Veintiocho: El primer partido.
El mes de noviembre avanzaba como cualquier otro, lleno de variados acontecimientos, haciendo que las intrusiones a las casas de Gryffindor y Hufflepuff se convirtieran en malos recuerdos para los afectados. Henry les contó a sus amigos lo que había pasado el día de Muertos, por lo que Rose se enteró que su padre por fin había vuelto al país, lo que la puso muy contenta. Además, los ocho amigos estaban muy nerviosos, pues se acercaba el primer partido de quidditch de la temporada: Gryffindor contra Slytherin. Los entrenamientos de los equipos de ambas casas se intensificaron, tanto para los miembros oficiales como para los suplentes, y la Orden del Rayo lo resintió en la última reunión que tuvieron antes del partido, pues Hally, Rose, Henry, Danielle, Sunny y Walter estaban tan cansados que apenas si pudieron aportar su grano de arena a la reunión. Ryo y Amy lo entendieron, pues sabían por experiencia propia lo agotadores que eran los entrenamientos y se mostraron pacientes.
—¡Terminé! —suspiró Rose cuando por fin pudo dejar la pluma a un lado. Miró por la ventana de la biblioteca, donde ella y sus amigos estaban en aquella tarde llena de lluvia y viento —Me hubiera gustado estar afuera, pero con semejante tormenta...
En ese preciso instante, un relámpago iluminó gran parte del cielo y segundos después, el trueno retumbó en los oídos de la mayoría de los del castillo.
—Ojalá que el día del partido no esté así —deseó Hally, guardando sus libros en la mochila —Sería horrible tener que jugar con ese viento y con tanta lluvia.
—Aunque primero tendríamos que ver si nosotros jugaremos con este clima —recordó Henry.
—Buen punto —concordó Sunny, reclinando la cabeza en la mesa —Pero la verdad estoy muy nerviosa. Nunca he volado en presencia de tantas personas.
—Vuelas muy bien —le aseguró Walter —Y si fallas en algo, no importa. Nadie es perfecto.
Sunny sonrió a medias, pero eso no la animaba. En la semana, los jefes de las casas habían informado que se invitaría a todos los padres de familia a presenciar los partidos de quidditch del colegio. Ella estaba entusiasmada con la idea de poder volar y tal vez, con un poco de suerte, jugar en los partidos, pero la idea de que sus amigos serían observados por sus padres y ella no, la hacía sentirse indispuesta. Lentamente alzó la cabeza, frunciendo el entrecejo, guardó sus cosas y se puso de pie.
—Nos vemos en la cena —dijo —Estoy muy cansada.
—¿No nos esperas? —se extrañó Danielle, quien todavía estaba un tanto ocupada con un mapa de Astronomía junto con Walter.
—No, lo siento —Sunny esbozó una sonrisa triste —Con tanta tarea me duele la cabeza. Me voy a recostar un rato.
Danielle y Walter no tuvieron inconveniente y la dejaron ir. Sunny salió de la biblioteca, sacó un pequeño bloc de hojas blancas y revisó lo que tenía en él. Aquel bloc lo tenía desde sus días en el orfanato y en él dibujaba todo aquello que le llamaba la atención. Tenía dibujos de árboles, flores, animales y demás. Se detuvo en la copia que había hecho del escudo de su casa y se preguntó porqué su símbolo sería una serpiente. A ella esos animales siempre le habían dado mucho miedo. Llegó a la entrada de la sala común, murmuró la contraseña (Realeza) y entró cautelosamente, cuidando no encontrarse con los insoportables de Brandon y compañía. Por fortuna no estaban en la sala común, por lo que subió a su dormitorio y allí, para tormento suyo, allí se hallaban Brandon y Scott, discutiendo animada y frívolamente sobre los partidos de quidditch. Sunny no hizo ruido mas que para recostarse en su cama y correr las cortinas color verde oscuro de la misma. Se estuvo allí un buen rato, mirando el dosel y oyendo los cuchicheos agudos de Brandon y Scott, hasta que se quedó dormida. Realmente le dolía la cabeza, pues cuando sintió que la sacudían de un lado a otro, abrió los ojos y lo primero que hizo fue llevarse una mano a la frente.
