Todos los personajes que reconozcan, son de Joanne Kathleen Rowling, los que no conozcan, son míos

Aquí va el 3º cap: "La Apuesta"

- Lily... – La llamó alguien, cuando se había hincado para sacar su camisón de su baúl. Levantó la vista y se encontró con los ojos de Lu.

- Nicole... – Exclamó sorprendida.

- Lo siento Lil. Lo siento mucho. Yo no sabía... Yo no sabía que te iba a molestar así... Era solo una broma. Nunca pensé que te iba a afectar tanto... – Nicole se agachó para quedar a la misma altura que su amiga y luego la abrazó. Cuando se separaron, Lu esbozó una tonta sonrisa. Lily, tenía una cara más bien indefinida. Era como seria – shok... Entonces, una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y abrazó a Lu con todas sus fuerzas, como si fuera la última vez que la fuera a ver.

- No importa, no importa... – Le susurró a su amiga al oído. – Pero tienes que prometerme que seremos amigas por siempre. Pase lo que pase, siempre seremos amigas. – Nicole sonrió para sus adentros.

- Te lo prometo Lil, te lo prometo.

- Por cierto... – Comenzó Lily cambiando de tema, una vez que se hubieron separado. - ¿Y Chris? – Nicole se quedó pensativa un momento, como si no quisiera responderle a su amiga y luego dijo:

- Chris está enojada Lil. No sé porqué, la verdad. Pero está enojada. Lo encuentro tonto, porque la que debería estar enojada eres tú, no ella. No sé qué le pasa, pero desde que la dejamos sola para ir a Transformaciones, ha estado muy rara. – Comentó la chica sentándose en la cama de Lily.

- Bueno, intentaré hablar con ella mañana. – Dijo la pelirroja ya más tranquila, acomodándose al lado de Nicole. Su amiga solo sonrió.

o.O.o

Al otro lado de la habitación de las chicas, se encontraban Los Merodeadores charlando. Hablaban sobre todo: Quidditch, deberes, pruebas, profesores y lo más importante: chicas.

- No, no, no. Sirius, es horrenda. – Decía Remus, acomodando su almohada.

- Vamos Lunático. No está tan mal. Mira. – Sirius se levantó y puso una revista de chicas en bikini en las manos de su amigo licántropo.

- La verdad... Tienes razón... No están nada mal, pero hay mejores. - opinó su amigo, pensativo.

En la cama de al lado de la de Sirius, se encontraba James, hojeando una revista, pero no de chicas, sino que de Quidditch. El primer partido era contra Slytherin y solo quedaban tres semanas. Los entrenamientos habían sido hasta entonces dos veces por semana, pero el capitán, o sea James, se estaba planteando agregar dos sesiones más. Lunes, Viernes, Sábado y Domingo.

- ¿Qué lees Cornamenta? – Preguntó la rata traidora mientras hojeaba una revista de hombres desnudos y engullía el sándwich más grande que pudo haber existido alguna vez.

- Quidditch... – Respondió vagamente James.

- ¿Quidditch? Vamos Cornamenta, es aburridísimo, mira, mejor ven y ve esta revista. – Le aconsejó Peter, levantando la revista que estaba admirando y mostrándosela a James (NA: Podrán adivinar que me refiero a la revista de hombres desnudos xDD).

- N... No... No gracias. – Dijo el chico de pelo revuelto luego de casi ahogarse por un ataque de tos.

Ya eran casi las doce de la noche, asique Los Merodeadores decidieron irse a dormir, porque al día siguiente tenían clases.

Por la mañana, los chicos se levantaron un poco tarde. Bueno, en realidad, bastante tarde. Faltaban veinte minutos para que comenzaran las clases y todavía tenían que ducharse. Remus fue el primero que entró a la ducha, luego James y por último Peter. Sirius recién se levantaba, cuando sus amigos estaban listos. Solo le quedaban diez minutos.

