"Todos Quieren (Gobernar El Mundo)."

Por B.B. Asmodeus.


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Parejas principales: Kou Seiya (Sailor Star Fighter)/Usagi Tsukino (Sailor Moon). Kou Yaten (Sailor Star Healer)/Haruka Tenoh (Sailor Uranus).

Parejas secundarias: Menciones de Haruka Tenoh (Sailor Uranus)/Michiru Kaioh (Sailor Neptune). Ami Mizuno (Sailor Mercury)/Makoto Kino (Sailor Jupiter), (ando experimentando).

Personajes originales: Severina Sang Froid (Moira - Sailor Átropos), Príncipe Skýrr "Sky" – El Arquitecto, Rey Frihét, Sailor Star Chaser – Kou Siggy, Sailor Star Developer - Kou Helga, Sailor Star War – Kou Lena, Sailor Star Rage – Kou Brunilda "Bryn", Canciller Erii Gierd, Condesa Schnee Sang Froid, Láquesis (Moira).

Rating general: M/Adult/R/Lemon. H/M (het) & M/M (yuri).

Categorías/Advertencias: Realidad Alterna. Humor, Romance, Drama, Wing!Fic, Acción/Aventura, Lemon, Yuri, Yaoi, Het, Horror, Lenguaje ofensivo, Temas bélicos.

Sinopsis: Era el principio del Fin.

ADVERTENCIA: MUCHA, PERO MUCHA INFORMACIÓN. Lean con calma, porque las conspiraciones son siempre revoltosas. Y la Profe Taiki no tiene mucha paciencia.


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Línea del tiempo:

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Capítulo i (Día 1): Llegada a Kinmoku.

Capítulo ii (Día 2): Desayuno con los Senadores de Kinmoku/Magnus + Preparaciones para el baile.

Capítulo iii & iv (Día 2): Baile en el Planetarium.

Inicio de Capítulo iv & v (Día 2 / Día 3): Investigación de Healer y Uranus + entrenamiento de las Inners para el torneo.

Capítulo vi (Día 4): Torneo.

Capítulo vii (Día 4): Torneo & Arresto de Fighter.

Capitulo viii (Día 5): Boda de Kakyuu / Golpe de estado en Kinmoku.

Capitulo xii (Día 6): Sistema M.A.D.R.E. es activado.


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Glosario:

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Sistema M.I.T.E.R.A. / M.A.D.R.E.: Sistema de seguridad de Kinmoku, consistente en un campo protector de energía. Abarca el 75% de la Capital, desde el Distrito ELEKTRA al Distrito ASTEROPE. Su nombre es inspirado en el griego de la palabra "madre."

1er Anillo – Distrito ALCYONE: Demarcación de la primera población dentro de la Capital de Kinmoku. Mayormente un asentamiento militar formado por la Guardia Real, producción, y compra/venta de armamento para Distritos fuera de la Capital. Este distrito se encuentra apegado a las Murallas Norte de la Capital.

2do Anillo – Distrito MAIA: Demarcación de la segunda población dentro de la Capital de Kinmoku.

3er Anillo – Distrito ELEKTRA: Demarcación de la tercera población dentro de la Capital de Kinmoku.

4to Anillo – Distrito TAYGETE: Demarcación de la cuarta población dentro de la Capital de Kinmoku.

5to Anillo – Distrito CELAENO: Demarcación de la quinta población dentro de la Capital de Kinmoku.

6to Anillo – Distrito MEROPE: Demarcación de la sexta población dentro de la Capital de Kinmoku. Asiento del Sistema Educativo de la Capital de Kinmoku.

7mo Anillo - Distrito ASTEROPE: Asiento de la Monarquía de Flores Doradas del Planeta Kinmoku.

Palacio de Flores Doradas: Corazón administrativo y político de la Monarquía de Kinmoku. Localizado en el distrito ASTEROPE.

Catedral del Cielo: Catedral de más grande importancia para ceremonias Reales. Localizado en el distrito ASTEROPE.

Disclaimer: Por último, Bishoujo Senshi Sailor Moon no es mío, sino de Naoko Takeuchi. *sniff* Ni tampoco la idea y utilización de los portales "Stargate." Son propiedad de MGM, creados por Brad Wright, Jonathan Glassner y Robert C. Cooper. Yo sólo los tomaré prestados porque son super mega geniales y mi amor por Stargate Atlantis nunca morirá.


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Previamente en Saga Me Basta:

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»Láquesis: ¿Quién dijo que el Destino era justo, Sailor Pluto? Lo creas o no, el final de la existencia de Sailor Moon tenía una meta. Su sufrimiento tenía una razón.

Pluto: Sí, viajar al pasado para auxiliar a su versión joven contra los orígenes del Caos, así como de asegurar los cimientos para el futuro de Tokio de Cristal. Vaya meta, Láquesis-sama, ser solamente utilizada como el pegamento para cerrar uno, de los tantos, contratos del Destino. Nuestra Princesa merecía mejor que eso.

Láquesis: Yo no soy la autora de los Destinos, Sailor Pluto. Mi trabajo es estrictamente asignarnos. Punto final.

..

»Setsuna: Ahora que lo pienso. La última persona que podía llamar a las Moiras… No. Sería agregar más problemas de los que ya tenemos.

Usagi: ¿Por qué? ¿Qué sucede, Setsuna-san?

Setsuna: Se trata de tu padre, Usagi-chan. De tu verdadero padre.

..

»Haruka: ¿Es poder, lo que persigue Kakyuu-hime? ¿Cree que este niño le resolverá la economía?

Severina: Lo que Kakyuu-hime persigue… es guerra.

Haruka: ¿En qué está basada la tecnología tan avanzada de Magnus?

..

»Healer: Dije: alto ahí.

Sky: Pero, si te obedezco, no podría… -En un instante, el panorama del muelle cambió por entero. Como una ilusión perdiendo carga de baterías, el mar fue reemplazado por la visión de una estructura ovalada, imitando la silueta de un arcoíris, rodeando el espacio superior a sus cabezas en tamaño- ... presumir el magnífico fruto de mi labor.

La estructura era un enorme arco metalúrgico que Healer sólo había visto en planos.

Un portal de Transportación Galáctica.

Healer: ¿Desde cuándo lleva este portal construido aquí?

Sky: Veamos. Según mis cálculos, el prototipo final de esta unidad recién reparada fue finalizado hace 731.98 días.

-732 días. Más allá de dos años kinmokusianos. Sailor Healer apretó sus puños, sumergida en el shock de la revelación. Eso abarcaba una línea de tiempo más larga que el momento que Sailor Healer había sido notificada de la decisión de Kakyuu de realizar una alianza con Magnus.

Abarcaba la invasión de Galaxia.-

Healer: ¿Por qué? ¿Por qué han construido un portal aquí?

Sky: Bueno, ¿de qué otra manera hubiéramos podido evacuar a la población? (Del Distrito Froid).

..

»Fighter: Estás hundida con Magnus hasta el fondo, ¿verdad? Todo este asunto de la Boda Real es por estar haciendo tratos clandestinos con el Rey Frihét I desde el principio. Ahora las consecuencias te están mordiendo en el trasero. Te dije que no era buena idea dejarles experimentar con Kin-Norte.

Kakyuu: ¡Necesitábamos su tecnología! ¡Sabes que la Corona estaba en banca rota, Fighter! Mis padres dejaron al país con una economía seca. Necesitábamos que Magnus invirtiera en nuestro planeta para la construcción de sus portales intergalácticos. No teníamos ninguna clase de defensa contra un enemigo foráneo y fue por eso en gran parte, que Sailor Galaxia pudo arrasar con Kinmoku-sei en un tronar de dedos. Al final, fue afortunado que ya contáramos con un prototipo terminado en el Distrito Froid. Magnus ayudó a tu pueblo a escapar, no lo olvides.

Fighter: Con Magnus todo se reduce a ganancias. Se aprovecharon de nuestro estado vulnerable para expandirse por un planeta que por siglos se había defendido de sus intentos de invasión.

Kakyuu: De eso se trata avanzar.


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xiv.

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"Todo lo que puedo sentir

Es vértigo."

-Alice Merton.

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Planeta Tierra.

ACTUALIDAD.

Localización: Elysion

(Dentro del Templo Hiwaka).

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"El nacimiento de Kakyuu II fue un evento que cambió todo. Nunca en la historia de Kinmoku había nacido una semilla estelar como la de ella. Más importante aún… Nunca se habían convocado Star Senshis al servicio de la monarquía."

Luna se mostró pensativa. "Algo muy parecido sucedió con el nacimiento de Serenity II. Las estrellas de Sailor Mercury, Sailor Mars, Sailor Jupiter y Sailor Venus fueron convocadas poco después. Solamente las Sailor Outers ya estaban activas desde tiempo atrás."

"Luna, no sabía esa parte." Minako les dirigió una mirada a sus aliadas, Kaioh-san y Michiru-san.

Michiru-san frunció el ceño. "Es difícil recordar detalles del Milenio de Plata. Sé que fuimos asignadas al Sistema Solar Externo desde un largo tiempo y nunca hicimos contacto con la Princesa directamente, únicamente con la Reina Serenity."

Interesante. Si Taiki no tuviera problemas más grandes, perseguiría su propia curiosidad para averiguar más detalles sobre el Milenio de Plata.

"Sensible a la clarividencia, la madre de Kakyuu tuvo una premonición al momento de dar a luz. Tres estrellas fugaces nacerían para custodiar a su hija, cada una de ellas representando la unión de las naciones más importantes. Tres Star Senshis que conformarían otra clase de guerreras; una nueva generación de Sailor Senshis. La Princesa Bera, aunque sin ser específica, siempre juró haber divisado la insignia del Distrito Sang Froid combinada con la cresta de la Monarquía. Tal cosa le pareció una advertencia de detener toda guerrilla con Kin-Norte. Creía que era un presagio positivo que una de las Star Senshis a servicio de la Princesa, provendría del pueblo de su enemigo."

Taiki había crecido en la presencia de la Princesa Bera Kakyuu I, pero resultaba extraño pensar en ella después de tantos años desde su fallecimiento. "De alguna forma, logró convencer a su esposo de la importancia de su visión. El Rey Kuru comenzó a inclinarse más por diplomacia, que por guerra. No que su suavidad haya logrado cambios dramáticos en las relaciones con Kin-Norte, pero al menos cesó la riña lo suficiente para evitar más guerras civiles."

"Pero tú crees que el conflicto perdura." Kaioh-san intervino. "Crees que lo que esté sucediendo en tu planeta en estos momentos tiene que ver con Kin-Norte. Si no, no lo estuvieras trayendo a atención."

Taiki suspiró. Movió su mirada con cada persona que la acompañaba. Lo que estaba a punto de compartir le era difícil soltar. A pesar de las experiencias compartidas con las Sol Senshi, todavía tuvo reservas en comunicar este lado poco honorable de su propia patria. No estaba segura si estaba lista para escuchar algún tipo de criticismo de su parte. "Hay otra pieza clave a considerar: Magnus."

Fue casi adorable la forma tan atenta con la que Minako Aino estaba tomando notas, considerando que tenía la libreta al revés. "¿Magnus, dices, Taiki? ¿Qué clase de región es ésa?"

"Es un planeta, Aino-san." Presentó las pocas fotográficas satelitales que tenía en posesión de la superficie del planeta en cuestión. "Es el planeta de más proximidad a Kinmoku. En la actualidad es gobernado por el Príncipe Frihét Lune-Noire, aunque su sistema de gobierno sigue siendo elusivo para nuestro conocimiento. El Planeta es extremadamente reservado. Sólo puedo asegurarles tres cosas: nos odian, han intentado conquistarnos por siglos sin éxito, y son una civilización de tecnología más avanzada a la de Kinmoku."

"Vaya." Kaioh-san le lanzó una sonrisa irónica. "Kinmoku en verdad no sabe jugar con sus demás compañeros de recreo."

-Si tan sólo supieras. Taiki ajustó sus gafas. "El ataque de Sailor Galaxia a nuestro planeta fue fraccionado. No sometió al país de un solo golpe."

