¡Hola no da! a un mes de que publique el ultimo capitulo, ya estoy de vuelta hmmn, me da un poco de nostalgia continuar este fic porque ya estoy entrando a la recta final y (como me paso en otro fic) ya me esta dando el remordimiento... bueno, ya los dejo or fa dejen reviews.
XI
-Mmmh… aaah… Ei-Eiri… aah… -ya había pasado un par de semanas de que iniciaran su "relación" y aparentemente todo iba bien. Después de que Eiri se descubriera a Shuichi, las clases particulares fueron relegadas a una última prioridad, ahora lo único importante era amarse en donde fuese. Y el salón de clases era el lugar más común de esos encuentros, con la experiencia de Shu para aparentar cuando alguien interrumpía –perfectamente adiestrado por Ryuichi –les ayudo en muchas ocasiones. Nadie en el castillo sabía de ello, tal vez Tohma era el único que lo sabría pero por su tan peculiar personalidad no lo diría aunque de ello dependiera su vida o al menos que le conviniera. Claro que siempre va a haber alguien que no este de acuerdo con esto…
-Hmm Yuki, esto estuvo… ¿sucede algo Eiri-sensei?
-……….
-¿Hice algo que te molestara?
-Ya me canse… ya me aburrí de todo esto
-Que… ¿qué? pe-pero…
-No le encuentro sentido a estar ocultándonos…
-ah, que alivio pensé que era otra cosa… ¿ocultándonos?
-Dime Shuichi, no crees que ¿sería mejor poder demostrar lo que sentimos sin la preocupación de que nos descubran?
-¿Eh? s-sí pero…
-No Shu, es un sí o un no… nada de peros
-Ah… bueno a mi me encantaría…
-¿Entonces? –"¿entonces?" pensaba Shuichi, entonces si él aceptaba decirles a los de su confianza sobre su relación con Eiri, significaba que también se lo tendría que decir a Ryuichi, lo mas seguro es que el moreno no comprendiera, lógico, pero él se encontraba como Yuki, desesperado al estarse escondiendo. Por ganar una cosa ¿perdería otra? Sintiendo la pesada y fría mirada del rubio, reacciono limitándose a sonreírle.
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Ryuichi, hacía días que no sabía de él, fue a preguntar donde Tohma con la esperanza de saber algo pero este le dijo que Ryu se tomo un tiempo sabático, la presión de la presentación pasada lo había afectado a tal grado que ya se comportaba como una persona "normal". No sabía si se había ido de viaje o solo a pasar unas noches a la ciudad, no sabía nada. Aunque pensándolo bien, la desaparición del músico no le pudo quedar mejor como anillo al dedo, después de su conversación con Eiri, hace ya unos días, pensó que lo mejor era hacerlo ahora que no estaba Ryu, cuando él volviera y se enterara, ya tendría una buena excusa para explicar el porque. Sí, ya estaba decidido hoy en la cena.
La cena, una cena bastante bochornosa en la vida del príncipe, por mas que lo intento no pudo contener sus nervios, primero tiro la copa de agua, hizo volar los cubiertos cerca de la cara de Sakano consiguiendo ponerlo histérico, de un manotazo volteo el plato de sopa casi quemándose la piernas. Todos lo miraban extrañados y explotando grito
-¡Ya esta bien!
-¿Sucede algo, su majestad¿se siente mal? –pregunto Tohma
-¿Eh? ah… Nakano, Fujisaki, por favor acérquense a mi lado –los guardias obedecieron –yo… Hiroshi, Suguru, Nakano-san y Tohma, son las personas en quien mas confió y por eso quiero decirles algo –aclarándose un poco la garganta prosiguió –creo que ya saben de esto pero si no es así, quiero que lo sepan de mi boca que de otro lado…ah… etto… Eiri-sensei y yo… hace poco que somos pareja y… y como queremos que esto sea algo mas serio, decidimos dejar de ocultarlo –guarda silencio, esperando una respuesta sin embargo se encuentra con una queja
-¿Quéeeee¡pero su majestad!... son… son ¡hombres!... ¡piense en su futuro¡en el futuro del reino!
