Los hombres llegaron hasta ella, y sin mayor dificultad ni violencia, abrieron la puerta, tan fácil como si Sakura no le hubiese puesto el seguro
-Por favor, salga ahora mismo- ordenó uno de ellos con voz ronca. Ambos llevaban gafas oscuras, de modo que Sakura no podía ver sus ojos. Aún así, no se movió
-No haga esto difícil
-No saldré- reclamó ella
Sintió cómo uno de los hombres colocaba una mano sobre su cabeza. Y después. . . todo quedó en blanco. . .
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Cuando Sakura despertó de aquél sueño. . . un momento, ¿había sido un sueño? ¿Qué había ocurrido? Lo último que recordaba era una intensa luz blanca
-¿qué sucedió?- se preguntó. No distinguía el lugar y tampoco sabía si había personas
Sintió que tenía el cuerpo inmovilizado y que algo presionaba sus muñecas y tobillos. Trató de enfocar la vista y reconocer algo, pero con horror se dio cuenta de que no podía ver nada. Comenzó a invadirla la desesperación, hasta que una respuesta iluminó su mente: había sido secuestrada
-¿Qué está pasando!- preguntó con voz autoritaria, pero no recibió ninguna respuesta -¿Acaso están sordos? ¿Quiénes son ustedes?
Nada
Trató de poner la mayor atención a su entorno. Hacía calor y el ambiente se sentía un tanto pesado, pues no le llegaba aire por ningún lado. Pudo distinguir movimiento, dándose cuenta de que iba en un automóvil. Quizá en uno de aquellos autos negros que la perseguían
Recordó su celular que siempre llevaba fielmente a su cintura, y trató de buscarlo, pero lo hizo en vano, porque el aparato no se encontraba ahí. Pudo darse cuenta, y a pesar de que tenía los ojos vendados, que su bolso tampoco se encontraba cerca
-Busca en vano, señorita- escuchó decir. Una voz masculina y suave, y a pesar de todo, tranquilizante. Sin embargo, a Sakura no hizo más que enfurecerla
-Quién demonios son ustedes? Acaso piensan cobrar recompensa por mi?- Sakura se dirigía hacia donde había escuchado la voz –Díganme cuánto quieren, desgraciados! Pero no me hagan perder mi valioso tiempo!
Su voz mostraba una enorme rabia, aunque por dentro ella sabía que moría de miedo
-Quizá ustedes no saben con quién tratan- continuó la chica –yo soy la importante presidenta de Ying Fa Inc.- dijo en tono triunfal, como si con eso los secuestradores desistieran de sus propósitos. Sin embargo, en el pequeño espacio del automóvil no se escuchó ni un suspiro. Así que indignada ante tanta indiferencia, siguió con su discurso
-En cuanto se den cuenta de que no aparezco, todos comenzaran a buscarme! Soy importante para mi empresa y para mi . . . familia. . .
En este punto guardó silencio. Y extrañamente comenzó a sentirse sola y desamparada. Su familia quizá sería la última en enterarse, pero, les importaría lo que a ella le pasara? Y pronto se dio cuenta de que le encantaría estar escondida entre los fuertes brazos de su padre, a salvo de cualquier peligro, como cuando era pequeña
Pero no. No se doblegaría. Y tampoco empezaría con sentimentalismos tontos. Así que desechó cualquier pensamiento infantil y volvió a su pensamiento frío, característico en ella
-Hemos llegado- se escuchó de nueva cuenta aquella voz varonil y suave. Inmediatamente sintió que el auto dejaba de moverse y que dos pares de brazos la dirigían al exterior. Sintió el aire fresco que acariciaba su rostro y percibió el aroma a flores que embriagaba el ambiente
-Camine- le ordenaron
Ella obedeció, intentando recobrar su sangre fría, aunque sabía que era casi imposible pues le temblaban hasta las piernas, y era muy difícil caminar teniendo los pies atados
Se dejó guiar por aquellas manos fuertes que sostenían sus pequeñas muñecas, de cualquier forma, no le quedaba de otra. Muy pronto perdió su orientación, ya que a cada segundo daban vueltas inesperadas. Parecía que aquél lugar era enrome, quizá se trataba de una bodega, ya que incluso sus pasos hacían eco, y no había lugar mejor para esconder a un secuestrado
Pronto se detuvieron y Sakura escuchó que abrían una puerta. Instantes después, la guiaron unos cuantos pasos más. Sintió que las sogas que aprisionaban sus muñecas era aflojadas. Quizá la estaba desatando.
