Todos Quieren (Gobernar El Mundo).
Por B.B. Asmodeus.
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Parejas: Kou Seiya (Sailor Star Fighter)/Usagi Tsukino (Sailor Moon). Kou Yaten (Sailor Star Healer)/Personaje sorpresa. Menciones de Haruka Tenoh (Sailor Uranus)/Michiru Kaio (Sailor Neptune).
Rating: M/Adult/R/Lemon. Acción H/M (het) & M/M (yuri).
Categorías/Advertencias: Realidad Alterna. Suspenso, Humor, Romance, Drama, Acción/Aventura, Lemon, Yuri, Yaoi, Het, Horror. Lenguaje ofensivo.
Sinopsis: "Lloriquear nunca resuelve nada."
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i.
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"La mayoría de los hombres prefieren negar una dura verdad, que encararla."
-A Song of Ice and Fire: Game of Thrones, G.R.R. Martin.
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Shingo no supo contar el tiempo exacto del viaje. Sólo estuvo consciente de que cuando éste acabó, cayó de rodillas y vomitó frente a un par de zapatillas blancas.
"¡Oi! Shingo-Baka!"
Claro que tuvieron que ser las botas de su hermana.
Las carcajadas de Sailor Fighter fueron irrevocables. Shingo sintió manos ajenas ayudándolo a reincorporarse. Mercury le ofreció un pañuelo para limpiar su boca, siendo el primer rostro amigable. Abochornado, el chico se apresuró a levantarse.
"Sailor Moon, no te muevas, sólo estás embarrándote más." Vino el suspiro de Jupiter a sus oídos.
"¡Puedo ver trozos de camarón!"
"¡Seiya, cierra la boca!"
Sailor Jupiter regresó a ser Makoto Kino. De su mochila de viaje, sacó una botella de agua fresca. Prosiguió a bañar las botas de su líder, mientras Seiya seguía muriéndose de la risa.
"Que llorona eres, Usagi." Shingo rodó sus ojos, después de escupir mal sabor de su boca. Ami le ofreció agua de su propia botella.
"¿Así que esto es Kinmoku? Mmm."
La sentencia de Tenou-san causó muchas respuestas distintas. No todas, agradables. Shingo se permitió dar un buen vistazo a sus alrededores.
Era de día, cuando había sido casi de noche en la Tierra. Preguntas brotaron al cerebro del muchacho. ¿Cuánta distancia habría entre ambos planetas? ¿Kinmoku-sensei tenía su propio sistema solar? ¿Qué tan grande era el planeta? ¿Por qué el cielo no era azul, sino de tonalidad más verdosa? ¿Kinmoku-sei tenía océanos? Ciertamente, tenía la misma vegetación, contando el área boscosa en la que se encontraban.
"¿Dónde diablos está Healer?" Sailor Fighter refunfuñó. "Sabía que estábamos en camino. ¿Y nuestro recibimiento?"
"Debe estar ocupada."
Más que ser consolado por la niña Tomoe, Fighter resopló por su nariz.
"Entonces, no tenemos opción. Todos tomen sus maletas, tendremos que caminar."
Tenou-san se mostró dudosa. Cruzada de brazos, la mujer hizo todo lo contrario a caminar. "¿A dónde? Sólo veo bosque y más bosque."
"A decir verdad, estamos en los jardines de la princesa Kakyuu, Haruka." Para la sorpresa de todos, Usagi sonrió, penas olvidadas, y mochila bien montada. Su hermana apuntó en orientación oeste de donde se encontraban parados. "¿Miran aquella alta muralla? Es la entrada de vuelta al palacio."
"Wow, Usagi. En verdad conoces este lugar. ¿Quién lo diría?" Makoto rascó su nuca, comenzando a caminar a lado de Ami y Shingo. Tenou-san aguardó detrás del grupo, todavía murmurando. Cargó con las mochilas de su hija y la propia, no dejándola ayudar.
Sailor Fighter tomó la delantera, guiando al grupo de terrícolas a paso firme. Permitió que Makoto-san tomara fotografías hasta hartarse, y que Ami-san hurtara muestras de las plantas que los rodeaban, para estudiarlas.
El clima era caluroso, aunque no tanto como el que Tokio estaba sufriendo en estos momentos. Una brisa los saludaba de vez en cuando, apaciguándolos del peso de sus maletas. Se escuchaban pájaros cantar. Aunque, por más que Ami-san intentó encontrar su paradero, las aves permanecieron siendo un misterio.
