"Todos Quieren (Gobernar El Mundo)."

Por B.B. Asmodeus.


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Parejas: Kou Seiya (Sailor Star Fighter)/Usagi Tsukino (Sailor Moon). Haruka Tenoh (Sailor Uranus)/Kou Yaten (Sailor Star Healer). Menciones de Haruka Tenoh (Sailor Uranus)/Michiru Kaioh (Sailor Neptune).

Rating: M/Adult/R/Lemon. Acción H/M (het) & M/M (yuri).

Categorías/Advertencias: Realidad Alterna. Humor, Romance, Drama, Wing!Fic, Acción/Aventura, Lemon, Yuri, Yaoi, Het, Horror. Lenguaje ofensivo.

Advertencia especial: Infidelidad emocional.

Sinopsis: "¿Cuándo saldrá Sailor Moon? El mundo la espera."

Disclaimer: Por último, Bishoujo Senshi Sailor Moon no es mío. *sniff*

Línea del tiempo:

Capítulo i (Día 1): Llegada a Kinmoku.

Capítulo ii (Día 2): Desayuno con los Senadores de Kinmoku/Magnus + Preparaciones para el baile.

Capítulo iii & iv (Día 2): Baile en el Planetarium.

Inicio de Capítulo iv & v (Día 2 / Día 3): Investigación de Healer y Uranus + entrenamiento de las Inners para el torneo.

Capítulo vi (Día 4): Torneo.

Capítulo vii (Día 4): Torneo.

Capitulo viii (Día 5): Boda de Kakyuu.

Nota de continuidad: Se recomienda haber leído el one-shot "Forastera" para comprender algunos sucesos de este capítulo.


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vii.

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"Tu cuerpo es poesía

Háblame

¿Me dejarás ser tu ritmo

esta noche?"

-Sia.

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Sailor Star Chaser, no duró ni cinco minutos en el ring, antes de ser despachada por su oponente. Kinmoku no apreció la corta batalla y sus ramificaciones—Que perder frente a una extranjera estaba convirtiéndose en un patrón.

-Pobre chica, Shingo pensó con simpatía, mirando la silueta de la joven Star Senshi salir del ring con su ánimo abajo. En las pantallas apareció clara evidencia que Sailor Uranus ni siquiera había sudado en su breve encuentro.

Fue con el siguiente duelo con Sailor Star War, sin embargo, que las cosas se pusieron interesantes.

Ver a la Sailor Uranus entrar en acción fue un deleite. Su habilidad de espadachín fue una forma más elegante de apreciar un duelo, a diferencia de la fuerza bruta de los duelos anteriores. Sailor Star War vistió su propia espada de aguja a duelo con la Espada de Hoja picuda de Uranus en una contienda emparejada, limpia, y demandante de toda atención.

En más de una ocasión, el público aguardó con su aliento en la garganta, admirando los movimientos cruciales en los que ambas armas rechinaron al impactarse, una y otra vez.

A pesar de su título, Sailor Star War demostró paciencia. Más temple que Chaser. No entró en desesperación.

Por un largo rato, hasta Sailor Uranus pareció estar disfrutando del duelo.

De manera orgánica, el ritmo fue cambiando. Con un plan más a la ofensiva, Sailor Uranus fue acorralando a Sailor War hacia los límites del podio, avanzando sobre ella sin pausa.

War mostró vacilación, por razones desconocidas, en atacar a la Sol Senshi directamente.

Terminó siendo su mayor error.

Los años de experiencia de Uranus no eran en vano, y lo demostró al bloquear un ataque cósmico de la Starlight con el propio, dejando la espada de lado para un plan más tosco. Su Tierra Tiembla atravesó la cortina de energía rubí dirigiéndose hacia su persona.

Cuando Sailor Star War cayó del podio, descalificada, la mitad de la audiencia se levantó en aplausos, desafiando expectativas. Dividida, la otra porción de espectadores permaneció en silencio pasmado.

"¡SAILOR URANUS DE LA VÍA LÁCTEA ES LA GANADORA, POR SEGUNDA RONDA CONSECUTIVA!"

Shingo chifló triunfante, bailando sobre su propio asiento.

Sailor Uranus no parpadeó ante el escandaloso bullicio. De brazos cruzados, la mujer se dirigió hacia Kakyuu-hime con expresión impasible.

"¿Me he ganado algo bueno, al menos?"

"Ah—Por supuesto, Sailor Uranus." La Soberana intercambió una mirada con su prometido. "El Príncipe Frihét está convencido de que tu gran habilidad de combate merece una mejora en tu arma actual. La tecnología de Magnus podría evolucionar tu Espada Talismán a niveles inimaginables."

-Wow. Shingo murió de la envidia con tal sólo pensarlo. Si la Espada de Urano ya resultaba poderosa en su estado actual…

"Paso."

Shingo parpadeó.

Kakyuu-hime, así como muchos otros espectadores, hicieron lo mismo.

"¿P-Perdón?"

"Dije, que paso." Sailor Uranus caminó en la dirección del balcón de la Princesa, nunca saliendo del podio. "El Poder de mi Princesa me es escudo suficiente en toda batalla. No ocupo magias ajenas, gracias."

Kakyuu volvió a trabarse. "Oh—Eh, entiendo. Aunque, entonces—"

"Con la flor basta."

"¿Nani?"

Pobre Kakyuu. Shingo dejó salir una risilla.

Sailor Uranus fue adamante. "La rosa blanca. Es lo que quiero."

Hubo una pausa. Kakyuu siguió contemplando a la Senshi con una expresión de incomprensión total, para luego rendirse con un suspiro.

"¡Claro! Lo que sea que pueda satisfacer a tan esplendorosa Campeona."

En las pantallas se observó a Kakyuu-hime levantar la rosa blanca a los cielos, lanzándola hacia el vacío segundos después.

Increíblemente, la rosa navegó la distancia hacia la arena en vertiginosa caída—

—siendo atrapada por los dedos de Sailor Uranus.

-Qué poca cosa. Shingo se estiró sobre su asiento, más relajado. ¿Una rosa, en intercambio de un arma alienígena? A su parecer, era el peor de los trueques. Vaya que ésas Outers eran extrañas.

"Algunas veces, los verdaderos trofeos no ocupan ser ostentosos."

Shingo brincó.

Alguien tomó asiento a su lado derecho. No se trató de ninguna de las doncellas del Palacio con las que había iniciado amistad.

Al reconocer la visita, Shingo se reincorporó, endureciendo su postura, manos yendo a sus rodillas, como el buen soldadito que Mamá Ikuko había formado. "Eh… Supongo, Príncipe Sky."

"¡Lo recordaste!" Su acompañante sonrió de oreja a oreja. Se estiró por la butaca como si se encontrara en una lujosa alcoba. Sus largas piernas colgaron del barandal, mientras que estiró ambos brazos a lo largo de las dos butacas que lo rodeaban. Shingo se orilló en su asiento para evitar contacto con el hombre, sintiéndose algo acosado. "Que chico tan más listo. Ves todo lo que sucede, ¿cierto? No olvidas ningún detalle."

Shingo meneó su perfil con consideración "Tengo que compensar lo distraído de mi hermana."

"Crítico, además." Sky declaró. "La Princesa Serenity puede no ser una persona analítica. Por lo que me han platicado, es una mujer más instintiva, regida por su intuición. No hay nada de malo en ello."

