Hola a todos! He aquí el siguiente capítulo el cual espero les guste. Las cosas se complican más y más, tendremos más drama, más sorpresas y más acción. Muchas gracias a quienes siguen esta historia y dejan review. Y ya puestos para no hacer esto demasiado largo… COMENZAMOS!

….

Capítulo 13.

Mentiras que dejan marca.

La pelea era reñida, los gatos metálicos eran muy duros y protegían a Princess Carrousel no dejando que nadie se acercase. La pequeña dio un salto de la cabeza del enorme sentimonstruo para infarto de Lady Mime pero su falda sirvió como un paracaídas que se expandió para suavizar su caída, cosa que no hizo más que hacer que la heroína suspirase del alivio.

-Adrien~ He venido para que juguemos.

La entrada de la mansión seguía cerrada y eso la hizo enojar.

-¡Adrien! ¡Vamos a jugar!- llamó de nuevo sin respuesta, así que tomó su mochila de la cual sacó unas pinzas que abrieron las rejas lo suficiente para alguien de su tamaño y entró dando de saltitos en la propiedad ante la incrédula mirada de Lila que observaba la batalla escondida en la esquina de la calle.

Dentro de la mansión, ya le esperaba Gorila para detenerla y ella sonrió ampliamente al enorme guardaespaldas sacando de su mochila una banana de goma.

-¡Monito!

Natalie y Adrien estaban escondidos en la habitación del pequeño donde la seguridad ya había sido activada. Adrien esperaba que Ladybug y Chat Noir pudiesen acabar con el akuma cuando un sonido similar a garras se hizo presente en el metal de la puerta, algo estaba arañando la puerta con fuerza, cada vez más y más aprisa, cuando se abrió un agujero Natalie se asomó un poco nada más para ver a la pequeña con unos guantes de patas de gato negro con garras.

-¡Adrien! ¡Sal a jugar!

El pequeño se asustó y Natalie se puso en posición lista para hacerle frente a esa pequeña, no podía verlo, pero Gorila estaba fuera de combate en la sala con la banana en la boca y completamente adolorido.

Entre tanto Lady Mime hizo aparecer un muro en el que chocó uno de los gatos mecánicos pero otro llegó y el muro fue destrozado haciéndola retroceder. Ambos héroes unieron sus espaldas con armas en mano.

-Necesitamos apoyo de verdad, mi lady.

-Lo sé, lástima que no tengo a nadie a quien darle un miraculous.

-¿Te quedaste sin aliados bichito?- dijo una voz sobre el carrusel, Mort Rouge sonreía con las manos sobre sus caderas y con una expresión complacida.- Supongo que es difícil encontrar gente en la que puedas confiar.- tomó un pequeño impulso pero fue lo suficiente para ir contra Lady Mime y tirarla del sentimonstruo. Chat Noir quiso seguirlas pero los gatos del carrusel le impidieron la tarea, empujándolo del otro lado lejos de su lady.

-¡Ladybug!

Abajo otra pelea se daba lugar. Lady Mime peleaba contra Mort Rouge que la atacaba con fiereza con esa sonrisa que le daba escalofríos. Lila veía toda la escena escondida, viendo con satisfacción e interés como la heroína recibía un par de buenos golpes que le sacaron el aire, sin embargo esta esquivó un golpe cuando lanzó su yoyo al cielo enredándose en una de las patas del amok y usándolo para alejarse de ella y tomar impulso para golpearla. Mort Rouge rio.

-¡Bravo! Ya estás empezando a pelear en serio. Demuéstrame de lo que eres capaz para proteger esta ciudad llena de ingratos.

-Voy a vencerte, cueste lo que me cueste Mort Rouge.

-Inténtalo.

Arriba Chat Noir la tenía difícil, intentó evadir a sus congéneres mecánicos usando el carrusel pero si despistaba a unos cuantos, uno le esperaba listo para atacar, hasta que se llevó un buen golpe que lo tiró al suelo.

-¡Suéltame Marinette!- la voz de su hermanito le hizo levantarse veloz al ver a la pequeña akuma sacar a Adrien de la mano de la mansión.

-¡No! Vamos a jugar y vamos a ser amigos otra vez, quieras o no.- le dijo molesta haciendo puchero. Chat se alzó de nuevo y vio que esos gatos mecánicos volvían a colocarse en posición.

-Oh, claro que no.- empuñó su bastón y corrió contra ellos, esta vez golpeó con todas sus fuerzas, abollando a varios de estos y sacándolos de su camino hacia su hermano hasta que uno de ellos lo golpeó de lleno por el frente. Chat tuvo que usar sus garras para no caer a un lado pero cuando estuvo a punto de volver a atacar, algo apareció moviéndose veloz y golpeando a varios de sus enemigos dejándolos en el suelo y dándole paso libre. Era un amok, una especie de mariquita gigante de grandes ojos saltones y guantes de voz en sus seis patas y shorts rojos con blanco que se ajustaban a su redonda figura. Ya sabía quién le estaba dando ese apoyo.

No muy lejos, el Félix del futuro, o mejor dicho Paon, estaba al pendiente de la batalla. Chat sonrió encantado.

-Bien, Bicho Boxeador, vamos a darle una lección a mis falsos congéneres.- peleó junto con el Bicho Boxeador que golpeaba como todo un profesional. Gracias a él Chat llegó hasta la cabeza del sentimonstruo carrusel y saltó esquivando a un par de enemigos.- ¡Hora de dejarte fuera de servicio! ¡Cataclysm!- tocó su cabeza y el amok se resquebrajó casi por completo, quedándose bamboleando de un lado a otro en su sitio y el carrusel a su espalda comenzó a girar errático y los gatos comenzaron a moverse de un lado a otro sin control.

-¡No es justo! ¡Dañaste mi juguete!- reclamó Princess Carrousel y Chat Noir bajó hasta donde ella.

