Star Wars y la peste negra

Capítulo 3: La epidemia

Narrador Peter:

Peter: - ¿Estás lista? - le pregunté, al sentir que alguien llegaba desesperado al hospital, a lo que pasadas ya doce horas, ya empezó el brote de los síntomas de la peste negra.

Fernanda: - Y el infierno, comienza ahora - dijo sin ninguna emoción, sabiendo que el problema más grande de la galaxia acaba de empezar, en menos de un día.

Hombre: - ¡DOCTOR! ¡DOCTOOORR! - gritó un hombre desesperado, con una mujer en sus brazos.

Peter: - Tranquilícese, señor, ¿qué le pasa a la señora o señorita? - pregunté tratando de mantener la calma, pero debo admitir que todos estábamos muy nerviosos.

Hombre: - Mi esposa, está hirviendo en fiebre - la recostamos en una camilla...y en eso, llegan dos doctores de la Tierra, uno es el pediatra de Fernanda y su hermano y el otro, es otro doctor de medicina general.

Dr. Torres: - Tiene las pupilas dilatadas, ojos bastante rojos y la garganta está muy reseca - dijo tratando de determinar los síntomas de la enfermedad - ¿puede decirme cómo comenzó a sentirse antes?

Hombre: - Mi esposa, estaba regresando a casa luego de ir al mercado, cuando llegó un hombre con capas desgastadas y con mucha fiebre, ella le pregunta si se encontraba bien...pero la ignoró - nos fue contando el hombre y nosotros, tratábamos de relacionar los hechos con la forma de contagio con el hombre.

Fernanda: - ¿Tuvo alguna especie de contacto con él? ¿Le tosió o él, hizo algo que pudiera afectarla o tal vez tomó algún alimento que ya hubiera estado infectado? - todo era posible, no podíamos descartar ni un sólo detalle.

Hombre: - Sólo supe, que ella me dijo que el hombre al momento de ignorarla, pudo tocar su mano sin querer...y...y que pudo sentir que tenía fiebre - en eso, sentí la sorpresa de Fer.

Fernanda: - Un segundo...¿su esposa, fue la testigo que interrogamos, cuando nos enteramos de lo de la epidemia? - preguntó tensa, sabiendo que debió haber cuidado esa situación.

Hombre: - S...sí...í, ¿por qué? - dijo nervioso.

Fernanda: - Porque...es posible que su esposa, sea la primera infectada de muchos - dijo todavía más tensa, pero negó con la cabeza, para tratar de no pensar en lo peor ahora - doctor, será mejor atender a ambos - los doctores, asintieron con ella sabiendo que, si ella no sabía que estaba infectada por el virus, pudiera ser que él menos.

Hombre: - ¿Ambos? - nos vio nervioso.

Peter: - Debido al contacto que tuvo con su esposa, debemos revisarlo a usted también...para asegurarnos de que usted no esté infectado también - le dije, tranquilo para no alterarlo y de ahí, se llevaron a la pareja, uno al consultorio de análisis y a la otra, a la zona de urgencias - va a ser una noche muy pesada.

Fernanda: - Lo sé, mi amigo, pero tendremos que aguantar por todos - me dijo con una sonrisa torcida.

Narrador Anakin:

Cuando los Tres Dioses, dieron orden de poder salir a nuestros hogares, resultó que fuimos tele-transportados a nuestro departamento; después de asombrarnos, por el efecto de transportación, por diez minutos, hasta que reaccionamos y recordamos que teníamos que cerrar ventanas, como limpiar absolutamente todo, por fortuna, no tuvimos que quemar nuestras ropas, porque no salimos para nada y al final del día, terminamos de limpiar todo y de arreglarnos para acostarnos. Mientras nos íbamos a nuestra recámara, pude sentir el resentimiento de muchas personas y el dolor de otras, con las que me di cuenta, de que ya estaban surtiendo efecto los síntomas de la "peste negra", según así lo llama Fer.

Anakin: - Ya empezó - dije estresado, sabiendo que no podía hacer nada para impedirlo y el miedo, comenzaba a llenarme cada vez más; hasta que sentí el roce de la mano de mi esposa y comencé a relajarme.

