Viernes, 30 de septiembre de 2005 (por Kami que tardé)
Disclamer: (otra vez con esto). Bien. Hagámoslo simple. No nací en Japón, no hablo japonés, no me llamo Hiromu Arakawa ni soy capaz de dibujar un círculo de transmutación, por lo que es técnicamente imposible que HagaRen sea mío. De hecho… no lo es. Todo esto es sin ánimos de lucro, un simple e inofensivo ánimo de torturar a un par de personajes (y personas) que se ven involucrados en la historia. Es más, ni siquiera los torturo, este no es mi fic más angst (¿tiene algo de angst?) En fin.
Notas: Originalmente el cap iba a llamarse "Huellas en el camino" pero nop. Wrath todavía no aparecerá. Y lo cierto es que le temo a este capítulo porque acabo de dar un (otro) giro a la historia que me aterroriza. Iré hacia un punto que había pensado, pero que había deshechado por inviable. Tristemente, ahora, con las nuevas inclusiones, parece viable. Mis disculpas si este y el capítulo siguiente salen un poco insustanciales, pero afirmaré la idea tanto como pueda.
Espacio Eterno
"Mentiras acallando mentiras"
Ya habían terminado de desayunar y la vajilla estaba lavada. Riza estaba bañando a Black Hayate mientras Winry y Alphonse se disponían a dar una caminata para relajarse. El rubio muchacho tenía ganas de pensar, y su hermana quería reconocer la ciudad. Los rumores de los nuevos talleres de automail en Central eran demasiado fuertes como para dejarlos pasar –aún a costa de Edward-
Roy les vio salir mientras observaba en la cara de Alphonse un creciente deseo de estar solo. El chico continuaba pensando en todo lo que habían hablado el día anterior. Si bien no había hecho más que contar, en estricto rigor, lo que Fullmetal –y él- hacía para el ejército, obviando, de momento, todo detalle de la Piedra. Considerando que sobre él había recaído el título de "Recuperador de Memorias" prefirió ir paso a paso. Primero la historia general, luego los detalles, luego los problemas y finalmente la Piedra. Sabía que habría un momento en que Wrath saldría al plato –momento que llegaría cuando le contara de cómo su sensei les había encontrado y llevado a entrenar a aquella pequeña isla- y entonces la mentada joya de la alquimia aparecería con todos los problemas que supone.
Todos los que se acercan a la Piedra mueren…
Hagane había muerto… Pero había revivido. Roze lo había dicho. Wrath lo corroboraba. Había cumplido con la regla pero¿qué pasaría si Alphonse se encontraba con ella también? No había nadie que lo reviviera a él. Él mismo, como Alquimista de la Flama, estaba considerado como uno de los más poderosos Alquimistas Nacionales del continente, pero nadie recordaba que el caótico Fullmetal solo tenía quince años cuando esa lista fue hecha. Aún así, Ed figuraba solo un puesto más abajo, situándose, ambos bajo los nombres de Hohenheim de la Luz y Dante.
El verdadero poder del Alquimista del Acero siempre sería un misterio, lo único claro era que él, Roy Mustang, Hacedor de Fuego, nunca podría hacer algo como lo que el impertinente chico logró. Sin embargo, el destino le daba la oportunidad de corregir el error que cometió en su propósito de proteger a los hermanos. Ahora podía llevar por el camino correcto al único que podía traer de vuelta a Hagane –si es que estaba vivo en alguna parte –evitando que desapareciera también.
Porque aunque no quisiera, tenía que admitirlo…
…El también deseaba ver a Edward con toda su alma…
Se mantuvieron en silencio mientras volvían apresurados. Angelina a ratos maldecía el molesto vestido que tenía que llevar –de ir con overol pensarían que es un soldado y seguramente le lincharían públicamente sin que nadie hiciera algo por defenderla-. Edward parecía ensimismado en cada paso. Solo quería avanzar lo más posible. Quería alejarse de esa criatura, de lo que significaba en su vida, en su historia. No quería volver a ver a Envy, pero ahora que se habían encontrado, su corazón y su mente le decían que no había manera de volver atrás.