Esperó un poco más, pero pronto se dio cuenta de que no había ruido alguno, así que ella intentó liberar sus manos de aquella soga, cosa que no le costó mucho trabajo. Acto seguido, quitó la venda que le cubría los ojos.
Esperaba encontrarse en una habitación maloliente, mugrosa, húmeda, fría y oscura, pero la visión que apareció a sus ojos distaba mucho de sus creencias
Parecía un calabozo. Pero uno muy bello. El cuarto no era de cuatro paredes, sino más bien era una construcción circular. El techo (que parecía más la cúpula de alguna iglesia antigua) llegaba muy por encima de su cabeza. Quizá unos 12 metros del suelo. Parecía una torre de aquellas que sólo existen en los castillos encantados
El color era blanco, dando sensación de frescura y amplitud. Unos cuantos ventanales con vitrales de hermosos colores permitían el paso de la luz natural, formando fantasmales figuras. Los balcones se encontraban también muy por encima de ella, de modo que ni estirándose alcanzaría siquiera a tocarlos.
El piso también era blanco, de mármol reluciente, y sería sumamente difícil sentirse prisionera en una habitación tan bella.
La puerta enorme se extendía frente a ella, sólida de madera; y aún no podía explicarse cómo habrían podido salir los hombres sin hacer ruido.
Terminó de quitarse las ataduras de los pies y rápidamente corrió hacia la puerta, intentando abrirla, pero fue un intento en vano, la puerta no cedería ni aunque la golpeara
-Sáquenme de aquí!- gritó lo más fuerte que pudo –Alguien me escucha?
Pegó el oído a la puerta, intentando percibir algún sonido del otro lado, pero sólo el susurro del viento le contestó
Furiosa, pateó la puerta, como si con ello la lastimara. Después, recuperó su postura; alisó su costoso traje sastre, pasó una mano por su peinado intacto y respiró hondo
Comenzó a dar vueltas alrededor de la construcción circular de no más de 4 metros de circunferencia, intentando idear la forma en que podría salir de ahí.
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Pasaron varias horas que a Sakura se le hicieron siglos. Sinceramente, y aún con su enorme creatividad e inteligencia, no sabía que iba a hacer
Comenzó a desesperarse, aquella mujer de rostro intacto; pero jamás se dejaría derrotar, nadie lo había hecho hasta la fecha. Permanecía de pie, con su postura intachable, cuando escuchó que la puerta se abría. Su corazón latía a mil por segundo y le temblaba todo
Aún así, no cambió su porte
La puerta se abrió con una lentitud desesperante, o al menos a ella le pareció así
En el umbral de la puerta apareció un hombre, que comenzó a caminar hacia ella con paso firme.
Sakura primero se impresionó por los hermosos ojos de hechicero que poseía aquél hombre, y una mirada que parecía penetrar hasta el más grueso acero. Pero después, todo su coraje se volcó contra él, y muy pronto comenzó a odiarle
El hombre por su parte, no expresó ni sintió emoción alguna. Pero no dejaba de observarle, más que nada porque la fascinaba infundir temor, como pareció hacerlo la chica de ojos verdes; sin embargo, se sorprendió de ver en sus ojos esmeralda una mirada de ¿odio?
-Vengo por ti- declaró el hombre deteniéndose a pocos pasos de ella
Y sólo entonces Sakura se percató de que él era el dueño de aquella voz masculina, suave y un tanto seductora
-Ah si? ¿Y a dónde me llevas?- preguntó ella en tono altanero, pero sin moverse de su lugar
-En su momento lo sabrás, niña. Ahora, muévete!
Aunque su voz era suave, no dejaba de sonar a orden
-No soy una niña!- reclamó humillada Sakura, y pronto recordó a su hermano y a otros tantos chicos que alguna vez le llamaron niña. . .
