Bueno, los personajes no me pertenecen, si no a su creador Masashi Kishimoto.

Advertencias: Au, Situaciones relacionadas a violencia física, psicológica, depresión, abuso físico, temas de conflicto moral, entre otras cosas. Dark Fic.

Advertencias del capítulo: Dilemas de conflicto moral.


Capítulo 5.- Stars.

El cabello castaño se le hizo conocido, la inclinación en la que la chica la veía era porque seguramente le estaba pidiendo un favor, pero aunque la miraba mover la boca, no supo que era lo que le estaba pidiendo, aunque no parecía ser tan complicado.

Ella dijo algunas palabras, y unos ojos color chocolate la miraron con emoción y agradecimiento. La chica dijo unas palabras más sonreírle de manera sincera y alejarse corriendo hacía el salón.

Sintió una sensación agradable en el pecho y sujeto sus manos una contra la otra, balanceándolas levemente.

De un segundo a otro no pudo respirar, viendo de forma borrosa a quien estaba sobre ella, el cabello era negro, pero no alcanzaba a distinguirlo del todo, lo que sabía era que tenía mucho miedo.

Sintió un golpe sobre su rostro y abrió la boca sin querer, para después sentir como las pastillas entraban en su boca. Trato de boquear, no podía respirar, pero por más que pataleo no pudo hacer nada…

Despertó con un sobresalto, apenas pudiendo contener el grito que amenazaba con salir de su garganta. Se aferró a las sabanas de su cama mientras respiraba entrecortadamente, en un intento de calmarse a sí misma, pero el miedo que tenía en el sueño, no había desaparecido por completo.

Antes de que pudiera notarlo, las lágrimas corrían por sus mejillas, y los sollozos se hicieron cada vez más frecuentes.

La puerta se abrió con algo de brusquedad, y por ella entró un chico de cabello negro, que la vio con cierta preocupación, acercándose a ella de forma lenta, midiendo su reacción.

− Doctor Uchiha – Le llamó con voz entrecortada.

En los días que llevaba despierta, se había dado cuenta que él chico no era del todo expresivo, así que la idea de pedirle un abrazo estaba descartada, y más por la cara del chico, que se veía que no sabía qué hacer con ella.

− ¿Qué pasa?

Hinata se limpió la cara con las manos y lo miró por unos segundos.

− ¿Qué me paso? ¿Cómo me hirieron?

Lo vio ponerse rígido por unos segundos, antes de mirar los medicamentos en el buró al lado de su cama y extenderle una pastilla.

− Lo importante es que estás a salvo – Le dijo sirviendo el agua – Esto te ayudara a descansar.

Hinata asintió, viendo sus manos, esperando el medicamento.

Luego de tomárselo y acostarse de nuevo, sintió la mano del moreno sobre su cabeza, en lo que pretendía ser una forma de brindarle un poco de consuelo. Sasuke se quedó a su lado, aun después de que la chica se hubiera dormido.

El moreno la vio dormir con tranquilidad y se quedó en la habitación por unos minutos más.

¿Ella recordaría lo que le había pasado? ¿Qué le diría si le preguntaba de nuevo?

Salió de la habitación con paso lento, con algo de incertidumbre, no sabía si la chica recordaría todo o no. ¿Qué haría si llegaba a recordar su apellido? ¿Si preguntaba por el resto de su familia?

No sabía que pasaría después.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

La luna apenas atravesaba las cortinas, así que la iluminación en la habitación era muy poca. Pero no necesitaba la luz, sabía, exactamente, donde estaba cada cosa en esa habitación.

El chocolate bajo la almohada, que su hija siempre dejaba para comer algo si se le hacía tarde y no quería despertar a los trabajadores de la cocina. Estaba bajo la almohada porque él le tenía prohibido los dulces. La había descubierto hace mucho tiempo, pero nunca quito el chocolate de su lugar, para que no se sintiera en problemas.

Los vestidos en el tercer cajón, y las blusas largas en el segundo.

Los zapatos estaban totalmente acomodados, ella nunca dejaba nada fuera de lugar. Incluso el escritorio, solo tenía los libros de la escuela y algunas libretas. Nada estaba desordenado, cada cosa estaba en su lugar, excepto que su hija, ya no estaba en esa habitación.

Suspiró mirando la tenue luz de la luna que se colaba por el hueco que dejaba la cortina.

− Hinata.

Su hija, la que más se parecía a su madre, se había quitado la vida.