Padmé: - Ani, no es tiempo de alarmarnos ni de sentirnos culpables por nada, Fernanda, nos advirtió que esto sucedería y sabíamos en cuanto tiempo pasaría - suspiré cansado, pero al mismo tiempo, sentía la necesidad de tenerla en mí...tal vez, como la última vez que podamos hacerlo, tenía muchas ansias de dormir con ella haciendo el amor como si, posiblemente, fuera la última vez, que pueda observar esos hermosos ojos cafés; no quiero ser pesimista, pero por como se encuentra la situación, cualquier momento, podría ser el último de nuestras vidas - no...no quiero - vi que empezaba a llorar y se me partía el alma, por el simple hecho, de escucharla así - no quiero, pensar...en que será la última vez que te vea, te amo...te amo, Anakin, te necesito...ahora más que nada, tengo...t..tengo, mucho miedo - le acaricié la mejilla, mientras me lo decía, vi que sus ojos se llenaban de lágrimas y le besé ambos ojos, luego la frente, sus mejillas y al final, llegué a rozar sus labios con cariño; justo antes de retirarme, ella me jaló del cuello de mi túnica jedi y me dio otro beso, uno más apasionado que antes. Mostrándome, la misma necesidad que yo sentía de estar con ella.

Anakin: - ¿Estás segura, amor? - le dije entre besos y ella, comenzaba a quitarse la capa de su vestido azul.

Padmé: - Ani...eres mi esposo - me dijo separándose de mí y seguía viéndome con ojos de amor, a pesar de haberlo hecho...innumerables de veces, hoy sigo sintiendo nervios de lastimarla y más ahora, que podría ser nuestra última vez, si ésta puede ser la última vez en que pueda hacerla mía, quiero que tenga la sensación de tranquilidad y de amor que yo tengo por ella, no quiero y puedo permitir, que sufra por mi atrevimiento o por mi ansiedad - tú sabes...que eres incapaz de lastimarme, ambos, hemos aprendido más sobre cómo confiar en el uno y el otro...gracias a lo que nos ha dicho Fernanda, no le tengo miedo a la muerte, porque sé que sólo es un paso a una vida llena de alegría y sin preocupaciones y confío plenamente en ti, mi amor - me dio un beso tierno en la mejilla, así ambos comenzamos a quitarnos las ropas externas, primero yo deslicé su vestido azul, que cayó elegante al suelo y ella, me quitó el cinturón y las primeras túnicas de mi uniforme jedi - nunca me has defraudado y no será la primera vez, que lo harás - me dijo entre besos.

Anakin: - Gracias por ser mi esposa, Padmé - le dije al quitarle suavemente, su camisón dejando su pecho al descubierto, mientras admiraba cada una de sus curvas que siempre he admirado tanto desde que la volví a ver hace tres años - de no ser por ti, yo estaría destrozado por la muerte de mi madre y la verdad, es que no hubiera tenido ningún otro motivo para seguir luchando...gracias por todo lo que me has dado, a pesar de estar a escondidas - sin darme cuenta, ella me fue quitando mis guantes y mi camisa, para dejar mi pecho desnudo junto al de ella - sé que ha sido difícil, que no te he dado la oportunidad de tener hijos y de tener una vida normal, pero créeme que todo ha valido la pena - me volvió a besar con tranquilidad, disfrutando de cada momento, sin acelerar las cosas, porque si esta ocasión sería la última de todas, queríamos disfrutarlo en todo su esplendor.

Padmé: - Ani... - me hablaba con alegría y tristeza a la vez - no tienes que decirme eso, yo entiendo las razones por las que tenemos que estar a escondidas, entiendo que me molesta no poder mostrar nuestro amor en público y gritar que te amo, a los siete vientos, porque me siento la mujer más orgullosa y feliz de la galaxia por estar contigo, pero te amo demasiado, Anakin, que soy capaz de guardarme todos mis deseos y mis egoísmos, con tal de verte a salvo y feliz - me acarició la cara y la cargué besándonos, ella enredó sus piernas a mi cintura y nos llevé a nuestra cama con cariño - y si eso implica, tener que separarme de ti, lo haré...c-con...mucho dolor, pero lo haré porque no quiero que nos separen por la fuerza y menos ahora, que puede ser una de nuestras últimas veces juntos.

Anakin: - Amor, no digas esas cosas, yo te adoro con toda mi alma, que a pesar de todo esto de la guerra, ahora la epidemia, tenemos que estar más unidos que nada - ambos, enredamos nuestras manos con cariño y nos sonreímos admirando nuestros rostros - y si llegaran a descubrirnos, yo estoy más que dispuesto a renunciar a la Orden Jedi, para siempre - ella, abrió los ojos con miedo.

