Disclamer: FMA no me pertenece. Todo es de Hiromu-san y su equipo.
Notas:
"OoooooO" significa flash back (los odio)
Recuerden
tb que 6-26 es la sección que Armstrong creó.
Gracias especiales a Lynx, mi amada y adorada beta. Sin ella cometería errores dignos de la hoguera. Para tí niña.
Espacio Eterno
"Inocencia robada"
El tren avanzaba lenta y forzosamente por los viejos y lastimados rieles. Las rutas estaban siendo reparadas en muchos sitios, y el optimismo de la gente parecía notarse hasta en su forma de trabajar. Todos tenían esperanza en la recesión que estaba hundiendo al gran país del otro lado del océano.
Aquél era un día soleado, con una brisa ligera. Podían verse diversas comunidades y restos de pueblos que comenzaban a reconstruirse, mientras otros permanecían desolados y abandonados a la sombra de la muerte.
El camino desde Alemania a Francia era largo y, en muchos lugares, tétrico y aterrorizante. Decenas de cementerios improvisados adornaban muchos planos y las cruces se regaban como los árboles que antes ocupaban todos esos sectores.
Viajar a veces podía ser una desagradable experiencia si ibas mirando por la ventana.
-Espero que todo esto valga la pena. –gruñó ella, acomodando su vestido por enésima vez –Insisto que no necesitamos a ese insulso intento de alemán para continuar con las investigaciones.
-…
-¿No dirás nada Axel? Espero tu opinión con impaciencia.
-No te daré el gusto de que me escuches mintiéndote en este tema, Stephanie. –ella apretó los puños y blandió con elegante furia su abanico negro contra la nariz del otro.
-¡Greta! .¡Que mi nombre es Greta!
-Te llamas Stephanie McArthur y eres hija de un inglés radicado en Alemania.
-¡Falso! .¡Me llamo Greta Weisser y soy hija de una importante duquesa aria!
-…Como digas, pero baja la voz. Alfons sigue durmiendo.
Murmurando cosas en alemán, la muchacha –de no más de diecisiete años –giró la cabeza hacia la ventana. Su melena rubia en tirabuzones danzó con majestuosa belleza, mientras sus ojos celestinos fulguraban de furia. Odiaba cuando la llamaban Stephanie. ¡Odiaba ese maldito nombre inglés! Ella era una alemana de sangre pura, no tenía sucia sangre británica llena de té en las venas.
Mientras, Axel Reid, el otro chico –de unos dieciocho años –bajó sus ojos azul petróleo para dedicarse a la deliciosa contemplación del muchacho que dormía plácidamente en su regazo. Su cabello rubio –un poco más largo de lo que acostumbraba –cayó sobre su frente, cubriendo parcialmente su vista. Con cuidado apartó los mechones y se dedicó a acariciar algunos cabellos rebeldes del otro alemán.
-Por la Madre Patria, Axel, deja de hacer eso. –susurró Greta, medio escandalizada, medio ruborizada –La gente los está mirando.
Reid accedió, pero solo por las apariencias. Él bien sabía que la rubia y regañona Stephanie nunca se quejaba de sus evidentes muestras de cariño hacia Alfons cuando estaban en privado, y eso se lo agradecía mucho. La muchacha había sido criada en un medio muy exclusivo y poco tolerante y su silencio frente a su familia era algo atípico.
Solo lo guardaré porque eres tú Axel, y porque profesas ese extraño amor a Alfons. ¡Ten por seguro que si sé que estás haciendo esas… cosas con otro… otra persona, todos se enterarán!
-Como digas, Greta.
Con autosuficiencia y una sonrisa en el rostro, ella asintió.
-¿Crees que esté ahí, Greta? –preguntó Axel, luego de unos minutos de silencio.
-No lo sé –respondió con algo de fastidio –La verdad no me importa si lo encontramos o no. Solo lamento el tiempo perdido.
El rubio sonrió mordiéndose la lengua por la ironía que estaba por salir.
-¿El tiempo perdido en aprender de él o el tiempo perdido en estar con él?
Bien sabía que la orgullosa muchacha estaba perdidamente enamorada del "insulso intento de alemán" y que la constante y educada negativa de este sencillamente le ponía los nervios de punta.
