jueves, 14 de octubre de 2004

Disclamer: FMA no me pertenece. Si los personajes originales que aparecen.

Notas: mi primer fic de FMA, espero poder llevarlo a buen puerto

Disculpas: lamento la falta de indicadores de inicio de dialogo, pero el editor me los borra.


Capítulo 1.

"Tras la luz"

Nuevamente una ciudad de edificios a medio construir, de comida a precios impagables por lo pobladores pobres y golpeados por la guerra, llena de heridos y niños llorando en las calles.

Era una ciudad patética. Un pueblo a punto de morir. Una visión desoladora que se repetía frente a los ojos del rubio alquimista con tanta frecuencia que comenzaba a pensar que los recuerdos del tranquilo Rizenbul, de la belleza de Central o las apacibles calles del pueblo de Izumi-sensei eran solo sueños imposibles.

Volveré… encontraré la Puerta –se repetía mientras caminaba –Este no es mi mundo… tengo un hermano, Alphonse Elric… tengo una mejor amiga, Winly Rockbell, soy un Alquimista Nacional, mi brazo derecho y pierna izquierda son automails, mi maestra se llama Izumi… Encontraré la Puerta… este no es mi mundo…

Con la mirada un poco perdida, y pasos errantes, Ed llegó a una vieja taberna. El viaje había sido extenuante y necesitaba con urgencia un baño y una cama cómoda…

La esperanza de volver poco a poco se esfumaba. Nunca había imaginado lo difícil que sería mantener la firmeza en ese mundo en donde la muerte rondaba con grosera libertad.

Pesadamente se sentó en una mesa vacía y pidió un gran vaso de jugo y un plato fuerte que tuviera carne. Su plato estuvo en 10 minutos y lo comió con lentitud y pereza.

¿Has oído lo de Lyon? –dijo un hombre a su compañero, ubicados en la mesa contigua.

¿Eso de la luz que cayó del cielo, claro que si¡todos lo saben!

¿Y tú qué crees? Yo pienso que fue una señal del cielo. Dicen que desde ese día hay un ángel rondando Lyon, que cura a los enfermos con aparatos extraños y que sabe más que cualquier científico.

Dicen también que usa una cosa que produce una luz muy extraña… Y que se refugia en el bosque…

Quizás vaya a Lyon… estoy cansado de esta ciudad y de las consecuencias de la guerra. Mi esposa y yo creemos que es una señal divina…

El hombre que escuchaba asintió en silencio, sopesando la posibilidad de partir también, sin embargo no sabían que alguien ya se había decidido, y era cierto rubio de baja estatura, cuyas manos temblaban de antelación, pensando que, al igual que con la búsqueda de la Piedra Filosofal, una pista definitivamente había caído en sus manos.

Un ángel que caminaba… que curaba… Todo eso le sonaba extrañamente conocido a lo que los pobladores comentaban sobre el doctor Marco. Luces extrañas… aparatos y por sobre todo, conocimientos… él mismo había comprobado que sus conocimientos de alquimista le habían servido en una infinidad de cosas en aquel mundo, por lo que la posibilidad de que fuera… de que fuera…

Podría ser…

Aún no era de noche, y el último tren no había partido todavía. Las posibilidades de llegar a Lyon antes del mediodía eran muy altas.


¿Tú que crees Athena?

"Ciertamente las posibilidades son casi cero"

Gracias por el ánimo.

"Cuando quieras que te mienta a la hora de responder, sé amable y avísame."

Claro, claro… ¿Ha habido cambios?

"Nada hasta ahora¿en serio crees eso que dicen los libros?"

En una situación como esta, estoy dispuesta a creer en todo. Todo con tal de volver…

Un silencio pesado se formó en la habitación circular y metálica.

¿Cómo estamos de combustible?

"Suficiente para 7 años más"

¿Comida?

"Suficiente para 13 meses con dos comidas diarias"

¿Barreras?

"Activadas. Nadie sabe que estamos aquí…"

Casi, querrás decir…

"Bueno, si no se te hubiera ocurrido arreglar ese ventilador ni haber dado la aspirina a la pequeña que lloraba, nadie sabría realmente que estamos aquí"

…A veces ser bueno es un problema.

