Enchated

Kohaku soltó un sonoro y pesado suspiro una vez el socio de su padre se marchó. Para ese punto de la noche ya había perdido la cuenta de a cuántas personas había saludado con la sonrisa fingida que Ruri le pedía mantener, forzando risas ante los chistes sin sentido de esos hombres, e ignorando el coqueteo mal disimulado de los futuros herederos de los socios de su padre.

–Estoy aburrida de esto –gruño ante la mirada molesta de su padre.

–Ya casi es medianoche, puedes irte a descansar después de los fuegos artificiales –sugirió su hermana, con una de sus características sonrisas cálidas y conciliadoras.

Kohaku suspiro resignada, supo de inmediato que no podría ir contra las palabras de Ruri, sí alguien puede frustrar cualquier queja incluso antes de que esta salga de sus labios, esa es su hermana. Sus ojos viajaron por las paredes, considerando por algunos segundo distraerse con los detalles de las pinturas, pero después de casi quince años de hacer lo mismo, está segura de que no hay nada nuevo que pueda descubrir

Las mismas caras que ha visto desde siempre, los mismos temas de conversación , tan aburrido para desperdiciar su noche de esa forma, intercambiando miradas con su hermana, quien le sonrie condescendientemente cada tanto.

Tan aburrida, hasta que sus ojos se encuentran con un peculiar cabello blanco y ojos rojos.

Ella lo examina detenidamente, es un chico que probablemente tenga su edad, viene con un hombre que saluda a todos con una estruendosa risa, y junto a ellos puede ver a Lillian, la prima de su madre.

Kohaku intenta recordar sí es que lo ha visto antes en alguna de las cenas de fin de año, él parece preguntarse lo mismo cuando sus miradas se encuentran: ¿nos conocemos? casi puede escuchar la pregunta mientras el trío se acerca hasta donde están su hermana, su padre y ella.

–¿Así que estas son las hermosas hijas de Kokuyo de las que tanto había escuchado? –pregunta el hombre con una enorme sonrisa. –Tu debes de ser la dulce Ruri –su hermana se sonroja mientras él la saluda. –Y tú debes ser la fuerte y rebelde Kohaku –ella asiente ante las palabras del hombre.

–Ruri, Kohaku, él es el nuevo socio del que les había hablado, Ishigami Byakuya –señala su padre. –Y este es Senku, su hijo.

Y es entonces que Kohaku puede recordarlo ¡claro, el chico del laboratorio de ciencias del que Chrome no puede dejar de hablar! Por su parte, él parece también haber caído en cuenta de que se han cruzado un par de ocasiones en la enfermería.

–Es un gusto, ¿verdad Kohaku?

Asiente a las palabras de su hermana, tomando un poco de la copa que ha tenido en las manos desde hacía veinte minutos y que no es hasta ahora que ha decidido tomar. Su padre ha comenzado a conversar con Byakuya, una conversación de la que Kohaku entiende solo una parte, razón por la que comienza a mirar de nuevo por toda la extensión del lugar, probablemente debería hacer caso a los consejos de Ruri y conseguir un par de amigos ahí para que las noches no sean tan largas.

Es durante sus cavilaciones que puede sentirlo, la mirada de reojo que le da Senku, una que está acompañada de una ligera sonrisa mientras continua hablando con su padre, algo que la sorprende, pero que decide dejar pasar.

Sus miradas se encuentran un par de veces más, en los momentos justos y de repente es como sí una conversación diferente se desarrollará entre ellos, casi como pasarse notas secretas. Ellos nunca han hablado, Kohaku ni siquiera recuerda haber intercambiado palabra alguna con ese chico, principalmente porque mientras él es el presidente del club de ciencias, Kohaku está dentro de los clubs deportivos. Aunque ellos comparten algunos amigos, y probablemente es lo único que tienen en común.

Pero aquí están, intercambiando miradas y sonriendo con complicidad.

–¡Oh, miren la hora! Los fuegos artificiales comenzarán pronto –anuncia Lillian, tirando de Byakuya y Ruri con ella.

Su padre sigue de cerca al trío, dejándola atrás, con Senku a su lado.

–No creí encontrarte aquí, Leona.