—¡Ay! —se quejó, para luego fijarse bien en quien la sacudía —¿Danielle?
—¿Estás bien? —preguntó la rubia, sentándose en la orilla de la cama —No bajabas a cenar y por eso Walter me sugirió que viniera a buscarte. Parece como si estuvieras enferma.
—No, sólo que sigue doliéndome la cabeza —Sunny se sentó —Aquí estaban Scott y Brandon, hablando hasta por los codos, y no me dejaban dormir. Pero mejor vamos a cenar.
Las dos niñas salieron de la habitación, dejaron la sala común y se dirigieron al Gran Comedor. Se sentaron a un lado de Walter, que comía lentamente su ración de carne asada y que levantó la vista al verlas llegar.
—Hay que cenar bien, chicas —Walter sonrió —Eso ayuda a tener energía.
Las dos sonrieron y se sirvieron algunas cosas. Luego de la cena, se fueron a sus dormitorios un poco más tranquilos, pero Sunny todavía tenía un vago dolor de cabeza. Pensó que quizá era por todo el trabajo que había tenido en la semana y trató de dormir pronto, pero era evidente que entre más trataba, menos podía dormir.
En un lugar sumamente escondido de Londres, un callejón de los más oscuros y descuidados por los ciudadanos, un par de personas se reunían con absoluta discreción. Una de ellas, con la cara cubierta con una capucha, era la más alta de las dos. La otra persona, también con la cara cubierta, alzó la vista.
—Mira, amigo, ya me cansé de todo esto —dijo la voz grave de un hombre, con fuerte acento extranjero —Dijiste que todo terminaría con la entrega de Anom Nicté y ahora resulta que lo dejaron libre¿comprendes lo que quiere decir?
—Claro que lo comprendo —dijo la otra persona encapuchada, que también era un hombre. Tenía una voz fría y burlona que arrastraba ligeramente las palabras —Pero no creo que tengan la menor sospecha sobre ti. Además, para encontrarte tendrían que recurrir a la Secretaría de Magia de tu país y sinceramente, lo veo imposible. Los magos de allí son muy renuentes a tratar con los extranjeros.
El otro hombre asintió.
—Entonces, lo único que tengo qué hacer es seguir con la farsa —aventuró.
—Exacto —el hombre más alto rió suavemente —Nadie tiene la menor idea del cambio. Sólo mantente un poco más alerta. Por lo que me cuentas, por poco te descubren.
—Sí, pero no pasó a mayores. Además, ten por seguro que me encargaré de esa chiquilla tonta. Después de todo, a nadie le importa. Ya me informé.
Ambos hombres rieron tenuemente, pero con un inconfundible tono de crueldad. Y el hombre más bajo, luego que el otro desapareció sin dejar rastro, empezó a hablar para sí mismo en un idioma de los que agrupan en las lenguas romances, por tener su origen en el latín: el español.
—Ya verás cómo me hago cargo de la metiche —su tono era el de un país de Latinoamérica con gran cultura, pero escasos magos —Y para eso, aprovecharé el partido de quidditch de la próxima semana.
Acto seguido, este hombre también desapareció de aquel callejón sin dejar rastro.
