Hola a todos! He aquí comenzamos con un nuevo capítulo de esta historia. No me puedo creer que hayamos llegado a este punto y con lo que se viene… prefiero no decir nada. Como sea, esperamos que les guste este capítulo, recuerden que esta historia es en colaboración con Tsubasa23 y ya pues sin más qué decir… COMENZAMOS!
….
Capítulo 16.
Trampa desvelada.
Marinette no quería salir del salón de clases, podía escuchar a sus compañeros afuera llamarla y burlarse de ella.
-¿No quieres salir Maritonta?
-Uy, está triste porque su novio la dejó.
-Mi mamá dice que las amistades entre ricos y pobres nunca salen bien.
Todos se burlaban de ella y Marinette quería llorar. Sacó de su bolso el amuleto que le dio Ladybug y lo apretó entre sus manos, buscando el valor y la fuerza para no hacer caso de las burlas de sus compañeros que callaron cuando la profesora regresó al salón de clases, huyendo así los muy cobardes.
-Marinette, ¿qué pasa? ¿Por qué no sales a jugar?
-No quiero. Me dicen cosas feas.- también la habían empujado pero eso era algo que no quería decir.
-¿Cómo puede ser? Hablaré con tus compañeros, esta clase de actitud no es aceptable. ¿Ya comiste algo?- Marinette negó y sacó su almuerzo.- Puedes comer aquí, ¿vale?- ella asintió en silencio y comenzó a comer. A Marinette le dolía estar sola, normalmente le daba parte de su almuerzo a Adrien y él le daba también del suyo, aunque no estuviera tan bueno.
-Pro-Profesora.- Adrien llamó a la puerta con unos papeles en mano.
-Adrien, ¿pasa algo?
-El director me dijo que le diera esto.- el niño entró al salón, mirando a su compañera de reojo.
-Muchas gracias, Adrien. Ve a disfrutar lo que te queda de recreo.
-Sí…- pasó guardando distancia. Marinette al ver eso sintió las lágrimas en sus ojos y cuando él se fue ella se apoyó en su pupitre a llorar.
-Marinette, ¿qué pasa?- la niña no respondió. Siguió llorando en silencio hasta que tomó de su mochila un adorno que colgaba de este, un amuleto que Adrien le regaló en su cumpleaños. Por la rabia lo quitó y lo lanzó a la basura antes de volver a llorar.
…
Bridgette caminó por la pasarela, eso servía mucho a sus amigos para ensayar sus diálogos como si estuviesen en verdad en el evento.
-Creo que debo hablar un poco más rápido.- dijo Zoe ante lo que tenía que decir.- Debo decir mucho con el tercer participante, ¿no puedo cortarlo?
-Es cierto, y tampoco se dice mucho del quinto competidor, queda cierto espacio que podría ser incómodo.- señaló Félix. Alec que había estado ayudándoles asintió.
-Muy bien, muy bien. Podemos revisar qué tanto podemos recortar de la descripción del competidor número tres y qué más podemos agregar para que no haya demasiado silencio con el cinco.
-Esto es gracias a Bridgette.- dijo Kagami.- De no ser por ti, amiga mía, y tu caminar extraño estaríamos lidiando con estas cosas en el desfile.
-¿Caminar extraño?- repitió la franco-china sintiendo una brisa pasar a lado suyo y las chicas se rieron.
-Es que a veces pareces un robot andante.
-Aaaah, es que cuando veo el libro tambalearse sobre mi cabeza siento que debo quedarme quieta.
-Al menos a ti te tocó con un libro nada más, mi madre me hizo caminar con un libro y un vaso de agua cuando era niña.- suspiró Zoe.- No sabes las veces que me mojé y de vasos que rompí.
-Eso es horrible.- dijo Bridgette, aunque no le sorprendía demasiado viniendo de Audrey Bourgeois.
-Sí, por suerte lo dejó de lado cuando se cansó de escuchar los vasos rotos. Nunca supo que lo hice a propósito.- admitió con una sonrisa a sus ahora sorprendidos amigos.- ¿Qué? No quería ser modelo. Sin ofender Félix.
-No es ofensa. En realidad creo que me hubiese gustado hacer lo mismo.- admitió el rubio y Kagami y Zoe rieron, aunque Bridgette no lo hizo. Si bien Félix era un rostro más que famoso, darse cuenta que modelar no era algo que le gustase le daba una perspectiva distinta de este. Félix nunca expresaba su descontento, al menos cuando no le tocaba modelar con Lila, pero el saber que le disgustaba de cierta manera… le hizo sentirse mal por tener los recortes de revistas y fotos de él.
«Tal vez deba de tirarlas. Conservar algo así cuando a él no le gusta… ahora entiendo porque cuando vio mi habitación se mostró tan incómodo»
Félix fue el único en notar el semblante de Bridgette, la joven parecía estar lidiando con algo en esa cabeza suya que él no podía entender.
-¿Pasa algo?- preguntó alzando una ceja.
-Eh, no, no, nada… solamente…
-Disculpen.- al voltear vieron al oficial Raincomprix.- Félix Agreste y Bridgette Dupain-Cheng, me gustaría hacerles unas preguntas.
…
Lila estaba en casa con su madre. Había regresado de la oficina por unos papeles importantes que no podía encontrar por el momento.
-¿Por qué te dejaron salir temprano?
-Oh, fue por una situación horrible.- dijo con dramatismo.- Una compañera empujó a nuestra maestra por las escaleras y el director nos dijo que nos fuéramos temprano.
-Qué horror. Ojala a esa chica la expulsen.
-Yo creo que sí. Es una chica problema. A veces me da miedo.
-Pues si se atreve a hacerte daño va a ver de lo que somos capaces.- encontró al fin la carpeta de archivos.- Aquí está. Bien cariño, si necesitas algo llámame. Calienta la comida que está en el refrigerador. Te quiero.- le dio un beso en la frente y se marchó sin más.
Borró su sonrisa y suspiró de hastío cuando al fin se fue.
-Qué pesada es.
Fue a su habitación y lo que vio la dejó sin palabras. Allí estaba el vestido más bonito que había visto. De color blanco y oro con falda en A, con un corte transversal en la falda dorada en el que se veía por debajo una tela blanca y fina como la seda. La blanca parte de arriba estaba con un corte de cuello en V y botones dorados a los costados. El fino cuello alto estaba decorado con pequeñas piedras en la orilla haciéndolo lucir como si tuviese un accesorio. Tenía estilo, tenía clase, ¡ese vestido era suyo! Mort Rouge que estaba sentada en su cama leyendo un viejo libro la vio de reojo.