-No más juegos por este día. Ahora, dame donde está tu akuma ahora.

-¿Lo quieres? ¡Ve chaton!- lanzó su mochila al aire y el pequeño gatito negro de peluche se transformó en un gato gigante de peluche.

-Ja, lindo juguete pero no tengo tiempo de juegos.- Chat lo golpeó pero la felpa dentro de este hizo que su puño se hundiera y sonrió nervioso esperando que sus golpes fuesen así de suaves… no lo eran.

Lady Mime continuaba peleando contra Mort Rouge, el entrenamiento del maestro Su Han al fin daba frutos al cubrir los ataques una y otra vez con más regularidad y sus golpes eran cada vez más precisos haciendo retroceder a la villana. Usando los poderes del mimo imaginó un pastel cuando se agachó y le dio justo en la cara escuchándose el sonido del merengue sobre de ella y pateó lejos.

-Nada mejor que un pequeño postre para suavizar las cosas.

Estaba a punto de atraparla con su yoyo pero no vio a Lila que vino por detrás sujetándole del cabello y estando muy cerca de sus aretes.

-Sálvame Ladybug, eres la gran heroína, ¡sálvame!

No podía creer que Lila se interpusiera en la batalla y eso le perjudicó en sobremanera cuando una patada de Mort Rouge la lanzó contra el muro de la residencia Agreste, podía sentir el sabor metálico de su sangre en la boca y estaba segura que una costilla se había roto. Vio a la villana acercarse a ella, intentó levantarse pero el dolor la dobló nuevamente. Pero antes de que la villana la alcanzase, el Bicho Boxeador se interpuso en su camino, dándole una serie de golpes como el gran peleador que era.

-¡Agh! Tan molesto como su maestro.- pateó al insecto que quedó en el suelo y un golpe fue lo que necesitó para eliminar al amok. Lady Mime escuchó algo romperse y vio a Mort Rouge levantar al sentimonstruo y luego soltarlo cuando comenzó a desaparecer de su vista. La risa de cruel de su enemiga le hizo regresar a la normalidad.- Un insecto menos, falta otro.

Aquello fue demasiado para la heroína que se levantó, dentro de su ser gritó y Shadow Moth puso sentir esa ira crecer en la heroína.

-Vaya, sí que sabe tocar su punto sensible.

Lady Mime cargó contra Mort Rouge. Sus ataques esta vez eran feroces, cuando el puño de ambas chocó esta vez pudo soportar la fuerza de su adversaria. Vio a Lila intentar acercarse aprovechando su posición más esta vez no estaba para sus juegos. La esquivó y tomó de la chaqueta lanzándola hacia los botes de basura donde quedó echa un asco. Enseguida saltó dando una serie de giros y Mort Rouge se apartó cuando vio que la joven estrellaba lo que creía fue un mazo en el pavimento rompiéndolo alrededor. Lady Mime usó su yoyo para atraparla de la cintura y atraerla a ella para esta vez regresarle el golpe que le había dado en la cara con otra patada. La acorraló contra una pared y Mort Rouge sintió el sabor de su sangre también… rio complacida.

-¿Ves? Si te lo propones puedes hacerlo. No creí que fuese posible pero en ti hay más de mí de lo que creía.- Lady Mime se sintió de repente por completo descolocada al ver la sangre entre los dientes de Mort Rouge.

-No… no es verdad.

-¡Mírame! Y mírate a un espejo. Cada día te pareces más a mí… con cada batalla vas aprendiendo a ser más como yo.

-¿Quién rayos eres?- musitó sintiendo que le faltaba el aire.

-Lo sabes, ¿no?- preguntó con una sonrisa sádica.- Dentro de ti, muuuuy dentro de ti lo sabes. Lo sabes pero no quieres ¡verlo!- aprovechó su estado para atacarla directamente lanzándola contra la pata del amok todavía paralizado y la tomó del cuello alzándola.- Ya veo que no debo preocuparme demasiado. Porque todavía estoy aquí, todavía puedo hacerte sufrir.- apretó con más fuerza su cuello, sentía que podría rompérselo en cualquier momento.

Chat Noir que fue lanzado al suelo por el gato de peluche vio la escena que ocurría a metros de él y sintió la ira apoderarse de él cuando vio que Mort Rouge alzar un pedazo de varilla usando sus pies, casi como si maniobrara un balón. No… no podía permitir que eso pasase. Cuando el peluche estuvo cerca de él este giró sobre sí mismo y arañó la cara de este con sus garras, dejando en su lado izquierdo el profundo arañazo que comenzó a sacarle el relleno. Corrió hasta su lady, decidido a protegerla, decidido a no dejar que le hicieran más daño, esa era su misión y su más grande deseo.

« ¡BRIDGETTE!»

Quería verla sonreír sin preocupaciones ni temores una vez más. La energía en su mano apareció acumulándose.

Mort Rouge alzó la varilla buscando donde hacerle más daño cuando vio la sombra de Chat Noir a su lado, el felino lanzó su golpe que dio directo a su pecho, fue casi en cámara lenta cuando ella se percató de lo que tenía en su mano. El impacto la lastimó en serio, mandándola hacia el otro lado de la calle contra un auto que abolló por completo destrozando sus vidrios y haciendo que ella vomitara sangre.

Lady Mime al fin podía respirar y miró a su compañero que seguía con el puño extendido y respirando con dificultad por el esfuerzo.

-Chat…- este le miró con grandes ojos, se veía tan preocupado por ella… él se arrodilló y la acunó su rostro con sus manos.

-¿Estás bien mi lady? ¿Estás bien?- ella pudo ver pequeñas lágrimas en sus ojos, sintió su corazón estrujarse. Chat Noir era el caballero de brillante armadura en el que podía confiar. Le sonrió y se puso de pie.

-Gracias a ti.- quiso tanto abrazarlo, su gatito le había salvado. Pero frente a ellos cayó el peluche de gato y los dos se pusieron en posición.