En un punto de la trayectoria, Shingo se escabulló de la plática de chicas. Se adelantó en la dirección de Fighter-san.
Fighter le guiñó el ojo. "¿Cómo te sientes? ¿Tu estomago sigue rebelándose?"
"Nah." Shingo se encogió de hombros. "Oi. Tengo una pregunta."
"Me imagino."
"¿Qué clase de tecnología manejan en tu planeta? ¿Es tan avanzada como la terrícola?"
Fighter hizo una mueca. "Es complicado explicarlo. Pero en resumen, no. Aunque depende de a cual clase de tecnología te refieras."
"¿Qué hay de la automotriz? ¿De tu manejo de alimentación y materia prima? ¿Tu medicina?"
"¡Tigre, calma, calma! ¡Dijiste una pregunta!" Fighter rió nerviosamente. "Escoge sólo una por ahora, Shingo. Te prometo que te conseguiré a alguien más preparado para responder a tu obsesivo cerebro, una vez que lleguemos al palacio."
Shingo suspiró. "De acuerdo. Una pregunta." Una sonrisa se formó en su boca. "La tengo. ¿Todos son hermafroditas en este planeta?"
Ver a Fighter tropezar con una piedra, valió la pena el atrevimiento.
"Vaya guía." Haruka-san caminó a lado de la figura caída sin inmutarse, mientras fue el turno de Usagi para carcajearse. "Hotaru, no te separes de mí. Lo torpe puede ser contagioso en este lugar."
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Fighter no había imaginado sus vacaciones de esta manera.
"¡Hey, tú!" Le gritó a la primera sirviendo que se apareció por el pasillo de los jardines internos del palacio. "¿Dónde está Sailor Star Healer?"
De alguna forma, la doncella lucía más prepotente con el nuevo uniforme. Lejos de tratarse de un modesto vestido de colores naranjas, el atuendo ajustado de textura oscura, pareció haberle elevado el ego a la empleada. "Saber el paradero de las Star Senshis es superior a mi paga."
Fighter parpadeó. La doncella no se detuvo a recibir una respuesta. Siguió su camino apresuradamente.
"Eso te pasa por grosero. No sabes cómo pedir las cosas con modales."
Fighter rotó hacia su novia. "Tengo una mala espina."
Usagi había dejado sus mochilas. Y al parecer había sabido distraer a sus amigas mientras Fighter le gritaba a su gente. El lago de los jardines interiores estaba siendo disfrutado con pies desnudos, muchas risas, y más fotografías.
Odango frunció su ceño. "¿Por qué?"
Fighter recordó el pequeño emblema que había vestido la doncella en su atuendo. Dos alas plateadas delineadas con iluminación de luz neón. "Parecer ser que Kakyuu está creando nuevas alianzas. Esa doncella no era de Kinmoku-sei."
"Eso es bueno, ¿no?"
Usagi era de las pocas personas que conocía las maquinaciones políticas por las que Kinmoku estaba atravesando. Comprendía que Kinmoku estaba en necesidad de avance económico, después de los estragos de Galaxia. En teoría, que Kinmoku estuviera aliándose a otro planeta cercano, era justo lo que se necesitaba. Fighter sonrió al ver a la chica sinceramente preocupada. La jaló de la cintura, juntándola a su cercanía. "Su emblema indica que pertenece al planeta Magnus."
Claro, el nombre no significó nada para Odango. La chica ladeó su cabeza en confusión.
"¡Sailor Star Fighter!"
Fighter se tornó hacia el pasillo norte del jardín. Sonrió al reconocer la figura que se apresuraba en su dirección.
"¡Bryn-san!" Usagi se le adelantó con el saludo, levantando un brazo al aire. "¡Oh, wow!"
Sailor Star Rage mereció el Wow.
Así como la doncella, la Star Senshi había recibido una mejora en los henshis. Fighter chifló, su mirada examinando la longitud de tejido negro-media-noche cubriendo a la chica de pies a cuello. No era el mismo material de su propio uniforme. El traje era por entero piel adherida a la silueta kinmokusiana, y dicha piel dio una impresión más suave, aparte de ser opaca. Se notaba más ligera para la hora de combate. Iluminación neón de tono rojizo marcaba relieves en el esternón de la senshi, y cuando Fighter acercó sus dedos enguantados a los relieves, el brillo fue tan cálido como la semilla estelar de Kakyuu-hime.
