"Todos Quieren (Gobernar El Mundo)."

Por B.B. Asmodeus.


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Parejas principales: Kou Seiya (Sailor Star Fighter)/Usagi Tsukino (Sailor Moon). Pre-Kou Yaten (Sailor Star Healer)/Haruka Tenoh (Sailor Uranus).

Parejas secundarias: Menciones de Haruka Tenoh (Sailor Uranus)/Michiru Kaioh (Sailor Neptune).

Personajes originales: Severina Sang Froid (Moira - Sailor Átropos), Príncipe Skýrr "Sky" – El Arquitecto, Rey Frihét, Sailor Star Chaser – Kou Siggy, Sailor Star Developer - Kou Helga, Sailor Star War – Kou Lena, Sailor Star Rage – Kou Brunilda "Bryn", Canciller Erii Gierd, Condesa Schnee Sang Froid, Láquesis (Moira – Identidad de Senshi desconocida).

Rating: Mature. H/M (het) & M/M (yuri).

Categorías/Advertencias: Realidad Alterna. Humor, Romance, Drama, Wing!Fic, Acción/Aventura, Lemon, Yuri, Yaoi, Het, Horror, Lenguaje ofensivo, Temas bélicos.

Advertencia especial del capítulo: a) Violencia gráfica. b) Muerte de personaje secundario.

Sinopsis: "¿Qué haces aquí?" "Ya lo preguntaste." Cosmos se burló con crueldad. "¿Disfrutando de tus vacaciones?"

Dedicatoria: Ustedes no lo saben, pero este fic no continuaría si Jinki Asgra no me jalara las orejas. Esos son los mejores amigos.

Nota Importante: En esta parte de la saga, me comprometí a dar Tres Grandes Revelaciones durante el transcurso de la historia (y no, no se trata del papá del bebé de Rei xD.)

Una revelación se abordará en este capítulo, referente al árbol genealógico de Yaten. He dejado pistas de esta revelación desde aquel One Shot "Forastera" y en capítulos anteriores de este fic. ¡Severina lo mencionó mientras coqueteaba con Haruka en el rio! Yo que ustedes me pondrían a encontrar esas pequeñas pistas, jijiji.


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Línea del tiempo:

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Capítulo i (Día 1): Llegada a Kinmoku.

Capítulo ii (Día 2): Desayuno con los Senadores de Kinmoku/Magnus + Preparaciones para el baile.

Capítulo iii & iv (Día 2): Baile en el Planetarium.

Inicio de Capítulo iv & v (Día 2 / Día 3): Investigación de Healer y Uranus + entrenamiento de las Inners para el torneo.

Capítulo vi (Día 4): Torneo.

Capítulo vii (Día 4): Torneo & Arresto de Fighter.

Capitulo viii (Día 5): Boda de Kakyuu / Golpe de estado en Kinmoku. (Estás aquí.)


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Traducciones – Idioma estándar del Sistema Solar Kaito:

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¡ARRE-HINJ!= ¡PROTEJAN AL REY!

¡Diu le senten, Gurii Rubil!= ¡Da la orden, General Rubil!

¡Ope na din ga!= ¡Que abran las compuertas de la Capital!

Saline aros Contness= La Condesa se encuentra aquí.

¿Sadede ano gi, heir?= ¿Sucede algo, Hermano?

Nay. Jou ton, mi Hinj= No. Sólo pensando, mi Rey.

Tas ol' nis= Tiene que ser esta noche.

Cintero ne= Considéralo hecho.


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Glosario:

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Sistema M.I.T.E.R.A. / M.A.D.R.E.: Sistema de seguridad de Kinmoku, consistente en un campo protector de energía. Abarca el 75% de la Capital, desde el Distrito ELEKTRA al Distrito ASTEROPE. Su nombre es inspirado en el griego de la palabra "madre."

1er Anillo – Distrito ALCYONE: Demarcación de la primera población dentro de la Capital de Kinmoku. Mayormente un asentamiento militar formado por la Guardia Real, producción, y compra/venta de armamento para Distritos fuera de la Capital. Este distrito se encuentra apegado a las Murallas Norte de la Capital.

2do Anillo – Distrito MAIA: Demarcación de la segunda población dentro de la Capital de Kinmoku.

3er Anillo – Distrito ELEKTRA: Demarcación de la tercera población dentro de la Capital de Kinmoku.

4to Anillo – Distrito TAYGETE: Demarcación de la cuarta población dentro de la Capital de Kinmoku.

5to Anillo – Distrito CELAENO: Demarcación de la quinta población dentro de la Capital de Kinmoku.

6to Anillo – Distrito MEROPE: Demarcación de la sexta población dentro de la Capital de Kinmoku. Asiento del Sistema Educativo de la Capital de Kinmoku.

7mo Anillo - Distrito ASTEROPE: Asiento de la Monarquía de Flores Doradas del Planeta Kinmoku.

Palacio de Flores Doradas: Corazón administrativo y político de la Monarquía de Kinmoku. Localizado en el distrito ASTEROPE.

Catedral del Cielo: Catedral de más grande importancia para ceremonias Reales. Localizado en el distrito ASTEROPE.

Nota: todos los títulos de los distritos son inspirados en los nombres de las Pléyades de la mitología griega.

Nota #2: Los nombres civiles de las Chibi-Star Lights son inspirados de los nombres de las Valquirias de la mitología noruega. Agregué el prefijo "Kou" como una confirmación de su estatus, al igual que Taiki, Seiya y Yaten.

Disclaimer: Por último, Bishoujo Senshi Sailor Moon no es mío, sino de Naoko Takeuchi. *sniff* Ni tampoco la idea y utilización de los portales "Stargate." Son propiedad de MGM, creados por Brad Wright, Jonathan Glassner y Robert C. Cooper. Yo sólo los tomaré prestados porque son super mega geniales y mi amor por Stargate Atlantis nunca morirá.


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xi.

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"Es lo más valiente que podemos hacer esta noche

Mirar a la verdad en la cara."

- Sansa Stark, Game of Thrones, 8x03 "The Long Night."

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"¿Qué haces aquí?"

"Ya lo preguntaste." Cosmos se burló con crueldad. "¿Disfrutando de tus vacaciones?"

"Ami dice que responder una pregunta con otra pregunta es una—"

"Evasión." Sailor Cosmos terminó por ella. "Lo sé, soy tú, tonta. Tú eres yo, yo soy tú, bla-bla-bla. Así que, si yo estoy evadiendo, estás evadiendo."

Usagi parpadeó completamente confundida. Sostuvo su cabeza, admitiendo que pensar en esos términos resultaba algo complicado. Y Usagi no buscaba complicarse la vida en estos momentos.

Deseó porque Salior Cosmos desapareciera.

Cosmos permaneció en el comedor, aunque un sombrero de payaso apareció sobre su cabeza.

"Buen truco." Cosmos se retiró el sombrero para examinar el objeto. "Sigue practicando."

"Sal de aquí. ¡Aléjate de mí! ¡No perteneces aquí, estoy con mi familia!"

Cosmos se levantó. "Oye, mira. No vine por gusto, amiguita. Tu fuiste la que me jaló a este lindo episodio de la Familia Feliz."

"No te permitiré lastimarlos." Usagi empuñó sus manos, tomando pasos adelante. "No te permitiré lastimar a Shingo de nuevo, ¿oíste?"

El rostro de Sailor Cosmos fue una réplica exacta de la fría disposición que Usagi había conocido en aquella dimensión alterna. Era el más temido producto de sus pesadillas, ahora de pie, aterrorizándola una vez más.

"'Siempre lastimas lo que amas.'" Cosmos replicó. "Es algo inevitable, ¿no crees?"

Usagi no se frenó, su bofetada hizo eco por el comedor. Un momento de silencio se alargó entre las dos.

Luego, Cosmos rotó su rostro de vuelta hacia Usagi, su palma todavía sobando el golpe. "Ah. Por eso estoy aquí."

Cuando el escenario cambió, no fue bajo el control de Usagi. De repente, la nueva residencia Tsukino se transformó a un parque muy familiar de Juuban. Al reconocerlo, Usagi cubrió su rostro, comenzando a murmurar negaciones.

"Me asocias con lo que más odias de ti misma. O al menos, con lo que te causa más culpa y miedo… Bueno, recordemos que sí maté a todas tus amigas y a tu planeta, después de todo. ¡Pero aquella Sailor Cosmos era claramente una psicópata! ¡Nada que ver con nosotras!"

Usagi le dio las espaldas al paisaje del lago en el que un día, había tenido la cita con Mamoru en uno de los botes. Una cita muy singular, con niñas de cabellos rosados aterrizando sobre la cabeza de Usagi para interrumpir su beso con su novio.

"No encontraremos mejor lugar para comenzar, en mi opinión." La voz de Cosmos susurró, más cercana a su oreja que antes. Usagi percibió una mano ajena apretar su hombro en solidaridad. "¿Qué puede suceder si la ves? ¡Estás comprimiendo todos los recuerdos de ella tanto que tu mente está frita con el esfuerzo!"

"¡No! No quiero verla."

"¡Es sólo una niñita!"

-Era más que eso. Culpa se manifestó como una soga alrededor del cuello de Usagi, apretando y apretando. Había transcurrido tanto tiempo desde que se había permitido pensar en la joven…

"Chibi-Usa era la cúspide de un dulce sueño." Una rara compasión se coló por la voz de su enemiga. "Pero aquel sueño eventualmente pereció con el tiempo y todo se volvió complicado. Forzado, de alguna manera, ¿no crees?... ¿No es eso lo que te causa culpa en realidad?"

Lentamente, Usagi destapó sus manos. Inspeccionó sus manos con cuidado. Vestía el anillo de compromiso de Mamoru en su mano izquierda. Un anillo ni siquiera en su momento había reconocido con tal significado. Mamoru había sido hermético hasta para dejar las cosas claras antes de su viaje a EU. ¿Por qué? ¿Por qué Mamo-chan no había podido ser directo y más abierto con lo que quería con ella?

"Quizás él también se sentía forzado." Usagi parpadeó con la noción ofrecida. "Quizás por eso quiso ser ambiguo con sus intenciones… ¿Por qué se fue a Estados Unidos, si sabía que se convertiría en Rey a tu lado? ¿Un año, alejados, en serio? No es el novio más considerado del bonche, ¿eh?"

"Quería cumplir su sueño."

"Pudo haberlo cumplido en Japón, como lo está haciendo justo ahora."

La soga alrededor de Usagi se aflojó.

Era… verdad.