"Con todo respeto, Su Majestad, no conoce a mi hermana como yo."

El Príncipe le volvió a sonreír. "Eres duro con ella."

-¿Lo soy? Shingo mordió su labio inferior. "¿Está disfrutando del Torneo?"

Sky hizo un puchero con el cambio de tema. "Se ha desarrollado de una manera impredecible. Lo último que se esperaba era que las nuevas Sailor Star Senshis llevaran las de perder. Mm. ¿O tal vez sí? La opinión pública de Kinmoku es algo caprichoso, hoy en día."

"Bueno, las reglas son bastantes limitadas. No es como si las Sol Senshis y las Starlights pudieran tener combates donde pudieran pelear con todo de sí."

"Puede ser." El Príncipe asintió. "Este Torneo es más un juego de niños que los verdaderos Torneos que los Antepasados de Kakyuu-hime organizaban."

"He escuchado historias." Shingo susurró, mirando hacia su alrededor para no atraer atención no deseada. "¿Qué tan ciertas son?"

Sky se acercó a Shingo, imitando su susurro. "Tan ciertas que entrar en detalles nos llevaría a una celda, amiguito."

Shingo se cruzó de brazos, rodando sus ojos. La acción provocó una carcajada del hombre.

"¡Lleno de personalidad! Que singular." La exclamación del Príncipe Skýrr fue extravagante, y atrajo miradas curiosas de los espectadores cercanos a ellos. Shingo sintió que no estaban llevando la misma conversación.

En las pantallas se mostró un acercamiento de la Princesa Kakyuu en su pomposo balcón. Había regresado a su asiento a lado del trono del Príncipe Frihét, y ambos conversaban. El cabello del pequeño Soberano mostró ser tan extraño como el resto de las ideas raras que tenía el resto de su familia. Brillaba platinado—luego ligeramente violeta.

"¿Qué hay de ti? ¿Estás disfrutando de tu visita, pequeño conejo?"

Shingo no apreció el sobrenombre. "Es Shingo, Su Alteza."

"Es lo que dije, conejito."

-Grr. Shingo aprovechó las doncellas que empleaban sus rondas para ofrecer refrescos y bocadillos. Llamó a una de ellas, sacando de su bolsillo algo de dinero que Seiya-san les había proveído. "Hasta ahora, ha sido espectacular."

"Mm. ¿Cuándo saldrá Sailor Moon? El mundo la espera."

Cuando la doncella por fin llegó a ellos, Shingo escogió una bebida que sabía muy parecido a jugo de mango. El Príncipe escogió un refresco más oscuro en apariencia—vino, Shingo después descubrió por el olor a alcohol.

Cuando Shingo quiso pagar, la doncella se rehusó aceptar su dinero, murmurando en Kinmoku-sei.

Sky rio ante su confusión. "Eres un invitado de honor. Guarda tus chilettes, conejito."

Abochornado, Shingo regresó sus billetes a su bolsillo. Se concentró en tomar de su botella de jugo.

El siguiente duelo se anunció por las pantallas, el breve descanso terminado. Shingo se atragantó con la emoción, pero eso no lo detuvo de levantarse de su asiento para acomodarse en el barandal.

"¡Anuncio Especial! ¡Atención! ¡Anuncio Especial!"

Shingo parpadeó. "¿Nani?"

Kakyuu reapareció en las pantallas, sonriendo desde su trono. Un micrófono idéntico al de las Sailor Starlights, funcionaba como un amplificador en su propia oreja derecha. "Damas, y caballeros. Nos aproximamos al clímax de este Torneo, y las emociones están en su punto más alto. Por ello, el Príncipe Frihét ha pensado en una excelente idea para hacer de los últimos cuatro encuentros una batalla inolvidable en la historia de Kinmoku-sei…"

"Fri-Fri, ¿ahora qué se te ocurrió?" El Príncipe Sky exclamó, al sentir a Shingo buscar respuestas en su persona.

"En vez de tener dos niveles más de Eliminatorias, hemos decidido que sería mucho más emocionantes combinar los poderes de cuatro estrellas en un solo combate."

"Sugoi." Shingo frunció el ceño. "¿Quiere decir…?"

"¡Que se abran las compuertas!"

El público enloqueció.

Sailor Star Fighter apareció en la arena.

En la compuerta opuesta, Sailor Uranus volvió a la arena.

Pero las sorpresas no terminaron. Una tercera compuerta se abrió: Sailor Saturn.

"Ahora sí, esto se pondrá color de hormiga."

Shingo volteó hacia sus espaldas al reconocer la nueva intrusión. "¡Makoto-chan! ¡Ami-chan!"

"Hola, Shingo." Makoto se le unió sobre el barandal.

"¿Qué hacen aquí?"

"¡Vamos, esa sala de espera no es lugar para presenciar esta pelea! ¡Yo también quiero aprovechar esta buena vista!" Detrás de Makoto, Ami se sentó en el lugar que Shingo había desocupado, vistiendo sus ropas vacacionales, al igual que su compañera. No había rastro de heridas permanentes después de su participación.

"Buen día, Príncipe Sky."

"Sailor Mercury, Sailor Jupiter. Pelearon de manera formidable." Sky prosiguió a tomar una mano de Ami para otorgarle un beso. Shingo rodó sus ojos con sus tácticas, mientras que Makoto se sonrojó de pies a cabeza al recibir el mismo trato.

En la arena, una cuarta compuerta se abrió.

"¡Kinmoku-sei, por favor denle la bienvenida a Sailor Moon!"

Shingo se adhirió de nuevo a las pantallas. "Entonces, sí es como lo sospechaba."

Sailor Moon apareció con el uniforme con el que Shingo la había conocido. Tal vez con algunas modificaciones sutiles. Sus botas rojas resplandecieron con el sol del mediodía, al caminar hacia el podio.

Lo que sorprendió a Shingo, y a las chicas, fue la ola de gritos de aficionados que recorrió el estadio.

"¡Sailor Moon! ¡Sailor Moon!"

"Increíble." Kino-san exclamó en la oreja de Shingo-kun, su voz revuelta en la de los espectadores. "¡¿Quién diría que Sailor Moon se había vuelto así famosa?!"

"¡SAILOR MOON!"

Sailor Star Fighter ofreció su brazo a la Marinera Lunar para ayudarla a subir las escaleras del podio. El gesto soltó un alboroto en las masas de manera significativa. Su hermana, por su parte, lucía totalmente prendida por la atención. Levantó su mano para saludarles, una sonrisa nerviosa plasmada en su rostro. Las pantallas gigantes duplicaron su expresión.

Su belleza.

Shingo carraspeó su garganta.

Bueno, no hacía ningún daño admirar a Sailor Moon. Objetivamente, su hermana poseía facciones que atraían todo tipo de admiradores.

Una vez en el podio, la Guerrera Lunar ofreció la señal de Amor y Paz con sus dedos. Sailor Fighter caminó a su propio punto en el podio, mientras que Saturn y Uranus hicieron lo mismo, cada Sailor cubriendo un lado del cuadrado que formaba el ring.

"¡Sailor Moon!" Kakyuu le aclamó, ahora de pie frente a su balcón. "¡Nos honras con tu inesperada participación! ¡Bienvenida al Torneo de las Flores Doradas!"

