltaban cinco o seis minutos, diez a todo estirar, para que el reloj de Hogwarts marcara las doce de la noche. Evidentemente, la mayoría del personal escolar estaba ya durmiendo o en proceso. Sin embargo, esa opción no valía para Lily, la cual se retorcía una y otra vez entre las sábanas. No podía dejar de pensar en que, al cabo de breves instantes, saldrían las listas definitivas para el desfile. Allí tenía que haber un error, porque ella NO podía desfilar en uno de esos… esos… desfiles.
-Me tiraría de la Torre de Astronomía antes que hacerlo – murmuró la pelirroja para sí.
En la cama de al lado, una castaña con ojeras se levantó con no muy buenas intenciones – Lily, cariño, DUÉRMETE DE UNA VEZ O VETE A DAR UN PASEO. Pero, por favor, cállate.
La pelirroja, que había pegado un bote del susto, se hizo un ovillo con las mantas y murmurando cosas como 'ten amigas para esto', intentó, de nuevo, dormirse.
Y finalmente oyó las campanadas de medianoche. Suspiró con pesadez. Ya estaba. Aún así, intentó no pensar más en ello… suficiente se lo recordarían al día siguiente en el hipotético caso de haber quedado seleccionada. Así que Lily se dispuso a concentrarse para dormirse, y despejar esos pensamientos de su cabeza. No pretendía ser la única de todo Gryffindor desvelada para que al día siguiente sus ojeras le llegaran hasta los pies. Pero aún así, estaba muy equivocada si se pensaba que sería la única en quedarse hasta tarde…
-¡Auch, cuidado con el pie, Pad!
-Ha sido Peter.
-¡Yo no he sido!
-¡Callad los tres!
Jemus, Sirius y Peter hicieron un 'shhh' para que Remus estuviera contento, el cual sólo puso los ojos en blanco. Los Merodeadores habían salido de 'escapada nocturna' a Hogsmead para divertirse un poco, y ahora, bajo la Capa Invisible, regresaban a su casa. Justo cuando iban llegando y sonaban las campanadas, James paró en seco, haciendo que todos los demás chocaran contra él en efecto-dominó.
-¿Qué haces, Prongs? – dijo Sirius, sin alzar la voz – La Señora Gorda está en la otra dirección. ¿Tantos años en Hogwarts y aún te pierdes?
-Cállate, hociquitos. Quiero pasar un momento por el Gran Comedor.
-¿Qué? De ninguna manera – respondió Remus al instante, aunque igualmente los cuatro habían cambiado de dirección y se dirigían hacia allí - ¿Pero que no veis que nos van a pillar? ¡Filch duerme en esa misma planta, zoquetes!
-Moony, me ahorraré preguntarte cómo sabes eso – dijo Sirius, ganándose una colleja del lobito.
-¿Y por qué quieres ir ahora al Gran Comedor, Prongs? ¿Aún tienes hambre? – preguntó Peter impresionado. Después de todo lo que su amigo se había tragado en Las Tres Escobas, no comprendía cómo su amigo podía ser capaz de engullir aún más.
James puso una sonrisita pícara y, antes de entrar por las puertas del Gran Comedor, se detuvo. Delante de ellos estaba el panel de anuncios, en el que había colgados dos pergaminos.
-Así que era eso – bufó Remus – No sé cómo sois tan presumidos. ¿No podíais esperar a veros mañana en la lista?
-¿Por qué hablas en tercera persona como si tú no estuvieras incluido, Moony? – preguntó Sirius, que también estaba observando la lista masculina al igual que James y Peter.
Remus pestañeó - ¿Qué? Pues porque yo no… Es evidente que…
-Anda, mírate la lista – dijo James.
"CANDIDATOS PARA MODELOS MASCULINOS EN EL DESFILE DE NAVIDAD DE HOGWARTS"
1-Sirius Black (Gryffindor)
2-James Potter (Gryffindor)
3-Remus Lupin (Gryffindor)
4-Amos Diggory (Ravenclaw)
5-Olliver Bouvier (Huflepuff)
6-Jack Patil (Ravenclaw)
7-Hugo Avery (Slytherin)
8-Peter Jackson (Slytherin)
9-Frank Longbottom (Gryffindor)
10-Stuart Jordan (Gryffindor)
Los Merodeadores se miraron entre ellos durante una fracción de segundo. Junto a los nombres había un pequeño número; Sirius había obtenido 619 votos, James 616 y Remus 599. Los demás oscilaban entre los quinientos-cuatrocientos para abajo. Teniendo en cuenta que, contando todos los alumnos desde primero hasta séptimo, eran unos setecientos más o menos, y descontando también los votos de los cursos superiores de los Slytherins (porque los pequeños les adoraban como todos los demás), James y Sirius se miraron con orgullo, mientras que Remus se ponía algo colorado al descubrir que era más popular de lo que creía.
En estas cavilaciones estaban cuando se dieron cuenta de que faltaba un merodeador en la lista: Peter.
-Emm… Wormtail, no te preocupes… - intentó patéticamente Sirius. Para él hubiera sido un insulto no estar en la lista; pero un Sirius no era lo mismo que un Peter. Así que el joven Black no tenía muchas palabras de consuelo para su amigo.
Peter, por su parte, durante una millonésima fracción de segundo creyó estar entre la élite de Hogwarts al leer el nombre de 'Peter'; pero su gozo se fue en un pozo al ver que era Peter Jackson y no Peter Pettigrew.