¡Se atreve a rechazarme a mí! .¡Greta Weisser! .¡Insólito! .¡Deberían fusilarlo!
-Para Alfons es importante encontrarlo.
-Solo por eso admito que busquen a ese bueno para nada. ¿Lo imaginas? .¿Alfons solo por Europa? No lo concibo.
-…Yo tampoco.
-Espero que lleguemos pronto. ¡Este tren es un desastre!
-Europa es un desastre.
-¡Deberían fusilar a sus ineptos presidentes!
-¿Todo para ti se soluciona fusilando a la gente?
-La gente inútil no tiene razón de vivir.
-…A veces me asustas Greta. Hablas como Hans. –ella pareció horrorizarse ante la mención, pero no dijo nada.
-Yo… no soy como él.
-…Estoy preocupado Duquesa –confesó, llamándole por su apodo favorito –Hans fue quién nos dio la información y aún así Alfons la creyó ciegamente… ¿Será cierta? .¿Cómo pudo saber él que podía estar en Francia?
Axel entrecerró los ojos sin apartarlos del durmiente Alfons. Greta le miró con preocupación y algo de pena.
-No te tortures ahora con la nefasta imagen de Hans.
-No puedo evitarlo… Él quiere las investigaciones… Sabe que si lo encontramos terminaremos con los prototipos y…
-Y podría cometer una locura. –completó ella. –Quizás por eso mismo debemos terminar nosotros todo esto que comenzamos mi querido Axel. Podemos codificarlo y esconderlo. Es mejor a que sus científicos acaben con nuestros trazados.
Un silencio pesado cayó entre ellos, mientras los murmullos de las demás personas en el vagón se intensificaba. Estaban llegando a París.
-¿Crees que sería bueno bajarnos a descansar un poco aquí? Dicen que París es muy bella.
-¿Deseas detenerte en una ciudad llena de intelectuales y pensadores? –preguntó, casi escandalizada. –No y no. Tenemos que seguir hasta Lyon, no aceptaré volver a quedarme sin pistas.
-Como digas Duquesa.
Greta sonrió. Alfons se removió un poco en su asiento, reclamando por el ruido incesante. El rubio de ojos profundos susurró algo en su oído y el durmiente continuó en su descanso.
-Uf, Alfons Heidrich, el alemán que más duerme en el mundo.
-Trabaja mucho, déjale.
-Dormir en exceso inhibe las ideas y nubla la mente mi querido Guardián. Necesitamos de su genio naciente para completar los planos sin él.
-¿Y vas a seguir con eso? Sabes que no podemos sin Edward.
-¿Olvidas que se fue aprovechándose de la detención total de los proyectos? Él tampoco sabía qué hacer.
-Quizás ahora lo sepa. Dicen que fue a encontrarse con su padre.
-Hoheinheim de la Luz… A veces pienso que ese hombre es mentira. Un mito popular.
-¿Y eso?
-Un genio salido de la nada, sobreviviente de la Gran Guerra, brillante profesor, hombre piadoso y por si fuera poco¡padre del insulso Elric!… Es demasiado para una sola persona.
-De alguna parte tiene que haber salido la genialidad de Edward.
-¡Él no es un genio! –reclamó, bajando la voz a medio camino cuando vio que Alfons volvía a moverse –Ese oso durmiente que tienes en el regazo lo es. Yo lo soy. No él.
Axel simplemente sonrió. No discutiría más con Greta acerca de Edward Elric. Sabía que era tiempo perdido. Ella lo amaba, pero nunca lo aceptaría… Aunque no estaba seguro de comprender el porqué el rubio de ojos dorados se alejó de ellos, si mostraba un evidente sentimiento naciente hacia la joven Duquesa.
OoooooO
-No lo entiendo. ¿Porqué hiciste eso?
-No puedo quedarme Axel… decir que si… No es justo con ella…
-Abandona todo y quédate con ella para siempre.
-…Si… es una buena idea…
OoooooO
-Y aún así te fuiste…
El tren continuó avanzando, convirtiendo a París en un punto en el horizonte. Aún quedaban muchos kilómetros de recorrido lento y agotador. Greta no tardó en quedarse dormida a pesar del incesante movimiento de los vagones, dejando a un lado su abanico negro y su amplio sombrero de gasa y seda.