Sailor Moon volvió a sonreír, esta ocasión con más seguridad de sí. Hizo una dulce ovación frente a Kakyuu, a pesar de la distancia. "¡A-Arigatou, Kakyuu-hime!"

"Sailor Moon."

La nueva voz obtuvo un silencio súbito.

A lado de Kakyuu, el Príncipe Frihét apareció, vistiendo todo de Dorado.

"La Sailor Senshi que lucha por el Amor y la Justicia. He escuchado mucho de usted."

"Así que puede hablar." Shingo renegó sólo para Makoto. La chica rió de manera diabólica, tratando que el hermano mayor no la escuchara.

"Shingo, no seas malo."

"La Guerrera que logró vencer al Caos, permitiendo que todos tuviéramos una oportunidad de comenzar de nuevo. Admito…" Hubo una pausa, donde todos—hasta Shingo—sostuvieron su respiración. "Admito que esperaba al menos a alguien más intimidante."

Shingo sintió su sangre hervir. "¡¿Cómo se atreve?!" Shingo se giró hacia Sky-baka.

"¡Tu hermano no tiene modales! ¡Pensé que era un Príncipe, no un niño mal criado!"

"¡Shingo!" Ami le sostuvo de su pecho para frenarlo de hacer alguna idiotez más física.

Sky meramente bostezó.

"Sailor Moon está llena de sorpresas, Su Majestad." Kakyuu interfirió, su voz atrayendo a todo el grupo de nuevo.

Sailor Moon volvió a las pantallas. Tenía sus manos en su cintura de manera ofendida. Cuando abrió su boca, la situación no mejoró. "¡Uy, qué grosero! ¡Sólo gente hueca se deja llevar por las apariencias de las personas!"

El público dio una boqueada en conjunto.

"¡Así es!" Shingo echó porras desde su localización. "¡Diles sus verdades, Sailor Moon!"

El Príncipe Frihét se limitó a sonreírle. No fue un mohín exactamente amistoso. "Perfecto. Entonces, al demostrar el verdadero alcance de tu poder para derrotar a tus combatientes, Sailor Moon… ¡Traerás un excelente presagio de buena fortuna a la Nueva Era de Kinmoku y Magnus!"


[+][+][+]


Cualquier objeción que Sailor Moon intentó dar en respuesta se perdió con el escándalo que corrió por el estadio. "¿Q-Quééé?"

"Odango, ¿cómo te metes en estos aprietos?" Fighter gruñó, desde su lado del cuadrilátero.

Sailor Moon no lo comprendía ni ella misma. "¡No es mi culpa que el Príncipe sea un engreído!"

"Guarden silencio." Sailor Uranus les ordenó. "No te preocupes, Sailor Moon. Primero tendrías que vencernos a todas nosotras para cantar victoria, no lo olvides."

Sailor Moon produjo un sonido incrédulo. "Cielos, gracias por el aliento, Sailor Uranus."

"¡No las escuches, Sailor Moon!" Provino de la compuerta de donde Sailor Fighter había salido. Sailor Moon sonrió al ver a Sailor Star Healer acomodada en el borde, brazos cruzados. "¡Tú puedes patearle el trasero a cada una de ellas!"

"¡Sailor Healer!" Sailor Moon murmuró con agradecimiento. El carácter voluble de la mujer había vuelto a ser uno picarón.

"Parece que al menos, ya tienes una admiradora, Sailor Moon." Saturn le comentó desde su lado, sonriendo con dulzura. "Animo, sólo enfócate en dar lo mejor de ti, y nosotras haremos lo mismo."

"¡Silencio, por favor!"

Sailor Moon levantó su rostro hacia Kakyuu-hime de nueva cuenta, aunque ahora con más aprehensión que antes.

"Pelearán este asalto en parejas escogidas al azar—tengo entendido que ustedes tres son lo mejor que una Sol Senshi puede ofrecer, después de todo. De nuestra parte, conocemos perfectamente bien de lo que Sailor Star Fighter es capaz. Esta contienda, sin embargo, no tendrá límites. Pueden usar el arma de su gusto, el ataque de su preferencia, y el estilo de pelea que se les venga en gana. Las reglas han cambiado, verán—Ya no hay reglas."

"Maldita sea, Kakyuu." Fighter renegó. Sailor Moon la escuchó y sintió preocupación por su temperamento. Desde que habían anunciado el cambio de planes, Fighter no había dejado de mostrar oposición.

Sailor Moon levantó su mano.

En las pantallas, Kakyuu-hime se mostró curiosa. "¿Sí, Sailor Moon?"

"No lastimaré a mis amigas." Sailor Moon declaró, seria. Firme. "No de manera grave. Pido que se respete la regla de que salir del ring, sea la forma de considerar a cualquiera de nosotras como descalificadas… Por favor, Princesa Kakyuu."

Kakyuu-hime tardó un momento, contemplando su sugerencia.

A su lado el Príncipe Frihét tomó la decisión por ella. "Aceptamos tus términos."

Sailor Moon suspiró con alivio.

Frente a ella, Uranus sólo le aventó una mirada seria. Sailor Moon no supo interpretar su intensidad—como la mayoría del tiempo.

"¡Decidiremos los equipos!" Kakyuu fue traída una tómbola en el balcón para iniciar el sorteo. Las pantallas mostraron instrucciones sobre los colores y sus significados. Morado por Sailor Saturn, Azul por Sailor Star Fighter, Amarillo por Sailor Uranus, y Rosa por Sailor Moon.

Kakyuu le dio vueltas a la tómbola, luego permitió que la primera esfera se liberara por un canal de la parte inferior.

Azul.

Kakyuu dio otra vuelta. Liberó otra esfera.

Amarillo.

"Oh, vamos." Fighter lloriqueó. Sailor Moon comenzó a reírse por su mala suerte.

"¡Primer equipo consistirá de Sailor Star Fighter y Sailor Uranus! ¡El segundo equipo, de igual forma, consistirá de Sailor Moon y Sailor Saturn! ¡Sailor Senshis, tomen sus lugares! ¡Equipo #1 al flanco derecho, Equipo #2 al flanco izquierdo!"

Sailor Moon se apresuró a llegar al lado del cuadrilátero donde se encontraba Sailor Saturn. "¿Uranus y Fighter trabajando juntas? Lo veo poco probable."

Saturn le guiñó el ojo. "Uno nunca sabe. Puede que esta experiencia les ayude a mejorar su relación."

"Por lo menos sabemos, que Uranus y Fighter pensarán con su cabeza caliente." Sailor Moon musitó en voz alta.

Saturn arqueó una ceja. "¿Oh?"

Fue el turno de Sailor Moon para guiñarle un ojo. "Tengo un plan." Se agachó al oído de la pequeña Saturn para cuchichearle lo que había pensado, aprovechando que Uranus y Fighter ya habían comenzado con su ritual de insultos del otro lado del ring.

"¡No te acerques tanto!"

"Entonces, ¡sal del ring de una vez! Puedo ganar esta batalla sin tu ayuda, Fighter-baka."

Príncipe Frihét levantó una mano desde su trono. "¡Comiencen!"

Sailor Moon se preparó.

Saturn levantó su brazo, materializando su arma de combate predilecta. Hizo unos malabares de calentamiento con su báculo, hasta entonces concluir apuntando la navaja en contra de Sailor Uranus.

