"Todos Quieren (Gobernar El Mundo)."

Por B.B. Asmodeus.


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Parejas principales: Kou Seiya (Sailor Star Fighter)/Usagi Tsukino (Sailor Moon). Kou Yaten (Sailor Star Healer)/Haruka Tenoh (Sailor Uranus).

Parejas secundarias: Menciones de Haruka Tenoh (Sailor Uranus)/Michiru Kaioh (Sailor Neptune). Pre-Ami Mizuno (Sailor Mercury)/Makoto Kino (Sailor Jupiter).

Personajes originales: Severina Sang Froid (Moira - Sailor Átropos), Príncipe Skýrr "Sky" – El Arquitecto, Rey Frihét, Sailor Star Chaser – Kou Siggy, Sailor Star Developer - Kou Helga, Sailor Star War – Kou Lena, Sailor Star Rage – Kou Brunilda "Bryn", Canciller Erii Gierd, Condesa Schnee Sang Froid, Láquesis (Moira).

Rating general: Mature. H/M (het) & M/M (yuri).

Categorías/Advertencias: Realidad Alterna. Humor, Romance, Drama, Wing!Fic, Acción/Aventura, Lemon, Yuri, Yaoi, Het, Horror, Lenguaje ofensivo, Temas bélicos.

Sinopsis: -"¿Sí o no, estabas buscando conocer a tu Creador?"

AVISO ESPECIAL: VAYAN POR SUS PALOMITAS, POR LA SODITA, POR LAS GOLOSINAS, POR EL CAFECITO, POR LAS GALLETITAS, ETC. QUE ESTO SE VA A PONER BUENO, GENTE.


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Línea del tiempo:

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Capítulo i (Día 1): Llegada a Kinmoku.

Capítulo ii (Día 2): Desayuno con los Senadores de Kinmoku/Magnus + Preparaciones para el baile.

Capítulo iii & iv (Día 2): Baile en el Planetarium.

Inicio de Capítulo iv & v (Día 2 / Día 3): Investigación de Healer y Uranus + entrenamiento de las Inners para el torneo.

Capítulo vi (Día 4): Torneo.

Capítulo vii (Día 4): Torneo & Arresto de Fighter.

Capitulo viii (Día 5): Boda de Kakyuu / Golpe de estado en Kinmoku.

Capitulo xii (Día 6): Sistema M.A.D.R.E. es activado.


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Glosario:

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Sistema M.I.T.E.R.A. / M.A.D.R.E.: Sistema de seguridad de Kinmoku, consistente en un campo protector de energía. Abarca el 75% de la Capital, desde el Distrito ELEKTRA al Distrito ASTEROPE. Su nombre es inspirado en el griego de la palabra "madre."

1er Anillo – Distrito ALCYONE: Demarcación de la primera población dentro de la Capital de Kinmoku. Mayormente un asentamiento militar formado por la Guardia Real, producción, y compra/venta de armamento para Distritos fuera de la Capital. Este distrito se encuentra apegado a las Murallas Norte de la Capital.

2do Anillo – Distrito MAIA: Demarcación de la segunda población dentro de la Capital de Kinmoku.

3er Anillo – Distrito ELEKTRA: Demarcación de la tercera población dentro de la Capital de Kinmoku.

4to Anillo – Distrito TAYGETE: Demarcación de la cuarta población dentro de la Capital de Kinmoku.

5to Anillo – Distrito CELAENO: Demarcación de la quinta población dentro de la Capital de Kinmoku.

6to Anillo – Distrito MEROPE: Demarcación de la sexta población dentro de la Capital de Kinmoku. Asiento del Sistema Educativo de la Capital de Kinmoku.

7mo Anillo - Distrito ASTEROPE: Asiento de la Monarquía de Flores Doradas del Planeta Kinmoku.

Palacio de Flores Doradas: Corazón administrativo y político de la Monarquía de Kinmoku. Localizado en el distrito ASTEROPE.

Catedral del Cielo: Catedral de más grande importancia para ceremonias Reales. Localizado en el distrito ASTEROPE.


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Disclaimer: Por último, Bishoujo Senshi Sailor Moon no es mío, sino de Naoko Takeuchi. *sniff* Ni tampoco la idea y utilización de los portales "Stargate." Son propiedad de MGM, creados por Brad Wright, Jonathan Glassner y Robert C. Cooper. Yo sólo los tomaré prestados porque son super mega geniales y mi amor por Stargate Atlantis nunca morirá.


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xiii.

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"Irremediablemente

no lo pude evitar

Y me agarré

porque me diste la mano

-Ana Torroja & Alaska.

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"Astros, estás pesada." Yaten gruñó, en cuanto acomodó el cuerpo de Tenoh sobre el lecho de vegetación. La cueva era pequeña, pero haría el truco.

Señal de que la terrícola seguía sin recuperarse al cien, fue la omisión de una respuesta mordaz. Yaten de inmediato se acercó a picotear la frente de la mujer. "Sigues viva, ¿verdad?"

Recibió un manazo en su nariz.

"¡Aw!" Yaten acarició su bello rostro.

Tenoh abultó la chamarra de cuero de Seiya sobre su torso, mientras quiso sentarse por su cuenta. Yaten notó la manera en la que su cuerpo seguía temblando. "¿D-Dónde…?"

"En una zona segura. Nadie se acercará a la orilla del Río Plateado."

"Mnn." La rubia pronto se dio cuenta que no podría darse soporte por sí misma. Yaten actuó justo a tiempo, rodeando la espalda de Tenoh con su brazo.

"Tranquila. ¿Cuál es el apuro?" Murmuró con voz suave. Ayudó a la mujer a recargarse sobre la pared de piedra. "No dejas de temblar. ¿Tienes frío? ¿Crees que tienes fiebre?" Una fiebre complicaría su estado. Significaría infección y Yaten no tenía antibióticos a su alcance.

"Mnn."

"¿Tienes… sed?"

"Mnn."

Yaten rodó sus ojos. "Eres una gran ayuda. Lo siento, no leo mentes. Usa tus palabras."

Tenoh hizo una mueca al estirar ambas piernas. "Sano rápido."

Yaten se puso de pie. "Agua, entonces. Regresaré. No te muevas."

"Toma esto."

La hoja de la Espada de Uranus resplandeció al ser invocada. Yaten aceptó el arma porque no tenía opción. Se encontraba completamente vulnerable sin su henshin, ni su estrella de combate. Salió de la cueva con cuidado, siempre revisando sus alrededores. Las Cuevas Plateadas no eran pobladas, Yaten no había mentido, pero tampoco era territorio de confiar, de acuerdo con las leyendas de Kinmoku.

Al llegar al cauce del río, se acomodó de cuclillas, optando por lavar su rostro primero.

El agua estaba fría, su luminiscencia platinada corriendo por los dedos de Yaten al tallar sus manos para limpiarse de lodo. Y rastros de sangre.

"Demonios." ¿Cómo le llevaría agua a Tenoh sin un recipiente?

Sus manos temblaron por un segundo, gotas de agua derramándose de su piel.

Yaten respiró hondo.

"Quiero ayudar a una amiga."

Las gotas resplandecieron. Los ojos de Yaten se engrandecieron al observar el fenómeno. Inmediatamente, sus propias heridas se sintieron mejor.

Sus manos dejaron de temblar.

Cuando regresó a la cueva, tenía suficiente agua para limpiar el rostro de Tenoh—un sacrificio de la moda persistiendo tras otro, al tener que romper en tiras la manga de su camiseta con la espada de la Outer Senshi. El lodo se había secado y endurecido alrededor de Haruka, pero al menos Yaten logró retornar a la mujer a un estado menos terrorífico.

Costras de sangre alrededor de su nariz fueron raspadas sin delicadezas. Tenoh nunca se quejó.

Requirió tres viajes al río el limpiar las heridas de Tenoh por completo. Yaten esperó que fuera suficiente para evadir una infección.

"¿Sabes? Dicen que este río está encantado." Yaten comentó al aire, mientras ofrecía su motín, y el que sería el último viaje al río por este maldito día. El conjunto de corteza de árbol que Yaten había moldeado en un tipo de recipiente, fue pasado a las manos expectativas de la terrícola.