Axel, por su parte, continuó mirando por la ventana como Europa pasaba frente a su nariz. La preocupación por la veracidad y seguridad de la información que los estaba moviendo desde su amada Alemania a Francia no cesaba de crecer y alimentarse por muchas dudas.
-¿Nos mentiste Hans? .¿Me mentiste de nuevo o quieres usarnos para encontrarlo?
Un halo de tristeza se apoderó de él cuando la imagen de su hermano, Hans Reid, invadió su mente. La traición a la familia, los planes secretos, la manera de usar y abusar de él y de otros que confiaban…
No te tortures ahora con la nefasta imagen de Hans…
Pero lo cierto era que no podía olvidarlo. Siempre había sido su ídolo indiscutido, el hijo modelo, el deportista, el estudioso. Su única ambición había sido intentar seguir a su hermano en todo lo que este hacía. Habría robado, habría matado por Hans.
Mi querido y pequeño Axel. ¿No te das cuenta que solo debes vivir para cumplir mis deseos? Si no lo haces, tu vida no tiene razón de ser…
De hecho… esas eran cosas que realmente había hecho por su hermano mayor.
-¿Me estás usando de nuevo…? .¿Estás dándole sentido a mi vida una vez más?
Observando el sol ponerse en el horizonte, Axel cerró los ojos lentamente, acomodándose tanto como podía, mientras la figura poderosa y estilizada de su hermano, cubierto por ese hermoso uniforme negro y rojo aparecía en su mente.
OooooO
-¿Qué
le hiciste a tu cabello Hermano?
-Lo
pinté. ¿Te gusta Axel?
-Es…
rojo…
-Así
es. Es rojo como la sangre aria que corre en nuestras venas.
-¿Y
ese uniforme Hermano?
-Es del
Ejército. ¿Puedes ver esto de aquí? Ahora soy un
alto funcionario.
-Increíble…
-Mi
pequeño y hermoso Axel… ¿cumplirás tu palabra?
.¿Me seguirás adonde vaya?
-Por
supuesto…
-Entonces
vamos ya.
-¿No
le diremos a Papá y Mamá?
-Claro
que no. Solos tú y yo. ¿No lo querías así?
OooooO
Cuando comenzó a llorar dormido, Alfons le despertó con un cálido abrazo.
-Tranquilo Axel… No está aquí…
Greta desvió educadamente la mirada cuando el otro estalló en llanto, pero no pudo evitar seguir acumulando en su joven corazón todo el odio posible hacia Hans Reid, Capitán del recientemente formado Escuadrón de Investigación Militar del Ejército Nacional Socialista Alemán.
-Malditos nazis… -terminó por sentenciar, rompiendo su abanico por la presión de sus manos.
No estaba segura del tiempo que había pasado desde que había cerrado la puerta con llave.
Con ojos vacíos recorrió en toda su extensión su habitación. La chaqueta que colgaba en la esquina derecha, el minúsculo ropero, las revistas que se agolpaban junto a la cama, sus zapatillas y botas tiradas… Cuantas cosas le habían dejado meter en Zeus…
-El espacio es tan grande mi niña…
-Tranquila Mamá, verás que volveré bien.
Recuerdos… siempre apareciendo cuando nadie los llamaba…
-¿Porqué no aceptaste el puesto fijo en la NASA? Habría sido un enorme salto en tu carrera…
-Más grande será el salto cuando termine a Ares, ya lo verás.
-No seas ambiciosa Angelina, tu proyecto no es ético.
-¿Qué es ético en este mundo hermano?
Codiciosa. Por eso estaba metida en ese nido de ratas. Por codiciosa.
-¿Y sigues con eso?
-¡Oye! Tu estás buscando nuevas maneras de implantes, yo estoy buscando nuevas maneras de movernos por el universo ¿qué tiene eso de malo?
Intransigente. Nunca quiso escuchar lo que los demás le decían. Castigo merecido…
-Si no le haces daño a nadie, puedes hacer lo que quieras…
-¿Y cómo sé si le estoy haciendo daño a la gente, Abuelo? Todos mienten.
Desconfiada. Si solo hubiera dejado que Chris la convenciera de estar en ese maldito laboratorio…
-Para saberlo debes escuchar a las personas… Así sabrás cuando te mienten y cuando dicen la verdad…
-Yo… no le hago daño a nadie ahora Abuelo… ¿porqué me hacen daño a mí?
