-:- Reencarnación -:-

Capitulo 1 El renacer de las almas vengativas

Una oscura sombra se movía por entre los árboles. En la mano izquierda llevaba un báculo y en la derecha una lanza negra excepto por la punta que era de metal, y como tal, era de color gris.

Cuando salió de debajo de la sombra de los árboles del bosque, se pudo ver a una joven de unos 19 años, tenía el pelo castaño oscuro y unos ojos color miel enormes, llevaba una armadura roja y negra y una falda de piel de color negro atada por una cinta roja.

Tras ella venía una especie de sapo del tamaño de una pelota de playa, el bicho en cuestión tenía la piel verdosa y escamosa y unos ojos rojos y saltones.

"¿Estas seguro de que es por aquí Echi?" – preguntó la chica, mirando al sapo sin dejar de correr

"Por supuesto que es por aquí" – exclamó la bestia medio indignada – "Su venerable padre me indicó el camino antes de morir"

"¿Y estas seguro de que nos ayudarán cuando sepan en nombre de quien venimos, Tengo entendido que papa les tendió una trampa" – dijo la chica mirando hacia el frente divisando una cascada – "¿Es esa cascada la que te dijo papa?"

"Por supuesto señorita Rieko, esa es la cascada… y referente a lo de la trampa…"

"¡Cállate quieres! No quiero saberlo… ya he tenido muchos problemas por traiciones que hizo papa, no me interesa enterarme de que le hizo a ellos…"

"Pero señorita… debería interesarle, esos hombres son asesinos y cuando se enteren de quien es usted hija, no se quedaran de brazos cruzados…"

"Bueno, ya llegamos a la cascada… ¿Y ahora que?" – dijo Rieko

"Su venerable padre dijo que tras la cascada número 3 del bosque del este esta la entrada a la estancia en la que reposan los huesos de esos asesinos"

"Entonces… tras esta cascada… debe haber una entrada…" – dijo Rieko, fijando la vista en la cascada – "El único problema es que yo no veo ninguna entrada"

"Quizá la señorita debería utilizar el báculo que le entrego su padre…"

La muchacha miró su báculo y tras pensárselo un poco se situó enfrente de la cascada, en medio del agua y comenzó a recitar un sortilegio que su padre le enseñó de pequeña, de golpe el agua que caía por la cascada comenzó a dividirse y fue apareciendo la entrada… era como una cueva pero con la entrada muy estrecha.

"Genial, es la entrada… ¡Vamos!" – la chica salió corriendo hacia la cueva y pasando por encima de unas cuantas rocas… legó por fina a lo que parecía la entrada de la cueva – "Entonces… por aquí deben estar los restos de esos hombres…" – y girándose hacia su acompañante dijo – "Quizá deberías explicarme que fue lo que hizo mi padre a estos guerreros"

"Por supuesto señorita" – dijo el Echi – "Su padre, resucitó hace algunos años a 7 hombres para que trabajaran a su servicio y mataran a un enemigo, aquí, en la cueva encontraremos los cuerpos de 6 de los hombres, pero el último, el líder del equipo no lo encontraremos aquí… y ahí es donde tendremos problemas… los demás hombres solo obedecen ordenes de su líder… y el líder descubrió todos los planes de su padre, por lo que su padre lo traicionó, escondiendo el cuerpo… y aunque supiéramos donde está… no creo que nos quisiera escuchar…"

"Eso significa… que no sabes donde está el líder…" – dijo Rieko – "Por ahora nos concentraremos en resucitar a los demás… y mientras tanto que uno de los tuyos se entere de todo lo que pueda sobre el paradero del cuerpo del líder de la tropa…"

"Entendido señorita" – dijo Echi y sacando de entre sus pertenencias una hoja de nenúfar… la lanzó al aire… la hoja tomó forma de rana y cayó arrodillada a los pies de Echi

"¿Me habéis llamado señor Echi?" – dijo la rana con una voz melodiosa

"Sí, necesito que tu y tu equipo averigüéis el paradero de algo…"

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Rieko y Echi llegaron por fin a la sala en la que reposaban los cuerpos de los 6 guerreros. Habia 6 ataúdes sin tapa, con los cuerpos como nuevos sin un solo rasguño ni herida…

Había uno que, la verdad, tenía un aspecto nada parecido al de un humano. Primero estaba su altura… era muy pero que muy alto, tenía colmillos y en vez de dedos tenía garras.