"No me plantees problemas morales, sabes que colapso con esos dilemas"

Lo sé… -suspiró tristemente y lanzó hacia atrás su melena roja y caótica –lo sé… Volveré, encontraré las coordenadas –comenzó a decir mirando el techo –este no es mi mundo, tengo una familia que me espera… tengo un amigo, John Winston, a quien reportar muerto, soy una importante científica de la NASA, tengo una supercomputadora de IA conmigo, un transbordador de última generación llamado Zeus… Encontraré las coordenadas, este no es mi mundo….


Después de muchas dificultades, el boleto estaba en sus manos. Un asiento junto a la ventana, al final del vagón, con vista a los vastos maizales que comenzaban a renacer después de meses de inactividad y bombardeo.

Edward miraba sin ver realmente. Sus ojos estaban llenos de expectación y de teorías. ¿Qué podían ser esos "aparatos extraños"¿y quién sería el supuesto ángel¿sería realmente un alquimista¿le ayudaría a volver a su mundo?.

Las preguntas y las esperanzas se agolpaban en su pecho después de haberlas olvidado durante un par de semanas. Por fin una nueva oportunidad. Tenía que comprobar si era o no factible antes de abandonar todo intento… Ese podía ser el definitivo.

Cuando hizo su llegada, Ed se encontró con una ciudad floreciente y renovada. Sus reconstrucciones estaban mucho más avanzadas que las de otras ciudades cercanas o más grandes y la gente se veía considerablemente más feliz. Muchos turistas e interesados habían llegado de todas partes de Francia para saber sobre el supuesto milagro de la pequeña que había perdido el dolor de un momento a otro, luego que una desconocida de ropas extrañas le diera algo.

Podía ser una casualidad, así como un verdadero suceso extraño. Estando en época de post-guerra no era extraño que diversas personas, motivadas por los más dispares objetivos, se hicieran pasar por santos, Enviados de Dios y tantas otras cosas. De hecho, hacía poco había oído que en Estados Unidos, al otro lado del gran mar, una mujer se había hecho llamar La Santa Magdala, haciendo milagros por todos lados, formando una guerrilla llamada "los Cruzados" quienes mataban y robaban en nombre de su Santa.

Pero podría ser…

Necesitaba urgentemente tener una razón para continuar con su viaje. Había salido hacía más de 3 años de la casa de su padre con la firme convicción de encontrar el camino de vuelta… pero sus esperanzas se habían vuelto débiles en poco tiempo al ver que la tecnología avanzaba mucho más lento que la alquimia, y que aún nadie era capaz de decirle, siquiera, cuando una máquina se elevaría hasta el cielo infinito.

Armándose nuevamente de paciencia, comenzó a investigar. Una aparición por aquí, otra por all� que le vieron en el bosque, que solo a veces aparece en la ciudad. Datos aislados y poco recientes, cambiantes y desvirtuados.

Jugo de naranja por favor –dijo con la cabeza baja, cansado de tanto buscar y de no encontrar nada.

¿Aún no encuentra lo que busca? –le preguntó el tabernero con voz tranquila.

No… -respondió desganado mientras aferraba su mano izquierda al vaso helado –Aún no…

¿Y puedo preguntar que busca, parece muy importante…

Busco al famoso ángel del que todos hablan… Necesito encontrarle con urgencia…

Dicen que en la entrada del bosque que está a medio día de aquí se le puede encontrar. Los viajeros dicen que extrañas luces han salido de los claros, y que a veces un ruido como el ronquido de un monstruo gigante resuena por todos lados. Incluso aquí se ha escuchado, es como un trueno…

¿Un trueno?

