"Todos Quieren (Gobernar El Mundo)."

Por B.B. Asmodeus.


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Parejas: Kou Seiya (Sailor Star Fighter)/Usagi Tsukino (Sailor Moon). Kou Yaten (Sailor Star Healer)/Personaje sorpresa. Menciones de Haruka Tenoh (Sailor Uranus)/Michiru Kaio (Sailor Neptune).

Rating: M/Adulto/R/Lemon (este capítulo). Acción H/M (het) & M/M (yuri).

Categorías/Advertencias: Realidad Alterna. Suspenso, Humor, Romance, Drama, Acción/Aventura, Lemon, Yuri, Yaoi, Het, Horror. Lenguaje ofensivo.

Sinopsis: "¿Así que, es una mentira que la Tierra haya sido el planeta al cual usted huyó, durante la invasión de Galaxia en Kinmoku-sei?"


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ii.

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"No me digas lo que crees que puedo ser."

-Imagine Dragons, "Believer."

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Makoto se sintió insegura en sus ropas informales, en cuanto entró el comedor del palacio. "Cielos. Todos son tan elegantes." Le susurró a Ami, mientras eran dirigidas a sus asientos. "Ni siquiera empaqué un vestido para este tipo de ocasión."

Ami jaló de su blusón de seda con igual pena. "No es nuestra culpa, no teníamos idea de que la boda de Kakyuu se llevaría a cabo, no te sientas tan mal, Mako-chan."

"Si lo prefieren, pueden acudir a sus identidades como Senshis para representarse." Sailor Star Fighter se dejó caer frente a ellas, tan fresca como una lechuga. "Yo tampoco tenía idea de que desayunaríamos con la crema y nata de la capital."

La Star Senshi estiró sus piernas cruzadas sobre la mesa en acto rebelde. No daba la impresión de querer estar en el gran desayunador ni de disfrutar la vista a los jardines, a pesar de los maravillosos olores que provenían de los carros con comida.

"¿No dormiste bien, Sailor Fighter?" Hotaru cuestionó con una sonrisa empática, tomando asiento a lado de Makoto. A diferencia de las demás, Hotaru vestía un vestido de verano que la hacía ver similar a un hada mágica. Encajó al instante con los Senadores y Consejeros rodeándolos, por la inherente elegancia de sus genes y la que se le pudo haber pegado de sus madres adoptivas. Cuando la chica recogió la taza de té de la mesa, Makoto miró a Michiru fácilmente en el gesto. "Mmm. Huele a cerezos."

Fighter se ablandó notablemente al ser dirigida por Hotaru. A Makoto le pareció extraño, puesto que había desconocido que ambas fueran tan amigas. "Me temo que no. Tenía una investigación en marcha que no podía desertar."

Sailor Star Healer entró al comedor con un enorme bostezo en su boca. Antes de llegar a unírseles en el área del comedor, Makoto y las demás presenciaron la obligación de la Starlight a saludar formalmente a cada uno de los invitados especiales, fingiendo sonreír, e inclinándose como muestra de respeto a los invitados.

Cuando la pobre Healer tuvo la libertad de sentarse a lado de Fighter, todo acto de cordialidad desapareció de su rostro. "Espero se ahoguen en sus tiras de tocino."

"Mírate nada más. Toda una burócrata. Maker estaría tan orgullosa de ti." Fighter no esperó ni un segundo para comenzar el duelo verbal.

"Alguien tiene que dar una mejor impresión que tus vulgares modales. Baja tus botas, ¿quieres? ¡Tienen lodo, Fighter!"

"¿No tienen lodo en Magnus, o qué?"

Ami no pudo esconder su risa, al escucharlas. Cuando Makoto interceptó miradas con ellas, sus risas crecieron.

"¿Te recuerdan a otras dos amigas que conocemos?"

Ami, sonrojada por atraer la atención de las Starlights, se encogió de hombros. "Tan solo puedo imaginar que son tan buenas amigas como Rei y Usagi."

Fighter hizo una mueca de desacuerdo, mientras que Healer empujó sus botas del comedor con éxito. "Hablando de Usagi Tsukino…"

"Olvídalo. Usagi está muerta al mundo en estos momentos, Sailor Fighter." Makoto comenzó a servirse. Efectivamente encontró tocino terrestre entre los platillos ofrecidos. " Haruka por igual. Qué curioso. Me pregunto que habrán hecho toda la noche para haberse desvelado tanto."

Por debajo de la mesa, Ami le golpeó levemente con la pierna. Makoto le mandó un guiño secreto.