"Sailor Star Rage." Fighter se inclinó. "Debo admitirlo, me estoy sintiendo algo anticuada."
El cabello pelirrojo de la chica estaba recogido severamente en una colilla sin un pelo fuera de lugar, sin embargo, el costado derecho de su cráneo estaba afeitado en rara moda. Dos aretes en forma de estrella carmín adornaban sus orejas. Al oírla, Rage sonrió en picardía. "Princesa Serenity. Siempre es un placer darle la bienvenida a nuestro mundo."
Las amigas de Usagi habían sido atraídas por la nueva llegada. De reojo, Fighter las observó ponerse sus sandalias de nuevo. A excepción de Haruka, porque esa ogra estaba muy ocupada jugando con su videojuego portátil, como para prestarle atención a la hermosa arquitectura del palacio.
"Te miras fenomenal, Sailor Star Rage. Me alegra verte a ti también." Y porque Usagi era Usagi, fue natural para ella abrazar a la star senshi. Rage no fue exactamente recíproca, pero su sonrisa nunca desapareció.
"Déjame adivinar. Estás aquí para hacer el trabajo de Healer, porque esa holgazana tiene mejores asuntos que atender, que venir a recibirnos."
Rage colocó sus manos detrás de su espalda, enlazándolas en compostura militar. "Sailor Star Healer se encuentra extremadamente ocupada en los preparativos."
Fighter gruñó. "¿Cuáles preparativos?"
Fue el turno de Rage para verse confundida. "Oh. Pensé que había sido informada, Sailor Star Fighter—"
"No lo estaba. Anda, Rage, escupe."
Rage miró detenidamente a las Sailor Inners y Outers que comenzaban a acercarse. Seriedad profesional enmarcó sus facciones. "El Gobernante del Planeta Magnus está por visitar el Palacio."
"¡Lo sabía!" Fighter tronó sus dedos. "¿Estamos aliándonos con esos robots?"
Rage parpadeó. "La alianza se ha hecho ya. Pero, este viaje tiene el propósito de hacer oficial el compromiso entre Princesa Kakyuu y—"
"¡¿Kakyuu está comprometida?!" Odango explotó externamente, cuando Fighter lo hizo por dentro. "¡No me dijiste que Kakyuu estaba comprometida, Seiya!"
Fighter rehuyó de los golpecitos que Odango le arrojó. "¿Cómo te iba a decir cuando ni yo lo sabía?"
"Creo que llegamos en mal momento." Mizuno se acercó con cautela al espectáculo, intercambiando miradas con Kino. "La Princesa estará bastante ocupada."
Sailor Rage negó con un ladeo de su cabeza. "Al contrario, nuestra princesa ha extendido invitaciones para todas ustedes a la Ceremonia de Recibimiento." Un sonido agudo vino de su muñeca en plena explicación. Rage alzó su brazo enguantado para recibir el mensaje en su intercomunicador. Lo que leyó pareció ser la patada que necesitaba para dirigirlas a sus aposentos correspondientes.
"Me siento como en un cuento de hadas, Sailor Fighter. Tu palacio es verdaderamente hermoso."
Ante el suspiro gozoso de Hotaru, una vez que admiró la suite que todas las chicas compartirían, Fighter colocó su mano en la cabeza de la chica. "El cuarto del fondo es el de Shingo-kun. Él no tendrá que compartir—privilegios de ser el único varón."
Usagi hizo pucheros. Shingo corrió hacia su habitación, y gritos de júbilo pudieron ser escuchados. Los pucheros de Usagi avanzaron a miradas asesinas.
Fighter se encogió hombros. No había tenido idea de que la visita del Gobernante de Magnus llenaría las habitaciones de invitados. Este arreglo no era su culpa, sino de Healer. Entre las tres camas que llenaban el dormitorio, las Sol Senshi tendrían que organizarse a la hora de dormir. "Vamos, Odango. No es como si te fueras a hospedar aquí."
"¿Por qué no?" Haruka se giró en la dirección de Fighter con la velocidad de la luz. "Koneko permanecerá con nosotras. No hay duda al respecto."