La mujer en cuestión pareció empequeñecer. Lástima. Taiki no estaba de humor para ser más considerada.

"Te dirigiste directo a la Capital primero."

Galaxia asintió. "Es donde había mayor concentración de signos de vida."

"Por supuesto." Taiki masculló. Los terrícolas presentes indicaron sentirse incómodas. "Pero dime, ¿por qué no atacaste el planeta Magnus?"

"No detecté semillas estelares habitándolo." Galaxia intercambió miradas con los demás presentes. "Para mí, no se registraron signos de vida de ningún tipo."

Taiki simplemente cambió de diapositiva.

"Fuiste engañada. Había vida." Apuntó hacia los planos que había hackeado. "Magnus aplicó un campo protector sobre su atmósfera para pasar desapercibido."

Galaxia se acercó a la presentación, sorprendida.

"No sólo eso, a nuestro regreso a Kinmoku, descubrimos que Magnus ayudó a evacuar al Distrito de Froid por completo durante tu ataque a la capital. En su momento, Kakyuu-Hime lo tomó como una señal de buena fe. Por primera ocasión, la Corona se esmeró en mostrarse agradecidos y mejorar la relación entre ambos planetas. Lo que yo desconocía hasta hace poco… fue la manera de la evacuación." Taiki presionó el control, cambiando de imagen a los bocetos que le había costado tanto a tener acceso. "Magnus utilizó un Portal de Transportación Galáctica e Interestelar."

"¿Portal Interestelar, dices?" Luna se acercó por igual a la presentación, analizando la siguiente diapositiva. La estructura ondulada se mostró en todo en su esplendor, un anillo de naquadah de tamaño monumental.

"Luna." El gato de nombre Artemis emitió. "¿Estás viendo lo que estoy viendo?"

Taiki frunció su ceño. Esa reacción definitivamente no lo había visto venir. Observó a la doncella lunar sostener su mentón, sus ojos sin despegarse de los planos de la diapositiva.

"¿Por qué lucen tan sorprendidos, Artemis? ¿Qué pasa?" Aino-san intentó tomar al minino en sus brazos, pero este se le escurrió de las manos, corriendo en dirección de Luna y Taiki.

"Es una Stargate." Luna se tornó a Taiki. "¿Estás segura de que Magnus tiene acceso a ellas? ¿Kinmoku también?"

Taiki achicó su mirada. "Según mi investigación, Magnus tiene una en posesión, activada en su propia capital. Hay un prototipo también en Kin-Norte."

"¿Quién construyó el prototipo?"

Con la ferviente pregunta de Luna, Taiki aclaró su garganta. "No tengo acceso a esa información todavía. Lo que sí sé de la información clasificada que obtuve es que el prototipo que se construyó en Kin-Norte fue fruto de una alianza entre Kin-Norte, la Corona y Magnus a espaldas de nuestra gente, años previos al ataque de Sailor Galaxia. Lo descubrí por mi propia iniciativa, al hackear el dominio virtual de la Corona." Así como la computadora portátil de la inocente de Yaten, quien, en infinita confianza por su amiga, no había pensado en reforzar la seguridad de sus archivos. Si Taiki sentía remordimiento, era más bien por colocar a Yaten en una posición tan difícil.

No había tenido otra forma, sin embargo. Aislada en la Tierra, en su rol de diplomática, y Seiya inmersa en su nueva vida como civil, sus manos habían estado atadas.

"Estos aparatos, Taiki…" Luna mordió su labio. Compartió una mirada con Artemis. Luego se dirigió a los demás. "Chicos. Estos aparatos son pertenecientes al Periodo del Milenio de Plata. Su existencia es prehistórica."

-Shimatta. "¿Qué dices?"

"Dudo mucho que hayan sido construidos, a decir verdad." Artemis agregó. "Sería extremadamente difícil construir un prototipo de una Stargate, como dices." El gatito batió su cabecita. "Verán, durante el Milenio de Plata, cada planeta tenía asignado al menos una Stargate para movilizarse de uno al otro, de sistema solar a otro, de una galaxia a galaxia, inclusive. Existían diferentes modelos, pero este ejemplar que nos estás mostrando era el más común en nuestro Sistema Solar."

"¿Cómo funcionan?" Chiba se mostró fascinado.

"Son agujeros de gusanos—atajos a través del espacio. El concepto básico de una Stargate es que, al tener al menos dos dispositivos de este tipo en posiciones distantes, los anillos de cada uno se volverán similares a una puerta de enlace física entre las dos ubicaciones. Debieron ser desactivadas después de la batalla mortal contra la Reina Beryl en nuestro Sistema Solar. De ahí… me imagino que al volverse durmientes fueron jaladas a la órbita de cada uno de sus planetas de origen, perdiéndose en ellos con el paso de los siglos."

Esa revelación venida de Artemis, ciertamente, cambiaba muchas de las hipótesis que Taiki había diseñado. Una Stargate no podía ser creada. Más bien, descubierta. "Los reportes que he leído posiblemente fueron alterados para cubrir esa información, queriendo apropiarse de las Stargate como su creación… Eso significa que Magnus ayudó a la gente de Kin-Norte teniendo un motivo alterno todo este tiempo."

"Deseaban tener el Distrito para ellos." Meioh-san siguió su línea de pensamiento. "Probablemente para obtener el Portal de esa región antes de que esa misma monarquía se enterara de lo que tenían en posesión."

Taiki fue obligada a darle cara a la pregunta más difícil: ¿Kakyuu había sido cómplice junto con Magnus en la instalación de la Stargate en Kin-Norte? El tener que considerarlo, lastimó tanto su cabeza, como su corazón. ¿Cómo lo habría logrado, de ser así? ¿Cómo Kakyuu había convencido a los Sang Froid a dejarse experimentar por dos civilizaciones enemigas?

Taiki frotó su rostro, miles de pensamientos corrieron al unísono en su mente. "Entiendo… mucho." Tanto. "La razón por los intentos anteriores de Magnus por conquistarnos por siglos. Esta ha sido siempre la razón."

"No solamente puedes contar con una Stargate, además." Artemis brincó al barandal del quiosco. "Por ejemplo, la Tierra contaba con tres, una que conectaba a Elysion con la Luna, otra que conectaba a Elysion con la superficie de la Tierra y otra que conectada a la Tierra a otros Sistemas Solares vecinos. Como dije, los modelos varían dependiendo las distancias que quieras abarcar."

"Así que están diciendo que podríamos tenerlas en nuestro alcance?" El Príncipe se levantó de golpe, un emocionante brillo en su mirada. "¿Durmiente en diferentes partes del planeta?"

"Muy posiblemente." Luna le sonrió por un momento con la actitud infantil. Luego, se tornó seria. "Pero activarlas requeriría inmensos depósitos de energía. Es por ello que me asombro que las Stargate que mencionas, Taiki, estén en funcionamiento. ¡No puedo creer que lo hayan logrado!"

"Dios, mi cabeza." Aino-san se dejó caer en los escalones del quiosco. "Magnus, Kin-Norte—¿quién es el verdadero enemigo, entonces? ¿Qué tienen que ver estos portales con el conflicto que esté sucediendo en Kinmoku-sei?"

"Todo." Taiki respiró hondo. "Es altamente posible que justo en estos momentos, Magnus junto con Kin-Norte estén intentando invadirnos y derrocar a la Monarquía de las Flores Doradas."

"Oh, dios mío." Luna acarició el brazo de Taiki en apoyo moral. "Eso es terrible."

"Se supone… que no debo saber nada de esto." Taiki gruñó con frustración. "Pero comencé a sospechar que algo turbio estaba ocurriendo en Kinmoku, al poco tiempo de ser asignada como Embajadora. Mi cambio de posición, la falta de comunicación directa con Kakyuu-Hime; ahora veo que fueron pasos de un plan… Sin olvidar, que Yaten no es buena mintiendo." Su mayor arrepentimiento podría considerarse no haber alertado a Seiya de todo esto, antes de mandarla a Kinmoku. Mandarla al matadero sin armas, de esa manera, le revolvía el estómago. ¿Cómo estaría lidiando Yaten con la perdida de Kakyuu-Hime? Astros. "No sé qué tan involucrada esté Yaten en las ramificaciones de esta conspiración, pero eso no cambia el hecho de que nunca dejaré de preocuparme por ella. Por mi gente. Así que inicié mi propia indagación. Descubrí que Kakyuu había formalizado una alianza con el Príncipe de Magnus y que estaban próximos a contraer nupcias estos últimos días, coincidiendo con la visita de las chicas a Kinmoku."

"¿Kakyuu estaba por casarse? Wow."

"La muerte de nuestra Princesa." Taiki tragó saliva a través del grueso nudo en su garganta. "Tiene que estar vinculada a un posible golpe de estado. Puede que hayan sido una Triada al inicio de este plan, pero es más que obvio que Magnus y Froid traicionaron a la Corona por su propio beneficio, al final. Nuestras tácticas de defensa de la capital dependían de Kakyuu. Usaron a nuestra Princesa hasta tener la guardia baja y entonces atacaron nuestra mayor debilidad para incapacitarnos. En retrospectiva… eliminarla del camino era inescapable para lograr destronarla."

El silencio que prosiguió fue un peso agobiante. Luna acogió a Artemis en sus brazos, tomando asiento de nuevo. Setsuna-san y Chiba-san intercambiaron más miradas indescifrables. Galaxia se había alejado del grupo de manera considerable, flagelándose mentalmente, lo más seguro.

Aino-san lució triste, arrojando miradas preocupadas hacia la kinmokusiana, seguramente sin saber cómo consolarla.

No que Taiki ocupara su lastima.

"¿Sabías que algo así sucedería y aun así las dejaste ir?"

Taiki parpadeó, viendo el rostro de Kaioh endurecido en furia rotar sobre su eje, para darle la cara. Sintió déjá vú del pasado, y le sorprendió atestiguar aquella hostilidad de antaño.

"Como ya lo he dicho: sospechaba."

Una ceja cerúlea se alzó con desaire. "Tenías evidencias parciales. Las cuales no te dignaste a compartir hasta ahora."

Genial. Volvían a las viejas costumbres de acusaciones y desconfianza, entonces. Una parte de Taiki sintió desilusión. Había creído… Taiki sacudió su cabeza. "No tenía suficiente información para predecir que un golpe de estado se llevaría a cabo hasta recientemente, con el fallecimiento de nuestra Princesa. Estaba uniendo las piezas."

"Basta. No perdamos nuestras cabezas." Mamoru Chiba levantó la voz. "Reñir entre nosotros a estas alturas, no nos llevará a nada, Michiru."

Kaioh-san produjo un resoplido. "Oh, ¿ahora te molestas por pensar con cabeza fría? Llamen a la prensa."

"Michiru." Setsuna reprimió a su compañera, voz dura.

Chiba, por su parte, arrojó una mirada a la Outer que redujo la temperatura de Elysion. Interesante, ¿podría el lugar reaccionar a los estados de ánimo del Príncipe? Mn.

-No. No divagues. Taiki intercambió una mirada con Minako Aino. "Lo siento. Nunca fue mi intención colocar a tus amigas en peligro. Mucho menos a Sailor Moon."

Aino se apresuró a levantarse de los escalones. "Por supuesto que sabemos eso, Taiki." La joven se tornó al resto de sus compañeras. "Chicas, puede resultar fácil echarle la culpa a una sola persona por lo que está sucediendo, pero no es lo correcto." La chica aspiró con fuerza, para luego positivismo brillar de su porte. "Además, ¿saben qué? Ni Sailor Moon, ni Jupiter, Mercury, y ni mucho menos Sailor Uranus, son unas debiluchas. ¡Si no han regresado, es seguramente porque están ayudando!"

"O porque están atascadas."

Minako giró hacia Taiki de vuelta. "¿Eh?"