El silencio fue una dura respuesta.
… hay que aprender a apagar el corazón y encender la mente…
-Ya lo sé… pero es difícil…
Si no fuera difícil no sería un problema.
Cerró los ojos nuevamente, esperando poder dormir unas horas más antes de tener que enfrentarse a su realidad.
...Alguien debería matar al tal McLaren…
Había visto muchas veces el Cuartel General del Ejército de Amestris, pero esta vez le parecía que el edificio era más grande y tétrico.
-¿Nervioso?
La voz de Winry lo sobresaltó un poco, pero no pudo evitar sonreírle. Era su gran oportunidad, su chance de tener a su alcance la misma información que Edward poseía antes de desaparecer.
-Si… pero lo voy a lograr…
-¡Claro que lo harás!
Sonriendo dio un paso hacia delante, siendo encandilado por la luz del sol reflejada sobre la limpia pared frontal, cerrando los ojos un solo instante…
-¡Oniichan!
-…Adelante Nina…
-Oniichan, toma, es algo que convierte los deseos en realidad…
-¿Al? .¿Estás bien? –preguntó la rubia, preocupada.
-…Un… un recuerdo… si, claro… Ya me voy Winry, el examen está por empezar.
La sala del examen era enorme y semicircular. Los asientos estaban dispuestos como un teatro, con amplios mesones de trabajo y tinteros y plumas dispuestos en cada uno de los lugares. En el centro, y punto más bajo de la estructura, un hermoso escritorio de madera labrada indicaba el lugar del Presidente –otrora, lugar del Führer-, y sobre su cabeza –y en cada costado de la habitación –los símbolos del Ejército, y de la actual República de Amestris.
Alphonse paseó la mirada un rato más, viendo la cantidad de gente que llegaba con la esperanza de aprobar el examen teórico para pasar al práctico y demostrar sus habilidades. También pudo ver que era el más joven de los aspirantes a Alquimista Nacional.
Tres campanas rompieron el aire, anunciando el cierre de las puertas del Gran Salón. En ese instante, acompañado por una comitiva de tres edecanes, el presidente McCalister hizo su entrada, acompañado de su secretaria y saludando a todos con esa sonrisa enorme que nunca se le quitaba de la cara.
-Me alegro de ver como su espíritu de superación y sus ansias de conocimiento les han traído hasta este lugar, cuna de muchos y muy grandes alquimistas de nuestra nación.
El discurso estaba lleno de nacionalismo y elogios a la voluntad, la fuerza y muchas otras cosas que Alphonse notó que no le interesaban. Él solo quería encontrar a su hermano, y poco le importaba si Amestris estaba en guerra o no o si el Ejército necesitaba sus servicios o no durante el proceso. Armstrong solo le había pedido que aprobara el examen –cosa que ya daban por hecha –y luego entrarían a 6-26 para investigar como abrir la Puerta y traer a Edward de vuelta.
-…Por eso, les deseo éxito en el examen. –concluyó, por fin. La sala estalló en aplausos. Unos pocos contados con una sola mano se abstuvieron de una muestra de celebración que no compartían. Alphonse entre ellos.
McCalister se retiró de la sala mientras los exámenes eran repartidos, lo que causó la sorpresa de muchos de los presentes. El Führer siempre había sido un espectador de la totalidad del proceso.
El joven Elric respiró hondo y leyó atentamente todo el folio. Había problemas que requerirían de más que el tiempo promedio –que él había calculado en tres minutos por pregunta –por lo que comenzó con aquellas que estaba seguro y que eran más fáciles. Así, a las más difíciles pudo dedicarles un promedio de cinco minutos y medio, terminando poco antes del tiempo límite con la totalidad de las preguntas contestadas.
Había sido complicado… pero no tanto.
A su alrededor pudo ver como muchos entregaban los papeles con tristes expresiones en sus rostros, otros se veían sumamente alegres y otros solo lo tomaban como él, una formalidad que tenían que pasar. Por un instante se preguntó qué motivos llevaban a cada persona a intentar ser un Perro de los Militares, pero luego pensó que eso no era asunto suyo…
-¿Perro de los Militares? .¿Dónde habré escuchado esa expresión?