¿Cómo está tu padre Chibi? Tengo enormes ganas de verlo…
¿Porqué no le había matado? Al parecer la presencia de la pelirroja le había divertido. Conociéndolo –si es que podía afirmar tal cosa –estaba seguro que ahora les seguiría, averiguaría la localización de su estancia y les agobiaría hasta que –harto y aburrido –decidiera matarlos a ambos, prosiguiendo su búsqueda de Hohenheim.
Tenía que hacer algo para alejar a Envy de Angelina y Zeus.
-Edward… No podemos llegar caminando…
La voz de su compañera le devolvió a la tierra. Era cierto. Eran un par de horas en vehículos hasta el bosque en donde la nave les esperaba, caminar era una locura.
-Edward…
-No pasa nada –dijo, adelantándose, soltando su muñeca por fin, acortando el largo de las zancadas. –No pasa nada…
Ella le miró con preocupación, pero no dijo nada más. No terminaba de entender bien lo que pasaba, pero al parecer ese chico era alguien con quien Edward no quería encontrarse.
-… -abrió la boca para volver a preguntar, pero se reprimió. –La intromisión debería ser un pecado capital –pero luego se aterró ante su propia propuesta. Bastante había con los siete existentes. Un octavo solo generaría más problemas al mundo. Un octavo error divino solo podía ser una octava catástrofe. Suerte que las siete caídas de la humanidad ya se habían cometido.
Tenlos siempre presente Angelina… En este mundo, escapar de ellos es imposible. Por eso debemos ser más y más fuertes. Para que no nos lastimen de nuevo.
De pronto, la imagen de su fallecida tía Wendy –primer hija de su abuelo con su segunda esposa –apareció en su cabeza. Su asesinato había sido horrible y sangriento, dejando en jaque a la policía británica, que cuatro meses después arrestó a un hombre demente a quien culparon, aunque la familia sabía que no era, ni por casualidad, el verdadero asesino. Gracias a ese hecho, también había sido testigo de la partida de su tío Charles –tercer hijo, anterior a su padre Alexander, de su abuelo, o sea, el quinto de la camada –y de sus primos Bryan, Axel y Sophia –hijos de Wendy –quienes, cuales cazadores, partieron a la persecución del asesino. El recuerdo del funeral de Charles, Bryan y Sophia y la frenética búsqueda del cuerpo de Axel aún permanecía latente en su mente.
-Angel… -llamó Edward, tomando algo de confianza -¡Angel!
-¿Qué pasa Abuelo? –respondió ella, mecánicamente.
-¿Abuelo?
-¿Eh? –de pronto, los años 20 le cayeron a Angelina de golpe sobre la cabeza -¡Ahh¡Edward! –y se tapó la boca con ambas manos, dejando caer las bolsas de fruta que, hasta ese momento, había sujetado firmemente
-¿Qué pasa?
-Eh… yo… lo siento…. Mi Abuelo solía llamarme de esa forma…. Lo siento…
-No te preocupes… Yo lo siento más, no debí llamarte así.
-No importa. Angelina es un nombre muy largo. –se disculpó, recogiendo las manzanas y naranjas que aún estaban en condiciones. –Acerquémonos al camino, tenemos que ver si los Johnsons pasan para que nos lleven.
-¿Los quienes?
-La familia que tiene la posada medio kilómetro más abajo. Quienes nos llevaron a la ciudad en la mañana.
-Oh, ya veo.
Ya con las bolsas de nuevo en los brazos y algo menos de tensión en el ambiente, caminaron con lentitud hacia el camino. Hagane avanzaba con pasos mecánicos, perdido en sus pensamientos, imaginando una y mil formas de evitar a Envy, mientras la pelirroja solo hacía repaso a sus conocimientos de historia universal, intentando recordar algo que tuviera que obligarlos a moverse del bosque es donde estaban escondidos. Cualquier hecho en aquella época de post guerra podía ser merecedor de un cambio de hospedaje. Zeus no debía ser descubierto bajo ninguna circunstancia.