Hace ya varios meses, el cielo se partió en dos, y una bola de fuego cayó, sin incendiar nada, sin destruir nada. Todos le vimos… incluso los pequeños poblados a un día de camino pudieron ver como el cielo de abría y dejaba caer esa cosa enorme y brillante… En ese lugar vive una mujer y su familia… es una curandera. Algunos pobladores y ancianos sabían que existía, pero después de ese incidente, apareció algunas veces en la ciudad. Dicen que recuperó la juventud, otros dicen que tiene pactos con el demonio…

A cada palabra escuchada Ed sentía que debía encontrar a esa persona con más y más fuerza. Eran demasiados misterios juntos en una sola figura sumados a su propia ansiedad y deseos de volver.

¿Hacia dónde queda ese bosque?


Dios… ¿hasta cuando…?

"¿Dios, pensé que eras atea"

…No creo que le moleste que me acuerde de Él de vez en cuando.

"Siempre que hay problemas"

Si el único dios en el que realmente has creído no te ayuda en los problemas¿de qué te sirve recordarlo, es culpa suya por hacer a los humanos tan egoístas.

"Tu madre moriría si te oyera hablar así"

De hecho.

"Lyon, Francia, 1924, luna llena"

…Estación aeroespacial John Kennedy… océano pacífico norte, 15 de abril del año 2019… noche de luna llena… Athena…

"Dime"

Mañana iré por última vez al pueblo. A medianoche, si no encuentro nada digno de contarse, regresaré y probaremos el sistema de animación suspendida.

"¿Dormirás?"

…Necesitamos condiciones que podrían no darse en 100 años más… Mientras más energía tengamos de reserva estaremos mejor.

"Mis registros dicen que las condiciones que nos trajeron no se repetirán en… exactamente 103 años…."

O sea, que el único accidente cósmico que nos trajo es el que necesitamos para volver.

"Sería extraño esperar hasta el 2019 para volver al año 2019"

Ciertamente ni siquiera necesitaría volver… pero habría otra yo, y eso podría generar el famoso efecto espejo.

"El día que veas a tu gemelo, sin tenerlo, morirás. La teoría del espejo es aquella que indica que una persona y su yo de otro tiempo no pueden estar en la mismo momento tempo-espacial, ya que generarían un desequilibrio que acabaría con el tiempo mismo"

¿Podría el sistema aguantar 100 años?

"Sabes que no. Los avances tecnológicos y las grandes guerras no nos permitirían quedarnos aquí. Tendríamos que escondernos en un lugar como la antártica para pasar desapercibidos y mantener los sistemas en óptimas condiciones… Además de considerar que tendríamos que cruzar medio planeta para llegar…"

…¿Acaso voy a quedarme aquí para siempre…¿acaso…. La Puerta no existe realmente?

"¿En caso de existir qué harías¿crees que la coincidencia podría darse¿Qué alguien intentara abrir la Puerta en ese supuesto otro mundo?"

¡El libro lo dice! …Él lo dice…

La supercomputadora quedó en silencio. No estaba hecha para entender los sentimientos de los humanos, menos su sentido de supervivencia. Sabía que lo tenían y que ni siquiera la tecnología más avanzada había podido descrifrar sus misterios. Hombres, mujeres y niños que sobrevivían en las condiciones más adversas del mundo: ríos helados, campos de postguerra, las junglas húmedas, las montañas perdidas… Aunque su memoria era capaz de calcular rápidamente velocidad de partículas del tamaño de un átomo, la fuerza con la una supernova explotaba o la fuerza que la gravedad ejercía sobre cada roca de la tierra, era incapaz de entender el complicado sistema nervioso humano… La supuesta computadora perfecta… su única rival…

"Científicamente no está comprobado"

…Lo sé… pero podría ser… Dime que hay alguna posibilidad científica…

"Ciertamente la existencia del multiverso no ha sido comprobada…." –N/A: el multiverso es más conocido como las "realidades paralelas o mundos alternativos" – "por lo que podría ser posible que esta línea espacio-temporal se parta en una bifurcación que daría inicio a una nueva realidad paralela, idéntica en tiempo y mundo, pero diferente en situación socio-económica, tecnología y pensamiento teológico-político"

Un mundo diferente que corre a la par del nuestro…

"En palabras simples, eso"

La mujer contempló la amplia cabina y luego salió nuevamente al claro que se encontraba entre la arboleda. El cielo era mucho más claro que en su natal Inglaterra, aunque desde la estación espacial se veía un número similar de estrellas…

Abuelo… -murmuró pensando en aquel anciano simpático de ojos afables y carácter gruñón –Todo es posible si trabajamos duro ¿verdad?...