Taiki suspiró por milésima ocasión, sus hombros deslindándose con más remordimiento. "Otra de las muestras de alta tecnología de Magnus, como decía, es crear un escudo de protección alrededor de su atmósfera para anular señales de vida. Kinmoku acaba de adquirir una versión minimizada de ese tipo de escudo para proteger a la capital de ataques llamado Sistema M.A.D.R.E.—fui parte del comienzo del proyecto, de las regulaciones y los nuevos protocolos que debían documentarse, hasta hicimos pruebas iniciales del Sistema, pero no fue hasta recientemente que descubrí en mi investigación, que ese producto fue adquirido de Magnus de igual manera. Puedo asegurar que deben estar aplicando una protección similar alrededor de la atmósfera de Kinmoku para evitar…"

"Que tu gente huya a la Tierra de nuevo." Kaioh-san remarcó. "Los quieren atrapados como ratas."

Apretando su quijada, Taiki se limitó a asentir.

"¿Cómo los ayudamos?" Aino colocó sus manos en su cintura, visiblemente decidida.

-Eso es lo que quisiera saber. Cerrando sus ojos, la expositora negó con su cabeza lo inevitable. "No lo sé."

"¿Y si intentamos la teletransportación de las Sailors?"

Taiki volvió a menear su cabeza. "Si el escudo está activado, resultaría muy peligroso para ustedes, Aino-san. Podrían perecer en el intento, al quedar flotando en el espacio. Estar expuestas al vacío las mataría al instante."

"Ouch." Minako hizo una mueca. "Suena doloroso."

"¿Ese famoso escudo no presenta ninguna debilidad?"

"No he llegado a ese descubrimiento, pero debe tenerla." Taiki volvió a su presentación. "Mi investigación no está terminada. Continúo recopilando información del respaldo que hice del servidor de la Corona."

Setsuna Meioh dejó su lugar a lado de Mamoru Chiba, caminando en dirección de Taiki con una expresión sombría. "Todo lo que nos has compartido es agradecido." La mujer se cruzó de brazos. "Siento terriblemente tu pérdida, Kou Taiki."

Aclarando su garganta, Taiki inclinó su mentón. "Arigatou."

Setsuna-san asintió en eco. "Dicho eso. Algo extraordinario ciertamente está ocurriendo. Este suceso, o serie de sucesos, está desprendiendo olas en la fluidez del tiempo y el espacio. Lo puedo percibir. Muy posiblemente estos acontecimientos hayan sido fijados."

Taiki sintió el fondo del estómago desaparecer. "Demonios. En ese caso…"

Setsuna suspiró. "Los mismos hechos hubieran transpirado, estuvieras tú aquí, o en tu planeta; hubiera nuestra Princesa cambiado el Destino, o no. Esta guerra civil estaba destinada a desarrollarse."

"El Destino es obsoleto de ahora en adelante, ¿qué no?" Mamoru Chiba interceptó. El grupo fue atraído a su tono de voz, frío con cierto cinismo. "Dime Luna, si tuviéramos una Stargate en funcionamiento, ¿podría conectarse a la de Kinmoku?"

Luna dudó, mirando a Artemis, a Taiki, a Setsuna—terminó encogiéndose de hombros. "No soy una experta, Mamoru. Lo que recuerdo es que es vital tener las coordenadas exactas del lugar al cual quieres viajar, o eres desintegrado por el Iris en el interior del Stargate. Además, como lo mencioné, para activar una Stargate se requeriría de una inmensa fuente de energía. Sin olvidar que, para encontrarlas," Una risa incrédula salió de su boca. "¡podría tomar años, Mamoru!"

"Ninguno de nosotros somos expertos, lo entiendo." El hombre masculló, sosteniendo su mentón. Por un momento, el Príncipe se hundió en sus pensamientos, mesurando posibilidades en privado. "Sin embargo, hay alguien entre nosotros que podría saber lo que necesitamos. Justo bajo nuestras narices."

Luna lució intrigada. Luego, pareció leer las intenciones del Príncipe. "Te refieres a—"

"Dijiste que Elysion tenía en posesión una Stargate." Chiba enunció, firme. Su pecho se infló con una profunda inhalación. Con su barbilla, señaló hacia la Tierra de ensueños que los rodeaba. "Pues ya estamos aquí. ¿Quién mejor que su Guardián, para ayudarnos a encontrarla?"


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Planeta Kinmoku.

ACTUALIDAD.

Localización: Palacio Real,

Distrito Asterope.

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"No te creo." Sailor Star Fighter respingó. "Sailor Moon, no te acerques a él."

"Shush." ARQ realizó un gesto con su puño derecho que inmovilizó a Fighter, obligando sus brazos a quedar adheridos a su cuerpo. "Ahora, ¿en qué iba? Oh, sí. Ocupamos de un lugar cómodo para platicar, posiblemente con vino a la mano y buenas botanas. Sailor Moon, te brindo el honor, ¿por qué no escoges?"

Sailor Moon le miró de manera despreciable. "Déjala ir."

ARQ hizo una mueca. "Bien. Como quieras."

En 7.8 segundos, los tres se encontraron en la suite Real, justo en la sala de descanso, que tan solo un día previo, le había pertenecido a la Princesa de las Flores Doradas.

Por la expresión de aberración total en Sailor Fighter, ARQ tuvo la certeza que la mujer reconoció el lugar también.

"Tomen asiento, pónganse cómodos."

Obedeciendo el comando en contra de su voluntad, Sailor Moon y Sailor Star Fighter plantaron sus pequeños traseros en el diván más amplio. A pesar de la forma en la que fueron manipuladas, ambas mujeres mostraron blandura al estar en mutua proximidad. Oh, el amor.

ARQ se levantó dirigiéndose al minibar. "Lo siento. Si no tuviera la certeza que intentarían decapitarme en cuanto las liberara de mi telequinesis, no tendría que usarla."

"No somos asesinas." Fighter le sonrió. "A diferencia de otras personas."

Gracias a los Astros que Kakyuu había sido aficionada de los vinos más fuertes. Se sirvió una copa y la inhaló, enamorado con el aroma. "Ah, no. A mí no me gusta ensuciarme las manos. Para eso están las Moiras."

Fighter lo miró con suspicacia.

ARQ caminó de regreso a la sala, acomodándose en el diván opuesto. "Todavía no es relevante llegar a esa parte. Tenemos que abarcar puntos antes."

"Si quieres hablar conmigo, tendrás que confiar en mí." Sailor Moon enunció con una forma que le sorprendió. "Mientras estés manipulándonos, no me interesa lo que tengas que decir."

ARQ alzó una ceja, impresionado. "Oh. Lo veo ahora."

Sailor Moon parpadeó. "¿Huh?"

"El cambio." ARQ cruzó sus piernas en consideración. "Solías ser ingenua. Moldeable. Abnegada. Las tres características principales para atarte al Destino. Te veo ahora... Mm. Tu piel se ha vuelto más gruesa. Tu lengua más picuda—me miras con intención. Has aprendido a sentirse segura de ti misma." Moviendo su atención de las prontas mejillas sonrojadas de la Guerrera Lunar a Sailor Star Fighter, ARQ pestañeó un ojo. "Como era el óptimo propósito de haberte conocido. Kou Seiya, el mejor amigo, lo suficientemente parecido a Mamoru Chiba para romper las defensas de Sailor Moon, pero lo suficientemente diferente para ser repelado por su corazón. Sailor Star Fighter, la guerrera que protegería a Eternal Sailor Moon del Caos, cuando todo lo demás fallara. Una Estrella Fugaz, nunca hecha para permanecer en un sólo lugar. Tu propósito debió de haber terminado en la azotea de la Preparatoria Juuban en el atardecer del 3 de febrero de 1997, diciéndole adiós a aquella chica que te hizo sentir ese—doloroso y apestoso, pero oh tan maravilloso sentimiento—llamado amor."

Fighter fue la primera de rehuir de su mirada. Sus puños, aunque pareció imposible, se apretaron más.

"¿La volvería a ver de nuevo?"

La pregunta fue hecha con voz afectada, y no provino de Sailor Fighter. Los enormes ojos de Sailor Moon le imploraron por una respuesta que satisficiera su fuente interminable de fe. ARQ se acercó hacia ella, apoyándose en sus rodillas para contemplarla de cerca.

"Sí." ARQ reveló. "Tú habrías sido la última cara que Sailor Star Fighter hubiera visto antes de perecer en las trincheras, un considerable largo tiempo después."

Había subestimado el largo rango de emociones que un humano podía expresar. Sailor Moon recibió el golpe con hombros endurecidos. Sus manos entrelazadas oprimiéndose sobre su pecho en un tipo de consuelo que iba más allá de lo físico.

"Souna…"

"No le hagas caso, Sailor Moon. No podemos tomar su palabra por hecho."

ARQ suspiró. "La Neo Reina Serenity no habría sido aquella chiquilla con la que te encariñaste, Sailor Fighter."

"Siento que es la verdad. Siento horror dentro de mí, Fighter. No lo puedo explicar…"

ARQ asintió. "Un Agente del Tiempo y Arquitecto de Meta-creación no ofrece la verdad de manera voluntaria con frecuencia. Pero cuando lo hace, sentirás su certeza a nivel cósmico. Es una regla."

Toda vitalidad reventó de Sailor Fighter; tal globo pinchado. Los rasgos de conflicto y su sed de venganza evolucionaron a algo oscuro, abatido. Distante y frio.

"¿Por eso estás aquí? ¿Para arreglar al Destino, convencer a Sailor Moon de retomar donde se quedó?"

"Fighter, ¿qué dices?"

"No."

Dos cabecitas en colores contrastantes se volcaron en su dirección.

ARQ saboreó su vino con deliberada lentitud. Con la espera, parte del coraje tejido en el ADN de Sailor Fighter volvió a resplandecer por su porte.

"Lo que han hecho es irreversible. En lo personal, ¿me importa? No tanto. ¿En lo laboral? Mmm." ARQ hizo una mueca. "Uy, ahí es donde se pone difícil la cosa. Porque es ahí donde una línea muy fina, entre el Caos y el equilibrio del Cosmos, entra en juego."

"¿De qué rayos hablas? ¿Quieres ayudarnos o no?"

"Las que deben ayudarse son ustedes mismas." ARQ se levantó del diván súbitamente. Vacío el ultimo sorbo de vino y arrojó la copa al lado opuesto de la alcoba. "Sí, sí. Se han rebelado, han vivido para contarlo. Están enamoradas, tienen su pastel de felicitaciones, el club de fans, y las camisetas—pero, ¿adivinen qué? El haber reinventado sus propios roles, no les da derecho a destrozar la arquitectura de eventos predestinados como éstos, sólo porque se están sintiendo altruistas." ARQ apuntó hacia las largas ventanas que daban al mundo exterior. "Existen reglas todavía. Reglas que existen por una razón. Reglas por respetar, para que la maquina bien aceitada siga su curso."

"No entiendo." Sailor Moon intercambió un vistazo temeroso con la implacable mujer a su derecha.

ARQ rascó su nuca. ¿Tendría que explicarlo con manzanas y plátanos? Astros.

"Se está refiriendo a que muy posiblemente ni tú, ni tus amigas, deberían estar en Kinmoku en estos momentos."

Punto para Fighter!" ARQ sonrió de oreja a oreja. "No eres solo músculos, tienes materia gris, excelente."

Fighter le aventó otra de sus miradas estelares de desprecio. "Sailor Átropos mencionó que el asesinato de Kakyuu había sido un evento fijo en la línea del tiempo. ¿Eso quiere decir que ella…" La mujer tragó saliva. "¿Ella hubiera muerto, en la línea de tiempo original?"

"En cada una de ellas. Bajo la misma mano, sin importar la realidad." ARQ caminó hacia las ventanas. "Ya estaba escrito. Inevitable como el nacimiento de la Princesa Serenity en tiempos prehistóricos."

"¡Que crueldad! Lo dices como si fuera algo que debemos aceptar y olvidar." Sailor Moon comenzó a forcejear consigo misma. "Si has venido para convencerme de no ayudar a la gente de Kinmoku—"

"Eso es precisamente lo que vine a decirte." ARQ tronó sus dedos en énfasis. "No deberías estar aquí, Sailor Moon. Entiéndelo. Tus Senshis no debería estar aquí." Apuntó hacia sus espaldas. "El escudo nunca debió haber sido activado."