Tu hermano se convirtió en un Perro del Ejército a su pesar, pero cumplió a cabalidad su misión.
Claro, Izumi-sensei…
-¿Izumi…sensei? .¡Ah! .¡No le avisé que daría el examen! .¡Me matará!
-¿Pasa algo, Alphonse Elric?
-¡Armstorng-san! .¡No avisé a mi sensei que daría el examen! .¡Se pondrá furiosa!
-No te preocupes Alphonse, yo le avisaré. Ahora ve a descansar, que el examen práctico es en dos días.
-S-si…
Más preocupado de la reacción de su maestra que del resultado final del examen escrito, Alphonse caminó hasta la salida, en donde Winry lo esperaba, ahora acompañada de Roy y Riza en sus espléndidos uniformes azules.
-¿Qué tal todo, Alphonse?
-¡Muy bien Riza-san! No lo encontré tan difícil… Espero no haberme confiado.
-De seguro que lo hiciste bien –interrumpió Roy –La primera vez hiciste el escrito mejor que Fullmetal.
-¿En serio? –preguntó sorprendido –Vaya…
-¿Te gustan los uniformes Alphonse? –preguntó Mustang –Cuando entres, usarás uno.
-¿Eh?
-¡Claro que no! –dijo Winry, llave inglesa en mano -¡Seguirá la costumbre de Ed de no usar uniforme!
-¡Tiene que usarlo!
-¡No lo hará!
-¡Basta los dos! –detuvo Riza –Alphonse aún no está adentro y aún no tiene su apodo como Alquimista Nacional. Cuando lo tenga y el reloj de plata cuelgue de su cinturón, decidirá si usa o no el uniforme.
-¿Apodo?
-Claro Alphonse, todos los alquimistas tienen un apodo. Roy es Flama, Louis es Brazo Fuerte, tu hermano es Fullmetal, y así muchos otros.
-¿Y tengo que elegirlo yo?
-No, el Führer lo elegirá para ti.
-Vaya… ser Nacional es más complicado de lo que pensé…
Riza le sonrió y luego se despidió, tironeando a Roy en el camino. Ya era de volver a sus funciones.
-¿Qué te parece si vamos a tomar un café, Al?
-Buena idea Winry. Así podremos llamar a Tía Pinako.
-Claro.
Las calles de Central a esa hora estaban medio desiertas. Eran más de las ocho por lo que los comercios comenzaban a cerrar y las personas ya salían de sus trabajos rumbo a sus hogares.
-Winry… Cuéntame algo más de mi hermano…
-¿Cómo qué?
-…Como… su relación con Mustang-san.
-Jajaja, bueno, simulaban odiarse. Ya ves que el Coronel tiene muchos aires de sarcasmo y lograba hacer que Ed se enojara con mucha facilidad. Siempre se quejaba, "Que Mustang aquí…", "que Mustang acá…" A veces parecían un matrimonio peleándose…
Por un momento breve, Alphonse pareció entristecerse, y el detalle no pasó inadvertido para la rubia mecánica.
-¿Qué pasa Al?
-Winry… yo… yo he estado investigando por mi cuenta… algunas cosas y… Y…
-Me preocupas Al¿qué pasa?
-¿Tú… tu sabes si… si… mi hermano y… Mustang-san….?
Los ojos de Rockbell se abrieron enormes ante la insinuación de la pregunta.
-¿Quién te dijo semejante cosa!
-Eh… son… rumores…
-¡No creas rumores como ese! –gritó, exasperada. Apretando los puños y mordiendo su labio inferior se obligó a tranquilizarse para intentar disipar la duda de su hermano… -Quizás…
-¿Q-quizás?
-…Quizás sea cierto… No lo sé, Ed nunca me dijo algo como eso… -gruñó, muy bajo, muy herida en la suposición. –Pero… supongo que si algo pasó, no debe haber sido por simple información o algo similar… Es algo que tendrás que preguntarle a él cuando vuelva…
Alphonse se arrepintió de haber hecho la pregunta. Winry parecía enormemente afectada, pero la duda a veces lo carcomía. Estar alojados en la casa de Mustang y saber que entre ese agradable hombre casado y su joven hermano pudo haber… algo, lo angustiaba enormemente.
