Crudo Invierno.
Capítulo 7:
Respuesta.
Dedicado a: Naoko Nayamira. Luego de Toorus torturadas y de Akitos que se vuelven gentiles ¿qué más pondrás en tu fic? Estoy esperando, je, je (Que por cierto se los recomiendo a todos, se llama "LOVING YOU" léanlo! léanlo!)… Nao-chan me muero de ganas por hacer esa fiesta que estamos organizando, aunque ya falta poco para semana santa (sí, lo sé, tengo qué resistir y tener paciencia)… Va a estar genial!
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El cielo se tornaba cada vez más iluminado conforme las horas pasaban. Los cantos de las alegres aves que se daban los buenos días unas a otras no cesaban, parecía que se habían despertado más jubilosas y más ruidosas que otros días.
El chico de cabellos plateados que nació bajo el signo del ratón se desperezó tallándose los ojos. Se tocaba la cabeza, tratando de mitigar el dolor que ésta le producía y emitió algunos quejidos y maldiciones.
Vio a todos a su alrededor que aun descansaban por la pesada noche de alcohol. Todos los varones habían dormido en esa habitación, en la habitación de Kyo: El señor Kazuma, Hiro, Momiji, Hatsuharu, el tonto gato y él mismo. Shigure había dormido en la habitación que él tenía, y Hatori y su hermano Ayame dormían en su habitación.
Se bajó de la cama con cuidado para no despertar al conejo que yacía completamente dormido y que se había acostado en la misma cama que él. Una vez fuera del cuarto se dirigió al baño para lavarse la cara.
—Buenos días —le saludó sin ganas al del signo del perro que leía el periódico en la mesa de la cocina y se fumaba un cigarrillo.
—Oh, buenos días Yuki ¿Cómo amaneciste?
—Más o menos… Me duele un poco la cabeza.
—Es normal luego de todo lo que bebiste.
—Como sea…
El nezumi se alejó finalmente y Shigure lo observó irse con una mueca de inconformidad y pensando en lo grosera que había sido la contestación de su primo.
"Yuki se está volviendo un desconsiderado —dijo en su mente.
Se fue a sentar a la sala y encendió el televisor. Esperaba ver a esa chica con ojos color avellana que tanto le gustaba, pero ella no salió de su habitación (lo que hacía que el ratón se sintiera algo irritado).
—Honda-san…
Pensaba llevar acabo lo que le había dicho su hermano '¡Lucha por Tooru-chan!'. Después de todo, era de las pocas veces en que le oía a Ayame decir palabras coherentes. No se quería quedar atrás, quería seguir avanzando, hasta ver ese sueño hecho realidad.
Tenía su mirada fija en la pantalla de su televisor, pero su mente estaba en otra parte. Su mente pensaba en Honda Tooru.
De repente unos ligeros sonidos lo sacaron de su ensimismamiento. Unos pasos que reconocía más que bien. Se volteó y vio a la chica que esperaba. Ella le sonrió y entonces él le correspondió.
—¡Buenos días Yuki-kun!
—¡Hola Honda-san!
Se levantó del sillón y se acercó lentamente hacia ella. Lo que provocó un leve sonrojo en las mejillas de la onigiri. Guardaron silencio unos segundos y entonces el nezumi comenzó a hablar.
—Te estuve esperando Honda-san…
—¿Ah sí? —de nuevo se produjo un silencio—. ¿Y para qué me necesitas Yuki-kun?
—Quería saber si quieres ir conmigo a tomar un helado…
—¿Un helado¡Ajá, ajá! —asintió ella sonriente— ¡Con gusto!
"Par de tórtolos —pensaba Shigure que los observaba desde lo lejos y al mismo tiempo trataba de pasar desapercibido.
Yuki apagó el televisor y salió junto con la onigiri de la casa. La tomó del brazo y entrelazó el suyo con el de la chica. Tooru se puso roja como un tomate, pero luego se controló.
—Ahora regresamos Shigure…
—Ajá… Tráiganme un helado… lo quiero de chocolate.
—¡Estuviste oyéndonos metiche?