La semana anterior al partido de quidditch entre Gryffindor y Slytherin se pasó de manera extraña, como a saltos. En un momento era lunes en la mañana y al siguiente, miércoles por la tarde. Luego de eso, al llegar el sábado, los miembros de ambos equipos desayunaron lo mejor que pudieron debido a los nervios, los cuales también encontraron presas en los suplentes. Los de primer año tenían el deber de estar bien plantados alrededor del campo de quidditch, en el aire, para cuando tuvieran que entrar en acción, entraran al juego sin perder demasiado tiempo. Hally, Rose y Henry estaban algo nerviosos, pero sabían que Danielle, Sunny y Walter estaban iguales o peores que ellos. Al salir del Gran Comedor rumbo al campo de quidditch, Ryo y Amy les desearon buena suerte a sus amigos y les dieron a entender por señas que los apoyarían con todas sus fuerzas en caso de que entraran a jugar. Los seis miembros de la Orden implicados en el partido de ese día se sentían menos inquietos por ello. Cada uno se fue a sus respectivos vestidores, para alistarse para el partido. Hally se sintió especialmente emocionada cuando se puso la túnica roja de quidditch que tenía bordado su apellido en la espalda con hilo dorado, sobre las palabras "suplente del buscador". Esperaba que sus padres hubieran podido asistir, pero también deseaba que los padres de Rose fueran, sobre todo Ron Weasley. Estaba segura que a Rose le daría mucho gusto verlo por primera vez.
—Muy bien, equipo —empezó John Weasley, cuando todos estuvieron listos y con escobas en mano —Estamos por jugar nuestro primer partido de la temporada. Hay que dar lo mejor para demostrar porqué hemos estado ganando la copa en los últimos años¿no les parece?
Todos los miembros del equipo se mostraron gratamente entusiasmados. Los suplentes también, aunque sabían que tal vez, no podrían jugar ese día.
—Ahora, suplentes —volteó a ver a los de primer año —Ya saben lo que tienen qué hacer. En cuanto uno de nosotros no pueda seguir jugando por orden del profesor Krum, ustedes entrarán según como los asignamos. Sobre todo tú, Hally —la miró fijamente —pues el trabajo del buscador es difícil y esos de Slytherin, lo admito, tienen un buen buscador. Pero esperemos que nuestra nueva buscadora nos haga quedar muy bien —le sonrió benévolamente a Janice Edmond, la amiga de Dean —Así que ya dicho todo lo importante, salgamos. Ya es hora.
Mientras John se dirigía de esta forma a su equipo, Blake le hablaba de forma cortante al suyo. Le daba a entender que había que ganar el partido a como diera lugar y parecía mirar con especial fiereza a la nueva guardiana, Felicity Vincent, una chica alta, robusta, morena y de cabello largo y castaño, atado en ese momento en una relamida cola de caballo. A los suplentes de primer año sólo les dijo con brusquedad.
—En cuanto vean la señal de Krum de que deben entrar, lo hacen. Ahora todos, ya es hora.
Sunny no pudo estar más complacida por las condiciones del partido. Aunque el día estaba nublado, no había ni viento ni lluvia y el sol lograba dar suficiente luz para ver con claridad. Los equipos fueron saliendo, siendo nombrados sus integrantes por Jason Bradley, el inquieto amigo de Ángel y John Weasley, acompañado por Jack Ripley, de séptimo curso de Ravenclaw. Desde hacía unos años, Hogwarts había creído que si había dos comentaristas de distintas casas, la narración no sería tan parcial, pero al menos en el partido de Gryffindor contra Slytherin, la idea no acababa de funcionar.
—¡Bienvenidos, damas y caballeros, al primer partido de la temporada de quidditch del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería! —anunció Jason con entusiasmo —Aquí vemos salir al equipo de Gryffindor, uno de los mejores de los últimos años —hubo unos cuantos abucheos en las gradas ocupadas por la casa de la serpiente, que se veía como un sólido bloque verde —Sus miembros son los siguientes, amigos: como cazadores, Ángel Weasley, Dean Longbottom y el capitán John Weasley —un estallido de aplausos de la parte de Gryffindor, que era totalmente escarlata, resonó en todo el estadio. Sun Mei Mao, con sus amigas de Ravenclaw, aplaudió muy sonriente al oír el nombre de John —Como golpeadoras, las primas Frida y Gina Weasley —más aplausos por parte de los aficionados de la casa de los leones —Como nuevo guardián, un descubrimiento que está en segundo año, Lawrence Finnigan —Cecil Finnigan sonrió con orgullo al ver a su hermano —Y como nueva buscadora, la señorita Janice Edmond, de quinto curso.