Fighter, como fue de esperarse, no tomó para bien lo dicho. "¿A qué te refieres?"

Makoto miró a Healer. Ambas sonrieron con diablura. "¡No tuve el corazón para despertarlas! Lucían tan lindas acurrucadas. ¿No es así, Hotaru-chan? Tú también los viste."

Hotaru, ignorando el complot que se estaba armando, asintió, inocente. "Haruka-papa puede aparentar ser un ogro despierta, pero cuando duerme, suele ser un osito de peluche."

Sailor Star Healer hizo un perfectamente actuado "¡Awwww!" que tuvo a Fighter cambiando colores, y probablemente, de presión arterial.

"Esa aprovechada." Gruñó Fighter, sus nudillos crujiendo.

Kakyuu-hime interrumpió la rabieta, sin embargo, escogiendo ese momento para entrar al comedor. La mujer atrajo la atención de todos los invitados. Makoto tragó forzosamente su bocado del desayuno, parcialmente para liberar su garganta, y en parte por la impresión que sintió.

Makoto siempre había pensado que la Princesa de las Flores de Fuego, era bella. Desde que había aparecido con Usagi-chan en sus brazos, flotando sobre la preparatoria, la mujer había hecho su marca en las consciencias de las Inner Scouts. Al haberla conocido, Makoto y las chicas habían comprendido el amor recelado de las Starlights hacia su Princesa.

Habían captado por qué Seiya, Taiki y Yaten habían querido recuperarla.

Con una presencia completamente distinta a la que su misma Princesa causaba, Kakyuu tenía lo suyo.

Ahora, con su majestuoso vestido rojo, la soberana pareció estar presumiendo aquel hecho.

Makoto la observó alzarse de regocijo entre los saludos y elogios recibidos por parte de los funcionarios en el lugar. Fue evidente, que Kakyuu era la figura política que Usagi no deseaba ser. Supo cómo sonreír y cómo tocar hombros en fina atención para inflar la estima de sus invitados. Supo cómo mantener una distancia segura de los demás, sin que esto fuera malentendido como rechazo físico. Sus sonrisas eran postizas, pero invitadoras.

Había cambiado desde la última vez que la habían visto. Así como Usagi-chan, Kakyuu ya aparentaba cierta madurez en sus facciones.

Makoto desvió su mirada.

En la acción, inadvertidamente, sus ojos cambiaron de blanco a la Star Senshi frente a ella.

Sailor Star Healer pareció estar bajo el mismo hechizo.

Sus ojos estaban adheridos a la silueta de la Princesa. Su boca colgaba ligeramente. La intensidad en su mirada resultó comparable a la de una persona hambrienta.

Ami la picoteó del hombro. Makoto se desconcentró.

"—darles la bienvenida. Es un honor ser acompañados por las Sol Senshi a una festividad tan importante como esta."

Kakyuu estaba dirigiéndose hacia ellas, ya sentada al centro del comedor. Murmullos en idiomas que Makoto no comprendía, nacieron entre los invitados, al enterarse de las identidades de las chicas, que deberían considerar extranjeras.

"Han viajado desde el Sistema Solar muy lejano para acompañarnos. Su planeta natal es llamado Tierra."

Había un joven que traducía lo que Kakyuu decía. Cuando llegaron a lo último, los invitaron dieron a entender con su lenguaje corporal, que habían reconocido el título de su planeta. La reacción no fue exactamente, favorable. Los invitados se enderezaron y las miradas que recibieron no fueron halagadoras.

"Sé que están saltando a conclusiones precipitadas." Toda dulzura se vació de la voz de Kakyuu. "Imagino que están imaginando lo peor del planeta Tierra—"

"¿Nani?" Makoto frunció el ceño.

"—Pero les aseguro, que cualquier rumor negativo que hayan escuchado sobre lo sucedido en este hermoso Planeta, ha sido una exageración, si es que no una mentira."

"¿Así que es una mentira, que la Tierra haya sido el planeta al cual usted huyó durante la invasión de Sailor Galaxia?"

Ante el silencio sepulcral que prosiguió a aquella acusación-escondida-de-pregunta, Makoto intercambió miradas con todas sus compañeras. Ami sostuvo su pecho con incomodidad. Hotaru se mostró seria, aunque desaprobadora.

Mientras que Fighter…

Bueno, Fighter tenía una de las miradas más intimidantes que podrían existir, fijada en el pobre hombre que se había atrevido a abrir la lata de gusanos.