"Hice lo que tenía que hacer: ¡lo correcto!"

"Lo entiendo, eres una Sailor Scout que lucha por el amor y la justicia, yada yada yada, es parte de la mercadotecnia, tienes que ayudar, pero este no es tu planeta—"

"¡No lo hice porque sea una Sailor Scout! ¿Qué no te queda claro? Ayudé porque es lo correcto. Toda esa gente inocente de allá afuera no merecía perecer en una guerra sin sentido."

"Ahí es donde estás equivocada. Cada Guerra tiene una razón. Miles de personas mueren a cada hora, ¡en toda parte de este sistema solar y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente!" ARQ caminó hacia Sailor Moon, agazapándose sobre su forma. "Y tal vez puedas hacer algo al respeto en tu planeta, en tu propio sistema solar. Pero no aquí. No en este momento. Eres Sailor Moon. Una Senshi. No una Diosa. No te incumbe decidir quién muere y quién vive en este vasto universo."

La chica, increíblemente, levantó si mentón en desafío. "Puedo intentarlo."

ARQ no pudo encerrarse para sí la risa. "Vaya, vaya." La chica era valiente, eso sí. "¿Sabes cuál creo que es tu problema? Has logrado demasiadas cosas imposibles en tu trayectoria."

Se fijó en la Star Fighter. "¿Y tú? ¿Nada que decir?"

"Vete al infierno."

"Una mujer con clase." ARQ murmuró. "Estamos hablando del futuro de tu gente, pero no te apures. No es que te interese mucho, a lo que veo."

"Me importa." Fighter gruñó.

ARQ frunció su ceño, determinando la multitud de colores englobados alrededor del aura de la Star Senshi. En efecto, una alta responsabilidad violeta era detectable. Lealtad. Amor. Amistad. Añoranza. Remordimiento. La misma clase de emociones que debieron estar atadas a este evento fijo en el tiempo y espacio. Fue entonces, que ARQ se percató que Fighter estaba más cerca de su camino predestinado, de lo que había sospechado. La única variable seguía siendo…

"Creemos conocernos hasta que algo más poderoso nos sobrepasa, ¿mm?"

Eran tan jóvenes. Tanto Sailor Fighter, como esta versión de Sailor Moon. Dialogar tal vez no era la mejor táctica para atravesar sus ideales, y terquedad.

ARQ tronó sus dedos.

Cambio de planes.

"¿Pero qué…?" Fighter reaccionó al cambio de escenario como si hubiera recibido un puñetazo. Sailor Moon, ahora liberada de sus ataduras invisibles, saltó del diván, expresando una sorpresa gemela.

A primera vista, nada mostró haber cambiado más que la hora del día, mostrado una mañana bañada en resplandores de los tres soles.

A la alcoba, entró Sailor Star Fighter. O por lo menos, su versión pubesca.

"Oh, no." Fighter-actual masculló. Muy lista, para reconocerse así de rápido.

"Es seguro. Adelante, Princesa."

Esta versión fue seguida de Kakyuu-Hime. Mucho de la dureza ganada post-invasión todavía ni mostró raíces en su hermoso rostro juvenil. ARQ observó a las jovenzuelas mirarse de reojo, y reír con complicidad. Como si el mundo no importara.

"¿Fighter?" Sailor Moon se acercó a su propia versión, levantando una mano.

Antes de hacer contacto, sin embargo, la Star Senshi se apresuró a sostener a Sailor Moon de los brazos, urgencia plasmando su porte. "Odango, te lo iba a decir, lo juro."

"¿Qué cosa?"

Fighter-actual cerró sus ojos. "Por favor."

"¡Los Senadores ciertamente no tienes sentido del humor de ningún tipo!"

"¡Fighter, son Senadores! ¡Estas juntas no son para divertirnos sino para decidir los mejores métodos para alcanzar paz y armonía con nuestras diferentes naciones!"

"Seguro." Fighter del pasado persiguió a su Soberana con la lealtad de un cachorro patético, asomándose por detrás de los hombros de la pelirroja, cuando ésta se detuvo frente a su escritorio a revisar los pergaminos en espera. "Sólo digo que Maker y Healer siempre parecen librarse de este tipo de responsabilidades."

"Mm." Kakyuu-Hime permitió que su guardiana anclara su mentón en su hombro, ojos fijos en los pergaminos. El cambió fue sutil, pero ARQ lo vio. El filo calculador de sus acciones. "Eres mi guardiana de mayor confianza, Sailor Fighter. Lo sabes. Te necesito."

Una Guardiana a esa edad era fácil de impresionar. Fighter no fue la excepción. La chiquilla tropezó con su propia lengua, antes de poder dar una respuesta.

"G-Gracias, Kakyuu-Hime. Es-Es un honor."

Kakyuu giró sobre su eje, sonriéndole a su guardiana. En sus manos, descansaba un pergamino enrollado en particular.

"Este mensaje viene de Sang Froid. Es la respuesta de la Condesa."

"Oh." Chibi-Fighter, en su total ignorancia de estar siendo manipulada, sonrió complacida consigo misma. "Por tu expresión, puedo adivinar que has leído lo que querías obtener."

"Fighter, nunca lo hubiera logrado sin ti." Con su palma derecha, Kakyuu cubrió parcialmente el rostro de Star Senshi. "Fuiste vital para convencer a Kin-Norte de esta alianza. Después de la Guerra Civil contra mi Padre, sé que nunca hubiéramos logrado negociar este trato con tu familia sino hubiera sido por tu insistencia—por tu facilidad de palabra con tu tía."

"Bueno. Soy su favorita."

"Estúpida." Fighter-actual resopló con incredulidad. "No puedo creer que en verdad haya dicho esa tontería."

"Fighter, ¿qué significa este recuerdo?" Sailor Moon fue un eco de Kakyuu-Hime, tomando en posesión el rostro de su querida rebelde-sin-causa. "Es lo que es, ¿verdad?"

Aunque fue una fracción de movimiento, ARQ captó la cabeza de la autora de este recuerdo, inclinarse. "Esto sucedió un año antes de que Sailor Galaxia nos atacara. Healer y Maker no lo saben. No podía decírselos… Me odiarán cuando lo averigüen."

"Claro que no. Ellas nunca te odiarían. Son tu familia."

-Oh, que dulce positivismo. ARQ suspiró.

"Sailor Moon… no lo comprendes. Vendí a mi gente al enemigo. Mi tía nunca me lo perdonará. Causé este desastre—o al menos, contribuí en mucho para que Magnus experimentara en Kin-Norte con el permiso de mi tía, la Condesa. Traicioné a mi gente, al convencerlos de que firmaran alianza a la Corona."

Mientras su versión más joven disfrutaba de ser elogiada por su ama por haber sido buena y obediente, su contraparte parecía querer vomitar en cualquier momento.

"Sólo porque ella me lo pidió." Una risa amarga tembló de la quijada de la guerrera. "Porque quería impresionarla."

"Oh, Fighter." Sailor Moon acarició sus cabellos.

"¿Lo ves ahora?" Fighter se soltó de Sailor Moon de manera súbita. Con ello, ARQ dejó la ilusión caer.

"Puedes redimirte, Sailor Star Fighter." ARQ ofreció, casual. Limpió sus uñas en su saco. "Tu tía todavía te tiene en su gracia."

"Está muerta, no creo que su opinión importe mucho." Fighter resopló por sus narices.

ARQ limpió las uñas de su mano puesta. "Eeeeh, ni tanto. Esos 4 mil soldados no se están liderando por sí solos, si mis cálculos no me fallan. Todos esperando a cruzar el Portal Intergaláctico de la capital, desde la Ciudad Sang Froid en estos momentos—oh, bueno, lo que queda de ese cráter."

Fighter mordió el anzuelo, mirándolo con recelo.

ARQ se encogió de hombros. "Sólo digo, después de traicionar a tu propia familia por un rostro bonito, lo menos que podrías hacer es brindarles esta victoria final." Levantó una mano. "¡Áh, áh! Pero antes, tendríamos que corregir unos cuantos detalles."

"¿Cómo cuáles?"

ARQ sonrió. "Manda a Sailor Moon de vuelta a la Tierra."

Sailor Moon tomó un paso al frente. "No abandonaré a Fighter."

"Lo que estás diciendo… No tiene sentido. Es Magnus quien quiere la Corona."

"Tu Tía la quiere más. En estos momentos, el Príncipe Friéht confía que el ejército de su aliada servirá para terminar de redoblar a la gente de la capital y mantener tibio el asiento del trono para él. Pero así no es como se gana una revolución."

Esta vez, fue Sailor Moon la que comprendió las implicaciones. "Se van a traicionar unos a otros. Después de trabajar juntos en contra de Kakyuu-Hime, ¿ahora se tornarán unos a los otros, así como así?" La justiciera se tornó a Fighter. "Eso suena repugnante, Sailor Fighter. No puedes hacer lo que este hombre te dice. Sólo llevará a más sangre derramada."

"¿Cómo crees que se llega a la democracia, Sailor Moon? ¿A la libertad misma? Si uno desea luchar por un mejor ideal, sacrificios siempre tendrán que ser realizados. La Condesa tomará el Trono—" Divisó la mueca en Sailor Fighter. "para destruirlo."

Sailor Fighter torció su cabeza en peligrosa velocidad. "¿Nani?"

ARQ se dejó caer al diván de nueva cuenta. "¡A eso me refería! Eventos se vuelven fijos porque son esenciales para el desarrollo de civilizaciones a nivel de universos y galaxias, tórtolos. Por muchos años, Kinmoku ha sido gobernado por tiranos. Kakyuu-Hime no era una mala persona, aunque el rol que le correspondió fue el de Transición. Ella fue el Instrumento para una nueva Era."

"¿Ah, sí? Y según tú, ¿qué le espera a Kinmoku-sei en esta dichosa Nueva Era?"

ARQ materializó un paquete de golosinas originarias de Magnus. Tenía bastante apetito después de hacer el pequeño viaje al pasado. "Ya lo dije. Tu planeta está en un punto donde puede florecer como democracia y no una monarquía—pero debes dejar los acontecimientos fluir."

Sailor Moon, aun de pie junto a la Star Senshi, hizo todo en su poder por entablar conexión visual con su compañera. Fighter estaba siendo seducida, sin embargo. ARQ lo podía distinguir.

"Si hago lo que pides, mandar a Sailor Moon y a sus amigas a la Tierra…"

"Sin olvidar apagar el maldito escudo."

"Y te permito traer a mi Tía aquí… ¿Me puedes garantizar que mi gente ganará?"

ARQ introdujo el trozo de azúcar en su lengua, sintiéndola derretirse. "Tendrás que permanecer aquí y descubrirlo tú misma. ¿No te emociona, mm? ¿Ser parte de esta revolución?"

"Fighter, ¿qué pasará con los refugiados? ¿Qué pasará con las personas que han salvado de los otros distritos?"

Demonios. Fighter indicó que in balde de agua fría le había caído encima. "Es cierto. Los refugiados. Perecerán, atascados en el medio del ejercito de mi Tía y el de Magnus."

"Tal vez. Quizás. Puede ser. Puede ser que no." ARQ introdujo otro par de golosinas. "No puedo decidirlo por ti. Esa parte espera a ser escrita por primera ocasión. No obstante, Sailor Star Fighter, nadie mejor que tú conoce el poder de convencimiento que tienes con tu familia. Es muy posible que estés por convertirte en un personaje clave. Podrás influir en el resultado, tal vez salvar a esa gente."

Fighter se mantuvo sorda a las peticiones de su novia.

ARQ se fue por la yugular. "Apégate al guion, y esto termina. Sigue las Reglas de Meta-Creación. Es lo menos que puedes hacer."

Fighter retiró las manos de Sailor Moon de su persona. ARQ luchó contra el impulso de darse de palmaditas a sí mismo en felicitación. Casi, casi…

"¿Qué pasará con Maker y Healer? ¿Qué clase de roles deben tener ellas?"