Sailor Uranus asumió una pose de combate. "¿Así que, así serán las cosas?" De su puño derecho, apareció su Talismán Legendario.

-Ahora. Sailor Moon reflejó el pensamiento en la mente de Saturn. En dos segundos, sus siluetas se teletransportaron.

Sailor Moon podía materializar su antiguo fuku, así que cabía la posibilidad de que estuviera a su alcance cambiar la forma de su báculo de combate, según sus recuerdos.

Así que, así lo hizo, su cetro moldeándose en un arma más a la par de su adversaria.

Sailor Uranus parpadeó con sorpresa. "¿Nani?"

Su Caleidoscopio Lunar empujó contra la hoja de la Espada de la Outer. Sailor Moon le sacó la lengua.

Del otro lado, se escuchó a Fighter exclamar con sorpresa similar, ante el cambio de roles.

Uranus sonrió. Empujó con fuerza hacia su oponente. Sailor Moon no esperó el cambio tan rápido, así que sus botas tropezaron sobre el podio. Sus tacones la ayudaron a frenar. Uranus no dio descanso, de inmediato arrojando su espada en distintos ángulos en su contra.

"¡Uranus! ¡Espera, no tan rápido!" Sailor Moon le dio cara a todo movimiento con su Caleidoscopio. No fue tan rauda como Uranus, pero hizo su mejor esfuerzo por bloquear cada embestida de su brazo.

"¡Star Serious... Laser!"

De reojo, observó a Sailor Saturn utilizar su Guadaña del Silencio para crear un campo protector a su alrededor. El Láser de Fighter fue repelado.

El piso del podio les sacudió, afectado por la liberación de energía cósmica. En segundos, éste crujió con la potencia del poder de Saturn—una fuente de magia que raramente era expuesta al mundo.

"No te distraigas." Uranus le gruñó, dándole un empuje que llevó a Sailor Moon al suelo. "No te preocupes por ella, Fighter puede cuidarse sola."

Sailor Moon dejó salir un chillido al ver la punta de la Espada de Uranus ser dirigida a su cuerpo caído. Rodó a tiempo de su camino, reincorporándose sobre sus rodillas. Sus dedos se dirigieron a su frente.

"¡TIARA LUNAR, ACCIÓN!" La activó con urgencia, torciendo su cuerpo para lanzar la tiara desde el piso, hasta terminar dándole la cara a Uranus.

La tiara cortó un borde de la falda de Uranus en su escape del ataque directo.

Sailor Moon parpadeó, levantando su Caleidoscopio en defensa.

A sus espaldas, Uranus la atrapó con su cuerpo entero, sosteniéndose de su torso con fuerzas.

"¡Sailor Uranus!" Sailor Moon movió sus brazos, luego sus piernas, al sentir su cuerpo siendo levantado centímetros del suelo. "¡Suéltame, no seas tramposa!"

"Ríndete." Fue susurrado a su oído.

A pesar de su situación, Sailor Moon tuvo una vista más completa de la continuación de la pelea entre Fighter y Saturn. La dejó inundada en asombro.

Saturn, con frecuencia, daba una falsa impresión de fragilidad. De una marea controlada; sólo arrasando con tierra cuando en verdad era necesario desatar su destrucción. No en vano, sus habilidades eran temidas.

Hoy mostró que había aprendido a compensar su poder cósmico con combate cuerpo a cuerpo. Su tamaño le estaba dando ventaja contra su oponente, puesto que podía moverse verdaderamente rápido ante el cuerpo mayor de Fighter. Su báculo había sido guardado para tener movilidad.

Sailor Moon gruñó, todavía resistiéndose a la celda que el cuerpo de Uranus representaba.

No puedo darme por vencida.

Cerró sus ojos. Balanceó sus piernas, al contrario de patalear sin objetivo por el aire.

Flexionó su cuerpo en sentido contrario del suelo—hacia las alturas, logrando libertad del amarre de Uranus al darle la vuelta completa al Outer. Aterrizó a las espaldas de ésta, y supo que tenía que aprovechar tal oportunidad.

"¡Moon Gorgeous…" Conforme las viejas palabras regresaron a su memoria, Sailor Moon percibió su henshin sufrir otra transformación. "… Meditation!"

Fragmentos de caleidoscopios volaron en una ráfaga directo a Uranus.

"¡Space Sword!"

Super Sailor Moon no concedió terreno. Energía naranja se mezcló con los trozos de cristal. Una densa lluvia de fracciones traslúcidas cubrió el ring, afectando a las demás participantes por igual. Fighter cubrió su rostro, torciendo su cuerpo en protección de la ráfaga.

"Sailor Moon, ¿te encuentras bien?"

De pie, jadeando, Sailor Moon asintió.

Frente a ella, Uranus mostraba más cortes en su fuku. Sonreía, sin embargo, como si estuviera divirtiéndose. Fighter, al notar que los efectos del ataque de Sailor Moon habían desaparecido, se acercó al centro de conflicto con cautela. Observó con detenimiento a Uranus, alzando una ceja con el estado de su uniforme.

"¡Increíble! ¡A pesar del ataque frontal, Sailor Uranus y Sailor Moon siguen ilesas!" La voz de Erii-san penetró sus sentidos. "¡Sailor Moon ha sufrido otra evolución!"

"Rayos, ¿qué tan amplio es tu guardarropa?" Fighter le reprochó con tono de jugueteo.

Sailor Moon aclaró su garganta, jalando de su falta ligeramente. "Pues, verás…"

Fighter le guiñó el ojo. "No que me esté quejando."

Sailor Saturn caminó hacia ella. "¿En verdad te sientes bien?"

"Cl-Claro." Sailor Moon insistió. No agregó que su pecho se sintió bajo fuego, con el Ginzuishou liberando energía continuamente por su ser. Le sonrió a Saturn para borrar su inquietud—Pero el receso fue cortado. "¡Cuidado, Saturn!"

Saturn evadió el Láser de Sailor Fighter al invocar su guadaña de regreso. Un campo de fuerza recibió la energía. Sorprendentemente, el ataque de Fighter no se desvaneció con tanta facilidad. La Estrella de combate continuó proveyendo de luz brillante, enfocada en un sólo punto.

Super Sailor Moon mordió sus labios. No apreció la forma agresiva de pelear de Fighter, aunque se tratara de un Torneo.

Sin querer, sus manos empuñaron con fuerza su Caleidoscopio.

"¡Sailor Moon!"

El llamado de Sailor Uranus vino acompañado de una embestida de cuerpo completo. En segundos, Sailor Moon se miró en el piso, su rostro a centímetros de su Sol Senshi.

"Mira." Uranus capturó sus muñecas enguantadas, aplanándola sobre el piso, alrededor de la cabeza de Sailor Moon. "Sólo mira."

La mirada de Sailor Moon viajó a su mano derecha.

El mango de su Caleidoscopio había sufrido fisuras.

Los dedos de Sailor Moon soltaron su arma lunar. "Oh, no."

"No pierdas la calma. Fighter y Saturn están creando un espectáculo, nada más."

"¡Oigan ustedes! ¿Qué están haciendo tan pegadas?"

Uranus le sonrió a Sailor Moon desde las alturas. Sus dedos aflojaron su aprisionamiento, optando por acariciar un sendero por los antebrazos de la rubia. La sutileza contrastó con su reciente maltrato físico. Sonrojada, Sailor Moon sintió su garganta secar.