-Será mejor que volvamos – dijo Remus, visto lo visto.
-No, esperad – dijo James. Obligó a los demás a moverse un poco debajo de la capa hasta llegar al otro pergamino, el correspondiente a la sección femenina. Directamente, los ojos castaños del chico se posaron en el número uno, sabiendo que su pelirroja debería estar por allí.
Y, evidentemente, no se equivocó.
Al día siguiente ocurrió un milagro: Rowenna y Sully se levantaron al primer grito de Alice. La chica, que ya miraba escéptica hacia la ventana por si se avecinaba el fin del mundo o algo parecido, les preguntó con rintintín:
-Y supongo que sus excelencias no se habrán levantado a la hora porque tienen ganas de saber cierto resultado de cierto concurso, ¿no?
Rowenna y Sully se pusieron rojas.
-¡Qué dices! Lo que pasa es que los miércoles toca pastel de chocolate para desayunar y no quiero quedarme sin – respondió Sully, abrochándose la camisa blanca de Gryffindor.
-Esa excusa sólo me la trago si viene de Lily. ¿Y tú qué, Ro? – le reprendió Alice, con una sonrisa de oreja a oreja.
-Yo al menos no me invento excusas baratas para negar lo evidente – respondió.
-Esas son mis chicas – dijo Alice, sonriendo.
-¿No tendríamos que despertar a Lily? – dijo Sully para cambiar de tema.
Rowenna se encogió de hombros – Se ve que ha dormido mal. Ayer no paraba de despertarme, diciendo no sé qué paranoias…
-Pamplinas; con una poción estará de lujo – dijo Alice, quitándole las mantas a la pelirroja y haciendo que ésta se encogiera en posición fetal.
-¡Vamos, arriba dormilona!
-Déjame bruja…
A Alice le salió una venita de cabreo en la sien.
-¿Bruja eh? – dijo, sentándose en la cama y hablando junto a su oreja – McGonagall me ha pedido que te diga que mañana habrá examen y que contará el cincuenta por ciento de la nota global.
-¡QUÉ! ¡ESO ES IMPOSIBLE!
Rowenna y Sully sonrieron imperceptiblemente, viendo cómo Lily se cambiaba, enfadada, en menos de cinco minutos para luego bajar por las escaleras de las habitaciones en busca de McGonagall para quejarse de esa injusticia.
-Cómo te picas, Alice – susurró Sully, con ambas manos en la sien – Sólo te llamó 'bruja'. Eres una bruja, ¿no?
-Ya – dijo ella – Pero el tono no me gustó. Ah, allí está Frank. ¡Nos vemos luego, chicas!
-Hasta luego – dijeron ellas. No se molestaron ni nada en absoluto; Alice cada día desaparecía a la hora de la comida para estar con su chico, era una de esas leyes no escritas que se cumplían a rajatabla.
Así pues, las dos chicas se dirigieron hacia el Gran Comedor. Casi al instante percibieron que había mucho bullicio: al lugar del panel de anuncios había un montón de alumnos, intentando ver entre ellos.
-Vaya, las listas deben ser polémicas o algo para que haya tanta gente, ¿no? – preguntó Ro inocentemente.
Sully negó con la cabeza – Que no, Ro… Lo que pasa es que la gente tiene el 'gen Maruja' en las venas.
-¡EH, VOSOTRAS! – las dos chicas se giraron y vieron cómo una muy cabreada pelirroja se dirigía hacia ellas - ¡Mentirosas, mañana no toca Transformaciones! ¿Y Alice? – exclamó, echa una fiera.
-Bueno, bueno, cálmate Lils, que ha sido Alice – le recordó la morena. Rowenna asintió.
-¿Y toda esta marabunta? – preguntó Lily - ¡AH! Las listas.
-Exactamente – dijo Sully – Pero vayamos ya a comer, que me muero de hambre…
-Será mejor – corroboró Ro – Ahora es imposible hacerse paso entre toda esta gen…
-¡¡EH, ENANOS! ¡FUERA, YA! ¡La Premio Anual quiere pasar! ¡PASO, PASO! – y con un movimiento de cabeza, Lily les indicó que la siguieran. Las dos chicas se miraron entre asustadas y complacidas.
Con algún que otro esfuerzo logaron llegar hasta el dichoso tablón de anuncios. La lista que tenían delante era la masculina. Por alguna razón, no les impresionó.
-Estaba cantado que saldrían estos – dijo Rowenna, mirando hacia los tres primeros – Oh, y también está Frank. Alice se pondrá celosa.
-¿Y el de las chicas dónde está? – preguntó Sully. Justo cuando lo dijo, vio otro grupo de gente apelotonada a la otra punta del tablón – Oh, genial… Venga Lily, son todos tuyos.
Lily sonrió, cogió aire y empezó a gritar:
-¡PASO, PASO! ¡LA PREMIO ANUAL QUIERE PASAR! ¡ABRAN PASO!
Los pequeños y no tan pequeños empezaron a abrir paso a Lily, mientras que sus dos amigas la seguían. Sully fingía llorar de emoción al ver que su niñita se socializaba 'tan bien' con la gente. Las tres Gryffis consiguieron por fin llegar hasta el panel de anuncios, y cuál fue su sorpresa en ver allí también a los Slytherins, capitaneados, cómo no, por Narcissa Black.
-Mira quién tenemos aquí – dijo Narcissa, mirando con un odio exagerado a la pelirroja.