"¿Me lo dices ahora?" Tenoh debía sentirse mejor. La maldad en su mirada lo comprobaba.

"Son solo historias inventadas. Creemos." Yaten le sonrió con inocencia. "De cualquier manera, nos gusta alimentar los rumores para que enemigos mantengan su distancia."

"¿Qué clase… de historias?"

Yaten se recostó de manera perpendicular a Tenoh, piernas flexionadas. Esperó a que la rubia diera un segundo sorbo. "Cuenta la leyenda que el agua proveniente de las montañas Plateadas tiene propiedades… sobrenaturales. Beneficios más allá de los usuales. Exige un precio, sin embargo."

Intrigada, Haruka frunció su ceño.

"Pide una prueba de honestidad para enriquecerte de sus propiedades."

Un resoplido. "¿Estás envenenándome, entonces?"

Una curva de su boca se levantó en humor similar. "Tienes que enunciar una verdad si quieres activar sus propiedades mágicas. Si no eres honesta de corazón, sin embargo, el agua te pudrirá de adentro hacia afuera."

La expresión en Haruka Tenoh fue cómica. Probablemente si la mujer tuviera más fuerzas, lanzaría el recipiente a su cuidadora. "¿Qué rayos dices?"

Yaten se encogió de hombros. "Es sólo una historia."

Tenoh abandonó el recipiente en el piso. Cobarde. "¿Qué tipo de verdad?"

"Lo que sea." Yaten suspiró. Se abrazó a sí misma para producir más calor. "Lo que desees compartir."

"Ya he tenido suficiente de entidades mágicas, o de otra naturaleza, queriendo forzar verdades involuntarias de mí, gracias."

Confundida, Yaten parpadeó. "¿De qué hablas?"

Tenoh se reacomodó sobre la pared de piedra. Cerró sus ojos, ignorándola por completo.

Yaten la observó caer dormida dentro de poco. Su agarre a la Espada de la Outer no se aflojó, al contrario. Agudizó sus sentidos para llevar una mejor vigilia a la embocadura de la cueva, tomando turnos en verificar que la terrícola siguiera respirando.

La siesta de Haruka fue breve. Incómoda. Yaten registró los gemidos—cada movimiento turbulento de su figura, lo quisiera o no. Fue extraño, sentir preocupación por alguien que no fuera Seiya, Taiki, o las demás Chibi-Starlights. Tenoh había sido la última persona que Yaten hubiera imaginado tener que proteger bajo circunstancias tan turbias como éstas.

Al volver en sí, un par de horas después, la voz de la Outer fue nasal, al dejar salir maldiciones.

Indicó obvia sorpresa, cuando Yaten presionó una mano contra su frente.

"¿Qué… haces?"

Yaten no respondió. En efecto, el rostro de la terrícola se mostró enrojecida y caliente bajo su inspección. Maldición.

"Te traeré más agua." Incapaz de pensar en otra solución, Yaten repitió la rutina. Cogió agua del río, caminó de vuelta a la cueva, alerta a cualquier indicio de ser descubierta.

A su regreso, la chaqueta de Seiya había sido descartada al piso. Tenoh se encontraba flexionando su pierna lastimada, a consecuencia del ataque de Sailor Átropos, evaluando sus propias tendencias sádicas.

"Deja eso, te lastimarás más." Yaten se apresuró a hincarse a su lado. Tenía que actuar rápido. La fiebre podría empeorar de un momento a otro.

"No tengo sed."

"Tienes fiebre. Necesitas ingerir líquidos." Es lo que Taiki diría, ¿cierto? Cuando observó a Haruka levantar su rostro, rebelde hasta la médula, Yaten acercó el recipiente a sus labios. "Lo que hiciste, al enfrentar a Sailor Átropos, fue muy estúpido."

Incredulidad marcó las líneas de expresión de la mujer. Los labios pálidos relamieron gotas minúsculas. "¿N-Nani?"

"El plan había sido que te retiraras de la zona de combate junto con tus amigas."

"Tienes una pésima manera de dar las gracias." Tenoh quiso arrebatar el recipiente de sus manos, pero Yaten fue más veloz, distanciando el objeto de sus manos débiles.

"Áh-áh."

"¿Cuál… es tu maldito… problema?"

"No seas obstinada." Volvió a acercar la fuente de hidratación, ligeramente empujando contra la boca renuente de la terrícola, hasta que cediera el paso. Observó a la mujer tomar un largo sorbo. Luego, Yaten achicó su mirada en consideración. Decidió ser directa. No había otra forma de ser Kou Yaten, después de todo. "Admítelo. Te caigo bien."

Un tosido amenazó con regresar parte del agua recién ingerida.

"No pasa nada. Tu secreto está a salvo." Yaten continuó, levantando el recipiente una segunda ocasión. "También me agradas."

Tenoh se atragantó de agua en el segundo turno. Hilos de agua corrieron por las comisuras de sus labios secos. Yaten se apresuró a limpiarlas con la yema de su pulgar. La piel ciertamente se sintió aún más acalorada.

"Estoy agradecida, para que lo sepas." Susurró, su mirada enlazándose con los faros cobaltos. "Salvaste mi vida. Déjame hacer lo mismo por ti." ¿Cómo guiar a Tenoh a la conversación que Yaten necesitaba, para que el plan funcionara? Diferentes ideas corrieron por la cabeza de Yaten. Haruka no respondería bien a ser presionada. Hasta una simple brisa la ponía a la defensiva. "Quiero decir… Si nos confiaste el cuidado de Sailor Moon en la batalla contra Sailor Galaxia, no debería ser tan difícil confiar en que puedo mantenerte con vida en estos momentos, ¿qué no?"

Una mezcla interesante de emociones corrió por Tenoh. Una exhalación se desprendió de su garganta, momentos posteriores.

La cabeza de la terrícola se inclinó. Una respuesta que no conllevó evidencia verbal.

La piel de Haruka fue cubierta en una capa resplandeciente.

La cabeza de la rubia-cobriza se levantó en asombro.

Yaten sonrió, aliviada. -Funcionó, gracias a los Astros.

El fenómeno de restauración fue breve, aunque visiblemente efectivo. Los moretones en la nariz de Haruka se desvanecieron, sanando en un parpadeo.

"¿Te sientes mejor?"

"¿Qué fue lo que…? Espera." Suspicacia se destiló de la terrícola. "Lo que dijiste antes… Me truqueaste."

Yaten levantó parte del pantalón de mezclilla de la pierna previamente lastimada de la Outer. La rodilla brincó ante su ligera exploración, todavía vistiendo rasguños. La hinchazón había bajado considerablemente. "Me imaginé que no estarías abierta a la idea de aventar verdades al aire, si te obligaba a compartir una." Yaten gimió, ahora ella sintiéndose cansada con el juego mental que había tenido que poner en acción.

"Así que, ¿estás diciéndome que ese río está, de hecho, encantado?"

Yaten sonrió, ojos cerrados. "El agua de Plata es increíblemente perceptible a personas que mantienen malas intenciones en sus corazones. Por eso causa terror entre invasores. Si eres atrapado en su cauce y no te considera alguien digno…"

"Pero qué tal si…" Ofendida, las mejillas de la grandulona se inflaron. "¡¿Y si hubiera mentido?!"

Yaten se encogió de hombros. "Oye. Acabas de admitir que confías en mí."

"Debió ser la contusión."

El humor se aligeró. Yaten golpeteó su hombro contra el de Haruka. "Ya en serio. ¿Te sientes mejor? ¿La fiebre… se ha ido?"

"Sí." Haruka le sorprendió, al poder levantarse de su lugar en una muestra de agilidad física. Una mínima mueca indicó la molestia todavía viniendo de su pierna vulnerable. Caminó alrededor de la cueva para poner su cuerpo a prueba. De reojo, Yaten le siguió el rastro, bostezando tres veces seguidas.

Dándole las espaldas, Sailor Uranus se reactivó de las cenizas, dejando a la civil detrás. Yaten nunca creyó que se sentiría así de aliviada de presenciarlo. El rostro de la Outer se flexionó en su dirección. "Deberías descansar. Yo puedo tomar el siguiente turno de vigilar por enemigos."

Yaten intentó menear su rostro. "Anochecerá pronto, necesitamos construir una fogata—"

"Yo puedo hacerlo."