"¿Y tampoco no fue en la Tierra, donde tus guerreras fueron seducidas por sus maravillas? ¿Es una mentira, también?" Era raro que el hombre estuviera dirigiéndose con lenguaje terrestre, entendible para los oídos de las Inners. Y aún más extraño, era el acento peculiar que le añadía a su lengua. El hombre era apuesto, a pesar de su actitud. Cuando les mandó un guiño contradictorio, las rodillas de Makoto se derritieron. "No que podría culparlas, claro. No puede negarse, que en verdad la Tierra crece maravillas sin igual."

Ami se enrojeció hasta las puntas de sus orejas.

"Príncipe." Kakyuu fue serena en su confrontación. "En efecto, fue a la Tierra donde decidí viajar para encontrar la Luz de la Esperanza. No es una mentira. Fue la única alternativa que miré en el momento de la invasión, y no me arrepiento de haberla tomado. Tuve razón. Sin la Luz de la Esperanza, Sailor Galaxia nunca hubiera podido ser derrotada. A lo que respecta a seducciones…"

"Ciertamente, fui seducida."

Healer se dio un manazo a su propia frente, al escuchar la boca suelta de Sailor Fighter.

Makoto sintió su propio mentón colgar, al mirar a la Star Senshi rotar su cuerpo hacia el Príncipe en cuestión, sonriendo. "¿Qué? No voy a estar aquí sentada y a negar la verdad. Sería más irrespetuoso para todos ustedes. Aunque… mmm." Fighter tomó su mentón en consideración. "Admito, que más bien el seductor, fue otra personita."

"Sailor Fighter, suficiente." Con un fuerte empujón que casi la tumbó de la silla, Sailor Healer tuvo éxito en interrumpir a su compañera. "El Príncipe no necesita detalles, ¿verdad Kakyuu-hime?"

Kakyuu carraspeó su garganta. "Cierto. Uno no puede elegir a quien amar, Príncipe Skýrr."

"Por favor." El hombre hizo un Pffft. "El Príncipe es mi hermano. Yo soy un simple Arquitecto. Con Sky basta." Luego, torció su cuerpo hacia Sailor Healer. "¿Y tú?

Healer se cruzó de brazos. "¿Qué?"

"¿Tienes seducciones que contar?"

Healer gruñó, mientras que Fighter bufó por sus narices.

"Soy fiel a mi planeta."

Fighter dejó de reír. La expresión de Healer fue tan hostil como aquel día en el que había atacado a Chibi-Chibi.

"Soy fiel a mi Princesa."

El Príncipe meramente elevó dos cejas castañas. Posteriormente, sus ojos cerúleos se movieron a Makoto. "¿Participarán en el torneo?"

"¿Torneo?" Makoto sintió la atracción como un jalón invisible. Una vez que el Príncipe Sky te tenía en la mira, no te dejaba ir. "¿Cu-cuál torneo?"

"Vinieron a vacacionar—" Healer empezó a formular, mientras que un eco distinto sonó de parte de Kakyuu.

"Sería un honor que las Sailors Scouts del Sistema Solar participaran en nuestro torneo, si así lo decidieran." La Princesa les sonrió. "¿Les gustaría? La nueva generación de Starlights apreciaría aprender de ustedes. Se llevará a cabo pasado mañana a la primera luz del alba."

"Es tradición, ¿no es así? ¿Cada vez, que una Flor de Fuego contrae nupcias?" El Señor Sky interrumpió de nuevo. "Leí por ahí que los antiguos torneos solían ser brutales..."

"Mis ancestros fueron de naturaleza más... apasionada, sí." Por primera vez desde su llegada, Kakyuu dio señales de incomodidad. "Sin embargo, estos torneos actualmente tienen un significado más simbólico. Meramente entretenimiento, así como también sirve para recordar nuestra historia de grandes guerreras."

Makoto no lo pensó. "Participaré. Me encantaría."

"Yo también." Fighter se encogió de hombros. "Cómo si en verdad, me lo fuera a perder. ¿Qué hay de ti, Healer?"

"Más le vale que sí." Makoto bufó por sus narices. "¡Yaten todavía me debe una revancha!"

Sailor Star Healer parpadeó, desorientada. "¿Revancha?"

Makoto le sacó la lengua. "'No creas que, porque eres una chica, no te lastimaré.'"

Eso bastó para que Sailor Healer brillara con reconocimiento. "Estrellas. ¿Tanto dañé tu orgullo?"

Fighter apuntó hacia el resto de las chicas con un dedo enguantado. "¿Qué hay de ustedes, chicas?"

