Enchated

–Nos veremos después, señorita Leona.

Senku pudo ver la molestia reprimida en Kohaku ante su apodo, y es difícil esconder la diversión en esa última interacción mientras la rubia caminaba tras su hermana y la asistente de su padre.

Senku había visto a Kohaku en la escuela muchas veces, era imposible no saber de una de las mejores deportistas de la escuela, y bueno, como alguien que pasaba muchas veces a la semana a la enfermería, Kohaku y él se habían topado un par de veces ahí.

Ella le parecía una persona por demás interesante, Tsukasa le había hablado de ella tanto, una chica con gran resistencia física, agilidad sin igual, y reflejos rápidos; Chrome, amigo de la infancia de la Leona, le había contado como ella resulta ser la hija rebelde de Kokuyo, de cómo escapaba de casa en la infancia para ir a practicar artes marciales al dojo más cercano, razón por las que su técnica es casi perfecta, y sumado a su vista de lince, ella era una gran deportista; y por último, y probablemente lo más interesante sobre Kohaku, vino de la boca de Yuzuriha, una fuente de lo más confiable, quien le contó cómo la chica aspiraba a conseguir una beca en alguna universidad cercana con ayuda de sus habilidades físicas, estudiar leyes o criminología y volverse parte de la fuerza policiaca.

Una leona tan interesante, pensó siempre que podía verla practicar, sí Tsukasa noto como su mirada solía desviarse hacia la rubia cuando él visitaba el gimnasio.

Senku no era un jodido acosador, ni por asomo, solo tenía un interés más que fundamentado en la rubia que solía cruzarse en su camino más de lo común en el último año. Tantas preguntas que surgieron después de verla competir, de verla en clases. Tantas preguntas que supo que esa sería su oportunidad de liberarse de la curiosidad cuando la miro entre la multitud.

Toda una leona enjaulada con cientos de miradas pegadas a ella. Sus sonrisas fueron más que fingidas, y Senku lo pudo asegurar entre más se acerca a ella. Las presentaciones son tan banales, ellos asintieron en los momentos correctos y el resto de la conversación son miradas donde intercambian la constante pregunta: ¿Nos conocemos?

Su concentración se dividió entre platicar con su padre y Kokuyo sobre los avances en la empresa, e intercambiar algunas miradas con Kohaku, al menos hasta que Ruri llamó la atención de todos con el recordatorio de los fuegos artificiales.

No creí encontrarte aquí, Leona.

Aprovechó la oportunidad para acercarse a la chica, divirtiéndose de la molestia que ella expresó ante el apodo.

Mi padre da dos fiestas para el final de año, y aunque intentara escaparme de estar aquí, Ruri-nee no me dejaría –murmuró, explicando la razón por la que aún permanece en el salón.

Senku se rio entre dientes, tomando más de su copa.

Una leona con una única debilidad.

¡No me llames leona! –gruñó, al fin molesta por el mote.

Una leona tan divertida.

Chrome me habló de tu intento de envenenar a tu amigo –soltó ella.

¿El grandulón? –él volvió a reír –él no seria tan idiota como para beberse una falsa pócima de amor, aunque no por las razones más lógicas.

¿Pócima de amor?

Él levantó una de sus cejas, es extraño que una chica como ella se preocupe por eso.

Pareces estar interesada, Leona.

¡No estoy interesada en lo más mínimo! –gruño. –Podría interesarme, pero solo para ayudar a Ruri-nee y a Chrome –aclaró, con el ceño fruncido. –Chrome ha estado interesado en Ruri-nee desde que tengo uso de razón, y se que ella también. Solo necesitan un empujón –agregó, con esa determinación propia de una leona.

La ciencia puede explicar muchas cosas, pero un cerebro enamorado es el problema más ilógico –murmuró él.

El estallido de los fuegos artificiales interrumpe cualquier cosa que Kohaku estuviera a punto de decir, probablemente para refutar su punto.

El secreto de la pirotecnia es la ciencia, concretamente en una reacción de óxido-reducción en la que se libera energía –explico, con los ojos en el cielo, pero mirando de reojo a la rubia. –Para ello es preciso que haya una sustancia que aporte oxígeno, es decir un agente oxidante, y un combustible o agente reductor –continuo, como respuesta a la interrogante en los ojos azules.

Esos ojos azules, tan grandes y llenos de tanto brillo, reflejando la pirotecnia en ellos y tantas cosas cada que la veía, tan ridículo como sonaba, pero de alguna forma parecía verdad.

–Kohaku-chan es muy linda, ¿no? –su padre lo saca de sus cavilaciones con un ligero golpe en el costado.

–Es interesante –admitió, rodando los ojos ante las insinuaciones del mayor.

Las conversaciones de trabajo entre Byakuya y Kokuyo se reanuda justo donde la dejaron, y él continúa opinando, riendo entre dientes ante las miradas poco fiables que le lanza Kokuyo de vez en cuando, dudando muy posiblemente de sus conocimientos, aunque bueno, no sería la primera vez en la que nadie lo toma en serio por ser un estudiante de instituto.

Y aún cuando se encuentra analizando la propuesta de Kokuyo para invertir en el extranjero, la misma pregunta se mantiene en su mente: ¿La única razón por la que Kohaku estaría interesada en una fórmula del amor es el más que latente interés entre su hermana y Chrome? ¿O la Leona puede estar enamorada de algún chico?

Se lo sigue preguntando incluso de camino a casa, su intercambio no consto de más de diez minutos, más miradas que palabras, y aún así Senku se siente como un idiota por la sonrisa que quiso tirar de sus labios el resto de la noche.

Dos de la mañana y lo único en lo que puede pensar es en abordar a la Leona después de su primera clase, ¿ella lo verá como un acosador? Espera que no, él no lo es, al menos no de la forma espeluznante en la que lo son el resto de chicos, el solo quiere tener la oportunidad de desenmarañar todos los misterios que le han seguido al nombre de Kohaku, y una pequeña parte de él, aquella que no es lógica, espera que su suerte sea lo suficientemente buena para que ella no revele algún novio secreto o amor platónico.

Y entre tanta maraña de pensamientos lo único de lo que está seguro es que está encantado de conocerla.

Notas de la autora:

1.- Y aquí la segunda parte de mi regalo para el evento del Santa Secreto para Karen agreste, lamento haber tardado tanto, pero tuve que resolver algunas cositas de la escuela, lo siento en verdad, igual, espero te haya gustado, porque a mi me encanto, pude experimentar una nueva fórmula, Senku enamorándose de Kohaku antes, y siendo un pequeño -gran- admirador secreto de ella jajaja.

2.- Agradezco a quienes leyeron la primera parte, y un poquito más a quienes dejaron reviews.

3.- Personajes de Inagaki y Boichi, historia inspirada en la canción homónima de Tylor Swift y de Owl city sin más me despido, cuídense y sayonara.