El equipo de Gryffindor tomó sus posiciones, y enseguida hizo su aparición el equipo de Slytherin, al que Jack Ripley se encargó de presentar.
—Bueno, espectadores, aquí tenemos al equipo verde y plateado de Slytherin. En la posiciones de los cazadores, están Peter Stewart, Frederick Hall y Patrick Malfoy —un coro de ovaciones surgió de la gente de Slytherin —En las posiciones de golpeadores, Allan O'Neill y el capitán, Michael Blake —al salir este par de grandulones, sonaron más abucheos que aplausos —En la posición de guardiana, la recién colocada en el puesto Felicity Vincent, de sexto año y como buscador, el que tiene facha de no romper ni un plato...
—¡Ripley! —le llamó la atención la profesora McGonagall.
—Perdón —se disculpó Jack al instante —Como decía, el buscador es William Bluepool.
Hubo unos cuantos aplausos mientras el equipo de quidditch de Slytherin se colocaba en sus puestos, frente al de Gryffindor. Enseguida, a una señal del profesor Krum, quien también sería el árbitro de los partidos, los suplentes de ambos equipos salieron en formación.
—Y ahora, por primera vez en la historia, les presentamos a los suplentes de los equipos, de primer año —Jason hablaba con mucho entusiasmo y contagiaba al público, pues éste gritó con alegría de inmediato —Aquí les va la lista: como cazadores, Creevey, Fullerton y Richards; como golpeadores, Graham y Blackson —Amy y Ryo, sentados uno a un lado del otro, aplaudieron fuertemente al ver a Henry –Como guardiana, Weasley –algunos dejaron de aplaudir, pero por fortuna ninguno de Gryffindor —y por último, como buscadora¡Potter!
El estrépito fue total, a excepción de la parte verde. A continuación, siguió la presentación de los suplentes de Slytherin, pero fue notorio que Danielle Malfoy, Sunny Wilson y Walter Poe no eran del agrado de sus compañeros de casa, pues éstos mantuvieron un silencio de piedra. Luego de eso, se hizo el silencio porque el profesor Krum había ingresado al campo para comenzar el juego. Se escuchó un silbatazo potente y claro y la quaffle se vio en el aire
—¡Ésa fue una excelente atrapada por parte de Dean Longbottom! —alabó Jason —Ahora se la pasa a John, quien tiene que burlar a Stewart para avanzar...
—¡Uy! Eso estuvo cerca —soltó Jack Ripley —Una bludger por parte del capitán de Slytherin, Blake. John Weasley dejó caer la quaffle, pero su primo Ángel la recogió. La lleva directo a los aros, la guardiana Vincent se pone alerta, Ángel hace una finta para pasarle la pelota a Longbottom, éste tira y...
—¡Diez puntos para Gryffindor!
Los aficionados estallaron en vivas, mientras Dean era felicitado a señas por sus primos por la primera anotación del partido. El juego se reanudó rápidamente, sólo para que John anotara el segundo tanto del partido casi de inmediato.
—¡Un buen tiro por parte de John Weasley! —aseguró Jason, con un megáfono mágico rojo en las manos —Muy bien, se reanuda el partido, estando Hall en posesión de la quaffle...
Los suplentes no podían mas que observar, vigilando de cerca los movimientos de sus compañeros. Hally le ponía especial atención a Janice, que volaba con sigilo de un lado a otro para buscar la pequeña snitch. William Bluepool, al otro lado del campo, hacía lo propio.
—¡Anotación! —soltó Jack. Él sostenía un megáfono azul —Ya son treinta a cero a favor de Gryffindor, ese tiro por parte de Ángel Weasley fue formidable, nunca creí que lo conseguiría.
—Estoy de acuerdo contigo, Jack, Vincent le estaba dando batalla —Jason sonreía —Pero bueno, se reanuda el juego, Malfoy entra en posesión de la pelota...
Patrick Malfoy tenía la quaffle en su poder y estaba burlando a los tres cazadores de Gryffindor con mucha dificultad. Sin tener otro remedio, le pasó la pelota a Stewart, quien la atrapó al instante, pero una bludger que dio directo en la cola de su escoba lo descontroló, lo hizo caer de costado y de paso, soltar la quaffle.