Hizo caso del consejo de Uranus—Saturn y Fighter estaban actuando. Estaban creando buen entretenimiento, en favor del Príncipe Frihét.

Algo había afectado a Sailor Moon al ver a Saturn bajo ataque—pero no era el momento para analizar la posible causa.

-No hay tiempo para pensar en ello. Sailor Moon le brindó a Uranus una sonrisa a labio cerrado, determinada a aprender la lección. Respiró hondo a manera de preparación.

"¡Sailor Moon! ¡Recuerda lo que te enseñé!"

La voz de Healer distrajo a la misma Fighter, ganándose un codazo del pequeño cuerpo de Saturn directo en uno de sus pechos. "¡Oi! ¡Cuidado con la mercancía!"

"Sí." Sailor Moon susurró para sí. "Crea un puente."

Su Ginzuishou resplandeció. Una ola de energía brotó de su cuerpo entero. De inmediato, perdió el peso del cuerpo de Sailor Uranus sobre el suyo, la liberación de su henshin mandándole a un vuelo involuntario en dirección opuesta.

La Semilla Estelar de Sailor Moon buscó… buscó por la fuente de estabilidad, con la que ya había interactuado previamente…

-"¿Qué haces?" Escuchó en su mente, sorpresa iluminando su trasfondo. -"¡A esto no era a lo que me refería, tontita!"

Sailor Moon compartió su poder, redireccionando todo justo en aquellos filtros que Sailor Star Healer ya tenía en posesión.

El fuku de Super Sailor Moon destelló a niveles deslumbradores. Los espectadores emitieron expresiones de asombro, muchos de ellos protegiéndose de los brotes de luz. De adentro hacia afuera, el cuerpo de Sailor Moon hirvió de manera deliciosa.

Fue difícil describir la cumbre de sensaciones. El placer de liberar su poder después de tanto tiempo reprimiendo su existencia, iba más allá de simples palabras.

"¿Qué demonios está sucediendo?" Fighter se escuchó a la distancia. "¿Sailor Moon? ¡Detente! ¡Puedes lastimarte!"

-"No te preocupes." Sailor Moon comunicó en un susurro efervescente. –"Tengo todo bajo control, Fighter-chan."

"¿Odango?"

La Semilla Estelar de Sailor Star Healer era fuerte y oh-tan-radiante. El Cristal de Plata la acogió con calidez, agradecida de sentir menos austeridad al hacer contacto. Las emociones de la Star Senshi no fueron una tempestad como la última ocasión. Healer la dejó entrar—sus pensamientos fueron los suyos por un par de segundos—sus palpitares se sincronizaron.

Sailor Star Healer cumplió su propósito. Otorgó estabilidad, mientras las energías fluían entre las dos. El producto final se moldeó de los recuerdos de Sailor Moon; encontrando fineza con adiciones modernas, justo al alcance de las palmas expectantes de la guardiana lunar.

Al ser empuñada de su base, la Copa Sagrada re-existió. Dio su primer aliento una vez solidificada en el plano terrestre, y claridad enfebreció de sus contenidos al ser abierta por Sailor Moon.

-"Shimatta." Escuchó la maldición de parte de Healer, antes de que su conexión fuera cortada abruptamente.

Al unísono, Sailor Saturn, Sailor Uranus y Sailor Star Fighter fueron expulsadas del ring, tres lazos de magia empujándoles.

Sailor Moon, de rodillas en el medio del podio, fue la única permaneciendo hasta al final. Al esclarecerse la arena de los residuos de magia, ojos ajenos se percataron del desenlace, de igual forma.

El público perdió el juicio.

La Copa Lunar, con su propósito cumplido, se desvaneció, regresando al interior de Super Sailor Moon.

"¡SAILOR MOON ES LA GANADORA!" La voz de Erii-san retumbó por el estadio, compartiendo la exaltación del público.

Sailor Moon se echó hacia atrás, recargada en sus manos. Comenzó a reír, capturada por la euforia. Exhausta, su fuku se desactivó, dejándola en su ropa de civil.

"¡Usagi! ¿Qué demonios fue eso?"

Usagi parpadeó. Del borde del ring, la mano enguantada de Fighter emergió. Pronto su rostro bronco le siguió, luciendo bastante agraviada.

Usagi sonrió, elevando su nariz al cielo soleado. Confeti multicolor cayó sobre ella, así como los continuos alaridos joviales de sus fans.

"Ésa fui yo, pateando sus traseros."


[+][+][+]


Healer se sostuvo de la pared, al regresar en sí.

Sostuvo su pecho, todavía incapaz de procesar lo que había ocurrido. Su cuerpo temblaba por la adrenalina. Su piel sintió comezón con los pocos rastros de magia todavía corriendo por su piel.

"Que locura." Healer rio sin aliento. Sus piernas estiradas sobre el pasto se flexionaron como peces fuera del agua. "Maldita Sailor Moon, ni siquiera me dio una advertencia decente antes de otorgarme orgasmos cósmicos frente a un estadio lleno de gente."

"¿De eso se trató? ¿Orgasmos cósmicos?"

Healer carraspeó su garganta. Al tornarse a la figura que ahora caminaba hacia ella, le sacó la lengua. "Antes de que empieces con tu interrogatorio, ayúdame a levantarme."

Uranus lució constipada, pero acató la petición, ofreciendo su mano. Healer no comprendió su incesante mirada, hasta que recordó las consecuencias cósmicas de compartir su transfiguración de energía con Sailor Moon.

Ya de pie, frotó su propia cabeza, curiosa. En efecto, encontró las perlas lunares sobresaliendo de su cabello. Oh. Con razón la envidia en la carota de Uranus. "No me mires así. Es una larga historia."

"Siempre lo son." Uranus gruñó, regresando su atención a la ganadora del Torneo. "Esa cantidad de poder que acaba de liberar…"

"Sailor Moon nunca se ha sentido tan fuerte con en estos momentos." Sailor Saturn se les unió. "El Poder de Sailor Cosmos la ha convertido en algo… desconocido."

"No sólo puede reactivar viejas transformaciones, ¿pero ahora también reconstruir armas? ¿En qué… se está convirtiendo?"

"Entonces, ¿tú también pudiste verla, Sailor Uranus?"

"No sólo la vi, la sentí. Después de eso, mi Talismán está vinculado a su poder."

"Eh." Healer rascó su nuca. "¿De qué están hablando?"

Saturn y Uranus la enfrentaron al unísono, luciendo sombrías. Su respuesta unificada fue un asalto hostil. "La Copa Lunar."

"Ah." Healer se cruzó de brazos. "Nop, sigo sin entender."

Uranus estaba por gruñir otra réplica, cuando la voz de Usagi Tsukino ensordeció por el podio.

"¡Chicas! ¡Gané! ¡¿Lo vieron?!"

Healer le sonrió. El entusiasmo de la chica resultó contagioso. "¡Bien hecho, Usagi-chan!"

Usagi fue levantada del piso por no otra que Sailor Star Fighter, lanzándola al aire antes de atraparla de nuevo. Justo como ya lo había hecho aquella vez que habían ganado el partido de softball en la Tierra.