-Cállate, Black. No tengo ganas de embrujarte a estas horas de la mañana – dijo, sin mirarla. Entonces, para su sorpresa, Narcissa simplemente se giró y se retiró con su grupito hacia el panel masculino. Lily se la miró sin entender cómo era posible que no se hubiera rebotado. La respuesta le llegó al instante, cuando Sully la cogió de la manga para llamarle la atención.
-¿Pretendes arrancarme la manga o algo? – preguntó la chica, desahogando la mala leche que había reservado para Narcissa.
-Ahg, no seas borde y mira.
Los ojos verdes de la pelirroja se fijaron en el panel de anuncios.
-¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!
Todos los que estaban al lado de la pelirroja, incluidas Sully y Rowenna, se apartaron tapándose los oídos.
-¿Y a ésta que le pasa hoy? – preguntó cierto Merodeador, Sirius, que junto a sus amigos pasaban por allí para dirigirse al Gran Comedor. James miró con curiosidad a la chica, que tenía ambas manos en las mejillas y parecía que se hubiera auto-embrujado con un Petrificus.
-Nada… - susurró Sully – Que la pobre se ha visto.
James sonrió y miró la que había quedado en cabeza en la lista; no podía ser de otra forma.
"CANDIDATAS PARA MODELOS FEMENINOS EN EL DESFILE DE NAVIDAD DE HOGWARTS"
1-Lily Evans (Gryffindor)
2-Narcissa Black (Slytherin)
3-Catrina de Boui-Bouqueite (Ravenclaw)
4-Rowenna Harrington (Gryffindor)
5-Sarah Kimbley (Ravenclaw)
6-Elisa Sullyvan (Gryffindor)
7-Samantha Willis (Hufflepuff)
8-Irvine McArthur(Huflepuff)
9-Meredith Shallow (Slytherin)
10- Alice Thompson (Gryffindor)
Rowenna y Sully se miraron atónitas. Jamás de los jamases hubieran imaginado que entrarían en esa lista. Aunque Sully hubiera fardado de ello con Black el día anterior, sólo fue para picarle; bajo ninguna circunstancia se hubiera imaginado que una chica tan poco femenina como ella pudiera salir en la lista. Siempre vestía a lo ancho, y el hecho de tener el pelo corto y despeinado (una versión de James, pero marrón oscuro y más largo) tampoco ayudaba.
Por su parte, Rowenna también estaba a cuadros escoceses. Ella no era ningún bombón como Lily o Cat; tenía buen cuerpo, pero de carita se consideraba algo fea… (a excepción de sus ojos azules, de los que se sentía orgullosa porque eran transmitidos cada dos generaciones en los Harrington). Además, era miope, y en clase siempre llevaba gafas. Y… todo eso no parecía cuadrar con los resultados.
-No me lo puedo creer – murmuró Sully, mirando atónita la lista – Lo de Lily estaba cantado… ¿Pero yo, sexta? ¡No puede ser! Aquí ha habido un error… Es imposible… ¡Imposible!
Pero no pudo seguir despotricando porque notó como alguien la cogía de la cintura – Vamos, vamos Sully, si tú estás como un tren. Lo que me extraña es que no quedaras primera o segunda… - dijo Sirius, sonriendo seductoramente a la chica – Que conste que en las votaciones, yo te voté en el número uno.
-¡¡Aparta tus manos, Black! – exclamó la buscadora de Gryffindor, muy nerviosa, mientras la última frase del moreno retumbaba en su mente - ¡Y NO TE BURLES DE MÍ!
-Pero si yo no me estaba burlando de ti, cielín, es la verdad – murmuró el chico de ojos azules, con cara de perrito abandonado. Por razones obvias, esa carita le sentaba que ni pintado… y hubiera conseguido dar pena a todo el mundo… que no fuera Sully.
-¡A mí no me mires con cara de sabueso degollado, Black! ¡Humph! – dijo, dándole un empujón para que la soltara y volviendo junto a sus amigas.
-Qué fiera – dijo James, alzando las cejas.
-Y que lo digas – apuntó Remus. Luego miró hacia la lista femenina – Vaya, vaya… A tu querida prima la ha superado Lily – dijo Remus, refiriéndose a Narcissa y mirando a Sirius– No creo que le haya hecho mucha gracia.
-Pues si esa chusma de serpientes se atreve a poner UN SOLO DEDO encima de mi Evans, voy a descuartizarlos, a cortarlos en trocitos muy pequeños, y a mandárselos al Calamar Gigante para que los devore.
-Iugh, qué asco – dijo una vocecilla detrás de ellos - ¿Se puede saber qué te ha hecho el pobre calamar para merecer esto, primito?
Los chicos se giraron para encontrarse con una sonriente Rowenna.
James se giró – Bueno, Rowenna, alguien tendrá que deshacerse de las pruebas, ¿no? – dijo el chico de cabello revuelto, haciendo que Rowenna soltara una sonrisita. Su madre y el padre de James eran hermanos, y ambos habían crecido, en cierta manera, juntos. Además, como casi todas las familias de pura-sangre estaban conectadas, Rowenna también compartía genes remotos con los Black. De hecho, Sirius era uno de esos primos quilométricamente lejanos. Aún así, Sirius y Rowenna se llevaban medianamente bien, incluso algunos veranos habían coincidido ambos a la casa de los Potter.