Y se había empeñado tanto en cambiar esa imagen que no le gustaba, para que ahora, un estúpido viniera, y sin conocerla, le llamara niña!
-No me importa lo que seas. Camina- el hombre sin decir nada, dio media vuelta y se dirigió a la puerta
-No vendrás?- preguntó al ver que Sakura no se movía, pero fue tal la intensidad de su mirada que Sakura no pudo poner objeción, y de mala gana, pasó junto al hombre que la atormentaba con su ojos de hechicero.
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Durante el trayecto hacia aquel lugar desconocido, Sakura caminaba por delante, recibiendo sólo las órdenes del hombre acerca de la dirección que debían tomar
El lugar era enorme, más grande de lo que Sakura se imaginó, pero nada parecido a una bodega, como ella creía. Los corredores eran largos, oscuros y alfombrados, tan sólo iluminados por alguna que otra vela, por lo que Sakura no pudo observar más allá de lo que la luz de las velas permitía
Aún así, pudo admirar a su paso que los corredores lucían elegantes. Enormes retratos adornaban una que otro pedazo de pared; a ambos lados había grandes puertas de madera, todas con un diseño especial y fino; la ornamentación también era refinada, aunque fuese una simple mesa o espejo. Aquél lugar debía ser hermoso por el día
Pero a cada instante que ella quería detenerse a observar con mayor detalle, encontraba una mano fuerte aprisionando su brazo, y ordenándole caminar. Así que no le quedaba más remedio que seguir sus mandatos.
-Y se puede saber quién eres tú?- preguntó con fastidio Sakura
-Eso no te importa
De acuerdo, si ella era fría, ese hombre era helado
Los pasillos parecían estar desiertos, así que Sakura aprovechó un momento de oscuridad, y como el hombre no la llevaba aprisionada, echó a correr lo más rápido que podía con sus zapatos de tacón de aguja
El tipo no hizo más que sorprenderse, y cuando reaccionó, corrió en su búsqueda
Sakura no sabía por donde iba, lo único que quería era escapar lo más lejos de aquél sujeto, ya después ella sabría que hacer.
Los corredores estaban oscuros, así que a cada minuto chocaba con algo. Su corazón palpitaba con una fuerza impresionante a causa de la adrenalina que invadía cada una de sus venas.
En su desesperada fuga trataba de hacer el menos ruido posible, pero era muy difícil tal cosa, pues incluso su respiración pesada hacía eco en los enormes corredores
Muy pronto se detuvo y se escondió tras lo que parecía ser unos enormes cortinales
Estaba al borde de las lágrimas, por la angustia y miedo que sentía, y su respiración era muy ruidosa, pero trató de contenerse, porque sabía que cualquier pequeño ruido, incluso un pequeño suspiro, podía ser su perdición.
Más calmada, puso atención a su entorno, para tratar de percibir los pasos de aquél individuo.
Extrañamente, no lograba escuchar nada más que los latidos de su corazón, y con sumo cuidado, asomó la cabeza de su escondrijo para asegurarse de que estaba a salvo.
Sin embargo, una fuerte mano la sostuvo por uno de sus hombros y la hizo salir por completo de aquellos cortinales, tomando muy de sorpresa a Sakura quien al instante profirió un fuertísimo grito de terror
Sólo salió de su trance cuando una linterna le iluminó el rostro
-Será mejor que dejes de gritar- escuchó la voz del mismo hombre –ahora, andando
-Eres un idiota!- reclamó Sakura con una mano en el pecho –Pudiste provocarme un paro cardiaco
-Muerta no nos sirves de nada- contestó el chico retomando el camino
Muy sorprendida, Sakura le siguió. Estaba impresionada ¿cómo la encontró si ni siquiera escuchó sus pasos acercarse?
-Oye- dijo ella deteniéndose –cómo lo hiciste?
El hombre ya había apagado su linterna, así que la oscuridad era lo que reinaba, y Sakura no se dio cuenta cuando el quedó frente a ella
-Niña, aunque te fueras al último planeta de este universo- dijo él, mientras Sakura sentía que se estremecía al sentir el aliento del chico cerca de su rostro –yo sabría donde encontrarte. . .
