"Todos Quieren (Gobernar El Mundo)."

Por B.B. Asmodeus.


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Categorías/Advertencias: Realidad Alterna, Humor, Drama, Acción/Aventura.

Sinopsis: "Estarán en un lugar donde sí tendrán un futuro." -Eternal Sailor Moon, (Atravesé Fantasmas Para Llegar Aquí).

Traducciones de Idioma Estándar Del Sistema Kaito:

(1) Hener: Ingeniero.

(2) Keisa: Emperatriz.

(3) Konnel: Coronel

(4) Komman: Mayor.

Disclaimers: (a) Bishoujo Senshi Sailor Moon no es obra mía, pero esto es lo que puedes esperar si así lo fuera. (b) La idea y utilización de los portales "Stargate" son propiedad de MGM, creados por Brad Wright, Jonathan Glassner y Robert C. Cooper. Yo sólo los tomo prestados, porque son super mega geniales y mi amor por Stargate Atlantis nunca morirá. Algunas de las funciones de las Stargates han sido alteradas por mi para la conveniencia de esta historia.


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"Somos finitos,

en el sentido de que somos un producto

y una fuente

del infinito".

-Ilias Kassam.

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Epílogo.

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"¡Recibiendo permiso para activar agujero de gusano, Hener!"

La silla de la estación del Ingeniero en cuestión rechinó al deslizarle por el piso de la base. De su boca, el lápiz que había estado mordiendo, cayó al suelo.

"¿Es el código de ID de alguno de nuestros equipos?"

No tenía duda en su mente de quiénes podían tratarse del otro lado del agujero de gusano, pero el protocolo debía seguirse de manera estricta. Ya habían sufrido infracciones seguridad previamente y lecciones habían sido aprendidas.

Sailor Star Developer no ocupó analizar su monitor para dar un afirmativo. "ID pertenece a Konnel Fighter, Hener."

Shingo se puso de pie, dirigiéndose a la estación de Sailor Developer. En efecto, al revisar la pantalla de estatus de la Star Senshi, verificó que cinco formas de vida esperaban del otro lado, para regresar a casa. "Permite el paso, Developer."

"Iniciando desactivación de iris." El espacio protector del vórtex se descongeló y el núcleo de la Stargate se readaptó a su usual consistencia viscosa, al ser activado el paso.

Tan pronto el escudo protector fue apagado, el equipo Alfa cruzó el arco luminoso.

La cabellera de Konnel Fighter estaba cubierta en nieve. Eso fue lo primero que notó.

"¡Es oficial! ¡Yo seré la que escoja nuestro siguiente punto de contacto!"

La Coronel permaneció cerca de la Stargate mientras, uno por uno, los miembros de su equipo atravesaron el agujero de gusano. Pronto se descubrió que su estado físico era compartido. Los uniformes de exploración estaban empapados de las piernas de todo el equipo. Sin duda, por el escarche de la nieve al derretirse.

"Conociéndote, Sailor Healer, terminaremos en un planeta inhabitable para que puedas disfrutar el sonido de tu propia voz mucho mejor—lo cual vence el propósito de la misión."

Los ojos del Ingeniero contaron las cabezas de inmediato. 1, 2, 3…

Aunque ya debía estar acostumbrado a los peligros que implicaban formar parte de un equipo StarG, la ansiedad siempre tomaba poder del fondo de su estómago en momentos como estos. Sin importar cuantas veces decía adiós, era el regreso lo que…

La cuarta integrante del equipo concluyó su vigilia del otro lado de la Stargate de un salto. Agitada, Komman Tsukino resopló cabellos sueltos de su rostro mientras daba un último vistazo a sus espaldas.

"Retirada realizada con éxito, Konnel Fighter." La Mayor saludó a su superior con su mano derecha tocando brevemente su sien. "Sin señales de comportamiento hostil de los nativos." Un fruto de tonalidad rojiza fue revelado de uno de sus bolsillos. "Hasta me dieron un presente de despedida."

La crujiente mordida del fruto hizo eco por la sala de Comando.

La Coronel hizo una mueca. "Esperemos tu dentadura no se arrepienta."

"Bienvenido, equipo StarG-Alfa." La ansiedad encontró alivio en cuanto los cuatro rostros giraron hacia el nivel superior donde Sailor Developer y el Ingeniero eran capaces de vigilar todas las entradas y salidas de la Stargates.

Konnel Fighter levantó su mano en el mismo tiempo de saludo. "Es bueno estar en casa, Hener Tsukino."

"¿Qué tiene de bueno?" Sailor Star Healer descendió del podio y los demás la siguieron. "Esta misión fue una pérdida de tiempo."

Así de fácil, los espíritus del Ingeniero se desinflaron. "¿A qué se refiere?"