Apretó los labios con fuerza, la vida de su hija no debía terminar de esa manera, ella tenía un futuro brillante, ella sería la que llevaría a la empresa a una nueva era, pero de la noche a la mañana, el futuro se había cortado, llevándose a su hija de su lado.

Se sujetó la frente con fuerza, ¿Qué haría si había perdido a su esposa y a su hija?

Él debía dar la cara como el líder de la familia Hyuga, se tuvo que mostrar sereno cuando lo que quería era abrazar el cuerpo de su hija, rogando por que dios le diera una segunda oportunidad de vivir.

La vida le había arrebatado una vez más a una de las personas que más quería, una de sus razones para vivir, ¿Por qué fue tan ciego? ¿Por qué no lo noto antes?

Ella había querido hablar con él, y si hubiera adelantado su junta, si la hubiera cancelado, tal vez su hija aún estuviera con él. Apretó los puños con fuerza. El tal vez, jamás le devolvería a su hija…

La había perdido para siempre.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

− ¿Todo bien?

Alzó sus cansados ojos y le asintió a Ino mientras se servía más café. Eran pocas las veces que salía de la morgue para ir a almorzar, pero dado que no había dormido mucho, si no se alimentaba se quedaría dormido.

− Yosei me pidió ayuda con unas muestras.

Ino resopló alzando las manos en un intento de imitación, dejando pasar el moretón en la mejilla de su compañero.

− Yosi˗Chan me necesita – Bufó – Dile a esa niña que se olvidó del resto de sus amigos.

Sasuke la miró por unos segundos.

− Ok.

Ino lo miró con molestia.

− No se lo digas – Bufó – Lo siento, lo de Hinata me dejó preocupada, tenía tiempo sin verla, ¿Tú verificaste el cuerpo?

Sasuke asintió.

− Aunque tardé varios días en darme cuenta que era esa "Hinata".

Ino miró su café.

− Es cierto que era muy discreta… Pero creo que debimos mantener más el contacto.

Sasuke miró su café también, sin saber que contestar.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Alejó su vista de la fotografía, que llevaba viendo más de media hora. Sus padres, su hermano y él, todos con una sonrisa en el rostro, felices.

Dio vuelta a su silla y miró el cielo azul a través del gran ventanal. La propuesta de Tsunade no lo había dejado dormir, la idea de retomar un tratamiento tan doloroso sin el apoyo de su hermano le daba escalofrió, así como también lo hacía la idea de decirle a él que estaba enfermo.

Le daban una oportunidad, una nueva oportunidad para vivir, esforzarse para sobrevivir, pero… ¿Para qué quería sobrevivir?

Sus padres estaban muertos, su hermano no le hablaba, ¿Qué razón tenía para seguir luchando?

− ¿Itachi˗Kun?

Desvió la mirada del ventanal, viendo a una chica castaña entrar a la oficina con paso lento.

− ¿Qué pasa?

La castaña se acercó al escritorio y le entrego una nota.

− Te la manda Obito˗San.

El moreno leyó la nota, cerrando los ojos por unos segundos y asintiendo con la cabeza. Con las cosas tan tensas, llegado al punto de que la empresa casi se declaraba en bancarrota, las cosas entre Obito y Madara se habían puesto muy difíciles.

− Me hare cargo, gracias.

La chica asintió, saliendo con lentitud de la oficina.

El moreno volvió a ver el cielo. Sabía lo que Izumi sentía por él, pero él no sentía lo mismo por ella, no se encontraba en un momento de buscar amor, y esa era otra de las razones para no aceptar el tratamiento.

Bufó poniéndose de pie, sin dejar de ver el ventanal, y recargando su peso ligeramente en él. Era un vidrio templado, no se rompería solo con recargarse, se rompería si lanzaba su silla contra él. Podría tomarse como un accidente tal vez, pero romper el vidrio, aun con la silla, no sería tan sencillo.

La caída sería larga, lo suficiente para pensar con lo poco que hizo con su vida, para sentir el viento sobre su cabello por última vez, un adiós con el viento.

Cerró los ojos, respirando pausadamente mientras se despegaba del vidrio y caminaba hacía la puerta, necesitaba evitar que los empleados se quedaran sin trabajo antes de morir.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Tamborileo los dedos sobre el escritorio, esperando la respuesta, que posiblemente no recibiría hasta esa noche, si es que tenía suerte.