-Por favor Sakano-san tranquilícese, no es para tanto… -pidió Tohma
-Hiroshi, Suguru ¿ustedes…? –cuestiono Shu
-Ah, por nosotros esta bien, es su decisión… pero siendo sinceros ya sospechábamos algo, su alteza –contesto Hiro por los dos ya que Suguru trataba de tranquilizar a Sakano. Shuichi mira a Eiri, quien tranquilo bebe de su copa, dirigiendo su vista a Tohma
-Sabe que yo apoyo la gran mayoría de sus decisiones. Lo único que nos queda es felicitarlo, felicidades su excelencia
-Sí, Tohma tiene toda la razón, solo nos queda decirles felicidades Shuichi, Uesugi-sensei –el pelirrosa gira su rostro asustado al oír la felicitación, encajando su sorprendida mirada en los imperturbables ojos de Ryuichi -¡Hi no da¡Ryu-chan ya esta de vuelta no da!
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La inesperada llegada de Ryuichi al castillo, tomo por sorpresa a Shuichi. Esa noche no pudieron hablar, no porque algo o alguien se los impidiera, simplemente Ryu dijo que estaba cansado y despidiéndose subió a su habitación. Las puertas tenían llave, impidiendo al pelirrosa entrar a la recamara del moreno. Entendiendo la indirecta ceso en su intento de conversar. Por la mañana fue a buscarlo de nuevo pero no lo encontró la alcoba ya estaba arreglada, lo busco por todos lados hasta que reconoció su voz en el despacho del ministro. Por educación, se recargo en la pared de frente a la puerta, a esperar a que el músico saliera.
-Gracias Tohma… di adiós Kumagoro… ¡bye, bye no da!... ¿hmmn? Shuichi ¿vas a ver a Tohma? pasa no esta tan ocupado
-Gracias pero te estaba buscando
-¿A mi no da? bueno, pues ya estoy aquí, dime…
-Es sobre…
-¡Espera! Mejor vamos al jardín –corre tomando de la mano a Shuichi. En el lugar, se tumba en el césped admirando fijamente el cielo, Shu se sienta a su lado sintiendo la fresca brisa
-Shuichi ¿qué querías decirme?
-¿Eh¡ah!... sobre lo que paso ayer en la cena
-Ah, y ¿qué paso anoche?
-Lo que hay entre Eiri y yo
-Eso… ¿qué?
-Yo… yo quería decírtelo antes pero… no sabía nada de ti y pues… lo siento mi intención no era ocultarte algo así…
-Esta bien, no tienes que preocuparte por mí
-¿Qué? pero… lo que sientes…
-Lo que yo sienta no importa, porque la decisión de a quien amaras es tuya y de nadie mas. Tú te decidiste por Uesugi-san y yo lo respeto… en serio, no te sientas mal por mí ni por lo que piensen los demás
-Ryuichi…
-Solo espero que no sufras, que no te hagan sufrir… y sobre todo que yo no me entere que te hicieron daño porque, no se de lo que sería capaz de hacer por protegerte
-Lo- lo siento… Ryu-chan… -solloza, cubriéndose la cara con sus manos
-No, Shuichi, no lo hagas…ah, ven acompáñame –lo ayuda a ponerse en pie, llevándole a dentro del castillo subiendo a las recamaras. Entrando a la habitación de Ryuichi, este toma una maletita que se encuentra aun lado del buró sacando un paquete
-Toma, un regalo
-Pa ¿para mi? lo ¿lo puedo abrir?
-¡Claro! Es todo tuyo
-¡Uaaaah¡golosinas¡gracias, gracias!
-De nada no da… solo una cosa...
-Aquí estas Shuichi, Tohma quiere verte
-Ah, Eiri, sí ya voy… Ryu, no te molesta ¿verdad?