ARQ se encogió de hombros. "Esa información es clasificada, lagartija."

Observó entonces la figura de Sailor Fighter congelarse. ARQ se congeló por igual.

Casi…

"¿Cómo me llamaste?"

ARQ aplicó una sonrisa inocente. "Ups. Se me salió."

Fighter lo analizó de pies a cabeza.

ARQ juntó sus palmas juntas de manera ruidosa. "¿Por qué no te dejo pensarlo? 1 hora. Háblalo con Sailor Moon. Consúltalo con la almohada. Lo que sea que te pueda ayudar a decidirte. 1 hora. Y volveré."

"Espera, ¿a dónde irás?"

"No me extrañes tan rápido, Sailor Moon." ARQ guiñó un ojo. "Estaré cerca."


[+][+][+]


Fighter había visto a Usagi Tsukino en múltiples estados de enojo desde que se habían conocido. Se había ganado asiento de primera fila en muchos de sus regaños y leídas de cartilla, como para no estar familiarizada.

Este tipo de enojo, sin embargo…

Fighter no estuvo preparada para ser ignorada, en cuanto estuvieron a solas. Cuando había esperado más plegarias por reconsideración, la chica la sorprendió con la súbita salida de la suite, dejándola parada como idiota, boca abierta en plena oración.

"¡Sailor Moon!"

Corrió fuera de la suite, girando a ambos lados del pasillo. Distinguió las puntas de un ala gigante dar vuelta al final del lado derecho y se apresuró a alcanzarla. ¡Demonios, vaya que podía correr aun en tacones!

"¡Sailor Moon, espera!"

Encontró a la chica en espera de uno de los elevadores, presionando el botón principal con manera obsesiva.

"Oye, tranquila. Vas a atascar la cabina." Fighter alentó su paso, una vez cerca de ella. Levantó su propia mano enguantada para ayudar en los procedimientos.

Solo para ver a Sailor Moon negar la ayuda, alejando su mano para evitar hacer contacto.

Oh. Fighter suspiró por dentro. "Odango."

"No me llames así." Sailor Moon se introdujo a la cabina en cuanto se abrió, y presionó el botín interno para no permitirle pasar. "¡Toma el siguiente!"

Fighter permaneció parada como una idiota, por segunda ocasión.

Suspiró.

"De acuerdo, me lo gané."

Viendo la trayectoria que Sailor Moon estaba siguiendo por la secuencia del panel de control, Fighter le siguió al mismo punto de encuentro: donde habían dejado a Sailor Developer y a su escuadrón. Afortunadamente, para cuando Fighter se les unió de vuelta, Developer ya había despertado del ataque producido por el Príncipe Skyrr.

Lo que no fue tan afortunado, fue la pérdida de memoria.

Ni Developer, ni el escuadrón, tenían memoria de cómo habían sido noqueados a la inconsciencia, por más que Fighter les insistiera. El extraño fenómeno solo sirvió para cementar lo que habían experimentado—a pesar de sentirse irreal, la evidencia se lo demostró.

Había conocido al Arquitecto.

El Creador de Sailor Moon.

"Lo que sea, que eso signifique." Fighter murmuró para sí, después de ordenarle a Developer a llevar a su escuadrón a un chequeo rápido a la enfermería.

Sailor Moon estaba en la Sala OPS. La chica se abrazaba a sí misma, frente a la plataforma principal, observando las pantallas de seguridad. Muy posiblemente buscando por alguna señal de sus amigas.

Fighter entró. Selló la puerta para evitar interrupciones.

Silencio.

Fighter se adentró más a la Sala. Aclaró su garganta.

Sailor Moon siguió ignorándola.

"Este silencio no es natural viniendo de ti."

"¿Ahora sí quieres escucharme?"

Ouch.

"Porque hace un rato, dejaste muy claro que lo que yo diga tiene poco peso para ti."

"No, no es así." Fighter batió su cabeza en negación.

Eternal Sailor Moon se dio la media vuelta. Segura, en su expresión desaprobadora. Fue una expresión que transportó a Sailor Fighter a su primer encuentro, años atrás en aquel parque de Japón.

"Sé lo que se siente ser regida por la sensación de culpa, Fighter. El Arquitecto te está manipulado porque quiere explotar tu remordimiento y sabe que debe separarnos. No nos engañemos que esta situación no es un problema compartido entre ambas."

"Puede ser." Fighter gruñó. "Hasta cierto límite."

Una risa incrédula se manifestó de la rubia de colillas. "¿Hasta cierto límite, dices? No lo entiendo… ¿Por qué no puedo ayudarte a defender tu planeta, como tú me ayudaste a defender el mío?"

Déjenselo a Sailor Moon para ir directo al corazón del asunto.

Fighter percibió su cálida estrella acercarse, aunque todavía lejos de su alcance. Tenerla cera y tan lejos fue una pequeña tortura.

"No voy a seguir disculpándome con el universo por haberte escogido."

Las cuerdas vocales de la Star Senshi se hicieron nudos, cancelando sus intentos de emitir algún sonido. El impacto de lo dicho la condujo a levantar su mirada del suelo, sin embargo, atónita a la valentía marcada en Sailor Moon.

"No voy a seguir sintiendo culpa por lo que no pudo suceder." Un paso. "Me niego a hacerlo." Otro paso. "Y si tengo que enfrentar al Arquitecto, a Sailor Átropos, a las Moiras, y a quien más que quiera pararse en mi camino a dictar como debo vivir mi vida—lo haré." Y otro. "Defenderé mi decisión. Enfrentaré las consecuencias. Ya no tengo miedo, Sailor Star Fighter. Porque tú siempre lo has valido."

"Sailor Moon…" Fighter masculló con dificultad. Su corazón fue eclipsado por una intensa sensación de irremediable ternura. Fue la luz de la luna, arrasándole de adentro hacia afuera, desde cero. Como si fuera la primera vez.

Astros. ¿Qué le hacía esta mujer?

"Lo que ese tipo dijo…" Sailor Moon mordió su labio inferior, por un instante, afligida. "Si es verdad, sólo me alegro más que nunca, de no haberte dejado ir."

Sonrojada, Fighter resopló por sus narices. "Cielos. Recuerdo que estaba decidida, antes de entrar aquí."

Sailor Moon le sonrió. "¿Y ahora?"

Fighter suspiró. "Siempre has sido más valiente que yo, Odango."

"Eso no es cierto." Sailor Moon, por fin, cerró la distancia para tomar sus manos entre las suyas. "¿De quién crees que aprendí a no darme por vencida, en primer lugar?"

Fighter dejó sus párpados caer, presa al amor reivindicándola de aquel camino lóbrego por el que había estado vacilando. En cuestión de minutos, el cuerpo de Sailor Moon se envolvió en ella—consumiéndola en su candente estrella, el perfume de su piel y la dulzura de su personalidad.

"También me enseñaste—junto con Taiki y Yaten—que huir no resolverá nada." Sailor Moon susurró. "Piensa en Sailor Star Maker, y en Sailor Star Healer. Nunca permitirían que su gente fuera sacrificada de esta forma, Fighter. Permitir una masacre no puede ser la respuesta a esta guerra."

"Debo hacer algo, Usagi." Fighter siseó a lo bajo. "Odio esto. Sin poder hacer nada, atrapada en este palacio como cucaracha esperando a ser aplastada… Sin poder hacer nada más que observar. Sailor Star Healer—¿Dónde diablos se habrá metido?"

"Estoy segura de que Sailor Uranus y Sailor Healer están juntas. Volverán a nosotras, Fighter. Ya verás."

Fighter oprimió el cuerpo de la terrícola con todas sus fuerzas, acomodando la cabeza de Sailor Moon en su hombro. La voz del Arquitecto atosigó sus pensamientos, hablando del tipo de mierda que les llovería si no se alineaban como soldaditos a su comando. "¿Qué tal si provocamos un cataclismo peor, al no hacer lo que quieren?"

Esa era la raíz de su miedo, siendo honestas.

"No podemos pensar de esa forma." Sailor Moon se separó, aprisionando su rostro en sus manos. "Y no puedes culparte por lo que sucedió en aquel recuerdo. Sólo intentabas hacer lo que tu Princesa esperaba de ti."

Fighter volvió a suspirar. "No podía decir nada por años. Kakyuu me juró a silencio por Decreto Real. No creo que en verdad me haya importado al inicio. Con Sailor Galaxia teníamos suficientes problemas. No comprendí las verdaderas implicaciones de lo que había ayudado a provocar, hasta que volvimos a Kinmoku a estas supuestas vacaciones. Traté de hablar con ella, le dije a Kakyuu que conspirar contra su propia gente no era lo correcto, pero ya estaba decidida. Para ella ya no había vuelto atrás. Fue ella la que me mandó a una maldita celda la noche antes a la Boda."

"¿En serio?" Sailor Moon lució asqueada. "No puedo creerlo que haya cambiado tanto en un corto tiempo como este. Todavía recuerdo cuando la visité en su Suite. Lucía contenta con su Boda."

"No me gusta decirlo." Fighter ignoró el mal sabor de boca. "Pero muy probablemente quería asegurarse de tenerte de su lado como futura aliada. Así es como funciona la política. Kakyuu… era una mujer más calculadora de lo que dejaba ver, Sailor Moon."

"Supongo que nunca hubo tiempo para conocerla a fondo." Sailor Moon dio la impresión de perderse en sus recuerdos de la mujer, sus ojos fijándose en un punto de su izquierda. "Siempre se comportó amable conmigo… Lo que me hacía sentir peor."

"¿Peor? ¿Por qué?"

Sailor Moon volvió al presente. Sacudió su cabeza ligeramente. Le sonrió. "Nada. No importa." Sailor Moon volvió a las pantallas del centro de mando. "Los refugiados no tardan en llegar junto con Sailor Mercury, y Sailor Jupiter." La misma firmeza que había deliberado frente al Arquitecto, se reflejó al volver a enfocarse en su pareja. "Debemos protegerlos, Fighter."

Fighter respiró hondo. Fue hora de liberarse de las cargas de su pasado. Sailor Moon tenía razón. "Necesitamos un plan."

"¡Un nuevo plan, que quede claro!" Sailor Moon enfatizó, cruzando sus brazos con decisión.

"Sí, sí." Fighter cedió, no pudiendo aguantar su sonrisa. Revisó el tiempo restante que tenían a su disposición. Vaya que el tiempo volaba cuando tenían el destino de tu gente sobre ti. "Vamos."

"¿Mm? ¿A dónde?" Sailor Moon parpadeó con curiosidad cuando la mano de Fighter se sostuvo de la suya para guiarla fuera de la Sala de Operaciones. Por su intercomunicador, observó a Fighter mandar un comando a Sailor Star Developer para que regresara a monitorear el progreso de los refugiados. "¡Fighter! ¿A dónde vamos?"

"Quiero mostrarte algo." Fighter le arrojó un guiño, dirigiéndola a lo profundo del pasillo. Escogió el elevador de uso exclusivo por la Fuerza Militar de la Corona, en lugar de los transportadores para civiles y Sailor Starlights. Aunque Fighter solo había tenido acceso a ellos mientras había permanecido ante el mando de Kakyuu, si algo comprobaba que la Princesa había tenido una debilidad por ella, era este momento.

Fighter tragó saliva. "Sailor Moon, ven aquí."

"¿Sí?"

"Observa bien el código de acceso que voy a ingresar al sistema. Es sumamente importante que lo memorices, ¿de acuerdo? Nadie más lo tiene, y lo necesitarás en caso de que yo… no esté disponible para hacerlo. Si logras reunirte con Sailor Healer por tu conexión mental, debes compartírsela de inmediato. Todo lo que veas, ¿me oyes? Todo, compárteselo."

Sailor Moon le aventó un vistazo nervioso al panel, y luego al rostro de Fighter. "De acuerdo. Haré mi mejor esfuerzo, Fighter. Lo prometo."

Fighter abrió el panel de control, oprimiendo sobre el teclado su antigua clave de acceso a los pisos subterráneos.

