VI
Muy cerca de las afueras del castillo, un par de niños se dirigen a la ciudad, quedándose atrás uno de ellos…
-Taro… ¡Taro¿qué haces!-
-No oyes, Yuuko, es hermoso-
-¿Oír qué?-
-Esa melodía, pon atención-
-¡Wuau! Es preciosa¿de donde viene?-
-Del castillo… creo-
-Transmite una melancolía… una melancolía furiosa-
-Eso es contrastante Yuuko-
-Sí, pero eso me hace sentir… será mejor que nos demos prisa o nuestros padres se enfadaran con nosotros- siguen su camino; en el complejo, Tohma también ha oído la musiquilla, dirigiéndose al gran salón, mira complacido a Ryuichi, que es quien interpreta en el piano; se acerca…
-Eso es precioso, simplemente precioso, hacia tiempo que no te oía tocar así Ryui… ¡Ryuichi, tus manos…¿qué te paso!- este no cesa de tocar, sus nudillos están rotos (al haber golpeado la pared) y por los movimientos de su ejecución, ha forzado sus heridas tiñendo de carmín las blancas teclas del instrumento…
-¡Detente Ryuichi! Hay que vendarte y…-
-¿Para que, si a nadie le importa- azota sus dedos en el teclado
-¡A mi si me importa! vamos-
En la recamara de Shuichi, Eiri lo arropa ya que se ha quedado dormido al hacer efecto el medicamento; en el pasillo…
-No entiendo porqué hiciste esto, Ryuichi- ve salir a Eiri de la habitación- Eiri-san, creí haber dicho que nadie podía molestar a su alteza-
-No molestes Seguchi- mira a Ryu- es una lastima que se haya quedado dormido, me hubiera gustado enseñarle otras cosas- el moreno se gira molesto tomándole del cuello de la camisa lo azota contra la pared, quedando justo en medio de las marcas que dejaron sus puños hace unos momentos…
-¡Tu te atreves a hacerle algo y…!-
-¡Ryuichi suéltalo!... ¡ya basta!-
-Y ¿qué? Sakuma-sensei- mirándolo retador
-….. Usted no es el único que puede cargar con culpas- lo suelta, dirigiéndose a su cuarto, Tohma va tras él
-Eiri-san… Ryuichi espera- en la alcoba- Ryuichi, lo que acabas de hacer fue…-
-Idiota- frente a la ventana
-Yo no…-
-Pues si amar a alguien y hacer lo que sea por ella es ser idiota… ¡pues sí, soy el idiota mas grande del mundo!-
-Tranquilízate, no fue mi intención, anda vamos a curarte-toma las manos del ojiazul pero este se aparta- Ryuichi…-
-Déjame…- el rubio insiste- ¡déjame¡déjame estar solo con estupida forma de amar!- Tohma no da crédito de lo que oye- que ahora que lo pienso nadie mejor que tu debería de entenderme-
-Le pediré a Nakano que venga a atenderte, discúlpame- preocupado cierra la puerta.
Un par de días después, Shuichi ya se encuentra restablecido en un 80 por ciento, Fujisaki le ha llevado la comida…
-Disculpa, Fujisaki-
-Sí, su majestad-
-Y ¿Sakuma-sensei?-
-Sakuma-sensei no ha salido de su habitación en dos días-
-¿Qué? pero ¿por qué?-
-No lo se señor, solo nos hemos limitado a llevarle las comidas-
-Gracias Fujisaki, ya puedes retirarte-
Por la noche, Shuichi no puede conciliar el sueño, saliendo de la cama se dirige a una de las paredes que se encuentra cubierta por unas pesadas cortinas, posando su mano sobre ella preocupado. En la habitación contigua, Ryuichi, perdido en sus pensamientos, admira, sentado en el borde que sobresale de la ventana, la ciudad, volviendo de sus pensamientos al oír su nombre…
--Ryuichi…- un par de ojos violetas lo miran cautelosos, sin abandonar su posición, vuelve la vista a la ciudad- Ryu-chan¿estas molesto, sí te ofendí en algo perdóname…- el moreno lo mira indiferente, haciéndolo bajar la mirada
-¡Shuichi, no tienes porqué pedirme perdón- lo abraza efusivamente, restregando su mejilla en la de él jovencito
-¡Ryu-chan!... es que no se porqué pero siento que estas así por mi culpa-
-Eso no es cierto no da, Shu sería incapaz de hacerme sentir mal-
-¡Gracias, yo… etto¿puedo contarte algo?-
-Sip no da-
-No se pero, el que Eiri-sensei haya recitado para mi, me hizo sentir tan bien…-
-¿Eiri-sensei?-
-Sí, incluso creo que lo siguió haciendo mientras dormía porqué oía su voz entre sueños-
-¿Eiri-sensei?-
-Ah, no te dije ya me permitió llamarle por su nombre… Ryuichi ¿qué pasa?- el profesor lo suelta del abrazo posando sus manos sobre los hombros del pelirrosa con la mirada baja- Ryui… Ryuichi... – sin más clava su seria mirada sobre la asustada de Shu, empujándolo a la pared, haciéndolo aparecer de nuevo en su habitación…
-Ryuichi…- recuerda la expresión de este, junto con algo que dijo- "Eiri-sensei"… ¿Por qué habrá dicho e…¿será que Ryu…!-