Toco su mejilla por inercia, la castaña le había dado un puñetazo apenas reaccionó a lo que él moreno había hecho con la que fue su compañera de preparatoria. No solo había jugado con su vida, si no con la de su familia.

El problema era… que no podía culparla.

¿Tan indiferente se había vuelto que no notó que la chica en su mesa fue su compañera de clases?

Recargó la cabeza en la mesa, tan concentrado en su trabajó, en seguir adelante, que se olvidó de todos aquellos a su alrededor.

"Voy a curar la muerte".

Bufó, levantando la cabeza, mirando la computadora.

Esa había sido su meta desde niño, evitar el dolor de la perdida que provocaba la muerte de las personas queridas. Y lo había logrado. Él había curado la muerte, había regresado la vida a una persona, le había dado una segunda oportunidad… Pero según las palabras de Yosei, había quitado la oportunidad de descanso.

No sabía que había orillado a la chica a tomar la decisión de quitarse la vida, además, sabiendo que posiblemente no había sido así, y alguien la había matado, ¿Cómo saber que no lo intentaría de nuevo? ¿Cómo reaccionaría ella si recordaba ese momento?

Hinata era una chica muy dulce y amable, ¿Quién querría hacerle daño?

Cerró los ojos un momento. Él mismo se lo había hecho, quitándole el descanso que ella había anhelado.

¿De verdad quiso jugar a ser dios?

Resoplo, recargando los codos en la mesa y poniendo la cabeza entre sus manos.

Ni siquiera la recordaba del todo, aunque hubieran estado parte de la primaria, además toda la secundaria y preparatoria juntos, tal vez habían asistido a las mismas galas y reuniones solo por la familia a la que pertenecían… ¡¿Cómo demonios no la recordaba?!

− Hyuga Hinata.

La chica de ojos blancos, que ahora tenía de un tono lavanda, y que lo había salvado de una situación incómoda en la secundaria. La persona más tierna y gentil del mundo, que además era amable y educada. Todo lo contrario a lo que él era.

Gruño de mala manera al ver que la puerta se abría y por ella entraba una pelirosa, a la que ya había tenido que correr en días anteriores, en los que no dejaba de ir a buscarlo. Tendría que ir a hablar con Tsunade si la chica no se detenía.

− ¿Qué quieres? – Le pregunto en un tono hosco.

La chica puso cara de dolor, pero le sonrió después de eso.

− Quería saber si querías ir a comer, ya es la hora.

Sasuke miró su reloj y negó con la cabeza, tomando la cartera y las llaves del escritorio, y colgando su bata en el gancho de la puerta.

− No, quedé de comer con Yosei – Mintió empujando a la chica para poder cerrar.

Sakura se alejó un poco de él y le volvió a sonreír tomando su brazo.

− Seguro que no le molestara.

Sasuke se soltó agitando el brazo con molestia.

− Estamos trabajando juntos Sakura – Le espetó alejándose de ella.

Sakura apretó los puños viendo cómo se dirigía hacia el estacionamiento. Tendría que hablar con su padre sobre el apoyo a las empresas Uchiha.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Subió corriendo las escaleras eléctricas, con las carpetas pegadas al pecho. Era tarde. Era muy tarde de hecho, y el anciano Reto no era conocido precisamente por su paciencia en esas reuniones. Esquivo a un chico al llegar al piso, y dando una leve inclinación, volvió a correr. Se había tardado más de lo esperado analizando con Sai las posibilidades de problemas.

Pasó junto a Shijima, pero solo le dio un leve saludo con la mano, antes de entrar sin llamar a la oficina del pelirrojo, donde este ya la esperaba. La castaña le sonrió, tomando asiento frente a él, dejando la carpeta en el escritorio. Gaara le sonrió quedamente de nuevo.

− Ya no tarda en llegar.

La castaña asintió, mostrándole la carpeta.

− Sai dice que no habrá problemas, ya que se especificó en las directivas que él firmo.

Gaara analizó los documentos por unos segundos, para luego fruncir el ceño.

− ¿Estás segura que funcionara?

La castaña tamborileo los dedos sobre el escritorio.

− No lo sé – Confesó – El cáncer es demasiado agresivo, y conforme a la muestra, se realiza la dosis y los químicos que pueden combatirlo, pero nada es seguro – Miró a Gaara por unos segundos – Puede morir con el tratamiento, pero si no se le aplica, también morirá.