En efecto, la luz verde del panel le comprobó sus sospechas. Kakyuu no había borrado su existencia del sistema. Increíble. Y a la vez, no. Fighter no supo qué hacer con la certeza de que Kakyuu siempre la había puesto en un lugar así de privilegiado. Y por razones no-tan-objetivas como las que Erii había mencionado.

El panel pidió por el número de piso al que querían descender.

"Sailor Moon."

"Sí, estoy prestando atención." Sailor Moon se sonrojó bajo su exigencia.

Fighter asintió. Escogió el número de piso.

El elevador comenzó a descender.

"El recuerdo que viste." Fighter pausó, aclarando su garganta. Ayudó el sentir la palma enguantada de Sailor Moon apretando la suya. "Sobre la alianza que ayudé a forjar entre la Corona Real y el Distrito Froid. Verás… tenía un propósito muy específico." Al voltear su cabeza hacia Sailor Moon, Fighter tomó prestado algo de la valentía de su chica.

La necesitaba a creces.

Fighter pensó en Taiki, quien debía estar perdiendo la cabeza en la Tierra con la muerte de Kakyuu e incapaz de unírseles. Pensó en Yaten. Quien la odiaría.

"Kakyuu y el Planeta Magnus habían pactado una alianza desde entonces, pero era un secreto. Nadie estaba enterado."

"¿Sólo tú?"

Fighter inclinó su mentón. "Si Kakyuu quería obtener el terreno de Froid, a fuerzas tuvo que incluirme en sus planes. Creo que solo por eso me otorgó transparencia de sus maquinaciones. En fin—no quiero divagar. Por cientos de años, Magnus quiso invadirnos en el pasado, te lo conté. Con esta alianza por fin lo logró, aunque el Rey Frihét I, el padre del mocoso que ya conociste, lo disfrazó todo para su conveniencia. Mi tía dio acceso a las tropas de Magnus a su territorio para llevar a cabo los experimentos acordados en los términos de la alianza."

"¿Experimentos, dices?"

Fighter echó un vistazo al panel de control. Estaban descendiendo a velocidad razonable. En menos de tres minutos, el panel marcó que habían llegado. Fighter esperó a que las compuertas se deslizaran abiertas. "Es mejor que lo veas con tus propios ojos."

El laboratorio estaba desolado. Fighter imaginaba que debido la invasión. Había señales que los científicos encargados del mantenimiento de su estrella principal habían dejado su trabajo a medias, huyendo del laboratorio ante de ser posiblemente arrestados tras la muerte de su gobernante.

Fighter jaló del brazo de Sailor Moon, alentándola a profundizarse por el laboratorio. Las luces fluorescentes del laboratorio estaban encendidas. "Nos encontramos en la cámara de observación. Desde aquí monitorean el funcionamiento del dispositivo."

Los ojos de Sailor Moon trataban de registrar cada rincón del lugar y grabarlo en su cabeza, justo como Fighter se lo había pedido. Fighter quiso besarla por su dedicación. Se limitó a colocar una mano en la espalda baja de la mujer, empujándola al fondo del laboratorio. Un largo ventanal horizontal daba boca a la cámara adjunta, donde la mega estructura de 6.7 metros de diámetro yacía conectada a la matriz eléctrica del laboratorio. Lucían como intestinos, todos aquellos cables conectados en la base del arco de naquadah, el mineral súperdenso que las minas de Sang Froid habían hospedado por siglos, sin tener la más mínima idea.

"Mira ahí dentro, Sailor Moon."

Frunciendo sus lindas cejas juntas, la chica se asomó por el ventanal. "Wow."

Fighter apretó su mandíbula. El enorme Portal de Transportación Galáctica e Interestelar merecía el Wow. "Actualmente en el planeta Kinmoku existen dos estructuras así. Se llaman Stargates. Sirven para teletransportarse de un punto de la galaxia a otro en cuestión de minutos. Es lo que Magnus quería obtener del Distrito Froid. Excavar la Stargate durmiente debajo de la ciudad de Froid, para así poder activar la Stargate de su propio planeta." Fighter oprimió su mano sobre el vidrio de triple densidad. "Asimismo, era lo que Kakyuu deseaba también: reactivar la antigua Stargate de la Corona de las Flores Doradas, utilizando la tecnología de Magnus."

"Star… gate." Sailor Moon repitió, embelesada, su mentón colgado. "Es… espectacular."

"Es por medio de este portal que el Arquitecto quiere que se transporte mi tía y su ejército a la capital."

"Oh, no." Sailor Moon se tornó a Fighter. "¿Entonces, lo que quieres hacer…?"

Fighter le sonrió. "No podemos permitirlo."

"¿Cómo planeas detenerme, exactamente?"

Ambas mujeres se congelaron.

El Arquitecto caminó hacia ellas, sus zapatos haciendo click-click sobre el piso laminado. "Tsk, tsk, pensé que habíamos llegado a un acuerdo, Sailor Star Fighter. Me rompes el corazón."

Fighter se posó frente a Sailor Moon en defensa.

El sujeto levantó su muñeca, revisando la hora de su reloj. "¡Yyyyy… se acabó el tiempo!"

"No haremos lo que quieres dictar, Arquitecto." Eternal Sailor Moon se alejó de la protección de Sailor Fighter, posándose a su lado.

Toda broma se desvaneció del rostro del Agente del Tiempo. "Te arrepentirás."

"No te tengo miedo." Sailor Moon levantó su mentón. "Y si en verdad fuiste quien me creaste, lo debes saber mejor que nadie más. Nunca me daré por vencida. El Destino se ha roto. ¡Yo lo rompí! Porque todas las personas tenemos derecho a seguir nuestros corazones, no lo que ha sido dictado en contra de nuestra voluntad. No creas que no me doy cuenta de que lo mismo por lo que pasé yo, ahora intentas que suceda con Sailor Fighter."

"No tendrás a nadie." El Arquitecto dio un paso más, avanzando hacia Sailor Moon. "Absolutamente a nadie de tu lado, si lograr estropear el futuro brillante y esplendoroso de Kinmoku-sei. ¿Crees que ella te lo agradecerá, si algo peor recae en su gente, a consecuencia de tus acciones?"

Fighter desfundó sus dientes. "Me tendrá a mí. Hasta el momento final. Sailor Moon siempre me tendrá a su lado."

El sujeto las contempló, nariz torcida como si estuviera oliendo algo horrible.

"Díselo al futuro que cesó de ser." El Arquitecto levantó su mano derecha, provocando que Fighter se endureciera en cautela. Sus dedos tronaron—

—Fighter fue cautivada en una marea de emociones, colores, matices, voces. El suelo desapareció por debajo de sus botas. Flotó en el vacío, suspendida por un momento que se sintió infinito.

Luego, de golpe, el sonido y el piso firme regresaron, fijándola de vuelta a la tierra firme. Parpadeó confundida, buscando a Sailor Moon de inmediato.

La encontró de rodillas, a un par de metros de distancia, sosteniendo su propio estómago.

"¡Sailor Moon!" Fighter caminó hacia ella, ayudándola a levantarse. "¿Estás bien?"

"Sí." Sailor Moon hizo una mueca. "Que bueno que no he comida nada, cielos."

"¿Dónde diablos estamos? ¿A dónde rayos nos ha traído ahora ese loco?" Fighter revisó sus alrededores, Sailor Moon imitándola.

"Puedo decirte que no es ninguno de mis recuerdos." Sailor Moon giró sus odangos en toda dirección. "Porque no reconozco este lugar para nada, Fighter."

Fighter revisó la colina de cristal en la que se encontraban con curiosidad. "Nunca había visto cristal como este en mi vida." Encajó su tacón para medir la resistencia. Ni siquiera causó rasguño.

Sailor Moon, sin embargo, al notar el cristal que les servía de piso, se liberó de los brazos de Fighter, corriendo hacia el punto alto de la colina.

"Sailor Moon—¡Espera! ¡Puede ser peligroso!"

"¡Fighter, creo que ya sé donde nos encontramos!" Sailor Moon pausó solo un momento para animarle a seguirla. "¡Vamos, ven conmigo!"

Fighter aceleró el paso, corriendo hacia la misma dirección en la que se dirigía su novia. Sailor Moon le ganó por segundos en la cima. Fighter, ávida, parpadeó ante el escenario de la planicie inferior a la colina.

"Demonios." Fighter sintió los vellos de su cuerpo erizarse.

Un Palacio de Cristal yacía en el centro de la ciudad de Tokio.

"Tokio de Cristal." Sailor Moon complementó en un susurro sorprendido. "Pero, no entiendo. ¿Significa que estamos en el futuro Siglo XXX?"

Era hermoso.

Fue lo primero que Fighter logró registrar.

Tokio de Cristal era hermoso y deslumbrante. Le robó el aliento.

"Debe ser una ilusión." Sailor Moon persistió. Fighter reconoció un tipo de angustia colarse por su voz. "No puede ser real. Es otro juego."

"Oye, tranquila." Fighter sobó su espalda para tranquilizarla. "No permitas que te afecte."

"Estás traspasando."

Fighter saltó un poco con la interrupción. "Disculpamos, no fue nuestra intención—" Fighter se dio la vuelta.

Fue desconcertante, observar a Eternal Sailor Moon reaparecer de las sombras de la noche, puesto que otra versión permanecía a su lado. Más perturbador aún, fue no ser registrada en verdad por la Senshi del Amor y la Justicia, su mirada atravesando a Fighter como si fuera otra de las sombras.

"¿Qué pasa? ¿No puedo visitar a una vieja amiga?" Su propia voz resonó de la garganta de Sailor Fighter, de repente no siendo capaz de controlar sus movimientos. Por voluntad ajena a la de ella misma, Fighter comenzó a descender la colina, dejando a una perturbada Sailor Moon detrás.

"Bajo estas circunstancias… Me cuesta mucho considerarnos amigas."

"Oh, vamos." Fighter fue invadida con recuerdos que no eran suyos, pensamientos y emociones foráneos. Ecos de una vida que Fighter no recordó haber jamás vivido. "Vine aquí a hablar contigo, ya que te niegas a hacerlo por otro medio. ¿Por qué?"

"Fighter…" Por un momento, una fracción de la Sailor Moon que Fighter amaba y conocía, fulguró por esta doble. Se esfumó más rápido de lo que Fighter pudo controlar, sin embargo.

Fue hasta terminar la trayectoria que pudo analizar con más detalle a la mujer forastera.

Así de cerca, fue obvio, que esta versión de Sailor Moon no era la que le pertenecía.

Hasta la voz, por Kami-sama. Era diferente. Madura, ya no tan chillona. Esta versión había creído, más alta que una chica de preparatoria. Su rostro se había afinado, y a la vez, había adquirido un peso oscuro en su expresión.

-Todavía bella. Un pensamiento ajeno se coló a su mente. Otro eco que no le pertenecía. -Tan bella como la última vez que te vi.

"Quiero paz, Sailor Moon. Por eso tomé este riego de venir a verte en persona. Sé que quieres lo mismo, ¿por qué estarías aquí, sino fuera así?"

Esta Sailor Moon era capaz de ser fría. No mostró blandura alguna, al escucharle.

"No podremos tener paz de la que hablas, mientras el Planeta Kinmoku no acepte mis condiciones de purificación."

Un sonido incrédulo salió de sus labios. "¿Hablas en serio? Lo que propones es una locura."

Eternal Sailor Moon se mostró ofendida. "Es la oportunidad de deshacernos de todo rastro de maldad en los seres de la Vía Láctea, Sailor Fighter. ¿Cómo puedes considerarlo una locura? ¡Mira detrás de ti! ¡No existe violencia, ni sufrimiento, en mi gente tras purificarse con el Cristal de Plata! ¡De esta forma el Caos existente en los corazones de las personas nunca podrá regresar!"

"Estás violando la ley natural de las cosas, Sailor Moon." Fighter gruñó. "Ser humano es ser imperfecto, consiste en tener tu propia voluntad."

"¡Y lo son! ¡Lo tienen!"