-Tenemos que acabar con este akuma ya.

-Tienes razón. ¡Lucky Charm!- unos tirantes de goma cayeron a sus manos un segundo antes de tener que saltar ante un poderoso golpe del peluche. Vio los tirantes, el peluche, el carrusel loco, a Chat, su yoyo y a Marinette. Tenía un plan aunque era arriesgado.

-¡Chat!- le lanzó uno de los tirantes y este asintió.

-¡Lo tengo!- los dos corrieron a donde el peluche y saltaron al mismo tiempo pasando por encima de este pero metiendo sus brazos a este. Chat de inmediato activó su bastón y ambos subieron, siendo que Ladybug enredó la parte de atrás de los tirantes elevando con ellos al peluche, al llegar a la cima ella saltó sobre el carrusel dejando que su hilo se enredara en sus giros fuera de control y así atrajera al enorme gato de peluche hasta que quedó atrapado entre metros y metros de su hilo.

-¡No!- gritó Princess Carrousel que saltó hacia el carrusel y el peluche gigante volvió a su forma pequeña, regresando hacia los brazos de su dueña que miraba a los héroes molesta.- No es justo, yo sólo quería jugar con Adrien.- Lady Mime se acercó y miró a su pequeña hermanita con una sonrisa y le abrazó.

-Yo sé que querías jugar, no tiene nada de malo. Pero mira alrededor.- dijo mostrándole la destrucción que había.- Shadow Moth te ha utilizado y ha hecho que casi hagas algo muy malo.- la pequeña miró hacia abajo donde Adrien se frotaba adolorido su brazo por el cual ella le jaló fuera de la mansión.

-/ ¡Marinette!/- la pequeña escuchó a sus padres que habían llegado al sitio.

-Mami, papi…

-Tus padres te están esperando. Tranquila, no están enojados.- dijo Chat Noir que extendió sus manos para que le diese el peluche.- No te preocupes, que tu gato estará mejor cuando Ladybug haga su magia.- la pequeña que abrazaba con fuerza al peluche al fin cedió y lo dio a Chat Noir que rompió liberando al akuma y al amok, desapareciendo al sentimonstruo y regresando a Marinette a la normalidad. Lady Mime lo atrapó sin demasiada ceremonia y luego sacó de su yoyo un talismán de color rosa con puntos blancos.

-Con esto ya no habrá peligro de que seas akumatizada.

Sus padres corrieron hacia su hija y la abrazaron llenándola de besos.

-Oh mi niña. Gracias, gracias al cielo estás bien.

-Gracias Ladybug, Chat Noir. Ustedes son grandes héroes.

-¡Miraculous Ladybug!- lanzó los tirantes al cielo y todo fue reconstruido. Adrien salió de su escondite, viendo a Marinette con sus padres, la pequeña le miró y este se quedó en su sitio estático, temeroso de ella, cosa que hizo que ella ocultase su rostro en el hombro de su madre.

-¡Adrien!- Gabriel salió de la mansión con Natalie y Gorila detrás y tomó a su hijo también en brazos.- Me alegra que estés bien.- luego se volvió a los héroes ya curados.- Muchas gracias por todo. Mis hijos lo son todo para mí.- Chat Noir sonrió con cierta incomodidad al escuchar a su padre hablar así.

-Señor Agreste lamentamos mucho lo ocurrido.- dijo Sabine pero este alzó su mano para que no dijera nada.

-No, no, no tiene que disculparse. La culpa es de ese villano que no deja en paz la ciudad. Su hija fue otra de sus desafortunadas víctimas.

Lady Mime se volvió hacia donde debía estar Mort Rouge que había desaparecido. Chat Noir se acercó a ella por detrás.

-Esta vez logramos reducirla, pero de seguro se preparará mejor la próxima vez.

-Así como nosotros.- ella le sonríe con mayor confianza sin embargo su sonrisa desapareció cuando una decena de patrullas y camionetas de la prensa llegaron al lugar y oficiales les rodearon. El capitán Raincomprix habló por su altavoz.

-Chat Noir, Ladybug, en orden de la ciudad se les pide que se entreguen sin ofrecer ninguna resistencia o nos veremos obligados a usar la fuerza.

Los dos se miraron incrédulos ante lo que veían, esta vez no era cosa de un akuma, esto era real.

-No gracias, tengo cita con el manicurista.- dijo Chat Noir y junto a Lady Mime subieron a los techos para escapar. Un estallido se escuchó y Lady Mime trastabilló sobre el techo casi cayendo de no ser por Chat Noir la sujetó igualmente pálido ante lo que escucharon. ¿Eso fue un disparo?

-¡No disparen!- gritó por el altavoz el capitán pero el mal ya se había hecho. Los dos jóvenes apenas y vieron el orificio de bala que quedó en la orilla del techo corrieron alejándose lo más posible de la escena, llegando a un lugar seguro se destransformaron en una amplia chimenea que le daría la privacidad que cada uno necesitaba.

-Ladybug…

-¿Acaba de pasar lo que creo que pasó?- preguntó ella sin poder creerse lo que había pasado.

-… Sí.- musitó a lo bajo mientras alimentaba a Plagg. Bridgette dejó que Tikki y Mimme comieran mientras aguantaba sus ganas de llorar. Félix furioso golpeó con su puño un costado del techo.- Maldita sea. Son todos uno… agh.- no quiso completar la frase, pero necesitaba decir algo.- Hey… recuerda nuestra frase Ladybug. Tú y yo contra el mundo.- ella sonrió y asintió cerrando los ojos.

-Es verdad gatito. Mientras tú estés conmigo nada podrá contra nosotros.

Esperaron a que los kwamis comieran para poder marcharse, por supuesto, con cuidado de no ser vistos a sabiendas que esta vez la policía iba muy en serio con ellos.

