Shinigami 6
La vida era tranquila en la familia Todoroki con cada niño recibiendo la mejor educación, con una madre ausente y un padre como una figura pública tan temeraria en una estabilidad que aprecian todos los que tienen la valentía de indagar... por lo menos esa es la portada a la que se aferra Enji quien con disgusto acepto dejar al desconocido establecerse en su casa... es bueno fingiendo, enfocarse en otras cosas como para dejar de atormentarse con la verdad de la naturaleza de quien ahora es Fuyumi.
Tiene otra meta, se engaña diciendo que no le importa pero aun con esto... aun con enfrentar la rutina y su agencia... no hace más que ver a ese cuerpo y extrañar lo poco que conocía de su gentil hija aun cuando sabe nunca fue capaz de mirarlo a los ojos.
Perdió una hija.
O no, simplemente recordó una vida tan lejana a la conocida, con una cultura tan complicada para ser inventos y aunque sabe le esconde más del 50% de ese conocimiento... de lo que fue... hay tantas pistas entregadas con una sonrisa seca que hacen del panorama general algo horrendo.
Él es un héroe, alguien que lucha con la villanía pero simplemente no puede ver el mundo que puede crear alguien como lo que es hoy Fuyumi.
Con todo lo diagnosticado por los psiquiatras, la memoria muscular y táctica eso sin contar las infames trampas a las que ha plagado cada centímetro de su pared y jardines son toda la prueba que necesita para ver un guerrero forjado para una guerra que este mundo nunca ha visto.
Tobirama tampoco es un nombre que se le hubiera ocurrido hasta ahora.
No puede abandonar el tema por más que se decida a ignorarlo, menos cuando tiene tiempo libre en casa y puede verla caminar tan tranquilamente bajo su techo.
Hay días en que se levanta con la certeza que la correrá fuera de sus vidas antes de que sea imposible separarlo de sus hijos, pero no puede... no sin provocar algo que Endevour tal vez no pueda manejar.
No es miedo es un instinto de preservación.
Suspira cansadamente mirando el jardín de su hogar desde la sala que ahora está acomodada eternamente en una forma defensiva, Enji esta hasta el borde de mierda que agregar una "hija" con un estado dudoso mental solo le da más dolores de cabeza... eso sin contar que hay trampas en todo su maldito jardín.
Mejor dicho, sobre todo las trampas que hacen de su vida aún más miserable cuando está siendo malvado en el entrenamiento de Shoto.
-Estas tomando esto de la mejor manera- la voz de su hija tan coloreada de indiferencia o presunción merecida llena el espacio.
Enji no salta, pero esta tan cerca al voltear con un gruñido en sus labios -maldita sea, al menos moléstate en hacer ruido- espeta groseramente.
La figura pequeña de la adolescente es inmutable completamente vestido de una manera arcaica (ropa de festival), su rostro está en blanco y una mirada dura al arquearle una ceja de regaño al parecer desaprobando su tono mordaz -Eres un héroe- se burla con una sonrisa sarcástica.
Se eriza porque obviamente este chico no cree en los héroes tanto como Enji no cree en los shinobi.
Fuyumi se dirige a la cocina sin otra mirada, pero el adulto sabe nunca esta baja en defensas que si decide ser hostil, habrá uno de esos cuchillos en su garganta y una amenaza en la voz de su hija.
Endevour está pagando algo, lo sabe pero lo negara siempre.
Se cruza de brazos al recargarse en el sofá con una mala cara, poco dispuesto a responder que no es que lo esté llevando mejor... es solo que tiene mucho que pensar antes de siquiera reaccionar, sabiendo que hay tantas opciones desechadas y desventajas que no podrá asilenciar al mundo.
Encerró a su esposa no puede hacer lo mismo con su hija sin levantar sospechas.
Cierra los ojos con el aroma de los alimentos siendo cocinados, al menos no mueren de hambre y el supuesto hijo es una persona hábil en muchos ramos que puede permitirse aceptarlo de mala gana... por lo menos no ha intentado matarlo.
Y mantiene a su descendencia seguro.
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No estaban dispuestos a dejarlo solo.