- Nos vemos en clases. – Le dijo Remus a su amigo antes de salir por la puerta del dormitorio.

- Hmmm... – Fue la única respuesta que recibió el licántropo.

Sirius se duchó tan rápido, que es difícil que uno pueda llamar a eso una verdadera ducha. Se vistió y salió a toda velocidad por la puerta.

o.O.o

Al mismo tiempo, en el dormitorio de las chicas, Chris se vestía a toda velocidad. Estaba maldiciendo por lo bajo a Lu, por no haberla despertado. Parecía no recordar la pelea de la noche anterior.

Tomó su bolso y salió a toda velocidad del cuarto, con sus libros en brazos al mismo tiempo que Sirius bajaba corriendo las escaleras. El chico iba poniéndose su reloj y Chris estaba guardando sus cosas en la mochila. Corrían muy rápido e iban distraídos. Se imaginan que...

¡CRASH! Todas las cosas de la chica saltaron por los aires.

- Lo siento... – Comenzó el chico, pero al ver que era Chris, puso su típica cara de arrogante (NA¡Que mono! x3) y dijo – Ah, eres tu Harris. Pensaba que era un ser humano. Bueno me voy, no quiero llegar tarde a clases.

- ¡BLACK! – Bramó la chica, pero Sirius ya se había encaminado hacia la salida - ¡VUELVE AQUÍ! – Sirius se había ido. – Maldición... Ahora si que llegaré tarde.

Luego de recoger todo, se encaminó a su primera clase del día: Transformaciones. Antes de tocar la puerta del aula, dudó un momento. Sabía muy bien que la profesora McGonagall era muy estricta.

Toc, toc.

La puerta se abrió.

- Llega tarde, señorita Harris. – Dijo la profesora McGonagall mientras dejaba pasar a Chris.

- Lo se profesora. Lo siento mucho, pero tuve un PEQUEÑO accidente en el camino. – Se excusó la chica poniendo énfasis en la palabra "pequeño" y dirigiéndole una mirada de odio a Sirius, que se reía por lo bajo junto a sus tres amigos (NA: La verdad, yo diría dos amigos, porque a la rata traidora no se la considera un amigo.)

- Que no se vuelva a repetir. Ahora, vaya a sentarse.

- De acuerdo profesora... Y muchas gracias por no castigarme. – Dicho esto, se acomodó junto a una alumna de Ravenclaw, que se sentaba detrás de Lily y Nicole.

La clase transcurrió tranquila, al igual que el resto de las clases que tenían después de Transformaciones. Llegó la hora del almuerzo. Chris estaba muerta de hambre, ya que no había comido nada desde el día anterior. Lily y Lu se sentaron lamentablemente en frente de Los Merodeadores. Ya que no quedaba otro lugar la rubia se tuvo que sentar con sus dos amigas.

Mientras Sirius conversaba distraídamente con una chica de quinto grado que se había sentado junto a él, tomó la salsa de tomate. Pero no pudo traerla hacia él, porque algo la tiraba en dirección contraria. Miró y se encontró con Chris que también trataba de conseguir la salsa. Ambos entrecerraron los ojos.

- Suéltala Black... – Dijo la chica en un tono muy suave, o sea muy peligroso.

- Suéltala tu.

- Black, te lo advierto.

- ¡Sirius, no la sueltes! – Animaba James.

- Tu no te metas Potter. – Amenazó Lily lanzándole una mirada de profundo odio.

- Damas primero. – Podía estar un poco molesta por el comportamiento de su amiga con Lily el día anterior, pero seguía siendo su amiga.

- Yo no veo ninguna dama, Prewett. – Una maliciosa sonrisa se dibujó en el rostro de Sirius al ver que Chris se ponía roja de furia.

- Dásela Sirius y terminemos con esto de una vez. – Aconsejó el licántropo, revolviendo distraídamente su comida.

