"Todos Quieren (Gobernar El Mundo)."
Por B.B. Asmodeus.
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Parejas principales: Kou Seiya (Sailor Star Fighter)/Usagi Tsukino (Sailor Moon). Kou Yaten (Sailor Star Healer)/Haruka Tenoh (Sailor Uranus).
Parejas secundarias: Haruka Tenoh* (Sailor Uranus)/Michiru Kaioh* (Sailor Neptune). Pre-Ami Mizuno (Sailor Mercury)/Makoto Kino (Sailor Jupiter).
Personajes originales: Severina Sang Froid (Moira - Sailor Átropos), Príncipe Skýrr "Sky" – El Arquitecto, Rey Frihét, Sailor Star Chaser – Kou Siggy, Sailor Star Developer - Kou Helga, Sailor Star War – Kou Lena, Sailor Star Rage – Kou Brunilda "Bryn", Canciller Erii Gierd, Condesa Schnee Sang Froid, Láquesis (Moira).
Rating de este capítulo: Mature.
Categorías/Advertencias: Realidad Alterna. Humor, Romance, Drama, Wing!Fic, Acción/Aventura, Lemon, Yuri, Yaoi, Het, Horror, Lenguaje ofensivo, Temas bélicos.
Sinopsis: "Te gusta alguien más." Seiya sonrió con gula, rostro a rostro, en un momento donde sus bastones se intercalaron a la altura de sus pechos. "Alguien nuevo."
Notas Importantes:
(1) Este capítulo empieza inmediatamente después del penúltimo capítulo, post-declaración de Haruka de sus sentimientos por Yaten.
(2) Siento que debo recordarles que Haruka no es una persona que se va con rodeos. Puede ser que la escena de entrada les parezca algo dura. Sin embargo, creo al cien por ciento, que le es fiel al personaje el abordar esta situación de manera directa. Aun con más razón, cuando se trata de Michiru.
(3) Preparen las botanas y los pañuelos, usen el playlist ya escogido por mí y pónganse el cinturón.
(4) *Existen 2 versiones romanizadas de los apellidos de Haruka y Michiru, "Tenou/Tenoh, Kaiou/Kaioh", ambas son correctas, yo solo escogí las versiones que me gustan más.
Disclaimer: Bishoujo Senshi Sailor Moon no es obra mía, pero esto es lo que puedes esperar si así lo fuera.
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Soundtrack:
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1. Tear For Fears - "Everybody Wants to Rule the World." (Cover de Weezer) [Opening].
2. Sailor Uranus Theme – "Initial U."
3. Sailor Neptune Theme – "Fate So Beautifully (Unmei Wa Utsukushiku)".
4. Morgan Taylor Reid - "Where Do I Even Start?" (Tema de Sailor Star Healer).
5. London Grammar - "Baby, It's You." (Usagi/Seiya; Haruka/Yaten).
6. Three Lights (Sera Myu Musical) - "See Me, Boku-tachi Ni Jidai."
7. Muse – "Undisclosed Desires."(Haruka/Yaten).
8. Sailor Moon Memorial Music Box - "Kyuukyoku No Ai (Ultimate Love)." (Usagi/Seiya).
9. Sailor Moon Memorial Music Box - "Senshi No Shukumei." (El Adiue de Haruka & Michiru).
10. Yoko Takahashi – "You Are The One!" (Usagi/Seiya; Haruka/Yaten – GUÁRDENLA PARA EL FINAL.).
11. Yoko Takahashi – "Love Antique." (Neo Reina Serenity/Sailor Star Fighter; Null 'verse).
12. Bon Jovi – "It's My Life." – [Ending].
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Previamente en Saga Me Basta:
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» Haruka: Me gustas, Yaten. Mucho.
» Yaten: Pensaré en las probabilidades muy, muy, muy en serio, entonces. Antes de darte una respuesta.
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» Fighter: Si ése era el futuro al que estábamos Destinadas, me alegro de haberlo hecho mierda.
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» Sailor Moon: Defenderé mi decisión. Enfrentaré las consecuencias. Ya no tengo miedo, Sailor Star Fighter. Porque tú siempre lo has valido.
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xx.
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"Todos somos los héroes
de nuestras propias historias."
– George R.R. Martin.
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Planeta: Tierra.
Localización: Elysion
(Dentro del Templo Hikawa).
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"Todo está listo, Kaioh-san. La conexión es estable."
Taiki se apresuró a proporcionar distancia entre la computadora portátil y su persona, al terminar de enlazar a Kinmoku con la matriz de la Stargate. Michiru le arrojó una mirada, conforme el asiento fue cedido. Taiki le sonrió, por dentro extrañada por la renuencia mostrada a unirse a la trasmisión.
"Gracias por tu asistencia." Michiru Kaioh respiró hondo. Le arrojó a Taiki otra mirada. Ahora, más ligera. Cálida. "Debes de estar exhausta. ¿Por qué no te tomas un descanso?"
Taiki rascó su nuca. Conocía una estrategia para ahuyentar a alguien, cuando la tenía enfrente. "Seguro. Creo que me vendría bien un poco té. Sin embargo, no podemos dejar la Stargate sin vigilancia en estos momentos y todos están ocupados para seguirme la guardia. ¿Me podrías decir cuánto tiempo crees prudente para regresar?"
Michiru meneó su sonrisa de un extremo de sus labios, irónica. Calculadora. "No te apures. Tengo el presentimiento que lo que Haruka quiera comunicarme será breve. Veinte minutos a lo máximo." Al sentarse, por fin, en el banco que Minako había traído de su casa, la mujer relució su buena postura. "¿Podrías traer algo de té contigo?
Taiki asintió. Sin embargo, la atención de la mujer ya estaba clavada en la pantalla. "Por supuesto. Regresaré, entonces."
Taiki caminó fuera del quiosco a paso lento. Una parte de ella se dijo que sería oportuno estar cerca, en caso de alguna falla técnica. Otra, mayormente regida por curiosidad científica, simplemente admitía que quería husmear sobre la misteriosa llamada de Haruka Tenoh a las nueve de la noche, demandando por hablar con Kaioh-san. La mujer había tenido mucha suerte que Taiki se hubiera sentido lo suficiente benevolente para llamar a Kaioh por teléfono para pasar el mensaje.
"—como puede esperarse."
Taiki pausó en los arbustos de Elysion, aguardando un momento al reconocer la voz electrónica de Haruka-san.
"¿Entonces, a qué se debe la urgencia? Es tarde aquí, ¿sabes? Setsuna odia conducir de noche."
La respuesta fue algo difusa. Escondida dentro de un gruñido.
Desde el punto en el que se escondía, Taiki observó a Michiru Kaioh endurecer aún más su postura. Pareciera que la terrícola se estuviera preparando para dirigirse a una trifulca. "Haruka."
Una pausa creció desde el quiosco hasta los oídos atentos de Taiki.
"Tengo una decisión que tomar, Mich'."
Taiki frunció su ceño.
"Más bien, suena a qué ya la tomaste."
Otra pausa. Aunque Haruka Tenoh no necesitó de una muy larga. "No insultaré tu inteligencia, entonces. Te respeto demasiado para andar con rodeos infantiles."
Taiki divisó el cuerpo de Michiru reposar de golpe en el respaldo de la silla. Aparentó que había recibido una patada en el esternón.
"Encontraste lo que buscabas."
Estática acompañó la voz de Tenoh. "No sé qué era lo que buscaba. Todavía no estoy segura de lo que he encontrado, Michiru. Sólo sé que…"
Kaioh-san se acercó diminutamente al monitor.
"Sólo sé que, si mi deseo por una nueva experiencia ha superado mi deseo por ti, no debo jugar con fuego más de lo que ya lo he hecho. No es algo que pueda explicar. Sucedió. Le he dado la cara… Y ya no tengo miedo de las consecuencias."
"Para amar, tú siempre has demandado libertad." Michiru interrumpió. "Me sorprende que ahora estés pidiendo lo contrario de mí."
"Michiru." Aquel nombre fue enunciado con algo parecido a suavidad. "¿Nunca se te ha ocurrido que, tal vez desear libertad, ha sido algo egoísta de mi parte?"
"Tus lealtades son complicadas."
"Por favor, no crees excusas por mí." Algo de humor se desprendió de las bocinas. "No lo permitiré. Lastimarte es un castigo que tengo que acarrear por mi cuenta."
Michiru suspiró. "Supongo que mi pregunta va más de la mano a… ¿Qué hace a esta persona así de especial, para que te le quieras entregar por entero?"
"Aunque respondiera algo así, no estarías satisfecha, Michiru."
"Al menos me hará sentir menos idiota cuando me vuelvas a tomar con la guardia baja. Algo que estoy segura está por venir. ¿O me equivoco?"
Pausa. Refunfuños.
"No lo sé. No sé con exactitud qué está por venir. No sé de dónde provino este sentimiento. Pero lo tengo, dentro de mí. Está hecho. No puedo deshacerme de él. Al contrario, yo…"
Michiru Kaioh emitió un chasquido entre sus dientes. "Siempre eres menos elocuente cuando se trata de aquellos sentimientos más intensos dominándote, Haruka." Otro suspiro. "En fin. Creo que ésa… es respuesta suficiente."
"Endulzar la realidad no es mi estilo. Me gusta esta persona. No era correcto pretender lo contrario contigo. No hay mucho más que decir al respecto. Veré cómo termina todo este desastre por mi cuenta. Al menos al ser honesta, te estoy alejando de la mierda que está por embarrarme."
Taiki fue brevemente distraída por la aparición de una libélula muy conocida flotando en su rostro. Inmediata culpa le llenó, puesto que la vida centinela parecía expresar desaprobación por sus acciones, husmeando en situaciones que no la involucraban.
"Eres una pesimista hasta para enamorarte, Haruka."
Queriendo rectificar sus malos modales, Taiki retrocedió.
"Al contrario, soy una realista."
Taiki tomó su tiempo para preparar el té. Aunque desconocía mucho de la cocina de la Señorita Hino, Luan y Artemis supieron guiarla e intercambiar más teorías sobre como arrancar la Stargate de Elysion. Para sí, escogió un sabor de jazmín, y para Michiru Kaioh algo más suave.
Después de auxiliarla, Luna y Artemis se enrollaron juntos en uno de los porches del hogar, disfrutando de la luz de la luna menguante. Taiki se despidió con una rascadita en ambos lomos, entendiendo un poco el gusto que Yaten sentía por los seres felinos. Caminó hacia el recibidor con todo el cuidado posible de no derramar liquido caliente de sus termos.
Pausó por un segundo. Creyó distinguir cuchicheos en una de las habitaciones—Hino y Aino.
Taiki sacudió su cabeza. Había tenido suficiente de husmear donde no le llamaban.
Era interesante que el camino hacia el corazón de Elysion ya se hubiera vuelto muy conocido, en cuestión de un par de semanas. Las libélulas regresaron, además, vibrando al acompañarla de vuelta al quiosco.
Le sorprendió que, de hecho, Kaioh-san la estuviera esperando.
"No supe cuántas cucharadas de azúcar poner exactamente, así que me limité a solo una, Kaio-san." Taiki colocó uno de los termos sobre el barandal, donde la Outer se recargaba para admirar el lago plateado a metros de distancia.
La computadora estaba en hibernación, la transmisión terminada.
"Gracias, Taiki." La voz de Kaioh no fue su usual tenor melodioso. De reojo, notó a la mujer tallar el borde su sien. Taiki desvió su mirada, apurándose a sacar un pañuelo que siempre guardaba en el bolsillo interior de su saco. Lo acomodó a lado del termo. "Llámame Michiru. Creo que después de evitar más de dos Apocalipsis juntas, es hora de dejar la formalidad de lado. ¿O no?"
Taiki sopló sobre la superficie de su propio té. Asintió, aceptando la invitación con un poco de alivio. No deseaba tener asperezas con ninguna de las Sol Senshis, después de tanta destrucción y muerte en su planeta. Estaba, en toda honestidad, bastante asqueada. Aunque las Outers y las Starlights no vieran ojo a ojo en algunos asuntos, de hoy en adelante, había quedado claro que podían trabajar juntas. A eso debían seguir aspirando, en lugar de chocar cabezas.
"Este lugar es inspirador." Michiru prosiguió, tras un rato de saborear su té en quietud. "Si pudieras pensar en una forma de honrarlo con la poesía que tanto te gusta, ¿qué crees que saldría de tu cabeza?"
Erróneamente, Michiru pensaba que la poesía salía de lo cerebral, y no de las entrañas de lo sentimental.
Taiki pensó detenidamente, por un momento.
Sobre el lago, tres libélulas flotaron con jugueteo.
"La esperanza es esa cosa con plumas
que se posa en el alma,
y entona melodías sin palabras,
y no se detiene para nada."
Michiru permaneció inerte, dedicada a escuchar.
"…y suena más dulce en el vendaval;
y feroz tendrá que ser la tormenta
que pueda abatir al pajarillo
que a tantos ha dado abrigo.
La he escuchado en la tierra más fría
y en el mar más extraño;
más nunca en la inclemencia
de mí ha pedido una sola migaja."
"O eres estupenda en improvisar, o tienes un repertorio ya memorizado."
"Me temo que es la segunda opción." Taiki sonrió. "Emily Dickinson. Creo que estoy muy cansada para forjar algo original en estos momentos."
Michiru volvió a acomodar el pañuelo cerca de su acompañante. La mujer se había tomado la cortesía de doblarlo con delicadeza.
"Me agrada."
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Planeta: Kinmoku.
Localización: Distrito ASTEROPE;
Laboratorio Comando Stargate.
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Haruka se levantó del asiento. En el lado contrario del laboratorio, divisó a Mizuno fingiendo que los reportes de la Stargate eran más interesantes que la conversación que -sin duda alguna- había alcanzado a husmear.
"Ninguna palabra sale de aquí relacionada a esta llamada, ¿queda claro?"
Dirigiéndose a las compuertas de la salida, Haruka miró los hombros de Mizuno brincar con sorpresa. La chica mordía su labio.
Haruka se introdujo al elevador. Marcó el piso de la superficie como de su destino y se aplanó sobre la pared de la cabina. Sus manos se acuñaron al barandal de soporte, apretando sus dedos alrededor del tubo metálico.
Frente a su mirada, el tablero fue marcando los niveles que fue ascendiendo el elevador.
Haruka despeinó sus cabellos, cabizbaja.
Indicó un simbolismo adecuado que, con cada nivel escalado, sus entrañas percibieran una sensación de alivio recorrerle. A veces, las decisiones correctas eran las más difíciles, y las más difíciles eran las más egoístas.
-¿Pero en verdad fue egoísta de mi parte ofrecer honestidad? Haruka analizó el recuerdo de las líneas de expresión de Michiru por la pantalla, mientras había asistido a la llamada. La mujer no había lucido sorprendida. Ligeramente dolida, sí.
El detalle con Michiru era que la mujer entregaba todo con una persona, pero no necesariamente esperaba recibir lo mismo. Durante el transcurso de su relación, Haruka había aprendido que Michiru era de naturaleza algo conformista. La de las exigencias siempre había sido Haruka. La que llevaba la dirección, el Norte, mientras Michiru le había seguido con ojos abiertos.
Haruka admitía que habían existido senderos, de que los ahora se arrepentía de haber guiado a Michiru en nombre de su deber. Pero el pasado no se podía repetir. Lo hecho, hecho estaba.
Un parte de Haruka había deseado algún tipo de discriminación, alguna muestra de ira, o gesto dominado por la traición.
Al contrario, Michiru había reaccionado muy apegada a su naturaleza pasiva. Altamente civilizada, hasta cuando Haruka estaba rompiendo su corazón.
Como despedida, habían acordado tener una conversación a su regreso a la Tierra para determinar los cambios que su separación implicaría. Haruka tendría que mudarse de la mansión. Sus ganancias conjuntas, deberán serán divididas. Haruka no tenía idea cómo esto afectaría sus roles como Sailors, además. ¿Podría Michiru seguir viéndole la cara, después del súbito rompimiento? Seguramente, su ex ocuparía de un cierto periodo de tiempo para manejar las consecuencias que seguirían a la decisión de Haruka, antes de sentirse preparada para seguir con sus deberes, inafectada. Michiru era más emocional de lo que hacía ver a las demás personas fuera de su círculo de confianza. Su pasión era privada, un fenómeno que acaparaba fuerzas con el tiempo, no de manera explosiva.
Haruka dejó caer su cabeza hacia atrás.
El elevador activo la breve alarma que había arribado al nivel deseado. A los pocos segundos, las puertas se partieron para dar paso a los transportados.
Haruka respiró hondo, alzó sus hombros y salió con cabeza en alto.
El bullicio del Palacio fue un impacto de sonido y caos que le golpeó de una sola vez. Para su decepción personal, podía admitir que ya se había acostumbrado al acento del idioma local, aunque no entendía ni un cuarto de ello aún. El danzar apresurado de las doncellas de servicio le fue bastante familiar. La voz de Sailor Star Developer se había convertido en una constante, al momento que encendías tu comms. Haruka así lo hizo, queriendo ocuparse de algo más que de sus pensamientos volátiles.
Con manos dentro de sus bolsillos, Haruka se abrió camino hacia el dormitorio de las chicas. Las órdenes de empezar a empacar habían sido bastantes claras esta mañana. Esperaba que a diferencia de Mizuno, las demás ya hubieran adelantado la tarea.
Hotaru rodó sus ojos púrpuras, al verla asomarse a su suite adjunta. La chiquilla apuntó de manera automática al par de mochilas de viaje ya listas, sobre la cama que habían compartido. Libre de la tarea, la chica jugaba con el videojuego portátil de Usagi Tsukino.