Hashirama está entre encantado y frustrado con cada persona que trata de guiarla a la estación de policía para reportarla como una niña sin hogar eso sin contar a los héroes que aparecen en cada esquina de cada ciudad dándole una mirada escrutadora aun cuando sabe se ha esforzado en dar un aspecto saludable y limpio.
Es bueno mintiendo, desviando intereses o escapando de la manera maestra aun sin chakra pero es cansado cuando todos tienen el interés de entrometerse.
Las buenas intenciones son apreciadas, pero para el shodaime solo lo hacen saltar fuera del camino y escaparse con más frecuencia cuando le encantaría platicar con las personas sobre el mundo... sobre cosas sin importancia sin que comenzaran a sospechar de que carecía de un guardián mayor cerca.
Espera que Tobirama esté en similares problemas.
Porque sería injusto que sea el único enfrentando este tipo de contrariedades.
El estómago del Shinigami es tan complicado.
Vivir sin hogar es fácil cuando es autosuficiente, aunque ciertamente es complicado cazar o realizar fogatas sin activar algunas alarmas... ha encontrado una parte de un parque que adapto para su campamento con algunas cosas que puede o no haber tomado de locales cercanos.
Sabe cómo cultivar, sin su preciado mokuton tuvo que permitir que el tiempo realizara lo suyo mientras vivía de vegetales que los vecinos cercanos descuidaban.
Conseguir su agua es otra de las cosas que sabe cómo filtrar, su ropa es la misma del orfanato pero como ha estado creciendo debe comenzar a buscar mejores... el invierno viene y es otro tipo de variable que debe considerar.
Era un orgulloso shinobi cuyas circunstancias actuales son las más benevolentes a la que ha enfrentado, aquí nadie quiere matarlo pero aún mantiene cierta guardia o trampas vergonzosas que le permiten un descanso en la oscuridad.
Toma siesta en los árboles.
Pasea por el entorno y se aventura a la ciudad.
Conoce tantos niños, pero como con otros, simplemente no hay esa unión que extraña de sus días como shodaime... simplemente no puede coincidir con este pensamiento adorador de héroes que le fastidia... es triste que haya algo que no permita esa conexión natural con los niños.
El choque cultural o el desinterés que tiene en los héroes.
Hashirama se ha cansado a los dos meses de su actual ubicación, se ha rendido en cultivar cuando se percata que la tierra no es tan rica para dichos trabajos así que empacando decide pasar al siguiente distrito buscando el mejor y más profundo parque que pueda lograr alcanzar... extraña los extensos bosques, la tierra rica y los animales silvestres pero se adapta.
Siempre se adapta.
Hay un rio extenso, abierto que permite un parque lleno de juegos divertidos... sonríe Hashirama a todos los niños que puede ver deseando por fin hacer amigos, pero primero debe localizar la mejor área donde montar su campamento y hacer una ronda para ubicar las casas que no extrañarían mucho los faltantes en su despensa.
Cuando logra sentarse debajo de su casa de campaña, mira el cielo oscurecido extrañando las estrellas y su amada aldea... Tobirama está lejos de ser ubicado y empieza a creer que aunque se toparan, sin un intercambio directo que pudiera lanzar pistas, tal vez no se reconocerían.
En aspecto, es un pequeño Madara femenino después de todo.
Planea su agenda para el siguiente día tratando de no deprimirse ante esta constante idea, quiere conocer a los niños de la zona y tal vez hacer amigos... se ha sentido tan solo últimamente que recordar es su único consuelo.
Lo escucha venir a través de las sombras sacándolo de sus alegres recuerdos, puede que haya tanta buena gente en este mundo... pero también estaba lo peor, que no eran nada a su experiencia shinobi pero eran irritantes como imaginativos o sucios.
Las trampas no han sido activadas, no hay más que un suspiro de resignación por el ligero descuido... esta vida lo estaba arruinando.
Puede verlo a través de las llamas de su fogata; alto y desgarbado con una sonrisa salvaje al salir sin temor... subestimándola... mirándole como una presa... Hashirama inclina la cabeza, siempre ofreciendo una oportunidad, una pizca de piedad pero aferrado al cuchillo bien escondido entre sus mangas.
Porque cualquiera que ataque un niño en una sociedad sin ninjas, no merece pasar más allá del shodaime.
-Una pequeña- dice con voz de tenor, mirándolo desde su altura injustamente adulta.