Central parecía repleta de gente. Ambos chicos se miraron extrañaron porque el día anterior esa masa de gente no estaba ahí.
Oídos al pasar les indicaron que, junto al anuncio de llegada a la ciudad de una mujer que se estaba haciendo famosa por cantar sumamente bien –cosa que les parecía rarísima –se haría una feria en beneficio de una lejana comunidad que había sido arrasada en un ataque traidor de una nación vecina. Los ánimos nacionalistas parecían estallar a ratos en medio de la algarabía y la gente, manteniendo a las fuerzas de orden en constante movimiento.
Todos sabían que el ejército comenzaba a prepararse de nuevo para combatir. Muchos alquimistas ya habían sido llamados –respondiendo todos de manera entusiasta – y algunas ciudades se alzaron clamando el nombre de Fullmetal. Rápidamente, de boca en boca, la leyenda del niño alquimista corría, hablando de su poder, de su influencia, de su participación en revueltas, alzamientos y destituciones de corruptos y oscuros políticos. Alphonse quedó mudo cuando, en medio de una multitud que bordeaba las dos docenas de personas, un hombre hablaba de cómo un niño rubio con automails que llevaba el reloj de plata de los Nacionales y su hermano, le había ayudado a él y a su pueblo a recuperar la dignidad. Winry quiso rebatir la heroica versión, pero no podía. Al parecer Edward y Al habían pasado por aquél pueblo minero al comienzo de su viaje, derrocando al oscuro terrateniente que el ejército había puesto ahí.
-¿Es cierto eso Winry? –preguntó el rubio, con voz quebrada -¿Es cierto que hicimos eso?
-…Si Al… Ed y tú lo hicieron.
Algunos Ishbalitas que viajaban por la ciudad gritaron vítores en apoyo a la convocatoria de Fullmetal. Eran de la comunidad que se escondía en las ciudades, aquella que acogió a Scar en sus últimos días.
-Winry… -dijo en voz muy bajita, con los ojos fijos en el suelo –Deberíamos decirles que mi hermano no está…
-Al…
Un extraño movimiento en el tumulto les llamó la atención. Un grupo de la recién formada policía civil pedía a los voceros que dejaran sus discursos políticos para otro momento, puesto que la feria tenía otros objetivos. Pacíficamente, la gente se dispersó, comentando –a favor o en contra –las palabras que circulaban.
-Dicen que no se le ve hace muchos años… -comentó un hombre que pasó cerca de Al.
-No seas tonto –le dijo su acompañante –Le vieron llegar a Central hace dos días, luego de la convocatoria nacional.
-¿Seguro?
-¡Claro! Dicen que llegó un rubio de abrigo rojo con una trenza. ¿Quién más puede ser?
Mientras ambas personas se alejaban, Alphonse sintió que el suelo se desvanecía. Winry intentó detener el sentimiento que se apoderaba de él, pero solo consiguió atrapar su brazo por unos segundos, antes que el muchacho saliera corriendo como un loco de vuelta.
-¡Al¡Detente!
Mientras ella comenzaba a correr tras él, un par de ojos azules los seguían desde las alturas de un edificio cercano.
-Imposible… ¿Entonces era cierto?... Hermano…
Un sujeto alto de coleta rubia y abrigo rojo se aleja de la ventana suspirando pesadamente.
-…No podemos seguir con esto… No ahora que sabemos que Alphonse está aquí… Tenemos que hablar con Armstrong antes de cualquier cosa. Él podrá explicarnos bien, y explicarle bien a él…
-¿Y mientras tanto?
-…Intentemos hacer lo menos posible… que solo sean rumores los que circulen… No podría mirar a la cara a Alphonse si llegara a buscarnos…
En eso, la puerta es golpeada, y desde el pasillo una oficial morena de cabello corto aparece.