—¡Válgame, que bludger más potente lanzó Frida Weasley! —exclamó Jack, totalmente impresionado —Al parecer, le dañó la escoba bastante.
—El profesor Krum se acerca a Stewart para saber si puede seguir y... —Jason dejó la frase en suspenso hasta que se oyó un silbatazo —¡Ahí lo tienen, señores! El profesor Krum dejó claro que tanto la escoba como el brazo derecho de Stewart no están en condiciones de seguir. Es la señal para la entrada del suplente de Stewart, que según los registros, es... ¡Oliver Mackenzie!
Un niño castaño de túnica verde, alto, de tez clara y expresión fría, voló de inmediato hacia el profesor Krum, quien al verificar que era el anunciado, remontó el vuelo nuevamente y dio el silbatazo indicado para proseguir.
—Ahora veremos si los suplentes fueron bien escogidos —comentó Jason con un tono que daba a entender que lo dudaba mucho —Bien, Slytherin tiene la pelota, Hall evade por poco a Longbottom, ahora se acerca al área de anotación, lo bloquea Ángel Weasley, pero le pasa el balón a Malfoy, Malfoy se acerca, le hace una finta al nuevo guardián, Finnigan y... —Jason deja de hablar, pues una ovación se alza desde las gradas ocupadas por los Slytherin's
—Anotación para Slytherin hecha por Malfoy —dice Jack seriamente, terminando la frase por Jason —Buen engaño, debo decir, pues por un momento pareció que Malfoy se la iba a pasar a Mackenzie, pero al final no fue así¡tendrás que ponerte las pilas, Finnigan!
Se veía que Lawrence Finnigan se había puesto un poco nervioso por su falla, pero se recuperó en el acto. El juego continuó, pudiendo Gryffindor marcar otras tres veces, mientras que Slytherin apenas si pudo anotar otro tanto con ayuda de Mackenzie. Con el marcador cincuenta a veinte a favor del equipo rojo, lo único que hacía falta era que Janice hallara la snitch, la atrapara y el partido lo tendrían ganado. Pero en un momento dado, cuando Malfoy se acercaba de nuevo a los aros de gol, una bludger inesperada lanzada por Blake le dio de lleno a Finnigan en el hombro izquierdo y el chico, gritando de dolor, bajó lentamente a tierra, sin poder evitarlo, pues había perdido parcialmente el control sobre su escoba. Cecil Finnigan, en las gradas, se puso de pie de un salto y también su padre, que estaba sentado en el espacio destinado a los padres de familia. El profesor Krum fue a revisar al chico, que había aterrizado con mucha dificultad, y al percatarse de que tenía dislocado el hombro, silbó dos veces, cada una de ellas con distinta tonalidad. Jason y Jack, que tenían bastante experiencia en esas cosas, comprendieron al instante lo que eso significaba.
—¡Falta! —anunció Jason, lo que provocó abucheos de parte de la gente de Slytherin —Al parecer, el ataque con la bludger fue ilegal, por lo que hay penalti a favor de Gryffindor.
—Y el otro silbatazo, damas y caballeros —prosiguió Jack —anuncia que debe entrar el suplente de Finnigan, que según el registro, es la señorita Rosaline Weasley.
Rose, al oír eso, bajó de inmediato hasta plantarse cerca del profesor de vuelo. Él la miró por un segundo, sonrió débilmente y asintió, silbando la continuación del juego.
—Ahora veremos a un miembro más de la dinastía Weasley en acción —comentó Jason con emoción —Rosaline (Rose para familiares y amigos) parece haber heredado excelentes capacidades para el quidditch y pronto veremos si es verdad. Longbottom se prepara para cobrar el penalti, tira, Vincent logra bloquearlo¡qué lástima! Pero bueno, continúa el juego...