-¿Qué haces aquí sola en medio de tanta gente? ¿No estabas con Lily y Sullyvan? – preguntó el licántropo, mirando a la castaña.
Ella se encogió de hombros – Es que Sully se ha ido directamente a por tarta de chocolate, murmurando cosas como 'imbécil de Black', y Lily todavía sigue en shock allí – dijo, señalando hacia el tablón de anuncios, donde evidentemente aún se encontraba la pelirroja, que no se había movido ni un ápice.
-Tú también has salido escogida, ¿no? – dijo James - ¡Ésta es mi prima! Los representantes de los Harrington, los Potter y los Black no iban a faltar.
-Felicidades – dijo Remus, sonriendo.
-I-Igualmente –murmuró entrecortadamente; durante una fracción de segundo había notado más sangre de la necesaria en su cabeza -Yo sólo he conseguido trescientos ochenta y cuatro puntos… Comparado con vosotros, no es mucho.
-Pero es que tú no eres un Merodeador – dijo Peter, hinchando pecho. James, Sirius y Remus lo miraron frunciendo el ceño.
-Ya, bueno – respondió Rowenna – Aún así, no todos los Merodeadores han salido en la lista, según creo – añadió, con un cierto tono frío. La verdad es que a Rowenna, James, Sirius y Remus le caían bien en el fondo (aunque tuviera que fingir lo contrario cuando estaba cerca de Lily), pero soportar a Peter… eso ya eran términos mayores – En fin. Me voy con Sully, que me muero de hambre… James, ¿por qué no vas a darle un toque de atención a Lily? A ver si despierta…
-¡Voy!
Rowenna observó sonriente cómo el cazador del equipo de Gryffindor se dirigía entre la maraña de gente para ir con su querida Evans.
-Tú en el fondo eres como nosotros – dijo Sirius, captando lo que había hecho su prima lejana lejana - ¿Quieres formar parte de la organización 'Unamos a Evans y a James porque están hechos el uno para el otro'?
-Una organización con un nombre un poco largo, ¿no? – dijo Rowenna, riendo – Seguro que fue idea tuya.
-Por supuesto que fue idea suya – se apresuró a decir Remus, que no quería que relacionaran su mente brillante con esas estupideces – Pero la abreviación 'UAJPEHEUPEO' o 'uajpeupeó' la he hecho yo. ¿Qué, te animas?
A Rowenna se le cayó una gotita – Lo siento, pero es que ya formo parte de la OAM y de la ONG 'Matemos a Potter'. No doy al abasto.
-¿OAM? ¿Qué significa? – preguntó Sirius con interés, pensando qué habría dicho su amigo si hubiera estado allí ante la mención de ese ONG tan… peculiar.
-Eh… mmm… 'odiamos a McGonagall' – dijo, sin mucha seguridad - ¡Bueno, hasta luego! – y se marchó.
Remus y Sirius se miraron sin entender lo que había pasado, mientras Peter iba a su bola.
-Bueno… ¿Vamos a desayunar o qué? – dijo Remus, mirando por dónde se había ido Rowenna. Se acababa de hacer una nota mental: 'preguntarle qué significaba el CAM'.
Lily, por su parte, seguía observando las listas, aparentemente con una expresión tranquila y ausente. Lo decía bien clarito: Lily Evans (Gryffindor), 609 puntos. Esos eran MUCHOS votos. Además, Narcissa, que había quedado segunda, 'sólo' había recibido 530. A partir de la 2ª posición hacia abajo, los puntos habían estado muy reñidos (entre Rowenna, Sarah y Sully no había más de 5 o 10 puntos de diferencia. Pero ella… había quedado líder en solitario.
-¿Qué te pasa, Evans? ¿Sorprendida que, por una vez en tu desgraciada vida, hayas podido superarme?
Lily volvió a la realidad de un golpe. Literalmente. Cuando se quiso dar cuenta, su mejilla derecha estaba roja. Narcissa acababa de abofetearla, aprovechado que estaba en la luna de Valencia. Fue tan repentino que Lily no acababa de reaccionar, y miraba a Narcissa entre sorprendida, enfadada y divertida, porque sabía que eso simplemente era un arranque infantil de celos. Por un instante (bueno, durante muchos instantes), Lily había considerado seriamente el retirarse. Al fin y al cabo, esas listas eran para los 'candidatos'. Todos y cada uno de ellos tenía todo el derecho del mundo a retirarse si lo deseaba. Pero ahora se imaginaba desfilando, como núm.1, y detrás suyo a Narcissa mordiéndose las uñas…
Lily sonrió – Qué malos son los celos. Diez puntos menos para Slytherin por agresión a un prefecto – dijo la pelirroja, arrastrando las palabras. Al ver que otros Slytherins que iban con ella daban un paso enfrente, aún sonrió más – ¿Estáis seguros que queréis hacerme algo?
Todos miraron hacia un lado, viendo que algunos profesores, como McGonagall y Slughorn, pasaban por allí para dirigirse al Gran Comedor.
-Ten mucho cuidado, Evans – dijo Narcissa – No siempre estarás protegida por los profesores. Ahí fuera hay algo llamado vida real. Y no habrá puntos que descontar para que nos impidan hacer lo que queramos – dijo la rubia, mirando con odio a la pelirroja.
-Diez puntos menos por amenaza – dijo Lily, que había quedado impertérrita ante las palabras venenosas de la Sly – Y ahora, desapareced de mi vista antes que me vea obligada a avisar al Director.