-Maria Ross reportándose señor.
-Maria-san…
-El capitán desea verlo señor. Por favor acompáñenme ambos.
Silenciosamente se deslizaron por los pasillos del edificio –perteneciente al ejército –mientras los muchachos sentían la notoria lejanía que aquella seria oficial interponía entre ellos. Los comentarios decían que ella había sido quien había sacado a los hermanos Elric del laboratorio 5 y que les había cuidado hasta que estos lograron escapar. Era obvio que se resintiera contra ellos…
-Capitán, los hermanos están aquí.
-Muchas gracias Oficial Ross.
La puerta fue cerrada con un poco más de fuerza que la necesaria, logrando arrancar del rubio alquimista un suspiro de comprensión.
-Debemos terminar con esto –dijo el joven rubio –Me niego a seguir con esto si es cierto que ese chico es Alphonse Elric.
-Ese muchacho es Alphonse Elric. –respondió categórico –Y tú deberás seguir haciéndole creer a la gente que eres su hermano Edward.
-¡Pero…!
-Ya hablamos de esto Alquimista Rojo… El nombre de Fullmetal no puede quedar suelto, a merced de cualquiera que esconda círculos de transmutación bajo los guantes. –la mirada celeste del hombre se posó en la azul cielo del muchacho, en una lucha de sentimientos difícil de controlar –Esto me desagrada tanto como a ti. Pero no podemos permitir que nuevos impostores aparezcan fingiendo ser Edward y llevando a las masas a errores que pueden ser fatales. Sabes que desde que tomaste su lugar, nadie ha podido suplantar nuevamente a Hagane.
Los hermanos bajaron las miradas, sabiendo la verdad que habían aceptado ocultar. A lo largo y ancho del país, gracias a las crecientes guerras, distintos alquimistas habían sido suplantados por impostores que usaban a la gente para su propio beneficio. Flama, Acero, Carmesí, Brazo Fuerte y muchos otros habían sido víctimas del plagio, saliendo (los que podían) al paso de sus suplantadores… Sin embargo no había nadie que dijera en nombre de Edward que él ya no estaba.
-Quiero que Alphonse sepa porqué… Y no seguiré adelante sin conseguirlo.
-…¿Y si se niega a aceptar lo que hacemos?
-…
-Recuerda lo que dijiste cuando te enteraste…
Sé que usted era cercano a él. Ayúdeme a encontrarlo. Ayúdeme a reunirlos. Sabiendo lo que sé de Edward… sé que tiene que ser una tortura estar lejos de su hermano… Él no merece un castigo como ese…
-En aquél momento Alphonse no estaba buscando a su hermano. Ahora la situación es diferente, podemos cambiar las cosas.
-¿Cómo?
-Podemos estar todos adentro. Dígame cual es su situación… podríamos averiguar juntos…
Louis pensó algunos momentos, y se levantó, pidiendo a los muchachos que lo siguieran.
-Te contaré en el auto. Sin embargo, deberás cambiarte de ropa. Si Alphonse te ve llegar vestido de esa forma no creo que quiera escucharnos.
Un suspiro que escapó por casualidad y aburrimiento fue lo único que quebró el silencio reinante.
-Que quietud…
-"Científicamente hablando la quietud no existe, pero considerando su estado psico-emocional, te daré la razón"
-A veces puedes ser tan desagradable Athena… -susurró, cansada.
-"Ustedes los humanos son tan difíciles de complacer. No me extraña que sean racionalmente incapaces de terminar con todos sus problemas"
-Entonces te pido disculpas por ser una maldita raza imperfecta –gruñó-
-"Estás más molesta que de costumbre"
-…Ley de Murphy…
-"Toda cosa que va mal puede ir aún peor"
-Técnicmente dice Todo lo que puede fallar, fallará.
-"Pero considerando que no has hecho nada que pueda fallar… pues creo que mi raciocinio es adecuado"
-Exasperantemente adecuado Athena, como siempre.