Ami y Hotaru se voltearon a ver, torciendo sus cabezas para encontrarse entre el obstáculo que Makoto representaba. "Bueno, sería injusto dejar que Mako-chan peleara sin compañía."

"Está decidido." Kakyuu-hime aplaudió en emoción. "¡Será un torneo espectacular!"

"Estrellas fugaces contra astros." Sky-sama musitó en voz alta, aun con aquel sensual-encantador-exótico acento que estremecía. Tenía un trozo de fruta en sus dedos. La devoró antes de continuar. Makoto contó los movimientos de mandíbula, sabiendo que debería darle asco verlo hablar con la boca llena, pero sintiendo todo lo contrario. Guiñó, mejillas moviéndose con sus masticadas. "¡Boom!" Su humor fue contagioso, cercano a lo infantil, sin caer en lo ridículo.

Makoto fue, definitivamente, contagiada. Sonrió, reaccionando en manera natural al jalón del encanto de Sky-sama.

A su lado, Ami carraspeó su garganta.

Makoto no comprendió la seriedad en su amiga, cuando cambió de foco de atención. Si hubieran estado a solas, Makoto no hubiera dudado en preguntar qué le sucedía, pero ante el escenario contrario, tratar de conseguir respuestas fue una misión con poca promesa. No tuvo alternativa más que ignorar el entrecejo fruncido de su amiga y seguir con su desayuno.


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Una sirvienta la llevó a la Suite Real. Usagi sintió nervios, una vez a solas en la sala de descanso perteneciente a Kakyuu-hime.

Había despertado más allá de la hora del desayuno. Las chicas, porque eran así de malas, no habían regresado a despertarla, y habían tomado el tour por Kinmoku sin ella. Haruka había desaparecido desde antes de que Usagi hubiera despertado y se desconocía si ella también se había unido al convoy de traicioneras, o si andaba vagueando por su cuenta.

Ni siquiera había tenido oportunidad de buscar por Seiya, para cuando la sirvienta había tocado a su cuarto, apresurándola a alistarse.

Usagi bostezó. En el reflejo de la ventana divisó sus colitas mal peinadas. Hizo una mueca. ¡Ni siquiera había tenido oportunidad de darse una ducha! ¿Por qué tanta prisa?

"Princesa Serenity."

Usagi giró ante el origen de la nueva voz. Sonrió, cuando miró a Kakyuu. "Vaya, vaya, pero miren nada más quien no me había dicho que se iba a casar."

Kakyuu intentó expresar culpa en su semblante, pero fue evidente que estaba demasiado emocionada como para fingirla. "¡Lo siento! ¿Me creerías si te dijera que todo sucedió muy rápido? ¡Lo juro! Sabía que vendrías de visita y mejor preferí que llegaran, para que pudieran asistir a la festividad de Compromiso."

Usagi rodó sus ojos. "De acuerdo. Te perdono con una condición."

Kakyuu parpadeó. "Dime."

Usagi se acercó a la futura novia para tomarla de las manos. Comenzó a brincar. "¡Enséñame el vestido!"

Eran más de un sólo vestido. Y todos eran hermosos.

Kakyuu le permitió tocar la seda de los tesoros, mientras la misma mujer comenzaba a arreglarse para la cena especial que se llevaría a cabo esa noche. Le dejó a Usagi delinear los detalles de piedras preciosas con ilusión en sus ojos. Kakyuu le dejó inspeccionar cada centímetro, suspirar risueña ante la belleza de su guardarropa, y además ordenó comida para ella, convirtiéndose en la nueva persona favorita de Usagi Tsukino.

"Este es el vestido que usaré para la boda." En una bata sencilla, Kakyuu sacó de su enorme closet, al protagonista. "Ha sido usado por generaciones por mi familia. Aunque mis sacerdotisas le han hecho algunas modificaciones desde cero."

Usagi no se atrevió a tocar. El vestido dorado lució demasiado inmaculado para ser machado por sus dedos aceitosos con comida. Se limitó a apreciarlo con sus ojos. Le sonrió a Kakyuu con un nudo en su garganta. "Es hermoso, Kakyuu."

"Oh, Serenity." Kakyuu acomodó el vestido en su cama. "Pero que insensible estoy siendo..."

"No. Para nada."

"No es mi intención presumir."

"Claro que no. Comprendo que quieras compartir conmigo." Usagi limpió sus dedos con la servilleta de tela. "¡Somos amigas, tontita! ¡Y se trata de tu boda! Si quieres presumir, estás en todo tu derecho."