"Será un año." La escena cambió. Cuando la voz de Mamoru se manifestó, Usagi estuvo en el lugar de su ser del pasado, mirando a Mamoru directo a los ojos en el puente del parque. "La Universidad de América me patrocinará una beca completa durante mi estancia en su Facultad de Medicina. Es una gran oportunidad que no me puedo perder."

Usagi leyó entre líneas a lo que Mamoru quería llegar, justo cómo cuando había sucedido años atrás. -No me pidas que me quede, Usako. Dime que está bien que me vaya.

"Te escribiré todos los días." Se suponía que debía ser la siguiente línea saliendo de Usagi. Las palabras se atascaron, sin embargo.

"Me sentiré terriblemente sola. No mentiré, Mamo-chan. Será muy difícil para mí. Aunque tampoco deseo interponerme en tu sueño."

El entrecejo de Mamoru se frunció con el cambio del diálogo original.

Lo que Usagi había deseado decir en verdad en aquel día, encontró alivio, por fin. "Tendré a mis amigas, claro. Haré mi mejor esfuerzo para ser fuerte, te lo prometo. ¡Pero te extrañaré todos los días! ¿Qué se supone que debo hacer un año sin ti? ¡Soy sólo una jovencita de dieciséis años! ¡No puedes esperar que esté lista para dejarte ir tan rápido, cuando acabo de recuperarte!"

"Usako—"

"Siento que estoy en un ciclo constante contigo… justo cuando creo tenerte en mi alcance… tú vuelves a poner distancia entre nosotros, Mamo-chan. ¡¿Por qué?!"

Fue tanto su fervor, que empujó del pecho de Mamoru para obtener respuestas. El recuerdo de su antiguo novio se mostró totalmente sorprendido con el asalto. Atrapado. El hombre resopló por sus narices con incredulidad, optando por voltear hacia el paisaje que tenían alrededor. De nuevo, otra evasión.

"Tengo miedo."

Los ojos de Usagi se engrandecieron.

"Tengo dudas."

Usagi cubrió su boca, estremecida.

"La presión es demasiada, Usako. Todo el tiempo."

"No. Esto no fue lo que me dijo aquella ocasión…" Usagi susurró para sí.

"¡Todo está fuera de mi control—mi destino, mi futuro, y mi pasado! ¿Me puedes culpar por querer tomar control de mi presente?"

"Es lo que no quisiste ver la primera vez, querida Coneja." Cosmos apareció a espaldas de Mamoru, invisible para sus ojos. "Las señales allí estuvieron. Estabas demasiado enamorada para reconocerlas. Por fin las estás haciendo conscientes y claras, y así es como ahora, estás escuchando lo que probablemente Mamoru Chiba quiso decirte sin palabras, sino con sus acciones y comportamientos."

"Oh, Mamoru." Una lágrima acarició la mejilla de Usagi con empatía. ¿En verdad Mamoru había compartido sus incertidumbres? Aunque un año en adelante a cuando Usagi se viera víctima de sus propias inseguridades, Mamoru parecía indicar que sí. "¿Por qué nunca podías decirme lo que en verdad sentías y ya? Eres tan cerrado…"

Las diferencias entre ambos nunca se sintieron tan marcados, como en ese momento de epifanía.

"Nos amaba." Cosmos lució embelesada con la figura del hombre, enamoradiza de una manera en la que la misma Usagi ya no se sentía. "A su propia forma. No significa que fuera la correcta, supongo."

Justo cuando la palma de Cosmos acarició el flequillo de Mamoru, risueña, Usagi sintió su cuello suavizarse con aliento renovado. Dentro de ella, siempre sentiría algo por el hombre. Un tesoro de antaño guardado como una reliquia. Usagi siempre había querido cuidarlo, proveerle de lo que Mamoru había perdido desde pequeño: una familia. Calor, cariño, compañía. Por momentos, Mamoru se había mostrado contento con la atención, y su amor por Chibi-Usa había sido la más contundente evidencia de su amor por Usagi. Un final feliz, que eventualmente alcanzarían.

Eventualmente.

Dejando el presente, al completo aire, descuidado. Porque, aunque Usagi siempre había deseado proteger y cuidar a sus seres queridos, Mamoru nunca había sido enteramente recíproco en sus esfuerzos. Como Cosmos lo dijo, el hombre la había amado a su manera—ayudándola en momentos cruciales cuando el destino de la Tierra había estado en juego.

¿Pero, había sido suficiente para Usagi?

De repente, ambos estaban en el aeropuerto. Usagi observó la escena desde afuera, una espectadora melancólica, viendo a sí misma sonrojarse cuando Mamoru le colocó la sortija de corazón. Aquella Usagi se colgó del brazo de su novio, volando alto en la adrenalina y en el amor adolescente.

Algo que Usagi no había notado la primera vez que había experimentado la escena, había sido la conmoción en su periferia. En dirección contraria a la que la pareja se dirigía, de las escaleras eléctricas, un grupo de fanáticas eran empujadas por tres ídolos muy familiares.

"¿Nani?" Usagi, a lo lejos, se sintió sorprendida con la revelación. ¿Cómo se había perdido esto, la primera vez? "¡¿Seiya?!"

No sólo eso.

Mientras Usagi había tenido ojos solo para Mamoru, en el momento que cruzaron camino con Seiya Kou, el joven pareció ser electrocutado al pasar de lado a aquella Usagi. Asombrada, Usagi-espectadora observó al ídolo frenarse en seco, virando su rostro hacia la pareja en shock.

Desde el brazo de Mamoru, flanqueó su rostro ligeramente, por un breve instante, conectando su mirada con Seiya.

"¡No, así no fue como sucedió! ¿Cómo puede ser que no recuerde haberlo visto en el aeropuerto?" Usagi continuó observando a la pareja abordar las escaleras eléctricas, mientras que Yaten empujaba a un distraído Seiya para seguir dirigiéndose a la salida, junto a Taiki.

Usagi volvió a sostener su cabeza. "¡Lo recordaría!"

"¿Has escuchado de la palabra suprimir? Muy reveladora." Sailor Cosmos vestía una gabardina esta ocasión, añadiendo misterio a su invasión. En sus manos, succionaba de un slurpee de fresa.

"¿Su…suprimir? ¿Se come? Suena como nombre de un vegetal…" Usagi hizo una mueca.

Cosmos suspiró. "¡Búscala en un diccionario! Por Kami-sama. Así nunca seremos aceptadas en ninguna Universidad…"

"Oi." Ofendida por su propia alucinación, Usagi le robó el slurpee, tomando una gran porción para sí. "Ooooh, siiiii, azúcar. Justo lo que necesitaba. Mi cabeza no deja de dar vueltas."

"¡Porque estás pensando, para variar!"

Usagi se sonrojó. "Suenas como Rei."

"¡Claro! ¡Es la única que nos dice nuestras verdades! ¡Por eso todo regaño que sabes que es fundamentado, lo asociamos con su voz!"

"No me grites." Usagi gruñó a su slurpee. "No soy una tonta."

Otro slurpee, ahora azul, apareció en las manos de Cosmos. La mujer suspiró. "Pero eres lenta."

"¡Entonces, tú también!" Usagi le sacó la lengua. Luego, se volvió pensativa. Recordó su primer encuentro con Seiya en el parque, cuando habían estado filmando aquella novela. "Así que a eso se había referido con su tú eres esa chica. No sólo había estado tratando de actuar como casanova."

"¿No es gracioso?" Sentadas ahora en el CROWN, en lados opuestos, Cosmos estiró sus brazos en la longitud de la cabina. "Siempre que Seiya intentaba ser honesto con nosotras, nos daba miedo porque…"

"…creíamos que sólo quería seducirnos." Usagi frunció su ceño. Sacudió su cabeza de repente, sintiendo nauseas. "¡No, no es cierto! Siempre tuve la sensación de que Seiya era un buen chico. Sólo dejaba que las opiniones de las chicas influyeran en mis propios miedos."

"¿Cuáles miedos?"

Usagi fijó su mirada en la mesa. Se percató del dibujo que había hecho en sus tantas visitas. Dibujos chibis de ella y sus amigas. "Estaba acostumbrada a la personalidad de Mamoru—cerrado, y muy privado. No era usual que diera muestras de afecto espontáneas… Que Seiya fuera tan intenso y sincero conmigo todo el tiempo… Me daba mucho miedo."

"Nos daba mucho miedo." Cosmos enfatizó. "En el fondo… nos gustaba su sinceridad, pero no sabíamos cómo reaccionar."

Calor se reunió en el rostro de Usagi. "Dios. Siempre tan atrevido…"

"Me gusta mucho el resplandor de tu estrella, Bombón." La voz del cantante rozó el ambiente, haciendo a Usagi estremecer con ternura.

Seiya. Oh, su Seiya-chan.

"Amar a Seiya no puede seguir siendo opacado por el pasado." Sailor Cosmos añadió. "Oh, bueno—"

"Un futuro que nunca pasó." Deliberadamente, Usagi removió el anillo de Mamoru de su mano izquierda. Estiró su mano derecha—

—y la dejó en la superficie de la mesa del departamento de Mamoru.

Había voces de fondo.

Chibi-Usa estaba riendo en la cocina, y la voz de Mamoru respondía desde el interior del refrigerador. Olía a galletas. Chibi-Usa estaba burlándose que las galletas de Usagi sabían a concreto, mientras que las suyas, aunque quemadas, sabían mucho mejores.

Cosmos no la acompañó en este recuerdo. Usagi inspeccionó su alrededor con cuidado. Había música saliendo del estéreo de Mamoru. Los usuales libros de Medicina decoraban los anaqueles. En el sofá, había un libro en especial, apartado con un separador. Mamoru había sido interrumpido obviamente, por la visita de Chibi-Usa.

De rodillas sobre la alfombra, Usagi acomodó su rostro sobre sus brazos cruzados. Chibi-Usa perdió significado en sus palabras, más no en la cadencia de su voz.

La extrañaba.

A pesar del constante choque de sus personalidades, de los celos y las peleas constantes por la atención por Mamoru, nada había sido así de querido para Usagi que aquella niña. Admitía que su amor no correspondía todavía a algo tan fulminante como el de una madre a una hija, pero la sensación de hermandad había sido su más fuerte vínculo. La misma Chibi-Usa siempre había sido clara con la distinción. En más de una ocasión, se lo había remarcado.

"¡No eres mi madre todavía, Usagi! ¡No me puedes dar órdenes! ¡Nnnn!"

Usagi sonrió con la irreverencia de la mocosa.

Chibi-Usa le había dado empuje para pasar adversidades, cierto. Su cariño por ella había sido una fuente de fortaleza al igual que el cariño de sus amigas y de su familia—mantenerla a salvo había simbolizado mantener el futuro a salvo.