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Pasados unos minutos más, y después de la impresión, llegaron a una enorme puerta
El interior era sorprendente. Un enorme salón de techos altos y pilares por doquier sosteniéndolo. En una de las paredes se veía caer una cascada de aguas límpidas venida de quién sabe donde. Y al fondo, había lo que parecía ser un trono, donde descansaba un hermoso anciano.
Varias personas se encontraban ahí también. Gente extraña y bella, como salidas de algún cuento de hadas. Sakura tuvo que pellizcarse varias veces para comprobar que no estaba soñando
-Avanza- ordenó el hombre y ambos se dirigieron hacia el anciano, atrayendo las miradas curiosas de los presentes
-Anciano Shinishi- saludó respetuosamente el hombre con una reverencia
El anciano sonrió amistosamente. Sus ojos grises derramaban calidez al igual que su sonrisa, que quizá, si no fuera por esa enorme barba y largo cabello blanco, no aparentaría tanta edad
Sakura observaba todo con el ceño fruncido. Qué tipo de secuestro era este? Quizá aquel anciano era algún tipo de jefe de la mafia
Pero su cara decía lo contrario
El anciano se puso de pie y lentamente caminó hacia ella hasta quedar a pocos centímetros
-Pequeña Sakura, Cuánto tiempo sin verte!- exclamó tiernamente Shinishi abrazándola –Eres tan bella!
Sakura estaba al borde de la demencia. Se dejó abrazar sin reacción alguna, parecía que estaba hipnotizada ante tanto misterio. Pero cuando "despertó" se separó del abrazo del hombre con rudeza
-Quién diablos son ustedes?- preguntó casi gritando
Pero el anciano sólo sonrió
-Respondan! Oh por Dios, necesito mis pastillas para jaqueca. . .- exclamó tocándose la cabeza
-Tranquila, pequeña- dijo amablemente el anciano antes de que Sakura sufriera un colapso nervioso, y la condujo a su trono –ha llegado la hora de charlar
-Primero quiero que me expliquen algo- ordenó dirigiéndose al anciano y al hombre –ustedes me han secuestrado?
El anciano nuevamente sonrió, pero el hombre respondió de mala gana:
-Para qué diablos querríamos secuestrarte, niña? Ni que fueras una persona tan importante. . .
-Óyeme!
Sus miradas sacaban chispas, pero por suerte el anciano interrumpió la pelea
-Tranquilos. . . ven aquí, Sakura
La chica dudosa caminó hacia él, y se sentó a su lado como él se lo indicaba
Shinishi por su parte, hizo una pequeña señal y al instante el enorme salón se fue vaciando hasta que sólo quedaron él, Sakura, el hombre de hermosa mirada y otro individuo más
-Porqué Logan sigue aquí?- preguntó el hombre de manera descortés dirigiéndose al otro individuo
-Porque él también tiene mucho que ver aquí
Sakura no comprendía absolutamente nada, pero trató de ser paciente
-Ahora, linda. Tu y yo debemos hablar
El anciano se dirigía hacia ella como un padre lo haría con su hija
-Hace tanto que no te veo. Desde que naciste
-Usted. . . ya me conocía?- preguntó la chica
El anciano asintió
-Y ya es momento que tomes tu cargo
-Cómo?- esto se estaba poniendo demasiado confuso para Sakura
-Tu cargo, linda. Nadeshiko no te dijo nada?
-Ella murió cuando yo era pequeña- respondió Sakura sin emoción alguna
-Si, lo sé- el anciano sí mostró su tristeza –y por eso, es momento de tomar tu cargo
-Pero haber, espere! No entiendo absolutamente nada! ¿Quién es usted? ¿Porqué conoce a mi madre? ¿Qué es este lugar? ¿y qué cargo debo tomar?- dijo Sakura casi histérica
-Está seguro de que ella es la indicada, anciano?- preguntó sarcásticamente el hombre, ganándose con ello una mirada de odio por parte de Sakura
-Vayamos por partes- el anciano dejó escapar una risita –Nadeshiko vivió hace mucho tiempo aquí, cuidando el equilibrio de las esmeraldas
-Esmeraldas?