«Mierda, mierda, ¡mierda! ¿Cómo pude ser tan descuidado?»

Estaba seguro que lo habían atrapado el otro día cuando vigilaba el instituto. Debió haberse ido apenas y divisó el primer akuma, regañándose porque debió darse cuenta que no eran para akumatizar a la gente, eran para vigilar. ¿Acaso su padre ya tenía una idea de lo que estaba pasando? Necesitaba enviar el mensaje ahora, usar ese apoyo extra en caso de que las cosas se salieran más de control. No podía dejar que en caso de que lo atrapasen le quitasen sus miraculous. Pudo sentir la presencia de esa sombra, era casi imperceptible, pero estaba allí, vigilándolo a la distancia y sin ser notada a simple vista.

-Plagg…- susurró al bolsillo de su chaqueta y el kwami asintió.

El amok se movió y se confundió con la sombra de una maceta que estaba en la ventana de un departamento. El kwami de la destrucción voló sin ser visto lejos de su portador y al notar la sombra dejó caer sobre de esta otra maceta del departamento vecino. La sombra fue aplastada dándole tiempo a Félix de hacer su maniobra al adentrarse en un callejón y ocultarse. Plagg regresó a con su portador a tiempo de que este salía y el amok se recuperaba para seguir con su labor de vigilia, sin notar que un ave azul voló por el cielo oscuro hasta llegar a con la única persona que estaba seguro Bridgette no se molestaría en vigilar. Tocó la ventana de la habitación llamando la atención de quien vivía allí, mostrando que llevaba cargando un pañuelo que al dejarlo en el marco de la ventana mostraba un pequeño diario y tres miraculous de los que tomó el miraculous del tiempo…

Bridgette puso sobre el maniquí la tela extra y comenzó a poner alfileres alrededor. En su computador estaban pasando la noticia de lo sucedido pero con un testigo ocular inesperado.

-¡Fue horrible! Me lancé hacia Ladybug para que me sacara de allí pero me lanzó hacia la basura con tanta fuerza que pensé que me había roto un brazo. Ya no sé qué pensar de la heroína de Paris. ¿Cómo puso hacer eso a una civil?

Bridgette rodó los ojos y cerró la ventana de noticias, ya había tenido suficiente de sus mentiras. Notó entonces a la desanimada Marinette que abrazaba a su peluche de Chat Noir y se acercó a ella acariciando su cabello.

-¿Todavía triste, fresita?

-Sí… Es que Adrien ya no me quiere y todos son malos conmigo…- se dio la vuelta dándole la espalda a su prima. Bridgette sabía cuánto le debía doler, es decir, ¿cuántas veces no se había entristecido por los rechazos de Félix? ¿O cuándo le hacia algún desplante?

«Aunque ya no ha hecho nada de eso»

Sacudió su cabeza, no era momento de pensar en eso. Se acostó a su lado mirando al techo un momento e imaginándose en su situación, no le fue difícil cuando tenía a todo el mundo en su contra. Sonrió y se volvió a ella.

-Sabes, estás pasando lo mismo por lo que está pasando Ladybug y Chat Noir. Mucha gente cree que ahora son los malos y eso de seguro los pone triste.- Marinette se volteó a ver a su prima.- Pero al final sus acciones son las que hablarán por ellos, y sólo quienes de verdad les quieren creerán en ellos y seguirán de su parte.

-¿Cómo nosotros?

-Exacto. Eres una niña buena, dulce y con un gran corazón. No creo que Adrien sea un tonto pero se perdería de mucho si dejase de ser amigo de alguien tan linda como tú. Así que no te pongas triste fresita. Todo tiene una solución, nunca lo olvides.

Marinette sonrió al fin y abrazó a su hermana.

-Eres la mejor hermana del mundo mundial Bridi.

-Y tú también lo eres. Ahora ven, vamos a jugar, te voy a enseñar unos buenos movimientos para que le ganes a papá y a mamá la próxima vez.

-¡SÍ!- bajaron para jugar un poco, al menos por lo que restaba de esa noche podrían tener algo de paz y diversión sin pensar en lo que pasará mañana o en unos días.

Algo no iba bien y lo sentía hasta el fondo de su alma. Tal vez era un presentimiento tonto pero sus instintos nunca le habían fallado.

-… Y después de que Mylene se desmayara en los ensayos encontraron pastillas para adelgazar en su camarote. Nos han regañado a todos como si hubiésemos sido quienes le hubiésemos metido las pastillas por la boca. No es que no me sienta mal pero por culpa de su negligencia ahora tendremos que encontrar a otra actriz antes de la fecha de estreno.- dijo mientras terminaba de preparar un tazón de botanas para ver la película.

-Eh, ¿dijiste Mylene?- preguntó saliendo de sus pensamientos.

-Luka, ¿me estás escuchando al menos?- preguntó con una media sonrisa juguetona y se sentó a su lado con el tazón entre sus piernas.- Has estado distraído últimamente, ¿todo bien?

-Yo… no lo sé.- dijo pasando su mano por su rostro.

-Hey, ¿qué te molesta?- habló con voz suave y poniendo su mano en su hombro.

-¿No fue la semana pasada que salió la noticia sobre el dopaje de Kim?

-¿Y eso que tiene que ver?- preguntó confundida y Luka se mostró de repente muy serio.

-¿No te parece extraño que estén comenzando a pasarle cosas a quienes alguna vez conocimos? Es decir, todos vivían sus vidas normales hasta que Bridgette apareció.- Zoe le miró con grandes ojos y luego se rio.

-Luka, espero que no pienses lo que creo que estás pensando.

-Es que… son demasiadas casualidades.

