— ¿Adrien? — escuchó a su espalda, y no pudo evitar sonreír.

— Hola — respondió con suavidad, girándose.

Ella parecía... sorprendida, bien, podía trabajar con sorpresa, no era incomodidad o vergüenza, esto iba bien.

— Pensé que íbamos a quedar en la cafetería.

— Mi clase terminaba antes — eso no era mentira, quizá se había saltado algunos detalles, pero esos no tenían importancia.

— ¿Has esperado mucho? — preguntó con suavidad.

— No... no mucho — frunció el ceño — ti..tienes algo en la nariz — se distrajo momentáneamente llamando la atención de la chica quien se tapó la nariz con urgencia — aquí — se señaló en el costado.

— Oh, debe de ser carboncillo — se lamentó, sacando una toallita humeda de su mochila con agilidad — para entrar a patronaje tengo que lavarme las manos y también las reglas, pero no la cara... — rió limpiándose la cara con la toallita.

Fue entonces cuando un pensamiento salvaje apareció, tomando el control de su mente.

Que mona.

— Mmmm... ¿vamos? — sugirió la chica sonrojada.

Mierda, ¿la había estado mirando fijamente?

— Si claro, vamos — respondió aturdido.

Respiró hondo, necesitaba evitar ponerla nerviosa, pero desde que tenía memoria ella parecía ser más propensa a los nervios que la mayoría. Tenía que idear alguna clase de plan.

— Gracias.

— ¿Hmn? — lo había pillado desprevenido.

— Por hacer esto, por mi — eso si que lo confundió, frunció el ceño mirándola — sé que esta no es exactamente le imagen que querías... — frunció la naríz mientras pensaba. Que monada — proyectar — ofreció. — Sé que todo esto es más bien, mundano, en comparación, pero realmente me ha ayuda — volvió su mirada al camino — a no sentirme tan distanciada de tu realidad, ¿sabes? Como si estuviéramos en terreno neutral — sonrió de manera tranquila, y Adrien no sabía que responder, parte de él seguí procesando lo que acababa de decir, cuando continuó, — Pero no te preocupes, te prometo que no estoy en contra de los restaurantes pomposos y la alta sociedad — Adrien reprimió un bufido entretenido.

— No, Marinette, tienes razón — lo miró curiosa — creo que realmente no tenía una imagen en la cabeza... e incluso si lo hacía, no era realmente algo que nos representara. Escogí el restaurante y el regalo porque Chloé me habló de ellos, y no tuve en cuenta tu condición... Realmente soy bastante malo en esto — reflexionó en voz alta.

Lo sintió en la palma de su mano antes de dirigir la mirada, y ver sus manos entrelazadas, el rubor subió por su nuca.

— ¿Sabes? — por suerte, él no parecía ser el único afectado por ello — en lo que llevamos de relación — hizo un gesto — no hemos parado de pedir perdón, y... no creo que sea un problema de uno. Creo que ninguno estamos haciendo el esfuerzo suficiente y es evidente que hay un problema de comunicación. Pero también creo que tiene una solución muy fácil — sonrió — No creo que haya una manera correcta de... estar con alguien, y supongo que ambos nos estábamos sometiendo a demasiada presión, ¿tiene sentido?

Adrien se sintió sonreír mientras asentía; habían llegado a la cafetería sin darse cuenta, pidieron la comida y se sentaron en la primera mesa que vieron disponible. la cafetería no estaba precisamente llena, pero aún así había una gran cantidad de estudiantes, sin embargo, en comparación con la noche anterior no se sentían presionados a comportarse de una manera específica. La conversación les había ayudado a relajarse con el otro.

— La solución a todo esto — continuó hablando — es que nos comuniquemos mejor, que seamos directos con nuestras dudas y nuestras respuestas, para evitar malentendidos — parecía orgullosa de haber llegado a esa conclusión, y por alguna razón Adrien se sentía feliz por ello.

— Creo que tienes razón — concordó por fin, lo que la hizo sonreír de manera brillante, y la sensación se salió un poco de su control, por lo que optó por cambiar de tema — ¿cuanto suelen tardar con la comida aquí?

— Hmm — murmuró quitándose la bufanda — no lo sé, es la primera vez que como aquí — respondió con sinceridad.

— ¿En serio? — eso lo sorprendió bastante, había elegido la cafetería pensando que era un terreno con el que ella estaría en su territorio, pero aparentemente era algo nuevo para ambos.

— Sí, normalmente me traigo la comida de casa, es más barato, y tengo un presupuesto apretado — no parecía estar confesándole un secreto bien guardado, hablaba con facilidad, pero para Adrien aquello le parecía algo inverosímil — Y entre tu y yo, soy más de comida casera — añadió.