Ante el quinto bostezo, protestar no tuvo mucho sentido. Sería mejor descansar un par de horas para que estuvieran en un estado óptimo para planear su siguiente paso. Se abrazó a sí misma, y aunque fue increíblemente incómodo tener rocas encajándose en su trasero, Yaten se acurrucó lo mejor que pudo en una posición confortable.

No se dio cuenta del momento exacto, en el que cayó dormida.

Lo que sí detectó, cuando despertó rato después, fue la calidez del fuego a poca distancia de su cuerpo. Las sombras predominantes de la cueva le avisaron que había anochecido. Encontró la silueta de Tenoh en la entrada de la cueva, dándole las espaldas.

Yaten volvió a acurrucarse, ahora vistiendo la chaqueta de cuero. Cayó en la inconsciencia con más disposición de lo previsto.

No soñó.

Todavía no amanecía cuando Yaten volvió a abrir los ojos. Aunque fue el olor a comida lo que le obligó a volver en sí. En la fogata, Uranus tenía dos skus asándose.

-Vaya, llena de sorpresas. Yaten sonrió. "¿Cómo sabes que son comestibles?"

"Lucían como ardillas. Tienen carne. Suficientemente cerca para mí."

Yaten bostezó. Se sentó con movimientos lentos. Se dio cuenta que en algún punto había sido cubierta con la pobre chaqueta de Seiya. Ya podía escuchar las quejas sobre el horrible maltrato que la prenda había recibido hasta ahora. La Kinmokusiana estiró sus brazos con gusto, dejando salir un sonido de placer. "Muy bien, veamos si eres tan buena cocinera como cazadora, niña Scout."

Normalmente, este no sería uno de sus platillos predilectos.

Pero.

Moría de hambre.

"El escudo fue reactivado."

Yaten sopló sobre su brocheta de sku. "Lo sé." Debió haber adivinado que Sailor Uranus exploraría el perímetro, una vez teniendo la libertad de hacerlo.

"¿Cómo? Dijeron que era imposible."

"Yo..." Yaten tragó rápido, para no tener que saborear la carne. "Ugh, le falta sal."

Sailor Uranus ya tenía su brocheta desnuda a la mitad. Sus mordidas fueron apuradas, como si también estuviera evitando saborear el sku, enfocándose en la ingesta de proteína, más que nada. Yaten no era la única que tenía altos entandares, al parecer.

"El escudo." Gruñó con insistencia.

"Cielos, sí, para allá iba." Recordó aquella tarde cuando había auxiliado a Usagi Tsukino con la pluma de transformación para Luna. No había mejor momento por el cual comenzar.

Una hora después, Uranus todavía trataba de encajar las piezas. "Eso no es normal."

Yaten, ahora, echando un vistazo a las afueras de la cueva, se limitó a girar sus ojos. "Dime cual parte de todo esto es normal."

"Tener esa clase de conexión con Sailor Moon es una anomalía." Uranus refunfuñó. "Estoy segura de que Sailor Pluto tendría mucho que decir al respecto. Que yo sepa, ninguna de sus Senshis somos capaces de sostener ese tipo de comunicación telepática con ella. No sólo eso, en el Torneo te utilizó como conducto para desprender su poder… No tiene sentido."

Había comenzado a llover. Yaten levantó una palma para sentir la consistencia de las gotas. "¿Celosa?"

Uranus la ignoró. Yaten la sintió acercársele a la boca de la cueva. "Debemos regresar al palacio cuanto antes."

"¿Crees que no lo sé? Pero será difícil con el escudo activo. Debemos encontrar la manera de entablar comunicación con Sailor Fighter para que nos den acceso."

"¿Por qué no usas tu nuevo truco de magia para decirle a Sailor Moon nuestras coordenadas?"

Yaten hizo puchero. "Ya lo intenté. No funciona por ahora."

"Por supuesto." Uranus suspiró. "Ahora que sí lo ocupamos."

"¡No viene con un manual de instrucciones!"

Uranus se apoyó en la roca, cruzando sus brazos. "¿Tienes tu radio aún, o sólo estoy gastando más saliva?"

Yaten abrió su boca. La cerró. Tocó el interior de su oreja derecha. "¡Astros! ¿Cómo no lo pensé antes?" El intercomunicador había estado apagado todo este tiempo. ¡Rayos! "Sitio Alfa, habla Sailor Star Healer, ¿hay alguien allí?"

Escuchó estática. Yaten hizo otro par de intentos.

"¿Podría ser posible que el escudo esté interviniendo en la conexión?" Uranus ofreció, viendo sus esfuerzos.

"Quizás. Hicimos pruebas con el sistema M.A.D.R.E. pero no pensamos en este tipo de consecuencias. Demonios. Sitio Alfa, repito, habla Sailor Star Healer. Respondan."

"Mantén el radio encendido, de todas formas. Tal vez debamos acercarnos más al perímetro de ELEKTRA para que reciban nuestra señal."

"Ha transcurrido tiempo considerable desde que fuimos separadas, Sailor Fighter ya debió darse cuenta de que no volvimos con los refugiados."

"Regresamos al mismo problema. Con ese maldito escudo, no podrán mandar refuerzos. El riesgo es muy alto. Tendremos que buscar una forma de volver nosotras solas."

Yaten suspiró. Dentro del intercomunicador se encontraba instalado un rastreador. Solo esperaba que no se hubiera averiado. Sería su única oportunidad que Fighter y las demás pudieran definir su localización.

Una garganta se aclaró a su lado. Yaten tornó su atención a Uranus.

La mujer parecía tener un argumento consigo misma. Cual haya sido la conclusión, Yaten no estuvo lista para cuando la Espada de Sailor Uranus fue ofrecida de nueva cuenta.

"Debes tomarla contigo."

Yaten frunció el ceño. "Ya estás lo suficientemente estable para utilizarla otra vez."

"No se trata de mí."

"No soy una debilucha." Yaten achicó su mirada en amenaza. "Créeme, puedo arreglármelas aun sin mi henshin. Salvé tu trasero, si mal no recuerdo."

"Sí, con mi espada."

Hubiera sido menos doloroso si Uranus le hubiera dado una patada en el esternón. Coraje corrió por el cuerpo de Yaten con la insinuación. No necesitaba ningún tipo de lástima. Mucho menos de Sailor Uranus.

"Y me llaman a mí la testaruda." Provino de la Outer, después de quedarse en espera con el arma en su puño. "De acuerdo. Seamos realistas, entonces. Necesitamos salir de aquí. Necesitamos acercarnos al escudo. Será inevitable no pasar desapercibidas por el ejército de Magnus. En el caso de tener que defendernos, no quiero pelear contigo siendo una distracción."

"¿De qué hablas? No soy—"

"Sin transformación, sin Star Yell, sin ese armatoste que llamabas traje de combate, no me servirás de mucho. Sailor Átropos ya dejó claro que no se tocará el corazón en aniquilarnos. La próxima vez que la veamos, no podré protegerte. No este estado."

Un tumulto de distintas—y Estrellas, tan complicadas—emociones colocaron el mundo de Yaten de cabeza. Fue una experiencia confusa, sentirse ofendida, humillada, aprensiva, así como incrédulamente halagada, al escuchar esas palabras—Yaten optó por sentirse exasperada.

"¡Es tu arma, Uranus! ¿Quieres ser realista? Bien. Usar energía en un simple Tierra Tiembla te drenará. ¡Necesitarás tu espada para combatir cuerpo a cuerpo, ahora más que nunca!"

Hubo un momento, donde Uranus analizó el filo de su propio Talismán. "A lo mejor… esta compatibilidad con Sailor Moon es transferible."

Los ojos de Yaten sintieron engrandecerse. "¿Nani?"

La dureza en la mirada de Uranus nunca fallaba en darle escalofríos. "Podría ayudarte… de la forma que ayudaste a Sailor Moon a crear esa pluma de transfiguración."

Por una extraña razón, sonrojarse fue la reacción primeriza. Yaten batió su cabeza, rehuyendo de lo que se poniendo en la mesa. "Yo… No creo…" ¿Podría funcionar? La conexión con Sailor Moon había sido accidental. Taiki siempre había insistido en que su don con la transfiguración era una habilidad que debía entrenarse y afinarse, pero con Sailor Moon, todo simplemente… fluía. Con voluntad propia. ¿Podría ser replicada? "No lo sé."