"Todo está listo, Haruka-Papa. Las chicas están haciendo lo mismo, antes de que preguntes. Por favor, no vayas a aterrorizarlas." Una risilla salió de la joven, al notar su puchero. "Aw, vamos. Estoy segura de que hay otras cosas que puedes hacer para pasar el tiempo."
"Mizuno todavía no se separa del laboratorio. Espero que no aguarde hasta el último momento para ponerse a recoger sus cosas."
"Makoto está ayudando a empacar sus cosas mientras Ami deja lista la Stargate para el uso de la Señorita Taiki. Tranquila—Ouch, no soy tan buena con este tipo de juegos como Usagi." Sonidos de K.O. del videojuego lo demostraron. Con una ligera mueca, Hotaru reposó el juego en su regazo. Desde su asiento en el borde la de las ventanas, su cabello resplandeció a una tonalidad tornasol. "Todavía tenemos 50 horas. ¡Suficiente tiempo, diría yo!"
"Bueno, al menos una de nosotras está a bordo con el plan de regreso." Haruka tomó asiento en uno de los divanes más cercanos a las ventanas. "Koneko no deja de hacer berrinches."
"¿Puedes culparla? Se ha encariñado con este planeta." Hotaru le sonrió. "¿O es el planeta a ella? A veces no es muy claro."
Haruka achicó su mirada. No le agradó la implicación. "Lástima. Koneko ya tiene un planeta y su propia gente para entretenerse. No hay cupo para más."
Hotaru acomodó su mentón en su mano derecha. "Sigue actuando de forma sobreprotectora, sé que en el fondo te has encariñado con Kinmoku de igual forma, Haruka-papa." La punta de la lengua de Hotaru se asomó. "Creo que tu urgencia por marcharte tiene que ver más con tu propia renuencia a dejar Kinmoku tan rápido."
"Vaya. Te crees una especialista en lo que pienso y siento." Haruka le sonrió de vuelta. Luego, suspiró. "Pero déjame decirte que todavía hay mucho por comprender."
La dulzura en Hotaru se transformó a un tono más formal, entonces. "Algo sucedió." No fue una pregunta.
Tragando saliva, Haruka no lo negó. "Habrá cambios, al regresar a casa, Hotaru. Cambios… significativos." Volvió a tragar saliva. "Acabo de tener una conversación con Michiru al respecto."
Hotaru la contempló por un largo momento. Finalmente, la chica se alejó de la ventana, optando por tomar asiento en el brazo del diván que Haruka ocupaba. "¿Qué pasa? ¿Es algo serio? ¿Algo malo transpiró en la Tierra?"
Haruka pensó detenidamente en la respuesta. ¿Serio? Dependía de la perspectiva. Pero, ¿malo?
"No te apures." Haruka rodeó la espalda de la joven para tranquilizarla. "Sólo se trata del transcurso natural de las cosas."
"Te estás comportando de manera muy misteriosa." Hotaru se cruzó de brazos. "¡Y ahora estás sonriendo! ¡Asumiré que estos cambios serán para bien!"
Haruka le picoteó sus costillas, haciéndola brincar. "Por favor. No pretendas que no tienes una idea de lo que pasa. Tú misma me has dicho que no soy la misma persona que dejó la Tierra en estas horrendas vacaciones." Haruka no encontró razón para no sincerarse en ese preciso momento. Hasta hora, la naturaleza perceptible de Hotaru había probado ser infalible. "Digamos que estaré en un proceso de… readaptación. Y eso conllevará a que Michiru y yo necesitemos… una cierta distancia. Por un tiempo indefinido."
"Oh." Hotaru parpadeó con sorpresa. "Kami-sama. Sí es serio."
Haruka se encogió de hombros. "No hay otra solución."
"Lo siento, Haruka-papa." La chica sobó el hombro de su tutora con consuelo. Haruka le sonrió, silenciosa ante el renovado nudo en su garganta. Apretó una mano sobre la de la joven, no cayéndole mal el apoyo.
No estaba acostumbrada. A vivir en la incertidumbre.
Haruka no estaba acostumbrada a no tener el control de lo que se avecinaba.
De depender de la respuesta de alguien más, para definir su propia felicidad.
"He estado intranquila por un tiempo ya. Te lo he dicho. Mirando atrás, creo que eventualmente necesitaba tomar esta decisión." Haruka desvió su mirada en la dirección opuesta de la suite. "No que sea culpa de Michiru…"
"Comprendo." Hotaru amplió el gesto a un abrazo. Haruka respiró el aroma de su enjuague de cabello, en cuanto la tuvo cerca. Por un momento, cerró sus ojos, enfocada en la serenidad con la que Hotaru solía aceptar cualquier catástrofe. Haruka no sabía de dónde le surgía tal habilidad…
Sin preámbulos, Hotaru se separó lo suficiente para guiñarle un ojo.
"Entonces, dime, ¿cuándo piensas confesarle tus sentimientos a la Señorita Yaten?"
Saliva definitivamente no debía salir por sus fosas nasales.
Haruka tosió, ahogada en sus propias monosílabas de asombro. De reojo, la satisfacción fue plena en el rostro sutilmente bronceando de Hotaru. La muy despiadada.
"De que—¡No sé a qué te refieres!" Haruka carraspeó su garganta en múltiples veces, golpeando su pecho con su puño para recuperar su compostura. Podía sentir calor intensificarse en su rostro, sin embargo. Rayos.
Hotaru le observó con una sonrisa pícara.
"Demonios." Haruka gruñó. Sin excusas, Haruka prosiguió a cubrir su rostro con sus palmas.
"Aw, no te angusties así. Es más que evidente que Sailor Star Healer ha creado un apego especial contigo. La forma en la que la ves, además…" La sonrisa de Hotaru se volvió una curva algo risueña, nacida de aquellas novelas románticas que le gustaba leer. "Bueno. Digamos que es obvio para el que esté listo para verlo."
"Lo que me faltaba, hacer el ridículo frente a las otras chiquillas." Lo último que necesitaba era airear sus asuntos personales a las amigas de Koneko. Todavía no. Haruka no estaba lista.
"¡No seas así de dura contigo misma, Papa!" Hotaru retiró las manos de Haruka de su propio rostro. "No te arrepientas de lo que sientes. Tienes derecho a encontrar felicidad y compartirla… con aquella personal especial. Sea quien sea."
"Lo haces sonar sencillo. Fácil." Haruka respingó entre dientes. "Puede que yo no esté rompiendo destinos y haciendo dimensiones colapsar, pero eso no le quita que sienta terror."
Hotaru acarició su fleco cobrizo para acomodarlo. "Oh, vamos. No puede ser así de malo. ¡Sólo necesitas armarte de valor!"
Haruka relamió sus labios. "Ya lo hice."
Lo siguiente que narró fue una recapitulación muy breve de lo sucedido en los laboratorios y posteriormente en el elevador. Hotaru la escuchó con atención, luciendo pensativa al término de éste.
"Por eso decidiste hablar con Michiru-Mama."
Haruka asintió.
Hotaru volvió a apretar su hombro. "¿No tiene idea de qué tipo de respuesta pudieras recibir?"
Haruka se levantó del diván. Con la garganta seca, afortunadamente encontró botellas de agua en la cocina adjunta a la suite. Hotaru le siguió. "¿Qué rayos podría Yaten responder? Nos éramos indiferentes una a la otra, no hace mucho tiempo. No es como si nos conociéramos profundamente…" Aunque por lo menos, Haruka ahora tenía una idea de a dónde llevarla a almorzar. "Esto podría no pasar de una aventura pasajera nacida de momentos de solidaridad en tiempos de guerra."
Hotaru sacudió su cabeza con ligera decepción. "Estás minimizando lo que sientes, porque estás en una posición vulnerable, Haruka. Yo no creo que realmente sea algo pasajero. Estoy muy segura de que Sailor Star Healer debe poseer sentimientos reales si te ha asegurado que te dará una respuesta."
"No lo sé." Haruka tomó la mitad de una de las botellas de agua de un trago largo y apresurado. "Simplemente no sé qué pensar."
"Creo que no es un asunto que requiera pensar, sino tomar acción." Hotaru se recargó en la pequeña mesa de la cocina, colocando sus manos juntas frente a Haruka. "Supongamos que recibes la respuesta que tanto anhelas. ¿Qué es lo querrás hacer después?"
Haruka terminó el resto de su botella con agua, y emitió un sonido de agitación como si hubiera terminado un maratón. Vaya ironía.
"Yo…" Haruka miró la mesa. El envase vacío de la botella. Las cortinas, la alfombra. Al final, recurrió a los ojos oscuros de Hotaru. "Yo…"
"¿O no crees que la Señorita Yaten merezca el trabajo duro que se requeriría para tener una relación con ella? ¿Es eso, de lo que no estás segura?"
"Con Michiru todo era diferente." Haruka murmuró. "Creo que apenas me estoy percatando que ella se encargaba de facilitar cualquier dificultad en mi beneficio." Resopló por sus narices. "Yaten definitivamente sería otra historia. Todo con ella ha sido un desafío desde el primer día."
Hotaru rio con picardía. "¡Creo que eso es parte de lo que te gusta de ella!"
"Mn." Calor regresó a sus mejillas. Maldición.
"¡Puedes decir que te gusta en voz alta, Haruka! Kinmoku no se va a salir de su órbita solo porque lo admitas."
Una segunda botella de agua fue abierta y consumida. Llámenlo valentía liquida. Al finalizar, Haruka torció los envases de plástico, buscando por algo de destrucción para centrarse.
"No soporto verla sufrir." Confesó a la mesa entre las dos, encontrando apoyo en el borde. "Especialmente porque le gusta complicarse la existencia sin necesidad. Es una de las Senshis más fuertes que posiblemente conozca, pero le cuesta asumir sus propias cualidades."
"Creo que está aprendiendo a hacerlo. Ha tomado control del futuro de su nación con seguridad hasta hora."
Haruka mordió su labio inferior. Casi se habían besado. Y después, Haruka había entrado en pánico. El filo del remordimiento había cortado demasiado hondo.
Hubiera sido tan fácil el permitir que Yaten cerrara la distancia. Michiru había sido el freno, cuando Haruka había tenido a todos sus sentidos queriendo ceder.
Haruka había deseado tanto averiguar si los labios de Yaten eran cálidos. Quería averiguar si la chica había sido besada en verdad, alguna vez. Lo dudaba.
No había esperado que Yaten tomara la iniciativa para romper límites platónicos entre ambas. Hasta aquel momento, Haruka había pensado que sus sentimientos no habían sido recíprocos de ninguna forma.
"No lo entiendo. Somos completamente distintas." Bufó por sus narices, recordando cómo había conocido a Yaten en su presuntuosa personalidad de ídolo. Conocer a Sailor Star Healer no había mejorado su opinión.
No obstante, aquella invasora había protegido lo más preciado para todas ellas. Sobrevivir ataques directos de Sailor Galaxia no había sido poca cosa. Haruka esperaba que Yaten comenzara a reconocer el enorme potencial que brillaba desde su interior.
Porque era esplendoroso.
"Cuando Sailor Átropos la tenía cautiva contra el suelo, sus manos alrededor de su garganta. Sentí… esta intensa ira. La Espada de Urano no ocupó el comando, voló directo a Átropos, queriendo partirla en pedazos. Es lo que me causa más desasosiego. Yaten… provoca que surjan en mí, emociones que no había experimentado con anterioridad."
Aunque amara a Michiru con todo su corazón, Haruka nunca había olvidado el objetivo de su misión. Aunque Michiru había significado lo único que tenía, Haruka había mostrado que había estado dispuesta a sacrificarla por el bien común. A sacrificarlas a ambas.
Con Yaten, resultaba en un efecto contrario. Haruka había luchado por sobrevivir contra Átropos y posteriormente contra los soldados de Frihét, sin importar las circunstancias. Y había hecho lo posible para garantizar la supervivencia de Yaten por igual.
"La tuve en mi mente. La dejé usar mi Talismán. Algo que nunca hubiera permitido en el pasado."
Hotaru acomodó su rostro sobre sus antebrazos, parpadeando atenta. "Confías en ella, Haruka-Papa."
Lo hacía. De forma más plena que en Sailor Star Fighter.
"Hay algo más." Haruka carraspeó su garganta. "No creo que haya sido registrado en la historia, hasta ahora, que el henshin de una Sol Sailor Senshi pudiera activar el henshin de una Star Light, ¿o sí? Sé que Sailor Neptune lo hizo conmigo, pero se podía comprender nuestra compatibilidad."
Hotaru le sonrió. "Creo que puedo adivinar el común denominador para ese tipo de fenómeno."
Cuando la chiquilla no compartió más detalles, Haruka gruñó impaciente. "Hm. Bueno, ¿y qué esperas? Compártelo con la clase."
"Mm-mm." Hotaru sacudió su cabeza en negativa. "¡Creo que debes averiguarlo por ti misma!"
"Suficiente charla de sentimientos y suposiciones por un día, entonces." Haruka regresó a la recámara. Entre risas enigmáticas, Hotaru le persiguió. La Outer, sin más, tomó posesión de las mochilas de viaje en ambos hombros. "Tengo asuntos más importantes en lo que sí debo pensar, como en dónde diablos voy a vivir cuando volvamos. Vayamos con las demás, de seguro necesitan la suite para otros usos. ¿Segura que no olvidas algo?"
"Segura." Hotaru no se mostró muy contenta con el fin de la conversación. Tendría que superarlo. Haruka necesitaba distracciones. De ipso facto.
Dos días serían una espera que ya había mostrado sentirse el doble de su verdadera duración. Haruka no podía sentarse y torturarse con finales alternativos de algo que todavía ni sucedía.
Yaten daría su respuesta cuando le viniera en gana, y fuera lo que fuera, Haruka le daría cara.
No había mucho más que hacer al respecto.
En la Suite que las Inners compartían, Shingo Tsukino reinaba desde una de las camas, haciendo enfurecer a su hermana al esconderle sus calcetines.
"¡SHINGO, NO ES GRACIOSO!"
"¡No es mi culpa que seas tan distraída, Usagi!"
"¡Uy, de por sí estoy ayudando a empacar tus cosas también! ¡Que malagradecido eres!"
El mocoso fingió unos tosidos patéticos para proseguir con el chantaje que había metido a Koneko en este lío, seguramente. "¿Qué dijiste? ¡Perdón, no te escuché bien desde el profundo dolor en mi pecho! Cof, cof. Oh, que difícil es respirar."
"No empieces." Koneko pateó la mochila de su hermano para que se deslizara lo más cerca posible a su dueño. "Hum. Ni loca empacaré tu ropa interior."
Shingo dejó caer su actuación, resignándose a su destino. "Aguafiestas."
"Hola. ¿Están listas?" Haruka aventó las mochilas bajo su responsabilidad en la cama que había compartido con Usagi.
Quien mostró no apreciar el ser apurada. "Aw, Haruka. ¿Por qué no nos ayudas, en lugar de aplicar más presión? Mira, ayúdame con esto, ¿quieres, sí?" Un camisón rosa golpeó el rostro de Haruka, un parpadeó después. Por un agujero desabotonado del camisón, Haruka pudo divisar las reacciones de las demás.
En shock, los presentes se congelaron en sus diferentes posiciones—Makoto, sentada arriba de su maleta para cerrarla mejor; Shingo, con sus pantaloncillos interiores hechos bola en su mano; Hotaru, tapando su boca en completa sorpresa.
El camisón se terminó de deslizar de la cara de Haruka sin gracia alguna. "Oh. Yo que pensé que tu querida prometida estaría por aquí ayudándote en tareas como éstas. Supongo que son tareas muy mundanas para Seiya-baka."
"Uy, ya te dije que no es mi—"
"¿Usagi? ¿Comprometida, dices?" Shingo carcajeó desde el piso. "¡Deja que se entere Papá! ¡Estoy seguro de que le encantará saber que Usagi se puede ir de la casa, por fin!"
"¡No te metas en asuntos que no soy de tu incumbencia, niño!" Enrojecida, Usagi se aventó a su hermanito y la trifulca comenzó de nueva cuenta.
Haruka suspiró.
Empacar tardaría más de lo previsto.
"Bueno, por lo menos ya podemos estar seguras de que Shingo ha recuperado sus energías." Makoto había ganado la batalla contra su maleta. La acomodó junto al bulto que Haruka había creado, añadiendo otras dos mochilas que posiblemente le pertenecían a Mizuno. "No puedo creer que haya llenado una maleta solo en recuerdos del lugar. Espero lo podamos teletransportar todo."
"¿Todavía no han podido activar la Stargate en Elysion?" Hotaru se sentó en una de las camas.
Makoto se encogió de hombros. "Al parecer, no. Ami esperaba que pudieran lograrlo en el último momento… Ya saben, no le gusta darse por vencida. Pero todavía no obtienen éxito."
Koneko dejó de torturar a su hermano con ataques de cosquillas para unirse a la conversación. "¡Estoy segura de que lo lograrán tarde o temprano! Taiki y Ami son las personas más inteligentes que conozco." Con un ánimo mejorado, la chica continuó doblando su guardarropa, incluyendo el camisón que Haruka había ignorado. "Mmm. Es cierto… Seiya me dijo que estarían en sesión con el Consejo la mayoría del día. Espero la sesión de hoy sea más positiva que las anteriores. Yaten y ella han salido de muy mal humor, hasta ahora."