—Je, je, yo…
—¿Y cuál es tu sabor preferido Honda-san? —preguntó el ratón ignorando al perro.
"Grosero —pensó Shigure.
—Mmm… Me gustan de todos…
—Pero debe haber uno que sea tu preferido…
—Bueno, si es así… tal vez… ¡el de fresa!
Se alejaron de la casa y sus voces no pudieron escucharse más, Shigure se quedó con las ganas de saber qué más dirían. Minutos después salió de la habitación Kyo con Momiji detrás. Los dos completamente amodorrados.
(Ah! Y ustedes! Sé lo que están pensando… Están pensando 'Ahora éste se equivocó de pareja' Pues no! Esa es como una pareja secundaria que estoy introduciendo… Así que ni crean que se me ha olvidado que la pareja principal en este fic es la de Kagura y Kyo… Ah no, cuál era:p).
—Kyo… prepárame algo para comer ¡Tengo hombre! —le dijo el usagi.
—¿Quieres algo para comer?
—¡Sí!
—Pues prepáratelo tú… y se dice 'hambre'.
—Yo también quiero que me prepares algo para comer Kyo —dijo Shigure emocionado y alzando la mano desde lo lejos.
—¡Tú cállate perro!
—¡Qué malo! —al inu le salían gruesos chorros de lágrimas de los ojos.
—Por favor Kyo —suplicó el usagi juntando sus manos y poniendo ojos grandes y tiernos.
—¡Ah! Está bien, voy a hacer algo… pero sólo porque yo también tengo hambre.
—¡Yupi! —dijeron al mismo tiempo Momiji y Shigure muy emocionados, mientras daban saltitos tomados de la mano.
"Y dice que es un 'adulto' —pensó Kyo agarrándose la cabeza— ¿Shigure has visto a Tooru?
—Eh… sí, salió con Yuki a comprar unos helados.
—¡Con Yuki? —gruñó.
—¡Qué rico, yo quiero un helado también! —gritó el usagi— ¡Lástima que ya se fueron¡Kyo quiero un helado!
—Al rato te llevo a comprar un Momiji —le dijo el neko fastidiado, mientras entraba en la cocina.
—Y yo quiero otro —terció el perro levantando la mano.
Momentos después Ritsu salió del cuarto, también adormilado y un poco despeinado. Vestía su pijama y se tambaleaba un poco, mientras caminaba. Realmente se sentía mal.
—¿Ya estás bien Rit-chan? —le preguntó Shigure.
—Eh… sí —dijo un poco apenado.
—¿Recuerdas lo que pasó anoche?
—Sí… ¡Perdón¡Perdóneme todo el mundo por lo que hice anoche¡Por favor perdónenme, que me perdonen todos!
—Calma, suficiente tienes con la resaca, para que encima te sientas culpable —dijo el perro, mientras le golpeaba suavemente en la cadera. A su mente volvió lo de la noche anterior:
—Creo que a Rit-chan ya le gustó el whisky —le decía Ayame a Shigure en silencio.
—Sí, parece que sí…
—¡Ja, ja, ja¡Perdón¡Les pido perdón a todos! —el yamazaru traía una botella en la mano y se tambaleaba como bailando solo— Perdón ja, ja, ja, aunque no sé para qué quiero que me perdonen ja, ja, ja.
De repente se paró enfrente de la onigiri y la miró a los ojos.
—¡Vamos a bailar Tooru-san! —la cogió de las manos y entonces la haló para que se levantara. Comenzó a zarandear a Tooru. El neko quería separarlos, pero Kagura lo detuvo, diciéndole que todo estaba bien. Que se estaban divirtiendo.
Ritsu comenzó a girar y girar junto con la castaña, hasta que pararon y cayeron al suelo completamente mareados. Hatori y los demás adultos fueron hasta Ritsu y le quitaron la botella para que no siguiera tomando.
—¡Perdón¡Perdón Tooru-san por haberte tirado¡Por favor, perdóname!
—Ven aquí —le dijo el perro al mono cuando el recuerdo terminó y lo sentó en el sofá junto a él para comenzarle a hacer "piojito" (o sea, a rascarle la cabeza suavemente, por aquellos que no sean de México. Se siente bien rico! alguien que me haga piojito por favor!).