Sabía lo que saldría de la boca de Uranus, aun antes de escuchar. "Podemos intentarlo."

-No funcionará. No puedo—objeciones volaron por su mente automáticamente. Yaten cerró sus ojos, alejándose unos instantes de la obtusa terrícola para pensarlo detenidamente.

"Es algo muy íntimo. Puede que vomites después." Resopló por sus narices, recordando la transferencia de emociones con Usagi. "Con Sailor Moon…" Acarició su propia nuca. Nunca había descrito la experiencia en voz alta. "Esa niña confía en mí. En nosotras—de una forma muy cruda. Para ella, después de Galaxia…" -Valemos oro. Yaten sospechaba que la fácil apertura de Usagi era lo que convertía la conexión con Yaten algo tan intenso y eficaz.

Su cariño. Su calor.

Yaten siempre lo percibía. Todo.

"Puede funcionar. Puede que no. Era sólo una sugerencia."

-¿En serio está haciendo pucheros? Yaten se tornó a Uranus con manos en la cintura. En efecto, la mujer hacia una excelente imitación de una niña de cinco años. -¿Por qué? ¿Por qué quieres ayudarme?

No les dio voz a sus demandas. Suponía que obtendría la respuesta muy pronto.

Suspiró. "Podemos intentarlo."

La vena saltando de la frente de Uranus se relajó. "Podemos intentarlo."


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"¿Ninguna noticia, Sailor Developer?"

"Lo siento, Sailor Moon."

La joven de cabellos oscuros lució honesta con su tristeza al dar tal veredicto. Sailor Moon le sonrió para tranquilizarla, aunque por dentro, la preocupación sólo se hubiera triplicado por sus amigas.

"Los refugiados están cerca del palacio, sin embargo." Helga, ahora vistiendo su traje de combate, le devolvió el mohín. "Por ello la he venido a buscar."

Sailor Moon regresó su mirada a la recámara de la suite. Shingo no había despertado en el rato que había permanecido de visita, aparentemente sedado a recomendación de Sailor Mercury, para aliviar parte de la experiencia traumática en la Catedral del Cielo. Sailor Moon no había querido perturbarlo, turnándose entre admirar el campo de energía que cubría la ciudad por la ventana y luchar por entablar conexión con Sailor Star Healer.

Fighter no se había aparecido, ni había intentado en hablar con ella, desde su abrupta salida de la Sala de Comando.

"¿Cómo puedo ayudar?" Sailor Moon se concentró en lo que sí podía arreglar. Sacudió su cabeza de temores, levantándose del diván.

"¿Podría permanecer en la sala OPS mientras me aseguro de que haya suficiente apoyo en la Clínica para recibir a los heridos? Sólo será una hora, máximo. No puedo dejar, sin una Senshi de mayor rango, el salón de comando. Sailor Fighter la sugirió para reemplazarme."

"¿Dónde está Fighter?"

Salieron de la suite evadiendo crear ruido que pudiera despertar a su hermano. Los guardias en la puerta de la suite no se inmutaron de su deber.

"La Comandante se ha concentrado en interrogar al Canciller por un largo tiempo. Está siendo asistida por Sailor Star War."

"Oh. ¿Ha descubierto algo importante?"

La expresión de Developer lo dijo todo. Sailor Moon suspiró. "Así que Fighter está desquitándose con Erii-san."

Developer se mostró a la defensiva. "Es parte del protocolo. Toda la evidencia recaudada apunta a que el Canciller fue parte de la conspiración contra la Corona."

"No fue mi intención criticar sus métodos. Es sólo…" Sailor Moon volvió a suspirar, recordando todas aquellas ocasiones donde Sailor Fighter había actuado con arrebate en su coraje contra aquellos que consideraba enemigos. "Erii-san siempre fue decente con nosotras. Nunca lo creí capaz de traicionar a Kakyuu-hime. Le era leal. Lo sé."

Developer se frenó de comentar el resto del camino a la Sala de Operaciones.

Antes de ser dejada en la sala de Comando, Sailor Moon pidió una sola cosa. "Sailor Developer, ¿podrías avisarme cuando lleguen al Palacio Sailor Jupiter y Sailor Mercury?"

"Por supuesto, Sailor Moon." La joven inclinó su cuerpo en reverencia. "De igual manera, si observa algo sospechoso en las cámaras de seguridad, por favor repórtelo con el intercomunicador que le hemos compartido."

"H-hai."

Developer se marchó.

No pasaron ni veinte minutos para que Usagi se sintiera totalmente inútil, a solas en el enorme lugar. Decidió intentar su suerte con el famoso intercomunicador. "¿Sailor Saturn?"

"Sailor Moon."

Sailor Moon exhaló con alivio. "¡Gracias a Kami-sama! ¿Dónde te has metido? ¡Estaba preocupada por ti!"

"Gomen, estoy apoyando a los soldados exteriores con patrullajes. En caso de que el Sistema M.A.D.R.E. muestre deficiencias, debemos estar listos para defender la Sala del Trono."

"Me parece muy honorable de tu parte, Saturn." Sailor Moon sonrió. Sus amigas definitivamente estaban mostrando un cambio en sus personalidades, si se estaban comportándose solidarias con Kinmoku—con las Starlights. "Estoy orgullosa de ti. De todas ustedes."

"¿Cómo te sientes, Sailor Moon?"

"Estoy bien." La rubia levantó su mirada a las múltiples pantallas. Eran demasiadas. ¿Cómo debía mantener tracción de todas, al mismo tiempo? Developer no había dado muchos detalles al respecto. "Hiciste lo que te pedí. No quiero escuchar discriminaciones, ¿de acuerdo?"

"Lo siento de todas maneras. Lo siento mucho… por haberte causado dolor."

"Confío en ti, Saturn." Sailor Moon hizo su mejor esfuerzo por transmitir calidez por la línea de radio. "Porque eres leal, una chica con un corazón muy puro. Pero, al mismo tiempo… Tu convicción es extraordinariamente fuerte." Uno de los recuerdos más marcados en su vida siempre sería el sacrificio que Sailor Saturn había hecho al destruir al Faraón 90.

"Sailor Saturn." Sailor Moon se encorvó en ella misma. "No debes preocuparte más. Lo que hiciste por mí, no volverá a repetirse. Te lo prometo."

Antes de que Saturn hiciera más preguntas, Sailor Moon cortó la transmisión. La determinación de su promesa fue le ayudó en erguir sus hombros. Se dedicó a seguir su tarea, no deseando decepcionar a Sailor Star Developer. Husmeando en las cámaras de seguridad, divisó a Sailor Saturn caminando el perímetro norte del Palacio, fiel a su palabra. Lo que no esperó fue, una vez que prestó más cercana atención al resto de las pantallas, la figura de Erii-san en su celda cristalina.

"Fighter." Sailor Moon se acercó a la pantalla. La mujer, del lado opuesto a la celda, se mostró de brazos cruzados, su porte duro. Sailor Moon recordó algunas de las técnicas de Developer y se arriesgó a presionar sobre el holograma de la celda de Erii Gierd.

La pantalla aumentó de tamaño, y el sonido fue activado.

"—nada. Estás hablando con la persona equivocada."

"Debo admitirlo. Nunca te tomé por un cobarde, Gierd."

Aquel hombre sonriente que Sailor Moon había conocido, había desaparecido. Erii mostró ser una sombra de él mismo. Sus cabellos eran una ruina, su rostro aún más. Vestía un uniforme de prisionero.

Sosteniendo su cabeza con sus manos, el hombre produjo un sonido que puso el estómago de Sailor Moon en nudos. "Al contrario, creo que soy la persona más valiente en este lugar." Erii levantó su rostro. "Mi consciencia está limpia, Sailor Star Fighter."

Cuando Fighter volvió a hablar, su voz conllevó un tono oscuro. "Seguir a Kakyuu en el camino al infierno por creer que el final justificaba los medios, no es tener una consciencia para comenzar."

"Supongo que tú sabrías sobre el tema, Sailor Fighter." El hombre torció su cabeza en dirección de las cámaras. "Oh, lo siento. Me olvidaba de la imagen inmaculada que Kakyuu se esforzó por crear para tu beneficio. Su estrella más querida. La Comandante. La líder inspiradora. La Traidora que no pensó dos veces en intercambiar una Princesa por otra."