«Lo miras como si este vestido fuese tu mejor obra cuando ni siquiera lo hiciste o pensaste en él pequeña zorra oportunista»
Rio a lo bajo.
-Cierra esa boca tuya o entrarán moscas.
-¿Cómo pudiste terminarlo tan rápido?
-Soy buena en ciertas cosas.- respondió sin mirarla dando vuelta a la página.
-Esto es magnífico, ¡fantástico! Ya quiero ver la cara de los otros diseñadores cuando vean esto. Mi modelo de seguro será el mejor de todos, no importa lo que esa idiota de Bridgette tenga, será basura comparado con mi hermoso vestido.
Mort Rouge sabía que Lila estaba demente desde joven, es decir, engañarse a sí misma diciendo que el vestido era suyo era algo más que tener el ego inflado. Pero lo dejaría estar. Se levantó y se puso detrás de ella, sujetando con suavidad sus hombros mientras seguía contemplando el vestido.
-Tienes razón, nadie podrá comprarse contigo jamás. Este es tu momento, disfrútalo, vívelo, y saborea el éxito desde ahora.
Los ojos de Lila brillaron mientras seguía viendo el vestido, sin notar la sonrisa torcida que la mujer tenía a sus espaldas.
«Porque al final de todo vas a morir en mis manos»
…
Habían llamado al tío de Bridgette para que se presentara puesto que no podían interrogar a un menor sin consentimiento de sus tutores, cosa que Kagami recalcó con aquella seriedad y frialdad tan característica de la familia Tsurugi, hasta el capitán sintió escalofríos. Félix la tuvo más fácil, Natalie estaba disponible en su tableta. Les prestaron una sala vacía y las preguntas no se hicieron esperar.
-Debido a lo ocurrido el día de hoy, la señorita Caline Bustier levantó una denuncia en tu contra, jovencita.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Bueno, ella dice que fuiste la persona que la empujó por la escalera.
-¿Cómo? ¡Eso es imposible! Yo no hice eso.- iba a levantarse de su lugar cuando una mano la detuvo, Félix tan sereno como siempre, no la miró en ningún momento pero el leve apretón en su hombro era suficiente para decirle que se calmara.
-Ella dice que te vio empujándola pero queremos saber su versión.
-Muy bien…- respondió ella.- Yo fui al baño a mitad de la clase, no me sentía bien, y me tomé mi tiempo. Cuando salí del baño vi a la profesora en el suelo y a Félix a su lado.
-Entiendo. ¿Tú fuiste testigo de lo ocurrido?- preguntó esta vez a Félix y este asintió.
-En efecto. Después de que ella pidió permiso yo también fui, incluso la vi entrar a los servicios. Cuando salí vi a alguien empujar a la profesora pero no vi claramente quién fue, ya que me concentré en la maestra que iba cayendo.
-¿Y viste a tu compañera salir del baño?
-Sí. Justo enseguida ella salió del baño y fue a con la profesora que estaba alterada por la caída.
-Ya veo…
-¿No me diga que va a acusar a mi sobrina después de lo ocurrido antes?
-No me malinterprete señor Dupain, pero la señorita ya ha estado en dos incidentes y eso no se ve bien.
-¡¿Cómo se atreve?!
-Tío, por favor.- le calmó Bridgette.
-Disculpe.- habló Natalie con su expresión seria, más seria que la de Félix, era como si tuviera una máscara de hierro.- Estoy enterada de la situación y también acerca de la investigación que actualmente corre. Sin embargo, acusarla a pesar de haber un testigo de lo sucedido sería poco profesional y perjudicial para usted y la institución.- dejó que la amenaza fluyera por sí sola.- Así pues, primero consiga las pruebas pertinentes y luego puede arrestarla o déjela ir y nos evitamos estos malentendidos que son en un verdadero incordio para los jóvenes presentes.
Félix sonrió de lado cuando vio al capitán Raincomprix sudar un poco.
-No vamos a arrestar a nadie señorita Sancourt, solamente estamos verificando testimonios para esta investigación.
-Puede preguntarle a Chloe.- dijo Bridgette.- Ella también estaba allí.
-Me lo han informado, pero la señorita Bourgeois alegó no haber visto nada. Como sea, quiero hacerle un par de preguntas más y sería todo.
Cuando salieron de la sala Kagami y Zoe les estaban esperando. El capitán se marchó y las chicas abrazaron a Bridgette.
-¿Pasó algo?
-¿Qué te dijeron?
-Bueno, se va a levantar una investigación. Otra. Y por ende no podré asistir a la escuela hasta que se aclare el asunto.
-¡¿Cómo?!- exclamó Zoe y Kagami afiló la mirada.
-Esto es estúpido. ¿Cómo pueden acusarte a ti?
-Al parecer la profesora dijo que yo la empujé pero Félix me vio salir de los servicios así que tal vez esté confundida.
-O loca.- refunfuñó Kagami.
El señor Dupain agradeció el apoyo a Natalie que seguía conectada, Félix en cambio se veía distraído. No le gustaba como estaban yendo las cosas. Si Bridgette faltaba al instituto eso podría poner en hilo su credibilidad y Lila lo aprovecharía para usarlo en su plan original. Tenía que encontrar la forma de acallar los rumores, pero cómo.
-Bridgette, será mejor que vayamos a casa.
-Claro. Nos vemos, chicas.- se acercó a Félix que tuvo que salir de sus cavilaciones.- Gracias por lo de antes. La verdad es que no sé qué hubiese pasado si no te hubiese dado de ir al baño al mismo tiempo.
-Está bien…- ella asintió y se dio la vuelta pero Félix la tomó de la mano.- Bridgette.- ella miró su mano y luego a él, sus mejillas se sonrojaron ligeramente.- Pase lo que pase voy a estar allí para ti. Así que no desmayes ni te rindas. No estás sola.- tras decir eso llevó su mano a sus labios en un beso galante con una leve reverencia.- Estaré para ti cuando lo necesites.- la joven sintió que su cara enrojeció por completo y Félix la soltó.
-G-Gr-Gra-Gracias Fé-Félix.
Se fue apenas consciente de lo sucedido, tenía la cara roja como una baya y su mechón tenía la forma de un corazón. Félix sonrió al verla irse así cuando sintió las miradas de Kagami y Zoe que le sonreían ampliamente.
-Vayaaaaaa~ Qué galante.
-Ni siquiera fuiste así de a-pa-sio-na-do cuando tú y yo salíamos.
Félix se sonrojó hasta las orejas.
-No es lo que creen.- gruñó apretando los dientes.