Usagi, justo detrás de Haruka, hizo muecas de profunda decepción. Sin embargo, cuando la Outer se tornó hacia ella, la chica no tuvo las agallas de desafiarla en su cara.
"Perfecto. Entonces yo también me quedo."
"Sobre mi cadáver." Haruka gruñó.
"¿Quieres escuchar cosas que no debes? Adelante, Tenou-san."
Makoto intervino entre el duelo de egos, colocándose entre ambas chicas. "¡Estamos de vacaciones! Nada de matarse mutuamente, ¿recuerdan? Se prohíben las conversaciones que tengan que ver con la virtud de Usagi-chan."
Usagi respingó con rostro enrojecido, tirándose en una de las camas. "Si estamos hablando de virtudes no tan virtuosas, ¿qué hay de Rei?"
Ami-san cubrió su rostro con ambas manos, sentada en la orilla de la cama que Usagi desordenaba con sus revoloteos. "Por Kamisama, me siento tan culpable ahora. Al preguntar sobre su visita al hospital, nunca pensé que causaría tantos problemas. Era obvio que Rei no quería decirnos tan rápido de su condición."
Hubo un momento de contemplación grupal entre las amigas de Odango, antes de que Kino incluyera su opinión. "Pude sentirlo. ¿Ustedes no?" Kino dejó de actuar de referí, una vez que Fighter regresó al umbral de la recámara, y Haruka a su cama, ambas envueltas en desdén. "El nuevo resplandor de una estrella junto a la suya, cuando unimos fuerzas en la tele transportación."
Odango levantó sus piernas al aire, bailando con pies desnudos y piernas bien definidas. Nadie podía culpar a Fighter por distraerse. "Yo también la sentí. Rei estaba diciendo la verdad. Está… embarazada."
"¿Quién está embarazada?"
Fighter roló sus ojos desde su posición en el umbral de la entrada de la recámara. "Hino-san. ¿Qué no has estado prestado atención?" Luego, su cerebro regresó a encenderse, y conectó la nueva voz con la cabeza plateada que se había escurrido a sus espaldas. "¡Healer!"
"¿Hino-san? ¿Rei Hino está embarazada?" Healer tenía una mano en su cadera. Sus ojos estaban engrandecidos. "Que gracioso. Siempre pensé que se le había adelantado la menopausia, con ese mal humor que siempre se carga."
"¡Healer-chan!" Odango no le dio oportunidad a Fighter de jalar a su compañera de las orejas, como lo deseado. La rubia saltó de la cama con entusiasmo, apresurándose en la dirección de la aclamada. Más sorprendente aun, fue como en vez de huir del entusiasmo, Healer tomó los pasos faltantes para encontrarse en el abrazo de Odango. Por voluntad propia. En sano juicio. "¡Aw! ¿Tú no tienes traje nuevo? No parece justo."
Una vez apartadas, Healer levanto su mentón a los aires en acto presumido, ignorando a Fighter completamente. "Oh, tengo todo un repertorio nuevo que lucir, Usagi-chan. Mañana en la Ceremonia de Recibimiento, conocerás uno de ellos." Healer asomó su rostro por las espaldas de Usagi, un signo de amor y paz en sus dedos sirviendo de saludo a todas las restantes. "Hola, chicas. ¿No hay Minako-san? Huh."
"Gajes de ser la nueva líder." Makoto le retornó el saludo. "Sailor Venus permaneció en la Tierra como guardiana. Serán otras vacaciones en la que vendrá a acosarte, me temo."
Healer se tornó hacia la cama más apegada a la ventana, donde Haruka se había acostado a seguir jugando con su PSP. "¿Qué está haciendo ella aquí?"
"Dificultándome la existencia, ¿tú qué crees?" Fighter refunfuñó. "¿Qué pasa contigo? ¿Me estás ignorando, ahora? ¿No merezco un abrazo también?"
"A decir verdad, no. Con todo el trabajo que estoy haciendo en tu nombre y en el de Maker, ¡no mereces ni que te dirija la palabra!"
Fighter rió. "¿Tú? ¿Trabajando?"
"Así es." Healer gruñó en inmenso énfasis. "Trabajo que me hace sudar. ¡Sabes muy bien que tanto odio sudar, Fighter!"
