—¡Todos acérquense!— una chica alzo su voz invitando a su grupo a reunirse— Tomaremos la foto enfrente de la entrada.

Por fin el último día había llegado, los tres años del curso de héroes habían culminado y una nueva generación se alzaba para ayudar a la sociedad. A simple vista el grupo era como cualquier otro, pero solo los de la clase A saben de las cosas que tuvieron que pasar, más que nada aquellos dos jóvenes héroes.

Aizawa Shouta e Hizashi Yamada.

Desgraciadamente, el trabajo de héroe conlleva tareas difíciles, con cada práctica nueva que hacían ellos como aprendices tenía que ir asumiendo que su vida podría correr peligro y mucho más cuando sus prácticas en la agencia comenzara. Nadie se esperó que un estudiante de verdad falleciera, a sus 17 años Shirakumo Oboro, conocido por su nombre de héroe Loud Cloud, murió tras unos escombros en su labor por salvar unos niños de un villano, nada más hubo un testigo de tal hazaña y ese fue Aizawa.

Fue en ese momento que su distanciamiento comenzó.

En un principio a Aizawa le era indiferente Hizashi, era otro chico ruidoso de la clase, pero cuando llego Oboro igual de molesto, de alguna manera pudo conocerlo mejor y su cercanía se hizo un poco más íntima. Se podría decir que el haberse hecho amigo de esos dos locos le ayudaron a progresar ciertos aspectos de él, su interacción social mejoró, no tanto para hablar con todo su grupo, al menos ya no era tan arisco con la gente. Él sonreía más y empezó a ver la vida de otra forma.

Por desgracia después de la muerte del chico de las nubes volvió a sus viejos hábitos. El dolor en su corazón era demasiado grande y no quería lidiar con la gente, más porque su grupo y profesores sabían que él y Oboro fueron amigos y por alguna razón no dejaban de hablar sobre eso. Era tan molesto para Aizawa, ya que no dejaba de recordar esos últimos momentos de vida, él solo quería olvidar todo lo relacionado con Shirakumo y eso incluía a Hizashi.

El rubio por supuesto sintió la soledad llegar a él, a pesar de que era más extrovertido que el moreno y se llevaba bien con todos no podía evitarse sentirse triste por el trato del pelinegro, después de todo estaba enamorado de él y su repentino rechazo lo tenía tan confundido que no supo lidiar con esa situación.

¿Es porque él procesó más rápido la muerte de su amigo que Aizawa? Nunca llego una respuesta y aun así él se esforzaba por mantener su cercanía con el moreno, aunque tuviera que acompañarlo en silencio en el almuerzo o sus sesiones de entrenamiento, él siempre lo seguía.

—¡Vamos júntense antes del que clima empeore!— La misma chica agito sus brazos para llamar la atención de sus demás compañeros. Un poco de lluvia comenzaba caer sobre el lugar.

—¿Hmm?— El rubio de gafas volteo a todos lados en busca de una cabecilla color negra— ¡Esperen! Falta Aizawa.

Hizashi se apartó un poco del grupo que comenzaba a acomodarse para tomar el retrato, entre los graduados y padres que iban y venían pudo observar a lo lejos la cabellera negra de su amigo, se alejaba poco a poco de la entrada.

El corazón de Hizashi se encogió y una sensación molesta se posó por encima de su estómago, él estaba consiente de que como se habían desarrollado las cosas en estos dos años, si dejaba ir a Aizawa en ese momento posiblemente jamás volvería a hablar con él. Se adelantó corriendo para acercarse a su amigo y cuando llego a estar unos metros de él, con su quirk quiso elevar su voz para llamar su atención, sin embargo, antes de poder emitir algún sonido sintió como su voz se había ido. Sorprendido dirigió su mirada al pelinegro quien con sus destellantes ojos rojos lo observaba junto a una media sonrisa, su quirk había sido borrado.

—Lo siento Yamada, pero esta será la última vez— hablo antes de retomar su rumbo y abandonar el sitio.