Sailor Star Fighter bajó el zipper de su uniforme especializado para este tipo de viajes. "No le hagas caso. La población del planeta OHPAN-34 se mostró interesada en formar una alianza de comercio con la Corona."

"¡Apenas tienen oportunidad de alimentarse ellos mismos! ¿Qué podemos esperar comprar de su parte, cuando viven en cuevas?"

"¡Uh, das cuevas bueron doquísimas!" La Mayor enfatizó, bocados del fruto hinchando sus mejillas. "¡Lebiste vedas, blillan en la osulidad!"

"No viven en las minas." Sailor Star Fighter corrigió para el beneficio del Hener. "Se dedican a minar sus contenidos: manka y otros minerales."

El interés volvió. El Ingeniero sintió focos encenderse por su cerebro. "Eso es excelente, podemos utilizar importaciones de manka para la planta eléctrica de la capital. Tener baterías de manka a nuestra disposición ayudaría a controlar los apagones. ¡Inclusive podríamos reactivar sistemas de seguridad que no hemos logrado utilizar hasta ahora!"

"Es lo que dije." Fighter enfatizó, dirigiéndole una mirada a Sailor Star Healer. "Así que no, Healer, no fue una pérdida de tiempo."

Sailor Healer regresó a la estación de recibimiento sin su traje protector, quedando solamente en fuku. "Necesitamos inmensas cantidades de cristal mankar para la fabricación de baterías. Esos pueblerinos se enfocan en minar cantidades pequeñas anualmente. No estarán abiertos a ser explotados."

"Porque desconocen el valor de lo que tienen." Hener meditó en voz alta, sosteniendo su mentón. "No es un obstáculo, Sailor Healer. Muchos de nuestros proveedores interespaciales comenzaron relación de la misma manera. Tendremos que educarlos. Como a todos nuestros aliados. Además, si tienen una Stargate activa en su planeta, deben poseer conocimiento de las necesidades básicos de ésta. Es la manera más común de cargar una Stargate, no lo olvide."

Sailor Healer intercambió una mirada con su comandante, y posteriormente con el mismo Ingeniero. "Supongo que nuestra Emperatriz tiene muchas negociaciones con OHPAN-34 en su futuro cercano." Murmuró entre dientes.

Sailor Fighter hizo una mueca. "¿Por poner sus manos en ese cristal? Keisa Kakyuu hará todo a su alcance."

Mientras las Star Senshis continuaron con su debate a un nivel más personal, el Ingeniero se percató de las figuras, de los demás integrantes del equipo, dispersarse por el laboratorio. Dos de ellos siendo sus asistentes y la otra persona siendo la Mayor.

Por sus caras largas, todo indicaba que no únicamente Sailor Star Fighter había sufrido la nueva suma al grupo en esta misión. No era usual que Sailor Star Healer se uniera al equipo StarG-Alfa; pero los números habían estado reduciéndose entre los otros dos equipos de expediciones con las últimas tres misiones que habían sido algo desastrosas.

Eso no significaba que trabajar con Sailor Healer fuera una experiencia placentera.

Sabiendo donde encontraría a la Mayor, Hener Tsukino se alejó del bullicio.

Optó por cambiar a su idioma natal dejando de lado el estándar de Kinmoku. "¿Algo más que quiera agregar al reporte, Mayor?"

Sentada en la banca del área de descanso, la Komman no elevó su atención de su bota derecha. Continuó deshilándola.

"Fue una misión aburrida." La deliberación fue casi ofrecida con un puchero. Era singular, que a pesar de ser su lengua originaria, el acento del Sistema Kaito alargara las silabas del japonés de la Mayor.

"Pensé que te habían agradado las cuevas."

Ah. El puchero no fue su imaginación. Ahí estaba.

"¡Claro, primero fue Uuuuh, mira, cristales luminosos! ¡Son geniales y bonitos!" La mujer movió sus manos en acto de asombro, su voz burlándose de la experiencia vivida. "Pero la emoción no duró mucho. Coronel Fighter no nos dejó acercarnos demasiado, a menos que se trataran de Cerebrito y Cuatro Ojos para tomar fotografías y muestras."

Eso le recordó que debía tener una junta de recopilación de información con su equipo lo más rápido posible. "Te refieres a mis asistentes."

"Sí, sí. Todo lo que hice fue estar parada en la entrada de las cuevas haciendo guardia para que no se les entumieran sus traseritos científicos."

Una bota fue desalojada. La Mayor emitió un sonido de victoria, estirando su pierna. Prosiguió a desatar la bota opuesta.

"No te quejes. Cuando decidiste unirte a un equipo de expediciones, sabías que entrarías bajo el rango más bajo de comando en la Unidad StarG. Tus responsabilidades—bueno, espera más horas de guardias. Es el trabajo que se debe hacer." El Ingeniero pateó la punta de su botín para golpetear la bota frente a él. "Y consíguete mejores botas."