Sailor Moon bajó su mirada.

"Recuérdame. ¿Cuánto tiempo se requirió para que te olvidaras de tu deber, estando en el planeta Tierra, Sailor Fighter? ¿Un mes? ¿Dos? ¿Una semana?"

Para su sorpresa, Fighter no explotó en indignación como en ocasiones anteriores. Sailor Moon mordió su labio inferior, luchando contra su increíble deseo de correr a aquella celda. De rodear a Fighter en sus brazos.

"Recurriendo al truco más barato, ¿eh?" Fighter se escuchó relajada, inmóvil. "En caso de que lo hayas olvidado, la Galaxia fue salvada del Caos. Mi misión fue completada. La Luz de la Esperanza fue descubierta y restaurada. Kinmoku fue reconstruido. ¿Cómo puedes calificar esos logros como un olvido a mi deber, Gierd?"

Erii produjo una carcajada incrédula. "Tu lealtad a Kakyuu—"

"Enamorarse nunca ha sido una restricción impuesta a Star Senshis. Kakyuu-hime me liberó de su servicio cuando creyó mi deber ante la Corona cumplido, no antes." Fighter extendió sus brazos en provocación. "Vamos, inténtalo de nuevo. Arrastra a Sailor Moon a esta conversación una vez más. No es como si hubiera cuatro Sol Senshis allá afuera listas para darte una lección en el momento que intentes deshonrarla."

"Kakyuu-hime no deseaba liberarte de tu puesto." El Ex Senador suspiró. "Te amaba. Resintió a Sailor Moon hasta su último día."

Sailor Moon presionó sus párpados, al dejarlos caer. "No…"

Fighter no reaccionó.

Erii talló su rostro. "Su profesionalismo nunca falló frente a ti, pero tras bastidores, dejaba las máscaras caer, Sailor Star Fighter. Sus sentimientos por ti nunca cambiaron, sin importar las circunstancias."

-Lo sabía. La confirmación apretó sus intestinos. Sailor Moon sostuvo su estómago con una mueca. Lo había sospechado desde el primer día en que había conocido a Kakyuu-hime. La mujer solo había tenido ojos para Sailor Star Fighter desde el primer momento. Por más que Seiya le había asegurado que su relación siempre había sido platónica, Usagi había sabido distinguir esa gentileza y adoración en Kakyuu-hime al dirigirse a Fighter. Aunque para Seiya hubiera sido un amor pasajero de adolescentes que nunca había llevado a nada; siempre estuvo claro para Usagi que Kakyuu-hime había tenido otras expectativas.

"Estás rompiendo su confianza. Vaya consejero y confidente."

Erii carcajeó de manera macabra. "La mujer está muerta. ¿Qué importa? Kakyuu-hime cometió muchos traspiés, pero el más debilitante fue no minimizar su apego hacia ti. Fue lo que la hizo tomar decisiones tanto precipitadas como encerrarte en una celda, como decisiones premeditadas como mandar a Sailor Star Maker al planeta Tierra para tenerla aislada de las negociaciones con Magnus. Oh, y claro. Sin olvidar cómo manipuló los sentimientos de Sailor Star Healer por ella para convertirla en una soldado dócil y obediente. Un soldado que no haría muchas preguntas cuando Kakyuu-hime estuviera rompiendo decretos reales con el Príncipe Sky."

"Sugoi." Sailor Moon se levantó de la silla, retrocediendo con un horrible sabor en su boca. Healer. Yaten.

Sus sentimientos. Aquella persona que tanto amaba y que le había causado tanta amargura… Había sido…

-Oh, Yaten.

Erii pareció analizar a Fighter y su silencio por un momento. "Aunque, no luces sorprendida."

Fighter permaneció en silencio.

Sailor Moon parpadeó con rapidez, queriendo evitar lágrimas, a causa de su conmoción. No entendió la expresión en el rostro de Erii-san tras inspeccionar a Fighter por un largo momento. ¿Sorpresa? ¿Resignación? ¿Satisfacción?

"Porque ya lo sabías." El hombre declaró, su tono suave. "Siempre lo has sabido. Siempre—Sabías sobre las negociaciones con Magnus."

"Soy posiblemente la única persona que conoce exactamente de lo que Kakyuu-hime llegó a ser capaz por mantener su Corona. Y lo que desconocía al regresar a Kinmoku, no me tomó mucho tiempo en adivinarlo por mi cuenta, Gierd."

Coraje impulsó a Gierd a levantarse de su celda para abalanzarse contra la pared de cristal que lo mantenía cautivo.

"¡TRAIDORA! ¡ERES PEOR QUE YO! ¡VENDISTE A TU PROPIA GENTE!"

"No tenía elección."

"¡SIEMPRE TIENES UNA ELECCIÓN! ¡SIEMPRE!"

"Fighter." Sailor Moon quiso tanto poder abandonar este lugar y correr hacia la Star Senshi. "¿Qué es lo que no me estás diciendo?"

"No me malentiendas." Fighter no rehuyó del ataque verbal. "Dije que no tenía opción. El Decreto Real me impedía romper el silencio. La tengo ahora. Estoy lista para enfrentar las consecuencias de mis malas decisiones, Gierd. Por eso esto aquí, esperando que tú hagas lo mismo. Admite tu parte en este desastre… ¡para poder arreglarlo!"

Palabras crudas en el idioma natal de Kinmoku flotaron por la pantalla. Erii Gierd pareció haber perdido los estribos completamente, arrojando su silla contra la celda. Sailor Moon observó a Fighter batir su cabeza en decepción por el berrinche del prisionero.

La puerta de ingreso de la sala se deslizó, anunciando compañía.

Asustada, Sailor Moon tocó el video de las celdas para apagar el audio.

"Todo está listo para recibir a los refugiados, Sailor Moon. He sido informada que sus Sailor Senshis ya han comenzado el ascenso a los túneles del distrito MEROPE."

"¡Eso es grandioso, Sailor Developer!" Sailor Moon intentó sonar despreocupada, forzando una sonrisa. Se apartó del panel de control con remordimiento. "Um. Ahora que has vuelto, creo que me dirigiré—"

Alarmas retumbaron por la Sala OPS, cortando su deseo por dirigirse a las celdas de interrogación. Hologramas en rojo aparecieron en la pantalla principal. Developer se apresuró a atender el llamado, abriendo y cerrando pantallas hasta que una en especial creció por sobre todas las demás.

"Developer, ¿qué está pasando?" La voz de Fighter resonó por el canal de comunicación del tablero de comando.

"El algoritmo de seguridad ha detectado una forma de vida enemiga, Comandante. Estoy buscando por la localización especifica—Oh, Astros."

Sailor Moon se acercó a la pantalla con ojos engrandecidos. "¡Lo conozco!"

"Lo he encontrado. Al invasor." Developer reportó. "El Príncipe Skýrr ha infiltrado el palacio. Se encuentra en movimiento por el ala noroeste, dirigiéndose hacia…" Developer sonó sorprendida. "Nosotros."

"Arréstalo, Developer. Toma un escuadrón e intercéptalo de inmediato. ¡Te encontraré en el camino!"

"¡Roger!" Developer ya estaba comunicándose por radio personal con los soldados, mientras sus largas piernas la llevaron fuera de la Sala OPS. En la urgencia del momento, no le dirigió alguna orden secundaria a Sailor Moon, lo cual la hizo resoplar por sus narices, malhumorada. ¡Estaba cansándose de ser ignorada! ¡Podía ayudar!

"¿Sailor Fighter?" Intentó entablar comunicación.

Estática.

"¿Sailor Jupiter? ¿Sailor Mercury?"

Nada.

Sailor Moon gruñó para sí. ¿Quizás no estaba utilizando los radios de la manera correcta? La tecnología de este planeta ya había comprobado no ser su amiga.

La figura del Príncipe Skýrr reapareció en otra cámara, ahora saliendo de los elevadores que la misma Sailor Moon había utilizado para regresar a la Sala OPS. Fue de admirarse la eficacia con la que Developer había ensamblado al escuadrón, puesto que estuvieron listos para emboscarlo al salir de la cabina.