"Oh, sí. Según Ami, la política es muy enredada." Makoto suspiró. "Parece que ni Seiya, ni Yaten, tienen la paciencia que se requiere."
Haruka ignoró el acelere de sus latidos con la mención de Yaten. No era una adolescente enamoradiza, con un demonio. "Hay que sentirse afortunadas de no estar revueltas en ese tipo de problemas. Kinmoku se encargará de resolver sus diferencias poco a poco. Una nación no cambia de ideología en semanas. Es un buen inicio que estén aceptando estar en un Consejo, en primer lugar."
Tanto Makoto como Hotaru lucieron pensativas con la declaración de Haruka. Usagi, aunque inmersa en doblar sus pijamas, produjo un sonido meditativo.
"Seiya me contó que su primo entraría al Consejo como representante de su familia. Eso es bueno. Significa que la mayoría de los Distritos de Kinmoku desean un verdadero cambio, ¿qué no?"
Haruka no se consideraba experta en política, pero no deseó que su Princesa se estuviera quedando sin dormir por esta situación. "Ése es un buen comienzo. La política es lenta, Koneko, pero al menos la tía psicópata no tendrá ningún tipo de poder."
"Simplemente… no lo puedo creer." Makoto expresó en una risa incrédula. "Todo lo que ha transpirado en tan poco tiempo… Se siente como la experiencia de alguien más."
Koneko se dejó caer a la cama, abrazando el vestido que había estado en proceso de doblar. "Sé a lo que te refieres, Mako-chan." Una mirada fue arrojada en la dirección de Shingo Tsukino, algo parecido a remordimiento cubriendo las facciones de la rubia. "Aunque… Bueno, no me arrepiento de las acciones tomadas. Seiya y yo obtuvimos muchas de las respuestas que buscábamos durante este conflicto…"
"Sin olvidar que logramos conocer al Arquitecto." Hotaru se mostró de acuerdo. "Sin él, Láquesis no hubiera podido ser detenida."
"Hablen por ustedes." Shingo gruñó, cerrando su mochila de viaje. "La próxima vez que vea a ese tipo le romperé la nariz."
"¡No habrá ninguna próxima vez!" Usagi prometió, feroz, en dirección de su hermano. "Ni ARQ, ni las Moiras, se volverán a acercar a ti, Shingo. No se los permitiré."
"Cielos, relájate." Shingo levantó sus palmas, sonriendo con jugueteo. En completo contraste a su comportamiento anterior, el chico brincó a la misma cama en la que estaba Koneko, colgándose del cuello de la chica en un abrazo. "Sailor Moon pateará su trasero por mí, entendido."
"Así es." En un afecto que Haruka solía practicar con Hotaru, Koneko abrigó a Shingo en un apretón. "Se las verán conmigo siempre."
Haruka desvió la mirada. "¿Ya se han despedido?"
Koneko recalcó un enorme puchero. "Falta despedirme de las Chibi-Starlights pero han estado muy ocupadas."
"No te pongas triste, Usagi. Volveremos a visitar." Makoto se levantó de la maleta para tomar posesión de un hombro de la chica. "Arriba ese ánimo."
Shingo Tsukino se deslizó de los brazos de su hermana. "Oh, sí. Helga-san todavía me debe mis lecciones de entrenamiento exclusivo."
Tan declaración avivó otro escándalo entre Koneko y Makoto.
"¡Shingo-kun! ¡Pensé que tenías novia!"
"¡Es cierto, no andes de rompecorazones, canalla!"
Shingo rodó sus ojos. "Pero que mal pensadas son. ¿No puedo tener amistades de otro planeta como ustedes?"
"Increíble. Si Mina estuviera aquí, ya puedo imaginar lo que diría." Kino produjo un suspiro agridulce. "No puedo creer que Shingo tenga más acción en su vida amorosa que nosotras a los catorce años."
"Y vaya que mi hermanito tiene un gusto muy definitivo." Usagi cuchicheó con Kino.
"Oi, ¿de qué hablan? ¡Ya se los dije, Helga es mi amiga!"
Haruka levantó una ceja para sí. Koneko tenía un punto. Físicamente, Hotaru y Sailor Star Developer compartían rasgos como el cabello oscuro-púrpura y tez pálida. No tan distintos a los mismos gustos de su hermana mayor. Quién lo diría.
"Debemos definir el espacio que escogeremos para realizar la teletransportación."
Las chicas se mostraron resignadas a la insistencia de Haruka por volver a asuntos serios.
"¿Qué tal donde arribamos en primer lugar?" Usagi ofreció. "¿En los jardines del Palacio?"
"No me gustaría que fuera un lugar público, es especial porque aún no sabemos cuanta energía se requerirá."
Hotaru asintió. "Creo que sería más seguro el Planetarium que se utilizó para la teletransportación a MAIA. Sailor Star Fighter comentó que hay cristales canalizadores de energía en la plataforma para ayudar a estabilizar cualquier viaje."
"Haruka, ¿crees que sería buena idea practicar?" Usagi sobó su nuca. "Siento que no hemos unido fuerzas juntas desde hace mucho tiempo. Después de purificarme del Caos, me gustaría seguir conociendo el alcance del Cristal de Plata sin su influencia."
Haruka sonrió. Vaya. Por fin, algo de sensatez. "Hagámoslo."
Una hora después, Sailor Star Developer se encontró dirigiéndolas al Planetarium en cuestión, después de pedir una evacuación del lugar para su uso de forma privada. Al ser comunicada por los comms de sus intenciones de ensayar, Mizuno por fin se había separado de su adorado laboratorio.
"No sé por qué tengo que estar yo aquí." Shingo quejumbró, caminando a la cola del grupo.
"¡Ya te lo dije, necesito hacer una prueba con mi poder!" Koneko corrió al centro del Planetarium, cerrando sus ojos por un momento en concentración. "Es verdad. Siento mucha tranquilidad en esta plataforma. Wow, los recursos de Kinmoku me siguen asombrando." Al abrir sus faroles y tornarse hacia Haruka y compañía, la rubia levantó su mano derecha sobre la altura de su cabeza.
En una ola resplandeciente, el Cristal de Plata apareció en forma del broche de Eternal Sailor Moon. Antes de invocar el poder, sin embargo, la chica se percató de algo importante.
"Mi broche. ¡Chicas, está cambiando!"
De inmediato, tanto Haruka como las demás se acercaron a analizar el objeto. El broche desprendió una ráfaga de luz plateada. Por un corto periodo, iluminó el Planetarium en su totalidad. Haruka cubrió sus ojos con su antebrazo, hasta que el efecto se atenuó. No pudo negar que el poder desprendido le proporcionó una sensación de tranquilidad que había estado necesitando.
La esencia de la Luna Plateada.
La esencia de su Princesa.
Ante sus palmas extendidas, un Cáliz plateado indicó haber reemplazado el broche Eternal. Koneko admiró el nuevo artefacto con emoción, acercándolo a su rostro.
"Usagi, ¿te sientes bien?" Makoto se mostró preocupada. Tal vez, esperando que Koneko se desmayara como en transformaciones anteriores.
"Estoy bien." Su Princesa les sonrió. Pareció un desafío despegar su mirada del centro del Cáliz—del voluminoso corazón de Cristal. "Es realmente bello, ¿no lo creen? Con sólo tenerlo en mis manos, siento una inmensa sensación de paz y armonía."
Mizuno asintió. "Tienes razón. Este artefacto… se siente puro." La chica compartió la sonrisa gentil. "Me llena de una sensación de esperanza."
Una luna creciente adornaba la parte superior del Cristal—algo de esperarse, al igual de las pequeñas alas desprendiéndose del luminoso objeto multicolor—y dos manijas se estiraban alrededor del cáliz. Lo que Haruka no perdió de vista fue el trío de estrellas doradas incrustadas en el borde inferior del Corazón Plateado. No se necesitaba ser un genio para suponer a quiénes simbolizaban.
No por primera vez, Haruka se preguntó qué tan profunda corría la conexión entre su Princesa y las Sailor Star Lights.
"Es un nuevo comienzo." Tsukino murmuró con enamoramiento. "Es lo que más deseé para todos durante esta dura pelea."
"Al ser purificado, el Ginzuishou ha sido renacido, por así decirlo." Hotaru se mostró igual de fascinada. "Muy probablemente también se haya fusionado con la esencia de Sailor Cosmos de la manera correcta. Como debió de haber sucedido, sin la intervención del Caos."
"Bueno, no esperes más. Ya sabes lo que sigue." Haruka se cruzó de brazos, comenzando a retroceder para darle espacio a la rubia. Frente a ella, Koneko sonrió de oreja a oreja, superando a creces la belleza del cáliz. En el pecho de Haruka surgió orgullo; la determinación de Sailor Moon siempre resultaba contagiosa.
Usagi Tsukino encumbró el cáliz de nueva cuenta.
"¡Silver Moon Crystal Power!… ¡Make Up!"
Haruka lanzó una mirada al resto del grupo, y las chicas supieron leer el comando en el gesto de la Outer.
"¡Jupiter Crystal Power… Make Up!"
"¡Mercury Crystal Power… Make Up!"
"¡Saturn Crystal Power… Make Up!"
Haruka elevó su pluma de henshin, por primera ocasión activando el nuevo poder que había brotado de su experiencia con Sailor Star Healer. Sus labios titubearon un par de segundos, insegura si el mismo comando de transformación funcionaría.
Cerró sus ojos. Permitió a sus instintos, guiarla.
"¡Neo Uranus Crystal Power... Make Up!"
Energía se desató, del cauce de la pluma de Urano.
Haruka aspiró de golpe, recibiendo una demasía de calor por su cuerpo; los elementos de la tierra y el cielo se aunaron con algo nuevo. Por un instante, Haruka evocó la sensación de ser barrida por polvo estelar, cúmulos de éste concentrándose en su pecho, mientras su leotardo se materializó con eficacia.
La tierra se partió a su alrededor, cubriéndole en su protección. Los talones de su falda, así como sus cabellos, fueron acariciados por el viento; un amigo íntimo que sellaba su presencia en un beso sobre sus labios.
La estrella en su pecho quemó. Un calor dulce, solidificándose en una índiga estrella de cinco picos.
Al final, Sailor Uranus encarnó esta nueva faceta, con la misma habilidad de siempre.
"¡Sailor Uranus!" Eternal Sailor Moon se lanzó sobre ella con admiración en sus grandes ojos. "¡No me dijiste que habías cambiado de transformación!"
"Sailor Moon, ya me habías visto usando este uniforme." Uranus gruñó, algo incómoda por haber atraído la atención con algo así de cotidiano.
"Sí, pero admito que estaba algo distraída. ¡Wow! ¡Tu nuevo uniforme es muy bonito!"
"No es para tanto." Uranus se encogió de hombros.
Eternal Sailor Moon se acercó a la estrella de su moño con curiosidad. "Se siente como…" A pesar de encumbrar su dedo índice como todo infante en la dulcería, Sailor Moon no hizo contacto con el broche. En lugar de la posible invasión de espacio personal, Uranus recibió una gentil curva de sus labios rosados. "Muuuy interesante."
"¿Qué cosa?"
"Nada, nada." Sailor Moon retrocedió, sobando la parte trasera de su cabeza. "¿Chicas? ¿Están listas?"
"¡Sí!" Sailor Jupiter selló su puño derecho con su mano izquierda. "¡Empecemos!"
En el primer intento, la circunferencia de Sailor Senshis causó que las luces parpadearan alrededor del Planetarium. Shingo, acomodado en el centro, se espantó lo suficiente para no querer participar hasta que las Sailor Senshis lograran calibrar sus auras primero.
"¡Shingo, vuelve aquí!"
"¡Olvídalo! ¡No me convertiré en una rebana de tocino asado por tu culpa!" En vez de cooperar, Tsukino Junior se dedicó a sacarle plática a Sailor Star Developer, quien estuvo más que dispuesta a permanecer de espectadora.
"Tiene algo de razón." Sailor Mercury volvió a tomar las manos de Sailor Moon y Sailor Saturn. "Intentémoslo de nuevo."
"Concéntrense. No dejen su mente divagar."
"Sí, Sailor Uranus." Vino en coro de todas las chicas, bastantes condescendientes, en su opinión.
Irónicamente, para mentes divagantes, Sailor Uranus estaba ganando el reto.
Ecos de su conversación con Michiru se atravesaron por su cabeza, lo quisiera o no. Rastros de las palabras de aliento de Hotaru, por igual. -¡No! No te distraigas. Uranus respiró hondo. Empujó pensamientos indeseables con todas sus fuerzas.
Cuando hubiera sido una tarea fácil de llevar a cabo, esta ocasión, la disciplina tuvo un costo.
No fue la única con dificultades. El poder de Eternal Sailor Moon fue sublime al recorrer el circulo, pero calibrarlo al nivel de sus Guardianas se le presentó un reto. Definitivamente, la idea de practicar había sido la más acertada.
Sailor Mercury fue la primera en entablar una conexión con sus compañeras. Su presencia fue un aliento fresco, ayudando a perder algo de impaciencia. Después, la presencia de Sailor Jupiter le siguió. Uranus se enfocó en la armonía entre el fulgor y el trueno, queriendo imitarla para conectarse a la estrella de Sailor Saturn.
A lo lejos, Uranus creyó escuchar el nivel de bullicio crecer. Lo ignoró.
La estrella interna de Saturn se estiró hacia la suya…
Como una liga llevada más allá de sus límites, el lazo entre las Outers se reventó antes de atarse, de golpe cada extremo rehuyendo al interior de sus dueñas.
"Con un demonio." Uranus sintió las repercusiones en un dolor punzante contra su sien.
"¡Ow, hasta yo lo sentí!" Sailor Jupiter mostró que el dolor en su cabeza fue igual de intenso. "¿Qué fue eso, Uranus? Jamás había sentido un efecto así en un intento de teletransportación."
"Es porque ninguna de ustedes está en el mismo canal."
Sailor Uranus se congeló, sus dedos aún enredados en su flequillo.
A su lado, Sailor Jupiter y Sailor Moon fueron más elocuentes con su reacción a la nueva voz en el Planetarium.
"¡Sailor Healer!"
"Juro por los Soles de Kinmoku, que empezaré a cobrar una tarifa por mis servicios." Prosiguió la voz, acompañada de tacones.
"¿No deberías estar en junta del Consejo?"
"Lo estaría si no hubiéramos sentido un brote de energía así de inmenso hasta la Cámara de Juntas. Fighter me mandó para averiguar qué estaba sucediendo, mientras encontraba la forma de cerrar sesión sin ofender a todos los continentes del país. Sailor Moon, ¿en serio no has aprendido nada todavía? ¡Te enseñé como canalizar tu henshin hace eones!"
"¡Gomen nasai!" Eternal Sailor Moon unió sus manos en plegaria. "¿Nos echarías una mano?"
Sailor Uranus giró su rostro justo a tiempo para ver a Sailor Star Healer acercarse por el flanco perteneciente a Sailor Saturn. Detrás de ella, Shingo y Developer seguían de espectadores.
Sus miradas se cruzaron.
Rubor apareció en el rostro de Healer.
Uranus sonrió para sí, desviando su atención. -No tan indiferente, ¿eh?
Healer carraspeó su garganta. Se redirigió a Sailor Moon.
"Depende. ¿A qué se debió el disparo de energía de hace un rato?"
Sailor Moon sostuvo su mentón. "Debió tratarse de la aparición del Cáliz Lunar. Lo siento mucho. No creí que Fighter y tú fueran a percibirlo. Mi broche de transformación evolucionó a otra forma."
"Déjame verlo. Desactiva tu henshin." Con las manos en sus caderas, Healer esperó a que su orden fuera obedecida. Eternal Sailor Moon se desvaneció en una cortina de plumas, dejando a Usagi Tsukino en vestimenta de civil.
Cuando el Cáliz Lunar fue re-invocado, otro brote de energía cósmica resplandeció por el Planetarium.
"Astros, ¿esa cosa no tiene botón de apagado?" Healer cubrió sus ojos al igual de los demás presentes, hasta que el brillo perdió fuerza, minutos después. "¡Casi me quedo ciega!"
"Uy, no exageres." Algo posesiva, Sailor Moon abrazó el Cáliz contra su pecho.
"No es una mascota, Usagi." Healer examinó lo que pudo del Cáliz desde la distancia que los separaba. "Mmm."
Jupiter estiró sus brazos.
Mercury encendió su mini-computadora.
Sailor Saturn sonrió hacia su tutora, su mensaje mudo siendo claro, ahora que estaban en presencia de Sailor Healer.
Uranus rodó sus ojos.
"No voy a enseñarte algo qué sé muy bien ya aprendiste, Usagi. En el Torneo, canalizaste tu poder sin pedirme permiso. Además, purificaste Kin-Norte sin mi ayuda."
"Se siente diferente." Usagi hizo pucheros. "Cuando realizo una purificación estoy extendiendo la energía del Cristal del Plata. Para una teletransportación parece que debo hacer todo al revés para conectarme con las chicas."
"Lo cual ya has logrado. Así llegaron a Kinmoku, ¿qué no?"
"Bueno, ahora que lo mencionas." Sailor Jupiter levantó su mano. "Sailor Moon prácticamente hizo todo el trabajo por nosotras. Recuerdo que ella fue quien activó nuestros henshis a voluntad para realizar la teletransportación hasta aquí."
Rubor tiñó el rostro de su Princesa. "No lo hice a propósito. Fue más como—¡un instinto!"
Healer suspiró. Levantó su mano derecha a su oreja. "Fighter, todo está bajo control. Tendrás que terminar sesión sin mí."