Ante eso, Kakyuu se mostró más tranquila. Sus mejillas se sonrojaron. "Gracias. Son pocas las personas que considero amigas. Es un honor que pueda llamarte así."

Fue el turno de Usagi para sonrojarse. Kakyuu siempre era tan elegante con sus palabras, la hacía sentir torpe la mayoría del tiempo. Era cierto que eran amigas, aliadas, pero Usagi siempre sentiría estar a un nivel inferior que la Gobernante.

"Estoy segura de que cuando sea tu turno, entenderás todo este remolino de sentimientos que me gobiernan."

Usagi se congeló. Su rubor se intensificó. "Um."

"Será glorioso, ya verás. Nunca olvidarás ese día." Kakyuu se sentó junto a ella en la alfombra. Tomó su hombro. "Y tampoco Seiya."

De repente, la temperatura corporal de Usagi escaló los niveles normales. "No lo había pensado."

"¿Mm?"

La rubia se encogió de hombros. "Hasta ahora, no había pensado en cómo sería mi boda con Seiya… Si es que hubiera una, claro." ¿Casarse con Seiya? ¿Después de tantos años fantaseando por el día en el que se casaría con Mamoru? Usagi tuvo dificultad para juntar el viejo sueño con la realidad, en la que hoy vivía…

Kakyuu suspiró. "Supongo que es muy pronto para pensar en casarse. Ustedes son muy jóvenes, todavía tienen cosas que vivir. Además, no es obligatorio, a diferencia de mi caso."

"¿Obligatorio?" Usagi sintió coraje. "¿Te están obligando a casarte? Pensé que querías casarte."

"Claro que sí. Pero, en mi caso, amiga Serenity, es algo que tenía que hacer tarde o temprano. Es mi responsabilidad crear alianzas que beneficien a mi país y a la calidad de vida de mi pueblo."

"Pero... pero... esa no es la razón correcta para casarte. Te casas con una persona porque la amas; porque quieres pasar el resto de tu vida con esa persona. ¡No por sentirte responsable! Eso suena muy frío." Hasta triste. "Dime que al menos te agrada este hombre, Kakyuu."

La Princesa suspiró. Cuando respondió, no fue de inmediato. "No lo conozco lo suficiente para saber si me agrada su personalidad. Sin embargo, cuando lo conocí por primera vez, supe que él era el indicado para ayudarme a cuidar a mi querido Kinmoku. Lo supe, porque Frihét tiene una estrella interior que brilla con amor por su propio pueblo. Tenemos ese amor en común. Sé que él lo sintió también, que sintió el eco en nuestras estrellas. No tuvimos que conversar mucho. Los dos sabemos… lo que sigue."

"¿Él también es un Príncipe?"

"Así es. Proviene del planeta vecino—"

"Magnus, lo sé." Ante la sorpresa de Kakyuu, Usagi agregó. "Seiya lo mencionó. Reconoció la insignia en los uniformes de tus damiselas. ¿Es cierto que los nuevos henshins de tus Starlights han cambiado a causa de tu unión con el príncipe?"

Ahora, Kakyuu se mostró desprevenida. Sus ojos estaban engrandecidos. "S-Sí, Serenity. Magnus es conocido por su avanzada tecnología. Esos trajes no son henshins, sino trajes de combate creados especialmente para la protección de mis Starlights. Fueron un obsequio."

Pues Fighter no había recibido nada en la repartición de obsequios y no tardaría en quejarse. Usagi mordió su labio por un momento, para aguantar su sonrisa. Hasta en esto, Kakyuu y su personan eran distintas. Si Usagi hubiera colocado el bien de Tokyo de Cristal primero que su felicidad, Usagi hubiera estado en una similar posición. "¿Cuándo es la boda?"

Kakyuu regresó a su tocador. Comenzó a maquillarse. "Normalmente el hecho de unir dos civilizaciones en matrimonio tendría que ser un ritual tedioso de meses. Sin embargo, hemos estado en negociaciones por mucho tiempo ya, y he logrado convencer a mi Consejo de disminuir el tiempo de compromiso… En tres días se dará la conclusión a toda esta larga odisea."

¡Qué increíble! ¿En tres días?

Aunque sorprendida por la velocidad del evento, Usagi intentó sonreír con contento. Se levantó del sofá despacio. Se postró frente a Kakyuu con un propósito, desenterrando antiguos recuerdos del Milenio de Plata para esta ocasión. En zapatillas, Usagi tomó las orillas de su vestido y se inclinó ante la otra mujer. "Le deseo la mejor de las fortunas, a usted su Majestad, como a la persona con la que compartirá su vida."