El pelirrojo asintió, viendo los archivos de la carpeta. Se levantó cuando tocaron la puerta, dejando pasar a Reto, y acompañándolo hasta la mesa, donde ya lo esperaba la castaña.

− ¿Todo en orden?

Gaara asintió, pasándole la carpeta.

− Las directivas de Yashamaru – Dijo sacando otra carpeta del escritorio – Lo demás no está en nuestras manos.

Reto asintió con calma, decir que Yashamaru era más un padre para Gaara que Rasa era poco decir.

− Afectaría en algo a la empresa en caso de que pasara algo no deseado.

La castaña negó con la cabeza.

− Es un caso personal – Dijo abriendo en la carpeta y buscando una hoja que le paso poco después – Pero no estamos violando ningún protocolo, por lo que no habrá problema.

Reto asintió.

− ¿Ya pensaron lo de la empresa Uchiha? – Dijo viéndolos a ambos – Aunque al parecer Rasa no se ha dado cuenta, los dueños son la empresa Lumen History.

La castaña asintió, sonrojándose un poco.

− Lo hable con mi madre, pero a ella y a mis hermanos tampoco le parece aliarse con las empresas Uchiha.

Sin mencionar que fue una de las empresas que quiso desestabilizarlos y comprarlos apenas murió su padre. Y que lo intentó de nuevo cuando murió su tío.

− Me esperaba eso – Se lamentó – Madara nunca ha jugado limpio, así que no encontrara alguien que lo ayude ahora.

Gaara le paso otro papel encima del escritorio.

− Estos son los concejos para invertir – Dijo buscando otro papel – El mayor de los hijos de Fugaku vendrá pronto para analizar las opciones de ayudarlos sin involucrarnos directamente.

Reto sonrío levemente. Sin duda no se habían equivocado al escoger a Gaara como el reemplazo de su padre. No podían aliarse con la empresa de Madara, pero tampoco generaban hostilidad en caso de que se recuperaran.

− Manténganme informado, yo lo hablare con los demás.

Los dos asintieron, poniéndose de pie para acompañar al hombre a la puerta.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

− ¿Es mi comida favorita?

Sasuke miró a Hinata un poco extrañado.

− No que yo lo sepa – Dijo viendo los onigris sobre el plato – Según me dijo Yosei son los rollos de canela.

Hinata le sonrió.

− ¿Es muy cercano a mi prima?

Sasuke asintió levemente.

− Somos amigos desde que éramos niños.

La morena le sonrió.

− ¿Por eso me ayuda?

Sasuke volvió a asentir, con menos seguridad que antes.

− En realidad soy forense – Dijo sobresaltando a la morena – Aun cuando primero tuve que ser médico general, me especialice en otra área.

La chica lo pensó un momento, para luego volver a sonreír.

− Debe ser muy amable si me atiende aun cuando no es su área.

Sasuke se encogió de hombros. Eso estaba muy lejos de ser la verdad.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

− ¿Qué te paso en el ojo?

La morena se encogió de hombros, viendo la carpeta en la mesa, ignorando el maquillaje más cargado hacía su ojo derecho. Gaara resoplo, jalándole ligeramente el flequillo, haciendo que la castaña le sacara la lengua de forma juguetona.

− Que madura.

La castaña hizo su cabeza de lado y le volvió a sacar la lengua, poniendo las manos abiertas a cada lado de sus orejas, haciendo sonreír quedamente al pelirrojo.

− ¡¿Qué hacen?!

Ambos se sobresaltaron al escuchar la voz de Temari en la puerta, al lado de un callado y serio Itachi. La castaña se acomodó el cabello y se puso de pie, junto con Gaara.

− Un gusto tenerlo aquí Uchiha – Dijo Gaara indicándole que pasara.

Itachi ignoro el resto de la escena antes vista y entró junto con Temari, aunque se notaba a la rubia molesta por la presencia de la castaña en la oficina.

− ¿Todo bien con Reto?

Gaara asintió.

− Preguntaba sobre la boda.

Temari lo miró sorprendida, aún más cuando una pluma voló desde el otro lado de la mesa y le cayó al pelirrojo en la cabeza, que le sonrío a su novia ligeramente.

− No era nada importante – Dijo la castaña, pasándoles unas hojas a Temari y a Itachi.

Itachi se esforzó en poner atención en la reunión. En los acuerdos a los que llegó, y a su despedida con el pelirrojo y su castaña novia, que parecía pacérsela jugando con él.