-Sí, pero no tienen nada que ver. Es más, pienso que incluso puede ser el karma sobre ellos. Lo de Kim es lamentable pero así son las cosas en el deporte; lo de Allegra ella se lo buscó; Mylene igual es responsable de su salud; Alya ni se diga ya que estuvo de parte de Lila todo este tiempo; y de la susodicha bien se merece lo que sea que se le venga; pero si fuese verdad lo que dices ya veríamos a Alix, a Nathaniel, Sabrina, Max e incluso Juleka pasarla mal. Y ni qué decir de Chloe y Félix que se lo merecen a creces. Quizás Alya tuvo razón en decir que Bridgette era un talismán de la mala suerte pero para ellos, ya que a su manera está mostrando que Lila nunca fue una santa. Además, yo no la veo para nada hacer quién sabe cuánta cosa contra ellos con lo ocupada que está. Me dijo que ya está buscando un lugar para mudarse fuera, ya que no quiere quedarse aquí.- su expresión cambió a una triste.- Dice que le trae muy malos recuerdos la ciudad.

Luka lo pensó bien, claro que como Ladybug que había defendido la ciudad de akumas y sentimonstruos debía ser doloroso quedarse en un sitio donde había perdido todo y vivía gente que le hizo mal, incluyendo la persona que alguna vez amó y que juró protegerla, al menos con el antifaz puesto. Claude y él nunca le dijeron a Félix la verdad, Claude se había enterado por él que Félix era Chat Noir y casi enloqueció de rabia creciendo un enorme resentimiento hacia el rubio. Y después de todo cuando murió ellos consideraron que Félix no merecía saber que había mandado a Ladybug a prisión y a su propia muerte. El solo recuerdo hacía su corazón dolerse en una punzada.

Zoe le dio un beso en la comisura de los labios sacándolo de sus reflexiones y le sonrió a su amada.

-Tienes razón, tal vez me estoy montando una película. ¿Le pusiste maní?

-Todo el que quieras.- le sonrió juguetona y al encender el televisor se toparon con las noticias.

Un nuevo asesinato ha aterrorizado a Paris, justamente en el Louvre. El cadáver no ha sido identificado pero el horroroso hallazgo se dio lugar a horas de la madrugada cuando los curadores del museo encontraron clavado sobre la pared de cristal que tanto caracteriza al museo el cadáver. Tuvieron que llamar a una ambulancia ya que se reporta que Alim Kubdel, el curador del museo, sufrió un infarto ante lo que vio. No es el primero asesinato que ocurre en estos meses, y la policía no parece tener pistas así como tampoco Chat Noir que colabora con los detectives. Estaremos al pendiente de este caso y de sus avances.

Luka tardó un poco en poner la película, la idea le picó la cabeza como una pinza de cabello mal puesta. Bridgette fue lo primero que llegó a su mente cuando el apellido Kubdel sonó. No podía ser, y aun cuando siquiera existiera una ínfima posibilidad de que estaba en lo correcto, no creía a su amiga, la dulce y valiente Ladybug, fuera capaz de hacer algo tan aberrante como eso.

Todo aquello se le estaba yendo de las manos. Fuese quien fuese había hecho un desastre esta vez. Cada pieza del Louvre, estuviese o no protegida, estaba cubierta de sangre. Quien fuese quien hubiese hecho aquello se había tomado las molestias de hacer su sanguinaria matanza dentro y colgar el cadáver fuera… usando sus órganos como cuerdas. Había investigado al hombre, había sido médico de la prisión de alta seguridad. Todos los asesinatos tenían que ver con esa prisión, esa era la única conexión que había en las victimas, debía haber un desencadenante entre ellos…

-Félix.- llamó Adrien a su habitación y Félix guardó todo.- Ugh, no me digas que estás trabajando a estas horas.

-Debo hacerlo por el bien de la compañía. ¿Ocurre algo?- Adrien se veía algo pálido así que cerró la puerta por si alguien los escuchaba.

-Amm, creo que hoy vi un fantasma.

-¿Qué?

-Justo hoy tuve una sesión de fotos y fui a comer algo, ya sabes, me escapé un poco. Pero cuando iba a cruzar la calle vi a una mujer que… bueno, se parecía mucho a… ya sabes, tu antigua acosadora.

-Ah… no es un fantasma, ella de verdad está viva.

-¿En serio? Pensé que murió al poco tiempo de ingresar en prisión.- una expresión de alivio apareció en su rostro.- Fiuuu me alegro mucho.- Félix arqueó la ceja confundido pero Adrien de inmediato respondió a su duda.- Lo siento es que… bueno, nadie merecería morir en prisión.

-Ya…- aunque también para él fue un gran alivio saber que estaba viva.- ¿Recuerdas a su hermana? Tú y ella eran muy amigos.

-Marinette… sí, la recuerdo.- algo en su voz cambió, había cierta nostalgia, algo muy triste que a Félix no le pasó por alto y se acercó a su hermano.- Recuerdo que la quería mucho. Era mi mejor amiga.- dijo sin ver a su hermano.- Me hubiese gustado saber qué fue de ella pero con lo sucedido, tú y… el escándalo que se hizo, ya no pudimos ser amigos.

-Ah…

-Está bien, fue por el bien de la familia, aunque sí me dolió ya no saber más de ella.

En su mirada encontró algo de dolor, ese mismo dolor que él sintió cuando Ladybug desapareció. Su hermano era igual que él, sufriendo por la persona que ya no estaba con él y sin rastro alguno de su paradero. De repente algo sucedió. En su mente los puntos se unieron a una sola persona la cual no había pensado hasta el momento.

-Sabes algo Adrien, estoy cansado. Creo que iré a dormir en este momento.

-Vale, que tengas buena noche hermano.

-Igual.

Apenas Adrien se fue regresó a su escritorio donde revisó de inmediato sus datos y encontró en su base de datos lo que buscaba. Todos estuvieron en la misma prisión, todos, incluyendo a Bridgette Dupain-Cheng.

-Vaya casualidad que apenas reaparece los asesinatos comienzan. Plagg.- llamó a su kwami que de inmediato supo lo que iba a hacer y en poco Chat Noir salió por la ventana para ir a por su sospechosa número uno.

