Caso 2 Alumnos del salón 4B
Era mi segundia dia como psicopedagogo del colegio, ya había podido acomodar mi "consultorio"
Tenía listo hasta un diván, aunque creo que estaría más de adorno, le otorga seriedad a mi trabajo.
Observe detenidamente cada rincón de la pequeña sala
- Perfecto, todo en orden
TOC TOC
La puerta se abrió. Pero no esperaron si quiera que me acercara a abrirles.
- Bien parece que ya te acomodaste – dijo una voz femenina al entrar
Era la directora de la institución. Recuerdo que la vi una vez cuando me realizaron la entrevista de trabajo, pero desde ese día es la primera vez que nos vemos. Creo que su nombre era Fiora
- Si, ya acomode todas mis cosas. Puedo empezar en cualquier momento – conteste
Dije eso, ya que no consideraba la visita de la alumna de ayer, porque aún no tenía todo organizado en ese entonces.
Sé que la mujer delante mío tenía el cargo de Directora. El único detalle que me llamaba la atención era su forma de vestir. Provocativa, ¿buscaba ser el centro de atención?
Debía tener cuidado con eso, algunas veces cuando analizas a las personas tus ojos se mueven solos. Peor si eres un hombre, ustedes saben a lo que me refiero
Mis pensamientos los interrumpió ella, se sacó los lentes de montura negra y los sostuvo con la misma mano del brazo que coloco rodeando su cintura.
- Necesito de su ayuda.
No había forma de negarse. Soy un adulto y tengo que cuidar mi trabajo.
- Bien, acepto. ¿Que es lo que necesita directora? - conteste
- Necesito un profesor suplente, solo será por una o dos semanas.
- ¿Profesor suplente? , soy psicopedagogo, no docente.
Ella me miro a los ojos esperando una apertura, pero saco un argumento eficaz, mi contrato
- Su contrato, dice que de ser necesario usted ejercerá el cargo de docente si el establecimiento lo requiere.
Podría haber dado mil y un excusas, pero simplemente levante un poco los hombros y dije
- Esta bien, pero
- ¿Pero?
- Pero necesito un par de cosas primero
Su mirada era fría, como si su pedido no hubiera sido escuchado.
- No se preocupe, solo necesito buscar un par de cosas y vamos – conteste con serenidad
Cinco minutos después ya estábamos afuera del salón. Como toda aula de estudiantes con hora libre, el ruido se podía escuchar desde afuera fácilmente.
- Entonces mi trabajo es dar clases a estos alumnos – dije mientras apuntaba hacia la puerta corrediza que era la entrada al salón
- Si – contesto secamente la directora
- Aja, ¿y que fue lo que paso con el anterior profesor de psicología? - pregunte
- Eso, no es de su incumbencia. Haga lo mejor que pueda profesor, le deseo suerte.
Dicho esto, la directora abrió la puerta corrediza del salón y yo entre.
Los 32 alumnos del salón, vieron como entraba con un tazón de frutas en la mano. Camine tranquilo y coloque el tazón sobre el escritorio que me correspondía.
Por momentos, recordé la secundaria, aquellos momentos que había que ponerse en frente de los compañeros y exponer.
Extendi mi mano hacia el tazon de frutas y tome una mandarina. Mire hacia la puerta y note que la directora ya me había dejado a mi suerte. Ante esto mire a todos los chicos, algunos siquiera se tomaron la molestia en escucharme, otros incluso me daban la espalda por que seguían hablando con sus amigos. La única que estaba mirándome atenta, era la alumna del ultimo asiento de atrás de la esquina izquierda. Era la niña que hablo conmigo ayer, se llamaba Zoe ¿no?
Levante una mano como saludo a ella, y comenzaría la clase.
¿Por que tome la mandarina? Es simple, por que tenía un olor penetrante
- Enseñar piscología, es como comer una mandarina – fue lo primero que dije mientras lentamente quitaba pedacito por pedacito la cascara de la fruta. Me asegure de apretar también esos trocitos con los dedos para que fácilmente el aroma de la fruta viaje por todo el salón.
Poco a poco todos empezaron a mirarme. Hasta los más distraídos se voltearon a ver de dónde provenía el aroma
- ¿Sabian que la memoria asocia los olores con recuerdos? De ahora en adelante, hay una pequeña probabilidad de que cada vez que sientan el aroma de una mandarina piensen en mí. Y con esto dicho, voy a ser el profesor suplente de psicología un gusto. Mi nombre es Devian. Comencemos la clase, ¿les parece?
Habia un alumno corpulento que solo por un momento se había girado para mirarme, pero cuando comencé a hablar él se había dado la vuelta de inmediato. Él se encontraba sentado en un banco charlando con otro grupo de chicos y mirando del lado contrario al pizarrón. Él era un muchacho de gran complexión, quizás hacia mucho deporte. Un cabello azul desprolijo con un mechón blanco.