El partido se fue haciendo más largo, lo que tenía a la multitud fascinada y un tanto cansada al mismo tiempo. Gryffindor logró anotar otras dos veces, haciendo más grande la diferencia, y todo porque los tres cazadores sabían cómo jugar juntos. En cambio, los cazadores de Slytherin rara vez se unían para hacer una jugada, por lo que perdieron buenas oportunidades para anotar. Bueno, por eso y por el trabajo de Frida y Gina, que al lanzar las budgers con admirable puntería, desestabilizaban a los contrarios. De pronto, una exclamación del público hizo que Jack se fijara en un punto por encima de los aros de Slytherin.
—¡Damas y caballeros, Edmond y Bluepool, los buscadores, se dirigen hacia la snitch! Parece ser que es una competencia reñida¿alguno la atrapará antes que se pierda de vista?
Janice y William, a pesar de estar concentrados, disfrutaban de la sensación de volar a toda velocidad. Se veía como si ella fuera a atrapar la snitch, pero una bludger negra y pesada, lanzada de improviso, le dio de lleno en el estómago y la desvió de su rumbo. Por su lado, a William la otra bludger lo hizo parar su carrera y encoger la diestra, pues por poco se la rompe. Y en esos preciosos segundos, la dorada pelotita desapareció.
—¡Para mí que fue falta! —exclamó Jason al instante, al ver a Janice Edmond aterrizar, con una mano en el estómago.
—¡Bradley! —le llamó la atención la profesora McGonagall, sentada tras él y Jack.
—Disculpe, profesora, pero es que me indigna...
—Concéntrese y sea imparcial —pidió la directora, dirigiéndole una mirada severa.
—De acuerdo —aceptó Jason de mala gana —El profesor Krum va a revisar a Edmond, para saber si podrá continuar. Mientras tanto, Bluepool aprovecha para seguir buscando la snitch y los demás jugadores esperan la resolución del árbitro.
Hubo un momento de tensión que se disipó cuando los aficionados de Gryffindor empezaron a aplaudir al ver a Janice volar nuevamente.
—Parece que Edmond no tiene nada grave —anuncia Jack —El señor Krum reinicia el juego y Slytherin tiene la quaffle, Mackenzie la lleva, se la pasa a Hall, quien se la pasa a Malfoy... ¡Zaz¡Una bludger por parte de Gina Weasley le da de lleno en la cara a Malfoy! Quien obviamente, deja caer la quaffle y se lleva las manos a la cara. El profesor Krum se aproxima de inmediato...
El partido se estaba convirtiendo en algo fuera de lo común, pues los accidentes estaban a la orden del día por momentos. Tras una rápida inspección, el profesor Krum dio un silbatazo.
—¡Ya oyeron, amigos, Malfoy no puede seguir! —dijo Jason, sin poder disimular un dejo de triunfo en la voz —La bludger, si no veo mal, le rompió la nariz. Y entonces, el profesor Krum ha ordenado que entre su reemplazo. El registro indica que se trata de la señorita Sunny Wilson.
Sunny se acercó de inmediato al árbitro, quien casi al instante da el silbido correspondiente para que el juego siga. Sunny se dispone a hacerlo lo mejor que pueda, pero sabe que si no se pone lista, no la incluirán en el juego. Se mantiene cerca de sus compañeros cazadores, esperando el momento propicio.
Pero una vez más, los ojos de público y jugadores se vuelven hacia los dos buscadores, que esta vez descendieron en picada hacia un punto localizado en el área de Gryffindor. Janice estaba siguiendo a Bluepool, quien empezó a bajar primero, pero no ve la snitch por ningún lado. Muy tarde descubre que es una trampa, pues en el momento en el que Bluepool hace un giro brusco para recuperar la horizontal, ella se distrae y cae al suelo, estrellándose. El profesor Krum indica tiempo muerto con su silbato y se dirige hacia la buscadora.
—Esperemos que Edmond pueda seguir jugando —desea Jason, observando con Jack la escena —El profesor Krum la examina de arriba abajo, trata de hacerla reaccionar y...
Un silbatazo inesperado desconcierta a la multitud.