No tardó demasiado, sabía dónde vivía, había escuchado a Allegra quejarse de ello sobre cómo le daban asilo a una "delincuente". Miró frente al edificio pero grande fue su sorpresa al verla abandonar a esas altas horas de la noche el establecimiento. Sus ojos de gato brillaron mientras la miraba caminar.

-¿A dónde vas? ¿A cometer otro asesinato?- la siguió con cuidado, ella se volteó una sola vez a su dirección pero había sido lo suficientemente rápido para no ser visto. La vio seguir caminando por las calles, fue una larga caminata hasta que se detuvo y sintió su corazón caer. Se había detenido en lo que quedaba de su hogar, su antiguo hogar.

Miró cómo ella hacía a un lado unas tablas del ya desvencijado sitio y entraba en esta. Esperó paciente hasta que la vio en las sucias ventanas de lo que antiguamente fue su habitación. La vio recorrer el lugar y de repente sentarse en el suelo en medio de esta, con la mirada perdida en un punto. No podía imaginarse qué estaba haciendo, o quizás sí, y eso comprobaba que su estabilidad mental no era la mejor. Después de largos minutos ella se levantó y subió por las escaleras hasta salir por la trampilla que daba al techo, su antiguo jardín y lugar de reflexión. Se colocó detrás de ella que miraba la ciudad con mirada ausente. Recordó los buenos momentos que pasaron juntos en esa azotea, charlando, comiendo, incluso en compañía de su hermanita o hasta de sus tíos que siempre le hicieron sentir bienvenido y querido. Ahora el sitio estaba vacío, ya no había plantas, ni luces colgantes, ni sillas, todo había desaparecido como si nunca hubiese existido.

-Sé que estás ahí. Escucho tus botas hacer ruido sobre el techo.- le dijo sin siquiera verlo.

-Miau, ¿todavía me recuerdas después de todos estos años? ¿Qué haces invadiendo propiedad privada?- esta vez ella le miró, con una mano en el barandal y con los ojos vacíos y carentes de vida.

-Turisteando… creo. Por el camino del recuerdo.

-Ja, buena esa. Siempre fuiste alguien llena de sorpresas.

-¿Por qué tanta amargura en tu voz?- preguntó frunciendo un poco el ceño.- No te he hecho nada y no creo estar haciendo mal a nadie.

-¿En serio?- se acercó a ella y su rostro quedó a centímetros del suyo.- Entonces dime, ¿por qué rayos estoy viendo un rastro de sangre desde que saliste de prisión?

-¿De qué estás hablando?

-No me mientras.- siseó entre dientes.- Gente a estado muriendo, gente que tuvo relación contigo en prisión, gente de tu mismo bloque, gente que sólo tú pudiste conocer, así que quiero saber… ¿eres tú a quien debo llevar a la policía o debo buscar a alguien más?- el silencio duró un minuto, quizás dos, no lo supo con exactitud, pero ella ni siquiera parpadeó en todo ese tiempo sino que le miró con esos ojos muertos que comenzaron a ponerlo incómodo.

-Insinúas que yo he matado a alguien… Interesante.

-¿Qué te parece interesante?

-Nada, es sólo que… he sentido que regresaba al pasado por un momento. Supongo que considerando mi historial debes creer que matar sería algo fácil para mí, pero no he matado a nadie. Más tienes razón, llegué a conocer gente en prisión, quizás a alguno de ellos, no lo sé, nunca conocí del todo a la gente con la que convivía.

-Oh, ¿acaso quieres que crea que todo es una maldita casualidad? ¿Por qué no mejor te llevo a comisaría para que rindas tu declaración e identifiques lo que quedaron de sus cadáveres?

-Bien.- dijo sin excitación alguna. Chat la estudió, no había miedo, no había nervios, nada que pudiese delatarla. Chasqueó sus dientes, necesitaba sacarle algo.

-Purrfecto. Entonces no se diga más, iremos a comisaría y allí dirás de qué conocías a las víctimas. Debiste haberte divertido de lo lindo con ellos, me gustaría preguntarte muchas cosas y el cómo los torturaste, aunque me inquieta más saber cómo es que hiciste algunas cosas.

«Entre ellas quiero saber sobre el símbolo de Ladybug en las escenas»

-La policía de seguro estará más que complacida de tenerte de vuelta en sus celdas, después de todo ya estás acostumbrada a estar tras las rej… ¡¿Qué estás haciendo?!- dijo mirándola comenzar a desabrochar la blusa que llevaba puesta, ella se la quitó sin sentir pudor alguno y él se quedó mudo. Cicatrices de distintos tamaños y grosores cubrían su cuerpo, incluso debajo del sostén pudo ver algunas más. En su estómago había una cicatriz similar a la de una cesárea, y la cicatriz de su cuello parecía profunda y pensó que de seguro salió mucha sangre de esta.

-Apenas llegué la gente de adentro comenzó a tomarla conmigo. Una menor de edad juzgada como mayor de edad, fui la diversión de muchos y pasé por muchas cosas que seguro te resultarían difíciles de creer… Yo no maté a nadie.- dijo bajando la mirada con los brazos lánguidos a los costados.- Pero si alguno de ellos está muerto no lloraría su muerte, no podría mentir en ello. Y así como antes sigues sin creerme pero está bien… antes estaba decepcionada de ti, ahora ya no siento nada. Así que puedes hacer lo que quieras, ya no importa. Si regreso a prisión por otro crimen que no cometí no creo que puedan hacerme algo peor de lo que pasé y quizás al fin morir en paz y de verdad.

Lo dejó frío. Chat miró con cuidado su cuerpo, sintiéndose de repente furioso, preocupado, y una parte de su corazón se rompió al ver ese frágil cuerpo destrozado queriendo gritar y destrozar con sus manos a quienes le hicieron eso. Sus propios pensamientos le asustaron. Tomó la camisa que estaba en el suelo y la puso sobre sus hombros.