"Baba." Escándalo expandió la expresión de la Mayor. "¡ me diste estas botas!"

Hener Tsukino rodó sus ojos. "¡Sí, hace cinco meses! Ya estás recibiendo un salario, Srta. Independiente, no necesitas que esté sobre ti para recordarte que—"

"¡Las cosas no duran para siempre, yada, yada, yada!"

Hener Tsukino frunció su ceño. "Ya sabes lo que pienso cuando me mandas al yada, yada, yada."

La bota izquierda fue ladeada lejos de los apestosos pies en calcetas de la Mayor. "Ups."

Hener Tsukino rodó sus ojos. Retorció su nariz. "Deja de apestar mi laboratorio. Vete a tomar una ducha, Perséfone."

"Uuuuy, el nombre completo." Muestra de la madurez que a su hija todavía le faltaba para asumir un rol más alto en la jerarquía, fue la facilidad para mezclar los roles de padre y de Cabeza de la Unidad StarG en horas de trabajo. Había mucho camino que Persii debía recorrer, si deseaba liderar su propio equipo en un futuro.

Aprobar la solicitud de su hija de ser contratada había sido difícil de digerir por la misma razón. Tanto tiempo invertido en mantenerla segura, para que la chiquilla deseara aventarse al peligro de cabeza, en cuanto cumpliera la mayoría de edad. Como si Shingo Tsukino no tuviera suficientes canas en su cabellera.

Muy en el fondo, lo respetaba, sin embargo. Respetaba que Perséfone no fuera conformista. Trabajar en los campos agricultores nunca hubiera sido suficiente para mantenerla entretenida, por más que Shingo lo hubiera preferido.

Habían sobrevivido circunstancias juntos, que los habían preparado para los peores escenarios. Hener Tsukino conocía su propia descendencia mejor que nadie.

Persii tomó sus botas en su mano, y con la otro apuntó en dirección de su padre. "No olvides que cenaremos en casa de la Abuela esta noche. Nada de desvelarse otra vez en tus estúpidas ecuaciones matemáticas."

"Es trabajo importante—"

La Mayor inhaló oxígeno de forma dramática. "¿Más importante que la Abuela? Espera a que lo oiga."

Shingo se encogió de hombros. "Sale una palabra al respecto de tu boca, y serás desheredada. Al instante."

Otro puchero. "Baba, vamos. No puedes dejarme sola en otra cena oyendo al Bufón."

Shingo sonrió. "¿Ves por qué prefiero ecuaciones matemáticas?"

No era secreto que no fuera fan del segundo marido de Mamá Ikuko. Nadie le llegaría al nivel de Papá Kenji, ¿así que para que molestarse con interactuar con ese tipo? Bufón, era el más tenue de los tantos sobrenombres que Shingo reservaba para el Conde.

Descubrir que su madre había sido migrada a Kinmoku junto a muchos de los otros sobrevivientes del Exterminio de la Tierra había sido lo mejor que le había sucedido—que les había sucedido—después de haberla creído perdida para siempre, asesinada en sangre fría en el refugio en las montañas de Kioto.

Era una bendición haberse reencontrado.

Pero Shingo todavía sentía conflicto con la facilidad con la que su madre se había adaptado a la vida en este planeta.

Para cuando Shingo y Perséfone habían arribado en Kinmoku-sei, Mamá Ikuko ya había estado establecida en una nueva base, con un nuevo esposo y una nueva posición en la sociedad…

…Está bien, tal vez Shingo todavía se sentía algo dolido con la noción de haber sido olvidado. Bueno, dado por muerto. Daba igual.

"Sigue insistiendo en presentarme a sus lujuriosos estudiantes politicones para convertirme en una buena esposita y así ayudar a la repoblación." Persii gruñó a lo bajo. "Y tú sigues diciendo que no puedo hundir mi codo en su carota. Que porque somos familia. Que porque es un Conde importante. Que porque podría ir presa." Incredulidad marcó la expresión de la muchacha mientras caminaban juntos a la salida del laboratorio. "¿Qué opciones me das, Baba? Al menos cuando estás presente, sus testículos se vuelven pequeños y diminutos cerezos." Con su pulgar y su dedo índice, la chica mostró justo que tan chiquitos los miembros del Conde se volvían. "¡Es como magia! Una mirada en tu dirección, ¡y bum! ¡No toca el tema!"

Risa resoplada brotó de las comisuras del Ingeniero. Sólo Persii podría encontrar profunda ofensa en no ser mandada a una celda por asaltar físicamente a un miembro del Consejo de la Emperatriz.

Deslizó su tarjeta de identificación al panel de control de las puertas de cristal polarizado. Al abrirse a su comando, Hener Tsukino gesticuló con un brazo extendido hacia la salida. "Aprende a pelear tus batallas con ingenio, no solo con puños. Es parte de ser adulto."