Usagi chilló indignada, en perfecto déjà-vu del pasado, aunque esta vez, en lugar de enrojecerse como tomate y tratar de liberarse de los brazos de Seiya, la chica se hundió en carcajadas. Cuando jaló del cuello de Fighter, no fue para intentar ahorcarla, sino para besarla con todas sus fuerzas.

"Cielos, estos dos me empalagan." Healer rodó sus ojos en blanco, al ver al público reaccionar con más furor. En las pantallas, el beso fue plasmado desde diferentes ángulos. Healer tan sólo podía imaginar la cara de Kakyuu ante el inesperado turno de eventos.

Nadie había esperado que Sailor Moon participara en el Torneo, mucho menos que ganara.

-Una vez más. Healer pensó, fijando su mirada en el lejano balconcillo donde Kakyuu se encontraba. –Eres opacada por Sailor Moon.

La mujer que había salvado el Universo del Caos, mientras que Kakyuu-Hime todavía era considerada una cobarde al haber huido de Sailor Galaxia.

Esta victoria—al apoyo de Kinmoku con una forastera—debía calar.


[+][+][+]


"¡POR SAILOR MOON!"

Las serpentinas tronaron por el salón de fiestas.

Usagi sostuvo su redondo rostro en emoción, aceptando las porras de sus amigas con toda la dicha posible. De pie, Seiya observó a cierta distancia, sonriendo con la ferocidad que Usagi atacaba los bocadillos especiales que Kakyuu había mandado en obsequio especial por su victoria.

La mesa de la reunión era compartida por las amigas de Odango, Shingo, Sailor Star Developer, Sailor Star War, y Sailor Star Rage. La única excepción fue Sailor Star Chaser, quien estaba en turno de supervisar actividades en el palacio.

Yaten, en su identidad civil al igual que Seiya, se le unió en su refugio. "Deberías cuidar que esas chiquillas no se tomen el vino como jugo de naranja."

Seiya miró el atuendo de Yaten con curiosidad. "Me sorprendes. Pensé que esta noche estarías más ocupada que nunca."

"Las preparaciones de la boda están listas. No hay mucho que podamos hacer ya. Sólo esperar a que amanezca." Yaten tenía su propio coctel en sus manos. Su vestido perteneció a la moda de Kinmoku, dejando sus atuendos raros de Magnus bien guardados. Seiya nunca lo diría, pero sintió nostalgia al ver a Yaten en ropas que con la que si sentía unidad patriótica.

Cuando su pseudo-hermana volteó su cabeza de perfil, la mirada de Seiya notó algo singular. Una rosa blanca acomodada en su oreja derecha. Huh, si su memoria no le fallaba…

"Lo mismo puedo decir de las Chibi-Starlights. Han trabajo duro desde que comenzaron los preparativos. Mañana será una locura. Pensé que sería una buena idea dejarlas tomar un descanso."

Seiya sonrió, queriendo comunicar apoyo. "Pensaste bien. No serviría de nada tenerlas cansadas y sin energías para el gran evento."

Yaten bajó su mentón, succionando del popote de su cóctel.

Seiya aclaró su garganta, sintiendo que debía elaborar. "No hemos tenido tiempo para conversar como antes, pero—lo digo en serio. Haz hecho un gran trabajo, Yaten. Haz cuidado de nuestra Princesa de manera admirable, en nuestra ausencia."

"¿A ti, qué mosca te pico?" Yaten le sonrió. "¿Estás sintiéndote nostálgica?"

Seiya se encogió de hombros. Su mirada regresó a Odango, tomando shots de yatziie con Sailor Developer. Santo Kami-sama. "Tal vez. No puedo evitar sentir que a partir de mañana…"

"¿Todo cambiará?"

Seiya asintió. "No confíes en Magnus, Yaten."

Yaten se mantuvo en silencio, optando por neutralidad. Era lo indicado, lo más correcto. Aun así, la etiqueta sacó a Seiya de sus cabales.

"¿Qué no ves lo que le pasará al planeta, cuando el Príncipe Frihét tenga poder sobre nosotros?"

"¿Sobre nosotros?"

Seiya gruñó, con el tono irónico de su compañera. La distinción le dolió. "Vamos, no me digas que tienes la cabeza metida bajo la arena, al igual que Kakyuu."

"¿Qué debería hacer en tu sabionda opinión, eh? ¿Ir con Kakyuu-Hime y ordenarle que no se case? ¿Encerrarla en los calabozos? ¡Oh, ya lo sé! ¿Por qué no meto al Príncipe Frihét en una celda? Eso de seguro sellará mi destino como traidora a la Corona."

"De acuerdo." Seiya bufó. "Capto tu punto."

Yaten le arrojó el pequeño paraguas de decoración que había vestido su coctel. "Excelente. Taiki estaría orgullosa de ti, si pudiera estar aquí. Por fin, Seiya Kou acepta la opinión de otros sobre la suya; un verdadero milagro."

"Podría hablar con Kakyuu de nuevo." Seiya pensó en voz alta. "Posiblemente, esta vez podría convencerla de no hacerlo—"

"Seiya, ni lo pienses." Yaten se le acercó con pasos vertiginosos, susurrando con ferocidad. "No me pongas en la situación incómoda de arrestarte si acabas con la paciencia de la Princesa. Si usas este tipo de tácticas de sabotaje contra Magnus, podrías ser considerada una traidora."

Seiya reconoció la emoción resplandeciendo de los ojos esmeralda. Miedo. Verdadero miedo. "Yaten…"

"¿Dices que confías en mí? Demuéstralo. Toma mi palabra cuando te digo que tengo todo bajo control."

Tragando saliva, Seiya bajó su rostro. No era su naturaleza. Ni ser pasiva. Ni permanecerse a distancia, mientras sus seres queridos pasaban complicaciones. Cuando había soñado con ser liberada de su puesto para tener una vida con Odango, nunca esperó ese anhelo serle tirado en la cara con venganza. "¿Sabes? Fue Taiki quien sugirió que viajáramos a Kinmoku en estas fechas. Dijiste el otro día que Taiki no sabía de la boda de Kakyuu-hime, pero yo creo que sabe aún más de lo que cualquiera de nosotras sospechamos."

"Maldición, Taiki." Yaten suspiró. Para la sorpresa de Seiya, una diminuta sonrisa curveó el rostro de la mujer. "¡Uy! Y yo que creí que estaba siendo lo suficientemente discreta en mis visitas. ¡Debió haber hackeado mi computadora mientras dormía!"

Ambas compartieron una risa, sabiendo bien las tácticas sucias de su amiga.

"Lo más seguro." Seiya susurró. "Recuerda, en este mundo—"

"No existen las coincidencias." Yaten imitó con tenor exagerado, según ella imitando a Taiki. Ambas rieron tan fuerte que acabaron apoyándose de la pared con más ímpetu.

Se sintió bien. Reír juntas, como antes.

Secando pequeñas lágrimas del nacimiento de sus ojos, Yaten golpeó su hombro contra el de Seiya. "¿Quieres hablar con alguien? ¿Qué tal tu madre? Eso definitivamente ayudaría. Con todas mis responsabilidades, no tengo tiempo para su tonta rebelión."

Seiya hizo una mueca inmediata. "A estas alturas, deberías saber que las Sang Froid somos gente muy obstinada. Severina no dejará de defender su causa hasta que Kakyuu y ella dejen de lado sus diferencias y puedan negociar un punto medio."