—¡Gracias!
—¡Kyo¿ya está la comida!
—¡Cállate perro tonto que no soy máquina! —se oyó desde la cocina.
—¡Shi-chan, yo también quiero piojito!
Shigure le hizo un ademán a Momiji para que se acercara al sofá y comenzó a hacerles a los dos, mientras el yamazaru y el usagi disfrutaban completamente extasiados con los movimientos tan placenteros (y no sean mal pensados òó).
"Ya nada más falta que venga Kisa y también quiera piojito, tendría qué hacérselo con un pie o algo así —pensó el inu.
En eso salió Hatsuharu de la habitación. Ya no llevaba su pijama, si no que y se había bañado y vestido con su ropa normal. Bajó las escaleras y fue hasta la sala, completamente despierto.
—¡Qué onda? —saludó a todos.
—¡Hey Haru! —le contestó el perro.
Fue hasta la cocina y vio al neko allí preparando algo para la comida.
—¿Y ahora por qué tu haces de comer¿Dónde está Honda?
—Ella salió.
—Ah, ya veo… ¿quieres que te ayude?
—Algo estás tramando¿verdad? —le dijo mientras lo veía con miradas sospechosas.
—¿Quieres o no quieres que te ayude?
—Está bien…
—Eres muy desconfiado Kyo.
—Haru… ¿qué pasó anoche con ya sabes quién? —le cambió el tema.
—¿De qué hablas?
—No te hagas… Luego de que Hanajima y tú bailaron se desaparecieron.
—…
—¡Anda, contéstame!
—¿Y para qué quieres saber?
—Simple curiosidad…
Eso era cierto. La noche anterior Uotani Arisa bailara con casi todo mundo se decidió al final por el del signo de la vaca, quien no estaba del mejor humor en toda la noche. Pero el alcohol le sentaba muy bien.
La chica punk se fue a sentar en donde estaba su amiga la dark y la onigiri.
—¡Baila con alguien Hana-chan! Te la has pasado toda la noche sentada…
—No, gracias. No me gusta bailar —le respondió sin inmutarse con una voz sombría.
—¡Anda Hana-chan, yo te apoyo! —le dijo Tooru animada.
—¡Hey Haru! —Uo-chan fue hasta donde estaba el de cabellos nacarados y le susurró algunas cosas al oído, mientras él le 'echaba un vistazo' a Hanajima Saki y luego le sonreía. Hana-chan seguía sin cambiar su expresión. Él se levantó del lugar del que yacía sentado y fue hasta donde estaba la dark.
—¿Quieres bailar Hanajima?
—No, gracias —dijo sin más.
—Entonces te lo diré de otra manera… ¡Vamos a bailar!
Pero la de cabellos de ébano seguía sin moverse, ni siquiera lo volteaba a ver.
—¡Sí, vayan! —animó Tooru y le dio algunos empujoncillos a su amiga hasta que se paró, aun sin querer.
—Aquí déjanos tu velo, nosotros te lo cuidamos —Uotani le quitó la tela casi transparente que le cubría la cabeza para que tuviera las manos libres y pudiera estar más cómoda.
—¡Sí! —gritó la onigiri.
Se fueron hasta el centro de la habitación (por no decir que Haru arrastró a Saki) en la cual bailaban todas las parejas. Allí bailaban el señor Kazuma y Kagura; y Momiji con la pequeña de Kisa (lo que provocaba los celos incontrolables de Hiro).
—Pero yo… no sé bailar —dijo y un leve sonrojo cubrió sus pálidas mejillas.
—No te preocupes, las baladas son fáciles de bailar. Son lentas y no hay qué hacer pasos difíciles —Hatsuharu colocó sus manos alrededor de la cintura de la chica y al final ésta puso sus manos en los hombros de su compañero— Solo sígueme.
Pasaron algunos minutos y Hana-chan por fin le tomó el paso a Haru.
—¿No te da calor vestirte siempre de negro? —dijo para tratar de iniciar una conversación.