"¡No si los están convirtiendo en marionetas que viven más cien años! ¡Eso no es natural!" Fighter sintió cualquier melancolía producida por tener a Eternal Sailor Moon hundirse y fundirse en el calor de un renovado coraje. "¿Qué vas a hacer en una década cuando estés lidiando con problemas de sobrepoblación porque nadie puede morir cómo debe ser? ¿Cómo crees que podrán asumir esta larga longevidad así de fácil, sin preparación mental o física para enfrentarlo? ¡Es una crueldad!"

"No habrá ese tipo de problemas, créeme. Todas las personas que dieron su consentimiento a ser purificados por mi Cristal, añoran vivir en paz justo como yo. Lo aceptaron y están siguiendo con sus vidas perfectamente bien, Fighter."

Fighter respiró hondo. Crueldad afiló su siguiente oración.

"No es lo que he escuchado."

Frente a ella, Eternal Sailor Moon engrandeció sus ojos.

"Tu gente se ha rebelado. Ha negado ser purificada y las has castigado por ello."

"¿Dónde escuchaste algo así?"

Fighter suspiró. "Así que, es verdad. Sigues siendo la peor mentirosa."

"Fighter—"

"¿Estás desterrando personas de su propio planeta? ¿A un lugar tan horrendo como el Planeta Némesis? ¿Qué demonios estás pensando?"

La bofetada no fue realmente dolorosa. El impacto corrió más allá de eso.

Fighter se recobró rápido. "De acuerdo. Haz lo que se te dé la gana con tu gente. Pero no metas a la mía. No estamos interesados en tu campaña de inmortalidad y monarquía. Ya nos libramos de esa infestación hace unos años, no estamos buscando por una repetición."

"Fighter, para que la paz reine en la Vía Láctea por entero deben someterse al dominio de Tokio de Cristal!" Eternal Sailor Moon persiguió a Fighter por la colina, cuando la Star Senshi se negó a continuar dialogando. "¿Por qué no lo puedes ver? ¡Es la oportunidad de trabajar juntas! ¡Para siempre!"

"No quiero vivir por siempre." Fighter suspiró, frenando en la punta de la colina. "Ése nunca ha sido mi deseo. No lo aceptaría, nunca. Ni siquiera…" La Star Senshi se dio la vuelta, y ambas entidades, tanto la Fighter del presente como esta versión alterna, se sintieron atrapadas por un momento en el hechizo de la mujer frente a ellas. Con la luz de la luna resplandeciendo sobre sus facciones. "Ni siquiera por usted, Su Majestad."

Eternal Sailor Moon torció su bello rostro en algo grotesco; algo que Fighter nunca había visto en su vida. "No hay ningún tipo de gloria en morir, Seiya."

"Supongo que lo descubriré cuando llegue mi hora." Fighter, aunque no lo mostró físicamente, consideró debilitante escuchar aquel nombre que se había quedado en la tierra como recuerdo de otra vida. Volver a darle las espaldas a Sailor Moon fue una de las acciones más difíciles de llevar a cabo, a pesar de la decepción. Del enojo y volver a sentir su corazón romperse. "Nos veremos de nuevo, Su Majestad."

"Podría mostrártelo."

Fighter parpadeó, sus dedos deteniéndose sobre su micrófono, dispuesta a activar su transformación a estrella fugaz. "¿Nani?"

"Puedo mostrártelo, Fighter."

Pánico comenzó a vibrar bajo su piel. Fighter no pudo moverse, adherida al cristal bajo las suelas de sus botas. Su perfil dobló para mirar sobre su hombro derecho.

Eternal Sailor Moon resplandeció en metamorfosis. Una corona dorada apareció en su cabeza, gemas rosadas adornando el instrumento mortal a su disposición. El fuku desapareció de su cuerpo entero, dejando a la infame Neo Reina Serenity en su lugar.

Alguien, que ambas Fighters, encontraron desconociendo por completo.

El Cristal de Plata pulsó una ráfaga de energía desde su posición central en la corona. Fighter combatió por ser liberada, sin éxito.

"Usagi, no." Fighter siseó. "No me hagas esto."

"Sólo deseo… mantener a todos a salvo." Por primera vez, desesperación rompió la firmeza de la Reina. "Hay personas que me rehúso a perder, Seiya. Personas que yo…"

"Me dejaste ir a hace mucho tiempo, Usagi." Fighter no pudo reaccionar, al ser rodeada por los brazos de la Neo Reina por las espaldas. No pudo ni siquiera luchar. Eso fue lo más humillante. "Por favor, déjame ir… No hagas esto. No lo quiero."

Aquella calidez—Shimatta. Fighter la reconoció. El Cristal de Plata buscó acceso a su estrella interior con intención. Con propósito. El terror de lo que estaba sucediendo—Fighter gimió en dolencia ajena, en coraje similar al que invadió a su contraparte. Esta era la más grande violación que pudo haber sentido en su vida.

"No lo… quiero." Fighter gimió a lo bajo, su estrella respondiendo al llamado del Cristal de Plata como lo había hecho en ocasiones anteriores, durante la lejana lucha contra el Caos y Sailor Galaxia. Fighter no se permitió ser invadida, no obstante. Se cerró sobre sí misma, rehuyendo de la calidez innata de Usagi Tsukino. "Dé-Détente."

"Déjame entrar." La Reina demandó.

No loharé!" La vehemencia resonó en su estrella—en su semilla estelar—espantando la pureza del Cristal de Plata de su cercanía. Fue una repelación absoluta, el resultado de la peor traición.

La energía desprendiéndose de su estrella empujó a la Neo Reina de su cuerpo. Fighter, jadeando, giró sobre su eje, incrédula.

La Reina había caído de rodillas. Recuperando, su mirada se elevó, resplandeciendo con emociones difícil de descifrar.

"No puedo creer que tú…" Fighter comenzó a retroceder lo que restaba de la colina.

"Sailor Fighter."

"No te acerques." Fighter se sintió temblar. Su pecho ardió. Fue entonces que se percató de que su semilla había sido corrompida de alguna forma, aunque no de la manera absoluta que la Reina había buscado. "Mantente alejado de mi planeta, Sailor Moon. Te lo advierto. Mantente alejada de mi gente."

La Neo Reina luchó por reincorporarse. Con ese largo y fastidioso vestido, no fue tan sencillo. "Seiya, por favor."

Demasiado tarde.

Fighter se dejó caer de espaldas al precipicio.

Nunca chocó con la mortal piedra debajo. Para ese entonces, ya se había convertida en estrella fugaz, viajando de vuelta a su hogar.


[+][+][+]


"¡Fighter!"

Succionando una bocada de aire, Fighter se re-materializó en el laboratorio, jadeando contra del piso.

Manos la sostenían de su hombro. Una voz persistía en llamarle. Chillona. Preocupada. Familiar.

"¿Permanecerás a su lado, todavía?" Los zapatos blancos del Arquitecto se plantaron a centímetros de su rostro. "Porque tu encarnación de la línea de tiempo original no lo hizo."

"Fighter, lo siento." La súplica vino de su hombro. "Lo siento tanto."

El Arquitecto fue suave, queriendo seducir de nuevo. "Ese encuentro fue la cristalización de muchas guerras civiles por venir, no sólo contra Kinmoku. La historia, repitiéndose una y otra vez. La Neo Reina Serenity era joven e inexperta en ese punto de la línea del tiempo, pero créeme, eventualmente se convertiría en la adversaria de Leyenda que todos temían. Un par de doscientos años después."

Fighter apretó sus puños. Con un puño acarició su esternón, pudiendo jurar que aquel ataque a su estrella perdurada. Lentamente, su respiración agitada se estabilizó.

Escupió a los zapatos frente a ella.

Con ese placer cometido, la Star Senshi resopló por sus narices, comenzando a levantarse. Con su brazo, rodeó la cintura de Sailor Moon, ambas recuperándose al unísono.

Dejó salir una risa burlona.

El Arquitecto retrocedió cuatro pasos, luciendo extrañado con su reacción.

Fighter levantó su cabeza, sonriendo directo al enemigo. "Si ése era el futuro al que estábamos Destinadas, me alegro de haberlo hecho mierda."

"Sailor Fighter." Sailor Moon murmuró a su lado. Al juntar sus cabezas, descubrió a la Sol Senshi sonriéndole, conmovida.

Fighter devolvió su atención hacia el Arquitecto. "Buen intento. Punto para ti por los efectos especiales."

Para su sorpresa, la expresión del Arquitecto escaló a algo parecido a fascinación. "Mmmm."

"Ahora sí. ¿Dónde estábamos?" Fighter se cruzó de brazos. "Oh, sí. Estábamos en la parte de renegociación. Ya sabes, en la parte donde te digo que la única persona que cruzará esa Stargate será mi tía. Sin ningún ejército. Sólo ella. Ya no habrá más muertes de gente inocente."

"Mmmm." El Arquitecto las observó con desdén, fingiendo quitar una basura de su saco.

"Algo me dice que no puedes ser tú quien encienda la Stargate." Fighter sonrió. "Arquitecto, Moira, Agente de la Vieja Orden, lo que seas—lo que haces es manipular a otros para que los eventos fijados sucedan. Sailor Pluto nos lo dijo porque ella ha estado tu posición. No pueden involucrarse de manera directa, sólo ayudar a provocar lo que está destinado. Por esa razón todos ustedes toman identidades falsas a través de la historia, trabajando en las sombras como personajes de una obra teatral. Me necesitan. Necesitan que sea yo sea el gatillo en el desenlace de esta guerra, ¿cierto?"

"Tiene mucho sentido." Sailor Moon dijo, pensativa. "Por eso tu empeño en convencernos con estas visiones. ¡No puedes actuar por tu cuenta!"

"Siento que debería estar aplaudiendo." El Arquitecto rio suavemente. "Admito que las he sobrestimado." El sujeto sostuvo su propio mentón con gallardía, una pequeña sonrisa dibujando sus labios. "Desearías que todo fuera distinto, en verdad. Son altamente entretenidas. Mi dulce creación." Casi ronroneó en dirección de Sailor Moon. "Te has elevado más allá del producto original. Eres…"

"Por favor, escucha a Fighter." Sailor Moon tomó el riesgo de acercarse al Agente de la Vieja Orden. Fighter quiso detenerla, pero se frenó. Debería permitir que Sailor Moon hiciera su propia lucha. "¿Sabes por qué te estaba buscando? Sailor Pluto me dijo que podrías ayudarnos. ¡Láquesis está allá afuera causando estragos en otras dimensiones y nadie la está deteniendo! ¡Está destruyendo todas esas civilizaciones de manera despiadada! ¡Quiere que todo regrese a ser como antes, pero eso es imposible! ¡Lo que hice es irreparable! No tengo ningún interés en ser Neo Reina de Tokio de Cristal. Sólo quiero…" La rubia se mostró tan iracunda como Fighter, momentos atrás. "Quiero vivir una vida normal, a lado de la persona que amo, rodeada de mis amigos y de mis seres queridos. En paz. ¿Acaso estoy pidiendo mucho?"

Fighter achicó su mirada, al notar cierta incomodidad cruzar por el porte del Arquitecto.

"Sailor Moon." ARQ agachó su cabeza ligeramente para quedar a su altura. "No tenía idea de lo que Láquesis estaba haciendo. Sin embargo, su misión es inútil, billones de dimensiones alternas han nacido a consecuencia del nuevo estado del Tiempo-Espacio, y otro billón nace en cada hora transcurrida. Nunca podrá alcanzarlas. No sufras tanto con ese asunto."

"Quiere encontrarme, por eso viaja por las dimensiones, destruyendo las que cree indignas. Quiere encontrar a la Sailor Moon que rompió al Destino. Sailor Pluto nos dijo todo esto. ¿Cómo no quieres que sufra? ¿Por qué la Vieja Orden del Tiempo no la detiene?"

El Arquitecto levantó una mano. Fighter se tensó, esperando un ataque.

Los dedos del sujeto acariciaron una franja del fleco de Sailor Moon.

"Yo no creo las reglas, Coneja. Sólo me acato a ellas."