-Félix.- habló Natalie.- En dado caso que necesites un consejo sobre chicas…
-No gracias.- respondió de inmediato desconectando a Natalie y caminando a los lavabos a refrescarse y que le ayudara a desaparecer su sonrojo y aclarar su mente. Debía hablar con los chicos pronto.
…
Sintió el chorro de agua fría bañarlo y despertó sintiéndose adolorido. Estaba en el suelo, atado con sogas a una columna. Reconoció el lugar de inmediato, estaba en el templo privado de su padre.
-Uff, menuda forma de despertar.
-Calla.- dijo Shadow Moth lanzando a un lado la cubeta con la que le mojó.- Ahora vas a decirme todo lo que sabes o verás de lo que soy capaz.
-¿Y qué va a ser? ¿Tortura física? ¿Psicológica? ¿O tal vez auditiva? Ya que con sólo escucharte hablar siento que quiero desmayarme de nuevo.- Shadow Moth se agachó y le tomó de la camisa.
-Insolente como siempre. Eso no se le ha quitado con los años al impresionante Chat Noir. Pero veamos si te sigues riendo cuando termine contigo.- se levantó y fue a donde había una mesa con algo cubierto con una tela. La retiró y allí estaba Plagg dentro de un cilindro de cristal con varios sellos antiguos dibujados.
-¡Plagg!
-Aprendí del libro de los miraculous a cómo atrapar a un kwami. Interesante, ¿no es así? Este pequeño es tan insolente como su amo.
-¡Espera a que salga de aquí viejo y ya verás de lo que soy capaz!- gruñó el kwami.
-Plagg, tranquilo.
Shadow Moth rio.
-Ahora me vas a decir todo lo que quiero saber. ¿Por qué demonios están aquí? ¿Y quién es Mort Rouge?
-Vale, vale, pero ¿no crees que deberías tratar mejor a tus prisioneros? Ugh, mi última comida fue en la tarde.
-Oh, pobre de ti. ¿Y qué es lo que quiere el gato?- se burló el villano, sin embargo tanto el kwami como el dueño se miraron con una sonrisa de lado.
-Yo quiero un café latte, con leche de almendra, un shot de coco y caramelo, y crema natural.
-Yo quiero un camembert, de los buenos, no quiero cualquiera del mercado.
-La temperatura de la leche debe estar a 90° Centígrados cuando pongan el caramelo, porque si no cambia su sabor y el shot de coco y crema deben ser naturales y colocados poco después.
-Quiero que mi camembert tenga las orillas más blancas que el centro, eso quiere decir que está bien añejado porque si tiene el centro más blanco que las orillas tendremos un problema.
-Todo eso acompañado de un emparedado tipo panini, quiero el tostado medio y que el aderezo y el queso estén a temperatura ambiente.
-Y quiero galletitas para acompañarlas. De trigo, no las duras pero tampoco quiero las suaves.
-¡YA ESTÁ BIEN!- gritó el villano ante tales exigencias, haciendo reír al portador y al kwami.
-¿Qué pasa? ¿No tienes sentido del humor, Gabriel?- el villano sintió un escalofrío en la nuca cuando escuchó su nombre.- Oh, parece ser que el gato te comió la lengua. No te sorprendas. Conozco mucho sobre ti. Como que usas ese ridículo pañuelo para ocultar los miraculous, que eres incapaz de comer pescado con vino tinto, e incluso sé por qué estás haciendo todo esto… pero te engañas a ti mismo si crees que algo bueno saldrá de todo esto y de asociarte con esa psicópata. Hay cosas que no se pueden regresar, por lo que deberías aprender a disfrutar lo que tienes y no desear vivir en el pasado o será muy tarde. Créeme, soy un experto en ese tema.
Shadow Moth le dio la espalda un momento, pero luego sonrió y se volvió a él.
-Si me conoces bien sabes que no me detendré hasta conseguir lo que tanto quiero. Aunque tenga que cortarte el dedo para conseguir ese anillo lo haré. Pero no quiero arriesgarme, no sé si tu miraculous igualmente funcionaría con los aretes de la mariquita de este tiempo. Así que intentaré sacarte toda la información que pueda.- chasqueó los dedos y sobre su cabeza se posó una gran araña de color azul cuyas patas rodearon su cabeza.- Este amok es parecido al que te atrapó, pero tiene una pequeña diferencia.- fue que Félix sintió una corriente eléctrica que le hizo tensarse por completo, apretó los dientes más un gritó salió de él al poco tiempo. Un momento después la electricidad dejó de fluir.- Muy bien, vamos a comenzar con el interrogatorio. Comencemos con algo fácil, ¿quién eres?
-Yo… soy el presidente de tu club de admiradores. Cada año quemamos una piñata en tu honor.- se burló pero volvió a recibir una descarga.
-¿Quién eres?
-Tu proctólogo, para decirte que tienes cita el lunes primero como todos los meses por tus hemorroides.- el villano apretó los dientes y otra descarga le hizo gritar.
-¡¿Quién diablos eres?!
-Tu puta consciencia.- respondió con una sonrisa a pesar del dolor y recibió otra. Plagg cerró los ojos, esa sería una larga tarde…
…
El oficial Raincomprix sabía que algo pasaba, podía sentirlo hasta sus huesos, pero… ¿cómo podía explicarlo? Era un presentimiento distinto a otras veces. Había interrogado a los jóvenes en cuestión e incluso había pedido las cámaras de seguridad pero, casualmente, les dieron por fallar en ese momento así que debía guiarse por su instinto. Ya había interrogado a la profesora que no paraba de decir que había sido la joven Dupain-Cheng pero ahora le tocaba al director.
-Le agradezco mucho que me haya ayudado.
-No se preocupe, lamento mucho lo de las cámaras. Albert normalmente tiene ojo avizor por la escuela.
-Está bien, quisiera preguntarle sobre la señorita Dupain-Cheng. ¿Ha tenido problemas en la escuela?
-Mmm, bueno, antes tenía demasiados retrasos pero dejó de tenerlos gracias a una charla con sus padres, digo, tíos.- dijo recordando aquel dato.- Es una buena alumna, pero… en los últimos meses se metió en algunos problemas, más que todos relacionados con su compañera Lila Rossi.
-¿Qué tipo de problemas?
-Ya sabe cómo son los chicos. Si llega alguien más popular o más carismático puede despertar ciertos celos. Aunque también hubo ciertos malentendidos por parte de la señorita Rossi pero que se arreglaron de forma pacífica.
-¿Y qué hay de la profesora? ¿Cómo es? ¿Sabe de alguien que quiera hacerle daño?