Suspirando, se aseguró que su arma estuviera lista y encendió su localizador. Sin satélites el rango que cubría no era mucho, pero dadas las circunstancias, no era mucho lo que ya le quedaba por conocer.

Sistemas de camuflaje activados…

La enorme nave blanco-plateada brilló por un momento y luego de reflejar la totalidad de su entorno, desapareció de la vista.

Voy y vuelvo Athena…

"Cuidate"

Caminando con tranquilidad, segura de que nada ni nadie rondaba esos parajes, se adentró por los árboles que rodeaban el lugar de su forzoso aterrizaje. Sus aparatos de comunicación y rastreo aún tenían cobertura en ese lugar, por lo que podía pasear con cierta calma.

Extraño el ruido…

Con pereza se sentó en una piedra y sacó su pequeño portátil. Afortunadamente no necesitaba satélites para hacerlo funcionar. Al menos podía dejar una bitácora en caso… de no volver nunca y encontrasen la nave en la siguiente centena de años…

Aún no podemos encontrar el camino de regreso. Los registros electrónicos de Athena indican que solo un accidente cósmico puede llevarnos de regreso y es aquél que nos trajo. Deberíamos esperar al año 2019 de esta línea temporal para volver al 2019 de mi propia línea temporal. Tememos que esto active el famoso Efecto Espejo, del cual jamás se ha tenido reporte. De todas formas, no sabemos si los sistemas de hibernación aguantarían hasta ese año, además de nuestra localización, lo que hace imposible una permanencia prolongada en este lugar, la Francia del 1920 en pleno período de post-guerra. Aún falta la Segunda Guerra Mundial, y todos sabemos que para Athena y para mi, mucho menos para Zeus, no es nada conveniente estar aquí en ese momento.

La luz verdosa de la pantalla de cristal líquido brillaba contra su cara, dando un aspecto tétrico a sus ojos, que parecían vacíos contra la oscuridad de la noche. Rápidamente tecleaba datos y observaba mapas y cartografías descargadas de la base de datos de Athena, observando el actual sistema de distribución mundial…

¿Actual¿debería llamar al conglomerado geo-político de los años 20 del siglo pasado actual?

El crujir de las ramas en su espalda la puso alerta. Sabía que podía ser otro de esos pobladores desesperados que buscaban al famoso "ángel" de quien tanto se hablaba… así como también podía ser un ladrón o un perro salvaje. Aguantando la respiración desvió los ojos hacia los lados, buscando alguna huella o pista. Una de sus manos continuó tecleando mientras la otra se deslizaba disimuladamente hacia el arma que tenía en el costado derecho… Claro era que su profesión era la ciencia y no el combate, pero las artes marciales y la defensa personal eran una tradición de su familia. Con el tiempo y el avance tecnológico, diversos tipos de armas se habían agregado a su lista de "utensilios aptos para patear el trasero de alguien", como los llamaba su abuelo.

Pasos apresurados se escucharon en su espalda, y ella esperó hasta el último momento. Solo entonces dejó caer su portátil y se levantó con un giro elegante, tomando con ambas manos su arma, buscando identificar rápidamente a su indeseable acompañante para poder apuntar con firmeza. Entonces lo vio. Un chico de altura media y contextura fuerte se acercaba a pasos erráticos, sin notar, al parecer, que se había movido. Su ropa se camuflaba bastante bien con el entorno, por lo que decidió hacer un disparo al aire y esconderse para esperar.


El bosque del que hablaba aquél tabernero quedaba a poco menos de medio día. Ciertamente en un vehículo arreglado por Winry, hubiera demorado dos horas menos…

Winry…

El sujeto que lo llevó en su destartalado camión se alejó rápidamente cuando bajó de la cabina. No faltaban los que pensaban que el bosque estaba embrujado.