— Entonces ¿hoy...?

— Oh no — le contestó antes siquiera de formular la pregunta — no sé como lo hiciste, pero hoy pensaba comer fuera... no traje comida de casa, ayer no hice la compra así que no tenía mucho con lo que trabajar — Adrien sintió un pinchazo de culpabilidad por eso, después de todo fue él quien robo todo su tiempo libre el día anterior — ¿Qué hay de ti? ¿Comes mucho fuera?

— La mayoría del tiempo — reflexionó — no soy muy bueno en la cocina. Hasta hace más bien poco teníamos un cocinero, así que la comida no era exactamente casera. También, tenía un dietista y un nutricionista... y un entrenador personal, la mayoría de veces lo que me decían se contradecía entre sí, pero yo estaba tan ocupado y tan cansado que solo comía lo que me daban y ya esta — Marinette lo miraba fijamente, prestándole atención a sus palabras, parecía interesada, entretenida, relajada, bien.

— Que distinto — comentó en voz alta — no sé, yo siempre he estado de alguna forma o de otra relacionada con la comida, mis padres son panaderos, mi tío es chef... no soy una chef de talla alta, y no tengo ninguna estrella Michelin, pero sé manejarme en una cocina, me parece raro que haya alguien que no sea así. — fue interrumpida por el camarero que traía su comida — ¿Y ahora? — preguntó tomando su primer bocado — ¿Con Nino? Vivís juntos ¿no? ¿Cómo os arregláis con la comida?

— Nino tiene un horario muy exigente, y eso viniendo de mi — ella soltó una risita — tiene horario de tarde en el conservatorio, y trabaja turnos de noche y madrugada, por no hablar de cuando trabaja en su propia música, no coincidimos mucho, a pesar de vivir juntos , y cuando coincidimos solo hay tiempo para un café o un tazón de cereales...

— Así que vivís la experiencia de universitarios al completo — se burló divertida.

— Supongo que si — rio con suavidad.

— Hablando de horarios, Sino recuerdo mal, tú tenías toda la semana ocupada ¿no?

— Seh — se lamentó el chico — pero estamos en época de parciales, y un poco más fácil convencer a Nathalie de que me de mas tiempo, si es para estudiar para un examen.

— ¿Tienes que estudiar para un examen? — preguntó divertida.

— Puede que sí, — ella se rio ante su respuesta.

— Algo que no entiendo — volvió a hablar — es ¿cómo es posible que de un momento a otro tu agenda pasara a estar tan llena?

— No fue casualidad —se quejó el chico con expresión cansada — y tampoco fue culpa tuya, admitir que estaba en una relación me convirtió en la sensación del momento, y eso, hasta cierto punto hace que esté más ocupado. —aclaró rápidamente al ver su expresión — Pero en realidad todo esto es la forma que tiene mi padre de castigarme. Varias de estas revistas, llevan intentando contactarme meses, y probablemente ya tenían agendada una sesión en el futuro... pero mi padre dio cabida libre a mi agenda y me quito el tiempo libre por haberle desobedecido...

— Que mal — comentó en voz alta Marinette, frunciendo el ceño.

— No es ta malo como parece. Esto no es para siempre, hay un límite de apariciones en los medios que puedes hacer antes de empezar a aburrir al publico, y mi padre no quiere cruzar esa línea. — Explicó un poco avergonzado. — Aunque este super ocupado esta semana, realmente no todo el contenido va a salir directamente, las entrevistas necesitan ser editadas, los artículos ser escritos, las fotos procesadas... este no es un proceso inmediato.

— Qué complicado es todo — murmuró bajando la mirada.

— Así es, de hecho, hoy, sale el nuevo número de FàP, en el que sale mi entrevista completa... a partir de ahora las cosas quizá se vuelvan un poco locas, así que prométeme que me lo dirás si sucede algo — la miró directamente a los ojos de manera solemne, pero ella solo sonrió y asintió, pensativa.

— Adrien... — lo llamó tras un momento de silencio, y no continuó hasta que él no la incitó — sé que es difícil, y que estas muy ocupado... pero, ¿crees que podrías hacerme un hueco el domingo?

— ¿Este domingo? — un tanto aturdido por la pregunta, ella asintió — no estoy seguro, ¿para qué?

— Para almorzar... con mis padres — respondió con una expresión insegura, mirándolo a través de su pestañas.

Que monada.


MY BOI BE WHIPPED, es pero que os guste. Este cap es un poco apresurado, y no lo he editado demasiado, porque tenía la idea clara, pero no estoy muy segura del resultado.

El próximo capítulo ¿lo escribo desde la perspectiva de Adrien o de Marinette??

Filet at papillon, la revista