Sailor Star Fighter no comunicó en voz alta lo que seguramente hubiera sido un refunfuño por ser abandonada a los lobos políticos. El canal compartido de los comms solo comunicó la estática momentánea de un antipático Roger, Sailor Healer.
"Diviértete." Healer se despidió con una sonrisa malévola. Luego, colocó sus manos en sus pequeñas caderas. "Muy bien. Suficiente de tácticas de amateurs, Usagi. Si tu poder está en las grandes ligas, debes jugar al mismo nivel."
"…¿Qué?"
"¡Ah!" Healer gimió. "¿Qué no fuiste entrenada por Seiya? Pensé que algo de sus lemas de motivación deportiva te serían familiares."
"¡Los deportes no son lo mío!" Usagi rezongó. "Mucho menos sus lemas de motivación."
"A lo que me refiero es…" Healer se acercó a la rubia hasta tomarla de los hombros. "Has sido capaz de realizar obras extraordinarias con tu poder hasta ahora. Sin ayuda. Una teletransportación debe ser pan comido para ti… Estás lista, Usagi. El Caos ya no te habita. No hay excusa. Confía en tus habilidades."
Sailor Uranus mordió el interior de su mejilla. Ese tipo de aliento le resultó algo familiar, y verlo reproducido le trajo sentimientos difíciles de discernir. Parecía ser, que Yaten había absorbido algo de lo que Haruka le había impartido.
"¡Además, yo no estaré contigo a todo momento!" Healer le soltó en muestra de quejumbre.
Sailor Saturn acarició su mentón. "Ahora que lo mencionas, es extraño que el Cristal de Plata se aclimate a tus habilidades, Sailor Healer. No debería haber una razón para el vínculo tan fuerte."
"Yo no lo creo tan extraño," Usagi sujetó el Cáliz flotando en su palma derecha, mientras los dedos de su mano contraria acariciaron la luna creciente. "¡Supongo que el asunto de nuestros antepasados en común tiene mucho que ver!"
Sailor Uranus sintió su mirada engrandecer.
Los labios de Saturn formaron una O con el impacto. Mercury y Jupiter se miraron entre sí, claramente confundidas.
"¿De qué tonterías hablas?" Healer resopló con humor. "¡Nuestros antepasados no vivieron ni en el mismo sistema solar!"
"Oi. Es lo que Sailor Saturn aseguró." Koneko expresó completa seguridad en esta nueva locura. Miró a Saturn con una sonrisa penosa. "No me refiero a ti, Saturn. Me refiero a la otra Sailor Saturn—"
"¡Por favor! ¡Me estás tomando el pelo!"
"¡Claro que no! ¡No mentiría sobre algo así, Sailor Healer!" Al notar el mismo escepticismo correr por el resto del grupo, color cubrió el rostro ofendido de Koneko. "¡Es lo que Sailor Saturn me dijo, lo juro!"
"¡¿Y hasta ahora lo mencionas?!"
"¡Uy! ¡No había salido el tema!"
"¿Qué te dijo exactamente?"
"Dijo que tú y yo tenemos antepasados en común y por eso eres compatible con el poder del Ginzuishou."
Sailor Uranus tragó saliva.
Healer batió un guante al aire. "Basta. Ya no es gracioso, Usagi. Deja tu broma de mal gusto."
"Hum." En un instante, el Cáliz resplandeció. Eternal Sailor Moon fue revestida. Su forma avanzó hacia Healer con un dedo apuntando hacia su pecho. "¿Por qué crees que pudimos comunicarnos cuando deseabas que activara el Sistema M.A.D.R.E.? ¡Sailor Saturn me alentó a hacerlo! ¡Dijo que me aferrara a tu estrella por nuestra conexión! Fue así como pudieron purificarme del Caos." El coraje en Sailor Moon por ser dudada se suavizó, dejando a una aliada en busca de hermandad. "Es cierto. Sé que si lo piensas por un momento… Sabrás que es la verdad, Sailor Healer."
Sailor Star Healer giró su rostro de un extremo al otro. Más sonidos cáusticos escaparon de su boca. Su expresión se oscureció al presenciar a las Inners asimilando la noción. "Vamos, no pueden creerse esta historia fantasiosa."
"¿Sería tan malo?" Sailor Jupiter le sonrió.
"No hay ninguna prueba—"
"¡Ejem!" Sailor Moon apuntó a la cabeza de la Star Senshi. Tanto la atención de Sailor Uranus como las de las demás se fijaron en las perlas adornando la cabellera de Healer. "Si mal no recuerdo, señorita, las perlas lunares en tu fuku aparecieron la primera ocasión que me ayudaste a controlar al Cristal de Plata, ¿o no? Y déjame decirte que la única persona que heredó un tipo de accesorio de esa naturaleza fue Sailor Chibi-Moon."
En lugar de rabiar, la figura de Sailor Star Healer cesó todo movimiento.
"¡Oh! ¡Es verdad!" Sailor Mercury se mostró totalmente asombrada. "Chibi-Moon era la única que heredaba rasgos de las transformaciones de Sailor Moon por… Bueno, obvias razones consanguíneas."
Healer se abrazó a su misma, entrecejo fruncido con miles de pensamientos corriendo por su cabeza, sin duda. Fue una posición que Uranus encontró muy familiar cuando ella misma se sentía acorralada.
-"Aunque tus gustos no cambian, Sailor Uranus. La luna sigue teniendo un agarre en ti."
Sailor Uranus apretó sus párpados con el reproche del pasado. Severina Sang Froid, aun ausente, seguía reafirmando revelaciones que nadie le pedía. Al re-abirir sus ojos, liberó una honda exhalación. "Creo que es cierto."
Cabezas multicolores se arquearon en su dirección. Uranus se enfocó en Healer, sin embargo. Suspicacia marcaba las facciones de la Star Senshi.
"Sailor Átropos hizo algunas insinuaciones al respecto. No las comprendí en su momento, pero ahora puedo entender a qué se refería." La mirada de Uranus se meneó a Eternal Sailor Moon. Posteriormente, de vuelta a Healer. "¿No mencionaste que tu país se había compuesto de migrantes de otros planetas?"
Lentamente, el rostro de Healer asintió.
Uranus se encogió de hombros. "Alguien de la Luna debió de haber arribado a este Sistema Solar en un punto de la historia. No hay otra explicación más plausible."
"Asombroso, si eso sucedió…" Mercury pensó en voz alta. "Me pregunto cómo…"
Sailor Star Healer encumbró una mano hacia la peliazul. "Ahora no, Mercury." La mujer cubrió su rostro con la mano opuesta. "Estrellas, esa maldita perra."
Eternal Sailor Moon brincó por la feroz línea de insultos.
Healer achicó sus ojos. "Me refiero a Átropos. Mencionó algo referente a ser vástago de la Luna. Ugh, en ese momento pensé que sólo estaba loca…"
"Puede que Luna y Artemis sepan más de lo que pudo haber sucedido con estos famosos antepasados." Sailor Jupiter se acercó a la Star Senshi con una actitud relajada. Tocó el hombre de la mujer en muestra de compañerismo. "No te preocupes, Sailor Healer. Te ayudaremos a obtener más información de cualquier forma."
"¡Así es!" Eternal Sailor Moon levantó su puño en muestra de apoyo moral. "Y de seguro Luna estará muy emocionada por ayudarte."
"A veces, las respuestas que obtenemos no son las que estábamos buscando, pero no deja de ser importante conocerlas." Saturn alentó, acercándose por igual. "Míralo de esta forma: al menos no eres descendiente de una Moira."
Gotas de sudor corrieron por las cabezas de las Inners.
"Vaya consuelo, Saturn." Jupiter reprimió con humor.
"A decir verdad." Healer murmuró. "Eso sí me hace sentir mejor. Cualquier opción es mejor que formar parte de la familia desquiciada de Seiya."
"¡Misterio resuelto!" Sailor Moon les mostró su señal de amor y paz tan conocida. "¡Que emocionante! Puede que seamos primas lejanas o algo así…"
"Que las Estrellas me libren."
"¡Oye!"
"Así no funciona la genética, Sailor Moon." Mercury reclamó.
Uranus observó a Healer palidecer con cada minuto que la conversación adquiría cuerpo e intensidad. Ya había presenciado que la Star Senshi no buscaba el foco de atención respecto a sus habilidades; mucho menos querría atención en su herencia biológica, considerando que ni ella misma la conocía bien.
"No nos salgamos más del tema que nos trajo aquí. Sailor Moon, aunque comprendamos ahora la conexión, Sailor Healer tiene razón. No puedes seguir dependiendo en ella. Tal vez el Cristal de Plata se haya vuelto holgazán. Sigamos practicando."
Eternal Sailor Moon suspiró con resignación. "Claro, Sailor Uranus."
Las siguientes dos horas fueron duras para todas. Regaños les cayeron sin excepción a las Senshis de parte de Star Healer para mejorar su concentración y lograr entablar una conexión entre sus astros internos.
Sailor Moon fue el recipiente de las críticas más constantes—"¡Tú tienes que controlar ese Cristal, Sailor Moon, no él a ti! ¡Debe obedecer a tu comando!"—haciendo a la Moon Senshi sudar con sus esfuerzos.
Su aguante fue digno de respetar, no obstante. Aquel fulgor de orgullo en Uranus creció al verla no destrozarse bajo la presión. Cuando antes la chiquilla se hubiera desesperado con las tácticas de Healer, y tirado la toalla más temprano que tarde—Sailor Moon se mantuvo firme, siguiendo cada recomendación de su instructora.
Ni siquiera el hecho de que su entrenamiento había atraído un público en el Planetarium, les afectó. A pesar de haber arribado desde hacía rato, Sailor Star Fighter no se les unió, optando por ser espectadora junto a Shingo y Sailor Star Developer.
"Hagamos un último intento." La garganta de Healer ciertamente había sufrido consecuencias por tanto alarido. "Tómense de las manos. ¡Vamos, calibren sus estrellas interiores!"
Sailor Uranus había sido colocada frente a Eternal Sailor Moon durante la serie de ejercicios. Healer había declarado que al ganar un henshin nuevo, Uranus debía servir como equilibradora para su Princesa, en vez de colocarse en un punto lateral de la circunferencia. Sailor Saturn fue acomodada a su costado, mientras que, del costado contrario, Sailor Mercury y Sailor Jupiter unieron sus manos con Sailor Moon y entre ellas.
Sin otra opción, Uranus unió su mano derecha a la de Jupiter.
"Perfecto. ¡Shingo, ven aquí!"
El chiquillo emitió un gemido. Se separó del grupo de espectadora con tennis arrastrándose por el piso.
"Me siento como un conejillo de indias…"
"Shush." Sailor Healer lo tomó del hombro en cuanto lo tuvo a su distancia, guiándolo directo hacia Sailor Moon. "Toma la mano de tu hermana y la de Sailor Saturn."
La incertidumbre fue obvia en el chico. Inspeccionó las manos extendidas de ambas Senshis. "¿Voy a explotar?"
"¡Shingo!" Eternal Sailor Moon siseó entre dientes.
"Bromeaba, cielos. Que tensas." Shingo Tsukino estrechó la palma de su hermana primero, sus dedos entrelazándose juntos. "Huh."
"¿Qué pasa?" Healer lució por un momento temerosa de que el mocoso, en efecto, fuera a explotar.
"Ah. Nada." Shingo se sonrojó. "Se siente distinto, es todo."
La palma izquierda de Sailor Saturn fue la siguiente.
Sailor Star Healer se salió del centro del círculo de Sailor Senshis. "Muy bien. Recuerda, Sailor Moon, no me necesitas." Una pausa. "Y no conviertas a tu hermano en una palomita de maíz."
Aunque salió de su línea de visión, Sailor Uranus percibió a Sailor Healer posicionándose a sus espaldas.
"No te cierres."
El susurro funcionó como referencia a sus previas experiencias. Sailor Uranus respiró hondo.
Saturn estrechó su mano, cerrando así, el círculo.
Energía.
Calor.
Como había sido recomendado, las estrellas de Mercury y de Jupiter fueron las primeras en vincularse con las de sus compañeras. Sailor Uranus sintió su aura exteriorizarse por igual. Las ausencias de Sailor Neptune y Sailor Pluto habían sido un factor con el que Uranus había tenido problemas en los intentos anteriores, y Sailor Star Healer lo había notado.
Su solución había sido simple: "Acostúmbrate al cambio."
Sailor Uranus permitió sus defensas caer.
Saturno fue un astro conocido, anclándose a su líder con destreza. Mercurio y Jupiter se le unieron al instante. La conexión con Urano fue establecida.
El trabajo arduo, dio frutos.
"¡Muy bien! ¡Ahora, es tu turno, Sailor Moon!"
El auge de energía del Ginzuishou brotó de su dueña.
Sailor Uranus apretó sus dientes con la sensación.
Algo así de puro, no debería jamás ser corrompido.
Un amor así, debía ser por siempre protegido.
Luz plateada fluyó, con ella, arrasando por pensamientos, recuerdos-
—Sus botas estaban manchadas de sangre en el tacón y la punta. Su estómago se hizo nudos con la realidad que le rodeaba. Eternal Sailor Moon siguió adelante, a pesar del panorama, acarreando a Frihét por el campo de batalla.
—Cuando Uranus sintió manos de terceros apoderarse de sus brazos, la mujer dejó salir un rugido de furia. Todo dolía.
—"No disfruto lastimar a jovencitas; pero lo haré si no tengo otra opción." El Arquitecto atravesó el Silent Wall con una mano. Su puño oprimió el corazón de cristal en el pecho de Saturn, absorbiendo la esencia de destrucción de la fuente.
—La Guadaña del Silencio lució innatural, dirigida al cuello menos esperado… La sangre. Había tanta. En el suelo. En su hermana. Sobre las espaldas de la rubia; sus largas alas blancas se estremecían, tiritando, hasta que lánguidamente se comenzaron a disipar en el éter.
—Sailor Jupiter había luchado contra seres malignos desde su despertar. Sailor Animamates, Daimons, Youmas, Droids, zombies, experimentos malignos, y demás seres de fantasía. Nunca había experimentado la simple maldad de personas mortales.
—"No podemos dejarnos llevar por la desesperación, Mako-chan. No podemos abandonar a nuestras amigas, sólo porque esta vez nuestro enemigo no habita en territorio plenamente blanco o negro."
Trauma.
Sailor Uranus no era inmune a las heridas mentales causadas por la guerra.
No debía sorprenderle, descubrir que sus compañeras tampoco lo fueran.
Al unir fuerzas, estaba acostumbrada a la calma de Sailor Michiru, y al fuerte sentido del deber de Sailor Pluto. Con ellas, los estragos de batallas pasadas siempre eran asimiladas sin examinar la profundidad de su impacto en sus pisques. Sus naturalezas como Guardianas solían ser más implacables, firmes en lo que debía ser.
Las Inner Senshis eran todo el contrario; increíblemente, todavía poseían cierta inocencia que permanecía protegida, incluso después de enfrentar a Sailor Galaxia. Inocencia, de la que las Sailors Outers nunca habían sido privilegiadas en primer lugar.
Fue liberador compartirlo al círculo: la verdad de que ni Michiru, ni Haruka, ni Setsuna, ni Hotaru, habían tenido la oportunidad de ser inocentes. Sus vidas pasadas siempre las había cazado, contando los días hasta que sus nuevos despertares se cumplieran.
Aquella inocencia era algo muy preciado, y solo hasta ahora Sailor Uranus comprendía por qué: la inocencia que daba empuje a Sailor Jupiter, Sailor Mercury, Sailor Mars y Sailor Venus, venía de la persona más importante para todas ellas.
Aquella inocencia, encontraba raíces desde el corazón de Eternal Sailor Moon.
Bondad, cariño, amistad, unión—Sailor Uranus fue inundada en su marea.
Empatía se desprendió por el vínculo multicolor, viniendo de distintas direcciones. Un abanico de fervientes sentimientos recorrió el círculo por igual, fortaleciendo la coordinación de sus astros. Ideas, pasión, y esperanzas, corrieron por todas ellas. Sailor Uranus no intentó detenerlas. No combatió contra la corriente.
Cuando la estrella en su pecho recibió el mensaje conjunto, cada una de las Senshis encontrando terreno en común, Sailor Uranus lo aceptó.
"¡Excelente! ¡Háganlo, ahora!"
"¡SAILOR TELEPORT!" El comando conjugado encontró su clímax en un arcoíris multicolor, resplandeciendo hasta llenar cada rincón de sombras con su potencia.
Uranus sonrió, sintiendo sus botas despegarse del piso.
Materia se transformó. Gravedad cesó a una fuerza mayor.
Y lo siguiente que Uranus percibió fue el desbalanceando pisar de sus botines sobre piedra resbalosa.
"Pero que…" Uranus abrió sus ojos, por un momento cruzando miradas con sus compañeras, antes de que la poca ayuda del cauce del río hiciera de las suyas. "¡Oi!"
"¡Sailor Uranus!" Sailor Jupiter quiso sostenerla con la unión de sus manos, pero fue para nada. La Sailor fue jalada junto con Uranus al Río Plateado. Un escandaloso SPLASH avisó del doble aterrizaje.
Genial.
"¡Lo hicimos!" Sailor Moon gritó. Desde su posición en tierra más firme, la chica solo sonrió apenada. "¿Uranus, Jupiter, están bien?"
Estaban en los jardines afuera del Palacio. El lugar que habían escogido para realizar la teletransportación de prueba.