Sailor Moon activó el audio, curiosa. Sería la primera vez que escucharía hablar al hermano mayor del Príncipe Frihét. Su única interacción había sido cuando Sailor Jupiter había apuntado hacia el hombre en la celebración del Torneo. En su momento, Sailor Moon lo había considerado apuesto, muy al tipo de muchachos que solían atraer a su amiga.

"Me siento halagado… ¿Me creerían si les digo que vengo en son de paz?"

"…usted y cualquier miembro de su familia son considerados terroristas. Queda bajo arresto."

"Adelante. Deseo una audiencia con la Princesa…"

"…¿Cómo te atreves? Sabes muy bien que la Princesa Ka—"

"De la Tierra…Debes dejarme hablar con Sailor Moon cuanto antes."

"Sailor Moon—"

Pronto, Sailor Moon descubrió que el Príncipe aparte de ser atractivo, podía ser letal.

"Kami-sama." Susurró asombrada, al presenciar en la pantalla la agilidad del Príncipe para luchar. Derribó al escuadrón de guardias con una manera de pelear que ponía a Sailor Uranus en tremenda desventaja. ¡El Príncipe era veloz!

Para cuando los cuerpos de los soldados ya habían caído por completo al piso, Sailor Moon ya estaba en camino hacia el punto de encuentro.


[+][+][+]

Central del Tiempo.

Tiempos Prehistóricos.

Localización: Desconocida.

[+][+][+]


"Has regresado antes de lo previsto."

MEISTER-87 batió su flequillo de una manera que Átropos raramente había visto. Buscó por la palabra adecuada para describir su estado, y la encontró. M-87 estaba cansado.

Átropos caminó por el pasillo de cristal, tomando asiento en la silla de espera opuesta al Agente.

"¿Misión cumplida?"

M-87 le devolvió la sonrisa. "Eso espero. No he sido citado a ver al Grend Meister en un milenio. O me felicitará, o esta será la primera vez que reciba una reprimenda de mis mayores."

"No lo creo." Átropos desvió su mirada a la enorme puerta de cristal que les aguardaba cruzar. "Tus métodos… dejan mucho para especular, pero cumplen con el trabajo. Es lo que importa."

M-87 le sorprendió de nuevo, creando una mueca de inseguridad en su semblante. Átropos no recordaba al Agente del Tiempo ser tan reactivo. Aunque, bueno, no habían cruzado caminos en un largo tiempo.

"Suficiente de mí. ¿Qué hace tu hermoso rostro en este tipo de lugar? Pensé que tu posición era algo… estática."

"Tengo una nueva asignación." Átropos repitió lo que sus hermanas habían transmitido en su mensaje. –"Tienes una nueva asignación. Reporta a HQ y al Grend Meister de inmediato."

M-87 alzó una ceja. El Agente se echó para atrás en cuerpo entero, derritiéndose con el diván, una pierna cruzada sobre la otra, y sus brazos extendidos. "¿Una Moira con una nueva asignación? Creo que tal cosa nunca ha sucedido."

"Algunos hilos del Destino requieren… de un método más personal."

La otra ceja se elevó. "Personal. Mm. Sé a qué te refieres." El murmullo fue acompañó de un significado que escapó el entendimiento de Átropos, sin embargo. Era obvio que la última asignación de M-87 lo había afectado. Átropos se preguntó la razón—esta asignación había sido inevitable. La misión por la que M-87 había sido creado. Si todo había salido de acuerdo con el hilo de vida de Cloto y a la fortuna asignada de Láquesis, sólo debía haber espacio para satisfacción.

"¿Algo sucedió, M-87?"

Un resoplido cáustico fue su respuesta.

La secretaria del Grend Meister apareció frente a ellos. "El Grend Meister los verá ahora. Pasen."

Átropos miró entre ambos. "¿Quiere vernos a los dos al mismo tiempo?"

"No lo hagan esperar." Allis remarcó, ajustando sus anteojos. Desapareció en otro láser de luz.

M-87 arqueó su brazo en dirección de la puerta de la oficina. "Después de las damas."

Átropos caminó hacia la puerta. Levantó su palma sobre el mecanismo de seguridad instalado al costado. Cuando su mano fue escaneada, una luz verde anunció el permiso. La puerta se abrió una franja. Sabiendo que estaba siendo seguida de cerca, se introdujo a la oficina central. Una vez dentro, la puerta se selló con cierta finalidad. M-87 se acomodó a su costado, hombros erguidos.

"Ah. El hijo prodigio regresa a casa."

El Grend Meister se tornó de la Mesa de Comando. En un parpadeo, las pantallas se apagaron y todo reporte fue cerrado.

"Átropos." El Grend Meister caminó hacia su persona primero, inclinando su torso. "Un honor."

"¿Por qué estamos aquí?" M-87 rompió formalidad. Átropos frunció el ceño con desaprobación.

"¿Por qué no deberían estar aquí? Son los Agentes del Destino más eficaces, relumbrando justo frente a mis ojos." El Grend Meister batió una mano al aire, luciendo acostumbrado a la falta de etiqueta de M-87. "La Leyenda ha sido Forjada. Regocíjense. Siente orgullo de tu obra, MEISTER-87, puesto que ahora viene la recompensa."

"Más vale que sean unas largas vacaciones." M-87 le dedicó un guiño juguetón a Átropos. "Quizás hasta seas mi acompañante."

El Grend Meister dio un solo aplauso. "Me alegra saber que ustedes dos se han reconectado. Tienen mucho que aprender, uno del otro. M-87." El Grend Meister. "Has sido ascendido."

El non-sequiar tuvo a Átropos un poco confundida. ¿Por qué era relevante su presencia en estos momentos?

"Espero que eso signifique mejor seguro médico." M-87 sonrió con filo. Átropos lo observó caminar de forma casual por la oficina del Grend Meister, ninguna pizca de intimación frenándole. Plantó su trasero en el escritorio, encendiendo la consola de hologramas. El Vía Láctea reapareció bajo su comando, la luz del diagrama proporcionando iluminación fantasmagórica a sus facciones. "¿Soy un Arquitecto, entonces? Está hecho."

"Por supuesto." El Grend Meister invitó a Átropos por un trago de su mini-bar. Átropos declinó. Grend Meister se encogió de hombros, se sirvió su propio trago. "Está hecho. Con la ascensión en la cadena alimenticia, vienen nuevas reglas y responsabilidades, Meister-87. Espero estés listo."

"Lo estoy." M-87 enfatizó, atravesando el holograma con sus profundos ojos oscuros a sus acompañantes. "Tengo peticiones, sin embargo."

"Peticiones."

"Mejor salario, claro que sí. Automóvil de la compañía. El paquete completo." El cadete del Tiempo amplió el tamaño de un satélite en particular, manipulando el holograma para que SERENA-92 resaltara entre todos los demás planetas de la Vía Láctea. La Luna del Sistema Solar. "Demando seguimiento cercano de mi Creación."

"Seguro, seguro. Reportes serán mandado de manera constante para que estés informado—"

"No." M-87 detuvo en seco. "Debes comprender… la razón de mi posesividad. Trabajé con mucho esmero para que el nacimiento de la Princesa Serenity II se fijara en su lugar del tablero, para que algún tipo de alteración quiera presentarse en el futuro. No quiero correr ningún riesgo de que mi obra maestra se destruya."

Fue el turno de Átropos de producir un sonido de incredulidad. "Tu ego es comparable al de ese satélite, de ser así, M-87. Estás hablando de un tipo de acceso y rango que no te competen. Esos beneficios son sólo autorizados para una Moira Suprema."

"Bueno." El Grend Meister. "A decir verdad…" Con suma consideración, retiró la aceituna del fondo de su Martini, saboreando el diminuto fruto lentamente. "Lo será."

Átropos parpadeó. "¿Disculpe?"

Grend Meister se encogió de hombros, acomodándose de vuelta a la silla detrás de su escritorio. "Un Arquitecto no ha sido asignado desde la ascensión de Krono en más de 2 mil años. Es por ello que las Moiras han regido con la estatura más alta en su Departamento. Eso… está por cambiar."