Entonces recordó algo que Riza le había dicho, en un momento en que lo encontró leyendo libros de alquimia.
-Tu hermano odiaba la Piedra, porque llevaba a los hombres a hacer muchas cosas dolorosas, y a dañar a mucha gente. Por conseguirla, a veces las personas hacen cosas horribles, y venden sus almas al poder… Pero recuerda Alphonse… tu hermano no era de esas personas… y quienes le ayudaron, como Roy, Louis y muchos otros… tampoco son de esas personas… Por eso puedes confiar en nosotros plenamente.
Confiar… él siempre confiaba en la gente. Eso decían todos. Pero…
-Ya estás divagando de nuevo… Las suposiciones solo te alejarán del objetivo Alphonse… Mejor hazle caso a Winry… no confíes en rumores… Win¿qué tal si mejor vamos a dar una vuelta? Central es muy bonita de noche…
La rubia alzó la mirada y sonrió al ver la sonrisa de su hermano. Era imposible no contagiarse de esa energía que irradiaba.
-Vamos…
Los pasillos estaban medio oscuros por la débil iluminación y las cortinas cerradas que enrarecían el aire. Era un lugar muy poco agradable…
-¿Señor?
Frente a la gigantesca ventana, observando la ciudad en silencio, un hombre corpulento esperaba.
-¿Qué noticias me traes?
-La Piedra está haciendo los preparativos para su ingreso al Ejército. El primer examen no le puso problemas.
-¿Alquimista Nacional?. ¿Y los demás?
-Brazo Fuerte está haciendo extraños movimientos secretos. Logró que Flama y Ojos de Halcón se reintegraran a sus funciones, además de ser destinatario de enormes cantidades de dinero fiscal que no tienen fines claros. Además, bueno, del cupo de la Piedra al examen…
-Vaya, vaya, el buen Brazo Fuerte está jugando con el ejército… averigua todo lo que puedas. Si no es algo que nos sirva, lo denunciaremos.
-También hay noticias del homúnculo, Señor.
-¿Y qué esperas para hablar?
-Fue localizado cerca de aquí, pero acabó con los efectivos enviados a capturarle.
-Ya veo… conserva su fuerza a pesar de la falta de piedra roja…
-Investigaciones indican que no se ha alejado demasiado del punto en donde la Puerta pudo haber sido abierta por Avatar.
-¿El lugar de apertura? Entonces… él podría llevarnos hasta él.
-Un espía me dijo señor, que la Piedra también está buscando al homúnculo para encontrarlo.
-Vaya, vaya. Tras el homúnculo… entrando al Ejército… ¿cuál será el próximo movimiento?
-Quizás sea bueno dejar que ellos se muevan hasta que completen el círculo y abran la Puerta. Sin duda alguna, su objetivo es Avatar.
-Tienes razón. Mantenme informado. Ordena a todos que mantengan sus posiciones. Los fronterizos que se mantengan activos. Eso llamará la atención del ejército y no nos molestarán.
-Como ordene.
Tan rápido como había llegado, se marchó. Ese edificio no era de su gusto, pero a su señor le agradaba la altura que le proporcionaba el último piso.
-La Puerta pronto podría ser abierta… la Piedra recuperada… Avatar recuperado… Y el sueño de nuestra nueva nación se cumpliría…
-¿Qué me dices?
-"Además de los golpes y algunas heridas internas no tienes nada que valga la pena mantener bajo observación"
-…Ya veo.
Con un suspiro se tapó la cara con ambas manos. Su cuerpo estaba temblando nuevamente y una odiosa sensación de frío parecía invadirla a ratos. Inhalo ampliamente varias veces y cuando se sintió más tranquila se recostó sobre el asiento del capitán, con los brazos colgando a los lados y las piernas cómodamente instaladas sobre el tablero de control, más juntas de lo que siempre las colocaba. Darse cuenta de eso le hizo sonreír con ironía, y abrió más las piernas, dejando caer una, pero no fue capaz de mantener la posición mucho tiempo antes de comenzar a sentir escalofríos.
-"¿Qué le dirás a Edward?"
-…Que me dieron una paliza… -dijo, luego de alzar los brazos para ver las vendas que cubrían sus brazos y manos –Creo que tengo pruebas para convencerlo de eso….
-"¿Y ahora?"