-Está bien. Tal como veo tu cuerpo no parece el indicado para hacer todo lo que el asesino ha hecho. Busco a alguien más atlético.- ella asintió y volvió a ponerse la camisa con cierta pereza. Chat ya no podía mirarla a los ojos.- Este lugar… me trae buenos recuerdos.

-Mmm…

-Deberías irte. No puedes estar aquí, es propiedad privada ahora.- ella asintió y caminó a la trampilla.- ¿Quieres que te ayude a bajar?

-No… gracias como quiera.

La vio bajar y tras unos momentos la vio irse saliendo por donde mismo. Ella miró hacia arriba donde podía ver la silueta del héroe, no hizo ningún gesto de despedida, nada más caminó por donde había venido. Chat apenas y logró recobrar la compostura, se sintió tan avergonzado de sí mismo porque a pesar de lo que ella intentó años atrás, nadie merecía eso, nadie merecía ser roto de esa manera. Aún no la sacaba del todo de ser sospechosa pero no sacaría de su cabeza la imagen de su cuerpo y de sus ojos sin alma esa noche... Y tuvo razón.

No durmió bien. Su mirada oscura, su expresión neutral, y esas cicatrices lo persiguieron en pesadillas donde la veía en un charco de sangre en el suelo mirándolo con esos ojos sin vida… sintió su corazón retorcerse en una bola de sentimientos que le hicieron vomitar apenas despertó de esa pesadilla en concreto.

« ¿Yo hice eso?.. No, no, no, no fue mi culpa, fueron sus acciones las que la llevaron a prisión pero…»

Había intentado convencerse que Bridgette había sido siempre la culpable de todo ello, sin embargo al verla así… Caminó para buscar un café, necesitaba algún aperitivo dulce, lejos de la oficina, y dejar de pensar en ella. Bridgette Dupain-Cheng no era su maldito problema.

-¡Félix!

En cambio tenía otros de qué preocuparse.

-¡Felichoo!

La segunda voz le hizo sentir escalofríos. ¿Por qué de todos los días?

Lila y Chloe llegaron a la vez a su lado, cada una mirando a la otra con claro desprecio pero con sonrisas falsas adornando sus rostros.

-Oh, vaya, Chloe. Un gusto verte.

-Lo mismo digo, ¿cómo has estado? Supe sobre aquella noticia… debe ser horrible que te digan fraude en los medios.

-Todo es pasajero. ¿Y qué hay de ti? Supe que no te fue en la pasarela de Milán.

-Un tropezón lo tiene cualquiera. Y ahora estoy esperando a que Felichoo me dé la oportunidad de unirme a la línea Gabriel.

-¿Por tus méritos o los de tu madre?

Félix las ignoró, por él bien podían lanzarse una a la otra ya que él no se interpondría y las dejaría arrancarse las cabelleras. Avanzó al mismo café de la última vez y apenas abrió la puerta vio por el rabillo del ojo una cabellera color medianoche que era inconfundible. A un par de mesas de distancia, Bridgette estaba con Claude que lo vieron apenas entró. Y en esos momentos, Lila y Chloe también entraron detrás de él y la mirada de esas dos fue directamente hacia donde él estaba viendo, hacia una Bridgette que parecía no saber qué hacer.

Cuando Bridgette despertó esa mañana apenas y bajó las escaleras escuchó a su tía hablar por teléfono y su tío estaba a lado de esta.

-Ya veo… nos alegramos mucho que hayan hecho la investigación pertinente… Por supuesto, esperamos los resultados muy pronto. Muchas gracias.- apenas colgó chocó manos con su marido como haría un par de adolescentes.

-¿Ha pasado algo bueno?

-¡Cariño! Adivina qué, abrirán una investigación sobre el incidente de la escuela.

-Pensé que ya había sido lo suficientemente crucificada por ello.

-No, no. Mira, Nadja me hizo un favor y me ayudó con algunas llamadas y encontraron otro juego de huellas que podría demostrar que otra persona manipuló esas botellas y te inculpó por el incidente,

-Eso quiere decir que… ¿regresaré a la escuela?- dijo sin mucho entusiasmo, cosa que notaron sus tíos.

-¿Pasa algo, cerecita?- preguntó su tío y ella rascó detrás de su cabeza mostrando cierta incomodidad.

-Lo que pasa es que con todos mis compañeros… ya saben, todos en contra de mí y Lila haciendo quién sabe cuántas artimañas debajo de mis narices… no lo sé. No me siento cómoda de regresar a ese lugar.- la pareja se miró un momento y luego sonrieron a su sobrina.

-Bueno cariño, sino te sientes cómoda en tu escuela podríamos solicitar el cambio, ¿no?- preguntó Tom mirando a su esposa.

-Por supuesto, buscaríamos más opciones. Es decir, no es como si el Françoise Dupont fuese la única escuela de la ciudad. Pero, ¿estás segura?

-Umm… creo debería pensármelo bien.- Bridgette conocía a varios de sus compañeros desde que era pequeña y habían tenido grandes momentos juntos. Tampoco quería separarse de sus amigos, o los que le quedaban. Claude, Juliet, Zoe… Félix. No sabía qué iba a hacer pero sería demasiado doloroso para ella separarse de todos ellos, y además tenía que admitirlo, su despertar no era el mejor e incluso viviendo cruzando la calle llegaba tarde al instituto. Necesitaba pensarlo con cuidado y con las personas correctas.- Necesito llamar a Kagami.

El instituto parecía diferente, no por el incidente y al evento arruinado, sino más bien porque mucha más gente parecía estar alrededor de Lila.

-Lila, eres asombrosa.

-No sabía que conocías en persona a mi actor favorito.

-¿Cómo es Alaska? ¿Es tan frío como dicen?