Jupiter y Saturn les ofrecieron sus manos. Uranus, resignada a un trasero empapado, las aceptó. "Podríamos mejorar las coordinadas."
"¡Regresemos al Planetarium! ¡No puedo esperar a ver las caras de Fighter y Healer!" Jupiter jaloneó a Uranus en la posición inicial sin trabas, pudiendo con su peso gracias a su propia condición física. Su sentido de competitividad parecía estar saliendo de ella a centellas. Mercury rió con el entusiasmo.
Volvieron a unir sus manos.
El regreso fue aún menos problemático. Rápido, conciso. Y más importante que todo, seco.
"¡Yatta!" La voz de Fighter reinó por el auditorio, en el momento que volvieron. "¡Sailor Moon, lo lograste!"
"Se tomaron su tiempo." La voz a sus espaldas indicó que Healer las había estado esperando en el mismo lugar. "¿Qué sucedió contigo?"
Al soltar las manos de sus compañeras, Uranus se giró hacia ella. "Ni una palabra al respecto."
La carcajada de Healer fue un sonido espontaneo, nacido de diversión genuina. No mejoró, al ver a Uranus tratar de exprimir sus faldas mojadas. Extrañamente, Uranus no sintió tanta molestia por ser el objeto de las risas de alguien más. Yaten debería reír más seguido.
"Developer, trae toallas del gimnasio, por favor." Entre risas, Healer dio el comando por el comms. "¿Qué problema tienes con los ríos?"
"Deben ser atraídos por la pureza de mi alma."
Healer se acercó a Uranus para alejar sus manos de sus faldas. "Deja ahí. Arrugarás la tela."
De reojo, divisó a Fighter acercárseles. Las Chibi-Starlights estaban aplaudiendo. El resto del publico lucieron asombrados. Chocó sus palmas con Jupiter, Mercury y Shingo.
"¡Bien hecho, chicas!"
"Sí. No exploté, yay." El sarcasmo de Shingo Tsukino fue merecedor de un coscorrón de parte de su hermana, medio segundo después.
Sailor Star Fighter, por su parte, fue la misma sanguijuela de siempre, al adherirse a su Princesa en un abrazo. "Buen trabajo, Odango."
"¡Gracias!"
No más de diez minutos transcurrieron para que Developer trotara hacia Uranus y Healer con un par de toallas. Uranus gruñó sus gracias y comenzó a tallar sus cabellos. Developer avanzó hacia Jupiter con la otra toalla.
"¡Pero que tosca eres! Te quedarás calva tallando tu cabeza así."
Uranus quejumbró. "El cabello crece."
Concebir las manos de Healer posarse sobre las suyas, alrededor de su cabeza, fue lo último que Uranus esperó. La sorpresa no terminó en ese gesto, además. Enredadas en el material de la toalla, la chica frotó la cabellera de Uranus de manera desacelerada. Casi… con suavidad.
Paralizada, Uranus sólo pudo dejar que el gesto se llevara a cabo. Pánico hizo circuito en su cerebro, sabiendo que estaban expuestas a ojos ajenos, y cualquier podría levantar una ceja a lo que estaba pasando. Afortunadamente, conforme los frotes se volvieron masajes, el pánico se frenó a simple cautela y mucha confusión. Uranus se forzó a no reaccionar como la última ocasión que habían así de cerca, una de la otra.
Especialmente, porque ya no había razón para salir corriendo en dirección opuesta.
¿Cierto?
"Felicidades."
Uranus inclinó su cabeza, en parte para auxiliar en los esfuerzos de secar su cabello, y en parte en agradecimiento. "Supongo que tuvimos una buena instructora."
"Mm. Espera a que leas el cheque a pagar." El murmullo se enredó entre las franjas de cabello ocultando el rostro de Uranus. "…Listo."
La toalla fue retirada. Uranus se apresuró a peinar sus mechones con sus dedos, dejando su cabeza caer hacia atrás; una técnica que ayudaba bastante a que su fleco se acomodara de forma natural.
"…Desearía que no hicieras eso."
Uranus parpadeó. "¿Qué?"
Mejillas sonrojadas parecieron acusarle de algo en particular. En lugar de una respuesta más elaborada, Healer le aventó la toalla para que secara el resto de su cuerpo. "Bueno, mi trabajo está hecho aquí, pero creo que Fighter tiene un reporte del Consejo que compartirme, ¿o me equivoco?"
Sailor Fighter, sosteniendo a Sailor Moon aun en un meloso abrazo, suspiró. "Podemos hablar al respecto durante la cena."
"¡Sí, comida!" Sailor Moon levantó su cabeza del pecho de Fighter. "Oh, esperen." Plumas doradas volaron por el Planetarium y el henshin de Sailor Moon fue desactivado con éxito.
Lo que Uranus y las demás no esperaron fue ver el Cáliz Lunar manifestarse en las manos de Usagi. El rostro de Sailor Star Fighter mostró el mismo asombro, al conocer el artefacto por primera ocasión.
"¿Qué haces, Odango?"
Usagi acercó al Cáliz hacia Fighter. La Star Senshi lo recibió en sus manos extendidas con una mueca curiosa. "¿Podrías ayudarme, Fighter-chan? Tengo una idea."
"¿Ayudarte? ¿Cómo?"
Usagi lució tímida, arrojando una mirada penosa a su alrededor. Se levantó de puntillas hacia la Star Senshi. "Bueno, estaba pensando… Ahora que no podré usar un broche para guardar mi henshin, debo pensar en otra forma para siempre tenerlo a la mano."
"¿Oh, sí? ¿Qué tenías en mente?"
"Es obvio." La rubia guiñó su ojo. "¿Qué podría usar para albergar el Cáliz, aparte de un broche? ¿Algo que pienso llevar conmigo todo el tiempo, sin excepción, por ser tan especial para mí?"
Hubo un momento de confusión, tanto para Fighter, como para el resto.
Luego, Fighter tronó sus dedos, una ridícula sonrisa presumida apareciendo en su estúpida cara. "Ya veo. ¡Me gusta como piensas, Odango!"
Usagi dejó salir una risilla dulce. "Sólo sostenlo. Yo me encargo de lo demás." Koneko cerró sus ojos.
Su silueta se iluminó.
El Cáliz Lunar fue envuelto en plumas multicolores…
…y posteriormente, fue succionado directo al anillo en la mano izquierda de Usagi.
"¡Funcionó!"
Sailor Fighter levantó la mano del joven para inspeccionarla. Por más que Sailor Uranus deseó que el anillo se rompiera en mil pedazos; la estúpida joya indicó sobrevivir el cometido de su dueña.
"Aw, que romántico." Sailor Jupiter exclamó, acomodando la toalla obsequiada por Developer alrededor de su cuello. "El Anillo de Froid ahora albergará un doble significado."
Uranus hizo una mueca. Ahí iban sus planes de arrojar el insípido anillo al fondo del océano.
Shingo Tsukino pareció compartir sus náuseas. "Cielos, todavía ni ceno y ya quiero regurgitar."
"Te quejas ahora, Shingo-kun, pero marca mis palabras…" Fighter, tomada de la mano de Usagi, comenzaron a seguirlas fuera del Planetarium. "…algún día estarás pidiéndome consejos sobre cómo conquistar a la chica de tus sueños."
"¡Y en ese caso, yo querré regurgitar! ¡JA!" Koneko se burló de su hermano, sacándole la lengua.
Sailor Star Healer dejó salir una carcajada por las tácticas de los hermanos. Así de fácil, la atención de Sailor Uranus se redireccionó a la mujer caminando a su lado. Se sintió con permiso para hacerlo; la falta de remordimiento por poder -ver, apreciar- fue un empuje que le aceleró el corazón.
Si encontró incitador el meneo de las caderas de Healer, si sus manos ansiaron por acariciar los cabellos de la Star Senshi con ternura, o volver a envolver a la mujer sus brazos como en su visita astral al Acantilado Astreo—nadie se lo reprocharía. Ni su maldita consciencia.
Sin filtros, absorber la belleza innata de Yaten fue como respirar aliento fresco después de pasar un tiempo considerable en el desierto. Ahora que podía, Uranus no pudo encontrar alguna parte de la mujer repugnante.
Todo lo opuesto.
Dios.
Uranus carraspeó su garganta, desviando sus ojos.
Definitivamente, sería una maldita larga espera, por esa respuesta.
[+]+[+]
Planeta Kinmoku.
1 día después.
Localización: Distrito ASTEROPE;
afueras de la Cámara Concejal.
[+]+[+]
"Estabas distraída el día de hoy."
Saliendo de la cámara de juntas, Healer le aventó a Fighter una mirada distraída. "¿Mn?"
"¿Kinmoku a Healer? A eso me refiero." Fighter meneó una mano frente a su compatriota. "Estuviste callada toda la sesión. Honestamente esperaba que te levantaras en armas cuando hicieron oficial que Frihét sería puesto bajo juicio."
"Bueno, no es como si no hubiera sabido que eso sucedería. Pérdida de tiempo, considerando que es culpable, ¿pero qué sé yo de leyes?"
Fighter achicó su mirada, analizando a Healer. El humor de la mujer no fue exactamente oscuro, ninguna nube de tinieblas volaba por encima de su cabeza como había sido usual, al ser obligada a lidiar con sus fanáticas terrícolas.
"El factor que es un niño complica los hechos y lo sabes. Alguien debió estar detrás de las acciones del Príncipe, todo este tiempo."
"¿Y crees que el mocoso hablará? Hazme el favor. No traicionará su patria. Magnus se mantiene incomunicado por una razón. Frihét se echará toda la culpa para mantener a su gente a salvo. El fin."
Fighter suspiró. "Ya veremos." Talló su sien para ahuyentar los inicios de un dolor de cabeza. "Más bien, no, considerando…"
Healer por fin, enfocó su atención en Fighter. "Ah, sí."
"Healer…" Fighter tragó saliva. "Puedes venir conmigo, ¿sabes? Este tipo de labor no cae en las manos de las Star Senshis. Ni siquiera nos quieren involucradas en los procesos judiciales por venir."
Esperando una objeción dramática, Fighter se sintió de lo más perturbada en solo recibir un sonido meditativo de parte de Healer.
-Oh, ahora sí sé que algo está pasando. Fighter se cruzó de brazos, pensando en la mejor manera de hacer a la chica hablar. "Oye, ¿tienes ganas de sacar frustraciones en una forma más productiva que decir Aye y Nay?"
Healer rodó sus ojos. "Contigo, todo se reduce a golpes y patadas."
"¡Vamos! ¡Hace mucho tiempo que no entrenamos juntas!" Fighter rodeó a Healer con su brazo derecho, apretándola con energías. "Considéralo mi regalo de despedida."
"Ugh, de acuerdo." Healer la alejó de un codazo. "Sólo porque la idea de ponerte en tu lugar me pone de buen humor, lo haré."
"Que privilegio." Fighter rodó sus ojos.
Camino al gimnasio, Healer mostró seguir flotando en algún satélite fuera de Kinmoku, pero al menos, estuvo suficientemente presente para cambiarse a uno de los uniformes deportivos que se utilizaban para entrenamiento. Seiya lo hizo por igual, optando por practicar descalza. No quería despeinar a su Majestad, con algo más duro.
Entrenar con Yaten y Taiki siempre era divertido, y se debía a sus estilos diferentes para pelear. Aunque Yaten podía dar la impresión de delicadeza física, sus puños eran bestias irascibles. Por muchos años, Yaten había hecho un arte el engañar a sus oponentes con su baja estatura y su personalidad de diva consentida. De las tres Starlights, era la que más brillaba por su flexibilidad física para escabullirse de enemigos.
Además, Yaten no se tocaba el corazón para utilizar trucos sucios.
Seiya apuntó hacia el arsenal de accesorios para entrenar la pared lateral del gimnasio. "¿Qué se antoja? Mano a mano, boxeo terrestre o—"
Yaten se fue directo por los bastones de gewun. Seiya se encogió de hombros y aceptó el estilo. Hacía mucho tiempo que no lo practicaba.
Tomaron sus posiciones sobre los colchones, los gewuns a la altura de sus torsos.
Seiya dio el primer paso, empujando su bastón contra Yaten. Los gewuns se encontraron de golpe.
Retrocedieron.
El segundo ataque fue liderado por Seiya. En cuatro oportunidades, los bastones se golpearon de manera sucesiva. Seiya persiguió a la chica por el colchón en la ofensiva, lanzando arremates en diferentes puntos, buscando por un punto de quiebre.
En cada choque de sus bastones, Yaten se supo proteger, ágilmente deslizándose de arriba hacia abajo al ritmo establecido por Seiya.
"¡Vamos, no tengo todo el día! ¡Deja de evadirme!"
Yaten, compenetrada en sus maniobras defensivas, y bloqueos, sonrió.
"Siempre tan impaciente."
Seiya reaccionó con una patada alta; Yaten se agachó justo a tiempo para evadirla, deslizando su propia pierna para tumbar a su oponente.
"Oooh, ahora sí va en serio." Seiya dejó la adrenalina infectarle. Rodó por el colchón, levantando su bastón contra las espaldas de Yaten.
El cuerpo de Yaten giró para interceptarla con dificultad. Seiya le guiñó el ojo, antes de volver a retroceder.
Se rodearon, lentamente. Estudiándose.
"Sigues mirándome como si estuvieras mordiéndote la lengua." Seiya provocó, levantando una ceja. "Lo que estés pensando, sácalo ya."
¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!
Yaten gruñó con la última oleada. La fuerza con la que Seiya fue el doble de potente en su asalto, la obligó a deslizarse por el ring. Cuando Seiya volvió a lanzar otra patada, Yaten apenas tuvo la oportunidad de evadirla. Fue su turno de rodar para ganar distancia.
Jadeando, la peli plateada se levantó. El bastón giró de su mano dominante a la recesiva en un arco elegante, nacido de mucha práctica.
"Lo que me dijiste antes." Yaten le sorprendió al lanzarse hacia Seiya primero. Seiya aguantó el asalto, empujando su bastón. Ambas presionarse sus armas por un momento. "La noche del torneo, quiero decir."
Seiya frunció su ceño. Empujó de sus bastones. Se separaron ligeramente. "Sobre Kakyuu."
Yaten le volvió a perseguir.
¡SMACK! ¡SMACK!
"Me hiciste enojar tanto." Yaten bloqueó un ataque directo a su vientre. Empujó a Seiya un segundo después. "Estaba segura de que te habías estado burlando de mí. Que no habías tomado en serio lo que sentía porque lastimaba tu ego pensar que Kakyuu pudiera tener otra favorita."
Seiya apretó su quijada. "Nunca haría algo así. Tus sentimientos son tuyos, Yaten."
"Dijiste que se puede tener…" ¡SMACK! ¡SMACK! "una idea de lo que uno debe sentir por una persona…"
"Pero otra cosa es lo que en verdad sientes, sí, lo recuerdo."
La silueta esbelta de Yaten se encorvó en un arco, lanzando su bastón contra el costado derecho de Seiya. Alcanzando a solo divisar su perfil, la mirada esmeralda de Yaten se sintió como una cuchilla.
"¿Amaste a Kakyuu, alguna vez? ¿De la forma más allá de lo que se espera de una Senshi?"
Seiya frunció su entrecejo. "No." Se agachó súbitamente. Su bastón tumbó a Yaten de una sola barrida. "La idolatraba. Me moría por impresionarla. ¿Y por qué no? Era la mujer más hermosa en la que había posado mis ojos—pero eso no era amor romántico, Yaten. Era mi sentido del deber mezclado con soledad. Deseaba complacerla, a como diera lugar, para ser aceptada como no lo fui en Froid… Mira en cuántos problemas me metí por mi mal juicio." Le ofreció su mano para ayudarle a levantar.
Yaten la aceptó.
"No quiere decir que sea el mismo caso, por supuesto." Seiya le dio la oportunidad para liderar el siguiente ataque. Retrocedió para darle espacio en pensar bien su estrategia. "Tu conexión con Kakyuu fue distinta, Yaten. La conociste toda tu vida. Crecieron juntas."
Yaten hizo un mohín que transmitió conflicto interno. "Cuidar de nuestra Princesa ha sido todo lo que he conocido por la mayoría de mi vida. Siempre se me inculcó por la Reina que debía amarla. En toda mi capacidad."
-Ah. Eso explica mucho. Seiya inclinó su mentón con simpatía. "Luego, viajamos a la Tierra."
Yaten resopló con humor. "Ese maldito planeta."
¡SMACK!
"No podía…"
¡SMACK!
"…comprender…"
¡SMACK!
"su forma de amar…"
¡SMACK! ¡SMACK!
"¡Tan vulgar!"
Las espaldas de Seiya golpearon el colchón, pero solo pudo reír. "¡Lo noté!"
"Y tú…" Yaten jadeó, todavía en la posición de ataque con la que había derribado a Seiya, sonrió. "Haciendo el ridículo con Tsukino por toda la ciudad, me solía volver loca. No podía comprender como querías pasar tiempo con esa chiquilla, teniendo a Kakyuu como nuestra…"
Seiya fingió estar en el proceso de reincorporarse—su bastón voló, tumbando a Yaten en la venganza perfecta. "Y yo que pensé que sólo habías estado celosa de toda la diversión que estaba teniendo." Se recostó sobre el colchón en dirección opuesta a la de Yaten. Un descanso para recuperar su aliento no haría mal. Conforme los segundos, transcurrieron, la mala broma se desvaneció. Seriedad se coló por la voz de Seiya, porque la conversación lo ameritaba. "Yaten… No fue fácil para mí tampoco admitir mis sentimientos. Es lo más duro que he tenido que hacer. Estaba al tanto de que mis sentimientos conflictuaban con mi deber a la Corona. Odango ya tenía un novio, además. Un futuro. Nunca creí que tuviera una verdadera oportunidad con ella…"
"Pero, lo supiste. Estuviste segura de la naturaleza de tus sentimientos desde un inicio. Ni con Kakyuu de vuelta a nuestro lado, dejaste de buscar a esa niña."