"¿Qué clase de trabajo? ¿Por qué definitivamente no viniste a recibirnos cuando era tu obligación—"
"Preparando la seguridad de la capital le lleva más peso a servir de guía de turistas, déjame decirte. Conoces el Palacio mejor que nadie, Fighter, ¿para qué me necesitabas? Además, mandé a Sailor Star Rage."
La cual se había desaparecido. Sailor Fighter suspiró, de repente cansada. Apagó su henshin. "Hablando de seguridad. ¿Cuándo iba a ser informada de, bueno, tú sabes… que Kakyuu está por hacer tratos con Magnus? ¿Por qué Maker no se dignó a compartir esa pieza vital de información?"
Healer reaccionó anti-Healer. No se mostró intimidada por tener a Seiya sobre ella en manera amenazante. No mostró culpa tampoco. Simplemente, con una frialdad que se había desarrollado más tétricamente desde su última interacción entre las dos. "Porque ni Sailor Star Maker lo sabe."
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"Haruka."
"¿Mm?"
"¿Podrías rascarme la espalda? Si me muevo, perderé este nivel—¿Por favor, sí?"
Haruka recién había apagado su consola de videojuegos, para tan sólo segundos después ser robado por Usagi. Ahora, Haruka pagaba las consecuencias de tener embobaba a la chiquilla en la mitad de la noche.
Suspirando, Haruka estiró su mano. No preguntó por especificaciones. Había estado rascando el lomo de Koneko por mucho tiempo ya.
En las demás camas, el resto de las chiquillas dormían en diferentes estados de descanso. Ninguna roncaba, para el bien de sus oídos, aunque cada una producía distintos sonidos, suaves y risueños, para marcar sus experiencias en los brazos Morfeo. Haruka, en medio de Hotaru y Koneko, parecía ser la única con insomnio. Había sido por dicho insomnio, que Usagi había sido despertada en primer lugar.
"Muchas gracias." Usagi suspiró con delicia. "Aaaah. Que rico."
Haruka sonrió. Usagi nunca sabía medir sus gemidos. Ojala Seiya-baka hubiera estado cerca para escucharla.
"¿Quieres tu juego de regreso?"
"No, continua si quieres." Terminando con su misión, Haruka colocó sus brazos doblados detrás de su nuca. "Si no puedo dormir, es porque no logro acostumbrarme a este lugar."
"Oh. Bueno, es normal. No te preocupes, Haruka. A mí también me costó acostumbrarme a dormir en otro planeta." Una risilla acompañó la susurrante confesión. "A Seiya, Taiki y Yaten también les sucede cuando viajan la Tierra."
Eso era porque las Starlights eran unas debiluchas, en su opinión.
La caricia sobre su mejilla la sorprendió. Haruka parpadeó, girando su cabeza hacia el origen del contacto. Usagi le sonreía con cierto aire de ternura.
"¿Extrañas a Michiru?"
Haruka tragó saliva. No por la pregunta en sí, sino por el poco espacio entre las dos y la intimidad que sobrellevaba platicar en la oscuridad de la noche. La intimidad en los ojos de su Princesa la paralizaron.
"Eh. N-No, exactamente."
La caricia se detuvo. Los nudillos flexionados de Koneko se congelaron. Ambos se contemplaron. El momento se estiró. En la pantalla de la consola, apareció YOU'VE LOST! Try Again!
Haruka alejó su rostro de la mano de su compañera de cama. Se sentó sobre el colchón. "Iré a explorar. ¿Vienes?"
Usagi brincó de la cama de inmediato. "Espera un momento—¡Haruka! Está prohibido andar por el palacio a estas horas."
"Oh, panplinas." Haruka se escurrió de las sábanas con cuidado de no despertar a Hotaru. "¿Qué nos podrían hacer?" No esperó por Usagi para comenzar a colocarse sus zapatos deportivos. Por un instante debatió salir a explorar en su bóxer, tan solo por el escándalo que provocaría, pero sinceramente no creía que alguien merecería admirar tan inmaculada piel. Optó por sus pantaloncillos de gimnasio, permaneciendo en su blusón suelto de dormir.
Comenzó a caminar hacia la salida. Al abrir la puerta, esta no rechinó. Perfecto. El escape sería sutil.
Asomó su cabeza al pasillo. A diferencia de la recamara, el vestíbulo estaba bien iluminado.