Hashirama extraña ser tan alto, espera crecer tanto pero siendo niña... no tiene muchas esperanzas al saber el promedio de altura que ha visto en su vagancia.
-Hola- chilla con alegría desbordante, es bueno fingiendo... expresándose... los shinobi son apáticos, entrenados para ocultar emociones... pero el shodaime fue de los pocos que podían permitirse ser abiertos, hacer que todos lo subestimen.
Lograr que todos piensen que de los hermanos Senju, Tobirama era el más peligroso.
Era el dios shinobi por esa misma razón.
Una alegría descarada que al golpear era duro como el acero, capaz de remover bosques y hacer de ríos corrientes de sangre.
En verdad, Hashirama estaba frustrado con la gente entrometida... con las personas que quieren ayudarle y guiarle como si no tuviera años de una vida sangrienta... lo perdona porque sabe cuál es su aspecto, cual es la desventaja y fastidia/adora en las mismas cantidades dicho cuidado.
Esta igualmente frustrado con los hombres que la ven como un objetivo ya sea para vender o disfrutar... el pobre bastardo no tuvo tiempo ni de mostrar el quirk que puede tener cuando Hashirama ya está limpiando el cuchillo en su ropa sucia.
Bueno, es triste que deba cambiar tan rápido de hogar.
Al menos el sujeto tenía mucho dinero y con esto puede vivir en su nuevo hogar en otro distrito.
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Tiempo después...
Enji jura a los cielos cuando ve el documento en blanco tan inocente en un escritorio que casi no usa, se levanta sumamente irritado al pisotear al otro lado del pasillo donde está la habitación de su molesto engendro... abre la puerta y muestra el papel como el infractor, absteniéndose de encender su quirk -que significa esto- espeta altivamente.
La culpable ni siquiera parece temerosa de su temperamento, cerrando un libro muy grueso y dándole una mirada poco impresionada a Shoto que tranquilamente retrocede del camino, Fuyumi se pone de pie con gracia peligrosa.
Endevour entrecierra sus ojos tensando sus músculos.
Pero ahora, con los años sabe no puede ni debe levantar la mano cuando uno de sus otros hijos está cerca... estar en el hospital no fue gracioso, despistar a la prensa fue un dolor... saber que no hay necesidad de quirk para torcerlo tan rápidamente que es inhumano le hizo regañarse por ser estúpido, por haber ignorado esa vez a su instinto que le hacía retroceder a lo que se convirtió su hija mayor.
Pero ahora está muy enojado... otra vez... para escuchar la advertencia susurrada en su mente... otra vez.
Fuyumi ha crecido con la suave belleza de su esposa, pero la mortalidad en sus ojos nunca ha menguado al contrario... solo se ha endurecido a algo un poco más manejable aunque incapaz de enfrentarlo.
-No entrare a esta UA- dice Fuyumi al cruzar sus brazos en un tono firme, sus ojos no titubean al encender del fuego en el rostro del que se presume su padre.
-Serás un héroe- espeta Enji enojado, porque esa mocosa aun con su patético quirk es un arma utilizable para sus planes aun cuando tiene de respaldo a Shoto.
-Yo no soy ni seré un héroe- una finalidad en su tono crédulo, no hay rastro de emoción en sus rasgos pero su hija está en una postura de defensa.
-Es tu misión- gruñe olvidando que esa de ahí no es Shoto.
-Mi misión es con mis hermanos- Fuyumi dice con calor en su tono templado, no hay otro hermano por el cual inspirarse... el cual respaldar... ahora solo tiene a sus pequeños hermanos a los que debe guiar a través de esta sociedad, es su único objetivo tan benigno que aunque nunca le quitara el filo shinobi... le hace comprometerse con sus propios sueños.
-Maldita sea, lo único que quiero es que seas un jodido héroe y un símbolo de paz- pisotea el hombre al alzarse por encima de su hija, la habitación se calienta unos grados y un choque de temperaturas flota inocente entre ellos.
Fuego vs hielo.
Fuyumi ha escuchado eso siempre, pero esta menos tentada a esta absurda ilusión -sabes cuál es mi postura en esto, Enji- gruñe heladamente -no seré un héroe... no eres nadie para obligarme a convertirme en algo tan tonto- finaliza con el poder de sus palabras, con la carácter de doblar mareas.