-No, no. Es una de las profesoras más entusiastas y queridas de la escuela. No tiene enemigos aunque…- se quedó callado.
-Aunque qué.
-Emm… verá, la profesora está embarazada y estaba a punto de darle el permiso de maternidad debido a ciertos… incidentes.
-¿Qué tipo de incidentes?- el director se vio incómodo y acarició su barba como señal de nerviosismo.
-Mire, ya sabe cómo son las mujeres embarazadas. Cambian de humor a cada instante. Y hace días ella tuvo ciertos cambios de humor que fueron perjudiciales para la señorita Dupain-Cheng.
-¿Puede explicarlo?- preguntó con paciencia.
-Pues… le gritaba sin razón, le regañaba, parecía más irritable con la chica cerca. Le sugerí a la señorita Dupain que mantuviese su distancia con ella.
-Ya veo…- anotó eso en su libreta.- ¿Usted cree que pudo haberla empujado?
-¡No! Es decir, es una alumna un tanto distraída, tal vez empujaría a alguien por error, pero ¿a propósito? No lo creo.
Minutos después que terminara con el director estaba interrogando a la señorita Mendeleiev.
-Caline estuvo comportándose raro últimamente.- dijo mientras comía una chocolatina en su hora de descanso y revisaba unos papeles para la próxima clase.- Su humor cambió, se volvió más irascible, más con la señorita Dupain-Cheng.
-Tengo entendido que usted da clase también a ese grupo.
-Ciencias, Física y Matemáticas son mis ramas. Y sí, así como Caline también da varias clases al mío.
-¿Puede hablarme de la señorita Dupain-Cheng?
-Es una joven que se la vive en las nubes, pero no es mala estudiante, y sus pruebas hablan muy bien de ella. Aunque he notado ciertos roces con sus compañeros.
-¿Qué quiere decir?
-Empecemos en orden.- dijo cerrando la libreta y mirando al oficial.- Verá, desde que llegó Lila Rossi a la escuela muchas cosas han cambiado. Como es hija de diplomáticos conoce a mucha gente famoso, ha hecho cosas de caridad, y presume de ello sin parar haciendo que todos le admiren por eso. Cosa que me disgusta en sobremanera ya que distrae mucho a mis estudiantes, a pesar de ser buena en química, pero tiene cierta actitud que no me gusta.- resaltó con ceño fruncido.- Pero debido a que la señorita Dupain y la señorita Rossi no se llevan bien, todos la tienen contra la señorita Dupain.
-Ya veo.- anotó aquella referencia por si más adelante era importante.
-También Caline cambió mucho estos días. Casi como si no fuera ella.- admitió arrugando el ceño.- Noté cierta hostilidad contra la señorita Dupain-Cheng, supe que le quitó el puesto de presidenta de la clase para dárselo a Lila Rossi sin razón alguna, y se puso por completo de parte de la señorita Bourgeois con respecto al evento.
-¿Chloe Bourgeois?
-¿Hay otra?
-Perdone, es que lo digo porque tiene una hermana…
-Lee. Se apellida Lee pero algunos la llaman por el apellido Bourgeois. Y ella está en mi clase, una de mis mejores estudiantes.
-Gracias por aclarar. Entonces hubo un cambio brusco de actitud y tuvo cierta hostilidad contra la joven.
-Eso mismo. Era incomprensible. Y…- miró alrededor asegurándose que nadie la escuchase.- La otra vez, hubo un incidente en la cafetería. La chica le manchó un poco la ropa, un accidente que a cualquiera le pasa, pero Caline se puso histérica y hasta la insultó de forma que un docente no debería hacer. La vi levantar la mano y por un momento pensé que la iba a golpear de no haber intervenido.- dijo para sorpresa del capitán.- Se lo digo, cosas raras han pasado estos días, es como si alguna vibra rara estuviera por ahí.
-La entiendo…- musitó a lo bajo y se acomodó la gorra.- Muchas gracias por su ayuda señorita… ah, disculpe, no sé su nombre.
-Oh, llámeme Deméter.- tiró la envoltura en el basurero.- Y en lo que necesite puede llamarme. Mantengo siempre un ojo con mis alumnos.
-Se lo agradeceré mucho. Le dejo mi tarjeta.- apenas sus dedos rozaron con la tarjeta se miraron a los ojos y desviaron las miradas fingiendo cada uno un ataque de tos.
-La guardaré en seguro. Con permiso, tengo que seguir preparando mi clase.
-Pase usted.- separaron caminos y el capitán sonrió por un segundo, pero tras revisar su libreta de apuntes frunció el ceño claramente preocupado. Conocía de primera mano a los Dupain-Cheng, y así como muchos conocía a la chica. Era atolondrada pero no mala. Sin embargo, le llamaba la atención lo que le dijo sobre el comportamiento de la profesora y los roces con esa chica Rossi. Necesitaba investigar más, revisó una vez más sus notas y subrayó el nombre de Lila Rossi repetidas veces y luego el cambio de actitud de la profesora. Tras revisar sus notas terminó por encerrar en un círculo la palabra "química" y la unió al nombre de Lila Rossi para luego poner un signo de interrogación.
…
Gente importante de los medios comenzó a llegar. Reporteros, casas de moda invitadas, incluso reconocidos críticos arribaron. Los Bourgeois como siempre tenían que estar presentes, y era imposible no escuchar sus constantes quejas por el más mínimo detalle.
-¡Esto debería estar cubierto de pétalos de rosa cuando yo llegara!- gritó Audrey ofendida.- ¡Están todos despedidos!
-¡Que incompetencia!- apoyó Chloe a su madre mientras que Zoe rodó los ojos y con su padrastro entró al lugar.
Detrás de ellos estaban los Agreste esperando que aquel espectáculo de parte de la crítica de moda terminara. Pero Félix no se veía bien. A pesar del impoluto y bien arreglado traje negro de camisa blanca con cuello alto, parecía que su cara estaba azul.
-Félix, ¿qué pasa? ¿No te sientes bien?
-Yo… estoy bien.- dijo pero no convenció a su hermano.
-Fél, te ves pálido. Si no te sientes bien ¿por qué viniste?
-Tengo que estar Adrien. Es un evento importante y no podía faltar.