—¡Parece ser que Janice Edmond quedó inconsciente por ese golpe! —Jack se mostraba un poco preocupado, mientras que la gente que apoyaba a Gryffindor soltaba una especie de lamento colectivo —El profesor Krum acaba de solicitar que entre su reemplazo, que no es otra que la señorita Hally Potter. Si no mal recuerdan, damas y caballeros, los Potter también son una familia de extraordinarios jugadores de quidditch. Ahora veremos si esa fama es bien ganada. La señorita Potter se dirige al árbitro, éste le da el visto bueno y recomienza el juego.
El gentío se puso eufórico y en las gradas de los padres de familia, los Potter no eran la excepción. Estaban sentados en primera fila, junto con los padres de Rose, la madre de Henry y las respectivas madres de Dean y los dos pares de gemelos Weasley.
—Veremos si Hally es tan buena como tú, Harry —comentó el señor Ron —Yo lo dudo.
El señor Potter sonrió.
—Pues lo mismo decimos de Rose, en ese caso —soltó en son de broma la señora Potter.
Ahora fue el señor Ron quien soltó una carcajada.
El partido estaba alcanzando niveles más rápidos y con tácticas más elaboradas por parte de los cazadores de Gryffindor, al ver que la guardiana Vincent no era tan fácil de burlar como al principio. En tanto, los Slytherin's se estaban confiando en el hecho de que si lograban llegar hasta los aros de gol, podrían meterle fácilmente un gol a Rose. Con esa idea, Hall esquivó las defensas de Gryffindor, una bludger enviada por Frida y se colocó frente a Rose, quien lo miraba con la concentración reflejada en el rostro. Hall sonrió burlonamente, hizo su tiro hacia el aro que veía a izquierda y...
—¡Hall falla estrepitosamente! —grita Jason con entusiasmo, al tiempo que los fanáticos del equipo escarlata aplaudían felices —La suplente Rose Weasley ha demostrado su casta¡esa parada fue espectacular! Digna de un Mundial, diría yo.
—No cantes victoria tan rápido, Jason —alertó Jack —La quaffle fue atrapada por Sunny Wilson, de Slytherin, aprovechando el despeje que hizo Weasley hacia donde ella estaba. Wilson se acerca velozmente a los aros, Weasley se prepara y...
Lo que pasó a continuación fue de verdad espectacular. Rose se lanzó al aro preciso al que Sunny lanzó la quaffle, el del centro, pero por escasos centímetros no logró atrapar la pelota. Como resultado, Slytherin había anotado otros diez puntos.
—¡Anotación para Slytherin! —Jack hizo una mueca al anunciar eso, mientras las porras del equipo verde saltaban de gusto —Sunny Wilson demostró que sabe valerse de las circunstancias y que tiene buen ojo. Eso deja el marcador en setenta puntos a treinta, a favor de Gryffindor.
Hally no perdía detalle del partido a través de los comentarios de Jason y Jack, pero tenía casi todos sus sentidos puestos en atrapar la snitch. La alegraba que Rose hubiera hecho una buena parada y que Sunny hubiera conseguido un tanto, aunque fuera en su contra. Ahora ella tenía que demostrar que era buena. Vio un destello, pero resultó ser del reloj de pulsera de Gina Weasley. Por su parte, Bluepool también creyó ver algo dorado, pero era un destello del nombre de la escoba de Vincent. Al fin, volando sobre el medio campo de Slytherin, vio casi al ras del suelo una mota de oro que se movía de un lado a otro, como inquieto pajarillo. Se lanzó en picada, siendo seguido de cerca por Hally, que había visto lo mismo que él.
Los demás jugadores se percataron poco de eso, pues seguían metidos de lleno en el asunto de anotar puntos. Sólo Rose, luego de parar un tiro de Hall, y Sunny, que seguía de cerca a Longbottom para marcarlo, notaron ese brusco movimiento.