—Tú también vienes de negro…
—Sí, pero yo no uso este color todos los días y a todas horas.
—Escucha, si me vas a criticar por mi manera de vestir prefiero ir a sentarme otra vez.
—No —la detuvo y volvió a tomar su mano— discúlpame, no lo quise hacer.
Ella lo miró a los ojos y entonces supo que en verdad lo sentía. Decidió seguir bailando con él. Se dejaron llevar por el suave ritmo de la música. Hatsuharu la observaba, pero ella desviaba su mirada. A lo lejos Tooru y Arisa los miraban y les guiñaban un ojo.
—Sabes Hanajima —comenzó el de cabellos blancos y ella lo miró a los ojos— Nunca te había visto con detenimiento, hasta ahora… Y me di cuenta de que eres linda… muy linda.
La chica desvió entonces su mirada por pena y sintió que las mejillas le ardían, pero no quería que su compañero se diera cuenta de eso. Así que trató de ocultarlo, sin éxito.
—Gra… gracias.
—¿Te gusta observar la luna? —continuó él con la plática— ¡A mí me encanta! Me relaja bastante cuando estoy de mal humor…
—Sí, a veces la miro para inspirarme.
—¿Inspirarte?
—Para pintar, o escribir, hago ambas cosas.
—¡Wow! No lo sabía, sí que eres un estuche de monerías —él seguía mirándola a los ojos y le sonreía ligeramente— ¿Por qué no salimos y observamos la luna un rato allá afuera?
—No sé si sea pruden…
—¡Por favor! —suplicó.
—Está bien… vamos.
Dejaron de bailar y salieron del lugar, nadie se dio cuenta, ya que había más parejas bailando, solo Tooru y Uotani pudieron percatarse. Se vieron envueltos por toda aquella oscuridad de la noche. Solo la luz de la luna y de las estrellas los iluminaba.
Hatsuharu suspiró y una ligera sonrisa se dibujó en su rostro. Se sentaron en unas sillas mecedoras que había en el patio. Y continuaron mirando el cielo. Hanajima se sentía muy bien con todo aquello, parecía que le agradaba aunque su rostro no lo demostrara.
El de cabellos blancos tomó la mano de la chica lentamente. Pensó que ella iba a separarse, pero no fue así.
—¡El cielo es hermoso Hanaji…! —se detuvo— ¿Puedo llamarte por tu nombre?
Ella asintió.
—Ok, entonces te llamaré Saki —dijo— ¿A ti también te gusta observar el cielo?
Volvió a asentir, pero esta vez esbozó una sonrisa ligera.
—¡Te ves hermosa cuando sonríes!
Sus mejillas se volvieron a teñir de un brillo carmesí. La chica se sentía un poco apenada, pero también se sentía a gusto.
—Nada, solo salimos a platicar —le dijo Haru a Kyo— ¿Tiene algo de malo que hayamos salido a platicar?
—¡Bah! Da lo mismo —espetó el gato y salió de la cocina. El del signo de la vaca emitió unas risillas. No le contaría a nadie que pasó algo la noche anterior entre ellos dos.
—Nunca —murmuró para sí mismo.
Mientras tanto el neko fue hasta donde estaban Shigure, Momiji y Ritsu, ya dormidos. Le daban muchas ganas de sorprenderlos con un grito para despertarlos, como había hecho el perro una vez. Pero tuvo qué aguantarse y solo los movió para que se despertaran.
—Ya está la comida… ¡Despierta!
—¿Eh¿Eh? —el perro se despertó todo despistado.
—La comida ya está lista…
—¡Ah! Gracias Kyo —gritó emocionado como un niño.
—Vayan al comedor. Haru y yo serviremos…
—¡Qué serio Kyo! —volvió a decir, pero el neko lo ignoró. Despertó a sus primos, quienes dormían junto a él. Ritsu recargado sobre sus piernas y Momiji sobre su hombro.
—No quedamos dormidos —anunció Momiji.
—¡Perdón por haberme quedado dormido¡Perdón! —estalló el yamazaru.