-¿Has visto un león en su habitad natural?

-Muchas gracias chicos, pero debo ir a clases, pero podemos hablar en la hora del descanso.

-¡Claro!

-¡Eres genial!

Lila vio ir a esa multitud de perdedores y crédulos. No podía creer cuánto se había disparado su fama de la noche a la mañana con un poco de ayuda. Apenas y se asomó al salón pero la persona que buscaba recién subía las escaleras con sombras bajo los ojos.

-¡Alya!- la chica apenas y pudo reaccionar cuando Lila le abrazó como si fuesen las mejores amigas.- Me alegra mucho de verte. Eres la persona que quería ver.

-¿Qué quieres? No estoy de humor.- su voz apenas contenía su mal humor más Lila siguió sonriendo.

-Oh, vamos. Nada más quería agradecerte por los reportajes que hiciste para mí. Definitivamente ser reportera es lo tuyo.- se inclinó un poco hacia ella para susurrar a su oído.- Y si sigues haciendo un buen trabajo no le pasará nada a tu familia según nuestra nueva amiga.- Alya la miró con claro horror en sus ojos, se mordió la lengua para no gritarle y apretó las correas de su mochila para evitar golpearla. Esa bruja estaba en el ajo y ahora la estaba extorsionando. Si creía que Chloe era una villana, Lila le ganaba con creces. Se zafó de su sutil agarre y entró al salón con la cabeza abajo. Lila sonrió, después de todo Alya no era tonta y no iba a decirle nada a nadie mucho menos cuando la vida de su familia corría peligro. Se acercó al barandal y se apoyó en este, sonriendo ante lo que iba a venir.

-Muy pronto pequeño amigo…- dijo acariciando en su mano el miraculous del zorro que estaba sobre su cuello y que Alya no notó.- Muy pronto vamos a hacer la sensación del momento.

Entró al salón recordando cómo la noche anterior había conocido en persona Mort Rouge.

Lila había estado molesta pero había descargado su ira en el computador escribiendo pestes sobre Ladybug y lo que le había hecho, victimizándose todavía más. De repente una risa sonó a sus espaldas y al voltear vio sobre su cama a la villana de rojo que tenía una de sus máscaras en su mano.

-Vaya, linda recámara. ¿Sabías que las habitaciones puedes decir mucho de la persona?- dijo mirando la colección de máscaras que tenía.

-Tú… ¿cómo es que estás aquí?- la mujer de rojo sonrió, había algo en ella que le resultaba tremendamente familiar, pero no podía decir cómo.

-Vine aquí porque ambas tenemos una misión en concreto. Hacerles la vida miserable a nuestros enemigos hasta acabar con ellos.- dijo agravando la voz en la oración. Se levantó de un salto y estiró su brazo casi como si fuese a golpearla. Lila se había hecho hacia atrás pero el golpe no llegó, el puño de esta se abrió y le mostró un collar que rápidamente reconoció.- Tranquila, no vengo a hacerte daño. Como dije tú y yo tenemos la misma misión.- puso sobre su mano el miraculous del zorro y Lila sonrió hasta que lo vio brillar y de este salió Trixx con expresión sumisa.

-¿Qué es…?

-Esto, pequeña, es un kwami. Y mientras lo trates bien, él te prestará sus poderes para que hagas lo que bien te parezca.

-¿Todo lo que quiera?

-Bien… hay pequeños límites. Pero eso lo discutiremos después.- paseó por la habitación y vio el dibujo de su antiguo modelo.- Todo lo que tienes que hacer volverte más popular, ayudarme de vez en cuando y ensuciar el nombre de Ladybug más y más.

-¿Eso es todo?- sonrió más que complacida en ayudar.

-Por supuesto. Yo te ayudaré en lo que sea que necesites, mírame como tu hada madrina.

Lila entró al salón y se sentó en su lugar, de inmediato comenzó a recibir la atención de todo el mundo. Si antes con su palabra todos caían como moscas ahora con esos reportajes y fotos falsas todo el mundo estaba por completo a sus pies.

Sin embargo, no estaba enterada de todo lo que pasaba afuera del salón. Apenas y Nino llegó tan abatido como Alya, Félix le tomó del brazo con una expresión gélida.

-Tenemos que hablar.

Mientras tanto, Claude que vio la escena a pocos metros estaba dispuesto a ir y darle una ayudadita al Agreste, pero no tuvo tiempo cuando Juliet le tomó del brazo.

-Debemos hablar.

-¿Qué? ¿Justo ahora? Es que necesito…

-Es importante.- lo llevó a la biblioteca siendo el lugar más seguro y desierto. El castaño no ofreció resistencia y eso le ayudó bastante.

-¿Ocurre algo? No te ves nada bien. ¿Dormiste bien?

-Dormí un aproximado de cuatro horas ininterrumpidas pero nada que un café no arregle. Sin embargo, estamos en problemas mucho más serios.

-¿Qué quieres decir?

-Que necesitaré de tu ayuda. Porque ahora nuestro futuro está en riesgo.

-¿Nuestro futuro? No te entien…- su frase quedó incompleta cuando del bolso en lateral color amarillo en forma de girasol que apenas había notado que llevaba salió Fluff que le miró con grandes ojos. Claude sintió su garganta cerrarse y señalar al kwami y a ella al mismo tiempo con la boca abierta.

-Lo siento, deberemos saltarnos algunas clases. Hay mucho que explicar pero lo primero es lo primero.- dijo tomando su mano entre las suyas.- Voy a contarte todo lo que sé. Y no te sorprendas si sé ya las identidades de cada uno de ustedes, Kid Mime. Bridgette, Ladybug nos necesita más que nunca ahora.

Claude cerró la boca al fin. Si Juliet, la aplicada y siempre estudiosa Juliet le pedía que saltasen clases, eso quería decir que el asunto era mucho más grave de lo esperado.

Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!