-No, te acompaño yo también voy a bajar –pasan junto de Yuki ignorándolo, desapareciendo en el pasillo.
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En el gran salón, Ryuichi se encuentra en el banco del piano jugando con las teclas de este, acomodándose propiamente, desliza sus dedos ejecutando una linda pieza inundando el castillo. De uno de las columnas aparece Eiri estudiando un librillo, se cerca al piano recargándose en uno de sus lados
-No desempacaste¿tan flojo eres?
-No, solo quiero ahorrarme el trabajo
-¿Ahorrarte, entonces te vas…
-Eso te gustaría ¿verdad?.. ¡ah! un deja vu, recuerdo que esto mismo me lo dijiste tu la primera vez que hablamos
-Es cierto pero esa vez yo no me fui… y tu sí
-¿Por qué estas tan seguro?
-Con solo verte se nota que eres alguien que escapa de sus problemas –Ryu termina la pieza, levantándose camina a un lado de Yuki
-Si no soy Yuki Eiri… además le recuerdo que usted y yo no somos iguales. Por favor no me compare de esa manera… tan feo –esbozando una maliciosa sonrisa. El rubio se molesta por el comentario, el librillo cae al suelo al mismo tiempo que el escritor toma de la camisa al moreno, quien lo mira burlonamente
-Solo tengo una duda, ya le contaste todo sobre de ti a Shu ¿cierto? –el novelista afloja el puño al oír el comentario -¿no? eso si que esta mal –aprovechando la distracción de Yuki lo sujeta fuertemente de los hombros azotándolo en el piano –no toda la vida va a estar Tohma o tu hermana para solucionarte la vida –lo deja, advirtiéndolo –una cosa más, que no me entere que haces llorar o sentir mal a Shuichi porque te vas a enterar de lo que es capaz el tipo loco del conejo –se marcha entonando una cancioncilla de sus tiempos como vocalista, dejando atrás a un adolorido y muy molesto Yuki.
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Por la noche, Shuichi pasa el tiempo en la habitación de Ryuichi, contándole todo lo que hizo en su ausencia y preguntándole al moreno cosas de su viaje
-Eso es genial, y también el que hayas desempacado
-¿Desempacado? Ah, sí, ni modos que dejara la ropa en las maletas ¿verdad?
-Sí, entonces mañana reanudaremos las clases de música y todo volverá a ser como antes
-¿Cómo antes?...
-Sí, porque Eiri aun me sigue dando clases y ahora tu también, no es fantástico… Ryuichi ¿qué pasa?
-Nada… Shuichi¿no te molestaría dormir conmigo esta noche?
-N-no… ¡claro que no! es mas ya estoy adentro
-No vas a avisarle a Uesugi-san
-No, lo vi molesto y cuando esta así nunca le hago caso. No te preocupes, ven durmamos ya –Ryu obedece, metiéndose a las sabanas apaga la luz de la lámpara. Abrazando a Shuichi acaricia su rosada cabellera
-Shuichi, tu sabes que te quiero… que te amo ¿cierto?
-S-sí lo-lo siento…
-Y que así va a ser para siempre ¿de acuerdo? Aunque tú estés en brazos de otro, mis sentimientos por ti nunca van a cambiar. Eso quiero que lo tengas bien grabado en tu cabecita ¿o.k?
-S-sí pero… ¿a que viene todo esto Ryu-chan?
-A nada, solo quería que lo supieras, buenas noches –lo besa tiernamente, acurrucándolo bien en su pecho.
Poco antes de que el sol asome en el cielo, Ryuichi mira por última vez a su amor, haciendo a un lado sus mechones le besa la frente susurrándole
-Te amo, no lo olvides –toma una gabardina y unos lentes oscuros, abandonando la habitación.
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¿les gusto? ojala que sí, aaah, ese Ryu-chan, cada día me encanta mas. Aun hay algunos cabos sueltos que espero atar para que no queden muchas dudas. Gracias por tomarse el tiempo.