Kakyuu, a través del espejo, asintió solemne. Después, la mujer se levantó.

Cuando se abrazaron, Usagi sintió el calor familiar de la estrella interior de Kakyuu. Su propia estrella, ante la proximidad, crujió con estática, provocando que ambas saltaran.

Usagi sobó su pecho. "Lo siento. No sé por qué…"

Kakyuu tocó su propio pecho en desconcierto. "Tu poder ha crecido."

Usagi rio con nervios. "Seré mejor que regrese a mi habitación. Iré a buscar a las chicas y después tengo que arreglarme para tu gran noche."

"Diles a tus amigas que no necesitan preocuparse por su guardarropa. Distintos vestuarios serán mandados para que estén a la par con el grado cultural de la cena." Kakyuu guiñó un ojo. "Las quiero a todas luciendo de lo mejor."

Sin más, Usagi fue guiada de regreso al vestíbulo por una de las sirvientas. Con sus brazos doblados detrás de su nuca, la chica comenzó a su camino hacia su suite, todavía sintiéndose preocupada por la rápida cadena de eventos que estaba llevándose a cabo.

Kakyuu estaría casada en poco tiempo.

Rei estaba embarazada.

Cuatro meses más y las chicas estarían presentando el examen de admisión para la Universidad, incluida la misma Usagi. Además, Seiya partiría en el invierno a comenzar su gira.

Los cambios no se detenían.

"¡Oi!"

Usagi casi se resbaló de las escaleras. "¿Eh?"

De uno de los elevadores—¿por qué nadie le decía que habían elevadores, por Kami-sama?—Fighter salió con brazos en alto. "¡Al fin te encuentro!"

Usagi corrió de regreso a la planta alta de las escaleras. Se tiró sobre la Star Senshi para abrazarla con fuerza. Fue levantada con iguales energías.

"¿Por dónde te has metido? ¡Mpp!"

El beso fue todo lo que Usagi necesitó para aclarar su cabeza. Los besos de Seiya tenían un tipo de azúcar que la energizaba. Lamió los labios vibrantes de su novia con una punta de su pie tocando las alturas. "Sailor Fighter." Suspiró risueña, al separarse. "Te extrañé."

Fighter se enrojeció. ¡Pero que linda! Por supuesto, la gruñona siguió quejándose. "¡No es justo! Estaba enojada, Odango."

Usagi torció su cabeza. "¿Por qué?" Luego, en un parpadeo, recordó que los papeles deberían estar en reversa. "¡Yo soy la que debería estar enojada! ¡Se fueron a comer sin mí! ¿Es cierto que llevaste a las chicas de tour?"

"Oye, oye, no es mi culpa que te gusten tanto los brazos de Haruka-baka que no te puedas levantar por las mañanas."

Usagi se introdujo a la cabina del elevador, brazos cruzados. "No tengo idea de lo que hablas."

Fighter comandó los botones del transporte a su gusto. Una vez encerradas, fue el turno de Fighter para cruzar sus brazos. "Técnicamente, yo no fui quien se llevó a tus amigas de paseo. Fue idea de Healer. Si hubieras estado en el desayuno—"

"¡Estaba cansada!"

"¿Haciendo qué?"

Usagi comenzó a rascar su nuca. "Pues verás, Haruka quería explorar el palacio y no podíamos dormir…"

Fighter cerró sus ojos. Dio impresión de estar orando por serenidad. "¿Dejaste que Haruka Tenoh anduviera suelta por el palacio?"

Usagi sonrió lo más dulce que le fuera posible. "Em… ¿Sí?"

Fighter apretó su tabique. Cuando llegó a una conclusión, lo hizo con un brazo estirado sobre Usagi, atrapándola contra la pared y su cuerpo. "Tienes suerte de que eres bonita."

Usagi no tuvo oportunidad de resoplar con palabras de amenaza ante la desvergüenza de Fighter, porque un segundo después, su respiración se cortó por completo. Atrapada, Usagi arrojó sus brazos a las paredes que la rodeaban, buscando por algo firme para detenerse mientras el mundo comenzó a girar. "Fi-Fighter."

Su vestido fue abultado a la altura de la cintura de Usagi. Sólo le fueron visibles los cabellos de la otra mujer. Sólo percibió aquella nariz que Fighter había apretado, ahora picoteando el centro de sus panties. -Oh, Kami-sama. Usagi intentó cerrar sus muslos, Fighter la frenó, sus guantes fríos ante su piel cálida.