Se acercó junto a Temari al ascensor, hablando de cosas triviales, viendo a la chica, lanzarle otra pluma a Gaara mientras se dirigía a las escaleras eléctricas. Se despidió de Temari y siguió su camino, imaginando su vida junto a una mujer así. Que lograra sacarle una sonrisa hasta en las situaciones más serias.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Madara miró al hombre de cabello rosa por unos segundos, antes de asentir con la cabeza.

− Hablare con mi sobrino de inmediato.

El hombre le sonrió.

− También… Mi hija quiere que despidan a la señorita Hime.

El pelinegro negó levemente con la cabeza.

− Ella no es parte de nuestro corporativo – Le dijo con calma – Y las empresas Sabaku se negaron a una alianza corporativa.

El de cabello rosa asintió quedamente. Buscaría otra forma entonces. Se puso de pie, viendo a Madara.

− Confío en que hará que su sobrino entre en razón.

Salió de la oficina, dejando a Madara bastante molesto.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

La pelirosa miró con cuidado el feo laboratorio en el que se había estacionado Sasuke. No sabía cómo hacer para coincidir en cuanto este saliera. Podría fingir que estaba perdida y que topárselo ahí era una casualidad... Aunque dudaba que le creyera.

También podría simular que corría por ahí… Pero llevaba zapatillas.

Sus pensamientos se vieron cortados cuando vio otro coche llegar al laboratorio, y ver que de este bajaba Hime Yosei con una bolsa de comida y unos cafes en la mano libre. Ni siquiera tuvo que tocar, ella tenía las llaves del lugar.

Apretó las manos contra el volante. No importaba la edad que tuvieran, esa mujer siempre se metía entre ellos.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Se sentó en el sillón, mirando el fuego de la chimenea fijamente, esperando que este le diera las respuestas que necesitaba. O una explicación, o algo que le dijera que todo saldría bien.

− ¿Qué pasa?

Desvío su mirada y le sonrió quedamente a su esposa.

− Nada, Itachi invitó a salir a Izumi.

Rin abrió los ojos a más no poder por la sorpresa.

− ¿No es bueno? – Dijo al ver el semblante de Obito – Ella lleva enamorada de él desde que eran niños.

Obito asintió, volviendo a ver el fuego.

− Pero él de ella no.

Rin miró a su esposo con calma, sentándose en el respaldo del sillón junto a él.

− ¿Por qué crees que lo hizo entonces?

Obito se encogió de hombros, cubriéndose la cara con las manos por unos segundos.

− No lo sé, tal vez la propuesta de Senju… Es su última oportunidad de vivir, y no tiene una razón.

La castaña acaricio el cabello de su esposo levemente.

− Verás que las cosas saldrán bien.

Obito suspiró frustrado. Esperaba que eso fuera verdad.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Estaba cansado, su cabeza le dolía demasiado, y de verdad, no quería levantarse de la cama. Pero suspiró con fuerza, aferrándose a los barrotes de la cama, obligándose a sentarse.

− ¿Necesita ayuda?

Le sonrío quedamente a la enfermera, negando con la cabeza.

− Dile a Gaara que tardare un minuto en…

− No es necesario.

La voz de su sobrino lo sobresaltó levemente, sonriéndole al pelirrojo que estaba en la puerta. La enfermera se apresuró a poner almohadas detrás de la espalda de Yashamaru, mientras subía el respaldo de la cama para que le fuera más fácil permanecer sentado.

− Cualquier cosa estaré en la sala.

Gaara le asintió con la cabeza, haciéndose a un lado para que una chica castaña entrara a la habitación.

− Buenas noches.

El castaño le sonrió a la chica, esforzándose por permanecer sentado.

Gaara se acercó a la cama, bajándola lentamente, quitando las almohadas y ayudando a su tío a acostarse. El hombre agradeció el gesto, sintiéndose ligeramente avergonzado ante la situación, no podía conocer a la novia de su sobrino presentablemente.

− Lamento la molestia.

La castaña se acercó a la cama, programando el goteo del suero, ayudando a Gaara a bajar la cama y activando el analgésico.

− No se preocupe por eso.

Gaara tomo la mano de la castaña.

− Tio, ella es Hime Yosei, Yosi, él es mi tio Yashamaru.

La castaña hizo una inclinación.

− Es un placer conocerlo.