Oh.

Pero, al final, Usagi había aprendido a seguir adelante por su cuenta, contando en sólo su propia persona. El año sin Mamoru y sin Chibi-Usa no la habían debilitado. La habían fortalecido aún más. Tanta independencia había obtenido, que había sido capaz de tomar una de las decisiones más impactantes de su vida.

"Tal vez algún día nos volvamos a ver." Usagi susurró. "Se que existes en otra realidad y que tu línea del tiempo no fue borrada por entero. Setsuna me dijo que sufrió muchos cambios… Pero estás a salvo, y eso es lo que más me importa. Me alegra que Mamoru haya tenido la oportunidad de despedirse de ti, al menos…"

Sobre la mesa, su mano fue cubierta sin aviso previo, por una más pequeña. "Usagi, ¿qué estás haciendo aquí hablando sola? ¡Dijiste que nos ayudarías a hacer el té! ¡Vamos, anda!"

Usagi sonrió. Se dejó levantar de la mesa.

Valiente, enfrentó a Chibi-Usa y su mal humor.

"¡Uy, olvidé que tenía que comprar leche para el té antes de venir!" Usagi rio con vergüenza, causando que Chibi-Usa rodara sus ojos. "¡Ay, no pongas esa cara! La tienda está cerca de aquí. No tardaré nada, lo prometo."

"Bueno. Pero no se te olvide traerme una caja de Pockys por distraída."

Usagi se dirigió al recibidor del apartamento. Comenzó a colocarse sus zapatillas.

"¡Ha! ¡Cómpratelos tú! Tienes tu propia mesada, no quieras engañarme."

"¡Tacaña!"

"¡Tramposa!"

Chibi-Usa jaló del cuero de su ojo para mandarle una mirada monstruosa. "¡Por lo menos yo sí sé hacer galletas deliciosas! ¡Muaaaaaa!"

Usagi optó por reírse en lugar de prolongar la ira. Su reacción ciertamente tomó a Chibi-Usa desprevenida. "Si sigues jalándote la piel así, te saldrán arrugas."

"¿Huh?" Chibi-Usa parpadeó confundida con su tono de voz, tan tranquilo. "¿Y ahora que te pasa?"

"No, nada." Con la mano en la puerta, Usagi se permitió un último vistazo. "Dile a Mamoru que pueden comenzar sin mí, ¿quieres? Sólo a mí me gusta el té con leche, de todas formas. No se preocupen, sé que se muere por probar tus galletas."

Chibi-Usa la siguió viendo con rareza. "De acuerdo—¿Pero desde cuando llamas a mi Mamo-chan tan formal?"

Usagi le guiñó el ojo. "Regresaré." Una idea se le ocurrió de repente. "Y traeré a una amiga. Alguien muy especial que aún no has conocido. ¿Te parece bien?"

Chibi-Usa le sonrió. "¡Seguro! De seguro a ella también le gustarán más mis galletas que las tuyas."

"¡Insolente!" A risas, Usagi cerró la puerta detrás de sí.

"Wow." Cosmos la esperaba en el balcón del décimo piso, afuera del departamento. "Que hermoso atardecer."

Usagi se tornó al paisaje.

Era el mismo atardecer. El mismo del día cuando había terminado su relación con Mamoru. Usagi cerró los ojos, no pudiendo creer lo que había logrado aquel día, y ahora, lo que podía agregar a la lista de sus mayores retos superados.

"Eso fue… lo más difícil que he hecho. No había dejado de huir del recuerdo de Chibi-Usa desde que…" No pudo ponerlo en palabras. ¿Desde que todo había cambiado? A Chibi-Usa sólo la había visto desde entonces en sus pesadillas. ¿Por qué? Usagi comenzaba a comprender que tal vez ella misma había buscado castigarse de esa forma.

"¿Te sientes mejor?"

Usagi asintió. Esperó que la admisión trajera la culpa de siempre, pero sólo desahogo se liberó de su pecho. Esperanza.

"Muy bien." Cosmos se volteó en su dirección. Tonos anaranjados tintaron su uniforme de Sailor. "Porque lo que sigue será aún más difícil."


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La víspera de una batalla no era nada nuevo para Uranus.

Las razones, fueron otra historia.

Su cabeza no había parado de punzar desde la Torre de la Tempestad. Ni las pastillas de Sailor Mercury, ni los tónicos extraños que una de las doncellas Reales le había ofrecido, había servido para disminuir su dolencia.

Uranus perseveró a gruñidos.

Sailor Star Maker había sabido extraer información militar de la Tierra, porque la artillería de la Guardia Real fue decente. Buenas espadas. Lanzas que adormecían con láser. Escudos individuales, que ensamblados en conjunto, creaban un escudo de duración limitada capaz de cubrir una infantería entera. Hasta las ballestas que Uranus había divisado sobre las murallas, prometían mucho. La baja más notable, sin embargo, fue que Kinmoku no poseía explosivos en su catálogo de armas de defensa, a diferencia de Magnus.

Tendrían que improvisar esa parte.

Ahora Sailor Mercury organizaba a los soldados que se llevarían para la teletransportación. Eran soldados jóvenes, mujeres y hombres. Fighter había mencionado que con la invasión de Sailor Galaxia, habían perecido grandes héroes, y no sólo Star Senshis. Sin otra opción, Kinmoku había recompensado las pérdidas con nuevos reclutas. Algo que Fighter sabía identificar como una posible desventaja. Magnus tenía Generales más experimentados que ellos.

Saliendo de las sombras del exilio que se había aplicado a sí misma por unos momentos, Sailor Uranus esperó a que Mercury y Jupiter dieran la señal para estar listas a teletransportarse. Jupiter ordenaba a los soldados a formar un círculo. El numero seguía reduciéndose. Habían comenzado con quinces soldados, pero según los cálculos de Mercury, no podrían lidiar con un gran volumen.

De esa forma, la experimentación proseguía.

Diablos, ni siquiera se había despedido de Koneko. No había tiempo.

A pesar de ya haber divisado el fuku con anterioridad, cuando un flash de blanco cruzó su periferia, la atención de Uranus fue movida de ángulo.

Uniéndose a la observación de la hazaña de las Inners Senshi, Sailor Star Healer fue acompañada de Sailor Star Rage. Ambas vestían aquellos trajes de combate de tecnología foránea.

La mirada de Uranus fue traicionera; analizando la textura elástica del traje de cuerpo completo con detenimiento. A diferencia del uniforme clásico de una Starlight, la piel no se asomaba por un recoveco, cubriendo a Healer como guante. Las partes más vitales en batalla eran protegidas con placas, sobresaliendo por el torso de la mujer. Por lo menos, el tonto traje serviría para brindarle freno a golpes directo, o combate mano a mano.

Uranus no reaccionó a tiempo; cuando Yaten curveó su rostro en su dirección, sus miradas se conectaron. Uranus fingió un tosido, no entiendo el ardor en sus entrañas.

-Era divertido en el comienzo, pero ya es hora de regresar a la realidad, ¿no crees? Para variar, Uranus reconoció la voz de Sailor Pluto servir de su conciencia.

Sintió la presencia acercarse. Demonios.

La jaqueca empeoró en tiempo récord.

"Perdí la rosa."

Sailor Uranus se forzó a ver a Sailor Jupiter alegar con uno de los soldados.

"En batalla. Creo." Healer añadió. "La verdad, no recuerdo bien dónde."

Hubo una pausa donde Healer obviamente esperó una respuesta. Cuando Uranus sólo ofreció indiferencia, la pauta se volvió incómoda. Sailor Uranus bajó su mirada hacia sus propios botines.

La punta de un botín blanco comenzó a alejarse.

"Dudo que falten personas que quieran compensarte la pérdida."

La bota, lentamente, se volvió a reincorporó a lado de las suyas. "Fue un regalo. Me siento responsable. La ganaste en el Torneo." Un resoplido le siguió. "Y por favor no toques el tema de mis fanáticas terrícolas. Todo lo que quería de ellas, era paz y tranquilidad."

-No era a lo que me refería. Uranus suspiró para sí.

"Ejem." El piso fue rayado con los tacones; delatando incertidumbre. "Por cierto. Quería darte las gracias por no delatarme con Sailor Fighter." En un parpadeo la Star Senshi estuvo frente a Uranus y en pánico, la Outer tensó su cuerpo entero. "Respecto al viaje a Kin-norte… Tengo buenas razones. Es un rompecabezas que todavía no acabo de armar. Se lo contaré pronto, pronto tendré más información para compartirle."

"¿No has pensado en que quizás Fighter tenga las piezas que ocupas?"

El verde de los ojos de Yaten se tiñó de sorpresa.

"Escuchaste al tipo Sky. El Distrito Froid fue vendido tiempo antes del ataque de Sailor Galaxia. ¿Podría ser posible que Sailor Fighter sepa algo al respecto?" Uranus no quería involucrarse. Si tan sólo su boca se uniera al programa. "Es su hogar."

"¡Fighter no haría algo así! Nunca hubiera estado de acuerdo en que Magnus hiciera tratos con su tía. Los odia."

Uranus tenía sus propias predicciones de cómo este asunto volaría en la cara de muchos, pero se recordó Que. No. Quería. Involucrarse. "Infames últimas palabras."

"¿Huh?" Fue obvio que Healer no tenía idea de cómo ajustar el cinturón que cargaba su espada. Los nudos estaban muy sueltos. No aguantarían la entrada a un campo de batalla ni de chiste.

"Dame eso." Uranus jaló del cinturón, y por consiguiente de la cadera de la mujer. -Mala idea. "Sabes usar una espada mejor que hacer nudos, asumo." -Listo. Ahora, aléjate. "¿De qué rayos está hecho este traje?"

Healer hizo pruebas de la seguridad de su cinturón. Lució satisfecha con la ayuda. "Según la propaganda, es la representación del más alto punto de tecnología Magnutista."

"En resumen, no tienes idea."

"Es un arma y puedo usarla. Es lo que necesito saber."

"Sólo no permitas que se cambien los papeles." Uranus no dijo que prefería el fuku real, a este disfraz. Sus preferencias no deberían—¡No debería tener una preferencia en primer lugar! "¿Cómo será posible que funcione con tu estrella interna?"

"Estos uniformes no fueron sólo forjados por el maldito de Frihét. Fueron una combinación de la energía de…" Yaten se dio la vuelta. "Es a los rastros de Kakyuu-Hime a los que me apegaré para canalizar mi propia estrella."

Escuchar el nombre de la fallecida funcionó como el balde de agua helada que Sailor Uranus ocupaba para distanciarse. Las connotaciones regresaron, de lo erróneo que seguir orbitando hacia Sailor Star Healer tenía que ser.

