¡Holas!

Aquí el nuevo capítulo, prontito como prometí jejejeje. Espero que os guste, yo me he divertido mucho, y a lo mejor quien ha leído Killing me softly reconoce alguna escena, no exactamente la misma pero con la misma idea XDDDD.

Éste me ha quedado un poco más largo pero preferí resolver el embarazo y el nacimiento en el mismo capítulo, y la última escena es un poco compleja y por eso se ha extendido un poco más. Hay algunas cositas que tengo que comentar, pero mejor lo hago después de que lo hayáis leído.

CAPÍTULO 5: NUEVE MESES DE PENITENCIA

Si ya de por sí era difícil tratar con Bellatrix, más aún lo era estando embarazada. Me daba pánico pensar en la cantidad de tópicos que había sobre el embarazo y la idea de verlos todos ellos reunidos en mi esposa aumentaba mi terror sobre todo cuando empecé a ver que se iban cumpliendo.

Náuseas matinales. Confirmado. Daba igual que hubiera comido o no, pero tenía un reloj en el estómago y todas las mañanas me despertaba. Por suerte era algo que sólo ocurría durante los primeros meses. La verdad es que la comprendía, debía ser algo muy molesto pero lo peor era que ya estaba de mala hostia desde muy temprano.

Que las embarazadas se vuelven más sensibles también quedó confirmado. En el caso de Bellatrix no se traducía en una dulcificación de su carácter o la adquisición de una actitud exacerbadamente cariñosa. Ella parecía haber desarrollado todos sus sentidos hasta límites sobrehumanos. Había cosas cotidianas que de repente le molestaban muchísimo y que tenían fácil solución. Por ejemplo:

- ¡SIRIUS!- gritaba desde el baño.

A lo que yo acudía de inmediato, asustado porque se hubiera resbalado y se hubiera hecho daño o no pudiera levantarse. Después me la encontraba señalando el lavabo como la prueba del delito.

- ¡Has dejado pelos en el lavabo!

Y yo me acercaba y no los veía, pues lo había enjuagado a conciencia sabiendo que eso la enervaba. Después de observar con atención durante varios segundos descubría que había un pequeño pelo que se había escapado. Tras cuatro meses de experiencia decidí que cada vez que usara algo, ya fuera el baño o la cocina o cualquier otra parte de la casa, llamaría a Kreacher para que lo limpiara antes de que a mi mujer le diera un ataque de nervios. Posiblemente aquello era lo único bueno que tenía el tener a ese bicho en casa, que aunque murmurara cosas cada vez que le ordenaba algo, no tenía más remedio que hacerlo. Yo sabía que me odiaba, porque cuando vivía con mis padres no se le escapaba la oportunidad de chivarse para que me castigaran cada vez que hacía algo, cosa bastante frecuente porque yo tenía tendencia a molestarles a propósito y el bicho ese tenía tendencia a estar espiándome. Sin embargo, él parecía adorar a Bellatrix, y ese comportamiento me parecía muy sospechoso.

La parte más problemática era la hora de dormir. Al final acababa durmiendo en una esquinita de la cama porque decía que, en pleno invierno, yo le daba calor. ¡Es lógico¡Estoy vivo, desprendo calor! Empecé a plantearme ir a dormir a otra habitación el día que desperté en el suelo debido a un Crucio. Dios mío, fue el peor despertar de mi vida. Según ella, no la dejaba dormir porque estaba roncando. ¡Yo roncando! Yo no ronco, lo que pasaba es que extrañamente, necesito respirar para sobrevivir. Menos mal que a la tercera vez que me mandó un Crucio, por supuestamente estar roncando, le sugerí que me hiciera un hechizo silenciador si tanto le molestaba que respirara. No podía dejar que durmiera sola por nada del mundo¿y si de repente se ponía de parto o le pasaba algo? Yo tenía que estar a su lado.

Y bueno, eso dentro de lo malo no era lo peor. Lo peor era que debido a su olfato súper desarrollado por poco descubre que iba a visitar a mis amigos. La noticia del embarazo fue recibida con gran expectación por parte de nuestra familia y a las pocas semanas ya teníamos una habitación llena de regalos, ropita de bebé, juguetes y demás accesorios infantiles. Quienes no se lo tomaron tan bien fueron mis amigos, que temían que la llegada del bebé terminara de alejarme de ellos. Y es que yo tenía que tragarme las visitas de las indeseables amistades de mi mujer, pero mis amigos no podían poner un pie en mi casa. De hecho, asistí solo a la boda de Lily y James inventando la estúpida excusa de que unos ladrones me habían secuestrado al salir de Gringotts. Tenía que recurrir a ese tipo de extrañas estrategias para seguir viendo a mis amigos y que dejaran de insinuar que me había pasado al otro bando. Porque la verdad es que estaba un poco harto de que siempre estuvieran con el mismo tema.