- No hace falta Remus. – Chris esbozó una sonrisa de suficiencia y soltó la salsa. Como Sirius había estado tirando con tanta fuerza, apenas la chica soltó la salsa se cayó para atrás y todo el contenido del recipiente fue a parar sobre Sirius.

Todo el comedor se había quedado en silencio y todos miraban a la mesa de Gryffindor, en dirección de Sirius. De repente el silencio se convirtió en risas. Hasta en la mesa de los profesores se reían.

Sirius se levantó lentamente y se quitó la salsa de los ojos, para poder ver bien.

- ¡Eres una...! – El chico estaba rojo, al igual que la salsa.

- No te queda el rojo. – Todo el comedor volvió a quedarse en silencio.

Lily y Nicole se levantaron al igual que James, Remus y Peter.

- Hay que dejarlos. – Comentó la pelirroja – Que resuelvan sus problemas solos.

Salieron del gran comedor y se dirigieron a la sala común.

Luego de una pequeña discusión...

- ¿Sabes qué¡Me hartaste! Me voy. – Chris tomó sus cosas y se dirigió hacia la salida del gran comedor. Sirius la siguió.

- ¡Tu no te vas fingiendo como si nada hubiera pasado! – Ya estaban en un pasillo más alejado de la multitud del Gran Comedor.

- Pues me estoy yendo.

- ¡Espera! – La tomó por un brazo y la obligó a mirarlo.

- ¡Suéltame, me duele! – Se quejó la rubia. Se estaba empezando a asustar.

- ¡Maldición, CHI¡Me dejaste en ridículo frente a toda la escuela! – Sirius estaba perdiendo la paciencia.

- ¡Te lo merecías!

- ¡Me lo merecía¿Y se puede saber por qué? – Se miraban directamente a los ojos. Parecían querer taladrar al otro con la mirada.

El pasillo por el que se había ido la chica era muy pequeño. Se encontraban solos. Completamente solos.

- Porque... Porque... Eres un tonto. – Chris desvió un poco la mirada. No sabía qué decir y le pareció que eso había sonado ridículo.

- ¿Y se puede saber por qué rayos crees eso de mi? – En los labios de Sirius se dibujó una sonrisa burlona. La sonrisa que tanto hacía enfadar a la chica.

- ¡Deja de mirarme así! Me molesta... – Se cruzó de brazos y lo miró con odio. Sirius seguía sonriendo.

- Bueno. Vamos al punto. ¿Por qué crees que soy tonto? – Se fue acercando lentamente a la chica, hasta quedar a pocos centímetros de ella.

Chris retrocedió unos pasos.

- ¿Por qué¿Por qué? Black, sales con toda chica que se te cruza por el camino. Haz besado a tres cuartos del colegio (chicas) y además eres un... un... arrogante. Te apostaría lo que fuera a que no puedes dejar de salir con chicas por seis meses. ¡Eres un desastre humano!

- Te apuesto a que si puedo. – El chico levantó una ceja y su sonrisa se ensanchó.

- ¿Seguro? No puedes salir con chicas, besarlas, abrazarlas, tocarlas, acercarte a ellas, sonreírles, ni...

- ¡Ya entendí! Trato hecho. Seis meses. Si yo gano, eres mi esclava una semana.

- Y si yo gano, eres mi esclavo durante dos semanas. – Se dieron las manos y luego se fueron, cada uno por su camino.

o.O.o

Un sábado por la mañana, James llamó a todos los jugadores del equipo de Quidditch de Gryffindor que quedaban para hablar sobre las pruebas.

A las diez de la mañana, ya estaban todos allí.

- Bueno, los llamé, porque como ya saben nos faltan tres jugadores. Dos cazadores y un guardián. Si les parece bien, las pruebas serán mañana a las tres de la tarde. Además les quería comentar, que como ya solo faltan dos semanas para el partido contra Slytherin, los entrenamientos serán cuatro veces por semana. Martes, Viernes, sábados y domin... – No alcanzó a terminar porque una escandalizada Christina lo interrumpió.