"Haruka." El siseo fue acompañado de un jalón del elástico de su pantalón. "¡Espera por mí!"
"Así se habla." Una vez reincorporadas, Haruka ofreció uno de sus brazos. Koneko se enganchó sin más, sus enormes ojos casi saliendo de órbita con el prospecto de romper reglas tan idiotas como éstas. "Vamos, gatita. Eres una rebelde de corazón. Mentón arriba." Al echar un vistazo al cuerpo completo de su cómplice, fue imposible no guiñar. "Lindas pijamas, por cierto."
Justo como lo esperado, el pequeño rostro de Odango se enrojeció. Su jumper de cuerpo completo era blanco y negro, ceñido a su cuerpo. Haruka se encargó de levantarle la capucha con orejas de panda por sobre sus Odangos, antes de proseguir con la misión secreta.
"Este lugar debe tener algo interesante que ver."
Un puchero de Koneko fue palpable. "Ni tanto. Sigo diciéndole a Seiya que necesitan una sala de videojuegos, pero no me hacen caso. La mayoría del tiempo, leo mis cómics cuando visito, o tomo largas siestas."
"Con razón Seiya-baka no sale de nuestro planeta."
"Tienen una biblioteca. La visité una vez. ¡Oh, y un gimnasio! Pero se encuentra en la parte exterior del palacio."
"¿Hay una cocina por aquí? De repente tengo antojo por algo dulce."
Los ojos de Usagi brillaron. "¡Claro que hay cocina! Más de una sola, a decir verdad. ¡Pero te puedo mostrar mi favorita!"
Durante el trayecto, Haruka perdió la cuenta de los múltiples pasillos que cruzaron. Todos lucían iguales. Pocos sirvientes aun paseaban por ellos, aunque estaban tan inmersos en su trabajo pendiente -o tal vez, simplemente estaban familiarizados con su Princesa- que no les prestaron atención.
Tras un rato de recorrido, y absorber la edificación de su alrededor, Haruka lo admitió para sí: este Palacio le recordaba al Milenio de Plata.
Los pocos recuerdos que Haruka aun guardaba, se desempolvaron. Claro, ya no podía evocar detalles exactos. Sin embargo, Haruka pudo percibir aquella aura de estar en un monumento digno de respeto, lleno de historia.
No lo diría en voz alta, pero Haruka admiraba la manera tan eficaz que Fighter y sus secuaces habían reconstruido su mundo. La fortaleza interna de aquel trío, había quedado cementada en las paredes de aquel lugar. Sin duda alguna.
"¡Por aquí, Haruka!" Usagi le jaloneó en dirección difusa para Haruka, pero clarísima para la muchacha. Atravesaron un área de relajamiento donde residían múltiples fuentes de agua cristalina. Haruka aprovechó para refrescar su rostro, tomando agua entre sus palmas.
La cocina era enorme. El triple de grande de la su propio hogar.
Mejor aún, estaba repleta de cacerolas.
"¡Por Kami-sama, cuanta comida!"
Haruka frenó a una babeante Usagi con su brazo. "Debe ser por el evento especial que tendrán, ¿no?"
Usagi asintió, parte de su entusiasmo reduciéndose. Su capucha se había caído de su cabeza en el trascurso. Haruka se la colocó en el lugar correspondiente, por nueva cuenta.
"Aun así, debe de haber algo que nosotras podamos tomar. ¿Tienen algo parecido a leche en este país raro?" ¿Tenían vacas normales, para empezar? "Pensándolo bien, mejor no me arriesgo a una indigestión."
Usagi se carcajeó, asomándose a lo que aparentaba ser un refrigerador. Haruka la dejó ahí, cabeza introducida a la cueva de luz artificial, para asomarse de vuelta al pasillo. Caminó más a fondo, atraído por el sonido de agua correr. Al doblar en otra dirección, miró a lo lejos un balcón.
"La manifestación de protestantes está entrando en calor al norte de los terrenos del Palacio. Ciudadanos de Kin-Norte han escogido de base el Santuario de Flores Doradas."
Haruka frenó. Retrocedió un paso y se pegó a la pared.
"Gracias por el reporte, Sailor Star War."
Ah. Haruka conocía esa voz.
Salió del escondite. Se aventuró más, deseando ver con más claror las siluetas cerca del balcón. Miró, justo a tiempo, a la mencionada Sailor War marcharse en dirección opuesta por la que Haruka había llegado.