El rubio no pudo evitar sentirse triste, conocía demasiado bien a Aizawa como para saber que no cedería por lo que no hizo nada por detenerlo y frustrado volvió con su grupo para enmarcar su último día como estudiante.

Las nubes se despejaron, los bellos cerezos florecieron, se secaron y volvieron a florecer. La primavera se convirtió en un caluroso verano y después en un templado otoño. Cada día más en las noticias se podía apreciar el surgimiento del héroe popular All Might, la nueva agencia del héroe de las llamas Endeavor y un anuncio sobre la estación de radio popular llamada "Put Your Hands Up Radio" que transmitía todos los viernes de 10 pm a 6 am.

—¡Buenas noches Eraserhead!— saludo un chico como de costumbre al ver pasar al apático héroe entrar al edificio de departamentos.

—Hmm— Aizawa devolvió el saludo de forma monótona.

Para su mala suerte la patrulla del día había terminado tarde, su vecindario era bastante tranquilo, sin embargo, ese día un grupo de villanos decidió hacer estragos y le toco trabajar más. Subió las escaleras hasta llegar al tercer piso, recogió el correo que estaba metido entre la puerta y la pared, cupones de descuento en artículos de gatos y algún aviso por parte de la policía sobre sus reportes, por supuesto se le había olvidado enviar el de la semana pasada.

La puerta se abrió y entró en su vacío apartamento, no era una persona que le gustara comprar mucho (no era tacaño, simplemente gastaba en lo necesario), se quitó las botas y se dirigió a su baño para darse una larga ducha.

Si, así era la rutina del héroe borrador, vacía y solitaria, pero así le gustaba a él.

Al egresar de U.A se dedicó a ahorrar para mudarse a otro vecindario de Tokio, no quería pasar más tiempo ahí pues ya no quería recordar, sus padres no lo cuestionaron, ellos de antemano sabían que su hijo podía ser bastante independiente así que no debían preocuparse. En sus primeros meses como héroe se dedicó a cazar criminales que ya estaban fichados, los entregaba a la policía y cobraba su recompensa, busco apartamentos por el barrio de Naruhata y ahí fue donde finalmente termino. Llamaba de vez en cuando a su familia para que supieran que estaba bien, Aizawa por lo general no aparecía en la televisión como otros héroes así que a veces era difícil saber sobre él.

Salió del cuarto de baño, un poco más relajado, pero igual de cansado como para no hacer su entrenamiento nocturno. De su refrigerador saco una charola de comida rápida que solía comprar en el Konbini de la esquina, se sentó en aquella mesa que solo contaba con una silla y en silencio comenzó a ingerir sus alimentos.

Podría haber seguido su rutina de comer en silencio, pero ese día estaba deseoso por escuchar algo de música, conecto su celular a una pequeña bocina que tenía y puso una estación de radio al azar, ya que no tenía discos en su biblioteca. Una canción americana sonó al instante, no era fanático, no obstante el ritmo lento le gusto.

—¡Hey, Hey, Hey!— Una voz chillona se escuchó al cierre de la canción, una voz que no había escuchado en mucho tiempo— ¡Good night my new listeners! Espero la canción pasada les haya gustado, esta banda la descubrí cuando tenía 15 años ¡Hace bastanteeee tiempo! Pero esa canción ha envejecido bien ¿no?

La voz pertenecía a quien alguna vez fue su amigo, Hizashi Yamada o como se le conocía en la actualidad "Present Mic el héroe de la voz". No pensó que la pequeña estación de Hizashi siguiera transmitiendo, ya que solo fue un tonto proyecto que había comenzado cuando estaban en U.A.

Se sintió nostálgico pues llevaban cinco años sin comunicarse, Aizawa había decidido en cortar todas sus relaciones en U.A cuando aún estaba deprimido por lo de Oboro. El rubio no era una mala persona y mucho menos un mal amigo pues en parte fue su apoyo en esos dos años y sinceramente nunca entendió por qué siempre estaba a su lado.

—La siguiente canción que escucharan a continuación es muy especial para mí, es una de mis favoritas y por el día tan especial que es hoy se la dedicaré a una persona que quiero mucho— una risilla se escuchó— aunque dudo que me esté escuchando en este momento.