El del siguiente ataúd era también muy grande, pero no tanto como el anterior. Este era como un androide, tenía partes del cuerpo con carne y otras hechas con hierro.

El de al lado era una especie de enano, era muy bajo, no levantaba ni dos palmos del suelo y tenía una cara horrible.

El siguiente era un hombre calvo y corpulento con dos paralelos lilas que atravesaban su cara por los ojos y en el centro de la frente una "V".

El siguiente era un hombre de cabellera alborotada y marrón, en las manos llevaba dos guantes con garras incrustadas, y en la cara tenía dos garras en las mejillas y dos más en la frente, todas de color verde.

Y el último de ellos, que a primera vista confundieron con una chica, era un hombre de pelo castaño, con los labios pintados, una orquilla sujetando el moño que llevaba y las marcas de los colmillos de una serpiente en las mejillas.

Las ropas que llevaban, eran los típicos yukatas con armaduras, excepto el último, que llevaba un kimono rosa con flores verdes y el calvo, que llevaba ropa de monje…

Rieko, con Echi pegado a ella, se aproximó a uno de los ataúdes.

"¿Quién crees que es el segundo al mando?" – le cuestionó a su acompañante reptilinio – "¿El calvo o el de las garras de acero?

"Evidentemente, mi señorita, es el del primer ataúd" – dijo Echi – "Es el que más respeto impondrá en sus compañeros…"

"La altura no lo es todo para impresionar a un equipo de mercenarios" – dijo Rieko "Lo verdaderamente importante es que el equipo confíe en ti… así no te traicionaran"

"…¿El enano?..." – Cuestionó Echi

"¿Me tomas el pelo?... Ser bajo es lo mismo que ser alto… si tus mercenarios no te toman en serio… no te sirve de nada la altura" – Rieko miró a su acompañante – "Pero, quizás tu… al ser más grande que la mayoría de tu especie… has conseguido que te obedezcan… pero no en todas las especies pasa igual… en los humanos no pasa así.."

"¿Usted cree que llegaré a ser un buen líder para los míos?" – Echi comenzó a hacer poses

"Pftt… jejejejejeje" – Rieko comenzó a reir – "¿Se puede saber que demonios dices?... Bah… pongámonos manos a la obra"

Rieko se situó al lado del hombre con guantes de garras y con su báculo en alto comenzó a recitar un hechizo, el báculo se iluminó y un aura dorada rodeó a Rieko. Al acabar de recitar el hechizo, una bola de energía salió del báculo y se estrelló contra el hombre. Este, poco a poco, fue abriendo sus ojos. Tenía los ojos marrones y muy grandes. Al principio su expresión mostraba sorpresa, pero rápidamente cambió a una expresión de enojo.

"¿Qué demonios estáis mirando?"

"Em… bueno, esto… yo… esto, yo no… bueno… esto…"

"Te hemos revivido y mirábamos si el conjuro había dado resultado" – comentó Rieko, cortando las palabras de su tartamudo sirviente.

"¿Revivido? ¿A mi?" – El hombre comenzó a mirar a su alrededor, cuando de pronto todas sus memorias volvieron a su cabeza – "oo aniki, ¿Dónde está mi Oo aniki?"

"Aquí están tus compañeros… excepto tu líder, están todos aquí" – dijo Rieko, dejando ver los demás componentes de la banda, inertes en los demás ataúdes.

"Ninguno de estos es mi Oo aniki… ¿Dónde está? ¿Dónde está el líder? ¿Y porque no despertáis a mis compañeros?" – exigió el hombre de pronto, tras observar a los 5 hombres restantes.