Yashamaru asintió de manera ligera, sonriendo levemente. Gaara tomó la mano de su tío con la que tenía libre.

− Te dejaremos descansar.

El castaño asintió levemente, cerrando los ojos, esperando a escuchar el sonido de la puerta. Cuando lo escuchó, abrió los ojos, sorprendiéndose de ver aun al pelirrojo en la habitación.

− Leamos algo – Le dijo Gaara caminando a la cama – Yosi me esperara.

Yashamaru sonrió lo mejor que pudo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

No era sorpresa ver a Karin e Ino pelear, pero era una muy grande (y no grata) sorpresa, verlas hablar con seriedad sobre Sakura. La hija de los dueños de las empresas Haruno y que por alguna razón la sacaba de quicio.

− ¿Pasa algo?

Temari negó con la cabeza, pero el comentario de Shikamaru ya había llamado la atención sobre ella.

− ¿Es por tu tío? – Le preguntó Ino preocupada.

La rubio suspiró levemente.

− No exactamente… Gaara le presentó a su novia hoy, y por lo que dijo Kankuro, se quedó a dormir.

Todos hicieron una leve exclamación de sorpresa.

− ¿El sexy pelirrojo tiene novia? – Dijo Ino, que enseguida escuchó el carraspeo de Sai – Es solo una expresión amor.

Karin rio levemente, al igual que Naruto.

− Es su ex compañera – Les aclaró con algo de molestia – La hematóloga − Karin saltó de alegría, sorprendiendo a la rubia − ¡¿Qué?!

La pelirroja sonrío soñadoramente.

− Si ella sale con tu hermano entonces Sasuke estará libre.

Ino río al igual que los demás.

− Ellos nunca han sido novios – Le recordó la rubia.

Karin la miró con el ceño fruncido.

− Sabes mejor que nadie que siempre están juntos… Así cuando Sasuke quiera casarse tendrá que recurrir a alguien más.

− El emo no se casaría con ella solo porque son amigos Zanahoria – Dijo Suigetsu con burla – Además… esos dos y una chica – Dijo alzando las cejas sugestivamente – Tal vez hagan tríos.

Aunque lo dijo para molestar a Karin, fue Temari la que terminó pateándolo, haciendo reír a los demás.

− Gaara es demasiado serio para eso – Dijo Naruto riendo – Pero la verdad también pensé que Sasuke y ella terminarían juntos.

Sai los miró con un poco de extrañeza.

− Yo nunca eh escuchado que Sasuke se haya enamorado…

− Es por qué no lo ha hecho – Le aclaro Shikamaru – De hecho ninguno de los dos, pero ellos son amigos desde niños, creo que por eso implicaba que cuando quisieran… em…

− ¿Reproducirse? – Propuso Temari con algo de burla.

Shikamaru asintió.

− Eso… lo harían juntos.

Karin bufó.

− Yo espero que se casé con tu hermano.

Suigetsu le sonrió con malicia.

− No tienes oportunidad, acéptalo zanahoria – Karin se puso tan roja como su cabello.

− Bueno tiene más que Sakura – Dijo Sai llamando la atención de todos – Y no sé cuándo lo va a aceptar.

Ino suspiró.

− Creo que la va a pasar mal – Vio a Naruto – Prepárate para estar junto a ella.

El rubio asintió, mirando al suelo. No sabía cuál de los tres la pasaría peor. Sasuke, Sakura o él.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Rasa observó con atención las hojas que Madara le había dado.

− No puedo despedirla – Le dijo de mala gana – Mi hijo tiene a la mesa directiva comiendo de su mano, y esa mocosa es su novia.

Madara chasqueo la lengua, recargándose en el respaldo de la silla.

− Mi sobrino Sasuke ya me dijo que no se va a casar con la hija de los Haruno – Se quejó – A pesar de las amenazas, supongo que igual que sus padres, no me tiene miedo.

Rasa sonrío levemente.

− ¿Él también sufrirá un accidente de coche?

Madara le sonrío.

− Aún no lo sé – Tomo un trago de su whisky – Mi oportunidad era que despidieras a la mocosa para que viera que voy en serio, su prestigio es alto, así que Senju no lo despedirá a él.

Rasa bufó tomando un trago de su bebida también.

− Ni siquiera sé en qué momento Gaara se hizo con el control, además el atiende también varios de los negocios de Lumen History – Apretó su vaso – Cuando no acepto el matrimonio con Matsuri todo se vino abajo para mí en la empresa − Madara asintió − ¿Crees que los jóvenes nos están superando o que nos hemos vuelto muy blandos?