"…Debo aprender el truco de los cerezos diminutos, entonces." El murmullo malhumorado fue perceptible únicamente para los oídos de su padre, al cruzar el umbral. "¿Algún consejo?"

"Todo está en el lenguaje corporal." Shingo sonrió, presumido. "Sin hacer de lado que mi trabajo es vital para la Corona. El Conde no puede darse el lujo de dejar correr su bocota en mi presencia." Había pocas personas en la galaxia que pudieran intimidarle, a estas alturas. Es lo que lo hacía tan bueno en su maldito puesto.

No todo lo que arribaba de la Stargate era humano o piadoso. No siempre había finales felices al concluir una misión. No todos los planetas querían ser sus aliados, y en vez de negociar, mandaban los cadáveres de los viajeros como señal de advertencia para no ser visitados de nuevo.

Y Hener Tsukino, Especialista Líder de la Unidad StarG, tenía que ser el responsable de recoger las piezas restantes de esas circunstancias no-gratas. Sólo para repetir el ciclo al día siguiente.

"Eres Komman." Shingo dio un paso adelante, apretando el hombro de su hija. "Trabajando en la Unidad Militar más hostil del Imperio de las Flores Doradas. Es hora de que comiences a demostrarlo."

Perséfone brindó una de sus sonrisas más bobas, inyectadas de orgullo propio y adoración por la sinceridad en las palabras de Shingo. "Eso significa que puedo dispararle en los testículos en el nombre de la Corona. ¿Cierto? Así se escuchó. ¡Baba, eres un genio!"

Shingo suspiró. "No me refería…"

"¡RECIBIENDO SECUENCIA DE ACTIVACIÓN DE STARGATE!"

Las alarmas cortaron en su conversación con la fuerza de agua helada. Sin prestarle un segundo más de atención a la Mayor, Shingo corrió de vuelta a su estación. Sailor Developer se encontraba frente a su pantalla de monitoreo. Sailor Star Fighter y Sailor Star Healer aparecieron de vuelta, adicionalmente, demostrando que no habían estado lejos del laboratorio.

"¿ID?"

Developer tecleó sin perder el ritmo. "ID no perteneciente a nuestra base de datos. La señal no proviene de nuestros planetas aliados ni de los demás equipos StarG activados—"

"¿Puedes abrir un canal de comunicación?" Sailor Fighter se colocó detrás de Shingo. Como si su presión corporal fuera a dar una solución. "Déjame hablar con quién esté intentando atravesar el agujero de gusano hacia aquí."

Sailor Star Developer intentó mandar el comando. Marcó error.

"ID NO IDENTIFICADO."

Increíblemente, los chebrones de la Stargate Alfa entraron en inicialización.

"¡Detenla! ¡Frena la secuencia!" Sailor Healer gritó del otro lado de Developer.

"¡Estamos intentándolo!" Shingo insertó sus propios comandos para bloquear la señal de la otra Stargate que estuviera siendo utilizada para llegar aquí. Gruñó incrédulo, al darse cuenta como sus protocoles de seguridad estaban siendo sobrescritos con otro código. "Estamos siendo hackeados. Quien esté del otro lado tiene una clase de control remoto sobre nosotros."

La Coronel identificó el peligro inmediato a ser invadidos. Por el comm, se dedicó a llamar a unidades militares para crear una defensa en la Unidad StarG.

Sailor Healer, al contrario, dejó la estación científica para acercarse al vórtice.

Los chebrones prosiguieron a ser seleccionados.

"Chebrón Uno, codificado… Chebrón Dos, codificado… Chebrón Tres, codificado."

De reojo, Shingo reconoció la figura de Perséfone de vuelta en el laboratorio. Su protesta se atascó en su garganta. Si este era su deber, el deber de su hija era el de preservar la seguridad de lo que traspasara la Stargate.

La chica al menos se había puesto las botas de vuelta, aunque las agujetas no estaban entrelazadas en su totalidad. Sailor Healer tomó comando de la Mayor en cuanto la vio, indicándole que cubriera sus espaldas en el nivel inferior, ambas dándoles la cara al vórtice de la Stargate.

"Chebrón Seis, codificado." Sailor Developer continuó. Hubo una mínima pausa, antes de que Developer tuviera que llegar al anuncio inevitable. "Chebrón Siete… Anclado."

Shingo pudo jurar que todos los presentes aguantaron la respiración.

Entonces, algo aún más sorprendente sucedió.

"Hener." Developer compartió sus ojos agrandados con él. "Corrección, Chebrón Siete, codificado."

"Lo estoy viendo." Shingo contestó, ojos pronto adheridos a su propio monitor.