—Pero Ritsu no tienes qué pedir perdón. Lo disfrutamos —le dijo el usagi, mientras lo habían hecho que se calmara (con ese golpecito).
Shigure fue a despertar a Kazuma y a Hiro; y Kyo fue hasta la habitación de las chicas a despertar a Kisa, Kagura, Uotani y a Hanajima.
—¿Crees que deba despertar a Hatori y a Ayame?
—No, es mejor que los dejes dormir un poco más —le dijo Shigure al neko.
Se reunieron en el comedor que estaba en la cocina y allí se sirvieron de la comida que había preparado el neko. Haru le lanzaba algunas miradillas a Saki, mientras ella se sonrojaba.
—¡Sabe muy bueno Kyo! —le dijo Kagura muy animada— ¿Así vas a preparar la comida cuando nos casemos?
—No, porque nunca nos casaremos —espetó, mientras recibía un tremendo puñetazo por parte de la chica.
"No quisiera ser Kyo —pensó el inu, mientras trozaba un pedazo de carne con el cuchillo. Kazuma solo sonreía nervioso, sorprendido por la fuerza de su alumna.
Al final Uotani y Hanajima se despidieron de los miembros de la familia Souma y se fueron de la casa de Shigure sin haber visto a Tooru. También Kagura y el señor Kazuma acordaron irse (no sin antes un brazo ultra asfixiante para Kyo por parte de Kagura). Momiji y Ritsu decidieron quedarse un poco más en ese lugar.
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Abrió los ojos una vez que se sintió conforme con las horas que había dormido y sintió el cuerpo desnudo de Hatori debajo del suyo, carente de toda emoción y dueño de una respiración acompasada. Le gustó esa deliciosa calidez que despedía y no quiso separarse de él. Se acomodó en su regazo, colocó la cabeza en su pecho y lo abrazó con fuerza, pero teniendo cuidado de no despertarlo.
Jaló la sábana blanca para cubrir su cuerpo y sentir calor del otro lado. Se acercó hasta la cabeza del de cabellos azabaches y le dio un suave beso en la mejilla.
Aparecieron algunas imágenes en su mente, recordando lo de la noche anterior y entonces sonrió con sensualidad…
Comenzó a besarlo suavemente. Él se había sorprendido por aquello. Jamás pensó que Hatori fuera a hacer eso. Jamás… Comenzó a corresponderle y probó esos delicados labios que estaban algo húmedos y que hacía tiempo que se le habían antojado. Tomó el rostro del otro en sus manos y terminó con el beso dulce.
El dragón volvió a acercarse a sus labios, pero esta vez los mordió un poco. Iniciaron de nuevo un beso, pero esta vez fue un poco más apasionado. Parecía que querían devorarse el uno al otro y no dejar nada qué desear o de qué arrepentirse después. Querían entregarlo todo. Sentían cómo el aire de sus respiraciones agitadas se mezclaba.
Ayame pasó con lentitud las puntas de sus dedos por la espalda desnuda de Hatori y éste se arqueó un poco y emitió un jadeo. Era muy excitante para él sentir eso y por qué no admitir también que le encantaba. Volvió a darle algunos besos cortos, pero profundos.
Se deshizo con desesperación del abrigo de color rojo que lo cubría y el de cabellos negros le despojó de la sudadera blanca que traía debajo, solo dejando el pantalón. Eso les permitiría disfrutar más las caricias y los besos, al menos por el momento. Después, sabrían qué hacer con las prendas que quedaban.
Allí tenía a Ayame y no pensaba dejarlo escapar. Al menos no esa noche.
—De aquí no saldrás vivo —le dijo con un tono de sensualidad en su voz que daba mucho qué desear.
—Uh, ya quiero saber qué es lo que me harás —le contestó el otro con el mismo tono y se mordió el labio inferior. Entonces se sonrieron.
Se quedaron algunos minutos observándose, sin decir ni hacer nada y después Ayame sintió cómo el dragón acercaba su olfato al cuello. Al parecer su perfume lo volvía loco. Pudo sentir los fríos labios de Hatori que rozaban con suavidad su cuello y no quería que dejara de hacerlo. Succionaba un poco, pero no demasiado para no dejar marcas y después lo hacía en otro lugar.