Narcissa estaba que echaba humor, pero se las apañó para sonreír –Je… Disfruta este último año donde estarás 'a salvo' entre estas paredes – dijo, girándose y empezando a alejarse. Aún así, Lily oyó oír sus últimas palabras – Quizás sea tu último año…
La pelirroja observó por el rabillo del ojo cómo los Slys e retiraban hacia el Gran Comedor, y sin saber muy bien por qué, respiró hondo y se llevó una mano en el pecho, que le latía apresuradamente. Ella se consideraba una persona diplomática, pero con esa gete lo único que podías hacer era intentar abusar un poco de tu poder (en este caso, de Premio Anual) para que la dejasen en paz. Aún así, como muy bien había dicho Narcissa, y por mucho que se empeñara ella en que sus palabras no la afectaban en lo más mínimo, fuera de esas paredes no le iban a servir esas tonterías para defenderse. '…Quizás sea tu último año…'
Un calambrazo le traspasó toda la columna vertebral.
Sintió miedo.
-¡Felicidades, Evans!
La chica parpadeó y volvió a la Tierra, justo para encontrarse apresada en medio de un abrazo por parte del capitán de Gryffindor. James había visto a su pelirroja preferida allí delante, sola. Bueno, de hecho le había parecido que estaba conversando con algún Slytherin, pero cuando él había logrado hacerse paso entre la gente, ya habían desaparecido. Abrazarla había sido arriesgado, lo aceptaba, pero eran pocas las veces en que ella tenía la guardia bajada y podía permitirse alguna carantoña… aunque, eso sí, luego el precio solía ser un par de costillas rotas o algún embrujo que lo mantenía una semana en enfermería.
Así que, precisamente por eso, o tal vez porque estaba esperando que ella le partiera la nariz, se sobresaltó tanto cuando notó que Lily no sólo no se separaba de él, sino que hacía ademán de abrazarle un poco más.
-¿E…Evans, te encuentras… bien? – al instante James tuvo deseos de partirse la cara. "Vamos hombre, ¿'Evans te encuentras bien'? ¡Seré imbécil!"
Al oír la voz de James, Lily salió de su estupor y analizó la escena: ella, Lily Evans, y él, James Potter, abrazados delante de media escuela. Por suerte, la mayoría parecía estar más pendientes de las listas que de ellos, pero aún así…
-¡Suéltame!
De hecho no hizo falta que él la soltara, porque ella misma se había encargado de hacerlo - ¿Qué crees que estás haciendo, Potter?
James notó en Lily algo distinto. Al abrazarse, había notado que ella se estremecía; como si se sintiera sola. Ahora, mirándola a los ojos, podía ver un extraño brillo que nada tenía que ver con todo aquello.
-¿Estás… bien? – preguntó. Esta vez no se auto-reprendió.
-¡Lo estaba hasta que un cretino ha intentado aprovecharse de mi a traición, estúpido!
-Sólo te estaba felicitando por…
Lily no le dejó terminar. Se giró y se marchó. James la observó y frunció el ceño; estaba completamente seguro que Lily había intentado ocultarle algo fingiendo lo de siempre: estar cabreada con él. Pero ¿fingir qué?
Lily estuvo de mala leche toda la semana. Sus amigas y compañeras lo atribuían al hecho de haber salido victoriosa en las elecciones para el desfile, ya que Lily siempre había sido una chica algo reservada y más bien anónima (aunque tuvo que dejar ese papel en el cajón cuando a Potter le dio por perseguirla día y noche y convertirse, en consecuencia, en algo de que hablar). Pero Rowenna, Sully y Alice sabían que había algo raro en todo aquello. Habían intentado sacárselo durante los primeros días, pero la chica les daba largas, y simplemente les decía lo de siempre: 'ese imbécil de Potter, que existe, ya me entendéis'.
El que más sentía todo eso era James, que por alguna razón había dejado de acosar a la pelirroja. La miraba entre enfadado y dolido. Estaba seguro que se merecía unas disculpas por el comportamiento de la chica con él el otro día, pero en su fuero interno estaba completamente seguro que no iba a recibirlas. Así que seguía en su actitud fría y dolida, intentando engañarse a él mismo.
-Y le dije… le dije… - decía Sirius, entre carcajada y carcajada, mientras Peter le escuchaba con atención - ¡Cómprate un amigo, Lewis! ¡Jajajajaja!
Los Merodeadores, como era ya costumbre, estaban sentados a la sombra de un árbol en los terrenos de Hogwarts, cerca del Bosque Prohibido. Era un sábado soleado para estar en mediados de septiembre, así que habían decidido irse a hacer un rato el vago después de comer. Como de costumbre, Remus estaba cómodamente apoyado en el tronco de un árbol, leyendo un libro titulado "Cómo me enfrenté a un hombre lobo, y otras de mis grandes aventuras" con mucho interés. Sirius estaba hablando, más bien para él mismo que para Peter, y James estaba tumbado en el césped, con una mano reposando en su sien y la otra jugando con una pequeña snitch.
-Moony, ¿qué lees? O mejor déjalo, creo que prefiero no saberlo – dijo Sirius, cansado ya de hablar para que sólo Peter le oyera - ¡Ya lo tengo! ¿Por qué no quedamos esta noche con esas de Hufflepuff de cuarto del otro día? Podríamos ir a…
Remus frunció el ceño – Padfoot, no me seas asaltacunas.