La secuencia no terminó en el séptimo jeroglífico, como una secuencia ordinaria. Por primera vez frente a sus ojos, el octavo jeroglífico de la Stargate se iluminó en el arco metálico, y el símbolo apareció en ambos monitores.

"CHEBRÓN OCHO… ANCLADO."

"Astros, ¿qué diantres está sucediendo? ¡Pensé que no era posible activar ese chebrón!"

"Sailor Fighter, he dicho que desconozco el funcionamiento de esa secuencia, porque nunca ha sido USADA—"

El iris de protección fue deshabilitado. El agujero de gusano explotó en su usual WHOOOSH, cortando cualquier argumento.

-Mierda. Shingo pensó para sí, preparándose de la manera que le fue posible: su mano voló a su pistola bláster siempre atado su cintura.

"¡Formación de defensa!" Konnel Fighter comandó a la brigada de soldados que invadieron el laboratorio con rapidez. "¡Apunten al vórtice de la Stargate, pero no disparen hasta que dé la orden!"

Esperaron.

La superficie viscosa del vórtice permaneció en estado de constante movimiento, grumos de energía ondulándose como una marea plácida ante el ojo común.

Shingo parpadeó al escuchar una alerta en su monitor. Luego, frunció su ceño.

"Estamos recibiendo una petición para una transmisión de audio, Konnel Fighter."

Sailor Fighter se redirigió a la estación de Shingo. Simplemente asintió.

Shingo aceptó la transmisión. "Estás comunicándote con la Unidad de Comando Stargate del Imperio de las Flores Doradas del planeta Kinmoku. Identifíquese y establezca la razón de esta transmisión."

Nítidamente, la respuesta en estándar fue escuchada por la estación.

"Mi nombre es Shingo Tsukino, Especialista en Comunicaciones de la Unidad de Comando Stargate del Planeta Tierra, estacionado en el base de Tokio, Japón—y antes de que lo preguntes, no, no están escuchando eco, ni siendo víctimas de una broma pesada. Aunque estoy sorprendido de que te encuentres en Kinmoku-sei trabajando para el Imperio de las Flores Doradas… Huh."

"¿Quién rayos eres?" Fighter gruñó. "No caeremos en juegos de suplantaciones de identidad. Sólo hay un Shingo Tsukino y no puede tratarse de ti."

"Ah… Sailor Star Fighter. Demonios, tu existencia se está convirtiendo en una constante." La voz manifestó una aclaración de garganta. "Discúlpenme por divagar. Nunca sé qué esperar cada vez que iniciamos un Primer Contacto…"

"¿Primer Contacto?" Shingo sintió su corazón querer salirse de sus costillas. Pensamientos navegaron por su cabeza con acelere, tratando de encontrar algo de validación a lo que estaba escuchando—¡De mismo! "¿Dónde estás localizado? ¿Por qué no pudimos leer las coordenadas del origen de tu transmisión?"

"No nos encontrarás en tu base de datos. No estamos ubicados en el mismo Sistema Solar—"

"Buen intento. Sabemos que la Tierra es de otro Sistema solar, para tu información."

Sailor Star Fighter fue ignorada.

"—No nos encontrarás en la misma Galaxia tampoco. Asumo que no habías tenido los medios de descifrar el funcionamiento del octavo jeroglífico, ¿cierto? Es porque la información de la composición de las Stargates sigue cayéndonos en gotas, sin importar la dimensión. ¿Cómo están alimentando la Stargate? ¿Con baterías de mankar o energía eléctrica de macro generadores?—Ugh, estoy desviándome otra vez. ¡Perdón! ¡Es que no lo puedo evitar!"

"Macro generadores." La fascinación fue compartida y la respuesta se le salió en automático. "Pero son… no de confiar. Se averían constantemente, causando apagones."

"No comprendo. ¿Por qué no buscan ayuda con la Tierra? Si tú estás en Kinmoku—"

"La Tierra no es más que una piedra desolada."

La seriedad cáustica de Sailor Star Fighter pareció golpear más fuerte que la dureza de sus palabras anteriores.

"Es una larga historia." Shingo sintió que debía agregar. "La Tierra enfrentó un Exterminio que la ha dejado en ruinas. Es casi inhabitable. No cambié de código postal por gusto, créeme.

"Shimatta." El otro Shingo articuló, vehemente. "Ah—Espera, no había intentado con video porque la señal con ustedes se está comportando de forma muy inestable, pero al menos…"

Hubo el sonido de teclas.

Fighter levantó sus cejas en su dirección, "¿En verdad estás tragándote este acto de-?

Lo que fuera que hubiera estado a punto de seguirle a la pregunta fue apagado, con la imagen de video que abarcó ambos monitores de la estación.

Frente a ellos, en una versión mucho más joven, fue alimentada la imagen de Shingo Tsukino.