Subió con calma hasta su barbilla y luego volvió a darle otro beso, más lento que los anteriores. Descendió y se posó nuevamente en el cuello, pero siguió bajando hasta el pecho. Hatori tenía toda esa zona para él solo y no pensaba desaprovechar esa oportunidad que el destino, o tal vez el alcohol, le brindaba.
Siguió avanzando, mientras dejaba un camino húmedo a su paso y provocaba un delicioso éxtasis en Ayame que no podría describir con palabras, se dejó llevar por unos momentos disfrutando del acto del otro.
El chico de cabellos plateados llevó una de sus manos hasta el rostro de su amante y lo detuvo, tomó su mejilla y lo miró a los ojos. Hatori entendió el mensaje y se acercó hasta el rostro de Ayame, en donde probó sus labios, que ya habían perdido la humedad que él les había brindado.
—Te extrañé —susurró con delicadeza en su oído una vez que se detuvieron—. Te extrañé mucho cuando te fuiste a Estados Unidos.
—Aquí estoy y desde ahora no pienso dejarte —dijo, ésta vez con un tono de dulzura en su voz—. Jamás…
La hora había llegado. Se miraron y supieron inmediatamente lo que vendría, trataron de disimular su sonrojo con una sonrisa tímida, pero también un poco traviesa. Rápidamente se deshicieron de lo que les quedaba de ropa y su excitación y su deseo era más que evidente, ya no podían ocultarlo.
Hatori miró la blanca piel de Ayame y la rozó con sus dedos. Se acercó a su cuerpo, completamente desnudo, y lo abrazó con delicadeza. Ayame se volteó, para quedar de espaldas a él, pero el dragón lo detuvo y lo posicionó de frente.
—Prefiero ver tus ojos —le dijo con su voz grave.
Acercaron sus miembros y comenzaron a rozarlos lentamente, lo cual arrancaba algunos gemidos por parte de los dos.
Hatori besó a Ayame y después pasó dos de sus dedos por su abdomen y fue descendiendo hasta llegar a su entrada que estaba caliente. Metió uno de los dedos y comenzó a acariciar esa zona. Los gemidos de Ayame le enloquecían. Sacó uno de los dedos y metió el otro, más profundamente.
Se colocó la protección y acomodó a Ayame encima de sí. Acarició las blancas piernas y metió su hombría por esa entrada con cuidado para no lastimarlo. Ayame jadeó una vez más por la sensación que le producía la invasión.
Hatori comenzó a moverse de atrás hacia delante con delicadeza y disfrutando cada segundo de la estrechez y la calidez de esa entrada.
—¿Estás listo? —preguntó Hatori travieso.
Ayame afirmó entre gemidos.
El dragón tomó los glúteos del hebi y comenzó a introducir su miembro con una excitante precipitación y con movimientos más enérgicos. Ayame acarició los suaves pezones marrones de Hatori y entonces lo besó.
Parecía que el tiempo nos les alcanzaría, ya que comenzaba a amanecer. Hatori se movía con más rapidez y con cada momento que pasaba se acercaban al clímax.
Hatori se recostó en la cama sin salir del interior de su amante y entonces Ayame se sentó encima de él continuando con los feroces movimientos que les provocaban una excitación incontrolable.
El cuerpo del hebi comenzó a contraerse rítmicamente cuando ya no pudo más. Se derramó lentamente encima de Hatori, mientras profería sus últimos gemidos. Las contracciones de la estrecha cavidad de Ayame provocaban una sensación demasiado placentera en el miembro de Hatori.
Ayame se acercó hasta los labios de Hatori, mientras él continuaba con las arremetidas. Continuaron con el suave beso y fue en ese momento en el que él experimentó ese delicioso clímax que esperaba con impaciencia. Jadeó incontrolablemente, mientras salía del interior del otro con suavidad.
Una vez que se asearon el hebi se recostó encima del dragón y así fue como, las horas siguientes, durmieron con calma, uno cerca del otro y con las manos entrelazadas, sin soltarlas en un solo momento…
El delicioso recuerdo terminó y Ayame permaneció allí algunos minutos más, encima del cuerpo durmiente de Hatori.