"¡Chicas, estamos listas!"

Excelente. Uranus carraspeó su garganta. -Enfócate en Severina. En vengarte.

Habían escogido el Planetarium como punto para teletransportarse por el espacio libre a su disposición. Así como también por la afirmación de Fighter y de Healer de que el auditorio había sido construido con cristales canalizadores de energía en sus cimientos. Eso podría auxiliar en la teletransportación.

La cifra final de soldados fue reducida a ocho, acomodados de manera circular con cuatro espacios remarcados entre ellos, dejando claro que es donde una Sailor tendría que encajarse. Sailor Rage ya estaba siendo dirigida.

Sailor Star Fighter había negociado con piedra, papel o tijera—Uranus aborrecía ese tonto juego—el derecho de quedarse con Sailor Star Developer en el palacio. Sailor Star Chaser estaba fuera de servicio, y Sailor Star War—A Sailor Uranus honestamente le importaba un rábano su paradero.

Las tres Chibi Sailor Star Lights restantes del equipo estaban perdidas en acción, según los reportes continuos del General Lycus.

Sailor Uranus tomó su posición, extendiendo sus manos para que el sodado de cada lado las tomaran, y ataran el vínculo.

Fighter entró al planetarium justo entonces, Sailor Star Developer y Sailor Saturn flanqueándola en ambos costados. Uranus rodó sus ojos ante la oscura expresión en Saturn. A estas alturas, la adolescente tendría arrugas a los dieciocho años. La chica siempre lucía consternada por cosas imposibles de controlar.

"Sailor Uranus, Sailor Mercury, Sailor Jupiter—les deseo suerte. Sailor Star Healer, Sailor Star Rage, recuerden que el amor por su Princesa y por su gente perseverará sobre cualquier horror a su paso."

"Estaremos listos para recibir a los refugiados. Sólo…" Fighter les aventó un vistazo a todos en conjunto. "Recuerden que el objetivo es bloquear el acceso a Magnus y regresar. No se permitan engancharse en duelo que dilate más allá de nuestra ventana de oportunidad. Yaten."

"¡Ya lo sé! Cualquier anomalía, quemo este maldito traje."

"Bryn, recuérdale a Healer de no lucirse tanto."

Sailor Star Rage mostró la poca probabilidad de ello, con una justificada mueca.

El resto de las manos se vincularon, incluyendo a Sailor Jupiter, Sailor Star Healer y Sailor Star Rage.

"Cierren sus ojos, y procedan a blanquear sus mentes." Mercury indicó. "Debemos concentrarnos en el destino al que queremos ser transportados. Visualicen el lugar."

Así lo hicieron. De tanto estudiar los malditos mapas, la localización estaba tatuada en el cerebro de Uranus. Lo que siguió fue el procedimiento típico de una teletransportación—calor, claridad, unión. La ansiedad de los soldados fue una contaminación para su lazo—las estrellas de Fighter, Saturn y Developer se unieron, prestando de su fuerza—la conexión se volvió pesada, renuente.

"No funcionará"—el murmullo se coló por sus cabezas en sincronía. Healer. Sailor Uranus le empujó, su energía forzándose contra el fuku alienígeno.

-"Ése es tu problema." Uranus proyectó. -"No tienes fe. Esfuérzate más." Su propio cinismo podría resultar hipócrita. Eso no cambiaba que había aprendido a creer en otras personas. Creía en Michiru. En Setsuna. En Hotaru. En sus habilidades como Sailor Scouts.

Creía en su Princesa.

Sailor Moon fluyó por los pensamientos—escenas de batallas pasadas brotaron por sus recuerdos, distintas batallas que, por más oscuras, habían podido ser ganadas.

CalorFusión—

—Transformación.

Al abrir sus ojos, Sailor Uranus se percató de los gritos.

MAIA estaba en llamas.

"¡Shine Aqua Illusion!"

Sailor Uranus reaccionó con instintos bien entrenados, brincando fuera de la línea de fuego. El ataque de Mercury congeló una porción de soldados del equipo opuesto. Aprovecharon la ventaja para reagruparse.

"¡Rápido! ¡Establezcan formación de defensa!" Sailor Uranus les ladró a los soldados. "¡ESCUDOS!"

Los dos bandos estaban en plena batalla. Uranus registró que los portones del Distrito habían sido demolidos, indicando que Magnus ya se había abierto camino a la fuerza. El General estaba enfocando las tropas en detener el asedio directo, detrás de la línea de infantería.

"¡Guíen a la gente hacia los niveles subterráneos, chicas!" Sailor Healer les gritó. Jupiter y Uranus asintieron. Los Guardias Reales les cubrieron las espaldas al movilizarse. De acuerdo con el plan. El siguiente paso de parte de las Starlights sería convencer al General de dar la orden de retroceder a sus tropas. Tenían que ceder paso, atravesar el otro lado del puente, al menos.

"¿Dónde se encuentran los refugiados?"

"¡En las puertas del siguiente nivel!"

"¡ESCUDOS! ¡LANZAS A LA VISTA!"

Jupiter y Uranus apresuraron el paso. Los soldados bajo asedio no eran los únicos también corriendo en busca de escapatoria. Desertores que habían tirado su lanza y escudo en lugar de acatar órdenes, se mezclaron con la muchedumbre. Jupiter, con las pocas indicaciones que había memorizado en idioma natal, enseñó a las personas más vulnerables a dirigirse hacia el final del puente, el punto opuesto al que se encontraban en estos momentos.

Aunque menos gentil que su contraparte, Uranus intentó lo mejor por imitar los esfuerzos de Sailor Jupiter. Mujeres, hombres, niños—Las miraron con sospecha, presas del pánico masivo. Sus fukus no eran bien conocidos para sus ojos. Lo cual podría representar más enemigos ante sus ojos.

Luego, fuegos les llovió.

"¡CÚBRANSE!"

Una oleada de flechas encendidas tomó caída libre.

Jupiter se echó encima de una pareja de ancianos, alejándolos de ser encendidos como fuegos artificiales.

Uranus tomó protección adentro de una de las chozas de granito.

Observó inocentes caer al piso, alaridos de agonía creando un mantra de terror.

Coraje encendió sus puños.

Una segunda oleada de flechas silbó por el firmamento, preparándose para un segundo impacto.

"¡Space Sword! ¡Elimina!"

El corte letal de su Talismán cortó las flechas a la mitad en pleno aire, rompiendo su ritmo.

"¡RON TE TERRA!" Sailor Uranus gritó a todo pulmón, repitiendo la misma orden que Jupiter había estado utilizando. La muestra de su protección pareció convencer a la muchedumbre que estaban aquí para ayudar, porque hubo menos titubeo en obedecerla.

Chicas, deben apresurarse!" La voz de Mercury sonó por sus intercomunicadores de oído. "La infantería del Príncipe Frihét está ganando territorio y rápido. Sailor Star Healer y Rage se han unido a la batalla, pero nos superan en números. Es difícil dirigir ataques cuando la gente se entremete con soldados."

"Estamos avanzando lo más rápido que podemos, Sailor Mercury." La voz de Jupiter fue nítida, como si la tuviera al costado. "El pánico no está ayudando a que sigan nuestras indicaciones al pie de la letra."

"Salven a los que puedan; pero no esperen poder salvar a todos."

La voz de Jupiter fue indignada. "Pero, Sailor Fighter—"

"No podemos comparar la vida de cincuenta personas a la trescientos mil que representan la población entera, Sailor Jupiter. Healer—¿Qué está sucediendo con las tropas? ¿Por qué no se han replegado aún?"

Estamos en camino!" Healer se escuchó jadeante. El nombre de Sailor Rage fue comandado en segundo plano, la Segunda-En-Comando tomando el control de las tropas junto con el General. "¡Cuidado con otro ataque aéreo!"

Jupiter lanzó un ataque de Hojas de Roble, para contrarrestar la oleada de flechas cubriendo las espaldas de Uranus.

Los portones hacia ELEKTRA estaban abiertos. Desde los diez metros de distancia separándolos, Sailor Uranus lo divisó. El inicio del puente se mostró casi en burla, atascado de personas en huida. De ELEKTRA, los refugiados encontrarían asilo por los túneles, según los protocoles de Sailor Star Maker.

"Estamos en el puente." Uranus raspó. "Todo—y me refiero a todos—necesitan estar aquí en cinco minutos si desean vivir."

Su espada fue desnudada. La hoja resplandeció activada, pulsando con el ritmo cardiaco de su dueña. Analizó la longitud del puente lo mejor que pudo con el caos rodeándole.

Los cimientos de hormigón eran gruesos. Los arcos, amplios. El corte de la Espada de Uranus no podría ser el cotidiano para derrumbar parte de la estructura cómo querían.

Michiru se reiría de su rara inseguridad. ¿Qué no eres la grandiosa Sailor Uranus? Los nervios no van bien contigo.

Alguien chocó con su espalda. Uranus escuchó un chillido y al tornarse a la fuente, encontró a una jovencita ofreciendo disculpas de manera confusa. Le recordó a Hotaru.

"Está bien." Uranus la sostuvo de los hombros. La joven estaba aterrorizada; temblando. "Todo estará bien, descuida. Dirígete al puente." Apuntó hacia el punto con su mano, queriendo traspasar la barrera de sus lenguajes. La chica no se movió, su nariz y sus ojos hinchados por los llantos. Uranus se agachó frente a ella. "Tienes que ser valiente ante cualquier adversidad, ¿de acuerdo? Los protegeremos, pero tienes que estar lista y no dejar que el miedo te invada—Uh." Uranus suspiró. "¿Para qué me molesto? No es como si me pudieras comprender."

"No textualmente." La voz de Fighter se filtró por su oreja. "Pero puede comprender la intención de tu consuelo."

Ruborizada por ser espiada, Uranus carraspeó su garganta. "Puente, anda." Le empujó gentilmente. La chica avanzó unos pasos, miró hacia Sailor Uranus una última ocasión, y lo que sea que haya mirado en ella, le ayudó a armarse de valor. Pronto se perdió entre la multitud.

"¡Las tropas se están retirando! ¡Nos acercamos al puente!"

Uranus y Jupiter supervisaron que la gente siguiera fluyendo hacia el puente. Los alaridos de los soldados fueron reconocibles, poco después. Las Sailor Starlights los lideraban detrás, aplicando presión junto con el General Lycus.

Fighter regresó a dar órdenes. "¡Vamos, muévanse! Veo más señales de vida acercándose por el norte—Esperen, más bien, es una señal de vida potente. ¡Se está moviendo a toda velocidad hacia ustedes, chicas!"