"¿Qué sugieres? ¿Que las encerremos en una habitación hasta que se dirijan la palabra?"

"Mmm. Podría funcionar."

"¡Aww, mi vestido!" El alarido de Odango rompió su concentración. "¡Shingo, te voy a matar!"

"Fue sólo una gota, Usagi. No es para tanto."

"¡Sí, es una gota de jugo rojo sobre mi vestido blanco!"

"Usagi-chan, tranquila. Ya tuvimos mucha pelea por hoy." Makoto-san intervino antes que Seiya lo intentara. Sabiamente, le retiró el vaso de shots de su mano. "Creo que ya tuvo suficiente, jovencita."

Odango abrió su boca para mostrar objeción—

—Terminó eructando.

Las carcajadas explotaron en la mesa. Shingo-kun se rio tanto que cayó de su asiento. Yaten fue disparada en otra ronda de risas a su lado, y Seiya frotó su sien con simpatía. Notó la ausencia de Haruka-baka en la mesa y caminó para reemplazar el asiento.

"Odango, no hagas pucheros. Te advertí que no tomaras más de dos copas de cada licor. Son mucho más fuertes que los de la Tierra."

El rostro de Odango estaba completamente rojo. Una señal obvia de su estado de embriaguez. La chica rio con tono avergonzado al ser regañada, pero no lució arrepentida. "¡Pero, Seiya, estoy festejando!"

"¡Al paso que vas, no podrás levantarse mañana con la enorme resaca, Bombón!"

"Seiya tiene razón, chicas." Ami-chan no fue excepción del tono rojizo de su propio rostro. Quién la viera. ¿Desde cuándo tan aventurera? "Deberíamos irnos a descansar, ya es tarde. Ha sido un largo día."

"Amiiiii." Usagi chilló. Luego, al ver que su hermano no dejaba de reírse de ella, le pellizcó una costilla. "¡Oi! Ya fue suficiente, ¿no crees?"

"¿Todas las terrícolas son así?"

Seiya parpadeó, tornándose a Sailor Developer. El acento marcado de Kinmoku todavía era algo de lo que la Star Senshi no podía deshacerse, al poner en práctica sus clases de japonés.

"¿Así como? ¿Escandalosas? ¿Irreverentes?"

"¿Hermosas?" Odango brincó en la conversación. Literalmente. Golpeó la mesa con sus renovadas energías. "¿Sumamente inteligentes? ¿Poseedoras de un excelente sentido del humor?"

Con una gota de sudor corriendo por su cabeza, Seiya peló los ojos. "Wow, Bombón, no seas tan humilde."

"¡Sailor Star Developer, apenas has probado tus bocadillos! No seas tímida, necesitar divertirte más. Vamos, anda, prueba este de chocolate…"

"Usagi, basta." Makoto jaloneó de su amiga con delicadeza, riendo con nervios. "Deja a la pobre de Developer."

"Me refería a…" Developer se dirigió a Seiya por segunda vez consecutiva. Seiya hizo un gesto para alentarla a continuar. "¿Son todas las terrícolas así de aptas para el combate?"

"¡Uuuuh, y no has visto nada!" Usagi, de alguna manera había terminado en el regazo de Makoto, con la cabeza colgando de sus piernas. Cuando le habló a Developer, lo hizo viendo todo al revés. "¡Todavía no conoces a Sailor Mars, quien puede manipular el fuego, ni a la majestuosa Sailor Neptune!"

"¡Usagi, te vas a marear!"

"¡O a Sailor Pluto! Ella puede detener el tiempo, ¿sabes? Claro, sólo lo puede hacer una vez…"

Detrás de Usagi, Hotaru asintió solemne, haciendo mímica de la línea "O ella muere."

"Usagi, deja de acosar a mis chicas." Yaten por fin se añadió a la mesa. "Es hora de ir a dormir, Señorita Dinamita." Ayudó a Makoto a enderezar el cuerpo de Odango. "Kami-sama, ¿quién diría que tenías tan poca tolerancia al licor?"

"¡Yaten-chan!" Odango se abalanzó de la mujer como si no la hubiera visto en cien años. "¡La linda Yaten, jijiji!"

"Ahora sí sé que esto es grave." Seiya quejumbró, exagerando un puchero mientras se ponía de pie. "El día que Odango coloca Yaten con linda en la misma oración, sin acordarse de mí, es porque el fin del mundo se acerca."

Usagi dejó salir unas risillas desde los brazos de Yaten. "Todas las Starlights son lindas para mí. Linda Taiki… Linda Yaten… Linda Seiya… Tan valientes… Me cuidaron hasta el final…Peleamos juntas y me enseñaron a no perder la fe…" Un bostezo interrumpió sus ebrias meditaciones.

Seiya sintió su pecho ablandarse. Al compartir una mirada con Yaten, tuvo la certeza que la sensación fue compartida. Yaten había rodeado sus hombros con un brazo de Odango, sosteniéndola de la cintura. Cuando la cabeza rubia se apoyó en su hombro, Seiya se encargó de apoyar el costado apuesto, vulnerable, de su novia.

"De acuerdo, Odango. Muchas emociones fuertes por hoy. Hora de llevarte de regreso a tu alcoba."

"Las quiero a las tres." Usagi susurró, solo al alcance de las orejas de Seiya y Yaten. "Mis pequeñas lindas estrellas fugaces…"

"Adiós, Usagi. ¡Descansa!" Ami-chan se despidió con dulzura. Makoto y Hotaru-chan ya se encontraban recogiendo los cubiertos y los vasos de la mesa para dejar el salón limpio por la mañana. Shingo jugaba a peleas de brazo con Sailor Rage, muy difícilmente ganándole, pero metiéndole mucho empeño.

Momentos posteriores, Seiya y Yaten caminaron por los pasillos que conocían al igual que las palmas de sus manos. Odango, adormilada, se acurrucó entre ellas, suspirando con gusto.

"A veces veo atrás, y me cuesta creer todo lo que transpiró en la Tierra."

"¿Oh?" Seiya dobló su perfil, sin dejar de caminar.

Yaten tenía la ligera iluminación de las antorchas a su favor. Las sombras ayudaron a esconder su expresión. "¿Cómo puedes extrañar un lugar que te causó tanta soledad y miseria?"

"No todo fue malo, Yaten." Seiya hizo memoria de todas sus aventuras de ídolos y no pudo evitar sonreír. "Sé que te divertiste, no lo niegues. ¿Recuerdas la ocasión en la que me disfracé del monstruo de lodo para asustar a las muchachas en su campamento?"

Como ese recuerdo, había muchos otros. Y no era coincidencia que la mayoría de ellos involucraran a las Inner Sailors. Como decía Taiki, las coincidencias no existían. Había sido por esa amistad forjada entre ellos, que cada una de las Sol Senshis se habían sacrificado para salvarlas frente a Galaxia.

¿Cómo no sentir humildad, entonces? ¿Cómo no honrarlas, al escuchar su petición de cuidar de Sailor Moon?

Mantener a Sailor Moon a salvo había llevado a la derrota del Caos. Todo apuntaba a haber estado interconectado.

"Hai, me divertí." Yaten murmuró.

Al llegar a la puerta de la alcoba de Seiya, Odango fue cedida a su cargo.

"¿Yaten, pasa algo?"

El rosal de Yaten adoptó una tonalidad rojiza por las llamas de las lámparas. Seiya se ocupó de abrir la puerta, pero con un ojo todavía en su amiga.