-Vamos hombres, si la mayoría ya tienen buena delantera, no veo por qué no…
El licántropo le dejó por imposible y siguió a lo suyo. Sirius le miró con rintintín - ¿Qué puedes estar leyendo que sea más interesante que hablar con el gran Sirius Black? – entonces observó la tapa del libro y frunció aún más el ceño – "Cómo me enfrenté a un hombre lobo, y otras de mis grandes aventuras"… ¿Gilderoy Lockhart?
Remus no le hizo caso y siguió leyendo.
-No puede ser que estés leyendo esta basura, amigo; a ver, trae para aquí.
Y sin esperar respuesta, le cogió el libro. Remus gritó e intentó recuperarlo en vano. Sirius miró el libro como si lo estuviera diseccionando por dentro… y entonces, el libro de Lockhart cayó al suelo, mientras que él seguía sosteniendo otro en sus manos.
-"Cien claves y consejos para seducirla"…
Sirius miró a Remus. Remus miró a Sirius. Peter los miraba a ambos.
-¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!
-¡DEVUÉLVEMELO, IDIOTA!
-¡JAJAJAJAJAJAJAJAJA… qué primo… JAJAJAJAJAJAJAJAJA!
-¡SIRIUS!
-¡El lobito se ha enamorado, jajajajajaja! ¡Y… necesita… manual de autoayuda… jajajajajaja… que me muerooooo…!
Remus le propinó una santa ostia en toda la cabeza que le hizo ver pajaritos durante un rato, al tiempo que recuperaba SU libro.
-Sois muy escandalosos, ¿lo sabíais? – dijo James, tumbado en el suelo, que casi no se había inmutado. Desde hacía una semana estaba en un extraño estado de tranquilidad.
-Venga Prongs, no me digas que… jaja… no hace gracia – dijo Sirius, que a pesar del golpe aún seguía riendo - ¿Y quién… jajajaja… es la afortunada? – dijo el moreno, volviéndose hacia Remus.
-¡Nadie!
-Oh… Entonces eso significa que tengo el placer de conocerla – puso ojitos a lo Shin-chan – Y tú no me lo quieres decir… ¡Mal amigo!
-Veo que lo vas captando – murmuró Remus, aún medio enfadado. Pero justo cuando iba a seguir recriminándolo, se puso de un extraño color blanco y rojo, y guardó el libro al instante en su cartera. Sirius frunció el ceño y miró hacia donde estaba mirando su amigo, y cuál fue su sorpresa al ver que Sully y Rowenna se dirigían, monte abajo, hacia ellos.
Antes que ambas chicas llegaran, Sirius tuvo tiempo de lanzarle una significativa mirada a su amigo, el cual fingió ignorarla.
-Hola, chicos. Veo que estáis muy ocupados – dijo Rowenna a modo de saludo. Pese a que estaban tan sólo a mediados de septiembre, la cantidad industrial de deberes había aumentado sobremanera, así como algunos proyectos y trabajos que entregar a largo plazo. Y si eso se sumaba a que el primer partido de Quidditch, Gryffindor contra Ravenclaw, iba a ser al cabo de dos semanas…
-Buenos días Harrington, Sullyvan – dijo Remus. Ambas chicas correspondieron al saludo.
-Psé, los Merodeadores siempre lo estamos – dijo Sirius, guiñándole un ojo a Remus - ¡Elisa, má cherié! Sabía que no soportarías una mañana sin poder verme…
-¡LO MATO, DE HOY NO PASA SIN QUE LO…!
-Shh, Sully, respira hondo. Recuerda que no estamos aquí para que mates a Black – Sully pareció razonarlo y se calmó, aunque seguía degollando a Sirius con la mirada, el cual sólo sonreía angelicalmente – Potter, ¿puedes prestarnos un poquito de tu atención?
James, que había oído de sobras las dos chicas llegar, no se había molestado en saludarlas. De hecho, últimamente no se molestaba en prácticamente nada. Entre ceja y ceja sólo tenía un pensamiento: Evans.
-¿Qué queréis? – dijo el chico, irguiéndose un poco y mirándolas.
-La Profesora McGonagall te buscaba – dijo Rowenna – Quiere que vayas a su despacho inmediatamente. Citación textual.
-¡Yo no he sido! – respondió James inconscientemente - ¡Snivellius y yo sólo estábamos intercambiando unos simples conocimientos…!
-Sí, unos simples conocimientos de hechizos y embrujos – murmuró Sully – No creo que sea para eso, Potter, pero si la McGonny quería que fueses 'inmediatamente', yo ya estaría corriendo hacia allí.
James se levantó y suspiró con resignación. Se despidió de sus amigos y de las dos chicas y se fue hacia el castillo sin prisa pero sin pausa. Cuando llegó finalmente a los aposentos de la jefa de su casa, se hubiera esperado de todo menos encontrarse a solas con la única persona con la que, tal vez por primera vez en su vida, no quería estar a solas. Por alguna extraña coincidencia, la puerta se cerró tras de él.
"Perfecto. Perfecto"
-¿Qué estás haciendo aquí, Potter? – dijo Lily, en un tono que rozaba la indiferencia y la ira.
-¿Y tú? – respondió él, en el mismo tono.
Ambos estuvieron callados durante unos instantes, cada uno mirando hacia otro lado. James se debatía entre un conflicto interior: rebajarse y pedirle perdón a la pelirroja, aún sabiendo que no había hecho nada mal (bueno, sólo la había abrazado, pero eso no contaba…) y así ganarse su perdón y poder volver a divertirse con ella, o seguir tal y como hasta ahora, con un humor de perros, fingiendo que todo eso no iba con él y que no le importaba en lo absoluto que no le dirigiera la palabra.