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Algunas horas después la pequeña onigiri y Yuki regresaron con algunos helados para los inquilinos en la casa.
Hatori y Ayame salieron de la habitación tomados de la mano. Ayame demostraba lo feliz que se sentía con sonrisas y coqueteos hacia Tooru que hacían que el neko y el nezumi se enfurecieran (y casi lo golpearan). Hatori por su parte escondía en su interior todas esas emociones y todo ese regocijo que sentía tras esa máscara sin expresiones.
El dragón tomó un helado de chocolate y el hebi saboreaba uno de vainilla.
—¡Está delicioso! —gritaron al unísono Momiji y Tooru, mientras probaban su helado de fresa.
Decidieron mirar una película en la televisión y todos los presentes se reunieron en la sala cuando el sol se ocultaba en el horizonte, comiendo los helados. Hatori y Ayame aprovechaban la oscuridad del lugar para darse uno que otro besillo en la boca y derramar más miel.
—Ya ha pasado algo de tiempo… y dime ¿te irás conmigo a Estados Unidos? —le preguntó tomando su rostro.
—Sí Hatori, quiero ir contigo a Estados Unidos y nunca más separarme de ti…
La tarde continuó en ese lugar y mientras llegaba la noche el cielo se alumbraba con las estrellas y la luna.
Fin del capítulo 7.
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Disculpen todos la tardanza, pero es que tengo otros fics qué actualizar y aparte sucedió una desgracia en mi casa y no podía usar la computadora (sí, lo sé, ustedes no tienen la culpa de eso, pero para el siguiente me voy a apurar, lo prometo!).
Qué les pareció el lemon? 0/0 me dio algo de penita escribirlo, pero por fin lo hice, ojalá que les haya gustado. También quiero hacerles una pregunta, qué prefieren: un final feliz o uno triste? Es que todo me está saliendo muy rosita y pues no me gusta tanto eso. Espero me respondan.
Ahora vamos con las contestaciones a los reviews:
Dark Angelicus: Gracias por el review! Pues sí, no solo es impresión tuya. Shigure siente algo por Ayame.
Iria: Sí, le echaré muchas ganas! Gracias por tu apoyo y por el review! Tienes razón, actualizar se vuelve casi una tarea imposible, pero te deseo mucha suerte!
Azka.Chan-LoveYaoi-RedMoon: Gracias por tus palabras! Gracias! Tienes razón… Muerte a Akito y que no toque a Hatori!
Misi-chan: Qué bueno que te gusta! Espero te haya agradado este capi y gracias! (Una duda… qué es 'peloteo'?). Que te la pases bien y bye!
Eri mond licht: Je, je, qué bueno que te gustó mi intento de comedia… Sí, bueno, es whisky, pero en español es güisqui, aunque todos lo conocemos como la primera. Solo el maestro bebe sake. Arigatou gozaimasu y sayonara!
Niii-chann: Je, je, otra… Gracias y te veo luego!
Dark lady kira: El que más te gusta es el capi seis? Je, je, qué bueno, creo que a mí también. Arigatou!
Naoko Nayamira: Muchas gracias por tu apoyo y por volver a recordarme que tan solo tengo qué confiar, eres incondicional! Te gustó cómo me quedó el lemon? Espero que sí. Nos vemos!
Kaoru yasami: Latosa? No, claro que no, a mí también me gustaría platicar contigo. Sólo que sucedió una cosa… tu e-mail no apareció en el review. Si quieres puedes checar mi profile y de allí conseguir mi mail y me agregas, ok? Espero verte pronto! Bye!
No me dan ganas de seguir poniéndolo, pero ni modo… Los personajes de Fruits Basket le pertenecen a Natsuki Takaya, e insisto en que hago este fanfic sin fines de lucro.
Disculpen las contestaciones breves, pero es que tengo mucha prisa, ya me tengo qué ir a clases! Nos vemos en el siguiente.
Mata ne!
Joe the time traveler.