-"¿Y qué vieron que pueda aplicar la Ley de Murphy?"
-Eso es lo malo mi odiosamente perfecta unidad de Inteligencia Artificial… No sé lo que vi realmente…
-"¿No sabes lo que viste?"
-No hay peor maldad que la que se viste de sonrisas, ni más oscuro corazón que aquel que se disfraza de amor… La más glacial de las frialdades aparecerá con un cálido abrazo mientras el silencio te atropellará con una orquesta de sonidos… Así, la peor de las muertes hará arribo en medio de la felicidad de la vida que nace…
-"¿A qué viene eso?"
-Una vez, luego de la muerte de su nieto mayor Albert, mi Abuelo comenzó a hablarme de una maldición que nos afectaba a todos, que podía matarnos a todos en algún momento de nuestras vidas.
-"¿Una maldición?"
-Alguien que nos odiaba… que odiaba nuestra sangre… que se permitió acabar con la vida de muchos en la familia… Cuando comenzó a contarme, esas fueron sus primeras palabras.
-"¿Y te dijo su nombre?"
-…Si… pero no te lo puedo decir…
Es una palabra maldita, nunca la digas Angelina, porque podría estar en los lugares más inesperados…
-"¿Alguna pista?"
La mirada dorada de la pelirroja se clavó en el cielo azul que se veía a través de los cristales de la cabina de mando. Un cielo similar se veía desde la mansión familiar de Londres.
-…Todos tenemos un pecado imborrable… que nos persigue y que heredamos a nuestros descendientes… Él es el pecado que aquél hombre nos heredó a todos… El pecado del que no podemos librarnos jamás…
-"Has de tener entonces muchas ganas de haber caído en el tiempo de ese hombre, para haber cambiado la historia de manera menos catastrófica de lo que vas a cambiarla ahora"
-Piénsalo de esta manera Athena –dijo, literalmente echada sobre el sillón del capitán –Si todo sale bien… Nadie tendría que sufrir más adelante… Nadie moriría…
-"Nadie existiría"
-Eso… es un detalle menor…
Continuará…
Notas: Bien, no tengo mucho que decir, así que pasaré directo a los reviews.
Fallen Angel¡Holas! Jeje, de cabello suelto realmente se vería increíble, ahora que lo tiene tan largo… Me alegra que te haya gustado el fic. Aquí va otro poquito de historia con pistas. Y sip, es el mismo. El mismo homúnculo amado por tods XD
Anzu Zoldick¡Hooola! Mira tu, sin querer llegaste a un punto importantísimo en fic, pero no te lo diré, más adelante te darás cuenta de él por ti misma. Angelina me ha costado poco trabajo (contrario a otros OC, la vdd es que no me gusta mucho crearlos, pero a ella hace tiempo que la tenía en mente, incluso para otr fic de FMA en donde es la hija menor de Ed). Espero que te haya gustado el cap.
Daniela Lynx: Tu teoría, tu teoría. Se me acaba de ocurrir algo que los dejaría a todos locos, pero no lo haré porque ya lo tengo incluido de otra manera en el futuro del fic. Intento ser lo más cuidadosa en la historia, me cargan las insustancialidades. No sabes cuanto me alegra que el fic te guste.
Koibitotenshitotsuki: Gracias por tus palabras, y es cierto que el pobre Alphonse sufre su resto, pero aún falta otro poco (XD)
Kayter: Me encantó tu frase. La usaré más adelante, para hacer que todos me odien XD. Me sentí culpable cuando me dijiste que le estaba quitando misterio a la historia, pero es cierto. Destrozé varios misterios con ese cap, pero en fin, lo hecho, hecho está. ¡Envy! Claro que estaba olvidándome de él. Pero ya llegó… y para quedarse.
Kyubi's: Sip, y si relees, verás que habían muchas pistas escondidas más atrás. Veamos que tal Envy en todo esto.
Ya gente nos veremos en el siguiente cap.
Rio.