-Potter.
James alzó un poco la vista. Vio que Lily seguía sentada en una silla de espera, con las piernas cruzadas y ambas manos unidas en la rodilla. Su mirada estaba baja.
-¿Hm?
Vio que Lily fruncía más el ceño y ponía una mueca. Si ella iba a insultarlo o a decirle cualquier otra cosa, desde luego no iba a contar con su colaboración. Posiblemente por eso le sorprendió tanto lo que hizo a continuación: alzó sus ojos verdes hacia él y, con un terrible esfuerzo, dijo:
-Lo siento.
-¿Qué?
James se la quedó mirando. Iba a añadir algo más inteligente como '¿A qué se debe esta repentina muestra de arrepentimiento hacia mi persona, oh dulce pelirroja?' pero de sus labios sólo salió: - ¿Cómo?
Lily respiró hondo, como suplicando paciencia infinita. Volvió a mirarle, esta vez relajando un poco las facciones.
-Que lo siento – murmuró, un poco más alto que antes – No cuesta tanto de entenderlo, ¿no? El otro día me porté como una idiota y aunque no me gustas y te considero un enorme gilipollas, tenía que disculparme porque no podía con mi conciencia.
James iba a añadir algo, pero por su mente sólo pasó una idea "Ella ha dicho 'aunque no me gustas', cuando normalmente dice 'aunque te odio'. ¿Eso no es un efímero avance?"
-Supongo que te mereces una explicación, aunque no sé si te interesa mucho saberlo… - dijo Lily, bajando el tono de voz. James parpadeó y murmuró un 'por favor', y Lily prosiguió – El caso es que, bueno, antes de que vinieses tú, estuve hablando con Narcissa y sus queridos amigos – nótese el tono mordaz e irónico -, y la cosa, aunque no acabó con nadie en el hospital, no me dejó muy tranquila. Quiero decir, ¡no todos los días te amenazan sutilmente con matarte! Pero esa vez fue algo diferente, ¿sabes Potter? No sé. Como si realmente deseara matarme. Y de amenazarte a decirlo en serio hay mucha diferencia. Tú todo el día estás amenazando a Snape, pero casi todo lo que dices es de boquita. En cambio, Narcissa… Bueno – Lily cogió aire, notando que se iba mucho por las ramas – La cuestión es que, aunque me pese, me asusté un poquito.
La imagen de la pelirroja temblando y abrazándolo casi de una manera imperceptible pasó como un rayo por la mente de James, que casi no encontraba palabras para hablar.
-Bueno, quizás un mucho – se autocorrigió la pelirroja, que seguía mirándose sus zapatos – Así que, cuando tú llegaste, bueno… Me abrazaste y, de alguna manera – Lily hizo un esfuerzo por seguir. Se merecía el Premio Novel para hacer lo que iba a hacer – De alguna manera… me reconfortaste. Es lo que tienen los abrazos osos, ¿no? Por eso me sentí tan mal después de pelearme contigo, porque pese a que te mereces un buen baño con el calamar gigante por haberme abrazado sin mi permiso y a traición, lo cierto es que, en cierta manera, me ayudaste. Y yo te lo pagué mal. Por eso lo siento.
-…
Lily alzó un poco la cabeza. James la miraba como si le hubieran salido tentáculos o algo peor.
-¿Y a ti qué te pasa?
"Que me perdone o que me mande a la mierda, ¡pero que diga algo!" pensó la pelirroja, poniéndose roja al notarse tan observada.
-No, nada… bueno, es decir, no cada día la inmune de la Evans te pide disculpas. Estaba saboreando un momento de triunfo – dijo James, sonriendo con sorna. Pero aún diciéndolo así, Lily notó algo distinto. Como si no lo hiciera para dañarla, sino para cortar un poco la tensión. ¿Desde cuándo Potter hacía esas cosas?
-Pues como sigas por este camino, pocos triunfos vas a recibir, Potter – dijo la chica, imitándole. De alguna manera, ambos sabían que hablarse de ese modo hiriente y desenfadado sólo era para mantener las apariencias – Y qué, ¿tengo que arrastrarme ante ti y postrarme para implorar tu perdón?
-Mujer, si te apetece… - James se calló al ver la mirada asesina de la chica – ¡Que era broma, fiera!
-¿Pues?
James suspiró y movió los hombros en gesto de quitarle importancia al asunto – Pues que no hay nada que perdonar, Evans. Vale que estuviste más borde de lo normal conmigo, pero supongo que era el precio para abrazarte.
Ella sonrió – Intercambio equivalente.
-¿Lo cualo?
Lily se echó a reír – Nada, si te pasas todas las clases de alquimia durmiendo no es mi problema…
James también sonrió – En fin, qué se le va a hacer. ¿Amigos? – dijo James, andando hacia ella y tendiéndole la mano.
La pelirroja le miró con cierto rencor – Potter, tu y yo no éramos amigos antes de esta pelea.
-¡Vamos, Lily! Si sé que lo estás deseando.
-Ni en tus mejores sueños, James.
Y así siguieron charlando y discutiendo 'amigablemente', sin darse cuenta que por primera vez se habían llamado por sus nombres de pila, hasta que McGonagall entró en su despacho, pidiendo disculpas por el retraso y alegándolo a alguna tontería que Peeves había echo con los Slytherins de segundo.
