Almuerzo

Después de la larga charla que tuve con el conserje, había muchas cosas que había aprendido sobre la institución

Ya sea rumores, mitos y alguna que otra cosilla sobre los chicos más bulliciosos de la academia.

Después de la charla ya era casi mediodía. Es entonces que tenia que ir hacia otro lugar a recargar pilas.

Ahora mismo me encontraba de camino a la cafetería. El conserje me había recomendado que si apretaba la opción cuatro de la máquina expendedora de tickets de comida por más de 5 segundos, la máquina me daba el ticket gratis. Solo me recomendó que no abusara de esa opción y que tampoco dejara a los demás viéndome hacerlo

Había dos cosas buenas que había obtenido de dejar que él haya dormido en el diván. Una era la información y la otra es que por el hecho de que él me haya compartido uno de sus secretos, considere que en su mente yo ya no era un desconocido.

Use el "hack life" que me habían pasado. Conseguí un ticket de almuerzo "gratis" y mientras recogía la comida en el mostrador de la cafeteria, observe un poco más del ambiente escolar

En una de las tantas mesas estaban los denominados populares.

Observe como ambos lideres de mi clase tenían control de una mesa cada uno. Por un lado tenemos a Darius que hablaba mientras comía. Un poquitín desagradable, pero bueno, todos tenemos defectos. Según el conserje, el alumno se autoproclamo como el capitan del equipo de baloncesto y a partir de ese momento nadie le quito el puesto. El equipo de la academia tiene potencial, pero debido a que siempre entraban en conflicto con los otros equipos, nunca lograban llegar a nada.

Volviendo a ver otra mesa, en diagonal casi al final del comedor. Estaba el grupo de las chicas, la lideraba una chica de cabello fucsia. El conserje me dijo que tenga mucho cuidado con ella, se llamaba Ahri. Me conto que ella tuvo que ver mucho en la expulsión del ultimo profesor de psicología.

Hubiera seguido en mis pensamientos, pero sentí una voz familiar llamándome.

- Hey Devian, ven por aquí.

Gire el cuello, y vi como un viejo amigo me hablaba. Me acerque a esa mesa donde se encontraban puros profesores y me acerque a la persona que me había hablado./span/p

- Perdón, pero no pude darme un tiempo antes para saludarte.

La persona con quien estaba hablando, tenia el pelo largo recogido en una coleta de caballo. Pero ese estilo de pelo no lo hacía ver menos masculino, la cicatriz horizontal en la parte mas superior de su nariz justo debajo de la altura de los ojos, lo hacia ver como alguien un poquitín peligroso.

Su nombre es Yasuo, fue un compañero en la universidad. Llegamos a ser muy buenos amigos porque yo fui alumno del dojo de su familia. Dojo donde practique durante algunos años un poco del arte del kendo, el arte del combate con espadas. Aunque generalmente solo lo hacíamos con espadas de madera.

- Parece que lograste conseguir ese puesto como profesor. Felicidades – dijo el profesor de Historia Yasuo.

- En verdad, vine por el cargo de psicopedagogo, pero la directora me pidió que sea profesor – conteste a mi amigo

- Ah, esa vieja mañosa. Ten cuidado, esa sensualidad que te muestra no es para hacer buenos amigos – agrego el pelilargo mientras tomaba un sorbo de cocacola.

- Si, si entendí

Yasuo continuo comiendo su almuerzo mientras yo me sentaba. Las mesas para profesores a diferencia de la de los alumnos, estaban junto a la pared y a lo mucho era para 3 personas.

Mirando hacia otra mesa pude ver como otra profesora que había conocido antes se sentaba solitariamente.

Su bandeja estaba compuesto por una taza con agua caliente , un saco de té y un par de tostadas.

"¿va a almorzar un desayuno?" pensé.

Trate de enfocar mi mirada más tiempo en la profesora Camile. Quería saber cuál era su secreto, ¿cómo era posible que ella mantenía a todo el salón bajo su control?

Muchos se preguntan, porque muchas veces un acercamiento para hablar con otra persona no funciona. Es el miedo de caerle mal a las otras personas lo que nos traiciona. Si queremos hablar a pleno con otra persona debemos ir con las mejores expectativas y no tener miedo al rechazo.

Levante mi bandeja, me disculpe con mi amigo Yasuo y procedí a acercarme hacia la profesora de Etica.

- Disculpa, ¿puedo sentarme junto a ti?

No la trate de usted. No importa si ella luce algo mayor a mi. Si tratas a una mujer de señorita, muchas puertas se abren. Al menos para la charla.