-Así es, mucho antes de que se casara con tu padre. Cuando lo conoció, decidió escapar de su destino, porque muy pronto se enamoró de él, y Fujikata le correspondía. Y en el amor nostros no podemos intervenir. . . Así que. . . no nos quedó más remedio que dejarla ir. Pero uno de sus descendientes debía, por ley, continuar con su trabajo. Nadeshiko tuvo dos hijos, y ahora tú eres la que ha heredado su magia. . .
Aquí Sakura no pudo evitar soltar una carcajada
-Espere, espere- exclamó medio ahogada por la risa –ha dicho. . .magia?
-Así es, linda- respondió el anciano seriamente
-Jajaja, esto debe ser una broma, no? Lo que faltaba, no le parece que ya está lo bastante grandecito como para creer en magia? Eso sólo es un cuento de magos o princesas encantadas! Hágame un favor: no me haga perder más mi tiempo
Furiosa, se levantó de su asiento y se dirigió hacia la enorme puerta, dispuesta a salir cuanto antes de ese lugar de locos
-No crees en magia, Sakura?- preguntó el anciano
Ella se detuvo, pero no lo enfrentó
-Me extraña que pregunte eso, y peor aún, que crea en la magia- dijo muy seriamente, pero su voz dejaba notar una profunda furia. Lentamente volteó hacia él –cómo creer en magia si a cualquier parte donde veo no hay más que sufrimiento? ¿Acaso es magia ver a un niño muerto de hambre? ¿Es magia ver a un anciano maltratado? ¿Las guerras en el mundo es la magia? Por favor, anciano, si tan sólo saliera de su hermoso palacio de daría cuenta de que aquí no hay magia!
Nuevamente Sakura se dirigió hacia la salida, mientras los tres hombres permanecían en silencio observándola
-Sin embargo existe, Sakura- habló Shinishi con tranquilidad –En todos los corazones, solo que tú no quieres verlo. . .
-No me importa, y créame que por ese cuento barato no me quedo ni de chiste en este lugar. Prefiero saber que estoy secuestrada a escuchar más disparates
Ya tenía la mano sobre la perilla de la puerta, y comenzaba a abrirla, cuando el hombre de bellos ojos exclamó:
-Alto ahí, niña!- extendió su brazo y extrañamente la puerta se cerró de golpe –Quieres ver magia? Pues ahí la tienes!
El hombre hizo un movimiento como si fuera a lanzar una pelota de béisbol, pero Shinishi lo detuvo
-No, no lo hagas. Es un problema que Sakura no crea en lo obvio, pero si ella no cree, no la obligaremos- dijo de manera pasiva –Bueno linda. Nada podemos hacer para que cambies de opinión. Sólo permítenos mostrarte algo
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Los cuatro se dirigieron a otro salón, que parecía ser una galería de algún museo, repleto de fotografías. En una de las paredes se alzaba un retrato de tamaño natural, donde se encontraba una hermosa mujer, sonriente y en plena juventud de la vida
-Madre?- preguntó para sí Sakura, observando el retrato
-Ella siempre decía que sería la persona más feliz del mundo si alguna vez tenia hijos- recordó Shinishi viendo el retrato –Pero a la vez no quería tenerlos, porque sabía que ellos debían seguir su camino
Sakura escuchaba en silencio
-Ella trató de protegerlos cuando nacieron. No quería que nosotros nos enteráramos, porque conoce las leyes. . .Esas leyes absurdas que más bien parecen órdenes. Pero así es la magia, Sakura, se hereda, al igual que el deber
-Ah sí? Y porqué yo no tengo magia?- preguntó Sakura sarcástica
-Porque no crees. . . Sólo recuerda los extraños sucesos que pasaban a tu alrededor cuando era pequeña. O tan sólo pregúntate: ¿Porqué Tomoyo puede ver cosas que otros no pueden?- el anciano guardó silencio al ver que Sakura parecía reflexionar –La magia si existe, linda
Sakura no dijo nada. Aún dudaba de lo que Shinishi decía, pero por otra parte, ¿cómo sabía él lo de Tomoyo?