-Vale, pero si te pasa algo nos iremos de inmediato, no me importa si es en medio del desfile. Llamaré al médico de regreso.- Félix apenas y esbozó una leve sonrisa. ¿Desde cuándo era su hermano el que le cuidaba? Cómo cambian los tiempos. Pero no podía quitarse de la cabeza lo sucedido la otra noche. Los gritos ahogados de ese hombre, el tacto de su cabeza al comenzar a desintegrarse en cenizas… casi quiso vomitar de nuevo. No había dormido toda la noche, había llorado, había gritado en la soledad de su habitación y maldecido a esa asesina, maldecido a Bridgette. Tardó mucho en que su cabeza se enfriara y entonces se sintió estúpido cuando entró por la ventana y asustó a las mujeres. La televisión encendida, los montones de comida chatarra sobre la mesa de café, los reclamos de estas… ¿se había equivocado? Pero todas las pistas apuntaban a Bridgette. Tenía que ser ella, ¿no?
-No quiero recordarles que se comporten como si fuesen unos críos.- dijo Gabriel que iba delante.- Ya saben cómo deben comportarse, más tú Adrien.
-/Sí, padre/- respondieron a la vez.
Entraron al recinto, decorado en rojo y blanco. Y frente a ellos apareció la diseñadora que había puesto de cabeza el mundo de la moda, vistiendo un bello vestido de corte de sirena, de encaje con forma de flores, su cabello estaba recogido en un elegante moño alto y aretes de perla. La joven saludaba cordial a un diseñador y luego su atención se centró en los Agreste. El mayor se acercó a ella con una leve sonrisa.
-Madame Rouge, un placer conocerla de frente.
-Monsieur Agreste, todo un placer y un honor conocerle.
-El honor sería mío. Aunque es una lástima que seamos rivales.
-¿Por qué? Eso lo hace más divertido.- sonrió juntando las yemas de los dedos, en un gesto que descolocó a Félix, ya que por un segundo le pareció ver a alguien más hacer ese mismo gesto.- Nuestra rivalidad aumenta las ventas por ambas partes y usted no se queda atrás en creatividad, es claro quién es la cabeza en todos los diseños estrella.- dijo menospreciando claramente al equipo de diseño de la compañía, en especial a Lila.- Amé su modelo estrella del desfile pasado. Lástima que no pude conseguir el mío.
-¿Lo dice porque sí?
-Nunca digo las cosas porque sí.- dijo ella mostrando sorpresa.- De verdad quería ese vestido, pero no pude encontrarlo.- Gabriel rio.
-Creo que podemos arreglar una entrega para usted. Ah, qué descortesía. Mis hijos, Adrien y Félix.
-Los conozco bien. El modelo estrella y el vicepresidente de la compañía. Tan guapos y galantes- dijo ofreciendo su mano primero a Adrien.- En serio, ¿de quién lo sacaron?- bromeó haciendo reír a Adrien y a Gabriel.
-Tal parece que sacaron gran parte de su encanto de mi esposa que en paz descanse.
-Le entiendo.- dijo esta comprensiva.- Yo también perdí a mis seres queridos desde pequeña, pero al verme al espejo digo: "Allí están. Siguen aquí".
Gabriel sonrió ante la amabilidad de la joven y Adrien hizo lo mismo.
-¿Y qué tenemos aquí?- miró a Félix con una sonrisa de lado.
-Madame.- él tomó su mano y la besó, aunque pudo percibir un olor escondido entre su perfume. ¿Qué era eso? Le parecía vagamente familiar, un olor suave, químico… ¿maquillaje?
-Que galante.- ella retiró su mano pero lo observó detenidamente.- Parece ser que no está en condiciones. Esa palidez no es normal.
-Lo es en mi puesto de trabajo, madame.- sonrió cordial.- Por lo que…
-Shh.- le cayó poniendo un dedo sobre sus labios que lo dejó atontado un momento.- Usted no está bien.
No estás bien chaton.
La memoria de Ladybug vino a su memoria. ¿Por qué ahora? ¿Su memoria vino por ese antifaz rojo que usa la modista o por esos gestos que sólo ella hacía?
-Tenemos un servicio único de catering que estoy segura les encantará. Postres, aperitivos, cafés y tés fragantes, pediré que le den un té especial monsieur. Necesita recobrar algo de… color.- se dio la vuelta para despedirse.- Siento tener que dejarlos pero es parte del trabajo. En unos momentos más les veré, este espectáculo será digno de recordarse.
La joven desapareció de su vista, acercándose a unas columnas donde uno de los organizadores habló a lo bajo.
-Ya ha llegado la persona madame, y justo me avisan que acaba de entrar.
-Hiciste un excelente trabajo.- sonrió levemente.
-Esa perra se robó los diseños de mi hermana y ensució su nombre haciendo que la expulsaran de la universidad. Era lo menos que podía hacer.
En efecto, Lila creía que tenía a su gente en la bolsa cuando en realidad todos ellos eran sus enemigos. Gente que Bridgette reclutó para que le ayudara a completar su venganza. Víctimas que tenían el derecho de desquitarse al menos antes de que ella lo hiciera. Miró a Alya acompañada de Nadja Chamack y la joven reportera que estaba de su lado.
-Parece que el espectáculo va a comenzar.
…
Lila entró sin problemas por la parte de atrás. Su contacto le dijo que alguien le dejaría la puerta abierta y que los diseños a presentar estarán en una habitación cerrada con llave pero que encontraría la copia detrás de un extintor. Encontró la llave sin problemas y entró a la oscura habitación. Encendió la luz pero el foco del techo se fundió al instante.
-Bah, porquería. Ni siquiera pueden conseguir un almacén de calidad. Bien, como sea…- de su bolso sacó un par de tijeras grandes.- Tampoco es como si quisiera que me vieran.
Comenzó a agarrar trozos de tela y a cortar en la oscuridad. Una, dos, tres, más y más cortes. Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad y fue de prenda en prenda cortando despiadadamente cada una de estas. Tardó un poco pero cuando lo hizo se sintió satisfecha. Cada uno de esos tijeretazos eran como heridas que quería causarle a esa perra de Madame Rouge. Ahora podía irse tranquila pero se detuvo.
-¿Por qué irme?- se dijo con una sonrisa.- Si bien puedo ver el ridículo que hace desde la primera fila.
Dicho aquello salió de allí, sin notar la pequeña luz roja que brillaba en una esquina.
…
Todos se acomodaron en sus lugares listos para cuando el comienzo del desfile. Félix había recibido un té y un pequeño plato de aperitivos, cortesía de su anfitriona. Debía admitir que se sentía un poco mejor físicamente, aunque por dentro estaba destrozado y pensando qué iba a decir a la policía sobre lo que hizo, ¿o no debería decirles? Si tan sólo Ladybug estuviera allí, ella con su poder hubiera podido regresar de vuelta a ese hombre…
Madame Rouge apareció y caminó por la pasarela con micrófono en mano.