-Tendrás que esperar por mi- Shoto interrumpe firmemente, dándole una mirada abrasiva a su padre e instalándose tercamente al lado de su hermana retándolo a negarlo y empujar aún más el tema.
Enji bufa, su temperamento se anivela y le da un gesto sucio a su hija que ha corrompido a sus hijos a algo que aunque más tranquilo... siguen siendo antagónicos de su voluntad, al menos Shoto muestra más voluntad en seguir el sueño al que está destinado.
Todavía odia perder.
Tal vez intente volver a incitarla el siguiente año.
Sonríe formando un plan, la UA todavía tiene estudios avanzados... la niña parece tener un interés en la ciencia y ese tipo de cosas, de esa forma podrá entrar a la UA y quizás sobresalir en los festivales deportivos.
-Bien- dice rudamente con un poco de satisfacción en su interior planeando comunicarse con el director -Y tu niña, espero que estés alegre de que te saliste con la tuya- se cruza de brazos negando que cedió muy rápido.
Una sonrisa torcida tan diminuta y retadora en Fuyumi -no es necesario que hagas el gasto, puedo obtener mis propios recursos- un gesto presuntuoso se instala en sus helados rasgos, Shoto ha decidido reanudar su trabajo en el escritorio de esa habitación.
Un bufido al voltear los ojos, Enji en verdad está muy frustrado de lo que es ahora su vida -sé que puedes, también lo que hará de mi si alguien se entera- porque será un pedazo de pastel si alguien le da la gana de buscar algo de sus hijos aun cuando paga para mantenerlo lejos del ojo público... puede hacer el gasto, la niña lo sabe muy bien porque siempre echa un ojo a sus finanzas.
Manipulación es el segundo nombre de Fuyumi y la ingrata lo sabe al acomodarse en la cama muy cómodamente.
-Entraras en la UA, estudios generales- añade satisfecho, la niña le da un desplante de ojos pero se encoge de hombros al parecer cediéndole esta pequeña victoria.
Está por salir cuando recuerda otra pequeña molestia que le reportaron antes de llegar, una que ha sido sonada tantas veces que es cansado-ahora, podrías desactivar tus jodidas trampas-
-No lo creo- dice sin levantar la vista -hay este niño irritante que insiste en venir, prefiero dejarlas activadas-
Arquea la ceja -un novio- se burla no sabiendo como sentirse al respecto, aunque es una cosa torcida o madura... seguía siendo su única hija, hay esa costumbre como padre de intimidar a los interesados ¿no? (nunca aceptara que tal vez le guste un poco esta Fuyumi, que haya crecido como un hongo en su corazón).
Otro fulminar de ojos de la niña -No bromees con eso- espeta gruñendo al cerrar su libro.
Enji se ríe dientudamente al salir de la habitación tenía que obtener un nombre para poder disfrutar de esta pequeña incomodidad de alguien tan firme como Fuyumi.
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Sus viajes le han dado una experiencia necesaria de su patria.
El estómago del Shinigami es espantosamente grande, sea la verdad nunca pensó en ir mas allá... cruzar fronteras... aquí puede hacerlo... pero todavía está buscando a Tobirama como para aventurarse, tambien tiene la desventaja de estar atrapado en el cuerpo tan pequeño de un niño.
Aquí no puede andar libremente para viajar a pesar que no hay peligro de muerte pero hay eso que llaman documentación que sea la verdad ni siquiera ha pensado en falsificar... Tobirama siempre fue el mejor en hacer este tipo de trabajos manuales... y necesita un adulto, otra vez.
Su cabello es tan rebelde que lo ha podido mantener a mitad de su espalda, su ropa cómoda y una actitud todavía jovial, Hashirama ahora pasea por las montañas de Musutafu con su mochila de viaje y mirando el distrito con ojos abiertos para la inspección general.
Sonríe a los transeúntes, pregunta a los vendedores y sin vergüenza roba algunos productos... es un niño... alguien que no pueden emplear... va en contra de las leyes, una leyes que no existían en los países elementales.
Hashirama lo extraña, los extraña mucho.
Pero mira esta vida con mejores ojos, buscando a su hermano.
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Fin del capítulo, uno corto para decir presente.