Padmé: - Pero Anakin, ser jedi es lo que te hace especial, es tu sueño de toda la vida...es tu vida desde que te conozco - dijo asustada, pero yo la calmé con un beso.

Anakin: - Padmé, ¿cuántas veces te tengo que decir? Que yo por ti, estoy dispuesto a todo, incluso a bajar a los infiernos si es necesario para vencer al mal, si tú me lo pides...no importa cuán ardua o larga sea la misión, lo tomaré si es necesario con tal de que me aceptes a tu lado - mientras lo decía, no dejaba de ver sus ojos que se llenaban de lágrimas - y con respecto a la Orden, sí...ése ha sido mi sueño de niño, pero mi más grande sueño, fue, ha sido y será, pasar el resto de mi vida a tu lado; no me importan los obstáculos, las críticas de la gente y los prejuicios de los demás, si la Orden me descubre contigo y no es capaz de aceptar que yo te amo, por sobre todas las cosas, prefiero enviarlos a todos al Diablo, incluyendo al Canciller y a todo aquél que se limite a aceptar mi más grande anhelo, que es formar una familia a tu lado - en eso, ella se me abalanzó con toda la pasión que tenía en su interior y se desarrolló conmigo, mientras nos besábamos.

Padmé: - Te amo, Anakin (Dios mío, Señor mío, ¿cómo es que me mandaste a un hombre, tan dulce y respetuoso como él, que es capaz de luchar por sus sueños, sin importarle las consecuencias de lo que hacemos? No merezco un amor tan grande como él, yo también lo amo con toda mi alma y mi ser, pero, le he fallado innumerables veces y aún así, él me demuestra su amor incondicional, Dios Santo, ¿qué bien hice, para merecerme esta bendición tan grande?) te amo, te amo, te amo - me dijo entre besos cortos, pero no me quitaban la pasión que contenían dentro de su boca - no sé que haría sin ti, eres lo mejor que me ha pasado en la vida, antes me preguntaba sobre, ¿por qué tenía que haberte encontrado de niños? ¿Por qué cuando te volví a ver como mi guardaespaldas...tuve que enamorarme de ti? Pero ahora, después de tantos años de conocernos y de amarnos en secreto, le doy las gracias eternas al Creador, por haberte cruzado en mi camino y no me importa, si eres un jedi, un hombre normal o lo que sea, mi respuesta siempre hubiera sido sí...sin importarme, lo difícil que se venga la vida.

Anakin: - Te amo, Padmé - la besé con furia y pasión y nos convertimos en un ser nuevamente, así como tantas veces, lo hemos hecho desde que nos casamos...pero nunca, se ha vuelto costumbre, ya que la guerra y la distancia, nos hacen recordar que nos amamos y que cualquier día, puede ser el último de vida...gracias Fernanda, gracias a ti Dios, por mandárnosla a nuestra vida y sobre todo, gracias por enseñarnos, lo que es en verdad la dicha del amor y que no hay que tenerle miedo a la muerte, siempre sucederá y no habrá nada que lo detenga, pero el simple hecho de que habrá una nueva vida, hará que valga la pena, sufrir todo lo que se tenga que sufrir...con tal de llegar a la felicidad perpetua.

Narrador Darth Sidious:

En cuanto me enteré que el primer hospital estaba lleno, de hombres y mujeres, niños y niñas, infectados por el virus de la "peste negra", se me ocurrió, que esta podría ser una oportunidad única, para conseguir lo que querramos...mi papel de Canciller, será tratar de mantener la calma y la tranquilidad, entre los ciudadanos de Coruscant, pero en el momento en que sentí toda la desgracia y el miedo en todos, pensé con claridad y dije que sería momento ideal, para destruir todos los sueños de esperanza y fe de todos; mientras todos están distraídos con la epidemia, no sólo aquí en Coruscant, sino en toda la galaxia, tendré la posibilidad de derrotar a los jedis esparcidos en todos los planetas y conseguir más territorios de los que pudiera contar. Tal vez, yo no habré sido el creador y empleador de esta "trágica" desgracia, jajaja, pero quien sea el responsable, me ha ayudado a sacar ventaja de la situación. Y de esta manera, podré sacar de una vez por todas, a los imbéciles de los Tres Magos, que nada más me estorban en todos mis planes, ellos y a su condenada gente. A lo que tomé la decisión, de hacer una llamada importante.