"¡El elevador!" Produjo con voz quebradiza.

Fighter la besó atravesó del material de algodón. Jugó con su clítoris de forma vengativa, incluyendo ligera presión de sus dientes para terminar de volverla loca.

"¡Se-Seiya!"

Se escuchó un timbre. Las puertas del elevador estaban por abrirse.

El vestido fue liberado junto con las fuerzas de sus rodillas. Si Usagi no hubiera sido sujetada por el torso de Fighter, su cara hubiera conocido el piso de manera íntima y dolorosa.

La cara de Healer, inmediatamente, optó por sospecha al verlos. Hubo un momento de silencio sepulcral donde Usagi se concentró en calmar el calor de su rostro.

Healer suspiró. "Ni loca me meto con ustedes."

Las puertas del elevador se volvieron a cerrar.

Usagi se dejó caer al piso, resignada a la millonésima humillación. "¿Por qué es siempre Healer, la que nos interrumpe?"

"Está pagando alguna deuda de su vida pasada." Con una sonrisa diabólica, Fighter presionó un botón que detuvo el elevador en seco. "Ahora, ¿dónde estábamos?"

Momentos después, Usagi besaba el cuello desnudo de Seiya con ternura, sintiéndose más excitada que temerosa. Sus piernas eran sostenidas por los brazos de Seiya, mientras el resto de su cuerpo era empujado contra la pared del elevador.

El vestido seguía flotando entre los dos. Usagi sintió sudor naciendo entre sus senos, ante la fricción de sus pechos presionados. Jadeó con los ojos cerrados, agradecida por tener este momento a solas. Apretó sus muslos con maña, así como los músculos internos de su centro.

Seiya gruñó, acelerando el ritmo de sus estocadas. "…estúpida Haruka, cara de caca."

Si Usagi no estuviera desfrutando tanto ser incrustada a la pared, hubiera hecho un esfuerzo por preguntar de qué demonios estaba Seiya hablando. Pero el caso era el contrario, y sólo importaba que Seiya la besaralatocaraquenuncaterminara.

Justo cuando Usagi sintió su orgasmo acercarse, mordió la oreja de su novio. Susurró incoherencias guiadas por el placer y la adrenalina. Sus uñas pintadas de púrpura enmarcaron el rostro sudado de Seiya para entonces otorgarle un beso meloso. Su culminación la electrocutó. Quiso que Seiya la acompañara lo más rápido posible.

"Apresúrateeeee." Gimió entre besos.

Seiya bufó, incrédulo. Mordió el nacimiento de uno de los senos de Usagi en castigo. "Oblígame."

-Con mucho gusto. Usagi onduló sus propias caderas, contoneándose en vengativo coqueteo, una-dos-tres veces, para dejar caer sus piernas después. Seiya no tuvo oportunidad de quejarse cuando se deshizo el ensamble de sus cuerpos, puesto que momentos posteriores, el cuerpo masculino del cantante apenas logró mantenerse en pie.

Usagi había disfrutado darle esto a Mamoru en tardes de mucha tarea. Mamoru ni siquiera había tenido que pedirlo. Había bastado con verlo tenso y estresado para que Usagi quisiera darle un premio por sus esfuerzos: de rodillas frente a su silla de escritorio, disfrutando los sonidos tan anti-Mamoru y el exquisito calor de su propio centro húmedo.

Ahora, Seiya estaba disfrutando de los frutos de su práctica y se notó por sus chillidos y tartamudeos, que el baka nunca lo había visto venir.

Con el clímax despegando de las células de Seiya, Usagi se encargó de la eyaculación con su mano, después de haber recorrido el miembro con sus labios en los momentos más necesitados. Sintió los dedos de Seiya jalando los cabellos de su nuca, sus caderas ondulándose por inercia ante el continúo estímulo.

Usagi besó el ombligo de Seiya en gesto de confort, mientras su cuerpo regresaba a la normalidad. Sosiega, con su rostro acomodado en el abdomen de su amante, Usagi se imaginó momentáneamente un posible futuro. Un futuro haciendo esto—teniendo sexo en lugares aventureros sólo porque ambas lo deseaban—pero con un anillo en ambas manos izquierdas.

–¿Qué diferencia hará un anillo entre nosotras? Usagi se preguntó.