Uranus se tornó a Sailor Jupiter. "Guíalos hasta el otro lado del puente, necesito que esté despejado para evitar lastimar a personas inocentes."

Jupiter parpadeó, renuente. "Eso no es parte del plan, Uranus. ¿Quién te cubrirá mientras reúnes tus fuerzas?"

"¡Uranus, no comiences con tus clásicas tácticas de sabotaje!" Fighter renegó por el intercomunicador. "¿Qué crees que no lo he visto antes?"

"Tu gente es lenta. Sailor Jupiter tiene que dirigirlos, o las fuerzas de Magnus nos sobrepasarán. ¡Sailor Healer, necesito que hagan lo mismo con estas tropas!"

"¡Oye! ¡Que ya voy, con un demonio!"

Uranus sonrió. "Así me gusta."

Un sonido de indignación vibró por la línea de comunicación. Fue lo último que Uranus se permitió disfrutar—frustrar a Healer se había convertido en otro de sus pasatiempos predilectos en los días de su estancia. Al menos, en eso, Uranus podía ser franca consigo misma. "Vamos, sabíamos que este plan era demasiado sencillo desde el comienzo, Fighter. Magnus obviamente ésta por mandar otra sorpresita."

"Deja que Sailor Healer lo maneje, sea lo que sea. Tu concentración no debe ser usada en otra cosa que no sea en tumbar ese maldito puente, Uranus."

Justo en aquel momento, la cabeza grisácea de Healer fue distinguible con la nueva ola de soldados movilizándose en dirección del puente.

Uranus sintió la brisa acariciar su flequillo, una esencia conocida delatándose del anonimato. Recuerdos de un rio y coqueteos merodearon por su cabeza, y Uranus se dio la media vuelta, espada a lo alto.

De las sombras, reflejos dorados destellaron con magia. La figura descendió de los cielos mismos con seguridad, más no tocó el piso firme, las puntas de sus botas flotando a centímetros de este.

Sailor Uranus desnudó sus dientes. "¡Sailor Jupiter, anda!"

Esta vez, Jupiter no produjo objeciones.

"Es algo increíblemente noble de tu parte, Sailor Uranus. Ayudar a un pueblo al que no perteneces."

Fighter reconoció la voz al instante. "—Mam?!"

Con una mueca, Uranus se aguantó las ganas de apagar el intercomunicador diminuto de su oreja.

Severina sonrió. "¿Qué pasa, querida? ¿El gato se comió tu lengua?"

Uranus achicó su mirada.

"Ya veo. ¿Todavía molesta por mi hechizo? Lo siento mucho; era necesario, sin embargo. No podía dejarte regresar a la capital con mis secretos listos para divulgarse, ¿o sí?"

"¡Severina!"

Uranus no dudó que, si había alguien que odiara más a esta mujer, tenía que tratarse de Sailor Healer.

Severina no lució intimidada por la segunda espada dirigida a su persona. "No es mi deseo pelear esta noche. Suficiente sangre ha sido derramada."

"¡Sólo dices eso porque le temes a lo que Sailor Moon pueda hacer contigo!" Healer gritó. "¡Como olvidar la expresión en tu rostro al verla desprender su poder! ¡Por fin llegó el día en el que Severina Sang Froid tembló de sus rodillitas!"

Todo indicaba que Uranus se había perdido de mucho, al estar perdiendo el tiempo salvando el pellejo de Fighter.

Severina dejó salir una risa sutil, sujetando su cadera con su mano izquierda. "Parece que la humildad innata de los lunareños se saltó una generación contigo, Kou Yaten. Tómalo como una ventaja. Tu habilidad para darle la cara a la verdad en los momentos más desesperanzados es lo que te permitirá sobrevivir este cataclismo."

"Ya cállate." Healer hizo lo que Uranus no se permitió—atacar a Severina directamente.

De las manos de Severina se materializaron dos hojas filosas—las tijeras. El arma que Uranus había presenciado ser extraída del cuerpo de Sailor Fighter.

El impacto con la espada de Healer causó un chillido metálico; magia desprendiéndose de ambas armas.

"Sailor Uranus, ¡¿qué estás esperando?!"

Uranus resopló sus narices. No recibía ordenes, ella daba las órdenes.

"Dices que no vienes a pelear, ¿entonces a qué? ¿A proveer más distracciones?"

A través del empuje de la espada de Healer, la mirada de Severina se conectó con la suya. Lo que buscó en Uranus fue indescifrable; dado que la ignoró en el siguiente movimiento de espadas con Healer.

"¡Sailor Healer! ¡Fuiste los ojos de la Corona todo este tiempo! Eres famosa por tu lealtad a tu patria, a esa mujer en particular—"

"¡Cierra la boca, dije!"

El duelo encontró una desventaja, con Severina flotando en el aire y Healer anclada al suelo firme. Un gruñido lleno de frustración hizo eco por las calles semivacías del distrito.

"¡Pero no te has detenido en tu búsqueda por la verdad!" La voz de Severina retembló en fuerza gemela. "¡Tienes preguntas!"

Los dedos de la mano derecha de Uranus vibraron alrededor del mango de su Talismán; un mensaje inminente de su recarga llegando a un nivel superior que el común. Uranus se tornó hacia la boca del puente, respirando hondo.

"Gastas saliva."

"¡Al contrario! Veo dentro de ti justo en estos momentos. Eres más lista de lo que dejas ver, siempre confortable en el segundo lugar. ¡Pero ya es tarde para seguir en las sombras, Sailor Star Healer! ¡Tu llamado se ha convertido en algo más importante! Ya has tomado los primeros pasos, ¿no ves? Hiciste lo que el orgullo de Kakyuu no permitió—estiraste tu mano en tregua para evitar una guerra."

"¡¿Y DE QUÉ ME SIRVIÓ?!"

Un Orbe resplandeciente comenzó a tejerse alrededor del puño de Sailor Uranus. La voz de Healer no rompió con su concentración, más creó una fisura en algo más hondo. El dolor, el tinte de tragedia—A Uranus le incomodó. A lo que había atestiguado, el amor de Healer era un amor infantil sin base real; algo que había sido alimentado de ilusión. Sin embargo, Uranus respetaba el dolor de otros. A su propia manera. Uranus no había tenido ningún interés en conocer a la Princesa Kakyuu más allá de lo superficial; así que desconocía que la había hecho tan especial para sus Star Senshis.

Pero, aun así, Uranus…

"La mataste." Healer retomó su acusación, más resignada que fiera. "Magnus, tú, el Príncipe—Todos ustedes la asesinaron en sangre fría."

"Y no preguntas, ¿por qué?"

Era hora.

Uranus recogió el intercomunicador del piso, colocándoselo de vuelta a su oreja.

Comenzó a correr.

Fighter estaba sospechosamente callada en la otra línea, pero el canal de comunicación con Healer permanecía abierto, así que cada palabra que prosiguió al discurso entre Severina y la Star Senshi, fue oído con claridad.

"—sé que estás investigando, indagando en los archivos encriptados Reales de Kakyuu conforme conversamos. Te has dado cuenta de que Kakyuu te mintió. Que la Corona fue su cómplice por entero."

"¡Dios, en verdad le gusta a esa tipa el sonido de su propia voz!" Jupiter rezongó por su canal. "¡Healer, no dejes que Sailor Átropos te manipule! ¡Está mintiendo, obviamente!"

"¿Sailor… Átropos?" Fighter revivió a la brevedad.

"Oh, Fighter-san. ¿No te lo contó Sailor Saturn? ¡Rayos, dijo que lo haría!"

Clásica Sailor Saturn. Aferrándose a sus secretos y aire de misterio.

Por la orilla del puente, Uranus saltó una larga longitud a río abajo, inmersa en las voces. En la misión.

"¿Y qué si lo hago? Sólo quiero comprender qué pudo haber hecho Kakyuu-hime para merecer ese fin. No significa que estoy interesada en cambiar bandos—Ah, porque eso es lo que quieres, ¿cierto? Viniste a ver si podías tentarme a unirme a Magnus."

"¿Ves? Eres lista."

Mercury Aqua Rhapsody! Las tropas de Magnus están alcanzando el perímetro, mi barrera de hielo sólo aguantará para otorgarte más tiempo, Uranus." La voz de Mercury comunicó urgencia y preocupación. "¡Es ahora o nunca!"

Uranus alzó la Espada de Urano al firmamento. "TIERRA…"

El orbe creció, succionando energía de su creadora en la punta de la espada de la Outer. El cuerpo entero de Uranus se calentó con la transferencia.

"¡TIEMBLA!"

-"No tan rápido." El susurro de Severina traspasó su cabeza, mortal, mientras que Uranus observó su ataque dirigirse a los cimientos del puente...

...Ser detenido, y posteriormente, ser redirigido a su punto de origen.

"¡Sailor Uranus!"

Incapaz de huir, Uranus estaba drenada de energía al haber lanzado su Orbe; de rodillas, sonrió ante lo que se avecinaba.

"¡SAILOR URANUS!"

Fue envuelta en dorado.


[+][+][+]


Había dolores compartidos entre astros.

Michiru lo había aprendido desde el momento de su despertar en la Tierra como Sailor Neptune. Su corazón estaba vinculado, sólo latiendo a medias. La otra mitad eternamente estaría flotando fuera de sí, dándole vida a otra persona.

Cuando su cuerpo ardió con un dolor simultaneo, Michiru gimió con sobresalto. Todo sonido cesó de sus oídos, y sus ojos acumularon humedad con la intensidad. Sintió brazos ajenos apoyarla, pero Michiru no pudo identificar la fuente del consuelo.

Haruka. Sailor Uranus.

Esa idiota.

Sus manos se apretaron alrededor de su pecho; puesto que su corazón amenazó con salirse. Por un momento congelado en el tiempo y espacio, sintió cada emoción corriendo por su amante—coraje, sorpresa, vergüenza, resignación—

—culpa.

Luego, la conexión cerró todo contacto, ésta dejándola a la deriva tan rápido como había llegado a golpearla.

Michiru permaneció justo así, a la deriva, por un largo tiempo.

De su mente, sólo un rezo se materializó. "Por favor, Sailor Moon…"


[+][+][+]


"Por favor, Sailor Moon…"

Usagi parpadeó, acercándose al balcón. "¿Michiru-san?"

Cosmos la inspeccionó con suma seriedad. "Hemos abordado tu miedo. Tu culpa. ¿Qué es lo que te sigue deteniendo para recuperarte, Sailor Moon?"

Usagi se congeló. "No me llames así."

"¿Por qué? Es quién eres. Lo que en verdad eres—"

"¡Pues, no lo quiero ser!"