- Claro, como ya no quieres nada con nosotros.- decía James con tono victimoso.

- No es que no quiera nada, es que como siga así Bellatrix va a pensar que tengo una amante y me va a castrar.- decía yo.

- No nos gustaría pensar que ahora simpatizas con los Slytherins.- amenazaba Remus.

- ¡No simpatizo con ellos! Los aborrezco¿qué creéis que hago cada vez que vienen de visita¿Qué hago chistes y canto en el karaoke con ellos? Nunca pensé que tendría que servir el té a Snivellus en mi propia casa, si me agradara hacerlo no escupiría en su taza antes de llevarla preparada desde la cocina.- me defendía yo.

- Uh, qué agresivo, escupir en la taza de Snivellus.- reía James.

- ¿Vas a unirte a nosotros? Sirius, nos vendría muy bien la información que nos puedes proporcionar, y yo sé que tú estás de nuestro lado y no del de ellos.- proponía Lily casi suplicando.

- ¿Tú quieres que me maten?- exclamaba yo.- Estoy de vuestro lado pero dudo mucho que pueda proporcionar ninguna información, porque puede que los amigos de Bellatrix sean mortífagos pero ella no lo es.

- ¿Y cómo estás tan seguro?- preguntaba Remus.

- Porque no lo es.- le miraba yo, ofendido.- Para lo único que sale de casa es para ir a las reuniones esas de marujas que prepara Narcisa de la cosa esa para cocinar, Magicmix (1) o como se llame.

- Oh¿puedes conseguirme una?- preguntaba Lily, ilusionada.

- Bueno, puede que Bellatrix no sea mortífaga, pero seguro que hablan de cosas importantes en esas reuniones, podría sernos de utilidad.- decía James.

- Nunca me quedo a escucharlas, Bellatrix siempre tiene algún antojo que me tiene ocupado dos o tres horas. ¡La última vez se le antojó morcilla de Burgos¿Sabéis lo dificilísimo que es encontrar eso en Londres?

Con eso quedaba confirmado el tópico de que a las embarazas les dan antojos de lo más extraños, desarrollaban aversión a determinados alimentos y obsesión por otros.

Al final, después de tener esa conversación cientos de veces, decidí limpiar un poco la imagen que mis amigos se habían hecho de mí y acepté a unirme a la Orden del Fénix que había creado Dumbledore, a costa de mi seguridad.

- ¿De dónde vienes a estas horas?- preguntó Bellatrix, esperándome sentada en el sofá con gesto amenazante, una de las noches que volvía de una reunión con la Orden.

- Oh, volviendo a casa cayó un rayo, éste le dio una farola que se rompió justo cuando yo pasaba. He estado inconsciente hasta que un hombre pasó por allí y me encontró.- dije con tono muy convencido, llevaba toda la noche preparando esa historia.

Se levantó y se acercó a mí con cara enfadada. La única suerte era que, a sus ocho meses de embarazo no estaba demasiado ágil y me dio tiempo a refugiarme detrás de una armadura del siglo XV.

- ¿Pretendes que me crea todas esas patrañas?- gritó Bellatrix.- ¡Eso y cosas como que te tocó una entrada para un partido de quidditch en la caja de cereales, que te atacó una mantícora en pleno Londres y pasaste la noche en San Mungo, que la red flu se estropeó justo cuando viajabas y te quedaste atrapado durante horas y miles de absurdeces como esa!

Lo único que yo era capaz de pensar era "Tierra trágame y que no se ponga ahora de parto por mi culpa."

- ¡Tienes una amante, lo sé! Hueles a otra mujer.- dijo Bellatrix acercándose a mí y oliéndome con su súper olfato.

Maldita Lily¿por qué demonios tiene que llevar ese perfume tan escandaloso?

- ¡No tengo ninguna amante! Es que… bueno, voy a decírtelo, pero que sepas que has fastidiado la sorpresa.- dije yo, sacando un paquetito.- Huelo a otro perfume porque he estado buscando un perfume para ti, pero ninguno me gustaba como el tuyo y te compré uno del que tú usas.

Bellatrix se quedó callada sin saber qué decir, observando el paquete que, efectivamente, era de su perfume preferido.

- Oh, Sirius…- murmuró, besándome y abrazándome.- ¿me haces un masaje en los pies? Llevo demasiado tiempo de pie y los tengo hinchados.