Kohaku bufa ante el apodo, la gente ha comenzado a llamarla así desde hace un tiempo, y aunque es mejor que la forma en que la llama Chrome, está lejos de aceptar que la llamen así.

–Mi padre da dos fiestas para el final de año, y aunque intentara escaparme de estar aquí, Ruri-nee no me dejaría –murmuró, dejando su copa cuando un mesero pasó junto a ellos.

Senku se ríe entre dientes, tomando más de su copa.

–Una leona con una única debilidad.

–¡No me llames leona! –gruñó.

Y aunque Senku parece estar divertido molestandola, Kohaku tiene que admitir que al menos eso es más divertido que estar solo mirando las pinturas en las paredes.

–Chrome me habló de tu intento de envenenar a tu amigo –suelta ella, cuando él se detiene para abrirle la puerta al jardín donde los fuegos artificiales tendrán lugar.

–¿El grandulón? –él vuelve a reírse –él no seria tan idiota como para beberse una falsa pocima de amor, aunque no por las razones más logicas.

–¿Pócima de amor? –Kohaku no había escuchado esa parte del relato, por lo que está sorprendida de escucharlo, ¿eso siquiera es posible? se pregunta con ingenuidad.

Y probablemente su pregunta sea obvia, pues él ríe más, negando con la cabeza.

–Pareces estar interesada, Leona.

–¡No estoy interesada en lo más mínimo! –gruño, llamando la atención de su hermana, Lillian, Byakuya y su padre, aún cuando

Sus mejillas son rojas, definitivamente por el enfado, y tal vez solo un poco por vergüenza.

–Podría interesarme, pero solo para ayudar a Ruri-nee y a Chrome –aclaró, con el ceño fruncido. –Chrome ha estado interesado en Ruri-nee desde que tengo uso de razón, y se que ella también. Solo necesitan un empujón –agrega, mirando a lo lejos a su hermana quien ríe con Lillian.

–La ciencia puede explicar muchas cosas, pero un cerebro enamorado es el problema más ilógico –murmuró él.

Kohaku asiente, quiere agregar algo, sin embargo el sonido de los fuegos artificiales explotando y con la luz azul iluminando el cielo, ella olvida exactamente qué es lo que iba a decir.

–El secreto de la pirotecnia es la ciencia, concretamente en una reacción de óxido-reducción en la que se libera energía.

Kohaku quiere preguntar, y de nuevo, probablemente la duda se refleje en su cara pues Senku no tarda en explicar:

–Para ello es preciso que haya una sustancia que aporte oxígeno, es decir un agente oxidante, y un combustible o agente reductor.

Kohaku ha escuchado a Chrome hablar de ciencia durante toda su vida, pero esa noche, con la luz de los fuegos artificiales iluminando su rostro mientras ella y Senku conversaban de tantas cosas, la ciencia no parecía tan aburrida.

–Kohaku, Jasper está afuera, esperándonos –Turquoise la llama, Ruri está parada tras ella, con una sonrisa cálida.

Antes de ese día, Kohaku solía sentirse aliviada cuando Turquoise y Jasper la llevaban a casa para dormir, pero esa noche es una excepción, con una ligera sonrisa se despide de Senku.

–Nos veremos después, señorita Leona.

Kohaku quiere gritar en respuesta, sin embargo Turquoise ya está caminando junto a Ruri.

–¿Puedo saber que te tiene tan sonriente? –Kohaku se sorprende por la pregunta de su hermana. –¿Es por Senku-kun?

Kohaku casi puede escuchar la diversión en el tono de su hermana, algo que hace que sus mejillas se pinten de rosa.

Estar en la noche con Senku, hablar con él hizo su noche más divertida, definitivamente estaba encantada de conocerlo.

¿Él sabría que estaba encantada de conocerlo?

Notas de la autora:

1.- Y aquí mi regalo para el evento del Santa Secreto para Karen agreste, espero te haya gustado, quería entregarlo antes, pero pasarón un par de cosillas, y bueno, para enmendar mi error, haré de este fic un Two-Shot, el próximo capítulo será la perspectiva de Senku, espero poder entregarlo antes de año nuevo, y de nuevo, espero te guste.

2.- Agradezco a quienes leen, y un poquito más a quienes dejan reviews.

3.- Personajes de Inagaki y Boichi, sin más me despido, cuídense y sayonara.