Átropos relamió sus labios, pensativa. "Por eso estoy aquí." Suspiró. "Quiere que yo sea la persona en darles la noticia a mis hermanas." Láquesis perdería los estribos. Cloto sería más manejable…

"¡Oh, no! ¡Para nada! Tus hermanas recibirán el memorándum como cualquier otro trabajador. Y asumirán el nuevo organigrama si saben lo que les conviene." Grend Meister carcajeó. "No, estás aquí, Átropos, porque has sido escogida." Grend Meister miró entre M-87 y Átropos con algo parecido a conspiración. "Ser Arquitecto corresponde ser un maestro, guiar, enseñar a otros. Ser un líder."

"Yada, yada, yada." M-87 interrumpió, rodando sus ojos. "¿Quieres que le enseñe a esta pequeña Moira a salir de su cueva y trabajar con los adultos?"

"Precisamente." Grend Meister gesticuló una mínima expresión de disculpa en dirección de Átropos. "Sin ofender."

Átropos se preguntó si era muy tarde para pedir ese trago. "Sigo sin comprender."

Grend Meister amplió su propio espacio en la mesa de comando. En su cercanía otro holograma se multiplicó en dos, mostrando a dos planetas en específico. Átropos leyó los datos básicos de cada uno sobre el panel y frunció su ceño en reconocimiento.

"Kinmoku y Magnus."

"El Fuego y el Acero." Grend Meister gesticuló hacia las dos esferas, haciéndolas girar. "Civilizaciones primitivas por ahora. Avanzarán, sin embargo. Y el empujón de dicha evolución depende de ustedes dos, de hoy en adelante."

Un suspiro exagerado desplomó la figura de M-87. "Bye bye vacaciones."

"No hay mucho que ver por ahora, pero acontecimientos futuros desatarán la revolución para la ingeniería interespacial más innovadora de la historia. Conflicto entre ambas civilizaciones será trágico, aunque necesario. Personajes clave para este conflicto han sido asignados por Cloto ya. Sus hilos están siendo tejidos conformes nosotros hablamos." El Grend Meister presionó un botón. Frente a sus ojos, Kinmoku y Magnus fueron adelantados en cadencia acelerada. Dos rocas flotando en el espacio avanzaron en consistencia y forma hasta que el marcador de tiempo indicó AÑO 19.76 D.C. SISTEMA SOLAR KAITO, GALAXIA DEL TRIANGULUM.

"Este es el punto de infiltración en la línea de tiempo. Su siguiente asignación." Dos juegos de portafolios fueron arrojados por la mesa de comando hacia Átropos y M-87. "Todos los detalles podrán ser encontrados dentro. M-87, tienes latencia de dos semanas para preparar a Átropos en el arte de Extracción de Token y posterior reencarnación."

Sorprendida, Átropos se apresuró a abrir su portafolio. Los primeros detalles de las indicaciones en su reporte la llevaron a confusión. "Usted quiere que adopte figura humana."

Grend Meister acomodó sus palmas en el escritorio. "Las Moiras no son seres humanos. Su naturaleza puede evolucionar, sin embargo. Naciste para este rol, Átropos. Esto es lo que te diferencia de tus hermanas. Tú estarás en las primeras filas de la Historia, atestiguando la Creación. Siendo parte de ella."

"Pfft. Me toca ser un Príncipe." Vino de M-87, quien revisaba sus propios detalles de su portafolio abierto. "¿Está asignación espera que me quede quieto por veinte años en un planeta que apenas conoce la electricidad?"

La sonrisa de Grend Meister fue irónica. "Pensé que deseabas vacaciones." Seriedad aplastó la sonrisa rápidamente. "Tu rol puede ser pasivo en naturaleza, pero no seas engañado. Serás asignado a otras subtareas en el Planeta Magnus mientras supervisas el proceso de infiltración de Átropos en el Planeta Kinmoku. Cae en tus hombros que sea un éxito, así que termina de leer el maldito reporte, ¿quieres?"

Átropos tenía preocupaciones mayores. "¿Veinte años? No puedo dejar mi puesto por tanto tiempo. Láquesis no lo aprobará."

"Láquesis está ocupaba con sus propias asignaciones. Que no se te olvide, Átropos, tu hermana puede creerse la Alfa del grupo, pero las Moiras responden al Puerto y a la Matriz del Tiempo. A . Y la nueva orden es que sigas las instrucciones del Arquitecto al pie de letra, ¿queda claro?"

Átropos no era fácilmente intimidada. Era demasiado vieja para ello. Comprendió la línea de comando, no obstante. "Aún queda pendiente un hilo de vida que debo concluir. Es otro Punto Fijado que no puedo evadir."

"No lo hemos olvidado." Grend Meister movió a su atención a M-87. "A esto me refería con que aprendieran el uno del otro. El Arquitecto te acompañará mañana a brindar este desenlace. No interferirá en tu trabajo. Su ocupación será solo el de observar."

M-87—No, El Arquitecto, Átropos se forzó a renombrarlo en su mente—lanzó una mirada oscura al Grend Meister.

"Es el Circulo de Vida." Grend Meister ablandó su tono de voz. "A lo que ayer diste vida, mañana verás marchitar. La Reina Serenity I y el Milenio de Plata caerá, pero con ello se dará inicio al Imperio del Futuro. Y la Leyenda prevalecerá. Tu Creación."

"No comprendo por qué debo reencarnar en figura humana."

"Un alma no es regalada, Átropos. Tendrás que ganártela." Grend Meister apagó los hologramas. "Necesitarás perder todo—tus recuerdos, tu identidad, tu misión—para poder ser una estrella. Y solo una estrella puede darle vida a otra estrella." Al parecer leyendo el nivel de escepticismo en su rostro, Grend Meister inyectó más seguridad. "Volverás a ser una Moira. Hasta más. Algo… nuevo. Único. Está misión está dividida en tres fases, y para la fase final habrás vuelto a ser tú, querida. Pero para llegar a eso, primero tienen mucho trabajo adelante. ¡Por lo que más quieran, lean sus reportes!"

Átropos dio vuelta a las páginas. Entre más información absorbió de las anotaciones, más claro fue el plan. Aun así… "¿Y si fallo?"

Grend Meister intercambió otra mirada con El Arquitecto. "Entonces Sailor Star Fighter nunca será concebida. Por ende, las Sailor Starlights del planeta Kinmoku nunca se ensamblarán y vida cesará de existir ante el ataque de Sailor Galaxia en su Sistema Solar. Lo cual…" Una mueca torció sus facciones. "Afectaría directamente con su trabajo. Sailor Star Fighter es vital en la confrontación contra el Caos." Apuntó hacia El Arquitecto. "¿Ven ahora la importancia de que trabajen juntos?"

"Aye, aye. Lo entendemos. Ahórrate los sermones." El Arquitecto rodó sus ojos. El Agente tomó su portafolio y el Átropos en sus manos. La Moira sintió el empujón y se dejó guiar hacia la salida de la oficina.

"ARQ." La denominación fue nueva. Otra manera efectiva de acortar tan largos títulos. Átropos sintió a su acompañante volverse rígido. "No deben fallar."

El Arquitecto conectó su mirada con la de Átropos. Recibió una sonrisa afilada.

"No lo haremos."


[+][+][+]

Planeta Kinmoku.

ACTUALIDAD.

[+][+][+]


"Fallamos."

"Al contrario." Sky respondió a su intercomunicador. "Siempre hay espacio para improvisar."

Sailor Átropos se escuchó desenfrenada. "Debes activar el Portal."

"No puedo." Sky fue directo, tomando protección de las sombras del pasillo para pasar desapercibido por los guardias. "No mientras esté activado el escudo protector. De por sí ya teníamos problemas de interferencia entre los satélites, el escudo M.A.D.R.E. estará bloqueando cualquier señal para crear el agujero de gusano entre Froid y la capital."

"Sailor Moon." Fue todo lo que Átropos enunció.

Con una mueca, Sky tenía que admitirlo. Átropos había tenido razón. "Como dije, improvisaré. ¿Reporte?"

"Las tropas están en posición. Esperando. El Príncipe Frihét se ha unido a las filas. Insiste en que enciendas el Portal para darle paso a la Condesa desde Froid."

"Dile que practique paciencia. Es buena para el alma. La necesitará para Gobernar."

"Arquitecto—"

"Sigo siendo tu superior, no lo olvides. Mantenlo ocupado. Es una orden, Átropos."