Daba igual que llevara levantada del sillón sólo cinco minutos, accedí con tal de que olvidara el tema de la amante. De todas formas ya estaba acostumbrado a su tonillo de "Siiiiiiiriuuuuus, ponme los zapatos que no me veo los pies". Al final el perfume me había salvado, en realidad se lo había comprado a Lily para que usara el mismo que Bella porque temía que un día, con su olfato de sabueso, descubriera el perfume de Lily cada vez que visitaba la casa de James.

Otro de los tópicos que se cumplían era el de que las embarazadas se ponen muy guapas. Y Bellatrix lo estaba, aunque fuera con una enorme barriga, los pies hinchados y las nada desdeñosas dos tallas más de sujetador, estaba guapísima. Hice que se tumbara, y después de hacerle el masaje intenté colocarme encima de ella, sólo que la postura era bastante complicada.

- Creo que será mejor que te pongas tú encima o acabaré aplastando al niño.- propuse.

- O acabaré aplastándote yo a ti.- dijo Bellatrix.- Va a ser un poco incómodo, Sirius. Ya estoy muy gorda¿y si es malo hacerlo con el embarazo tan avanzado?

- ¡Qué va a ser malo! No puede ser malo. Y no estás gorda, estás preciosa…

A la mañana siguiente, como era habitual, Bellatrix me despertó llamándome.

- ¡SIRIUS!

- ¿Qué quieres? Siempre Sirius esto, Sirius lo otro… ¡Me vas a borrar el nombre!- protesté porque me había fastidiado que me despertara de mi profundo sueño.

- Creo que he roto aguas. ¡Llama a tu madre o a la mía o a quien sea pero que venga alguien!

Fue oír eso y levantarme como un resorte de la cama. Me puse histérico y con tal estrés que parecía que el que se había puesto de parto era yo. En un segundo preparé una pequeña maletita con las cosas que Bella y el bebé pudieran necesitar.

- ¿Qué haces con eso?- preguntó Bellatrix, respirando agitadamente sentada en la cama.

- Vámonos a San Mungo ahora mismo.

- ¿A San Mungo?- me miró escéptica.- ¡No voy a parir en ese sitio! Daré a luz en casa, como siempre han hecho las mujeres de la familia Black.

- Pero allí es donde mejor pueden atenderte.- dije yo, asustado por si surgía alguna complicación.

- ¡HE DICHO QUE NO! Mi hijo no nacerá en el mismo lugar donde nacen los de sangre mestiza¿y si se equivocan y nos lo cambian por uno que no es sangre limpia? Avisa a alguien¡AHORA!

Con los nervios, al final acabé mandando millones de lechuzas a todo el mundo que conocía, en parte porque no sabía bien a quien avisar, y en parte porque prefería tener allí a mucha gente disponible por si pasaba algo malo. Con decir que incluso avisé a los amigos Slytherins de Bella y a Lily y James… Lily siempre ha sido una sabelotodo, seguro que también entendía de estas cosas.

En menos de una hora la casa estaba tan llena de gente que cualquiera diría que había un velatorio en vez de un parto. Mi dulce y agradable madre fue la que se ocupó de asistir el parto ya que ella misma fue la que ayudó a mi tía en el nacimiento de Bellatrix y sus hermanas. La idea no me entusiasmaba en absoluto, pero viendo la experiencia que tenía y que deseaba con muchas ganas el nacimiento de su primer nieto, desestimé la posibilidad de que tratara de hacerle algo malo al bebé. De todas formas, yo tampoco estaba en posición de darme demasiada cuenta de lo que ocurría. Estaba nerviosísimo, y si no fuera porque Bellatrix me agarraba el brazo con tanta fuerza que parecía que me lo iba a arrancar, me habría comido todas las uñas de mi mano.

Pasaba el tiempo y el dolor iba en aumento. Bellatrix estaba sudorosa por el esfuerzo y había sacado a la luz una faceta violenta. Los quejidos se entremezclaban con toda clase de insultos e improperios que jamás le había escuchado y que me dejaron sorprendido. Incluso Narcisa, que estaba allí refunfuñando con su uniforme de Hogwarts quejándose porque la había hecho salir de clase para nada, salió del dormitorio escandalizada por las cosas que decía su hermana.

Entonces me di cuenta que el dormitorio parecía el museo del Louvre en plena excursión de japoneses. Imaginé que toda la gente había acudido alarmada por los gritos de mi mujer, pero una cosa era preocuparse y otra, pasearse por allí cotilleando, poniendo nerviosa a la embarazada e impidiendo que mi madre hiciera bien su trabajo.