- ¿Estás loco¡Apenas tenemos tiempo para nuestros deberes y nos quieres aumentar los entrenamientos! – Se quejó la chica cruzándose de brazos y frunciendo el entrecejo.

- Yo lo encuentro justo... La verdad, es que si queremos ganar, tenemos que aumentar los entrenamientos. Ya encontraremos la forma de hacer las tareas. Podríamos conseguir un permiso o algo así. – David Spellman, uno de los bateadores era bastante callado, pero también muy sensato e inteligente.

- Eso ya está arreglado, pero ahora hay que ocuparnos de las pruebas. ¿Dices que serán mañana¿No habría que esperar una semana, o algunos días? – Dijo Sirius pensativo.

- Mira Black, si esperamos más tiempo, será muy tarde. Los nuevos jugadores necesitan tiempo para acostumbrarse y con una semana no basta. Además yo creo que si esperamos más, se juntaría más gente y sería eterna la elección. Piensa un poco, claro, si sabes lo que es pensar... – Dijo Chris esbozando una sonrisa burlona.

- No voy a pelear contigo ahora. Estamos discutiendo sobre algo importante, no es el momento. – Sirius estaba serio, cosa rara en él.

Chris notó la seriedad en el rostro del chico. No le gustaba mucho cuando Sirius se ponía así. No sabía por qué, pero la desesperaba un poco.

Era un día bastante nublado. Al parecer se avecinaba una tormenta. De la casa del guardabosques salía humo por la chimenea.

Los chicos seguían discutiendo cuando comenzó a llover. Al principio solo eran unas gotas, pero luego comenzó a llover más y más fuerte.

- Oigan... No de-deberíamos... Entrar... ¡A-a-a-achu! – La cazadora estaba temblando y se frotaba los brazos para darse un poco de calor.

- CHI... ¿Te encuentras bien? – Preguntó medio preocupado James, quitándose su chaqueta y poniéndosela a Christina sobre los hombros.

- Si, descuida James. Estoy bien. – Dijo la chica sonriendo sinceramente y devolviéndole la chaqueta a James. – Pero si tu no te la pones, te vas a resfriar, asique toma.

- No, quédatela tu. – Le devolvió la chaqueta a Christina y sonrió.

- Muchas gracias.

Sirius miraba medio desconfiado la escena. No le gustaba nada lo que había hecho James, aunque era por el bien de la chica.

- Bueno, entonces las pruebas serán mañana a las tres de la tarde. Los entrenamientos serán Martes y Viernes a las seis de la tarde y Sábados y Domingos a las once de la mañana. Nos vemos. – Dicho esto James se dio media vuelta y acompañó a Chris al castillo.

Sirius se fue conversando con David y luego se despidió de él. David iba en quinto año, asique tenían habitaciones distintas.

o.O.o

Luego que James se despidiera de Chris en la sala común, y ella le devolviera su chaqueta, se fue junto con Sirius a su habitación.

Chris, por su parte, luego de irse a cambiar y secarse un poco el cabello, regresó a la Sala Común y se paró más o menos a una distancia notable de la mesa donde Lily, Nicole y Remus hacían las tareas.

- ¡Maldición¡No entiendo! – Se quejó Lily arrugando su papel y luego haciéndolo picadillos.

- ¡Yo tampoco! – Dijo Lu pegando con su lápiz mina en la mesa y rompiendo la punta. – Y ahora se rompió la punta de mi lápiz, genial. Absolutamente genial.

- ¡Tranquilas, porque yo entiendo menos que ustedes! – Remus se echó a reír, mientras Lily maldecía la tarea y Lu maldecía a su lápiz.

- ¿Qué sucede? – Preguntó extrañado James que había bajado junto con Sirius y Peter para colgar el papel de las inscripciones.