Cosmos se bufó con frialdad. "Ahora quien está volviéndose a comportar como una tonta? Deja de estar huyendo, Usagi-cobarde."

Así de fácil, Sailor Cosmos fue reemplazada en su totalidad. Aquellas colitas rubias-platinadas fueron creciendo en una larga cabellera oscura, y su uniforme se adaptó en tonalidades rojizas.

"¿Ahora quién está comportándose de forma egoísta?"

Coraje inmediato invadió a Usagi. "Como te gusta decir lo mismo una y otra vez. No estoy siendo ni una tonta, ni soy egoísta…"

"¡Pero sí una cobarde!" Sailor Mars no tuvo frenos, justo como en la vida real, empujando a Usagi del hombro para obligarla a enfrentarla. "No me decepciones otra vez."

Usagi apretó sus puños. "¿Por qué eres así de cruel y vengativa conmigo?"

El calor de la fogata fue tan cálido como en sus recuerdos. El salón de ceremonias donde Rei leía el futuro fue la misma trampa, que Usagi había sentido sofocarla en aquel día de su Gran Riña Épica.

"¡Usagi, no estoy siendo cruel a propósito! ¡Pero tienes que ponerte en mi lugar! ¿Cómo fue posible que pudieras dejar de amar a Mamoru, de un día para el otro? Estás segura de que no estás… No lo sé… ¿Quizás algo confundida?"

"No fue rápido, Rei." Usagi gruñó, de nueva cuenta. "Ni fácil. Ustedes no lo vieron suceder, pero lo que siento por Seiya es real. Sucedió lentamente… Yo misma no podía enfrentarlo al inicio."

"Estabas sintiéndote sola. Vulnerable. Y Seiya estaba ahí. Lo entiendo."

"¡Es más que eso!"

"Usagi, Mamoru está destrozado." Cuando Rei se tornó lejos de las llamas para enfrentarla, Usagi se sintió de lo peor al verla a punto de sus propias lágrimas. "El futuro… Chibi-Usa… Yo también la apreciaba, ¿sabes? ¡No solo tú la perdiste, también nosotras! No podemos olvidarla en una semana sólo porque cambiaste de novio. Ami se siente igual, me lo ha dicho ella misma. ¡A eso me refiero con que eres egoísta! Esperas que aceptemos todos estos cambios en un santiamén y no digamos nada. Lo siento, pero no puedo…"

"¡Por supuesto que no! Yo sólo… Sólo… Rei… Si necesitas tiempo…" Dolida, pero resignada, Usagi suspiró. "… Te daré todo el tiempo que necesites. Pero, por favor, no te desquites con Seiya, ni con Yaten o Taiki. No es su culpa."

Rei curveó su rostro de regreso a las llamas, limpiando su nariz y ojos con la manga de su uniforme de sacerdotisa.

Usagi se abrazó a sí misma con la poca respuesta de su amiga. "Si te incomoda tanto, dejaré de visitar el Templo por un tiempo."

"Creo… Creo que es una buena idea."

Ouch. Escuchar y revivir la escena, volvió a doler. Usagi, a pesar de estar en su rol, liberó una risa amarga.

Sailor Mars apareció detrás de su contraparte. "Las amigas pelean, Usagi. Conflicto es inevitable."

"Es mi mejor amiga." Usagi murmuró. "Su rechazo dolió más que cualquier otro."

"Sin embargo, sigue apoyándote. ¿No es así? Su relación ha mejorado con el tiempo."

"No ha sido la misma." Su relación había cambiado tanto que Usagi no tenía idea que la chica tuviera una persona especial. ¡Estaba embarazada por Kami, y no había pensado en confiar en Usagi con la noticia!

"¡Entonces, métele más empeño!" Mars expresó con impaciencia. "Las relaciones son de dos personas, requiere esfuerzo de las dos partes."

Usagi suspiró. "¿Por qué revivimos este recuerdo? Sé que Rei tenía razón en parte. No lo pienso negar."

"Porque, aunque la opinión de Rei Hino es muy importante para ti, sus estándares son irrealistas de satisfacer. Debes dejar de tratar de medirte a su altura, o la de las demás personas que te rodean."

Ráfagas de fuego invadió el recuerdo, bañando a Usagi en ellas. El alarido de sorpresa de la chica pronto cambió a sonidos de confusión, al revisar el nuevo recuerdo.

El Milenio de Plata resplandeció de manera difusa, rodeada de luces de velas. La Luna era fría, además. Los recuerdos de Usagi de su hogar milenarios eran tan viejos y lejanos de su mente, que fue un esfuerzo reconocer la alcoba del Palacio en la que se encontró.

Por suerte, aquel perfume—lavanda con menta, golpeó sus sentidos, y por lo menos, eso sí pudo reconocer.

Usagi sintió su ser derretir.

La Reina Serenity I raramente había permitido ser vista por su hija en su armadura de Sailor Senshi. Por ello, lo especial de este pequeño recuerdo.

La Soberana se detuvo en sus intentos de limpiar su herida por su cuenta. La sangre de su brazo derramó gotas en el piso de mármol, pero eso no pareció molestarla. "Sé que estás por aquí, mi Conejo Lunar."

Serenity II, apenas de la altura de Chibi-Usa, se escabulló de las cortinas de la alcoba. Apareció apenada por ser descubierta. "Estás lastimada."

"Tst." Serenity I sonrió hacia su brazo. "¿Este pequeño rasguño? No es nada. Sanará. Como todas las heridas anteriores y las que se aproximan… Ven aquí."

La Princesa se acercó con timidez. Muy diferente a su reencarnación. Ver el contraste, fue algo que no se sentó bien en el estómago de Usagi. Había olvidado su naturaleza más sumisa y disciplinada, de aquella vida.

"Escúchame muy bien, Princesa." La mujer apuntó hacia el diván cerca de la silla en la que la Reina estaba semi-acostada. "Ninguna dolencia es demasiado para nosotras. Es nuestro deber como Protectoras, ser fuertes. Valientes."

Serenity II asintió con su pequeño rostro absorto en su madre. Usagi, hipnotizada por el recuerdo que apenas descubría dentro de su propia mente, se acercó hacia ellas hasta hincarse a las botas de la antigua Reina.

"P-Pero… ¿Y si… y si no puede ser valiente… como tú?"

Serenity Madre prosiguió a limpiarle la sangre todavía corriendo con una gasa. El dolor fue ligeramente notable en una mueca, pero la mujer prosiguió. "No dudes de ti misma nunca, Serenity. Tu nacimiento no fue ningún evento al azar. Mi sangre corre por tus venas. Mi esencia complementa la tuya. Eres una justiciera de corazón. Naciste para proteger a los más débiles, aunque en el proceso deberás conocer fuerzas más oscuras y darles cara." La mujer tuvo la nobleza de acariciar la cabeza de la niña, una vez que su herida fue vendada. "Por eso no te he mandado a tu alcoba Real, creo que ya eres de edad suficiente para conocer las consecuencias de la guerra."

Serenity II se hizo bolita en el diván, subiendo sus rodillas para abrazarlas. "No me gusta pelear. No me gusta la Guerra."

La Reino rió. "A nadie le gusta, corazón. Pero, tristemente… es nuestro deber. Nuestro Destino."

"¿Destino?"

La Reina asintió. Con movimientos lentos, la mujer dejó su lugar para acompañar a su hija en el gran diván. Rodeó sus espaldas con su brazo sano.

"Es el motor de nuestra existencia… Un bucle que continua y se repite. Inevitable. Es ese camino ya trazado que ciertas personas muy importantes seguirán en el futuro. Por ejemplo, mírame a mi… Siempre supe que llegaría a ser Reina a pesar de no ser de sangre noble. Porque el Ginzuishou me escogió, y me brindó de su poder. Logré terminar toda guerra entre nuestros propios pueblos vecinos y convivir en paz por un largo tiempo. Por eso lucho ahora contra nuevos enemigos, para conservar la paz. Es mi deber defender el Milenio de Plata hasta el Nuevo Amanecer, y así lo haré."

"¡Eres tan valiente!" Serenity chilló, claramente conmocionada con la dura información. "No sé si pueda ser como tú, Madre…"

"Ssssh. No llores." Calor maternal se desprendió de la Reina al empujar a su cría contra su pecho. "Oh, no quise asustarte, mi Pequeña Conejita. También somos seres mortales con corazones sensibles, bien dice mi Consejera Luna."

"¡Todo el poder al Matriarcado!" Sailor Cosmos masajeó su mentón desde la cama de la Reina, acostada estómago abajo, en manera inversa a la tradicional. Sus zapatillas bailaban en el aire. "¡Astros! ¿Cómo has cargado las expectativas de tu madre desde hace miles de años? ¡Uf! Con razón eres tan buena niña y te sientes mal contigo misma cuando te quieres rebelar."

Usagi mordió su labio inferior, absorbiendo muy a fuerza, el comentario. "No entiendo de lo que hablas."

Cosmos tronó sus dedos. La escena con su madre se congeló, más no desapareció.

"Veamos algunos ejemplos, ¿mm?"

Una pantalla apareció mágicamente en una de las paredes de la alcoba, convirtiéndole en una clase de proyector.

"¡No vuelvan a hacer algo como eso, sin consultarme!"

La Usagi de la pantalla perdió los estribos al gritarles a Haruka, Michiru, y Setsuna. Fue un momento bastante conocido para ella, pero amargo por las connotaciones.

"Muy al estilo de las Outers queriendo controlar todo." Cosmos suspiró con melodrama. "¡Sólo mírales la cara! ¡No pueden creer que les hayas gritado!"

"Conspiraron a mis espaldas un acuerdo con Yaten y Taiki que ellas sabían yo no aceptaría." Usagi rumió, reviviendo la escena en repetición. Evocó la sensación de profunda traición que había sentido aquella tarde, al enterarse de las maquinaciones de sus amigas. Recordó su propia abnegación, al no querer comprender por qué ver a Seiya podía ser tan dañino para ella.

"Si, lástima que la diversión no duró. ¡Le bajaste a tu espuma de indignación en un parpadeo! ¿Por qué? ¡Tenías todo el derecho a enojarte! ¡Tú eres su Princesa, no al revés! Nosotras mandamos."

"No me gusta—"

"El conflicto. Sí, ya lo dijiste." Cosmos articuló con decepción, echándole un vistazo a la pequeña en los brazos de Serenity I. "Pero eso no significa que debas irte por la vida siendo un tapete en el que todos se limpian los zapatos, Usagi."