La vida que había querido con Mamoru había sido un escenario doméstico, concentrado en formar una familia y ser ama de casa…

Usagi dudaba que alguien como Seiya deseara tener algo tan cotidiano como… una esposa, esperándolo en casa con la cena lista

Porque, Seiya era un riesgo viviente. Seiya se aburriría.

¿Cierto?

Usagi resopló escandalosamente contra el abdomen desnudo presentado frente a ella. Le causó cosquillas a Seiya con la acción. Despacio, el abdomen fue suavizándose hasta regresar a ser un firme vientre, cálido bajo los besos ligeros de Usagi.

Los brazos de Seiya la rodearon. En poco tiempo, ambos cuerpos se tumbaron en el piso de elevador.

"¿Qué. Fue. Eso?"

Ahora en estado femenino, los senos de Seiya se ondularon con sus jadeos. Usagi besó el entremedio. "¿Qué? ¿Sorprendida de que pueda usar mi boca para otras cosas más que comer?"

"¡No!... Bueno, sí."

"¡Que graciosa!" Usagi se levantó, arreglando su vestido a algo cercano a decente. Seiya se carcajeó libremente, todavía en toda su gloriosa desnudez. Usagi sabía que con un sólo Fighter Star Power, un uniforme de cuero la cubriría en segundos. No era justo. "Ni siquiera puedes decir si te agradó, antes de comenzar de grosera."

"¿Estás loca?" Seiya la jaloneó del vestido hasta tumbarla de regreso. "¿No pudiste notar cómo hiciste gelatina de mi cuerpo, en cuanto tú…?"

Usagi se tranquilizó a ver a Seiya sonrojada. Acarició una mejilla rosada. "Está bien. Creo que te has ganado una repetición."

"¿Qué? Seguramente, me he ganado más que una repetición."

"Quizás. Con una condición."

"Mm. ¿Cuál condición, según tú?"

Usagi hizo una mueca. "¡No vuelvas a mencionar a Haruka! ¡Eso fue tan raro!"

"O-Oye. ¡N-no es lo que estás pensando!"

"¿Estás disfrutando de fantasías con ella por las noches, o algo así?"

"¡No es gracioso, Odango!" El escándalo fue suficiente para activar el fuku de la Star Senshi.

"¡Uy, que nerviosa te has puesto! ¿Sueñas con darle besitos?" Usagi imitó dichos besitos al aire, siguiendo con la burla.

"¡Besos con mis puños, querrás decir!" Enrojecida, Sailor Star Fighter puso a andar el elevador.

"¡Oh, ya lo sé! Quieres un trío y no sabes cómo pedirlo, ¿no es así?"

Eso pareció ser el último limite. Fighter volteó a ver a su novia con expresión traumatizada. "Odango, te lo estoy advirtiendo…"

Al llegar por fin a su piso, Usagi salió de la cabina con una gran sonrisa, sintiéndose malvada. "¿Sabes? ¡Estoy segura de que, si se lo pides, a Michiru no le importaría!"

"¡Ahora te has pasado de la raya! ¡Usagi, ven acá!" Cuando Fighter se abalanzó hacia ella, Usagi echó a correr por el pasillo. "¡Ya verás cuando te atrape! ¡Suena a que es otra la que quiere tríos con esa idiota!"

"¡Sería un regalo de cumpleaños muy original!"

"¡La mato!" Porque Seiya siempre había sido la mejor atleta de las dos, no fue tan inesperado que lograra atrapar a Usagi eventualmente. Se ganó unos buenos chillones de indignación, eso sí. Usagi fue cargada sobre el hombro de la Star Senshi a modo de hombre—ejem, mujer—de las cavernas, su cabeza colgando junto con sus colitas. Cuando recibió una nalgada sobre su vestido mal puesto, la chica saltó con boca seca. "La mato primero, antes de que intente tocarte. Sé que ganas, no le faltan a esa lujuriosa."

Usagi siguió riendo y riendo todo el camino a la suite de Sailor Star Fighter, pensando en el pecaminoso recuerdo de haber dormido en los brazos de Haruka Tenoh… y en cómo le había gustado.


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Fin de Parte ii.

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NdA: ¿QUIÉN NO QUISIERA DORMIR EN LOS BRAZOS DE HARUKA?

Traducciones:

Skýrr: Nórdico de "mente clara", o "mente inteligente." Se pronuncia tal y como se lee, sin embargo en caso de ser el nickname "Sky", veo a Makoto y a las chicas usando el término con acento inglés, o sea, "Escai."

Frihét: Nórdico de "libertad." Se pronuncia tal y como se lee.