-Bien, tomen asiento, por favor – dijo mirando a James, pues Lily ya estaba sentada – Les he llamado mandar en calidad de Premios Anuales y Organizadores del Desfile.
Lily suspiró con resignación -¿Se ha decidido ya la fecha?
-Por las fechas de Navidad. Tal vez Nochebuena, pero no es seguro – murmuró McGonagall – Ahora escúchenme bien, porque tengo algunos encargos que pedirles. El viernes de la semana que viene he convocado una reunión donde deben acudir todos los modelos. Para entonces, ustedes dos deberán traerme una lista de tiendas de ropa y otros complementos (bañadores muggle, por ejemplo) que accedan a prestarnos sus ropas para el desfile.
-Pero, profesora – murmuró Lily – Estamos llenos de trabajo, ¿cuándo se supone que vamos a hacerlo?
-Ya me he encargado de eso, señorita Evans. Usted y el señor Potter disfrutarán de una semana sin deberes, con el fin de que cada tarde, después de clases, vayan a Hogsmead a llevar a cabo mi tarea. Por supuesto, tendrán un par de horas libres para practicar los hechizos aprendidos durante el día.
James miró a Lily alzando las cejas. No podía ser tan malo si les concedían una semana entera sin deberes…
-Ah, y otra cosa. Necesitamos presentadores. Preferiblemente dos, un chico y una chica. Que tengan gancho y el público les aprecie, ¿alguna idea? Y evidentemente, que no estén entre la lista de modelos – murmuró McGonagall, a quien las imágenes de Sirius y James de presentadores acababan de pasársele por la cabeza.
James sonrió al instante – Lee. Es el tipo ideal.
-¿John Lee, el comentarista? Puede servir – dijo la mujer- ¿Podría proponérselo, señor Potter?
-Será un placer – dijo, sonriendo.
-¿Y qué tal Miranda Legon? – dijo Lily. Miranda era una chica de su promoción, rubia teñida con mechas rojas y lilas. No destacaba por ser un bombón ferviente, pero era muy maja. Pese a su aparente aspecto de chica prepotente y pija, era buena chica – Seguro que si se lo propongo aceptará.
McGonagall pareció pensárselo un momento – Un Gryffindor y una Hufflepuf. Puede funcionar. Supongo que el encanto reposará en que los dos presentadores sean tan diferentes. Adelante, pregúnteselo y denme la respuesta esta noche antes de la cena.
Lily y James se levantaron.
-Profesora – preguntó James - ¿Y si fuésemos esta tarde también a Hogsmead? Para adelantar trabajo y todo eso.
La profesora se lo miró como quien espera ver dónde está el truco – Si así lo desean… Esperen un momento, que les firmaré un permiso para salir del colegio.
-Pero… - murmuró Lily.
-¿Qué pasa, señorita Evans? ¿Tenía ya planes para esta tarde?
Lily se mordió la lengua – N-No…
James se puso ambas manos en la sien y empezó a canturrear, mientras Lily apretaba los puños y lo miraba con rabia. El muy imbécil de Potter no tenía suficiente con estar con ella cada tarde de la semana siguiente, sino que encima le robaba la tarde del sábado, destinada íntegramente a pasarla con sus amigas.
"Será un milagro si sobrevivimos."
Fin del cap3
CONTINUARÁ
Notas de Autora:
¡Hola a todos! Por fin vacaciones de verano… hmmmm… Pues eso, no me alargaré mucho que hace calor XD Espero que os haya gustado el tercer capítulo, me ha quedado más largo que el segundo, así que por eso he tardado un poquito más. También quiero dar las gracias a todos los que me dejáis reviews! Qué haría yo sin vosotros, ainsssss… Hablando de reviews, ya sé que es normal que el número de reviews y el número de hits no cuadren nunca, pero… ¡Por favor! Toda esa gente que lee el fanfic y no deja review, apiadaros un poquito! Yo paso mi tiempo aquí, escribiendo e ideando, y a cambio sólo os pido un reviewcito… (eso sí, constructivo xD)
¿Qué os ha parecido el capítulo? Jeje, lo de los elegidos estaba semi-cantado… Dudé hasta el último momento en poner o no a Peter, pero… francamente… ¿quién le hubiese votado? Por favor…
Las chicas elegidas han salido todas en la historia; quizás las que menos os suenen sean Sam e Irvine, que sólo las cité de resopón en el 2º chapter, pero ya irán apareciendo más veces. En cambio, hay muchos chicos seleccionados que aún no he nombrado, pero todo se verá… jojojo. Por cierto, el presentador, Lee, es el padre del Lee amigo de los gemelos Weasley. Me encanta ese chico XD Hasta estuve tentada de poner algún familiar Lovegood de presentador, pero allí ya me controlé… demasiadas casualidades XD Aunque quién sabe, tal vez ponga algún Lovegood en la historia, ¿qué os parece? Jeje.
Muchas gracias a JKRanIV (jeje, siempre eres la 1ª en dejar revi), Earwen Neruda, fyon, Litzy-LeFay, Selene Miller, Marta Evans, IrEpElIyElOwInXueVaNs, Haku-chyan (K), karipotter, Hermi y Kari Ishikawa (K).
Besos y disfrutad del veranito!
CiNtUrO-cHaN
26 de junio del 2006