La siguiente escena tuvo de tema central otra invasión de su vida personal llevado al extremo con Ami, Minako, Makoto y Rei. Fue otro momento de sus vidas bajo el ataque de las Animamates, después de que Sailor Crow había intentado robar su semilla estelar.

"—en especial ahora que no tienes a Mamoru!"

-Oh, como si pudiera olvidar aquel día. Usagi se alejó de la pantalla. "Basta. Las chicas han cambiado, desde entonces."

"¿En serio? ¿Por qué lo dices? ¿Porque ahora tienes el control tú de sus vidas? ¿Por qué crees, que al ahora ser tú la que está guardando secretos, te pone en el lado ventajoso?"

"Dije basta." Usagi repitió. Realmente molesta, la chica desvaneció la pantalla a su propio comando.

"Ooooh. Nos estamos acercando." Cosmos se levantó de la cama de un salto. Placer se extendió por sus ojos cerúleos. "Los puedo oler. Todos esos sentimientos que crees impropios de Sailor Moon, la eterna salvadora, y de Usagi Tsukino, la amiga considerada que nunca se atreve a lastimar los sentimientos de sus amigas."

"¡Uy! ¡Cómo te gusta hablar en acertijos! ¡Ya te dije que no sé a qué te refieres!"

"Cuidado, que se te va a alargar la nariz de decir tantas mentiras." Cosmos le picoteó dicha nariz con uno de sus dedos. "Sólo digo, ya sabes. Si te vas a enojar, enójate de verdad. No te arrepientas a los cinco minutos. ¡Es patético! ¡Si quieres vengarte de tus amigas, ponles crema depiladora en su shampoo, por Kami!"

Una gota de sudor corrió por la sien de Usagi. "¡Ese es el peor consejo que me han dado!"

"No. Seas. Un. Tapete." Cosmos acompañó cada palabra con un empujón, acorralándola contra l pared. Con una sonrisa, prosiguió a pegar en la frente de Usagi un post-in. "Lección de vida #67. Memorízatelo."

"Que graciosa." Usagi gruñó malhumorada. Pronto entró en pánico, al no poder retirar el cuadrito de papel de su frente. "¡Oye, quítame esto!"

"Para aprender a controlar tus emociones, debes conocerlas primero."

Usagi, por fin, se despegó el pequeño cartón. Sobó su frente. "Mas fácil decirlo, que hacerlo."

"Hay emociones y sentimientos de los que rehúyes en específico. Enojo. Decepción, miedo a fallarle a otros... Tst-tst, pero parece ser que todo regresa a lo mismo: culpa."

Caminando de regreso al diván, Usagi estiró su propia mano hacia la Reina. Quiso sentir la misma gentileza de su abrazo en su propia piel; revivir aquella conexión con el fantasma de su madre, que raras veces se permitía reactivar.

Su mano se posó en el brazo herido.

Al levantar su mirada, se quedó en shock, al conectarse con la de la Reina.

"No eres un monstruo, hija mía." Serenity I le dijo, solemne. "Puedes ser corrompida, pero tu bondad prevalecerá bajo cualquier circunstancia, al final de las cosas. Estás hecha de algo más fuerte que la maldad. El Caos siempre estará al acecho. Pero el Cosmos... siempre... siempre brillará con tu luz."

"No me convertiré en una asesina solamente para librarte de tu dolor, Sailor Cosmos."

"Es tarde para mí, Eternal Sailor Moon. Soy una asesina, ¿no lo entiendes? Soy... la parte de ti que nunca debería existir."

La cabeza de Usagi cayó en el regazo de su madre. Comenzó un derrumbe; dentro y fuera, en su mente y en su corazón.

"Estoy cansada, madre." Usagi berreó en un llanto ahogado. "Estoy casada de ver a gente buena perecer a mi alrededor... Sigo fallando en ayudar a los más necesitados... ¡Vencí al Caos! Creí que el sufrimiento cesaría para todas nosotras..."

(El grito de Sailor Star Healer retumbando por la Catedral)

No. Por Kami-sama, no.

"Siéntelo todo, Usagi. No lo guardes, exponlo al descubierto." Cosmos le susurró a sus espaldas. Un abrazo le cubrió instantes posteriores, terminándose de quebrar aquel débil contenedor de sombras y esqueletos viviendo en su propia alma...

(La sangre salpicando su rostro, la mirada vacía de Kakyuu)—Usagi sollozó, imágenes asaltando, recuerdos aflorando.

"No pude salvarla. Lo siento tanto. Te fallé... No pude traerla de vuelta a la vida..."

Sailor Cosmos había muerto sola. Justo como Kakyuu-Hime.

"No eres un monstruo, Odango."

Usagi empequeñeció; el material de la armadura de su madre morfó al fuku de Sailor Star Fighter.

"No sabes... ¡No estuviste allí para verlo todo!"

"Lo estuve cuando Kakyuu pereció la primera vez. No te culpé aquella ocasión tampoco, ¿recuerdas?"

Usagi intentó recordar su reacción a aquel ataque de Sailor Galaxia. Había querido salvarla también, aunque había sido demasiado tarde. Kakyuu-hime se había desvanecido en los brazos de Sailor Fighter, sosteniendo la mano de Chibi-Chibi.

"Lo dijiste una vez. Sabes que los enemigos seguirán apareciendo. Y te prometí que no estarías sola, ¿recuerdas? No espero que salves a todos, Usagi." Fighter acarició su cabeza. "Sólo a ti misma."

"Lo recuerdo." Usagi se empeñó a la cintura de la Star Senshi. "Sailor Fighter. Ya no quiero tener miedo. Pero no entiendo por qué el poder de mi Cristal de Plata sigue perdiendo el control. Debo estar haciendo algo mal..."

"Te ayudaré."

Usagi sonrió con la dulce promesa.

Aunque, en la vida real no había funcionado así, ¿cierto? A pesar de su mejor esfuerzo y de entrenar tan duro, en el torneo, Sailor Moon había sido presa de sus emociones. De sus temores. La muerte de Kakyuu había despertado algo salvaje dentro de ella misma, un empuje oscuro... Todo este coraje y esta furia provenían de un lugar en su alma que no podía encarar. Que le costaba tanto...

"Y yo."

Usagi parpadeó.

"Yo también."

Usagi levantó su cabeza, tornándose a sus espaldas.

Sailor Mercury y Sailor Venus le rodeaban, tomando el lugar de Sailor Cosmos. Mercury se hincó frente a ella, su expresión oscilando entre consternación y consuelo. Sailor Venus fue otra historia, tomando el hombro de Usagi en sus manos para sacudirlo.

"¡Nada de llorar, que Sailor Venus ha venido a tu rescate! ¡Sonríe, Usagi-chan!"

Usagi abrió su boca, atónita.

"La estás asustando, Venus." La voz de Sailor Jupiter se les unió. "Aunque tiene razón, Usagi-chan. No te enfoques en la tragedia únicamente... Queremos mostrarte que algo bueno siempre seguirá... Salvaste a nuestra Princesa. Le brindaste paz."

"Le diste redención." Sailor Mars apareció a lado de Jupiter.

Usagi se puso de pie, analizando los fukus de las Inner Senshis. A diferencia de los uniformes actuales, Usagi reconoció la primera versión de éstos.

Al ponerse de pie junto a ella, Sailor Mercury atrajo su curiosidad más inmediata. La peliazul limpió el rostro de Usagi con sus propios guantes, jalando ligeramente de la oreja de la rubia para hacerla reír.

"Chicas." Usagi tragó saliva con fuerza. Una tristeza sutil se escapaba de todas ellas; sus presencias no fueron tan sólidas, como otras apariciones que ya había Usagi enfrentado en este viaje.

Sailor Uranus, Sailor Neptune y Sailor Pluto se mantuvieron a cierta distancia, sus fukus terminando de cementar las sospechas de Usagi.

Usagi las reconoció.

Las había visto morir.

"Sailor Cosmos te dijo la verdad. Era una versión corrompida que nunca debió haber existido—el Caos invadió su corazón roto desde el inicio, y para cuando quisimos ayudarla, fue demasiado tarde. Su dolor era inmenso..." La voz de Sailor Pluto fue un frágil susurro, asemejando que la admisión le costaba gran parte de su corazón. "Sailor Uranus y Sailor Neptune también intentaron razonar con ella, pero fue en vano."

"Este odio." Sailor Uranus tomó un paso en su dirección. Lució más joven que la versión que Usagi conocía en su realidad. "Este coraje, y este temor inmensurable, son restos de la esencia del Caos viviendo dentro de Sailor Cosmos. Está desbalanceando tus propias emociones debido a la transferencia de sus Cristales de Plata, Sailor Moon. La responsabilidad del descontrol de tus habilidades no yace en tus manos por completo."

"Restos del Caos, ¿dices?" Usagi repitió. Sostuvo su pecho. "¿Cómo puedo deshacerme de ellos?"

"Te ayudaremos."

-Esa voz. Usagi giró su cuerpo entero. Sobre el diván, en lugar de Sailor Star Fighter, se encontró con una identidad de cabellos oscuros y fuku púrpura—ya para nada una adolescente. Su sonrisa fue madura, a juego con su rostro de mujer. Su cabello había crecido, cubriendo parte de su pecho.

"Sailor Saturn." Usagi le sonrió de vuelta, sus ojos humedeciéndose. "Perdóname, por favor. Lo que tuviste que perder..."

"Al contrario, Sailor Moon." Saturn le interrumpió. "Gracias por brindarle un nuevo comienzo a mi familia."

Shingo y Perséfone. Su familia. El pecho de Usagi se oprimió con melancolía. Tener ahora frente a ella a la madre de Persii-chan le robó el aliento. Encontró similitudes al instante, el color de cabello, la forma de su sonrisa, mientras que los ojos de Shingo habían prevalecido.

"Ahora recuerdo." Usagi sonrió, regresando al círculo que ahora todas las Senshis habían creado a su alrededor. "Ustedes le brindaron a su Princesa su última transformación como Sailor Cosmos y por eso parte de ustedes vivían en ella, ¿no es así?"

"Y ahora vivimos en ti, Sailor Moon." Sailor Pluto reiteró. "No estás lista para esa transformación, sin embargo. No debes presionarte para llegar a ese punto todavía."

"Pero tampoco puedo ser Eternal Sailor Moon." Usagi suspiró con conflicto. "Puedo retroceder, ser Sailor Moon de mis versiones anteriores, pero cada vez que intento sostener mi transformación como Eternal, el Cristal de Plata se rehúsa. ¿También es culpa del Caos?"

Saturn subió su mentón cabizbajo, para unir sus miradas. "Es porque te visualizas como una asesina. A tus ojos, esa transformación la has manchado tú misma con sangre. Debes dejar ir esa imagen de ti misma, Sailor Moon. Sólo así, el Caos dejará de manipularte."