- ¿QUE HACE ELLA AQUÍ¡MALDITA censurado! ALÉJALA DE MI ¡QUIERE ROBARNOS A NUESTRO HIJO PORQUE LOS SUYOS JAMÁS PODRÁN TENER SANGRE LIMPIA!- gritó Bellatrix al divisar la cabellera pelirroja de Lily entre la muchedumbre.

Y la verdad es que era difícil distinguir a Lily cuando Lucius Malfoy tomaba una copa de coñac con Rodolphus Lestrange, James ponía una mueca maliciosa al ver el sufrimiento de mi mujer, Snape preparaba en un rincón una poción, imagino que para aliviar el dolor, Rabastan Lestrange se peleaba con mi hermano Regulus revolcándose por el suelo, Fenrir Greyback se relamía como si esperara un exquisito manjar, Narcisa salía de la habitación haciendo aspavientos, mi tía terminaba de tejer un jersey para el bebé y Kreacher iba de un lado para otro con una bandeja de licores. Con todo aquel jaleo era normal que Bellatrix estuviera nerviosa y no pudiera concentrarse en empujar como era debido.

- ¡LARGO TODO EL MUNDO!- grité yo, haciendo que de repente todos se quedaran callados y mirándome.- ¿QUÉ HACÉIS MIRANDO EL… "ESO" DE MI MUJER COMO SI FUERA UN CUADRO SURREALISTA¡SOLO LO MIRO YO ASÍ QUE TODOS AL SALÓN!

Uno por uno fueron desfilando hacia el salón y esperaron allí. Por fin la habitación se quedó vacía, excepto Bellatrix, mi madre y yo.

- Ya está. Ahora empuja¿vale?- dije yo acariciando su pelo empapado.

- ¡SIRIUS, DAME MI VARITA!

- No voy a darte nada, tranquilízate y empuja.

- ¡DAME MI VARITA, HIJO DE MALA BLUDGER¿TÚ SABES CÓMO DUELE ESTO¡LA PRÓXIMA VEZ PIENSALO ANTES DE DEJARME PREÑADA SI NO QUIERES QUE TE LA CORTE! CRUCIO, CRUCIO¡CRUCIOOOOOOOOOO!- gritó Bellatrix, y menos mal que ambas "varitas" estaban fuera de su alcance.

- Sirius, necesito que cojas esto.- dijo mi madre.

Me acerqué y Dios…, empecé a marearme. Entendía perfectamente que Bella lo estuviera pasando tan mal, era imposible que un bebé saliera por ahí, físicamente imposible. Además todo estaba tan… cambiado y cubierto de cosas repugnantes y…

No recuerdo más porque me desmayé y tampoco sé cuanto tiempo pasó, lo que sé es que cuando fui despertado por mi madre, mi hijo acababa de nacer, o mejor dicho, mi hija.

Abrí los ojos y estaba delante de mí, y era la cosa más preciosa que había visto en mi vida. Inmediatamente me puse a comprobar que tenía todos los miembros en el número y sitio adecuado, pues todavía tenía un poco de miedo a que saliera deforme.

- Un momento…- dije observando con detenimiento.- ¡ES UNA NIÑA!

- Ya lo sé.- dijo Bella, mostrándose un poco decepcionada.

A mí no me molestaba que fuera una niña, simplemente me había sorprendido porque teníamos tan asumido que sería varón que ni nos habíamos planteado cual sería su nombre en el caso de ser niña.

- Oh, no te pongas así, tonta.- dije yo con la niña en brazos, besando la frente de mi mujer, intentando reconfortarla por el esfuerzo.- Si es lo más bonito que existe en este mundo, mírala, se parece a ti y a mí, tan pequeñita y tan mona…

- Es lógico, tú y yo nos parecemos, somos primos, sería difícil que no se pareciera a ninguno de los dos.

- ¿Y si sale squib?- pregunté con temor, físicamente todo era normal pero nadie podía asegurar que la niña saliese con magia.

- No hay squibs entre los Black.- comentó Bellatrix, siendo corroborada por mi madre.- ¿Y qué vamos a hacer ahora¿Hacerle una operación de cambio de sexo?

- ¿PERO QUÉ DICES?- exclamé alarmado.- Nadie va a tocar a esta niña para hacerle ningún tipo de aberración o tendrá que pasar por encima de mi cadáver.

- Habrá que cambiar entonces la tradición Black, habrá que hacer que el mayor de los hijos aunque sea niña, sea el heredero.- comentó Bellatrix.