Rieko y Echi se miraron.

"Tu líder no está aquí… ahora despertaré a tus compañeros, tal y como lo hice contigo, solo que necesitaba hablar primero con el segundo al mando…" – dijo Rieko.

"Yo soy el cuarto al mando… el segundo es Renkotsu…" – dijo el hombre. – "El de vestimenta de monje"

"Bien… iré a despertar a los demás… y contestaré a todas vuestras dudas…" – dijo Rieko.

15 minutos después ya estaban todos despiertos y hablando emotivamente entre ellos. Rieko y Echi los observaban desde una esquina, sentados en una gran roca de la cueva mientras observaban el emotivo reencuentro.

"Sintiéndolo mucho, debo interrumpiros… tengo que explicaros el motivo de que estéis vivos de nuevo…" – dijo Rieko aproximándose a los 6 asesinos.

Echi venía tras ella callado sin abrir la boca ni para respirar.

"En primero, mi nombre es Rieko y soy una Youkai de tipo lobo y este es el general de la guardia privada de mi familia… su nombre es Echi y es un demonio de tipo reptil" – Rieko comenzó con las presentaciones – "Mi madre era una Youkai de tipo lobo, hermana del actual jefe de los lobos del este, Koga, mi padre obligó a mi madre a tener… relaciones con él y nací yo…"

Los 6 asesinos miraban a la chica sin entender que tenía todo eso que ver con su historia.

"Mi padre fue un demonio muy malvado odiado por todos… su nombre era… Naraku…"

Los 6 abrieron los ojos enormemente comenzando a poner atención a lo que decía la chica.

"Cuando Inuyasha mató a mi padre… los lobos de la manada me explicaron todas las barbaridades que llegó a hacer mi padre…" – Rieko miraba al suelo en ese momento, incapaz de mirar a la cara a ninguno de los hombres – "También me explicaron que mi padre… os traicionó… y yo pensé, que quizás… podríais ayudarme…"

"¿Ayudarte en que?" – preguntó Renkotsu

"Kagura, Kanna, Kaguya y todos los engendros que Naraku sacó de su cuerpo están intentando vengar su muerte y intentan acabar conmigo, con Inuyasha… con todos los que odiamos a Naraku… por eso pensé que ya que vosotros fuisteis traicionados por mi padre me ayudaríais a devolverlos con su creador al infierno… a cambio, os dejaría con vida… no necesitáis la esfera para vivir… os he revivido con hechizos… no dependéis de la efera… y… también, estoy buscando a vuestro líder… por lo que se… mi padre lo escondió para que nadie lo encontrase jamás y así se aseguraba de que nadie lo pondría en contra suya…"

"Si se trata de Oo aniki… estoy dispuesto a ayudarte…" – dijo Jakotsu

"Sí, yo también te ayudaré" – dijo Suikotsu

"Y yo" – dijo Mukotsu

"Supongo que podría ayudarte…" – dijo Renkotsu

"Si Renkotsu va, yo también" – dijo Ginkotsu

"Yo voy a donde vayan mis compañeros" – dijo Kyokotsu

"Sí… vengaremos que no lo dejase descansar en paz…" – dijo Jakotsu y los otros 5 afirmaron.

A la chica se le escapó una hermosa sonrisa. La verdad es que antes de recibir la afirmación por parte de los 6 guerreros estaba muy asustada, pensaba que iban a matarla por ser hija del maldito Naraku… pero en esta ocasión le había salido todo bien… por fin podría hacer desaparecer a los esbirros de Naraku…

"Bien, pues seguidme…" – La chica se puso de pie y comenzó a caminar hacia la salida. Echi la siguió de inmediato… tras ellos venían Suikotsu y Jakotsu… más atrás iban Mukotsu y Kyokotsu hablando animadamente y tras ellos Ginkotsu y Renkotsu, el último subido encima del primero.