Meneando sus manos. En saludo.

"No puede ser." Sailor Star Fighter murmuró, su mirada viajando del monitor a Hener Tsukino.

Sailor Healer quejumbró a la distancia. "Fighter, ¿qué está sucediendo?"

"Wow." El Shingo joven analizó la apariencia de su contraparte detenidamente. "Eres la primera versión que encuentro con canas." Shingo se encogió de hombros. "Eh. No es un mal look."

Hener Tsukino tragó saliva. Relamió sus labios en consideración.

Habían trascurrido años. Casi quince, para ser exactos…

…Desde que se había permitido pensar en Sailor Pluto y su visita.

"Sailor Star Fighter." No hubo más que respeto en la cálida manera que la imagen foránea de Shingo saludó a la Coronel. "Créame cuando le aseguro que no representamos ningún tipo de amenaza para su Dimensión. El propósito de iniciar contacto con ustedes es para el beneficio de la Conjugación—No somos muchos, por ahora—"

"Sigues mencionando esa palabra." Fighter se cruzó de brazos. "Dimensión."

"Oh, lo siento. Sigo saltándome el protocolo—"

"Existen." Hener alzó su mentón, alineándolo hacia la Coronel. "Dimensiones. Realidades alternas a la nuestra. Como quieras llamarlas."

Konnel Fighter endureció su cuerpo por entero. "¿Por qué tan seguro?"

"Porque fue Eternal Sailor Moon de una realidad alterna a la nuestra la que venció a Sailor Cosmos en la Tierra. Fue por medio de su poder que…" Su mirada viajó fugazmente a una Persii boquiabierta, desde su lejana posición con Sailor Healer. Habían acordado no hablar de este tema por el resto de sus vidas. O por lo menos, así lo había decidido Shingo y su hija le había seguido la corriente. "Fue por medio de ella, que fuimos transportados a Kinmoku."

Su contraparte le sonrió. "Suena a algo que nuestra hermana haría."

"¿Hermana?" Sailor Healer se escuchó más escandalizada por esa revelación, que por la posibilidad de realidades alternas.

Hener regresó su atención a Sailor Fighter. Quien lo observaba con nueva consideración. "No importa. Sailor Cosmos fue aniquilada y todo apuntó a que la otra Sailor Moon regresó a su dimensión de la que era originaria. Ya no tengo ninguna hermana.

Su contraparte lució entristecido con el reporte. "¿Eso significa… que no tienen una Sailor Moon en tu dimensión?"

"Todas las Sol Senshis cayeron en batalla hace mucho tiempo ya."

La tristeza morfó a shock. "Justo cuando no creía que las malas noticias podían empeorar. ¿Quiénes están protegiendo el Sistema Solar en estos momentos?"

Shingo permitió que su pausa larga fuera suficiente respuesta.

"¿Estás bromeando? Debe de haber alguien funcionando como guardián. ¿Qué sucedió con las Sailor Outers? ¿Sailor Pluto? ¿Luna? ¿Artemis? ¿Helios?" Otra pausa. "¿El Príncipe Endymion?"

"No conozco a ningún Helios, pero considera a todos los demás mencionados como víctimas del Exterminio." Shingo deliberó la información de manera mecánica, la mayor parte de su ser aun renuente a revivir recuerdos del pasado. "No queda rastro de la existencia de las Sailor Senshis, ni de sus aliados."

Su mirada viajó hacia la figura de Persii.

-Sólo queda ella. El corazón de Shingo se acongojó, posesivo. -Y nunca permitiré que vuelva a ese horrible lugar.

"Eso…" Shingo Alterno resopló con fuerzas, una expresión calculadora tomando posesión de su rostro libre de barba y líneas de edad. El chico reacomodó sus lentes. "Eso complica la situación, ciertamente."

"Y nos lo dices a nosotros." Sailor Fighter inyectó en sarcástica cortesía.

Lentes gruesos se alzaron, determinados. "No lo entiende. Necesitarán refuerzos para darle frente a lo que se aproxima, Sailor Star Fighter. Es la primera vez que encuentro una dimensión sin la presencia de alguna Sailor Sol SenshiMe temo decir que sin ellas defendiendo el Sistema Solar, la balanza pesará más a la ventaja de este… monumental enemigo."

"¡Deja de hablar en acertijos, niñito!" Fighter empujó a Hener Tsukino de su propio monitor. "¿Cuál situación? ¿De cuál enemigo es del que hablas?"

"Le llamamos… la Purga. Un fenómeno que está aniquilando otras líneas de tiempo alternas como la tuya, y como la mía. Es un fenómeno desatado por una criatura de origen milenario conocida como Moira… Se trata de un cataclismo inminente que podría borrarlos de la existencia, si no aceptan nuestra ayuda."