"¿Qué quieres que te diga?" Seiya gruñó a lo bajo. "No podía dejar de pensar en ella. Todo me recordaba a Usagi…" Recordando aquella época sombría, Seiya sintió su corazón acongojar. Todo había sido tan complexo. "Es lo que ocurre al enamorarte, Yaten. Es al lado de esa persona especial, que el universo comienza a tener sentido… Te llena. Te eleva a ser una mejor versión de ti misma. Quieres protegerla, cuidarla—Dejas de pensar en ti. Dejas de ser egoísta. Dejas de esperar obtener algo a cambio… Solamente deseas que esa persona amada sea feliz. Verla en sufrimiento… es insoportable."
"Suena tétrico." Yaten rumió. Su figura se elevó del ring con gracia. "¡Muy tonto! ¿Entregarte a ciegas a una persona que no sabes si te amará de vuelta? ¿A alguien que recién conoces? ¿A alguien que te vuelve loca por su terquedad, pero que a la vez te incita en encerrarla en tu habitación para despeinar su estúpido cabello sexy toda la noche? ¡Solo las personas desquiciadas deberían encontrar placer en ese tipo de tortura!"
Seiya parpadeó.
El bastón de Yaten quiso tomarla desprevenida; la muy tramposa. Seiya bloqueó el impacto, todavía semisentada. Se levantó en cuclillas en el siguiente movimiento de su cuerpo, y lanzó su propio bastón para ahuyentar a su oponente.
De pie, lista para otra sesión, Seiya escrudiñó a su amiga detenidamente.
Rubor coloreaba la tez pálida de Yaten. Podía ser por el ejercicio. O podía ser por algo más.
¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK! ¡SMACK!
Los besos de gewun contra gewun se fueron convirtiendo en puños, una simple practica subiendo rápidamente a un verdadero duelo. Emociones se tradujeron a los artefactos de combate con naturalidad. Seiya persiguió; Yaten se defendió. Gruñidos se colaron por el gimnasio. Sudor se deslizó por las frentes de ambas.
Ninguna desistió.
Rodearon el ring con el mismo baile. Ofensiva, defensiva, ofensiva, defensiva.
"Te gusta alguien más." Seiya sonrió con gula, rostro a rostro, en un momento donde sus bastones se intercalaron a la altura de sus pechos. "Alguien nuevo."
"Cállate." La forma en la que Yaten bajó su mirada lo confirmó.
"¿Quién es la pobre alma en desgracia?" Seiya fue empujada, y carcajeó con la ferocidad en el rostro de su hermana. "¡Whoa, bromeaba! No tienes que ponerte brava." ¿Cuándo demonios, había sucedido algo como esto? Sólo Healer podía ingeniárselas para encontrar una nueva pretendiente en tiempos de Guerra Civil. "Oye, me alegro por ti, disfruta ese estúpido cabello sexy todo lo que quieras."
"Ugh, no pongas esa cara." Yaten cambió a táctica de ofensiva, lloviéndole a Seiya a bastonazos. "Lo dices como las madres que miran a sus hijos con su primer diente."
Seiya volvió a reír, entre jadeos. "Yaten, el mundo no se acabará por gustarte alguien más. Kakyuu es parte de tu pasado, no puede seguir rigiendo tu presente."
"¡Fácil para ti decirlo!"
Coraje brotó por el cuerpo de la pelinegra. Recurrió a una patada lateral. "¡Ni tampoco la puedes usar como excusa para no seguir adelante con tu vida!"
"¡Argh!" Yaten evadió la primera, y la segunda patada consecutiva. Hincada en el colchón, bloqueó los ataques que Seiya infligió. De un salto, empujó contra el estómago de su oponente con todas sus fuerzas.
"¡Tal vez yo no tenga los mismos lujos que tú!"
Aterrizando sobre el ring, Seiya sintió el aire ser noqueado de su cuerpo. Aun así, no bajó sus defensas. Cuando Yaten la acorraló desde lo alto, estuvo lista con su gewun para bloquear la punta de la proximidad de su pecho.
Aun perdiendo, Seiya no perdía su hambre competitiva.
"¿Cómo el lujo de ser feliz?"
Yaten parpadeó sudor de su mirada.
"No es un lujo, es tu derecho." Seiya relamió sus labios. "Después de todo lo que has sufrido en esta Guerra, no hay nadie más en este planeta, que sea merecedora de obtener la felicidad que tú, Yaten. Créeme… Créelo. Es todo lo que Taiki y yo deseamos para ti."
Lo dicho marcó una pausa en el duelo. Acostada y sin escapatoria, Seiya esperó que sus palabras en verdad atravesaran el cráneo duro de alguien como Yaten. Kakyuu ya había hecho suficiente daño por una vida entera.
Finalmente, una sonrisa curveó las comisuras de Yaten. "Mírate, te estás convirtiendo en toda una sentimental a tu vieja edad."
"Oi, tenemos la misma edad." Seiya aceptó la mano ofrecida para levantarse. Una vez de pie, aventó el bastón sobre el ring para darse una buena estirada. "¡Estrellas, hacía mucho tiempo que no entrenábamos de esta forma! ¡Fue genial!"
Yaten rodó sus ojos. "Sádica." La chica revisó su apariencia y gimió. "Ugh, justo lo que me faltaba. Otra ducha antes de irme a dormir. ¡Gracias, baka!"
"Te gustó." Seiya le guiñó el ojo, en pleno estiramiento de sus brazos pro detrás de su cabeza. "Justo como te gusta tu nueva noviecita."
"¡Uy! ¡No es mi novia, idiota!"
"¡Todavía no, pero para allá vas!"
"¡Cállate!"
"¡Oblígame!"
Yaten no necesitó más invitación. Seiya nunca había corrido tan rápido a las duchas del gimnasio.
Después de pelearse por la ducha con mejor presión, y posteriormente por la toalla más esponjosa en el armario de las provisiones del Palacio, ambas chicas optaron por regresar a sus uniformes de Star Senshis, y vestirse en ropas más cómodas, cada quien en sus habitaciones. Seiya descubrió que el entrenamiento había sido beneficioso para sus frustraciones; se sintió más ligera. Energizada. Lista para cualquier cosa.
"Deberíamos hacerlo más seguido. Cuando traiga a Taiki de vuelta, podríamos invitar a Developer y a Rage."
Sailor Healer dejó su cabello sin atar, considerando que estaba todavía mojado. Fue la primera en levantarse de la banca de los baños. Sailor Fighter le siguió, todavía tallando su cabeza con una toalla.
"¡Hablo en serio, ayudará a hacerlas sentir parte del equipo!"
"¿Cuál equipo?" Healer resopló por sus narices. "Taiki está fuera de servicio. War ha sido despedida, Rage y Developer siguen en formación, y tú…"
"Reclutarán a más Starlights, estoy segura. Y seguiré visitando. Puedo darles tips de vez en cuando, cuando nuevas reclutas estén en entrenamiento." Fighter picoteó el costado de Healer con su brazo. "Anímate, pequeña bruja. Toma unas vacaciones, broncéate un poco." Maldad inyectó sus siguientes palabras. "¡Oh! ¿Sabes qué? Puedes llevarte—"
"Fighter—"
"—a tu nueva noviecita!"
Para su sorpresa, Healer no la persiguió por el Palacio para cerrar la boca con su puño. Aquel vistazo que le lanzó, sin embargo, no le dio a Fighter buena espina. Una sonrisa maliciosa estiró los labios de la enana, relumbrando particularmente triunfante.
"¿Qué pasa?"
"¡Oh, nada!" Healer batió una mano al aire. "Es buen consejo, ahora que lo dices. Lo pensaré."
-¿Por qué tengo el presentimiento que me voy a arrepentir por haberlo sugerido? Escalofríos recorrieron a Fighter, todavía inspeccionando el comportamiento enigmático de su compatriota. "Como sea. ¿Ayudó entonces?"
Healer parpadeó. "¿Eh?"
"Agarrarme a bastonazos hasta hacerme puré. ¿Te resultó terapéutico para…" Fighter apuntó a su propia cabeza. "…poner las cosas en orden, ahí dentro?" Pícaramente, bajo su dedo a su pecho. "¿Así como aquí?"
Fue de lo más gracioso, presenciar a Healer sonrojarse como colegiala. Podía contar con los dedos de una mano, las ocasiones que Fighter había presenciado algo así. Healer suprimía toda emoción que consideraba indigna, fuera sano o no. Sólo con Kakyuu había desatado parte de sus sentimientos. Ni en las telenovelas románticas en las que había tenido que participar como parte de Three Lights, había Yaten sido así de expresivo.
Healer carraspeó su garganta.
"¿A qué hora partirán mañana?"
"Temprano." Fighter aceptó el cambio de tema. "Después de desayunar. Odango no aceptaría otros términos."
Healer sonrió. "¿Y traerás a Taiki de vuelta en cuanto llegues a la Tierra?"
"Ése es el plan. Considerando que el Consejo necesita una Starlight imparcial, Taiki deberá suplirte de inmediato. Siempre debe haber una Star Light en la Sede de Poder. Mmm… Deberíamos hacerlo slogan, suena imponente."
"¿Cuándo llegará tu primo?"
"Está en camino. Dos semanas, a lo mucho. Recuerda que él no tiene la ventaja de teletransportarse y ni de chiste le permitiremos usar la Stargate de Kin-Norte. Las líneas de tren eran la única opción viable."
"¿No has tenido ninguna transmisión con él?"
Fighter hizo una mueca. "¿Para qué? Llegará cuando llegará. Luego mandarán a la Condesa y a Lena de regreso a las Montañas, y por lo menos el Consejo tendrá un problema menos."
"¿Qué cosa? Pensé que Lena sería mandada a arresto domiciliario junto a Erii Gierd."
"¿Ves que no estabas poniendo atención?" Fighter giró sus ojos en blanco. "Mi Tía se opuso a la idea. Prefiere llevársela de regreso al asentamiento."
"Sí, y eso va a funcionar tan bien." Sarcasmo puro, salió de la boca de Healer. "La chica nos traicionó por su amor tóxico con Erii, no va a reaccionar de formar favorable a ser encerrada de vuelta en casita sólo porque mami así lo quiere."
"Bueno, ese problema será de mi Tía, de hoy en adelante. Lena ha perdido su oportunidad de ser Star Light. Ni de locas la podemos aceptar de vuelta en el equipo."
"No lo sé." Healer sostuvo su mentón. "Lena ha sido manipulada por suficientes personas ya, ¿no crees? Kakyuu, Erii, Froid, El Arquitecto… Mandarla con la Condesa sería arrojarla con los tiburones de nuevo."
Fighter frunció su ceño. "¿Ahora eres la Srta. Simpatía?"
"¿Por qué no? He estado en sus zapatos. ¿No estamos siendo muy hipócritas al juzgarla así de duro, cuando nosotras mismas cometimos los mismos errores que ella?"
"Oye, Lena y tú no son la misma persona."
"Quizás no hoy, pero hace algunos años…"
Fighter debía admitir que le molestó la noción de ser comparada a su prima. Pero le molestó aún más, que Sailor Star Healer tuviera un punto válido. "Healer… ¿Qué haríamos con ella? Rage y Developer no la quieren ver ni en pintura. La dinámica del equipo se volvería disfuncional."
"Ay, por favor. Nosotras tuvimos nuestros momentos disfuncionales también." Healer se encogió de hombros. "Un día, Taiki y tu estaban intercambiando puños de machos alfas, y al siguiente ya eran los mejores amigos, ¿recuerdas?"
"Tenías que traer eso a relucir." Fighter rascó su nuca con vergüenza. A veces, la testosterona de sus cuerpos masculinos les había superado, y bueno, Taiki podía ser bastante cabeza dura. "Al Consejo puede no gustarle reincorporarla."
"Al demonio el Consejo. ¿No nos quieren involucradas en los procesos judiciales de Magnus? ¡Pues nosotras no los queremos involucrados en nuestras decisiones para manejar a nuestro equipo! ¡Salvamos al País, que se callen los picos!"
Fighter levantó sus manos al cielo. "¡Ni siquiera sabes si Lena quiere quedarse!"
Healer levantó su mentón en desafío. "Aquí te va una idea innovadora, tonta: le preguntaré."
-En serio está decidida, ¿huh? No sé si temer o aplaudir. Sailor Star Fighter suspiró. "No estoy segura…"
"Fighter, tú misma lo dijiste." Healer se plantó frente a su compañera, determinada. "Kakyuu ya no está aquí. Pero nosotras seguimos aquí. Cuando reclutamos a esas niñas, se convirtieron en nuestra responsabilidad. Ahora, sólo porque cada una de nosotras actuó de forma distinta en tiempos de conflicto, no puede ser así de fácil lavarnos las manos de los errores de nuestro equipo. Si lo piensas… no podemos colocarles expectativas perfectas a unas jovencitas. Fue por su inocencia, que Lena se volvió en una herramienta para otros. Le falta mucho por aprender—"
"¡De acuerdo, de acuerdo! ¡Me has convencido!" Fighter gimió, admitiendo que había sido acorralada. Rodó sus ojos y luego sonrió con resignación. "¡Astros, mírate! ¡Expresándote como toda una Comandante!"
Al ganar la aprobación, Healer se infló como la espuma de un refresco terrícola. "Así es, y que no se te olvide."
"Habla con ella y veamos como te va. Pero no vengas a lloriquear conmigo si Lena te muerde la mano."
"Como te complicas. ¡Sólo tenemos que vacunarla contra la rabia como lo hicimos contigo!"
Healer precipitó el paso, escapando de los berreos encrespados de Sailor Star Fighter. Corrieron el resto del camino al Ala Este, donde llegó el punto donde sus destinos partirían con rumbo a sus Suites. Ambas pausaron, mirándose la una a la otra.
Fighter sabía que Healer no era apegada a las despedidas emocionales, y que éste sería el último rato a solas que tendrían en mucho tiempo por venir.
Healer rotó una bota en dirección opuesta.
Fighter actuó de a una.
"¡Agh, Fighter!"
"¡Shush! Déjate querer, enana." Fighter apretó a la mujer en su abrazo, apachurrando la cabeza de Healer contra su pecho. "Estoy orgullosa, ¿sabes? Has crecido de manera impresionante."
"¡Me estás despeinando!" Los empujes de Healer fueron en parte serios, y en parte jugueteos. "¡Y dices que no te has vuelto sentimental, anciana!"
Taiki estaría igual de orgullosa, cuando regresara y percibiera con sus propios ojos todo lo que Sailor Star Healer había logrado por su propia iniciativa. Y al parecer, su pseudo-hermana apenas comenzaba.
Soltó a la mujer tras un último apretón. A regañadientes, Sailor Healer se apresuró a arreglar sus mechones. Ahora sí, la peli-plateada comenzó su camino hacia su habitación.
"¡Oye!"
"Aaaah, ¿ahora qué?" Vino de las espaldas alejándose.
"No deberías pensarlo tanto."
Healer frenó momentáneamente.
Fighter sonrió. "Cuando te gusta alguien, tienes que aprovechar el momento. O puede que se ese momento se pierda y no lo puedas recuperar después." Cerró su consejo con un guiño.
Al llegar a su Suite, las luces de la antesala estaban apagadas, las tonalidades del atardecer siendo la fuente de iluminación preferida para Usagi. Fighter se dirigió a su maleta para extraer un set de ropas civiles y desactivar así su henshin. Mucho más cómoda, Seiya buscó por su cepillo de peinar. En el gimnasio no se había molestado más allá de atarlo en su colita.
Encontró a Usagi en el balcón.
"¿Por qué tan solita?"
Sentada en el piso sobre una manta, Usagi retiró sus audífonos—bueno, los audífonos de Seiya. "¿Nani? No te escuché."
Seiya se plantó frente a las piernas flexionadas de su novia. Ofreció el cepillo a sus espaldas. "Más te vale estar escuchando a Three Lights en ese cassette."
Usagi tomó el cepillo. "Uuuuh."
Decepcionada, Seiya exhaló. "Mi propia novia me traiciona. ¿Qué puede ser mejor que escucharnos a nosotros?"
"¡Seiya, mira este desastre! ¡Tu cabello está esponjado y lleno de nudos!" El murmullo fue acompañado de un doloroso jalón cerca de su nuca. El chillido de Seiya fue escuchado por toda la suite. "No lo entiendo. ¿Qué tienes en contra del acondicionador?"
"El gimnasio no está equipado para la vanidad—¡Ow! ¡Cuidado con la mercancía!"
"Uy, perdón." Usagi le consoló con la suavidad de sus dedos en su cuello, sobando círculos para ahuyentar el dolor. No esperó la destreza de Seiya para arrancarle los audífonos de su propia cabeza. "¡Seiya!"
"Veamos que estás escuchando en lugar de mi perfecta voz." Seiya oprimió el botón para reproducir justo en la parte que Usagi había pausado. Para la sorpresa de nadie, una balada romántica se filtró de los audífonos, acompañada de una aterciopelada voz femenina.
"All it took to express was a kiss… When love was young between us…"
"¿Practicando tu inglés?" Seiya dejó caer su cabeza, queriendo ver a la chica. Usagi refunfuñó, el cepillo atorándose en el proceso.