.Por cierto, él es Shaoran Li- agregó Shinishi refiriéndose al atractivo joven de voz suave y mirada maravillosa –Y él es Logan- señaló al otro individuo que también era muy joven y parecía ser mucho más amable que el tal Li, ya que saludó con una reverencia y una fantástica sonrisa a Sakura. Parecía ser la versión contraria a Li, pues incluso su físico parecía más atractivo
-Li te mostrará la salida
-Qué? No me tendrán cautiva?- preguntó incrédula Sakura
-Para que te queremos aquí?- respondió Li comenzando a caminar
-No, linda, no eres nuestra prisionera. Eres nuestra guardiana. . .
Sakura se extrañó aún más por esto último. Sin embargo, no pudo ni quiso preguntar más, y trató de alcanzar a Li
-Anda niña
Sakura salió de la habitación sin decir una sola palabra. . .
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-De acuerdo, hemos llegado- dijo Li de forma golpeada
Ambos habían llegado a la salida de aquél hermoso palacio, y a un camino que se extendía a partir de ahí
-Ahí está tu auto, tus llaves y por ese sendero- continuó el joven señalando el camino –llegarás a la carretera por donde ibas. Ahora largo!- ordenó y dio media vuelta dirigiéndose al palacio
-Por Dios!- exclamó Sakura en voz alta mientras se dirigía a su auto –jamás conocí persona más desagradable
-Entonces nunca te has visto al espejo- se burló Li sin voltear a verla
Sakura lanzó un suspiro de fastidio
-Eres demasiado descortés, sabes?
-Pues entonces ya tenemos algo en común . . .- dijo por último Li mientras le dirigía una mirada de picardía, al tiempo de sonreía sarcásticamente
Sakura vio por última vez sus maravillosos ojos color ámbar, y después partió derrapando las llantas de su lujoso jaguar clásico
Ese hombre, o más bien jove, porque seguro no pasaba los 23 años, era realmente insoportable, pero sus ojos era los más bellos que Sakura había visto en su vida
No se dio cuenta cuando dejó el camino de tierra. Sólo, cuando despertó de sus pensamientos, ya estaba sobre la carretera, en el mismo tramo en el que los autos la habían acorralado
-Muy extraño. . .- pensó Sakura, y de repente se le ocurrió la loca idea de que aquél palacio quizá estaba en alguna otra dimensión
-Tonterías- se dijo sacudiendo la cabeza para sacar esas ideas –maldita sea! Ahora ni de chiste voy a alcanzar a llegar a mi cita- exclamó mientras veía su reloj, pero con sorpresa se dio cuenta de que aún faltaba tiempo para la dichosa cita. . . de hecho, parecía como si el tiempo no hubiese pasado
Dudosa encendió la radio de su auto para escuchar la hora, por si su reloj estaba fallando. Pero la locutora dio la misma hora que se veía en su reloj. . .
A decir verdad, todo había sido muy confuso. Un sueño? Una ilusión? Pero demasiado real. . .y los ojos de ese individuo no parecían ser una ilusión. Pero aunque había decidido irse de ese bello lugar (si es que existía) no descansaría hasta tener una respuesta satisfactoria.
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-Si se fue?
-Así es, anciano- respondió Li cuando estaba de vuelta
-Por favor, chicos, necesito que la vigilen. . . hoy más que nunca, no sabemos lo que pueda pasar ahora que la encontramos. . .
Logan y Li asintieron, y se dirigieron a cumplir con su tarea
-Y por favor- los detuvo Shinishi –quiero que sutilmente la convenzan. . .
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Continuará. . .
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Bueno, esto está tomando forma al fin
Aunque me hubiese gustado recibir más Rr's, por favor, si les gusta mi historia no se olviden de escribir, de acuerdo?
Y muchas gracias a las personas que me dejaron sus comentarios, estoy muy agradecida con ustedes
Y no se olviden de escribir, de acuerdo?
GRACIAS! Especialmente a Ayin, Celina Sosa y LMUndine
Y muy pronto viene la actualización de "Ni una lágrima más"
Cuídense mucho, y nos vemos pronto