Ella no se inmuto en responder, simplemente coloco el saquito de té de su bandeja en el vaso con agua caliente. Recién después de sacar un libro, ella me contesto.

- ¿Vas a sentarte o vas a quedarte ahí parado esperando que te conteste? Si realizas un acercamiento fingiendo ser amistoso no esperes un trato especial. Venimos a enseñar, no a hacer amigos - contesto ella

Por breves segundos sentí una brisa fría, dios … si en realidad hubiera intentado ligarla, hubiera sido una tarea tan difícil como escalar el Everest sin sogas.

En fin, me senté en la mesa circular. Cruce esa primera barrera.

Ella leía un libro forrado de color azul. Por la forma de mover los ojos no estaba realizando una lectura. Era como si el contenido del libro fueran imágenes y movimiento.

No son pocas las cosas que puedes leer con imágenes. ¿Un comic? Es una respuesta posible, pero estamos hablando de la profesora Camile.

Mientras daba un sorbo a mi vaso de agua. Mi imaginación empezó a volar.

Ella se sienta en una mesa sola, admite que no viene a trabajar con motivo de hacer "amigos" , o sea que no se lleva bien con otros colegas.

Entonces "a ella no le gusta enseñar…" Y si no le gusta enseñar, "¿que tipo de libro está leyendo?"

Mire su mano libre luego de que dejara de sorber su te. Esta movía su dedo pulgar hacia adentro tocando levemente su dedo índice. Hice ademan de toser, eso provoco que ella me mirara por breves segundos, el reflejo de sus lentes me permitió dar un vistazo de lo que leía. Dibujos de tijeras.

Las posibilidades se redujeron. Era un libro de jardinería o peluquería. Pero mis pensamientos fueron interrumpidos una vez mas.

- Puedo aceptar compartir la mesa. Pero si me sigue mirando insistentemente puedo hacer una nota a los directivos nombrando su actitud de acoso profesor Debian - dijo la profesora Camile dandome una mirada fugaz molesta. Aun con lo que ella decia, no apartaba la mirada al libro.

Ante la amenaza no podía ir tan lento. Tenía que apostar todo en lo que iba a decir, o podía ponerme bajo la mira de la directora. Lo siguiente que dije fue:

- Disculpa, me dio curiosidad el libro que leías, es que te veías tan entretenida leyéndolo. ¿Es un libro de jardinería?

Analice la reacción de la profesora, había dejado de ver el contenido del libro y me miro a mi. No era la mirada de alguien que se preocupara, ni que le molestara el comentario. Era la de alguien con la expresión "de que demonios hablas?"

No era un libro de jardinería. Entonces sin darle espacio a que diga algo dije

- ¿O es un libro de peluquería?

Esta vez, aquel semblante tranquilo pero serio desapareció de su rostro. Era el rostro de alguien que había sido descubierto haciendo algo malo. Pero no hay nada de malo en leer un libro de peluquería. Quizás incluso es uno donde aparecen cortes de pelo.

Pero su reacción de miedo, culpa, me hacia pensar que la peluquería para ella era algo "taboo". Pero ¿como?.

Camile parpadeo una vez, escondió mitad de su rostro inferior tras el libro para que no pudiera ver sus labios

- Es solo un libro de tijeras, me gustan las tijeras. Es todo.

Ella dejo el te a medio tomar, y trato de retirarse mientras trataba de mantener calma y compostura.

Pero tenia que darle el golpe final.

- Es un tema bastante interesante. No soy alguien que sepa del tema, pero tengo curiosidad - agregue.

Se que había algo de verdad en lo que dijo. Pero había algo medio turbio de por medio. Lo note en su mirada cuando nombre "peluquería". Ella estaba dándome la espalda, ya estaba dando su primer paso para irse, así que agregue algo mas.

- Si no le importa, quisiera hablar con usted sobre tijeras.

Ella se giro a medias , con el rabillo del ojo ella me vio .

Note una sonrisa indetectable tan rápida que desapareció al querer ella mantener la frialdad característica de ella.

- Podría ser quizás en otro momento.

- Tiene razón. No parece ser ahora el momento adecuado para hablar. después de todo hay muchos presentes. Si quiere compartir algo puede venir a verme en el salon donde hago mi labro de psicopedagogo.

Con eso, termine mi ataque. Ella se fue sin mirar atrás y yo sentía que de alguna forma había logrado atravesar su cascaron.


Notas del autor:

Había actualizado esta historia hace 1 año, pero nadie me dijo que se subio mal. Mala mia. Espero que les guste esta correcta actualización.