-Muchas gracias a todos por venir, son bienvenidos para ser testigos de una colección que espero les deleite en más de un sentido.- Lila estaba detrás de bambalinas mirando todo desde atrás. Esperando que el desastre llegara.- Pero antes de presentar la colección de temporada, necesito revelar al mundo de la moda un gran fraude que no ha hecho más que ensuciarlo y degradarlo.- de repente Lila fue sujetada por detrás y empujada fuera de su escondite hasta la pasarela, un escenario que había sido hecho sólo para ella.
Todo mundo comenzó a murmurar. Gabriel frunció el ceño y se levantó de su lugar.
-¿Qué significa esto?
-Hace años, Lila Rossi llegó al mundo de la moda robando múltiples trabajos de aspirantes a diseñadores. Jóvenes talentosos a los cuales usó y luego se encargó de ensuciar su nombre con rumores o amenazas hacia ellos.- aplaudió y a los costados apareció el staff completo.- ¿Los reconoces o simplemente te olvidaste de ellos después de utilizarlos?
-Esto es una mentira. ¡UNA FARSA!- reclamó Lila acercándose a Madame Rouge.- Me trajeron aquí a la fuerza. ¡Voy a denunciarte por esto!
Di una palabra y acabaré con tu vida.
Sonó en el parlante la voz de Lila y esta se quedó callada.
¿Quién va a creerte que esto es tuyo? Piérdete en la basura que es donde perteneces.
No creo que quisieras que algo le pasase a tu pequeño niño, ¿qué edad tiene? Ah, sí, 5 años, por eso no es bueno abrir las piernas sin protección.
Tengo en la bolsa a la prensa. ¿Quién te va a creer?
Frases amenazantes siguieron resonando por el lugar, la voz de Lila era clara para sus conocidos y aun cuando había quienes no le reconocían la miraron con una mezcla de horror y desprecio.
-El pez por su propia boca muere. Esta es evidencia que descartó cierta reportera que no mencionaré pero, aclaro en este momento que no es Nadja Chamack.- Alya desde su lugar palideció y negó a Nadja que la miró iracunda, por supuesto, Alya ni siquiera se molestó en escuchar esas grabaciones, pero Bridgette sí. Se tomó su tiempo en recolectar esa evidencia y crear esa pista.
-¡MENTIRA! ¡Esto es falso!
-Alexis Bertrand, Elise Guerin, Michelle Li, Lucille Fontaine, Robert Roussel, y Bridgette Dupain-Cheng.- enumeró los nombres de algunos.- Son sólo algunas de las víctimas que perdieron sus sueños por tu culpa. Diseños que volviste tuyos y vendiste a los mejores postores. Y vaya sorpresa, me vengo enterando que desde tus 14 años comenzaste tu carrera delictiva.
-Mientes, esto es una mentira. Te denunciaré por esto. ¡¿Me oyes?! ¡Esto es un ultraje a mi persona!
-Oh, tienes razón. Puede que esté mintiendo, puede que te traje aquí a la fuerza.- dijo con teatralidad pero sonrió ampliamente y aplaudió.- Chicos, salgan.- los modelos aparecieron con sus diseños, diseños perfectos, creativos, diseños que no tenían daño alguno y Lila la miró con grandes ojos.- ¿Sorprendida?- rio entre dientes.- Lila Rossi, no sólo has hecho mal a estos diseñadores. Sino también a las casas de moda saboteando sus desfiles. Y una prueba de ello está aquí, justo ahora.- bajó una pantalla blanca. El lugar se oscureció un poco, lo necesario para que se viese la grabación que estaba en el almacén, la cámara de visión nocturna captó el momento en que Lila comenzó a romper todas las prendas.- Por cierto, cada diseño se envía directamente a los modelos. Nunca los dejaría sin protección.
Audrey tenía la boca abierta, Alya necesitó apoyarse en la pared para recobrar un poco el equilibrio ante lo que veía. Zoe sonrió complacida al ver la verdad al fin revelada. Los Agreste parecían mantener la compostura, pero por dentro eran animales salvajes que estaban dispuestos a echarse contra esa mentirosa.
-Lila Rossi es diseñadora en jefe de la casa Gabriel, pero no culpo a la casa de modas por esta cosa que no puedo catalogar como humana. Es ella, sólo ella la que ha traído engaño, vergüenza y dolor en la vida de muchos. Incluso, lamento decir que hay algunos que no pudieron venir pero que con gusto les mandaré la grabación de esto.
-No, esto es mentira. ¡Está arreglado! ¡Soy una de las mejores diseñadoras de Europa! ¡Esto es mentira! ¡Celosos de mi éxito!- gritaba inútilmente ya que todos veían su verdadera cara.
Madame Rouge se acercó a la punta de la pasarela donde estaban los Agreste. Le tendió una mano a estos esperando que fuese Gabriel o Félix quien la tomase, siendo este último que subió al escenario con aprobación de su padre y ella le pasó el micrófono.
-¿Algo que quiera decir a su empleada?
-Con gusto.- habló tomando el micrófono.- Desde este momento, Lila Rossi queda despedida del corporativo Gabriel.- dijo para shock de la chica.- Todos su supuestos modelos se retirarán de las tiendas, abriremos una investigación y ofreceremos ayuda contra cualquier demanda en su contra. No importa de cuánto tiempo haya sido el ultraje, nosotros les apoyaremos.
Madame Rouge escondió cierta amargura. ¿Haría lo mismo con ella? ¿Abriría una investigación? No lo creía, además, ya sus amigos estaban en ello.
Lila parecía un animal asustado rodeado por lobos. Logró abrirse paso entre los modelos y correr lejos de allí tras bambalinas. Madame Rouge tomó el micrófono.
-Muy bien, comienza ahora el desfile. Gracias a todos por ver esto y desenmascarar al mayor fraude de la moda.
Todo el mundo aplaudió y los modelos comenzaron a caminar por el lugar y Madame Rouge salió de la vista de todos.
Lila corrió hasta la parte de atrás, por la misma puerta por la que había entrado. Comenzó a sacudirla desesperada por salir.
-¡Vamos! ¡Ábrete maldita sea! ¡Ábrete!
Gritó frustrada tras no poder abrir la puerta. De repente algo sonó a su costado, una alarma incesante y molesta. Se agachó y fue que un reloj roto sonando su alarma. Reconoció el reloj como aquel que había tirado, ese regalo que ella... No vio a la dama de rojo tomar un extintor y alzarlo sobre su cabeza… esa fue la última vez que alguien vio a Lila Rossi con vida en persona.