"Pero..." Usagi liberó su rostro del guante suave de Saturn. "La atravesé con la espada. Yo. Nadie más."

"Tu madre también lo hizo, en su tiempo. Contra muchos enemigos. Para proteger lo que amaba." Sailor Mars agregó. "Liberaste a Sailor Cosmos de su perpetuo sufrimiento, Usagi. Deja de verlo como un crimen, cuando lo que le diste en verdad fue libertad. No eres ninguna asesina."

Fue irónico que las palabras de Sailor Mars sostuvieran tanta similitud con las de Seiya en su momento. Usagi las aceptó con más apertura que antes.

"Te ayudaremos a limpiarte de los restos del Caos." Saturn declaró con firmeza. A su comando, las Senshis se tomaron de las manos. "Para que así puedas desarrollar tu potencial bajo tus propios términos. No obstante, recuerda bien, Usagi-chan, eres la que debe renunciar a esos pensamientos que el Caos ha manipulado."

"¡SAILOR URANUS!"

Usagi giró su rostro hacia las alturas. Sólo miró sombras difusas, nubes grises a punto de estallar en una tormenta. "Esa voz es de... ¿Sailor Healer?"

"Por favor, Sailor Moon..."

"Michiru-san." Usagi volvió a reconocer la plegaria.

"¿Qué haces cuando sabes cuál es la decisión correcta, pero temes de las consecuencias, Bombón?"

"¡Sailor Moon, ayúdala! Uranus está... ¡DESPIERTA, CON UN DEMONIO! ¡NO PUEDES PERMITIR QUE SAILOR ÁTROPOS SE SALGA CON LA SUYA!"

Sus amigas. Sailor Fighter. Usagi sintió el jalón en su interior. Le llamaban. La necesitaban.

"Hai." Usagi se armó de valor, inflando su pecho con una respiración profunda. "Haré mi mejor esfuerzo, chicas. Lo prometo."

"Debes aferrarte a la estrella interna de Sailor Star Healer. Es una receptora compatible del Ginzuishou. Los antepasados en común entre ustedes lo han hecho posible, Usagi. Te ayudará a enfocarte en tu propio poder, mientras nos concentramos en eliminar esencia del Caos."

Antep—Usagi reaccionó de la manera más madura que podían esperar de ella.

"¡¿NANI?!"

"No hay tiempo para distracciones." Sailor Saturn le ofreció su mano derecha, el eslabón perdido para completar el círculo. "¡Ánclate a Sailor Healer! ¡Responde a su llamado!"

Como si aquel enemigo siniestro sospechara de su pronto desceso, pensamientos de menosprecio corrieron por la dimensión de la mente de Usagi. La rubia intentó de luchó contra ellos, titubeante—

Eres egoísta, Usagi. Mamoru está destrozado, y no eres la única que perdió a Chibi-Usa.

Usagi apretó sus ojos en un esfuerzo por evadir el engaño. "¡No! ¡Chibi-Usa no está perdida del todo! ¡Tuvo oportunidad de vivir su propia historia en otra dimensión, aunque no sea la misma niña que conocí! ¡Deja de mentirme!"

¿Crees que te lo agradece? ¡Destrozaste su futuro!

Usagi conocía a Chibi-Usa bastante bien para saber como sería la reacción de la joven, si se volvieran a encontrar. "No. Pero, de eso se trata crecer. Chibi-Usa respetaría mi decisión, o tal vez no. Está fuera de mi control. No puedo torturarme pensando en su aprobación. Confiaré... confiaré en la capacidad de Chibi-Usa de perdonar."

El silencio que siguió, se sintió una victoria.

Al entrelazar sus manos con Sailor Saturn de un lado, y con Sailor Pluto del otro, la sensación de ligereza fue inmediata y liberadora. De golpe, la incertidumbre de Usagi no tuvo importancia, al sentir el amor proveniente de las Guardianas rodeándola.

"¿Las volveré... a ver?"

Las Sailors Senshis no respondieron verbalmente. Su resignación mandó un mensaje más emotivo a través de su lazo. Sintió la satisfacción de Neptune y de Uranus por hacer un último bien antes de regresar al éter, mientras que Sailor Pluto fue un abrazo cósmico de serenidad. Mars, Mercury, Jupiter y Venus fueron más efusivas, invadiéndole de cariño y muchos recuerdos gratos que habían experimentado con su propia Usagi Tsukino.

Querían descansar.

Querían regresar a su punto de origen, donde tal vez volverían a encontrarse con su vieja amiga, en otra vida.

"Sailor Moon." La voz telepática de Saturn fue la última. "Sailor Cosmos no mintió. Necesitas estar lista para lo que se aproxima. No permitas que te hagan dudar de tu decisión nunca más. Tú eres la dueña de tu propio futuro, y por ello, eres el nexus de todos los universos que has creado. Ése es tu más grande poder."

Un capullo de energía la envolvió...

Mercury Power...

Mars Power...

Jupiter Power...

Venus Power...

Uranus Planet Power...

Neptune Planet Power...

Pluto Planet Power...

Saturn Planet Power...

Ante su turno, las palabras se materializaron en su mente con fidelidad. El Cristal de Plata la recubrió en la piel de su vida pasada, y en algo más indestructible: fe.

Serenity tuvo fe en las promesas de sus amigas. Si estaban dispuestas a realizar este último sacrificio por ella, Serenity no podía ser más presa de estas cadenas invisibles...

AsesinaCómoCreesMerecerSerFelizUsagiBakaTodoEstoLoHicistePorUnaPersonaEresEgoístaEstásConfundidaSeiyaNoLoValeEnREALIDADUSAKO

Serenity fue protegida, un escudo astral se fijó alrededor de su alma. El ataque del Caos perdió ferocidad al quererla someter en esta ocasión.

KAKYUUSEIYANUNCATELOPERDONARÁPERDEDORA

"Moon..." Serenity evocó, sus alas reintegrándose alrededor de su cuerpo. Plumas volaron por doquier. "Eternal... ¡Make up!"

El Caos fue asaltado por luz. Pulcra expiación, extinguiendo de raíz la perversidad que había estado comiendo a Sailor Moon desde el interior.

"¿Sailor Moon?" Del mundo terrenal, aquella voz amiga la enganchó con facilidad. Eternal Sailor Moon comenzó a ascender y ascender, a toda prisa...

"¡Sailor Healer!"

Alivio inmenso fue compartido. "¡Sailor Moon, por favor, escúchame! ¡Enciende el escudo!"

"¡¿Escudo?! ¿De cuál escudo hablas? ¡No entiendo, Sailor Healer!"

Imágenes fueron transferidas en rápida sucesión.

...asesinacomocreesmerecerserfelizusagibakatodoestolohicisteporunapersonaeresegositaestásconfundidaseiyanolovaleenrealidadusako

Kinmoku estaba en llamas.

Sailor Uranus estaba herida, perdida en el frenesí del continuo combate. El pánico de Healer fue una navaja cortante, abriendo un agujero en su conexión para que Sailor Moon lo viera todo por sí misma. Por los ojos de Healer, Sailor Moon conoció el sufrimiento de allá afuera. La sangre derramada. La destrucción.

Sailor Átropos los tenía acorralados como hormigas; inocentes perecían en batalla. Sailor Mercury. Sailor Jupiter. Sus amigas luchaban con todas sus fuerzas, pero no era suficiente. Imágenes de maquinaria que Sailor Moon nunca había conocido fueron inyectadas en la forma de un instructivo por Healer—Sailor Moon trató de comprenderla lo mejor posible...

"¡EL ESCUDO! ¡HÁZLO AHORA, SAILOR MOON!"

Su atadura cósmica ardió con la urgencia.

ASesiNA

"¡No!" Sailor Moon estiró su brazo, las puntas de su guante derecho casi tocando el otro lado. "Te equivocas. ¡Soy una Guerrera que lucha por el amor y la justicia! No soy un ser perfecto, ¿pero sabes qué? ¡No busco serlo! Cometo errores como cualquier chica de mi edad... Como muchas golosinas, y puedo ser distraída... Probablemente, no seré aceptada en Universidades tan prestigiadas como las de Ami. ¡Ni podré viajar como Mako-chan! ¡Haré mi mejor esfuerzo, cada día, de todas formas! ¡Seguiré mis propios sueños hermosos a MI MANERA!"

PALAbrasDeUnaPERDEDORA

Atravesando las tinieblas, sus tsubasas le dieron el último empuje necesario.

"Claro que no. Yo soy..."

Desde el otro lado, la mano de Sailor Cosmos es estiró en su dirección, estrechando la suya. Sus dedos se entrelazaron.

"Yo soy..."

De un jalón, ambas atravesaron el umbral a otro plano.

Juntas.

"Yo soy..."


[+][+][+]


Eternal Sailor Moon despertó.


[+][+][+]

Fin de Parte XI.

[+][+][+]


NdA: Gracias por acompañarme en este viaje tan fumado. Tenía muchas ganas de explorar la psique de Usagi al estilo Evangelion desde hace tiempo (aunque sin menos depresión). Además, soy psicóloga. JA. MI MERO MOLE.

-UGH. Rini/Chibi-Usa. Había prometido no volverla a escribir, pero la mente de Usagi lo necesitaba. Demonios. ¿Por qué tengo que ser tan apegada a que mis fics sean in-character? xD

-¿Hacer pedazos el Usagi/Mamoru, por cierto? Fue todo un placer. Oh, sí. Podía durar más hojas exploraron lo mal que son el uno para el otro, pero tengo cosas qué hacer.

-Me moría también por hacer una escena entre Serenity I y II, en especial para saber qué clase de expectativas la mujer le colocó a Usagi desde su vida pasada. Seguiré explorando esa parte más adelante, por si les interesa. Su armadura, por cierto, fue inspirado por un fanart (en Wattpad lo agregaré como cover).

-Sailor Uranus. Oh, Sailor Uranus. ¡Deja de robar el show! Y deja de ser tan linda con Healer. Okno. Oksi, por que Michiru ya sabe que algo ASTAPASANDO. BTW, es canon que Michiru puede sentir el sufrimiento de Uranus y viceversa en el anime y manga. Así que, ajá. Awkard.

-MÁS FIGHTER/SAILOR MOON EN EL SIGUIENTE EPISODIO, LO PROMETO.

Dejen review/comentarios/feedback. Este fic es un enorme monstruo y requiere mucha pero mucha dedicación (investigo mucho, señores). Cualquiera tipo de retroalimentación es bien apreciado.

¡Gracias por leer!