El rubio caminó un par de pasos buscando algún sendero por donde entrar. El bosque se hallaba a unos 500 metros del camino mismo, y no se veían entradas regulares o pasajes que denotaran un tráfico continuo por el lugar.

Tiene que haber algo… todos lo dicen, las pistas se pierden aquí…

Finalmente sus ojos se posaron en una pequeña, casi invisible senda que partía cerca del camino y se internaba en el bosque hacia la oscuridad. Sin dudarlo mucho, Ed comenzó a seguir la huella, iluminado únicamente con la luz de la luna llena que adornaba el cielo, cuidando sus costados y agudizando el oído.

La senda se dividía en múltiples caminos a todo su largo, pero la mayoría se veía con menor uso aún que el sendero principal, por lo que, haciendo gala de su raciocinio, Hagane decidió continuar hasta encontrar una desviación más marcada, que indicara un uso más o menos regular.

Un gruñido impaciente salió de sus labios al ver que el final del camino lo llevaba a un claro enorme, en donde no había nada de nada, sin embargo huellas frescas indicaban que alguien había caminado por ese lugar, y que se había alejado hacía pocos minutos. Su corazón comenzó a sentirse con fuerza en su pecho… una persona… una persona que podía ser el famoso "ángel", aquél que podría ayudarle a volver… un alquimista….

A pocos minutos de andar, vio una figura, al parecer una mujer, que se sentaba sobre una roca y miraba el cielo. ¿Sería ella?. Preparado para acercarse, esperó el momento adecuado, pero se sorprendió al ver que la persona que tenía en frente sacaba algo de su cinto y una extraña luz comenzaba a iluminar su cara… una luz verdosa y suave…

E-esa luz… -lleno de sorpresa y de ansias, Edward comenzó a avanzar sin cuidado alguno, logrando llamar la atención de la figura, quien rápidamente se dio vuelta e hizo un movimiento que el rubio no logró percibir. Al ver que no se detenía, la figura elevó las manos, en donde Ed vio un arma, y lanzó un disparo increíblemente ruidoso, que logró descolocarlo y cegarlo por un momento. Cuando abrió los ojos nuevamente, la figura no estaba, pero la fuente de luz continuaba ahí. Corriendo llegó hasta la roca, sin atreverse a tocar el extraño instrumento. Nunca había visto nada igual en su vida. ¡Por favor si estás ahí necesito que salgas! –dijo cuando su ánimo comenzó a flaquear ¡Necesito hablar contigo¿eres un alquimista¿de dónde eres¿es cierto que sabes más que nadie y que puedes curar en un instante, por favor… -solo silencio –Soy… mi nombre es Edward Elric… tengo 18 años… soy alquimista… mi hermano y yo buscamos la Piedra Filosofal… y la encontramos… la obtuvimos… pero nos separamos y quiero volver con él…

Un ruido en su espalda lo alertó. Al voltear, vio a la mujer que había observado antes, aún con la extraña arma en las manos, pero sin reales intenciones de atacar.

¿Cómo dijiste que te llamabas?

Hagane meditó un poco las palabras. Aquella mujer hablaba con un claro inglés, pero algunas palabras tenían otra entonación.

Elric… Edward Elric…

¿No estás mintiendo?

…¿Porqué habría de hacerlo?

¿Para qué me buscas? –preguntó, rodeándolo y buscando alguna señal de peligro.

Dicen que tienes extraños conocimientos… y que tienes aparatos que lanzan luces raras.

¿Y eso porqué te interesa?

…Porque necesito volver a ver a mi hermano…

¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra?

… ¿decir o no decir?. La mujer podía tacharlo de loco y abandonarlo a su suerte –o puede ser a quien necesito… Porque vengo de otro mundo… del otro lado de La Puerta.

La pelirroja quedó estática en su lugar. Aquél joven decía ser un alquimista de apellido Elric y venir del otro lado de La Puerta.

¿La…? –en rápido gesto bajó el arma y tomó al rubio de la mano izquierda y haló de él. –Sígueme.

Continuará.