Madara se encogió de hombros.

− Tal vez sea de esa mocosa de la que debemos deshacernos – Dijo el moreno – Tu hijo y mi sobrino verían que no estamos jugando.

Rasa le sonrió al hombre.

− Solo sería necesario un susto ¿No?

Madara le sonrió también.

− Tal vez un poco más.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Miró el historial que Tsunade le había pasado. Esa era, la novia del pelirrojo.

La castaña que ayudo a sonreír a alguien tan serio como Sabaku No Gaara, la misma que le indico en que acciones debía invertir, y la misma, que le hizo plantearse el querer a alguien.

Querer a alguien de forma que quisiera sonreírle todo el tiempo, juguetear con ella y tomar su mano…

Pero la primera cita con Izumi no había sido para nada parecido a lo que esperaba.

Aunque solo había sido un desayuno, la castaña le sonreía apenada, no con ternura, no tomó su mano, ni mantuvo la mirada. Parecía una chica cohibida, casi una colegiala.

En la fotografía la chica se veía seria, si no la hubiera visto con el pelirrojo no lo hubiera creído, pero…

¿Por qué él no podía tener algo así?

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Miró el cuarto una vez más.

Pasaba el tiempo mientras esperaba la noche, esa noche en la que bajó cuidado y secretos, saldría de ese lugar.

Con sus ojos lavanda, que según el doctor eran producto del accidente que tuvo, conocería a su tía, y el doctor Uchiha la ayudaría a adaptarse a la casa de su prima en lo que esta viajaba para recoger sus papeles, para continuar su vida en Japón, junto a otra familia.

Miró sus manos, ¿Cómo podía decir otra familia si no recordaba a la anterior?

Tampoco sabía cómo era que seguía viva ni que le había pasado.

El doctor y su prima le ocultaban algo, tal vez querían protegerla, pero ¿De qué?

Esos sueños, le aterraban, sabía que le habían hecho mucho daño, tanto como para dañarla a ese grado, ¿Quién quería dañarla? ¿Y por qué se arriesgaban de esa forma si alguien la había dañado tanto? Era peligroso para quienes la ocultaban también.

− Estaré bien – Dijo aferrándose a su bata – Saldré adelante.

Ella podía hacerlo, podía empezar una vez más.

Ella sería capaz de protegerlos a ellos dos si era necesario.

-.-.-.-.-.-.-.-.-

Gaara espero en la puerta del despacho de la castaña, verla hablar por teléfono de forma tan seria, le indico que no debía interrumpirla a menos que quisiera un libro sobre su cabeza.

− Sabaku.

El pelirrojo miró hacía la recepción, donde un chico moreno se acercaba con paso lento.

− Uchiha.

Mirai los miró alternadamente, esperando que no hubiera problema.

− ¿Iras con ella a Noruega?

La pregunta del pelirrojo la sobresalto por un segundo. ¿Su jefa iba a dónde?

− Me quedaré con su madre recibiendo a su prima.

Las dudas aumentaron para la recepcionista, que trató de conseguir información escuchando discretamente. ¿Por qué se quedaba el moreno con la madre de su jefa si el novio era el pelirrojo?

− ¿No crees que es muy raro? Ya pasaron dos años desde que fallecieron.

Sasuke se encogió de hombros.

− No lo sé, las circunstancias en las que murió la familia de su tío también fueron extrañas.

Gaara asintió.

− ¿Cómo se llama su prima? ¿Loster Natalia?

Sasuke negó con la cabeza.

− Lobster Hinata – Aclaró – Ella le decía Nata y luego Naty porque teníamos una compañera de clases que se llamaba igual.

Gaara asintió, ignorando la incomodidad del pelinegro.

Esa casualidad había sido bastante extraña (y terrorífica en cierto sentido), pero decidieron ignorarla por el bien de su paz mental y el de su amiga. La prima real de Yosei había fallecido hace dos años, y aunque eran ellos dos si fueron cercanas, su familia en Japón nunca la conoció. La dinámica de la familia Hime era tan extraña que nunca llegó a comprenderla del todo.

− ¡Ya entren cobardes!

Los dos hombres se sobresaltaron, entrando al despacho uno tras otro. Mirai sonrió quedamente viéndolos entrar. Sin duda ser una mujer con ese carácter y conocimiento era su plan de vida.