—¡Los buscadores se precipitan hacia el suelo! —informó Jason, haciendo que el público contuviera el aliento —Parece ser que esta vez no es ninguna estratagema de Bluepool¿alguno ve la snitch mejor que yo?
El público miró atentamente el vuelo de ambos jugadores, esperando que los dos salieran bien librados. Muchos deseaban que Gryffindor ganara, por lo que dieron un bramido de disgusto al ver a Bluepool alzarse, mientras que Hally seguía descendiendo, como si fuera a estrellarse igual que Janice.
—Tal parece que fue otro engaño —comentó Jack con pesar, pero puso cara de sorpresa cuando se fijó mejor —¿Pero qué rayos está haciendo Potter volando al ras del suelo?
Hally había descendido mucho, pero no se había estrellado, sino que había recuperado la horizontal repentinamente y ahora volaba tan bajo que su túnica casi rozaba el suelo. William, en cuanto observó bien, supo porqué: a él la snitch se le había perdido de vista, pero a Hally no. Ella sí vio el cambio de dirección de la pelota y la estaba persiguiendo. El chico se pasó la mano por su despeinado cabello y siguió de inmediato a la minúscula pelota, esperando atraparla antes que Hally. Los espectadores contuvieron el aliento, mientras que los cazadores seguían haciendo su trabajo aunque no les hacían mucho caso, por lo que no hubo muchos aplausos cuando Ángel Weasley consiguió otro tanto, dejando el marcador en ochenta a treinta.
Frida Weasley, en cuanto tuvo oportunidad, lanzó una bludger hacia donde calculó que frenaría la carrera de William y le daría algo de ventaja a Hally. La táctica funcionó, pues la bludger pasó justo a un costado de Bluepool y lo hizo dar un viraje brusco que lo retrasó en su vuelo. Pero esa jugada le costó cara a Frida, porque en el preciso instante en el que Hally atrapó la snitch entre gritos y silbidos de la gente y exclamaciones de Jason Bradley y Jack Ripley, recibió un golpe de bludger en la espalda, muy cerca de la nuca, lo que la hizo bajar bruscamente al suelo. El equipo de Gryffindor, tanto titulares como suplentes, corrió de inmediato hacia Frida, quien se había desmayado a causa de la caída.
—Fue el idiota de Blake —masculló John —La llevaremos a la enfermería de inmediato.
—¿Y quién se encargará de darle su merecido a Blake? —espetó Ángel, indignado, al tiempo que sacaba la varita y hacía aparecer una camilla con un floreado movimiento.
—El profesor Krum lo está amonestando ahora mismo —informó Hally, con la snitch aún en la mano —En cuanto anunció que ganamos el partido, fue directo hacia él.
La afición de Gryffindor estaba encantada de la victoria del equipo, pero querían saber cómo se encontraba la golpeadora que había sufrido aquel ataque ilegal. Al retirarse del campo, tras Ángel y John (que llevaban a Frida en la camilla), Hally y Rose se hallaron con Walter, quien había aterrizado casi inmediatamente después de que acabó el partido.
—¿Cómo está tu prima? —le preguntó a Rose.
—No sabemos —respondió la niña —Se desmayó.
Tras Walter, Danielle se acercó con escoba en mano.
—Fue un buen partido, a pesar de todo —comentó Danielle.
—Buena atrapada, Hally —dijo Walter.
—Gracias, pero ahora vamos a la enfermería —Hally señaló al resto del equipo —¿Vienen?
—Claro —Danielle se veía triste —Quiero saber cómo está Pat.
Cada uno fue a sus vestidores, se cambiaron las túnicas y se encontraron fuera del estadio.
—¿A dónde se fue Henry? —quiso saber Rose.
—¡Aquí estoy! —Henry seguía vestido con la túnica roja de quidditch, cargaba su escoba y venía seguido por unas cuantas personas —Rose¿adivina quién vino a verte?
Pero Rose no le contestó. Prefirió soltar su escoba, correr como loca y echarle los brazos al cuello a una de las personas que seguían a Henry. Alguien a quien había querido conocer desde hacía mucho tiempo.
—¡Papá!