Fue obvio que Sailor Star Fighter no estaba comprando lo que le estaban vendiendo. Escepticismo afilaba su porte. Hostilidad, su lengua. "¿Porque ustedes parecen estar disfrutando de paz y tranquilidad? Este cataclismo fácilmente puede arrasar con ustedes en cualquier momento, ¿qué clase de ayuda podríamos esperar de tu dimensión, cuando tienen sus propios pellejos pendientes por salvar?"

La transmisión tembló, líneas danzando por el monitor. Luz artificial opacó la mirada detrás de los lentes del doppelganger.

"Podemos recordarnos mutuamente que no debemos perder esperanza, Sailor Star Fighter."

("Tú me has dado esperanza… ¿Por qué no puedo yo darte esperanza también?")

Hener Tsukino cubrió su frente parcialmente con una mano temblorosa. El recuerdo cortó por su mente con filo limpio.

"…Estamos seguros de que trabajando juntos podríamos contrarrestar esta aniquilación."

Inclusive antes de que la decisión final se manifestara, Shingo leyó las señales. Como lo había dicho ya, todo estaba en el lenguaje corporal. Sailor Star Fighter era testaruda y paranoica, resultado del mundo que la había moldeado por la última década de su existencia.

"Debemos declinar."

Una pausa.

"Fighter." Sailor Healer se escuchó más cerca, sus tacones marcando su súbito regreso. "No puedes decidir por la Emperatriz."

"Vamos, Healer, no puedes estar considerando las locuras que este tipo está diciendo—"

"Que no lo creas es irrelevante. Es Kakyuu quien debe tomar la decisión si esta transmisión es fraudulenta o no."

"¡Bah!" Fighter soltó una mano al aire en impaciencia. Shingo torció su cabeza en el ángulo afortunado, para que su rostro no fuera víctima de su puño volador.

Sailor Star Healer, por su parte, reemplazó a Konnel Fighter a empujones en la estación de Shingo. Sus ojos se agrandaron al tener un vistazo del dueño de la voz, que sólo había escuchado por los comms.

Lo consideró por una pauta.

Determinación brilló por su mirada esmeralda.

"Necesitamos evidencia de lo que afirmas."

Aunque su contraparte buscó por captar la atención de Shingo para tratar de negociar, todo intento fue evadido. El muchacho no tuvo opción más que darle cara a Healer por su cuenta.

"Seguro. ¿Qué clase de evidencia…?"

"Necesitamos verificar la existencia de este supuesto mundo alterno en el que habitas. ¿Están dispuestos a recibir emisarios?"

"¡Por-Por supuesto! Podemos coordinar una campaña para recibir a un emisario en buena fe—"

Fighter se interpuso. "¿Quieres demostrar buena fe? La próxima vez evitar interferir con nuestra señal si no tienes permiso. Si nos hackeas de nuevo, mandaré mis tropas por la Stargate y no necesariamente para negociar, ¿queda claro?"

"Fighter, ¿podrías calmarte? ¡Astros, para de pensar con la cabeza caliente!"

"¡Sólo digo! ¡Si quieren ser aliados, debemos estar en el mismo nivel!"

"¡Komman!"

El alarido de alerta de Sailor Developer se comió la riña con una sola palabra.

La atención de Hener Tsukino inmediatamente voló al pedestal de la Stargate en el piso inferior. Su sangre se enfrío. Su corazón se cayó a sus botines.

"No…" Shingo sintió sus piernas moverse. "¡Komman Tsukino, deténganse!"

Escalando la rampa, Perséfone hizo caso omiso del comando de su padre. La Mayor se había armado con una ametralladora de plasma y una mochila compacta de elementos vitales para exploración extra-planetaria. Shingo emitió maldiciones. Perséfone ya lo había pensado detenidamente, si ya se había preparado. Sin duda, había usado la alegata entre las Star Senshis para llevar a cabo su propia misión suicida.

"¡Komman! ¿Qué cree que hace?" La voz de Sailor Fighter se les unió.

A centímetros del vórtice de la Stargate, Persii se dio media vuelta. "Soy una fiel servidora de la Emperatriz. Si necesitan evidencia, Konnel Fighter…" La chica levantó un hombre lánguidamente, fresca ante el peligro. "Evidencia, conseguiré."

"¡No!" Shingo fue frenado de llegar a la rampa por cuatro soldados. "¡Konnel Fighter, no lo permita! No tenemos idea de lo que pueda existir del otro lado. Komman Tsukino podría ser desintegrada en el agujero de gusano—"

"Es bueno que sea sustituible, entonces." Persii ofreció. "Al menos así sabrán que esto es una farsa sin haber sacrificado oficiales de alto rango y más recursos. ¡Piénsenlo! Es una situación de ganar-ganar." Sonriendo, la mujer elevó su mentón hacia la estación donde las Sailor Starlights le analizaban. "¿Entonces qué? ¿Tengo permiso de abordar la Stargate, Konnel?"