Por su parte, Sailor Star Healer, creyéndose a solas, emitió un gruñido de completa frustración. Haruka la observó orillarse al asilo del balconcillo, tomando asiento en la fuente que lo adornaba. Healer tomó su cabeza sus manos, revolviendo cabellos.
Haruka repasó lo que había escuchado.
-La manifestación está entrando en calor al norte de los terrenos del Palacio...
Vaya. ¿Había problemas en el Paradisíaco Kinmoku? Haruka salió de las sombras lentamente, dispuesta a abrir su boca y dejar salir una larga letanía de observaciones sarcásticas—
—Escuchó un gemido. Un débil sonido.
Se percató del ligero temblor de los hombros de la Star Senshi. La mujer tenía su rostro cubierto. Estaba sumergida en su acto dramático, y no pareció darse cuenta de que ya no estaba sola.
"Lloriquear nunca resuelve nada."
Para su sorpresa, la Star Senshi no brincó en forma desmedida, al oírla. Al contrario, una vez enterada de haber sido interrumpida en su festival de amargura, Healer delicadamente limpió su rostro con sus guantes, antes de levantarlo. "¿Qué diablos estás haciendo en esta área del palacio?"
Haruka se encogió de hombros. No tomó asiento en la fuente. Prefirió rodear a Healer como depredadora. "No sabía que era una prisionera. Puedo vagar si se me da la gana, ¿no? Soy una invitada de honor, después de todo."
"Ahora mismo, podrías ser considerada una espía, si así lo pensara."
"Uf." Haruka sonrió. "Tiemblo de miedo."
Healer rodó sus ojos. "¿Sabes qué? No estoy de humor."
"Sí, me he percatado."
Inmediatamente, la Star Senshi se reincorporó. "¿Qué escuchaste?"
Haruka alzó su ceja. Se recargó en el barandal de piedra, manos metidas en los bolsillos de sus pantalones deportivos. "¿Por qué? ¿Reconsiderando que puedo ser una espía, después de todo?"
"Hablo en serio." Star Healer dejó la fuente, caminando hasta Haruka con la misma aura amenazante que le recordaba a los –buenos- viejos tiempos donde las Sailor Outers no les habían debido un inmenso favor a las Starlights. Haruka consideró alargar el enfrentamiento, por un momento queriendo averiguar qué tan lejos podía jugar con la impaciencia de la joven…
Pero, estaban de vacaciones, con un demonio. Koneko no apreciaría riñas. Haruka había prometido que se comportaría.
Haruka suspiró. "Nada que haya entendido sin contexto. ¿Algo sobre manifestantes? No es como si me importara." Se encogió de hombros. "¿Tu gente está en rebelión?"
Healer volteó a sus espaldas, inmensa cautela endureciendo su semblante. Haruka parpadeó, impresionada con el nivel de delicadeza que el tema estaba requiriendo. "No puedes repetir ni una sola palabra a nadie más."
"Pff. No me mandas—"
"Es información clasificada."
Haruka frunció su ceño. De repente, todo intento por bromear se disipó. "¿Qué demonios está sucediendo?"
Healer gruñó. "Si dices una palabra, estarás rompiendo ley real. Por favor, no me hagas arrestarte. Usagi-chan se sentiría terriblemente decepcionada de ti, ¿no crees?"
"Haz cometido un grave error. Verás… si antes no estaba interesada, ahora acabas de obtener mi completo atención." Sacando sus manos, Haruka caminó hasta la Star Senshi con un mal presentimiento. "¡Pensé que este planeta estaba en paz! Será mejor que me digas ahora mismo si es necesario sacar a mi Princesa de este lugar lo más rápido posible. Tienes esa obligación."
"Todo está bajo control. No colocaría a Usagi en peligro."
"No te creo."
"No es mi problema. Deberías regresar a tu alcoba antes que—"
Haruka aprisionó los antebrazos de Healer en un parpadeo, apretando. Encajando sus dedos con gusto.
Recibió un rodillazo en su pelvis por su atrevimiento.
Haruka la soltó, crujiendo su dentadura para aclimatarse al dolor del impacto.
"¡Ups! Me gustaría decir lo siento, pero sería una gran mentira de mi parte."