Darth Sidious: - Conde Dooku - le hablé con imposición y mostrando mi superioridad.

Conde Dooku: - ¿Sí, maestro? - me contestó inclinándose ante mi presencia.

Darth Sidious: - Creo que tenemos una oportunidad, para poder deshacernos de los Tres Magos y sus patéticos primos - de alguna forma, sentí cierta incomodidad en él, mientras me escuchaba decirlo con desprecio.

Conde Dooku: - ¿A qué se refiere, maestro? - preguntó interesado, pero también intrigado sobre mis planes y eso, me alegraba.

Darth Sidious: - A que en este momento, Coruscant, está sufriendo una crisis de salud...ya que a alguien, se le ocurrió crear un virus mortal...que ni siquiera los de la especie, de los Tres Magos, pueden detener - se quedó pensando por unos momentos, lo cual me empezaba a irritar, odio tener que estar explicando las cosas dos veces.

Conde Dooku: - Maestro, ¿cómo es que llegaron hacerlo sin que nos diéramos cuenta?, esto de alguna forma, podría afectar nuestros planes (¿cómo es que le da gusto, que alguien haya creado una enfermedad incurable, sin nuestro permiso o sabiduría? Esto, podría terminar con nuestra vida y nunca, podríamos alcanzar nuestros objetivos a tiempo) - podía sentir su inquietud.

Darth Sidious: - Conde, su insolencia me fastidia - dije frustrado y él, terminó postrándose aún más - esta enfermedad, nos da la ventaja sobre los jedis, ya que desvía su atención de los problemas de la guerra y de la corrupción y lo mejor de todo, es que nadie puede salir de ahí, ni los clones, ni los jedis, ni siquiera la gente del planeta natal de los Tres Dioses, por eso, tenemos que aprovechar que las fuerzas de la República están débiles y han bajado la guardia.

Conde Dooku: - Así, podremos obtener más territorio, sin que nadie nos lo impida...ni los jedis, podrán detenernos - ya comenzábamos a entendernos, lo cual me hizo sonreír, pero justo en eso...entró una ráfaga de aire muy brusca.

X: - ¡No, tan rápido, Lord Sidious! - escuchamos la voz de alguien, era la voz de un hombre joven, pero a la vez se escuchaba muy decidido - Esta vez, no se saldrán con la suya tan fácilmente...tal vez la guerra, sea una herramienta de distracción muy fácil para ustedes de controlar - me sorprendí de ver la imagen del Dios del Amor y la Paz, odio que siempre se interpongan en mis planes.

Conde Dooku: - Su a..altez..za, ¿qué hace usted aquí? - preguntó nervioso, la verdad, es que yo tampoco me esperaba su presencia.

Dios del Amor y de la Paz (Caspian): - Guárdense sus mentiras para luego, Conde...porque los Tres Dioses, tenemos oídos en todas partes...literalmente, podemos escuchar cada una de sus juntas y palabras, eso nos permite enterarnos de muchas cosas...caballeros - dijo entre dientes y yo, estaba todavía más frustrado - si los he contactado, es porque ya me imaginaba, que ustedes sacarían ventaja, de la tragedia que todos en Coruscant estamos padeciendo y vengo a advertirles y a amenazarlos, de que los Tres Dioses y la República, no aceptaremos ningún ataque en contra de los planetas de la República...así como nosotros, nos comprometemos a no atacarlos a ustedes.

Conde Dooku: - Disculpe mi entrometimiento, alteza, ¿pero a qué debemos esa muestra de solidaridad? - dijo escéptico.

Dios del Amor y de la Paz (Caspian): - A que ustedes están igual de aterrados, por tratar de mantenerse a salvo de la enfermedad, ninguno de ustedes sabe si alguien de los suyos, que hubiera estado infectado...logró salirse, sin ser detectado y sin darse cuenta, se llevó al virus con él o ella. A lo que ustedes, están igual de enredados en todo esto y si ustedes, se atreven a alterar, todavía más el orden de lo que ya está...les aseguro, que ninguno de nosotros, hará nada por auxiliarlos, si llegan a infectarse, estarán por su cuenta - dijo con tono amenazante - ¿quedó claro, señores? - hicimos un momento de silencio, tratando de resignarnos - Dije, ¿quedó claro?

Ambos: - Sí...alteza - yo, lo dije con dientes apretados, pero pude ver la sonrisa de su alteza.