Cuando salieron de la cueva y atravesaron la cascada vieron que la luz del sol no era tan brillante como al entrar por la mañana… estaba atardeciendo…

Caminaron por el bosque hasta un claro, allí los esperaba un dragón rojo con ojos rojos… el animal recibió a Rieko y a Echi acercándose a ellos y ayudándolos a subir a su lomo.

"Draco… podrían subir estos 6 hombres a tu lomo… vienen con nosotros…" – el dragón miró a los hombres y tras la pequeña revisión se agachó permitiendo que subieran a su lomo.

Volaron una media hora atravesando 3 bosques y unas 20 aldeas hasta que a lo lejos divisaron una fortaleza y dentro un castillo o mansión enorme y por las murallas varios soldados y guardias. En el patio delantero había lo que parecían ser 2 unidades de guerreros reptiles, como Echi. Y por toda la zona un montón de youkais lobo.

El dragón aterrizó en el patio trasero y allí los 6 guerreros, la chica y el reptil bajaron del dragón y se adentraron en la mansión.

"Aquí reclutamos a todos aquellos que odian a Naraku y a los suyos… ya sean demonios o humanos…" – explicó Rieko al adentrarse en la mansión y haber visto a varias personas y Youkais.

"Entonces…" – dijo Jakotsu con una mirada soñadora – "Inuyasha… tambien está aquí… y lucharemos lado a lado…"

"No, Inuyasha no está aquí… él está afuera buscando con su grupo el cuerpo de vuestro líder… pero sí… lucharemos lado a lado" – dijo Rieko.

"¿Pero dormiremos bajo el mismo techo?" – preguntó Jakotsu ante las miradas horrorizadas de sus compañeros de armas.

"No, Inuyasha y los suyos no confían plenamente en mi… ni en todos los que aquí estamos reunidos… aunque se que tampoco ayudaran al grupo de mi padre… no se muy bien porque… pero se que al final nos ayudaran a nosotros, igual que ahora nos ayudan buscando el cuerpo de vuestro líder" – dijo Rieko.

"Ahora os mostraré vuestros aposentos… y una vez colocados os diré todo lo que podéis hacer…" – Rieko subió a la tercera planta y allí abrió una puerta y dejó que los hombres viesen la habitación.

Era una habitación espaciosa y muy lujosa, había 3 camas, 1 lavabo, y un armario con comida y bebida.

"Aquí dormiréis tres de vosotros… los otros 3 en la habitación de enfrente y vuestro líder, cuando lo encontremos, dormirá en la habitación de aquí al lado…" – dijo Rieko. – "Ahora acomodaos en el suelo, os explicaré lo que podéis hacer…"

Los 6 obedecieron y se sentaron en el suelo, enfrente de ella y de Echi.

"Como habéis visto… aquí podréis entrenaros para el día en que nos enfrentemos al ejercito de seguidores de Naraku… En el patio delantero se entrenan los reptiles… en el bosque Norte están los youkais entrenando con el bosque… y los humanos están en el bosque sur… también podéis vigilar junto a los guardias en las murallas o en las torres y si lo preferís, podéis ir a buscar a vuestro líder... yo he mandado a un grupo de reptiles a buscar… pero también está el grupo de Inuyasha… ellos son los que más info…." – Rieko fue interrumpida por un humano que abrió la puerta. Por la vestimenta, parecía un soldado, llevaba una armadura y una lanza…

"Señorita Rieko…" – exclamó el hombre

"¿Sucede algo?" – preguntó Rieko

"Es Inuyasha… el grupo de Inuyasha se acerca por el oeste…" – el hombre parecía extremadamente feliz – "Por fin han decidido unirse a nosotros"

"No lo creo…" – dijo Rieko levantándose para recibirlos y girándose a los guerreros les dijo – "Si queréis podéis venir conmigo…"

Los 6 hombres junto a Echi y el soldado siguieron a Rieko por las escaleras para recibir al grupo de Inuyasha…

CONTINUARÁ