-…No lo sé… Tengo que hablar con Gerard... Tuve la mala ocurrencia de nombrarlo cuando… cuando…
Al verse incapaz de decir "cuando ese teniente castaño me arrestó" se levantó violentamente de su lugar, logrando que los muslos punzaran en la ingle más arriba, logrando que cayera de rodillas, víctima de una debilidad que no nacía en su cuerpo, sino en su mente.
-"¿Estás bien?"
La fría voz de Athena le causó un vacío en el pecho que no pudo aguantar sin apretar los dientes. Deseaba que su madre estuviera ahí, para acunarla entre sus brazos y decirle lo linda que era. Quería que su padre le diera masajes en la espalda mientras le contaba de sus pacientes y sus miles de enfermedades raras e inventadas. Por un momento deseó también que su abuelo estuviera ahí para darle un beso en la frente e invitarla a leer algún libro a la biblioteca de la casa principal.
Alguien debería matar al tal McLaren…
-"¿Angelina?"
-…Estoy bien…
Lentamente se levantó y caminó hasta la cocina en donde se preparó una leche caliente. Aún bebiéndola fue a sentarse a una piedra en el exterior, la misma en donde se había encontrado por primera vez con Edward. Se sorprendió de encontrar ahí un pequeño dispositivo de su laptop del que no se había preocupado desde que el rubio había llegado. La lluvia lo había estropeado y sería imposible arreglarlo, pero lo guardó de todas maneras en su bolsillo. En silencio tomó con ambas manos la taza y se concentró en el vapor que salía de esta.
El ambiente era cálido, pero ella tenía frío.
Cuando los ruidos anunciaron el regreso de Edward, Angelina tomó toda su pena y su desasosiego y, guardándolos en un punto muy remoto de su mente, volteó con una sonrisa en la cara.
-¡Angelina! –le saludó, apurando el paso -¿Cómo estás? .¿Qué pasó ayer? –su perorata se detuvo al ver las vendas -¿Acaso esos tipos…?
-Me tomaron por sorpresa –dijo, casi como una disculpa –Sé luchar pero no atiné a nada. Fue una situación muy extraña.
-¿Segura que estás bien?
-… -por unos instantes largos miró los ojos dorados de Edward, su cabello y su expresión preocupada. Entonces sonrió nuevamente, aferrando con más fuerza el tazón de leche, el cual temblaba –Claro que si.
Continuará…
Notas: Bien, costó un poco, pero salió. 11 Páginas. No se acostumbren a estas longitudes, un solo fic en mi vida ha sido constantemente de más de 10 páginas (y ahora está detenido XD que triste . )
Con respecto a lo de los reviews, pues se dieron cuenta que ahora bajo su nombre en los reviews dice "reply". Pues bien, ahora le gente puede contestar los reviews del resto de la gente, no solo los creadores de la historia. Pero la vdd creo que es mejor responder todo por aquí…
Hanasaki: Si, admito que soy muy mala con Angelina y me falta ser más mala aún con ella. ¿En serio crees que la historia se está tornando cursi? Horror, odio las historias cursis. Ahora me pondré en campaña para eliminar eso jajajajajajaja (risa malvada y perversa) jajajajajjajaja. Ojala que te haya ido bien en tus pruebas.
Kamy: Sip, faltan varios (muchos) capítulos. Ni siquiera podría decirte cuantos serán en realidad, pero sé que faltan muchos. Al infinito y más allá…
Fallen Angel: Como compensación a que el anterior fue más corto… ¡este fue más largo! Felices fiestas a ti también.
Kayter: XD el angst es más que un gusto. Es nuestra religión. Jejeje ¿cierto que si debería haber ido? Edward nunca le hizo caso a nadie, pero justo ahí le hizo caso a Athena. En cuanto a Armstrong, jejeje, una ilegalidad no le hace mal a nadie. Y Alphonse… todavía estoy pensando en el nombre pero no se me ocurre ninguno. Había pensado robar uno de otro fic (con el permiso correspondiente) pero es un poco complicado… ¿Se te ocurre alguno? Estoy preocupada por eso. Pero algo es seguro… Armor Alchemist, no será XD. Espero que te haya gustado este cap.
Ya
gente, gracias por leer y que tengan felices fiestas!
Rio