"Nada ha cambiado ¿me escuchas? Todavía puedes platicarme lo que desees. Si te sientes abrumada…"

"Amo a mi Princesa, Seiya."

Seiya dejó la puerta entreabierta. "Lo sé. Todas nosotras la amamos."

"No, baka." Yaten levantó su rostro, intercalando sus miradas. Su expresión fue una escultura de piedra. "Escucha otra vez lo que te digo."

Seiya apretó su quijada. "Yaten—"

"No pongas esa cara, no es como si pensara que fuera a cambiar algo. Sólo quería… Sólo quería decirlo en voz alta. Tan siquiera una ocasión."

"…voz alta…" Odango suspiró en su pecho.

Seiya no supo cómo reaccionar. Había tenido sus sospechas. Taiki también. Mucha de la dependencia emocional que Healer tenía con Kakyuu no era sana; lo más lógico había sido suponer que…

"¿Estás segura?"

"¿Nani?"

"Quiero decir—"

"¿Cómo no puedo estar segura de mis propias emociones?"

"Porque mucho desconcierto conlleva toda clase de emoción, Yaten. Puedes tener una idea de lo que debes de sentir por una persona, y lo que en verdad sientes. A veces, es más seguro aferrarse a la idea, que pensar en otros escenarios."

"No soy como tú."

Seiya se congeló, dolida por la sentencia. Tan segura de sí misma, la ingenua Healer. "Tienes razón. Tú eres más testaruda."

Los puños de Yaten se apretaron tanto que Seiya los escuchó tronar. "Increíble. Es definitivo que sólo puedes pensar en tu propio ego, incluso ahora."

"Yaten, no se trata de mi ego—"

"¡Fighter! ¡Sailor Healer!"

Sailor Chaser subió las escaleras del Ala Este de manera urgente. El eco de su grito fue tan resonante que perturbó la siesta de Usagi.

"Chaser, ¿qué sucedió?" Yaten le dio la espalda al recibir la Chibi Starlight. Chaser luchó por recuperar su aliento poniéndose en cuclillas.

"Se trata de—Sailor Fighter, su madre ha sido capturada."

La sangre de Seiya corrió en frío. "¿Qué diablos dices?"

"Acaba de suceder justo ahora, fue detectada intentando infiltrarse por las cloacas subterráneas del Palacio. Ha sido arrestada y puesta en custodia del Imperio de Kaito."

Seiya sintió a Odango comenzar a despertar. "¿Pues qué están esperando? Tenemos que liberarla."

"Seiya." Yaten le frenó físicamente, colocándose entre Chaser. "Espera. Si fue arrestada, hay que revisar bajo qué cargos primero—"

"No tengo tiempo para el protocolo, Yaten." Entró a la alcoba, porque el peso de Odango convertía la conversación en algo incómodo y casi cómico.

"¡Seiya, ocupas pensar de manera racional!"

Dejó a Usagi en su cama compartida, cubriéndola con la manta que la misma joven había empacado de la tierra. Usagi quiso despertar en un par de ocasiones; Seiya la arrulló suavemente de regreso a la inconsciencia. No la quería involucrada. En nada de esto.

Seiya ignoró a Sailor Healer y sus intentos de detenerla. Rodeó su cuerpo físicamente al querer salir de la alcoba, su disposición fría. Se dirigió directo con Sailor Star Chaser.

"Llévame a dónde se encuentra."

Chaser tragó saliva de manera visible. Seiya no podía imaginar la tormenta de su rostro para intimidar a la Senshi así. "Kakyuu-hime prohibió tu presencia en la Torre de la Tempestad."

-¿Qué diablos? Seiya se obligó a mantener la compostura. "Y aun así viniste a avisarnos de lo que sucedía. Si te vas a rebelar, Chaser, hazlo bien."

"Seiya, te lo advierto. Si te involucras, no podré protegerte."

Magia la envolvió de pie a cabeza, convirtiéndola en Sailor Star Fighter. "Tarde o temprano, deberás escoger un lado, Healer. Se han acabado los juegos de niños."

Fighter conocía la autonomía del Palacio porque ella misma había contribuido a su reconstrucción. No había esquina que Fighter no hubiera recorrido ya. La Torre de la Tempestad era la cárcel para toda persona que rompiera decretos Reales. Fighter no necesitaba en verdad la ayuda de Sailor Chaser, ni los consejos inútiles de Sailor Healer.

Se dirigió directo a la Torre de la Princesa.

"¡Sa-Sailor Fighter!" El tonto de Erii-san fue el primer filtro de seguridad. Indicó que había estado en su camino de regreso a sus propios aposentos, apenas y dando el primer paso afuera de la alcoba Real. "¡No deberías estar aquí!"

Por fin, Fighter tuvo la satisfacción de sentir su puño romperle su maldita nariz.

Los guardias se pusieron a la defensiva al ver el ataque directo. Encumbraron sus lanzas en preparación. Tres contra uno.

Fighter sonrió. Se había enfrentado con peores probabilidades.

"¡Fighter!"

La lucha no fue prolongada. Los guardias eran lentos; para nada a la par con el poder de una verdadera Starlight.

"¡Fighter, ya es suficiente!" Erii gritó a sus espaldas. Cuando Fighter noqueó a los guardias y se tornó el Canciller, notó sangre correr libremente por su rostro. "Esta no es la forma de negociar con el Imperio. Estás siendo presa de tus emociones—"

"No tienes idea." Fighter escupió al piso, en parte sangre propia. "Lo que he pasado para llegar aquí. Pero, ella la tiene." Con su mentón apunto a los interiores de la alcoba. "Y que, aun así, cruce esta línea conmigo… Es una bajeza."

"Severina Sang Froid será detenida sólo hasta que la Boda transpire sin incidentes—"

"¡No me importa esa maldita boda!"

"¡Canciller!"

Detrás de Erii aparecieron Sailor Star Developer, Sailor Star Healer y Sailor Star Chaser.

"Star Senshis, por decreto Real, Kakyuu-hime ordenó que cualquiera que intentara intervenir en el aprisionamiento de Sang Froid sería arrestada. Sailor Fighter no sólo me ha atacado, sino a los miembros de la Guardia Real."

"Demonios, Fighter." Healer siseó entre dientes, observando los cuerpos desmayados de los guardias.

Fighter golpeó sobre la puerta de la alcoba. "¡Kakyuu-hime, déjeme entrar!"

"¡Fighter, aléjate de la puerta!" Healer insistió.

Un campo de energía surgió de la puerta, quemando la textura de sus guantes ante el efecto de su activación. Sus yemas ardieron. Incrédula, Fighter gruñó contra la superficie. "Kakyuu"

El zumbido del campo de protección dio suficiente respuesta.

Fighter retrocedió un paso. "Te has convertido en tu más grande temor."

Aprovechando la vulnerabilidad de su posición, sus brazos fueron jalados detrás de su espalda con el propósito de someterla. Healer fue dura al esposarla, e inexorable en el consiguiente decreto:

"Sailor Star Fighter, quedas bajo arresto."


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Fin de Parte vii.

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NdA: Esto ya parece Game of Thrones. ¯\_(ツ)_/¯ No me maten, partí este capítulo en dos partes por el tamaño, la siguiente parte ya viene. Paciencia.