- Al parecer intentan hacer la tarea. – Observó Chris comenzando a reírse.

o.O.o

Al día siguiente, bajaron a desayunar a las once de la mañana. Luego de hacer la tarea de cuatro pergaminos de pociones y luego de ir a almorzar a la una y media de la tarde, James, Sirius y Chris se fueron a cambiar mientras Lily, Remus y Nicole se iban a sentar en las tribunas alrededor del campo de Quidditch para ver la elección.

Comenzaron a llegar alumnos de a poco.

Al parecer, todos los estudiantes de la casa de Gryffindor querían ser del equipo.

Empezaron eligiendo al guardián. Habían doce alumnos postulando para ese puesto. Asique la elección fue larga. Tal como había supuesto James, el elegido fue Andrew Bones, que cursaba séptimo año.

Luego siguieron con las pruebas para elegir dos cazadores. Habían niños de primer año, que nisiquiera sabían volar bien, pero James estaba obligado a hacerles las pruebas también porque no quería ser injusto y no quería que los niños comenzaran a llorar.

Al final encontraron dos cazadoras muy buenas. Sarah Johanssen de tercer año. Cabello negro y ojos cafés. Podía ser pequeña, pero era muy rápida y aerodinámica y tenía una puntería excelente. También eligieron a Ashlee O'Conner de quinto año. Era de estatura media, cabello castaño claro y ojos verdes. También era muy rápida y podía esquivar todas las Bludgers muy fácilmente, además de tener muy buena puntería.

- Bueno... Bienvenidos al equipo. Les advierto que aunque sean nuevos, no vamos a esperar para comenzar los entrenamientos. Serán martes y viernes a las seis de la tarde y sábados y domingos a las once de la mañana. Como el partido es el próximo sábado, tendremos entrenamientos toda la semana. A las seis, como siempre. CHI, no me mires así... Es por el bien de todos. Nos vemos mañana. – James dejó a todos menos a Sarah boquiabiertos. Ya vería cuando estuviera en quinto o sexto año, ya vería.

- ¿Por qué esas caras¡Será genial¡Me muero porque sea mañana para comenzar a entrenar! – Se fue tarareando una canción de uno de los grupos más populares del momento: Cotton Hearth. Todos la miraban incrédulos mientras ella subía por el sendero hacia el castillo.

- Esa chica si que tiene energías. – Chris pareció despertar de repente del trance en el que estaba – Hola, yo soy Ashlee O'Conner – le tendió la mano a Chris, la que la aceptó encantada.

- Yo soy Christina Harris, pero puedes llamarme Chris, mucho gusto. – Las dos se fueron felices de la vida conversando camino al castillo, mientras dos chicas se quedaban plantadas en medio del campo; boquiabiertas.

- ¡Nos dejó plantadas! – Se quejó una escandalizada Nicole, mientras se cruzaba de brazos.

- O sea.. Conmigo está enojada. ¿Pero qué le pasó ahora contigo Lu? – Dijo la pelirroja mirando en dirección de Remus.

- No pasa nada... Solo es una nueva amiga, nada más. – Sugirió el licántropo.

- Espero que tengas razón Remus... – Nicole suspiró, mientras iban saliendo del campo de Quidditch.

- Yo siempre tengo razón. – Dijo riendo el licántropo y pasó sus dos brazos por encima de los hombros de las chicas antes de que ellas lo empujaran divertidas hacia atrás.

o.O.o

- ¿Remus¿Qué haces despierto a estas horas? – La chica acababa de bajar por las escaleras, cuando se percató de la presencia del licántropo en la sala común.

Ya pasaban de las doce de la noche. Nicole no había podido quedarse dormida pensando en la carta que esa tarde le había traído su lechuza Lumis. ¿Por qué alguien le habría escrito algo que le hiciera tanto daño? Sería verdad o... ¿No?

- No podía dormir... ¿Y tu¿Qué haces despierta? – La chica se sentó al lado de Remus, en un sillón que estaba frente al fuego.