"Seiya, no te muevas." La chica la devolvió a la posición correcta con firmeza. "¡Y para tu información, estoy tomando lecciones con Minako!"
"Me hubieras dicho." Seiya volvió a mover su cabeza de arriba-abajo. "¡Yo te puedo enseñar!"
"¡Seiya!" Su cabeza fue reposicionada de nuevo. El cepillo retomó su labor. "Minako vivió mucho tiempo en Londres, creo que, en esa especialidad, ella te gana."
"Pft. ¿Eso qué? ¿Por qué crees que Three Lights tuvo que aprender también? ¡La respuesta está en nuestro nombre, Odango! Teníamos que hacernos conocer en más de un idioma. Déjame decirte que es pan comido a comparación del japonés. Si mal no recuerdo, Taiki se interesó por aprender dos o tres idiomas adicionales."
"Wow, que envidia. Taiki y Ami suelen no tener problemas para aprender algo nuevo, sin importar su dificultad."
"Tú también puedes aprender, Bombón. Sólo debes esmerarte." Seiya apretó la rodilla que le rodeaba, cubierta en malla rosada. "… Así como debes esmerarte para tu examen de la Universidad."
Gemidos melodramáticos brotaron de sus espaldas. "¡Entre más detalles conozco sobre lo difícil que es ser admitida a la Universidad, menos segura me siento que podré entrar!"
"No hables así, Odango. ¡Es solo una prueba!"
"Pero, será taaaaaaan larga, Seiya. Estaremos todo un día, encerrados en un salón de clases respondiendo preguntas de manera interminable, ¿cómo esperan que aguante tanto tiempo sentada? ¡No recuerdo que el examen de la preparatoria fuera así de intenso!"
"Tendrás recesos, no te apures." Seiya, al menos, eso esperaba. De lo contrario, temía por la vejiga y el estómago de la chica. "Y tus amigas te acompañarán en el mismo calvario—quiero decir, estarán allí para brindarte apoyo moral."
"Ahí es donde te equivocas. Ami y Rei aplicarán para Facultades diferentes, y somos tantos alumnos que es poco probable que Minako y Makoto vayan a estar en el mismo grupo que yo, al realizar el examen de ingreso."
Seiya hizo una mueca. Lo bueno que Odango no pudo atestiguar su aprehensión. "No importa, no puedes dejarte vencer sin hacer el intento."
Fue imposible no recordar la misma desesperanza que Usagi había presentado en su entrenamiento de softball. Habían ganado contra las tristes posibilidades, sin embargo. Seiya sabía que todo lo que Bombón necesitaba, era la motivación correcta.
"¿Por qué le temes tanto? El examen consistirá en conocimientos que ya adquiriste. De materias que ya aprobaste. Debes confiar más en tu intelecto, Usagi."
Los siguientes cepillados fueron lentos y suaves; fue obvio que Odango estaba considerando su consejo.
"Pero inclusive así, si te hace sentir mejor, siempre podrás contar contigo para estudiar." ¡Después de todo, no había ningún reto del que Seiya huyera! "¡Ya lo sé! ¡Puedo tomar el examen contigo!"
Las manos de Usagi reemplazaron el cepillo, recogiendo sus largos mechones en una sección. "Seiya, estarás preparándote para tu gira, ¿recuerdas? ¡Estarás muy ocupada! Estudiar para un examen de Universidad que no necesitas sería demasiado."
-Demonios. Seiya mordió la comisura de sus labios, considerando. -Lo había olvidado por completo. Veamos, si la presentación del examen es en noviembre, y las vacaciones de invierno arrancan en los inicios de diciembre junto con la gira… Reconociendo la ventana de oportunidad, triunfo corrió por la cantante. "No me preocuparía, si fuera tú. Como siempre, me las arreglaré."
Dejó caer su cabeza por tercera ocasión, portando una sonrisa. El ángulo fue precario. Aun así, Seiya distinguió el rubor coloreando a su estilista.
"Pero, Seiya…"
"¡Sin peros! Siempre liberaré tiempo en mi apretada agenda especialmente para usted, Señorita Tsukino." Sobre le hombro de la chica, presionó su nariz en la curva del cuello a su disposición. "¿Acaso no es afortunada?"
Percibió el pecho de Odango elevarse para luego desprender una honda exhalación. Yemas suaves delinearon el perfil de Seiya, acariciándola con ternura. Su gesto formó un abrazo—que, aunque poco convencional—aprisionó a la cantante en calidez.
"Lo soy. Ahora, más que nunca, estoy segura de cuánto."
Seiya tragó saliva.
El cepillo fue dejado en el piso. El otro brazo de la rubia rodeó el torso de Seiya, justo debajo de su busto.
Hubo un mensaje que no ocupó ser explícito entre las dos. Seiya se aferró a su novia con las mismas ansías, acurrucando su rostro en el perfume frutal de Usagi Tsukino, mientras sus dedos tomaron posesión de las rodillas que le rodearon.
En el firmamento, el atardecer había dado paso al anochecer. Los tres satélites que funcionaban de lunas alrededor de Kinmoku, hicieron su aparición con su belleza multicolor, reemplazando al trío de soles. El espectro de verde, azul y violeta sobre el grupo de astros se aunaron en un fenómeno exclusivo de su hogar. Cuando esos mismos astros se habían conjugado en un eclipse que había derramado sangre; ahora indicó traer consigo un mensaje contrario.
La vida seguiría adelante. A pesar de los horrendos acontecimientos que lo habían cambiado todo, no había otra dirección más que hacia adelante.
Seiya no pudo pensar en mejor lugar en el cual estar, que los brazos de la persona que amaba, para darle frente al mañana.
Alrededor del cuello de Seiya, el estribillo de la siguiente canción abrió por los audífonos descartados. Esta ocasión, la misma voz de la canción anterior interpretó la melodía en idioma japonés. Apretando su abrazo alrededor de Seiya, Odango mostró que la canción había sido memorizada de escucharla tantas veces. Su voz tarareó los versos.
"Hirakikaketa mune no tobira, minogashitari shinai… Dakara konya toki wo tomete, hitomi kogorashi…" La voz de Usagi vibró contra el rostro de Seiya. Podía no ser el tenor experto de una cantante profesional. A Seiya poco le importó. "…Aishitsuku sou."
¿Cómo no besar a la chica, después de escuchar tal cosa al ras de su oído?
A causa del fuego que corrió por sus corazones, sólo fue cuestión de tiempo para que los audífonos y muchas otras prendas, fueran descartadas, dibujando un sendero de regreso a la recámara.
Ciertamente, la adoración con las que las manos de Seiya recorrieron el cuerpo de su novia, también fue incondicional. Omnipresente, por igual—sus labios lo dejaron en claro al traerle placer, besando su boca, lamiendo su piel en puntos recónditos—Usagi contestó en ferocidad gemela, estrujando a Seiya en su abrazo de piernas agiles, y manos hambrientas.
Dieron vueltas por la cama, risas mezclándose con la pasión de sus besos.
Se trajeron placer al unísono. Se besaron con las mismas fuerzas.
Y ante el inescapable clímax, tanto Usagi como Seiya, se regocijaron en haberse encontrado de vuelta—la luz de luna plateada junto a la estrella fugaz.
Ni los letales traspiés del pasado, ni los espectros de un futuro-que-no-fue habían sido suficientes para separarlas.
Si Seiya tuviera algo que decir al respecto, ni la furia del mismo Cosmos lo lograría.
[+]+[+]
Planeta: Kinmoku.
A la mañana siguiente.
Localización: Distrito ASTEROPE;
Laboratorio Comando Stargate.
[+]+[+]
Sailor Star Healer estuvo ausente en el desayuno de despedida de las Sol Senshis.
Había sido imperativo cubrir el turno de Sailor Star Developer en la vigilancia de la Stargate, si es que la Chibi-Starlight había deseado unirse al festejo. Lo cual, así había sido. Sailor Star Rage se había unido por igual. Healer les había permitido un último momento de descanso, antes de que el trabajo que se avecinaba absorbiera por completo sus rutinas.
Esa era su excusa, y Healer se estaba apegando a ella.
Ahora…
Sailor Healer estaba aburrida.
"Con razón esas niñas no pensaron dos veces en dejarme este tipo de tarea. Esto es lo más aburrido del mundo." Healer bostezó frente al vidrio que la separó de la Stargate.
Los zumbidos de las maquinas del laboratorio, fueron lo único en proporcionar respuesta.
De reojo, Healer miró el reloj digital en la mega computadora.
El desayuno debía estar por concluir.
Confirmándolo, su comm se encendió con la voz de Sailor Fighter.
"Sailor Healer, nos dirigiremos al Planetarium en este momento. ¿Nos verás allí?"
Healer mordió su labio. Carraspeó su garganta.
"Estoy cubriendo el turno de Developer, pero les deseo bon voyage a todos."
La estática que prosiguió comunicó la inmensa sorpresa que debía estar experimentado Sailor Fighter con el cáustico anuncio. "¿Hablas en serio? ¿No te despedirás de Usagi y las demás?"
"¿Para qué? Nos veremos otra vez, con la frecuencia en la que Sailor Moon se mete en aprietos."
"Healer…" Fighter pareció retener bastantes palabras de decepción y coraje por el canal abierto. Finalmente, Healer la escuchó liberar un sonido de apatía. "Bien, como quieras. Regresaré con Taiki pronto. Ten la decencia de recibirla, por lo menos."
La comunicación se cortó.
Healer presionó su frente contra el vidrio.
"Estás comportándome como una cobarde." Acusó contra sí.
Pocas ocasiones, Yaten escogía no cumplir con su palabra.
Sabía perfectamente, que alguien como Sailor Uranus, interpretaría su ausencia en los últimos momentos como respuesta suficiente. Lo entendería. Lo superaría. Y muy posiblemente, la próxima vez que se vieran, el antiguo status quo entre Outers y Starlights volvería a la norma.
Animosidad, desconfianza, desinterés.
Porque…
Porque, ¿qué otra opción podía resultar mejor?
Sailor Healer difícilmente podía imaginarse competir con Sailor Neptune, la mujer que debía estar esperando en la Tierra por su media naranja. Healer estaba segura de que en el momento que Uranus posara ojos sobre su novia, pensamientos errantes sobre su atracción hacia Healer perderían su efecto.
Es más, Healer no lo tomaría a pecho.
Mucho.
Siempre y cuando, Healer no tuviera que verlas a lado a lado.
O compartir un espacio juntas.
Healer gruñó. "Bien, tal vez me lo tome a pecho por un largo tiempo, pero se me pasará." Se le tendría que pasar. Sailor Uranus tenía que ser una fijación pasajera—Haruka tenía que pasajera. ¡Sailor Healer tenía un trabajo que realizar! ¡No podía seguir distrayéndose por este tipo de situaciones sentimentales con una mujer alérgica a utilizar palabras!
Inclusive si…
Sailor Star Healer abandonó su posición, batiendo sus mechones de cabellos. A ciegas, caminó por el laboratorio, queriendo sepultar aquella sensación de arrepentimiento en lo profundo de su corazón. Sus piernas parecían estar en otro canal, por igual. Querían moverse. Pedían moverse.
Correr.
Alcanzarla…
El elevador hizo un sonido electrónico para anunciar que alguien estaba por arribar. Estupefacta, Sailor Healer se congeló, temiendo lo peor—¿o lo mejor?
Las puertas se deslizaron; el aliento de Healer se atoró en su garganta.
Lo primero en divisar fue el par de largas botas púrpuras.
Resoplando por sus narices, Healer asimiló el resto del cuerpo de la visitante con incredulidad.
"Sailor Healer." Sailor Saturn le sonrió en saludo, como si su presencia fuera cotidiana en estas bizarras circunstancias. "Discúlpenme por venir sin aviso previo. Sailor Developer me informó donde se encontraba."
"¿Para qué?" Healer actuó a la defensiva de inmediato. "No debiste perder el tiempo, retrasarás la partida de las demás."
"No te apures, les dije que necesitaba ir al baño." Saturn le guiñó el ojo. La chica unió sus manos por detrás de su espalda. Healer se sintió examinada de cabeza a botas negras por la niñita, de una sola barrida. Pronto, el jugueteo desapareció de su expresión. "Antes de que tomaras una decisión definitiva, quería al menos, dejar en claro que cualquier duda que estés teniendo sobre los sentimientos de Sailor Uranus… Es infundada."
"¿Te lo contó?" Healer parpadeó, calor reuniéndose en su rostro. ¿Haruka le había compartido a esta niña, sobre su confesión? ¿Todo lo que había transpirado entre ellas? Healer no pudo evitar sentirse sorprendida. Había esperado… "Quiero decir… No sé de qué hablas."
Saturn dio un paso al frente. "Haruka-papa es una persona complexa, no lo negaré. Pero creo, que cada una de nosotras, lo somos en algún nivel. Nuestras responsabilidades como Senshis nos suelen complicar la vida, más que facilitárnoslas… A Haruka puede complicársele aún más comunicarse, porque no es su punto fuerte, pero no dudes que lo que le falte por decir, siempre lo compensará con sus acciones."
Sailor Healer desvió su mirada.
"Una vez que consigues su confianza y su lealtad, puedes estar segura de que Haruka siempre estará ahí para ti. En todo tipo de dificultades. Sí, tiene su propia manera de luchar, pero su motivación siempre será proteger a las personas más queridas para ella. Por proteger el mundo, a su Princesa, y al futuro, creo que ya ha sacrificado mucho de ella misma."
"¿Te pidió que vinieras? Porque—"
"Haruka no ama a la ligera."
El mentón de Healer se cerró de un estrujón.
Saturn frunció su ceño. "No estoy aquí para pedir algo imposible, Sailor Star Healer. Solo pido que, si has de corresponder los sentimientos de Haruka, seas honesta contigo misma y encuentres la valentía para darles frente. Porque Haruka ya lo ha hecho. Se ha sincerado consigo misma, y con las personas que cuentan más para ella." La niña respiró hondo, como si le estuviera costando compartirle todo esto. "Si de lo contrario, no posees los mismos sentimientos, entenderé tu decisión de permanecer aquí." Los ojos oscuros de Saturn viajaron por el laboratorio.
Sin más, Sailor Saturn comenzó a retroceder.
"Espera, ¿a qué te refiere con…?" Las piernas de Healer encontraron impulso muy tarde, puesto que Sailor Saturn se introdujo en la cabina mucho antes de que Healer pudiera atar su pregunta correctamente.
El elevador se despegó a la superficie.
A solas, Healer endureció sus puños.
"Rayos." Dio media vuelta.
Caminó.
Regresó a la dirección del elevador.
Pausó.
Su corazón comenzó a galopar en su pecho, temeroso. Aterrado.
-Decídete. ¿Qué demonios es lo que quieres? ¿Qué es lo que quieres en verdad? Esa era la cruz del asunto, ¿cierto? Detrás de las excusas, detrás de la abnegación…
Amar a Kakyuu no se había sentido como esto. Ni en una mínima parte.
Amar a Kakyuu le había traído miseria y soledad, la mayoría de su vida; había sido un enamoramiento destinado a fracasar, desde el primer momento. Amar a Kakyuu, había provocado mucha confusión y caos dentro de ella; su Princesa siempre la había hecho dudar de su propia valía. La había puesto en contra de Seiya, mediante celos y envidias mezquinas. La había puesto en contra de sus propias creencias del bien y el mal.
¿De eso se trataba amar a alguien? Por un tiempo, Healer así lo había creído. No todos los enamoramientos tenían final feliz y lo había aceptado. Healer se había convencido de que no ocupaba ser correspondida, para servir de forma plena a la persona que más amaba.
Pero, en verdad había sido amor, ¿o servitud mezclada con capricho? ¿Un apego que se había vuelto antinatural, por el trauma sufrido a manos de Sailor Galaxia y por la caída de su planeta?
¿De qué había hablado, Sailor Saturn? ¿En verdad Sailor Uranus se había sincerado con sus amigas sobre lo que sentía por ella? ¿Con Kaioh-san? Pensarlo, le trajo revuelos en su estómago.
¿Importaba?
-Sí. Healer maulló para sí misma, cubriendo su rostro con sus guantes. -Importa para mí. Si Haruka había estado lista para hablar con Kaioh-san…
-"A Haruka puede complicársele aún más comunicarse. No es su punto fuerte, pero no dudes que lo que le falte por decir, siempre lo compensará con sus acciones."
Qué sí no.
Las palmas de Healer descendieron lentamente. Su dueña las examinó con su corazón en su garganta, pensando en la manera en que había conseguido encontrarse a sí misma. Healer sabía perfectamente qué clase de acciones podías obtener de Sailor Uranus, si su corazón estaba abierto…
-"Es al lado de esa persona especial, que el universo comienza a tener sentido… Te llena. Te eleva a ser una mejor versión de ti misma."
"Demonios." Healer masculló, emociones brotando por su persona bajo un nuevo entendimiento.
Se aceleró contra el elevador, presionando el botón de forma repetitiva.
"¡Vamos, apresúrate!" Encendió el comm de su oído. "¡Developer! ¿Siguen las Sol Senshis en Kinmoku?"
La respuesta de Developer tardó un poco en venir. Para ese entonces, Healer ya estaba dentro de la cabina, escalando hacia la superficie.
"Están por comenzar la teletransportación por segunda vez. Están teniendo problemas para… calentar motores, según las palabras de Sailor Fighter."