…
Zoe llegó al barco y miró alrededor, al parecer no había nadie, eso era bueno. Así podría acomodar un poco sus ideas con respecto a Luka. Mientras intentaba pensar en la mejor forma de confesarse, encontró sobre la cubierta el violín que este había hecho. Sonrió acariciando la madera pulida y luego las cuerdas, lo tomó entre sus manos y sintió unos fuertes deseos de tocarlo. Lo acercó a ella, por un segundo pensó que este tenía la esencia de Luka, su olor, su calor… ¿se estaba volviendo loca?
-¿Qué haces?- la voz de Juleka le hizo saltar de su sitio que casi tira el violín.
-Oh, hola Juleka. Estaba admirando el violín que hizo tu hermano.- Juleka la miró desde detrás de su flequillo con clara desconfianza y eso hizo sentir mal a Zoe.- ¿Pasa algo?
-¿Tú estás de parte de Bridgette?- preguntó a lo bajo pero ante el silencio que oscilaba alrededor logró escucharla.
-¿Por qué no lo estaría? Es mi amiga.- sonrió confiada.- Y estoy segura que ella no ha hecho eso que todos dicen.- Juleka apretó los labios como si quisiera gritarle pero era incapaz.- Sé que es difícil elegir bando y que no tengo mucho tiempo en Paris, pero la confianza que le tengo a Bridgette es algo que ella misma fue creando y necesitaría algo más que simples acusaciones para hacer que esa confianza se rompa.
Juleka musitó algo a lo bajo.
-¿Qué dijiste?- la gótica aspiró profundo.
-¡No quiero que alguien como tú se acerque a mi hermano!- gritó con fuerza. Zoe sintió que parte de su corazón se rompió. ¿Tanto la odiaba por creer en su amiga? Bridgette también era su amiga, ¿por qué decía eso? De repente recordó cómo de dura era Chloe con ella y apretó los dientes. No era justo.
-No es justo.- dijo para sorpresa de Juleka.- Si no te caigo bien, adelante, pero yo no voy a cambiar lo que creo y lo que siento nada más porque a ti o a los otros no les parece. Si mi familia es el problema no me importa, si son mis amigos, tampoco. Soy capaz de todo por las personas que amo y confío, incluyendo a Luka. Y Luka es quien debe decirme algo, porque él es alguien a quien yo amo y confío ciegamente.
Juleka no dijo nada, pareció en shock ante la determinación de Zoe. Y tras no poder mantener su mirada bajó al interior del barco. Zoe suspiró cansada. Sin embargo, ninguna notó a Luka que había escuchado todo escondiéndose abajo del Liberty. Al llegar el grito de su hermana le había tomado por sorpresa, iba a acercarse a reprenderla pero el discurso de Zoe dio justo en el blanco y lo dejó en su sitio y con la cara ardiendo. Pasó su mano por su boca sintiendo las comisuras de sus labios temblar. De verdad que Zoe era una persona impresionante pero… ¿de verdad podía darle lo que ella merecía? Como odiaba dudar de sí mismo. Tomó aire y subió a la cubierta como si nada.
-Hola Zoe.
-¡Luka! Ho-Hola.
-¿Pasa algo?
-No, nada.- dijo con una sonrisa.- Nada más estaba mirando tu violín.
-¿Te gustaría tocarlo de nuevo?
-¿Puedo?
-Adelante. Es más, es tuyo. O lo será cuando lo termine. Me gustaría barnizarlo y terminar los detalles que le faltan.- los ojos de Zoe se iluminaron y luego sonrió ampliamente.
-¡Gracias! Voy a tocarlo todos los días.- Luka sintió de nuevo su rostro arder pero se controló como pudo. Zoe no necesitaba de joyas o cosas caras para ser feliz, sólo un regalo sincero.
…
Agitó la sombrilla mientras seguía a los héroes, prodigándole una caída tímida y suave en algunas partes en las que no estaba segura si debía pisar debido al escombro que había. Siguieron así hasta llegar frente a lo que alguna vez fue en esa línea del tiempo su instituto, ahora destruido.
-Oh cielos…- se acercó un poco más pero Mime le detuvo y la hizo retroceder cuando un enorme pedazo de piedra cayó cerca de ellos.
-Cuidado, este lugar sigue siendo inestable.
-¿Cómo es que pasó esto?- preguntó Juliet a los héroes y Viperion respondió.
-Bridgette, nuestra Bridgette, planeó todo esto con cuidado. Cuando asesinó a Lila y dejó su cuerpo, o lo que quedaba de este…
-¡Hey!- Mime le gritó y cubrió los oídos de Juliet.- No quiero que le digas esas cosas.
-Vino por eso, para saber.
-De acuerdo pero ahórrate los detalles desagradables, ¿puedes? No quiero que a futuro tenga pesadillas.
-Vale…- Viperion suspiró resignado.- Primero que nada, ¿qué nombre de héroe tienes?
-¿Eh? Ah… perdón no lo había pensado. ¿Qué tiene de malo mi nombre? Ustedes ya lo saben.
-Por seguridad. Si sucede algo de repente no quieres que tus enemigos sepan tu nombre.
-Ya veo…
-¿Qué tal Hoppity?- sugirió Mime con una sonrisa y Juliet asintió.
-Sí, buena idea. Yo tenía un muñeco de conejo al que llamé Hoppity cuando era pequeña, era mi muñeco favorito…- se quedó en silencio un momento mirando a Mime que desvió la mirada.
-No me digas. ¡Qué casualidad!
Juliet parpadeó un poco y luego bajó la cabeza sintiendo que estaba a punto de sonreír, pero se golpeó las mejillas para centrarse en el tema principal.
-Por favor. ¿Puedes proseguir?
-Claro.- suspiró un momento antes de comenzar.- Cuando Bridgette salió de prisión comenzó su plan. Después de que Lila fuera asesinada y Bridgette se revelara como Ladybug fue que comenzó el caos en la ciudad. El miedo pronto fue un factor de todos los días, la gente pedía que la detuvieran, edificios enteros comenzaron a ser destruidos en las peleas, Chat Noir, Mime y Shadow Moth eran los únicos con un miraculous activo, así que entre ellos tuvieron que pelear contra Ladybug, o Mort Rouge, para quitarle algunos miraculous y que así todos los demás nos uniésemos a la batalla. Pero ella siempre iba un paso delante de nosotros, así que cada pelea era un tira y afloja el cual se volvió cotidiano.
-¿No recibieron ayuda del exterior? ¿Los héroes del mundo?
-Ellos vinieron… pero fallaron.- admitió con pesar Mime con pesar.