- Yo tampoco... – Le daban ganas de llorar de tan solo pensar en la carta. Tal vez tenía miedo de aceptarlo. Pero tarde o temprano tendría que hacerlo.

- Remus la miró un momento. Había un extraño brillo en sus ojos. No era normal.

- ¿Te pasa algo? – Preguntó al fin el chico.

- N-no... No me pasa nada... – Sonrió débilmente.

Ella no podía ocultar lo que sentía. Con mirarla a los ojos bastaba para saber si algo le pasaba.

- A mi no me engañas Lu.

A la chica se le llenaron los ojos de lágrimas. No sabía que hacer. No quería que Remus la viera llorar. No quería que creyera que era débil. Analizó la situación: no iba a poder contener mucho tiempo más las lágrimas. Tenía dos opciones. O se iba o se lanzaba a los brazos del licántropo. Eligió la primera opción.

- Ya es tarde. Mejor... Subo... – Se levantó del sillón y se dio la vuelta esperando que Remus no hubiera alcanzado a ver sus ojos cristalizados.

No pudo llegar muy lejos, porque el chico la sujetó del brazo. La obligó a sentarse de nuevo y la hizo mirarlo a los ojos.

- Como supuse, algo te pasa... – El chico la miró diréctamente a los ojos y le sonrió sinceramente. – O me cuentas o lo descubro yo.

- Creo que... Vas a tener que descubrirlo tu. – Dijo Nicole bajando la mirada.

Remus acarició la mejilla de la chica y esta para su propia sorpresa, apoyo su cabeza sobre el hombro del licántropo. Este la rodeó con sus brazos y ella rodeó el cuello del chico con sus manos.

Estaba recostada de tal manera, que miraba el cuello del chico. Una mordida. Estaba segura que lo que veía era la cicatriz de una mordida. Decidió que sería un poco desubicado preguntárselo al chico en ese momento, así es que optó por esperar un momento más adecuado.

Cuando se separaron Remus le preguntó:

- ¿Segura que no me quieres contar?

- Sí, segura. No puedo... Te lo contaría... Pero yo no...

- Tranquila, te entiendo. Pero que te quede claro que lo voy a descubrir, aunque sea lo último que haga. – Sonrió y luego se levantó. – Creo que deberíamos ir a acostarnos. Ahora sí que es tarde y mañana es lunes y tenemos clases.

- Sí... Sí, tienes razón...

Remus ayudó a Nicole a levantarse y luego se dirigió a las escaleras que llevaban a los dormitorios de los chicos. Antes de que pisara el primer escalón Lu lo llamó:

- ¡Remus! – Susurró ella. El chico, con su buen oído de lobo se dio la vuelta.

- Dime.

- ¡Gracias!

- ¡Cuando quieras! – Le guiñó un ojo, sonrió y luego hizo un gesto con la mano.

Ambos subieron a sus respectivos dormitorios y se quedaron dormidos casi al instante, pensando en lo bien que se había sentido ese abrazo.

o.O.o

Mientras... En un lugar muy alejado de Hogwarts...

- ¡Lucius! Ven aquí. – Una voz ronca llamaba a uno de sus más fieles seguidores.

- Dígame mi señor. – Hizo una reverencia y se quedó apoyado en una rodilla con la cabeza tocando el suelo.

- Te tengo una misión Lucius... Una misión para vigilarlo más de cerca... La necesitamos. La enviaremos a Hogwarts. - Su estridente risa resonó por todo el tétrico lugar.

Sorry por haberme demorado con este chap... Esque ya saben, el colegio, las tareas, los deportes y todo no m djan mxo tiempo. Prometo que de ahora en adelante intentaré demorarme menos, pero no les aseguro nada.

Snif snif... me siento taan orgullosa d mi misma! XDD Nahh broma... wenu, dejen artos RR, porque eso q de vdd anima mxo.

Bsos

Kmii