"Uranus-baka." Healer batió su cabeza con una sonrisa. La cabeza dura estaba siendo afectada por la ausencia de Healer; estaba segura. "¡Developer, detenlas! ¡Nos las dejes partir todavía! ¡Estoy en camino!"
Developer compartió el comando con Fighter en el canal abierto. Sus clamores ofendidos fueron perceptibles por el micrófono.
"¡No necesitamos su ayuda! ¡Estamos en ello, que se quede en su preciado laboratorio!"
Healer corrió, en cuanto el elevador se partió en dos. "¡No se trata de tu orgullo, Fighter! ¡Developer, que no se vayan, es una orden!"
Los pasillos estaban repletos de empleados, al verse en la hora pico de actividad. Sailor Healer no se frenó con sus alaridos para que se apartaran de su camino, espantando a más de una sirvienta. En su oreja, el comm comunicó la impaciencia de Fighter, y los intentos de Sailor Moon por apaciguarla. Healer rodó sus ojos, ¿y la llamaban a ella la bebé del equipo?
El Planetarium le llamó con la misma potencia con la que le había atraído un día anterior. ¿Cómo no? Con la aglomeración de tantos astros en un punto específico, no había sido para menos.
En esta ocasión, sin embargo, a Healer le atraía un astro en particular.
"Whoa, ¿en verdad corriste hasta aquí?"
La voz burlona de Fighter fue lo primero que distinguió al cruzar el umbral del Planetarium. Healer, jadeando, no le contestó. Se tomó un breve descanso, revisando con su mirada la ubicación de cada Sailor Senshi en el lugar. Developer, Rage, Fighter, Shingo—
—Saturn, sonriendo, y a su lado…
Healer dio un impulso final en dirección del pedestal, centrándose en la figura cruzada de brazos, frente a ella.
Sailor Uranus la observó acercarse con ceño fruncido y hombros tensos. Healer agradeció que, al menos, los puños de la Outer no estaban levantados en defensa.
-Por favor, como si fuera a usarlos. Excitada por el develamiento de algo así, Healer se sintió tonta por no verlo antes.
Uranus no la lastimaría.
Haruka no la lastimaría.
"Yo…" Jadeó, al pausar a un par de metros de distancia. Al notar los notables ojos curiosos de todas las Senshis detrás de Uranus, Healer rodó sus ojos. Sin más, jaloneó a Uranus de sus brazos para distanciarla ligeramente del grupo. "Ach. ¿Qué tanto miran? ¡No es de su incumbencia!"
Fighter la miró como si le hubieran crecido dos cabezas extras. "¿A eso viniste? A hablar con esa—"
Cual hubiera sido el resto de la queja de su líder, se esfumó en el momento que Healer se elevó para besar Sailor Uranus.
Fue natural. Con tan solo tenerla así de cerca, lo que Healer había querido articular se tradujo en sus botines saltando en puntillas, con un sólo propósito.
No solo fue la voz de Fighter-baka lo que se desvaneció. Al contacto con los labios sorprendentemente suaves de Uranus, electricidad corrió por el cuerpo de Healer. De la manera más deliciosa posible. Sonidos más allá de los de su propio corazón, estuvieron demás. Sonidos, como el minúsculo gemido vibrando contra su boca, eran los únicos importante de hoy en adelante.
Luego, las manos de Uranus la sujetaron de la cintura para estrujar sus cuerpos juntos, y Healer decidió que podía permanecer suspendida en este momento, por siempre. El hecho de que la terrícola pudiera con su peso, sin problema alguno, debilitó más allá que las rodillas de Healer.
Estaba decidido. Las manos de Uranus podían tocarla de manera indefinida. Por cada centímetro de su cuerpo. Cuando le diera la gana.
-¡Maldita sea la necesidad de respirar! Healer separó sus bocas con renuencia, cuando sintió que sus pulmones estaban al límite. "Escucha…"
"Dios, no. No, no, no. Esto no puede—Oh, Astros, ¡mis OJOS! ¡Mis POBRES ojos!"
Placer neto brilló de Uranus con la patética descomposición del cerebro de Sailor Star Fighter, a sus espaldas. "Créeme, estoy escuchando cada palabra."
Healer no debería encontrar a Uranus luciendo así de satisfecha, de lo más sexy. Pero, por todos los malditos astros de esta galaxia, lo hizo. Lo era.
"¡Fighter, tranquilízate!"
"¡ES QUE, NO PUEDE SER!"
Healer carraspeó su garganta, para volver al punto. "Tengo asuntos pendientes en Kinmoku." Habló con voz normal. Porque no se escondería. No fingiría que lo que estaba sucediendo, no estaba sucediendo. Nunca más. "No puedo simplemente dejarlo todo sin un plan de respaldo y… Astros, deja de verme así."
Una ceja cobriza se alzó. Una comisura se ensalzó por igual, tentando la voluntad de Healer. "¿Verte cómo qué?"
"¿Por qué estás sonriendo, Sailor Moon? ¡No es gracioso! ¡Oh, no! ¡Ni siquiera lo digas—"
"¡Aw, pero creo que es muy lindo!"
Healer bajó su rostro, segura que todo su calor corporal estaba concentrándose en su rostro. En la estrella adornando el moño de Uranus, encontró alivio para concentrarse. "Me gustas también. Mucho." Acarició la estrella. "Y cuando digo mucho, quiero decir…"
"¿Mucho?"
"S-Sí." Healer balbuceó. "En todo el sentido de 'más te vale ya no tener una novia en la Tierra', porque cuando termine con estos asuntos pendientes, me llevarás a una cita. Una cita estupenda. Al modo que lo hacen en tu planeta… Y no me gusta compartir."
Al elevar su rostro de nuevo, la intensidad viniendo de Uranus fue de esperarse. No la dejó menos ansiosa, aun así. Uranus indicó estar procesando.
"Tengo un mejor plan."
Entonces, la cintura de Healer fue encumbrada, atrayendo sus bocas a saborearse de nueva cuenta.
"¡¿OTRA VEZ?!"
Fue como si Sailor Uranus estuviera comprobando su punto de importarle un bledo las expectativas ajenas, besándola frente a Sailor Star Fighter. Besándola, frente a todo el Planetarium.
Ciertamente, con provocarle a Healer estremecer, el punto fue claro. La apasionante presión de los labios de Haruka sobre los suyos, no dejó dudas sobre los sentimientos gobernando a su dueña.
Healer se colgó de Uranus con la misma añoranza. El arrebate guiado por aquel deseo tan genuino, le dejó sin palabras, y no sin una fracción de temor, al ser la causante.
Pero huir, había dejado de ser una opción.
Healer ya no estaba interesada en huir.
"Tomando en cuenta de que ya no cuento con ninguna novia. ¿Qué tal si permanezco?" Uranus presionó sus frentes, sus alientos separándose. "Aquí. Para ayudarte con esos asuntos pendientes."
El cerebro de Healer hizo corto circuito.
"Y así, después de que concluyas de delegar tus responsabilidades, podemos regresar a la Tierra… Juntas."
Un nudo se arraigó en su garganta. Healer analizó el rostro de Uranus con incredulidad. No debió sorprenderle la severidad que encontró. Uranus no hacía ofrendas así, al por mayor. ¿Qué no había estado obsesionada con irse, en primer lugar?
Healer se dio cuenta de que, muy posiblemente, no había sido la única queriendo huir.
"¿Lo dices en serio?" Susurró, hilos de conmoción tejiendo su voz. "Puede que tome un tiempo considerable."
"Es ahí donde la palabra ayuda es clave." Uranus refunfuñó. Al sentir los dedos enguantados de la Star Senshi acariciar su pómulo, el rostro de la Outer se curveó hacia el gesto. Healer tuvo que besarla otra vez, sólo porque sí, con un demonio.
"¡Oigan, ya BASTA de intercambiar saliva! ¡Es SUFICIENTE, dije! ¡De acuerdo, nos vamos! ¡Ahora, Sailor Moon!"
Sailor Healer se desprendió de Sailor Uranus a gran sacrificio. Todavía colgada del cuello de la mujer, rodó los ojos en la dirección de Sol Senshis.
"¿Qué pasa? ¿No te gusta un poco de tu propia medicina?" ¡Oh, el júbilo de la justicia divina! Por todas las ocasiones que Seiya y Usagi la habían traumatizado con su pobre sentido de la privacidad, besarse en público con Haruka Tenoh, era poco. Healer le guiñó el ojo al círculo, separándose de Uranus lo suficiente para aclar su mano con la de la Outer y tornarse hacia sus amigas. "Adelante, chicas. Ésta se queda conmigo…" Su mirada viajó hacia Sailor Moon. "…Si no te molesta."
Sailor Moon, siendo Sailor Moon, les ofreció una radiante sonrisa. Sus grandes ojos viajaron como pelotas de ping-pong de Healer hacia Uranus, una y otra vez. "¡Hm-hm! ¡Para nada!" La chica miró a Fighter de reojo, y su sonrisa se tornó un poco más nerviosa. "¿Verdad, Fighter-chan?"
Ahora que Healer ponía atención, registró una peculiar colección de reacciones de las chicas. Sailor Mercury tenía su rostro sonrojado medio cubierto con sus manos, mientras Sailor Jupiter y Saturn pretendían encontrar otros puntos de la arquitectura del Planetarium de lo más fascinante. Sailor Star Developer y Sailor Star Rage, por su parte, no lucieron sorprendidas. Rage tenía el descaro de estarse carcajeando.
"Dije que ahora mismo, Sailor Moon." Masculló Sailor Fighter, asimilando a piedras siendo masticadas. Sin esperar la indicación, Sailor Fighter se posición en el lugar que había ocupado Sailor Uranus. Muy inteligente de su parte, sabiendo que ahora sería ella la indicada para calibrar a Sailor Moon durante el viaje. "¡Si me disculpan, debo ir a tallarme el cerebro con lejía lo más rápido posible!"
"¡Que te diviertas!" Healer le provocó con dulzura. "Pero no vayas a tardar en traer a Taiki, ¿queda claro?"
Fighter la ignoró, a favor de murmurar más quejas obscenas.
Finalmente, las manos correspondientes se juntaron. Cerrando sus ojos, poco a poco, las siluetas de las Senshis se iluminaron en preparación. Shingo Tsukino resplandeció por igual, desprendiendo un aura blanca—casi pura—con el aliento de su hermana.
A lado de Healer, el brazo de Sailor Uranus rodeó sus espaldas. Healer se fundió sobre ella en respuesta, acomodando su cabeza contra su brazo. Juntas, observaron a sus amigas invocar a los poderes de sus planetas, y en caso de Fighter, el poder su estrella interior.
"Por favor, cuida de ella, Sailor Healer."
Healer parpadeó.
Los ojos de Sailor Moon se abrieron en el último instante, entrelazando sus miradas. Una bella sonrisa acompañó la súplica en su mente.
"Por favor, cuídense mucho, la una a la otra."
Atónita, Yaten ofreció una sonrisa propia. Inclinó su mentón, sin más.
En una oleada matizada de colores vibrantes, el comando de Sailor Teleport hizo efecto, llevándose de Kinmoku a las aliadas más significativas que tendrían, por el resto de la historia del planeta.
Por un momento, Healer admitió que las echaría de menos. Siempre estaría agradecida, en más de una forma, por haber caminado este capítulo oscuro junto a ellas. Junto a su gente.
El brazo de Uranus se levantó a cubrir sus hombros, atrayendo a Healer hacia su cuerpo.
Ruborizándose, Healer levantó su rostro, dejando claro lo que pedía.
Este beso fue distinto. No hubo prisas, ni puntos que comprobar. Solo la reconciliación de una soledad que Healer había acarreado dentro de sí por mucho tiempo, ahora llenándose de calor y sentimientos que consideró preciosos.
Después de años de silencio sepulcral, una balada agarró vuelo dentro de su corazón, los versos indistinguibles, pero marcados en tinta dorada…
De acuerdo, muy romántico y todo, pero las puntas de sus botas no tardaron en cansarse por estirarse tanto. Sailor Star Healer pensó rápido en una solución, y la encontró halando del cuello a Sailor Uranus en pleno beso. Un resoplido de sobresalto fue saboreado entre sus labios. Uranus actuó con buenos reflejos, y por sus brazos larguchones, fue que no terminaron con sus traseros en el piso del Planetarium.
"Um. Sabía que serías demandante." Nació de la garganta ronca de la gigante mujer.
Healer afianzó su agarre con más seguridad alrededor de la Outer.
"Oh, no has visto nada aún, grandulona."
[+][+][+]
"Hay una habitación donde la luz no te encontrará
Estaremos tomados de la mano, mientras las paredes se derrumben
Cuando lo hagan, estaré justo detrás de ti.
Me alegro de que casi hayamos sobrevivido.
Tan triste que tuvieran que desvanecerlo.
Porque todos quieren gobernar el mundo."
-Tear For Fears.
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Fin de Volumen 4.
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Notas Especiales:
No tengo mucho más que decir, aparte de un enorme agradecimiento por los que siguen esta historia. En especial a Jinki Asgra, quien siempre me ayuda a encontrarle sentido a estas historias tipo biblias.
Agradecimiento especial también a mis lectorxs leales que siempre comentan y dan aliento a que siga escribiendo en este hermoso fandom: LaDaniGT, Shinny_Bubbles, Fabiana_Louro, Dorinlinda, Josyaralaura, Niiyama79, Sanrg07, TeffaCross, Nacaris2020, Emiliykou, YuukoSan0, AngiKout, Jenny_anderson, Dazz, SoryuIkari, Dorincita, EvangelineK, LizzyAl-Saud, Vee, disaster_bi_jupiter, RossMaker, Tsukihime Princess, Betza HK, Samy Walker, Maitiuska Kou, y muchxs más que han comentado o dado su voto, en esta plataforma y en otras como AO3 y Wattpad a través de los años.
You guys ROCK!
Referencias:
(1) La pelea con bastones "Gewun": ha sido inspirado por el combate con "Bōs." Chequen la escena de Shadowhunters que inspiró este tipo de entrenamiento entre Fighter y Healer: "Shadowhunters | Season 2, Episode 1: Izzy & Clary Train | Freeform."
Bō: Un bō (棒? «bastón»), bong (coreano), pang (cantonés), bang (mandarín), o kun (okinawense) es un arma de personal utilizada en Okinawa. Los bō miden típicamente alrededor de 1,8 m (71 pulgadas) y se usan en las artes marciales de Okinawa, mientras que se adoptan en artes japonesas como el bōjutsu en particular.
Letras:
Yoko Takahashi – "You are the one."
"Hirakikaketa mune no tobira,
minogashitari shinai…
dakara konya toki wo tomete,
hitomi kogorashi…
Aishitsuku sou."
La puerta de mi corazón estaba entreabierta
y no podía ser pasada por alto
por eso el tiempo se detendrá esta noche
mirándote fijamente...
te amo incondicionalmente.
Yoko Takahashi – "Love Antique."
"All it took to express was a kiss…
When love was young between us."
Todo lo que se ocupó para expresarnos fue un beso.
Cuando el amor era joven entre los dos.
Sobre el Haruten:
Por años, tuve la escena final en mi cabeza. El borrador original tenía a Healer apareciendo en el último momento también, pidiéndole a Haruka por tiempo para resolver asuntos en Kinmoku. La diferencia más grande era que Haruka le prometía que esperaría por ella en la Tierra. De igual forma, Yaten se sentía conmovida, al nunca haberse creído merecedora de la lealtad de alguien, así como para ser esperada.
Pero, al por fin llegar al punto de escribir la escena Haruten, tuve que hacer una examinación de la historia por entero para determinar cómo exactamente Haruka mostraría que había MADURADO. Su arco debía tener una recompensa más satisfactoria, ¿sino de que había servido su estancia en Kinmoku? Que se quisiera regresar a la Tierra se sentía mucho empujarla a los viejos patrones, en vez de evolucionar al personaje. No estaba arriesgando NADA al aceptar sus sentimientos por Yaten, si se marchaba. De nuevo, ella era la que tomaba control y esperaba a que Yaten cambiara su vida.
Así que hice ese gran giro de que Haruka decidiera QUEDARSE. La hice TRAGARSE su propio ego. Porque, de eso se trata amar a alguien, ¿qué no? ¡Según la basta sabiduría de Kou Seiya! 😉 Espero les haya gustado el producto final.
Guiños de lo que se viene en la Saga:
(+) La Parte V de la Saga Me Basta será basada 6-7 meses más adelante, y estará centrado en la vida Universitaria de Usagi y las demás. Esperen unos cuantos one-shots cortos para cubrir el periodo de tiempo antes de entrar de lleno en la Parte V.
(+) Haruka, en efecto, volverá a la Tierra con Yaten, y POR SUPUESTO que tendrán su primera cita prometida. ¿Será un éxito? ¿Una tragedia? ¿Un poco de ambas? ¿Cómo se verá afectada la dinámica con las demás Sailor Outers, al regreso de su líder? ¿Cuánta terapia necesitará Seiya?
(+) Por fin, sabremos más detalles del embarazo de Rei. ¿Cómo es esto que Mamoru es el padre? ¿Cómo reaccionará USAGI a la noticia?
(+) Severina F*cking Sang Froid y ARQ estarán de vuelta. Sabremos más sobre los planes que Láquesis ya había puesto en acción. Y exploraremos por igual más sobre la "creación" de Sailor Moon. ¿Cómo se habrán conocido ARQ y la Reina Serenity I?
(+) Si creen que Michiru y Taiki han tenido estos momentos cargados de tensión solo porque sí, están equivocadxs.
(+) Por último: SE ACERCA EL MULTIVERSO.