"¿Acaso por fin encontró a alguien que lo aguantara?" Pensó divertido el pelinegro atento al parlante, a su perspectiva el rubio era demasiado molesto, junto a Oboro se burlaban de que difícilmente encontraría una linda chica que aguantara sus gritos.

La canción comenzó a sonar, el sonido de una guitarra a un ritmo alegre y acelerado, una voz masculina británica, por supuesto que Aizawa recordaba el gusto de su amigo, le encantaban las canciones de los 70's, 80's y 90's, especialmente las del género rock. La melodía se le hacía conocida, posiblemente la había escuchado junto a él alguna vez.

Y entonces la letra cobro sentido haciendo un clic en su cabeza.

El rubio se encontraba danzando mientras escuchaba aquella armonía, sus amigos lo contemplaban con una sonrisa ya acostumbrados a su animada personalidad.

—¡Zashi llevas escuchando esa canción desde hace dos días!— comento el chico de la nube— La vas a terminar odiando.

—¡Te equivocas amigo mío!— se defendió apuntando con su dedo— ¡Estoy enamorado!

Los tres chicos que estaban sentados en el suelo lo miraron extrañados, eso era nuevo en el rubio.

—¿Acaso la chica de la clase B por fin te dio una oportunidad?— comento Aizawa pensando que si era cierto, algo debía andar mal con esa mujer.

—¡Cl-claro que no!— la cara del rubio se volvió roja ante la mención— ¡Hablo de la canción!

"Oh si, eso es más creíble" supusieron al unísono los tres adolescentes.

—Yamada en verdad eres muy raro ¿no prefieres enamorarte de algo real? - una chica de cabello negro azulado se burló mientras consumía sus alimentos.

—¡Si, si! Como de una chica hermosa— Shirakumo observo embobado a Nemuri, no era secreto que él tuviera un crush en ella.

—¡No me puedo creer lo que me dicen!— con un gesto dramático señalo a Oboro y Nemuri— Me lo podría esperar de Shouta que no aprecia el arte de la música.

—¡Oye!— reclamo el pelinegro pero fue ignorado.

—Pero ustedes… ¡La música es algo real! - su gesto cambio y de nuevo se puso a danzar— Aparte si estoy enamorado de alguien.

—¡¿Qué?!— Nemuri y Oboro abrieron sus ojos ante la confesión y emocionados se acercaron al rubio para sacarle más información.

Por parte de Aizawa quien no estaba interesado en esas cosas, solo movió sus hombros y mejor se dedicó a mirar fotos del gato de su compañera.

—¡Es un se-cre-to!— hablo el rubio juguetón— Algún día le profesaré mi amor con esta canción.

—¡Oh vamos Yamada!— reclamo Oboro— ¿No es la chica de la clase B?

—No— el rubio se volteó y con discreción miro a su desinteresado amigo Shouta— Solo diré que es una persona increíble.

El ruido de una alerta en su celular lo trajo al presente "¡Feliz Cumpleaños Aizawa Shouta!" , era la notificación de su calendario y no pudo evitar sonreír, ese tonto incluso después de tanto tiempo seguía pensando en él.

Busco entre sus contactos el número de una antigua compañera, seguro de que ella tendría el correo del héroe de la voz, quizá era momento de arreglar aquella relación.

En algún otro lugar de Tokyo, dentro de una cabina de locución Present Mic se encontraba feliz, pues un correo electrónico de aparentemente una dirección desconocida le había llegado, era una invitación para beber por parte de su viejo amigo Aizawa. Era el primer contacto que recibía de él en años y aunque por un momento dudo en contestarle su corazón hablo por él y fijo una fecha para reunirse.

Aquel sentimiento por el pelinegro nunca se esfumó.

Entre recuerdos y explicaciones los dos hombres abrieron su corazón al otro, intercambiaron números, se pidieron disculpas y finalmente ya un poco ebrios alguien profeso su amor. Pasaron años para que empezaran a salir oficialmente, pero al menos se habían vuelto a reunir y no volverían a soltarse de nuevo.