Dios del Amor y de la Paz (Caspian): - Así me gusta, ahora, unos doctores estarán llegando a cada sistema separatista, no quiero problemas con nadie, sino nos obligarán a ir hasta allá y estarán expuestos a ser contagiados, ¿entendido? - ambos asentimos con la cabeza y tuvimos que resignarnos a mantenernos como estábamos.

Narrador XX:

Una semana ha pasado y la enfermedad se ha esparcido en todo Coruscant, todos los hospitales, están llenos; las calles están vacías, nadie se atrevía a salir de sus casas, a menos que fuera de urgencia. Varios espacios públicos, han sido usados, para resguardar a los enfermos y como centro de investigaciones, a los más graves, se les atiende en las zonas más aisladas posibles y el calor, no era de mucha ayuda; Fernanda, Peter y Caspian, han hecho todo lo posible por mantener la calma, les leen historias, divertidas, románticas o incluso de suspenso, para que de esa manera, los enfermos, tengan algún motivo para seguir viviendo, los jedis...también, han prestado sus instalaciones para cuidar de ellos. Pero a pesar de sus esfuerzos, en menos de dos días, ya tenían más de 200 muertos, los síntomas, eran los mismos...pero, las condiciones de Coruscant, no permitían la mejora o la disminución de los efectos de la peste negra. El pánico, se veía más evidente que nada, porque con cada minuto que pasaba, caían más y más los que se enfermaban, uno nunca sabía en qué momento les tocaría su hora.

Obi-Wan: - De por sí, ya es horrible ver tantas muertes en la guerra - dijo Obi-Wan, mientras él y Anakin, caminaban por las calles de Coruscant, con sus trajes de protección - ahora, no puedo ni siquiera observar la cantidad de gente que muere, toda pálida y con las marcas de estos bubones, como se les llama - al caminar por las calles de Coruscant, vieron a varios enfermos, de por sí no había espacio, en los lugares mencionados anteriormente, ahora muchos de ellos, estaban localizados en varias zonas de las calles de Coruscant.

Anakin: - Deja tú eso, el montón de cadáveres que no me puedo imaginar, que tenemos que quemar todos los días, para evitar más problemas - dijo tenso y Obi-Wan, asintió con el serio - de todas las veces que pensé que la guerra, era lo peor que nos pudiera pasar, me doy cuenta de que esto es peor todavía...no por verlos a ellos enfermos, que me da impotencia no poder hacer nada por salvarlos sino el hecho de que en sólo una semana, hemos perdido a más de 900 personas y tengo miedo, de que jamás lleguemos a un fin y quedemos igual o peor que los habitantes del planeta de Fernanda.

Fernanda: - No hay que perder las esperanzas, Anakin - a los dos, les dio un vuelco el corazón, al no esperar que ella estuviera escuchando - además, debes agradecer que los separatistas, estén cooperando, en lugar de arruinarnos la vida todavía más.

Obi-Wan: - Tienes razón y debo admirarte por eso, siempre logras lo que quieres - ella rió con simpatía - pero no quita la desesperación, porque todo esto acabe pronto.

Fernanda: - Lo sé, yo estoy igual, pero gracias a ustedes podemos avanzar un poco más, a pesar de que han partido muchos, muchos por igual, han logrado sobrevivir - dijo con una sonrisa cansada.

Anakin: - Fer, estás muy cansada, debes descansar - le dijo con amabilidad.

Fernanda: - Ja, mira quien habla - dijo con sarcasmo, pero era verdad, todos se han matado por mantener a los enfermos al pie de la raya, pero más Caspian, Fernanda y Peter, junto con sus hermanos - además, no puedo descansar, la gente me necesita... - la interrumpió Obi-Wan.

Obi-Wan: - Y te necesitan viva y activa, por más ánimos que les quieras dar ahora, ni siquiera tú te puedes mantener en pie...no has comido en horas y necesitas dormir - ella, suspiró con molestia, pero sabía que tenía razón - ven, a Satine no le molestará tener una visita para cenar - en eso, Fernanda, se quedó la boca abierta.

Fernanda: - ¿Me estás invitando a cenar con tu novia? - dijo en tono burlón y Obi-Wan, giró los ojos.

Obi-Wan: - Si sigues así, me voy a retractar de mi oferta - dijo respondiendo a su sarcasmo.

Fernanda: - No lo creo, porque les tengo que decir algo - y con eso, cada uno se fue a su propio rumbo, sin imaginarse que las cosas, estaban por empeorar.