Haruka sonrió. Alzó sus manos para entablar son de paz entre las dos. "Lo admito. Lo merecía."
Sailor Healer se mostró sorprendida por la admisión. Aunque, también escéptica. Finalmente, tras un momento de silencio y recuperación entre las dos, la Star Senshi suspiró, peinando cabellos lejos de su frente. "Haruka-san. Debes saber que siempre protegeré a Sailor Moon. Pase lo que pase."
Eso fue como admitir que algo no andaba bien. Una parte de Haruka apreció la sinceridad, el resto, quiso jalar a Fighter-baka de los cabellos por haberlas traído. Cuando repitió su cuestión, lo hizo con amenaza en su voz. "Contéstame esto: ¿Está tu gente en rebelión? Dime la verdad, y puede que confíe en ti."
El entrecejo delicado de la kinmokusiana se arrugó con seriedad. Haruka fue contemplada cuidadosamente.
Haruka observó los labios abrirse, y estuvo a punto de sentirse victoriosa…
"¡Oi, conque ahí estás!"
Usagi brotó del vestíbulo con su usual energía, aunque no lucía muy contenta.
"¡He estado buscándote por todas partes, Haruka! ¡Pensé que te habías perdido!"
Haruka odió la interrupción. En especial cuando ésta formó el escape perfecto para la cobarde de Healer. "¿Tú también, Usagi-chan? ¡Tú, que conoces las reglas mejor que nadie! ¡Deberían estar en su alcoba!"
"Gomen-ne. ¡Juro que no fue mi idea! ¡Haruka se sentía aburrida!"
Haruka se cruzó de brazos. "Sí, sí, píntenme como la villana."
"Cuando tengas que madrugar mañana para el desayuno especial con la Princesa, más vale que no esté durmiéndote enfrente de los invitados, Usagi! No quiero escenas embarazosas, ¡te lo advierto!"
"Hai, hai." Más que avergonzada, Usagi juntó sus palmas en forma de suplicio. Jaló a Haruka de brazos en cuando estuvo cerca, guiándola de retorno al pasillo. "Solamente juro que nos iremos directo a nuestras camas, Sailor Healer, ¿verdad, Haruka-san?" Cuando Haruka estuvo dispuesta a desmentirla, Usagi pisó uno de sus pies para callarla. "Debes entender que la pobre Haruka extraña mucho a Michiru. ¡Sólo la saqué a dar una vuelta por el palacio para animarla, ya sabes! Es lo que hacen las buenas amigas."
El intercomunicador de Healer fue la campana que salvó a Koneko de más regaños. Toda irritación se relajó de la guardiana. Cuando se despidió de su amiga en común, lo hizo con un abrazo y un jalón de colitas hacia Usagi-chan.
Por un etéreo instante, Haruka miró una efémera similitud entre las dos chicas, más allá de su edad. Ambas eran mujeres que estaban acostumbradas a cargar pesadas responsabilidades, pero resultó obvio en ese momento cuando Healer y Usagi se besaron las mejillas con hermandad, que cuando la oportunidad lo ameritaba, tanto la estrella fugaz como la luna llena, eran niñas por dentro.
A finales de cuentas, Haruka no concilió el sueño esa noche.
Lo peor de todo era que…
…extrañaba a Michiru.
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Fin de Parte i.
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NdA: ¡La primera noche en Kinmoku!
Debo advertir unas cositas:
(1) No soy fan de Haruka/Michiru. Nunca lo he sido. La pareja, sencillamente me aburre de tan "perfecta" que es. Prefiero a Haruka con Usagi, o en el caso de este fic, con alguien que verdaderamente le presente un desafío a nuestra querida Sailor Uranus. Alguien que la haga crecer. No daré spoilers, pero sólo quería dejar claro que sí son fans a morir de Haruka/Michiru, prepárense y prosigan con cuidado con el resto de esta historia.
(2) No estoy viendo Sailor Moon Crystal. No me interesa. No esperen material de esa versión en este fic.
¡Dejen reviews si les gusta esta continuación, por favor! Ser sólo un "Favorito" o ser "Seguido" en ffnet es como no llegar al orgasmo. Si tienen peticiones, o dudas de lo que se aproxima, con gusto mándenme PM.
De antemano, gracias por leer. Tengo la mitad de este fic ya hecho, y estaré subiendo rápidamente lo que llevo.