- Hey tu, el grandote – dije sin miedo
Todo el salón se quedó callado.
- ¿Me dijiste … grandote?
Auch, toque una fibra sensible.
Escuche al grupito de adelante decir
- Mi almuerzo a que este profesor no dura ni un dia
- Dos almuerzos a que ni siquiera dura diez minutos ahora que insulto a Darius
¿Con que Darius eh?. Asi se llama el grandote, Además, parece que me meti en un buen lio, eso es lo que pensaba mientras sonreía y tomaba una fruta más de la pequeña canasta.
Ahora si todos me prestaban atención. El chico que llame "grandote" lentamente se levanto y giro su posición para mirarme. Podía sentir un aura asesina en el salón.
Tranquilo Devian, te preparaste toda tu vida para tratar gente asi. Solo debes atravesar su cascaron.
Tire la manzana que había tomado hacia Darius, no sin antes haber apuntado hacia lo mas alto posible. La trayectoria de la manzana fue una elipse el cual en su punto mas alto casi toca el techo del salón. Pero aun así, el alumno problemático no tuvo problemas de atrapar la fruta que le había lanzado.
Pero había algo que nunca se percató, cuando le lance la manzana, todos sus sentidos se enfocaron en atrapar la fruta, tal fue la concentración en ella que no entendió como había aparecido desde adelante del salón y luego delante de él.
Que una persona aparezca delante de ti seria motivo de susto para cualquiera, pero Darius en cambio tropezó hacia atrás y cayo sentado en el suelo.
- Alumnos, lo mas importante de la psicología es la percepción de las acciones. Si no puedes percibir algunas cosas estas simplemente pasaran de largo. Como ahora, el alumno enfoco sus sentidos en la manzana y no en mí. Es por eso, al yo aparecer delante de él y provoque una acción de sorpresa que desencadeno su caída.
Le tendí la mano a Darius, si el tomaba mi mano era porque el me permitiría dar la clase tranquilo, pero también había otra opción.
Darius simplemente se levantó del suelo por su cuenta. Tomo sus cosas y se dirigió hacia la puerta de salida.
- Todos los varones, a la azotea. Ahora – dicto con autoridad el alumno
Todos los demás alumnos veian anonadados la situación, incluso oí algunos tragando saliva nerviosamente.
- Dije AHORA – agrego furioso el peliazul
Esta vez, todos los alumnos rápidamente alzaron sus cosas y se dirigían a la puerta del salón. Ningun varón quedo en el aula
Varias alumnas me miraban como esperando que hiciera algo
También salí al pasillo y veía como los alumnos de mi clase se iban. Solo alcance a decir algo
- Chicos, tienen media inasistencia por irse del salón de clases. Si tienen muchas faltas, no me quedara otra opción que desaprobarlos, conste que les avise
Darius simplemente camino con todo el grupo de alumnos varones, sin siquiera darse la vuelta, alzo su brazo derecho al aire y me mostro el dedo medio dandome a entender que opinaba de las inasistencias.
- Ahh- suspire
Volví al salón
- No se preocupen, volverán
Una chica de pelo fucsia y uñas pintadas del mismo color, dijo
- Chicas, nosotras también nos vamos
A diferencia de los chicos, ninguna dudo. Todas alzaron sus cosas y procedieron a irse del salón.
A diferencia de Darius, esta chica no es una líder autoritaria. O eso quería creer.
Después de que ambos grandes grupos se fueran, solo quedaban dos alumnas en el salón.
A una ya la conocía, era Zoe. Pero en la otra punta contraria a la de Zoe, estaba una chica de cabello blanco. Sus ojos azules detrás de esos lentes que llevaba destacaban muchísimo. Se veía bastante frágil.
Sonrei.
- Perfecto
Ambas me miraron sorprendidas
Zoe pregunto
- ¿Por que dijo perfecto?
- Pensé que iban a quedarse menos personas – fue lo que termine diciendo mientras levantaba el registro de alumnos.
Pedí prestado un bolígrafo y sugerí que en vez de tomar asistencia, con que las dos alumnas me dijeran sus nombres me bastaba.
- Zoe Lunari
- Ashe Avarosa
Por un momento una gota de sudor frio recorrió mi espalda. Ese apellido me traía viejos recuerdos.
- Está bien, comenzaremos la clase. No se preocupen, poco a poco los alumnos se iran reincorporando.
Tendría que usar la psicología para recuperar a todos los alumnos y a su vez salvar mi trabajo con ello.
Notas del autor
Muchas gracias a las dos personitas que dejaron review en la actualización anterior
Violettss801 y Tryndamer95
Y a todos los nuevos también un abrazo por apoyar este nuevo proyecto