Shingo forcejeó con los oficiales, el centro de su pecho comenzando a arder.

Sailor Star Fighter no lo pensó dos veces.

"Lo tienes, Komman Tsukino."

De espaldas, y con una sonrisa optimista, Shingo presenció a su hija lanzarse a lo desconocido.


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Fin de Epílogo.

[Continuará en Volumen V.]

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NdA: ¡Ja! A que no esperaban un Epílogo, ¿verdad? Esta idea la tenía dando vueltas, pero no había tenido tiempo para darle la forma que deseaba. Sin embargo, me ha gustado mucho el producto final. Una probadita de lo que se viene.

Sé que ha transcurrido mucho tiempo desde que vimos a ALT!Shingo y a la preciosa Persii-chan, así que aquí le van unas cuantas actualizaciones para que entiendan mejor lo que les ha sucedido en esta realidad, una vez llegados a Kinmoku:

(1) Las dimensiones alternas no son lineales, es decir, el tiempo transcurre de forma distinta.

(2) En Atravesé Fantasmas para Llegar Aquí Shingo tenía 19 años; Persii, 4 años. Habían transcurrido 2 años desde que Sailor Galaxia había sido eliminada por Sailor Cosmos en esa realidad, y desde que las Sailor Starlights y Kakyuu había sido despachadas de vuelta a Kinmoku con sobrevivientes. Fue en este punto donde Usagi de la línea principal había sido transportada.

Aquí les va una línea del tiempo:

Shingo - 10 años - Batalla contra Metalia donde muere Endymion y Sailor Moon (14) se corrompe (básicamente durante la primera temporada de la serie). Procede a asesinar a las Inner Senshis (14).

Shingo - 15 años - Concepción de Perséfone. Asesinato de Sailor Uranus (19), y Sailor Neptune (19).

Shingo - 16 años - Sailor Pluto encuentra a Hotaru (17) en el campamento de sobrevivientes y la despierta como Sailor de la Destrucción. Sailor Saturn se enfrenta a Sailor Moon y perece. Sailor Pluto por igual. Sailor Cosmos nace.

Shingo - 18 años - Llegada de Kakyuu y las Starlights a la Tierra en busca de ayuda. Las Starlights tenían 21 años, ya que en este fanon, tardaron más tiempo en encontrar la Tierra. Culpemos a Sailor Cosmos por querer retrasarlas. Muy probablemente no deseaba invasores. Sailor Galaxia llega por igual pero es exterminada. Sailor Cosmos cede a los sobrevivientes de Japón a Kakyuu, menos a Shingo y a Perséfone (2).

Shingo - 19 años - Llegada de Sailor Moon de la línea Primordial (17). Sailor Cosmos tenía aprox. 25 años. Shingo y Perséfone (4) son mandados a Kinmoku.

Shingo - 34 años - 15 años después de arribar a Kinmoku. Persii tiene 19 años. Sailor Starlights - 38, Chibistarlights - 35.

(3) Shingo había estado seguro de que sus padres habían sido asesinados por Sailor Cosmos, pero porque merece algo bueno en su miserable vida, quise que al menos Mamá Ikuko sobreviviera.

(4) Al haber sido asesinada, Sailor Galaxia no fue purificada y las semillas estelares que había capturado no fueron liberadas. Por ende, la gente que había muerto por la Vía Láctea permaneció caída. Lo que nos lleva al siguiente escenario:

(5) El universo donde ALT!Shingo habita es uno de los más deplorables. Imaginen todos los planetas que cayeron ante los ataques de Sailor Galaxia y que no fueron restaurados. En esta dimensión, Magnus sí fue aniquilado, y la mayoría de la población de Kinmoku. Por ello, el Distrito Froid fue aniquilado por igual, lo cual significa que Kakyuu siguió en poder, sin enfrentar rebeliones. Utilizando la Stargate de la capital, Kinmoku solo tiene como opción tratar de crear alianzas con planetas vecinos (o remotos) por la galaxia para conseguir provisiones y seguir sobreviviendo. Así nació la Unidad de Comando StarG, para dirigir esas expediciones. Kakyuu se convirtió en Emperatriz por razones que exploraré hasta en el otro volumen.

(6) Otro punto: vimos que ARQ arrestó a Láquesis en el final de este Volumen, sin embargo, desconocemos el daño que la Moira haya dejado desencadenado por el multiverso. Recuerden que robó el Cristal Dorado por una razón. Otra trama que se explorará más adelante.

(7) Por último, la realidad alterna a la que Perséfone partió ES UNA SORPRESA.

¡Beshos! Espero les haya gustado reencontrarse con Shingo y Persii!