− ¿Por qué estamos los dos? – Pregunto Gaara sentándose.

La castaña suspiró. Esos dos eran cordiales el uno con el otro, pero no amigos.

− Sabes que él hermano de Sasuke entró al estudio clínico bajo paciente X – Dijo viendo a los dos – Y él me pidió un favor.

Sasuke miró al pelirrojo, sin saber que decir. Sabía que la castaña le diría parte de lo que había pasado, pero no sabía cuanto.

− ¿Qué tan malo es?

La castaña se cubrió la cara un par de segundos, decidiendo ser honesta. Después de estar despierta casi toda la noche sin poder decidir que debía hacer, aún más viendo la relación del pelirrojo con su tío, y sabiendo lo difícil que era sobrellevar la pérdida de alguien tan importante. Sabía que Gaaara se sentía igual, él tampoco había dormido, solo la había sujetado contra su pecho durante toda la noche.

− Trabajé en una fórmula que regenera tejido, pero no está patentada – Dijo Sasuke sacándola de sus pensamientos.

Yosei asintió, viendo a Gaara.

− Llevo analizando las muestras de tu tío mucho tiempo, pero él podría no soportar el aumento de químicos… La única forma de que se salvé tanto él como el hermano de Sasuke es usar la formula adaptada al tipo de células anormales del cuerpo… Pero ya que no está patentanda, no puedo registrarlo, además de que podrían aun así no soportarlo.

Gaara observó a Sasuke por unos segundos.

− ¿Cuánto tardaría patentarla?

− 3 meses – Contesto el moreno en automático.

Gaara asintió, mirando tanto al castaño como a la morena. No tenían el tiempo necesario para eso, la vida de su tío dependía ya de un tanque de oxígeno, y había días en los que no podía comer nada.

− Sabaku – Le llamó Sasuke.

Gaara negó con la cabeza, mirando sus manos. Ya había perdido a su madre, y a esta ni siquiera la había conocido, no quería perder también a su tío, y si el moreno le hablaba de esa manera, debía sentirse de la misma manera.

− Hazlo – Dijo mirando a la castaña – Veremos las consecuencias después.

La castaña asintió, mientras Sasuke suspiraba aliviado, tomando el hombro del pelirrojo.

− Gracias – Susurró.

Los tres se sumieron en un silencio largo, sabiendo que las consecuencias de lo que iban a hacer podían sumirlos en la oscuridad, pero estando dispuestos a hacerlo por el bien del otro.


Y fin, por ahora.

Por fin pude actualizar, después de todo, gracias por su paciencia.

Aclarando un par de cosas.

Astillar dientes es cuando uno se da un golpe en estos, y pierden una parte del diente, pero sin que se caiga o se rompa por completo.

El Oc se llama Yosei (hadas en japonés) y se apellida Hime (Que significa princesa), lo que es referencia a Fairy Tail, una de mis series favoritas.

Ya en este capítulo se presentan los remordimientos de Sasuke, y como su amiga lo saca del problema en que se metió al revivir a la heredera de una gran familia. El que su prima se llame igual que Hinata no es casualidad, pero eso saldrá hasta más adelante.

También se plantea a Yashamaru, y la insistencia de Gaara por salvarlo, los problemas que saben que tendrán, pero que no les importan por salvar a alguien más.

En el capítulo también se aclara que Hiashi no fue quien mato a Hinata.

El capítulo se llama Stars, por una canción de Skillet, y también haciendo alusión a la luz que somos o que son para nosotros ciertas personas. A veces no nos damos cuenta de lo que significamos en la vida de los demás hasta que tenemos que alejarnos por motivos más fuertes, y es cuando los demás nos lo empiezan a hacer notar. En el caso del fic, la personalidad de Yosei ayuda a Gaara y Sasuke a sonreír, siendo eventualmente que Hinata se convierta en la luz para Sasuke.

A veces tiendo a repetir las palabras, así que no me molesta que me lo digan, si no que me ayuda a tener más cuidado al momento de redactar. Gracias por eso.

Sin más por el momento, gracias a todos los que agregaron la historia a favoritos, así como a yayapiu − Mikashimota Z − abiJefte − LaCrazyWriter − Sayuri Koitsumi – Nana − Sandra D − Lizeth de Uchiha − SasuHina00 y los guest por tomarse el tiempo para comentar, de verdad muchas gracias!

Sin más por el momento, Juds fuera.