Sailor Moon apartó la mano y el gesto con un manazo. "Pues si eso es lo que crees, eres un cobarde."

El Arquitecto no fue el Príncipe Skýrr en esos momentos. Fue algo más desconocido y sobrenatural. "Nunca he aclamado ser algo distinto." Declaró solemne, su mirada nublándose.

Un zumbido de maquinaria se encendió por el laboratorio. Fighter parpadeó en sobresalto, mirando con terror las computadoras en funcionamiento. "¡No! ¡No puede ser!"

"¿Fighter? ¿Qué pasa?" Sailor Moon la imitó, al correr al ventanal.

"¡No, no es posible!" Fighter gruñó incrédula, distinguiendo corriente eléctrica comenzando a alimentar la base de la Stargate.

"No estabas equivocada, Fighter. Conozco muy bien mi rol. Si el Plan A falla, debo tener el resto del abecedario listo." El Arquitecto se les unió en el ventanal. "No puede ser mi mano la indicada para este desarrollo, pero si tú te rehúsas a tomar tu lugar, hay otros más que disponibles."

Sailor Star War apareció detrás del Pedestal de la Stargate—Oh no.

"¿Qué has hecho? ¡Sailor Star War, détente!" Fighter corrió hacia la contrapuerta que le llevaría a la otra cabina.

"Sailor Star War fue más receptiva a mis negociaciones, como podrán ver. No dudó en aceptar mis términos a cambio de su libertad y la de su amante, el Senador Erii Gierd. No es lo ideal, pero mi especialidad es improvisar."

"¡Cierra la boca!" Fighter le gritó. "¡Maldita sea!" Las compuertas no aceptaron su código de seguridad. Fighter no tuvo alternativa más que utilizar su Star Yell. "¡Láser de Estrella… Fugaz!"

"Le he compartido las coordenadas a insertar en el domo DHD. Es muy tarde, Sailor Star Fighter. Froid espera del otro lado."

"¡Láser de Estrella Fugaz!"

Hendiduras doblaron el metal de las compuertas, aunque no lo suficientemente rápido. Sailor Star War ya se encontraban en el domo DHD, justo como el Arquitecto estaba describiendo, insertando las coordenadas del Stargate de Kin-Norte. El zumbido se intensificó, anunciando la próxima activación del agujero de gusano. Fighter no se detuvo, continuó arrojando láser, tras láser, a las compuertas.

Los chebrones diseñados en la circunferencia del Stargate se encendieron.

"¡Tiara Lunar! ¡Acción!"

"¿Nani?" Fighter apenas tuvo tiempo de cubrir su rostro con sus brazos. Cientos de fragmentos de vidrio explotaron por el laboratorio. Al sacudirse de pie a cabeza, descubrió que Eternal Sailor Moon había saltado desde el ventanal a la plataforma inferior de la Stargate. "¡Sailor Moon!"

"¡¿Es en serio?!" El Arquitecto gimoteó. "¡Con un demonio!"

Fighter lo empujó fuera del camino, saltando detrás de Sailor Moon.

Era tarde.

El séptimo chebrón estaba sellado en la última coordenada.

Energía estalló del núcleo de la Stargate, arrojando un inestable kawoosh por el lugar. Aparentó espuma de mar, atravesando este plano de existencia con hipnotizante belleza. Fighter sabía que tan mortal era entrar en contacto con el vórtex en este estado, sin embargo. Todo lo que entrara en contacto mientras el vórtex se estabilizaba, sería destruido a nivel molecular.

Luego, la espuma fue succionada en dirección opuesta, regresando al centro del arco de naquadah, invirtiendo el flujo de energía al otro lado de la Stargate.

"¡Sailor Star War! ¡Desactiva el sistema de Iris!" El Arquitecto retomó su apariencia del Príncipe Sky. "¡Permíteles el paso!"

"¡Sailor War, no! ¡Détente, es una orden!" Fighter apuntó a la Chibi-Starlight con su Star Yell. No tuvo opción. "¡Lo que estás cometiendo es traición!"

Sailor Star War tenía lagrimas derramando su rostro. "Justo como tú lo hiciste, Sailor Fighter."

Rayos. "Eres joven, tienes un futuro delante de ti, no lo arruines por un momento de debilidad. ¡El Príncipe te está manipulando! Te prometo que—"

Sailor War desactivó el sistema Iris, presionando uno de los botones de comando del domo.

El vórtex se estabilizó.

Estaba hecho. Cualquier entidad que estuviera del otro lado, tenía el paso libre.

El fin había comenzado.

"Condesa, ¿puede escucharme?" Sky se apoderó del domo de comando, empujando a Sailor War de su camino. "Está hecho. ¡El Iris está desactivado, comience a desplegar sus tropas ya!"

"Fighter." Sailor Moon le susurró a su costado, atascada en una posición difícil como ella. "¿Cuánto tiempo puede estar el Portal encendido?"

"Algo tiene que atravesar el vórtex por los siguientes 60 segundos o se desactiva automáticamente para conservar energía. Pero una vez que registra materia atravesando el vórtex, el portal permite hasta 38 minutos de apertura."

"Muy bien. No hay tiempo que perder."

Fighter parpadeó. "¿Qué dices?"

"¿Sabes cómo apagar el portal?"

Fighter frunció el ceño. "Sí."

"¡Condesa, responda!"

"Muy bien." Sailor Moon le sonrió. "¿Crees que la Condesa esté dispuesta a hablar conmigo?"

Fighter abrió su boca.

"Si la convenzo de poder teletransportarla a ella y a su ejército detrás de las tropas de Magnus, en lugar de a la capital, para distraerlos y proteger a los refugiados, ¿crees que lo permita?"

¿Desde cuándo Sailor Moon había aprendido el viejo adagio de "la mejor defensa es una buena ofensiva"? "No lo creo, si lo que quiere en verdad es el Trono."

"¡Contness, recite!"

"No le pediré permiso, entonces." Sailor Moon murmuró, nervios queriendo ganarle. Pero la Senshi, para la sorpresa de Fighter, respiró hondo y volvió a centrarse.

"Odango, estás hablando de mover a 4 mil personas del otro lado del continente."

"Lo puedo lograr. Con el poder que he adquirido de Sailor Cosmos, lo puedo hacer. Necesito… necesito que sólo confíes en mí. ¿Lo haces, Fighter?"

Fighter sintió su corazón ser cubierto en acero. Asintió. "Sabes que sí."

"¡Recite, Arq Sky! ¡Ose guerr oran movilé!"

Eternal Sailor Moon alzó su mano, un báculo muy conocido reintegrándose a su comando. "¡Silver Moon Crystal…"

El Arquitecto reaccionó con sorpresa. "Pero qué demonios—"

"…Power Kiss!"

Una lluvia láser de luz dorada golpeó al Arquitecto y a Sailor Star War directamente, arrojándolos lejos del domo de comando.

Sailor Star Fighter corrió.

"¡Sailor Moon, ahora!"

La distracción funcionó. Sailor Moon atravesó la Stargate, sus alas siendo tragadas por la energía del vórtex en cuestión de segundos.

Sailor Star Fighter insertó el comando desactivación de inmediato. El vórtex se apagó con otro efecto kawoosh. Pero, la táctica no terminó allí. Llamó su Star Yell a su mano, dirigiendo su arma al centro del domo. "¡Láser de Estrella Fugaz!"

Los botones fueron averiados con efectividad, humo saliendo momentos posteriores.

"¿Qué haz…" La figura del Arquitecto se comenzó a levantar del piso. "… hecho?"

"Agárrate de tu cinturón, viejo." Fighter redirigió su estrella de ataque al alienígena. "Porque ahora viene nuestra manera de hacer las cosas."


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Fin de Parte XIV.

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NOTAS, MUCHAS NOTAS:

Definición oficial de una Stargate: Portal de Transportación Galáctica e Interestelar, a.k.a. Stargate, crea un agujero de gusano artificial estable entre una y otra Stargate, lo que permite un viaje casi instantáneo desde la puerta de marcación hasta la puerta de destino. Cuando se ingresa una dirección dada, la puerta de marcación se conecta a la puerta de recepción a través de un enlace subespacial e intercambia rápidamente detalles de ubicación precisos, luego establece un agujero de gusano estable entre ambos portales.

Cuando se activa, una Stargate produce una violenta explosión de energía conocida como vórtice inestable o "kawoosh". Esto se debe a la gran cantidad de energía necesaria para formar un agujero de gusano estable, mientras que mantener uno abierto consume mucha menos energía. (Ver video adjunto a este capitulo para presenciar el kawoosh en vivo y a todo color).

También existen diferentes tipos de Stargates, clasificadas por "generaciones" y "distancias." Pero por ahora, no los llenaré de más información. (Compartiré más videos de las Stargates que manejaré en este universo en mi tablero de Wattpad y AO3.)

Lo que conforma una Stargate es:

-"La Puerta" en forma de circunferencia donde nace el agujero de gusano.

-Chebrones (9 en total).

-Jeroglíficos (para usarse como coordinadas).

-Naquadah (mineral denso del que está construida).

-Dispositivos de marcación (Domos DHD del inglés "Dial Home Device").

-Escudo de protección conocido como Iris, dentro del vórtex de la Puerta.

Biografía oficial del Arquitecto, alias "ARQ":

Creador de Serenity II. Es un Arquitecto de Puntos Fijos en Tiempo/Espacio.

Ata momentos clave de la historia que están predestinados a suceder. Él mismo se convirtió en un Punto Fijo en cierta ocasión, al ayudar a "concebir" a la Princesa Serenity II en los tiempos del Milenio de Plata, futura soberana de Tokio de Cristal. Después de cumplir con tal tarea, desapareció de la vida de la Reina Serenity I. Después de tal asignación fue promovido a Jefe de las Moiras.

Sus habilidades consisten en poder viajar en cualquier punto del tiempo, dimensiones alternas, y a diferentes planetas, sin importar la distancia. No es humano y por consiguiente posee un alto nivel de invulnerabilidad y larga longevidad. Más no es inmortal. Otras habilidades menores consisten en telequinesis, y proyección de recuerdos en otros.

Por ser un viajero en el tiempo, es muy difícil entablar contacto con él porque nunca está en un solo lugar por un largo transcurso. Además, su verdadera identidad es celosamente guardada en secreto debido que, para cumplir con sus "misiones", es obligado a actuar como espía, el anonimato proveyéndole más libertad para manipular a las personas, o situaciones, en las que debe "encajar" un punto fijo de la historia.

Se desconoce si, en adición de la concepción de la Princesa Serenity II, El Arquitecto ha tenido que ver con otros Puntos Fijos pertenecientes a la vida de su "Creación".

Referencias a los recuerdos mostrados por ARQ.

Recuerdo #1: Momento situado un año previo a la Invasión de Sailor Galaxia.

Sólo quiero dejar claro que Fighter nunca correspondió el amor de Kakyuu, pero pecó de ingenua, queriendo impresionar a una persona que admiraba.

Recuerdo #2: Momento situado a inicios del Siglo XXI, cien años aprox. antes del nacimiento de Chibi-Usa. Mi fanon en este universo será una mezcla del manga y del anime, en el aspecto que Tokio de Cristal existió a los inicios de los 2000's, pero tal vez algo terrible sucedió poco después, que causó la 2da era de hielo de 900-ish años (demasiado tiempo, por dios). Al ser este recuerdo de la línea del tiempo original, en esa línea Usagi y Seiya nunca tuvieron una relación más allá de amistad, siguiendo el canon del anime. (Y además, con la mano en la cintura puedo visualizar a la Neo Reina Serenity de la línea de tiempo original hacer algo como esto con Fighter.)

Ya para irme, Sailor Uranus y Sailor Healer volverán en el siguiente capítulo junto con Severina. Ya saben, para hacer más desmadre. Estamos tan cerca del final, que casi lo puedo probar…

Traducciones:

"¡Recite, Arq Sky! ¡Ose guerr oran movilé!" – Recibido, Arquitecto Sky. Las tropas están movilizándose.

"¡Contness, recite!" – Responda, Condesa.