El silencio fue de esperarse. Átropos, a pesar de la crisis existencial que debía estar cruzando, era obediente de corazón. Fiel a las reglas. No por primera vez, Sky le tuvo un poco de lástima. "¿En qué consistirá tu plan… de improvisar?"

Sky sonrió, corriendo hacia el elevador que lo conduciría al nivel de Comando Principal del palacio. "Dime, Átropos. ¿Alguna vez has pensado en la sencilla ventaja de dialogar con tu enemigo?"

Desde el intercomunicador, Sky captó la incredulidad.

"No me digas…"

"Tuviste razón en advertirme. Sailor Moon no debería estar aquí. Su interferencia es un problema. Así que lo resolveré. Las piezas están revueltas por el tablero, cariño, es nuestro objetivo alinearlas. Yo me encargaré de Sailor Moon. Mientras tanto, mantén control de tus tropas, ¿quieres? No creas que no escuché sobre tu pequeña riña con Sailor Star Healer. No debes lastimarla, recuérdalo. No forma parte de los requerimientos de aniquilación."

"Intentó intervenir. Ha creado una fuerte alianza con las Sol Senshis. En especial con Sailor Uranus."

Los ojos de Sky engrandecieron. "Pero están ilesas, ¿cierto?"

"Yo…"

Sky pinchó el tabique de su nariz. -Demonios. "Sailor Uranus está fuera de límites, Átropos. Ninguna de las Sailor Senshis de la Princesa Lunar pueden sufrir daños en esta línea del tiempo. Lo sabes. ¡Es imperativo para la continuidad!"

Más silencio.

Sky sintió el elevador detenerse. "Al menos dime que las tienes en custodia."

"Escaparon. Perdí su rastro durante el asedio a ELEKTRA."

"Excelente. Ahí se va mi oportunidad de negociar con rehenes. Encuéntralas. Lo más rápido posible." Apagó su intercomunicador.

Las puertas del elevador se abrieron.

La artillería pesada estaba esperándolo.

"Me siento halagado." Sky les sonrió. Cinco guardias levantaron sus espadas. "¿Me creerían si les digo que vengo en son de paz?"

Sailor Star Developer apareció detrás del muro de músculos. "Príncipe Skýrr. Debido a recientes eventos, usted y cualquier miembro de su familia son considerados terroristas. Queda bajo arresto."

Sky levantó sus manos. "Adelante. Deseo una audiencia con la Princesa, sin embargo."

"La Prin…" Sentimentalismo afectó a la chiquilla. Demasiado joven para ser un verdadero soldado. "¿Cómo te atreves? Sabes muy bien que la Princesa Ka—"

"De la Tierra." Sky gentilizó su tono. "Disculpa la confusión. Pero, verás, Developer, tengo información que podría ayudar a terminar esta guerra. Debes dejarme hablar con Sailor Moon cuanto antes."

"Sailor Moon—"

"Está fuera de tu jurisdicción, la última vez que revisé etiqueta Real. Ella no forma parte de la Corona de las Flores Doradas. Es un agente libre. Estoy segura de que ella puede tomar sus propias decisiones de aceptar verme o no."

Developer pareció estremecerse, antes de que su entrenamiento entrara en acción. "Guardias, llévenlo a las celdas subterráneas junto con el Canciller."

"Y yo que quería hacerlo de la manera educada." Sky suspiró.

Dos de los guardianes más cerca de Sky hicieron el primer movimiento. Sky reaccionó rápido, atravesando sus defensas con facilidad. En tres minutos, tuvo a ambos guardias inconscientes en el piso, después de noquearlos en fríos. El resto de los guardias siguieron el comando de Sailor Star Developer de apresarlo, pero la historia se repitió a sí misma. Cada Guardia cayó como naipe, y al final, solo quedaron ellos dos.

"No me hagas pedirlo de la manera hostil, estrellita." Jadeó justo en el rostro de la doncella.

El Star Yell apareció en el puño de Developer. Sky materializó su espada neón en el mismo instante, levantando su brazo.

"¡Alto! ¡No la lastimes!"

Sky se congeló.

"¿Cómo te atreves a lastimar personas que sólo cumplen su deber de proteger a seres inocentes? ¡Eso no te lo permitiré! Soy una Sailor Scout… ¡Que lucha por el Amor y la Justicia!... ¡Soy Sailor Moon!... ¡Y te castigaré en el nombre… de la Luna!"

Sky empujó a Sailor Developer de su camino, el golpe a su yugular dejándola inconsciente con la misma eficacia.

"¡No! ¡Detente!" El sonido de tacones le dijo que la Justiciera se aproximaba.

De espaldas, Sky elevó un brazo. Aplicó telequinesis para frenarla. Hubo un rechinado súbito sobre el piso de porcelana.

"Sailor Moon." Si Sky tuviera un corazón humano, estaba seguro de que sentiría su pulso acelerarse tan sólo un poco. Porque este momento, lo ameritaba. Nunca había tenido a la Leyenda a tan corta proximidad. Ser espectador del Torneo le había privado de un contacto directo—algo que Sky había escogido de manera intencional.

Giró el resto de su cuerpo. Sus ojos se anclaron con una mirada llena de coraje y valentía, luchando contra su hechizo con todas sus energías.

Los rumores eran verdaderos. Eternal Sailor Moon fue una estrella resplandeciente. Bella. Cegadora.

"Al final nos conocemos." Conforme la sonrisa alargó sus labios, su fachada de Príncipe Skýrr se desvaneció. Fue liberador—deshacerte del disfraz de más de veinte años de antaño.

"¿Quién eres?" Sailor Moon, testigo de su transformación, ató cabos de manera rápida.

"Puedes llamarme El Arquitecto." Avanzó un paso en dirección de Sailor Moon.

"¡Aléjate de ella!"

El Arquitecto extendió su brazo contrario, bloqueando el Láser Estelar que siguió el comando. Desvió la energía hacia una de las paredes del palacio, sin importarte el daño causado. "Grandioso. Estamos todos reunidos. Podemos comenzar."

Soltó a Sailor Moon. La Guerrera tropezó con la pronta liberación de sus extremidades. No midió la fuerza con que había estado luchando y pareció perder el balance con el repentino cambio. Sailor Moon emitió un chillido y cayó al piso, sin más.

El Arquitecto… alzó una ceja.

"Sailor Moon, ¿te encuentras bien?" Sailor Star Fighter permaneció en la dirección opuesta, adoptando una posición de defensa.

"Sí, no te preocupes… Sailor… Fighter." Eternal Moon tardó en recuperarse, sacudiendo sus faldas multicolor. "¡Arquitecto! ¿Cuál es tu propósito? ¿Por qué lastimas a Sailor Star Developer y a estas personas inocentes que solo buscan proteger su hogar?"

"Debiste estar espiando las cámaras de seguridad si viniste a su pronto auxilio, ¿no es así?" ARQ pateó una de las piernas de los guardias con la punta de sus zapatos lustres. "Sabes que quiero hablar contigo, Sailor Moon." Se tornó al rostro furioso de Sailor Star Fighter. "Y contigo, ya que me estoy tomando la molestia de torcer las reglas."

"¿Quién eres? ¿Qué es lo que buscas?"

ARQ jaló ligeramente de su saco blanco. "Mm. Interesante. Pensé que tú habías sido la interesada en encontrarme."

"¿A qué te refieres?" Fighter renegó.

"Es el mensaje que recibí de Sailor Pluto, después de todo. AYUDA INMEDIATA. SOS. DESTINO FUERA DE SERVICIO. COLAPSO DE DIMENSIONES. MOIRAS EN REBELIÓN. ¿Me equivoco, Sailor Moon?" Observó con detenimiento los primeros indicios de reconocimiento en el rostro ruborizado de la Guerrera Lunar.

"¿Sí o no, estabas buscando conocer a tu Creador?"

"Masaka." Sailor Moon exhaló, sus pobrecitos ojos casi saliendo de órbita.

ARQ gesticuló a su persona, sonriendo de par en par. "Aquí estoy."


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Fin de Parte XIII.

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NdA: LO SIENTO TANTO TANTO TANTO TANTO TANTO TANTO TANTO TANTO POR LA TARDANZA.