-Majestia, Eagle, Lady Dragon, y muchos otros vinieron en nuestra ayuda y perdieron. Algunos nunca volvieron a ser lo mismo.- la joven sintió que por un momento las piernas le fallaron, Mime la sostuvo unos momentos. Ella lo agradeció y fue que notó otro edificio familiar.
Al otro lado de la calle, estaba la cafetería Dupain-Cheng, tenía tablas por todas partes y en el suelo yacía un letrero de Se Vende por completo abandonado. A pesar de lo deteriorado que se veía, no estaba destruido como muchos de los edificios alrededor. Eso le hizo pensar.
-¿Podrían responderme algunas preguntas relacionadas con su Bridgette?
-Por supuesto, aunque algunas cosas no son por completo aptas para menores.- admitió Viperion.
-Bien, primero que nada, háblenme de sus relaciones y de su familia.- pidió mirando el edificio.
-¿Por qué quieres saber eso?- preguntó Mime.
-Porque lo importante de una historia no está en sus diálogos, sino en lo que se oculta detrás de las acciones de los personajes.- señaló el edificio y ambos héroes la miraron confundidos.
…
Esa noche dos pequeños corazones lloraban por el otro. Adrien sostenía en su manita el amuleto que había encontrado en la basura. Por un momento pensó que Marinette lo había tirado por accidente, pero al ver que ella miró el objeto en el basurero e irse fue como si le hubiese roto el corazón.
Marinette, por otro lado, se había arrepentido de tirar el amuleto pero ya era tarde. De seguro ya estaba entre la basura y no podía hacer nada. Le daban ganas de llorar.
-¿Qué pasa fresita?- preguntó Bridgette que entró a la habitación. Los kwamis le deban señas que había estado llorando.
-Nada…
-Mari, sabes que no puedes engañarme.- la pequeña suspiró resignada.
-Es que… tiré le amuleto que Adrien me dio en mi cumpleaños.
-¿Por qué lo tiraste?
-Porque estaba enojada.
-¿Por qué?
-Es que los niños se burlan porque Adrien ya no me hace caso. Y es cierto…- dijo a punto de volver a llorar pero Bridgette la toma entre sus brazos y la sienta en su regazo.
-Ya, ya, no digas eso. De seguro ustedes dos volverán a ser amigos.
-¿Cómo?
-Bueno… dale un poco de tiempo. Puedes demostrarle que todavía lo quieres con un pequeño detalle. Quizás un macarrón.
-Papi hizo macarrones de fruta de la pasión hoy. Mañana podría llevárselos a Adrien.
-¡Bien dicho! Recuerda esto Marinette, un postre siempre puede arreglar todo tipo de malentendido.
-¿En serio?
-Por supuesto. ¿Sabes las veces que los postres han salvado al mundo? Los tratados de paz se firmaron con postres en mano.- Marinette rio.- Eso es. No importa lo que pase nunca borres esa sonrisa de tuya.
-Tú misma deberías seguir ese consejo.- dijo un gato que se asomó de la trampilla del techo.
-¡Chat Noir!
-Shhh, silencio petite princess. Estoy encubierto.
-¿Y qué hace el gran héroe aquí? Deberías estar en casa, la policía está como loca.
-No podía estar sin ver a las princesas más hermosas del mundo.- Marinette rio entre dientes mirando a su prima y a Chat. Bridgette suspiró.
-Torta de princesa… ¿cómo rayos sabes qué tenemos de especialidad?
-Siempre tengo ojo avizor en el lugar. Pero no te pongas celosa, que igual pienso que eres purreciosa. Y de seguro deliciosa.- Bridgette se sonrojó y lo empujó para bajar.
-No me hagas pensar mal de ti, Chat.
-¿Miau? Yo no he dicho nada que no fuera la pura verdad.
-¿Te vas a comer a Bridi? ¡No! ¡Es mi hermanita!
-No me va a comer, Mari. No le hagas caso.
-Pero podría intentarlo un día.- rio Chat Noir y de repente escucharon a lo lejos una explosión. La alerta de akuma sonó y Bridgette se quedó congelada con la rebanada de pastel en mano.
-Chat…
-Quédense en un lugar seguro. Petite, ve a con tus padres y quédate con ellos.- se trepó a una ventana.
-Chat Noir, cuídate por favor.- le pidió Bridgette y él le regaló una radiante sonrisa.
-Estaré bien. Porque tengo a Ladybug a mi lado y ella me tiene a mí.- se acercó lo suficiente para un beso pero en lugar de eso tomó la rebanada de pastel.- Y esto me dará extra energía. Nos vemos.- se fue de allí veloz y Bridgette miró la columna de humo que se alzaba a lo lejos.
-Hora de trabajar.
Todo el mundo estaba atento a lo que acontecería. Claude miró el televisor y tomó el miraculous del pavo real entre sus manos. Juliet que había regresado hacía mucho tiempo miró desde la ventana de su habitación la columna de humo mientras seguía revisando el diario. Nino y Alya también estaban preocupados mientras que sirenas de la policía se hicieron notar en las cercanías. Y Su Han aparecía a lo lejos, listo para unirse a la batalla y acompañar a los héroes que necesitarían su ayuda.
…
Despertó en una oscura habitación. Sus manos estaban encadenadas con grilletes, su cabeza dolía horrores y el nauseabundo olor casi la hizo vomitar. La puerta se abrió, no entró ningún haz de luz de esta pero sí una figura que reconoció de inmediato.
-Sabía que no tardarías en despertar.
-¿Tú? ¿Dónde estoy?- preguntó a Madame Rouge que sonrió ampliamente.
-Sí, soy yo. Y el dónde no importa.- se acercó a una mesa donde había varios objetos apilados.- Disculpa el desorden, no tuve tiempo de ordenar.
-¡Suéltame maldita! ¡No sabes con quién estás tratando!
Madame Rouge comenzó a reír con fuerza y se volvió a Lila.
-No estás en condiciones para imponer, aunque las súplicas también son inútiles.
-¿Q-Qué me vas a hacer?- se acercó a ella escondiendo detrás de su espalda lo que había tomado de la mesa.- Hey, esto no es gracioso. ¡Basta! ¿Quieres algo? Puedo darle lo que sea que me pidas. Contactos, dinero…
-Lo que yo quiero es sencillo.- la tomó con fuerza de los cabellos y alzó su cabeza.- Quiero tu vida.
Y entonces Lila sintió un dolor pulsante clavarse en su hombro, más sus gritos no serían escuchados por nadie en la ciudad.
…
Y… esperamos que les haya gustado! Gracias a todos por leer. Dejen review, nada de tomatazos, aceptamos bebidas y dulces de temporada y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