- ¿Aún no tiene ni una hora de vida y ya estás pensando en eso¡Ya lo hablaremos más adelante! Lo que tenemos que hacer ahora es buscar un nombre, no puedo salir ahí fuera y presentarla sin un nombre.- propuse yo, como un cambio de tema más productivo.

- Me hubiera gustado que sacara el pelo negro y los ojos grises, me fastidia que haya salido a la parte de mi madre y de Narcisa.- comentó Bellatrix.

- ¿Y qué más da eso? Es igualmente guapa con el pelo castaño claro y los ojos azules.- dije yo, en verdad me parecía que era la criatura más guapa del universo, incluso más que yo mismo.- ¿Cómo le vamos a poner? Ahora están de moda unos nombres muy bonitos como Jennifer, Jessica, Saray…

- ¡NO! Esta niña es una Black y no va a llevar ninguno de esos nombres barriobajeros.- protestó Bellatrix, que puede que no tuviera fuerzas pero para protestar sí que las tenía.

- ¿Qué tal Walburga como su abuela?- propuso mi madre.

- Ni de coña.- dije yo.

- ¿Casiopea?- dijo Bellatrix.

Yo me quedé pensativo, imaginando la reacción de los niños cuando mi hija fuera al colegio.

- No, imagínate que a la niña le gusta la bebida y está siempre borracha, estaría al pelo que la llamaran de coña "Casi o pea."(2)- desestimé yo.

- ¿Y Denébola?- dijo Bellatrix.

- Sí, Denébola es muy bonito, como vuestra tatarabuela, un nombre con tradición.- dijo mi madre, pareciéndole buena idea.

- Pero…- me parecía un nombre bastante Black, aunque pareciera nombre de bruja malvada.- ¿Y si la niña está gorda¡La llamarán "Bola"!

- ¿Has visto que haya algún gordo entre los Black?- preguntó Bellatrix, escéptica.- Tenemos muy buen metabolismo, Sirius, podemos comer todo lo que queramos y mantenernos delgados sin esfuerzo.

- Está bien, Denébola, más que nada porque ahí fuera estarán pensando que estamos tardando en presentar al bebé porque es demasiado horrible para enseñarlo en público.- acepté yo.

Cuando la niña estuvo presentable, ya lavada y vestida con una ropita con el emblema de los Black bordado, salí al salón a presentarla. Cuando me vieron aparecer, todos se quedaron mirando y exclamaron un "Ohhhhhh."

- Esta es Denébola Black.- dije yo, mostrando a mi hija con mucho orgullo.

Todos se abalanzaron sobre mí a ver a la niña, y con tanto agobio fue normal que la niña se pusiera a llorar. Yo no sabía qué hacer para que se callase, la mecía de un lado a otro sin ningún resultado.

- Oh, qué mona, se parece a mí.- dijo Narcisa, cogiendo a la niña e intentando que se callara sin éxito.

- No se parece a ti, se parece a mí.- dije yo, arrebatándosela.

- Oh, James, yo quiero uno.- dijo Lily observando a la niña con mucha ternura.- Qué linda.

- ¿Quieres uno, ahora?- preguntó James un poco asustado temiendo convertirse en padre responsable como yo.

- Sí, ahora.- dijo Lily.- Oye, Sirius¿estás seguro de que no es hija del butanero? Lo lógico es que hubiera sido morena de ojos grises.

Yo no le hice caso, primero porque no sabía qué era un butanero, aunque viniendo de Lily seguro que era algo malo, y segundo porque la niña no paraba de llorar y me estaba desesperando. Se la di a James para que la cogiera mientras iba a pedir ayuda desesperada a mi madre, James se la dio a Lily, Lily a Narcisa, Narcisa a Lucius, Lucius a Rodolphus, Rodolphus a Fenrir, Regulus se la quitó de las manos a Fenrir temiendo quedarse sin sobrina en un abrir y cerrar de ojos y como no paraba de llorar, se la dio a Rabastan, y Rabastan, que tampoco sabía qué hacer ante el llanto sobrecogedor, se la dio a Snape.

Y ocurrió el milagro. La niña se calló y se quedó dormida, y daba igual que Snape la estuviera sosteniendo como si fuera un puñado de babosas repugnantes cubiertas de pústulas purulentas, la niña dormía chupándose el dedo.

Cuando yo volví y vi esa estampa, me iba a dar algo.

- ¡TÚ¡QUITA TUS SUCIAS MANOS DE MI HIJA!- grité cogiendo a la niña, que empezó a llorar de nuevo.

Lo que yo no sabía era la cruz que me esperaba a partir de entonces. Si los nueve meses de embarazo habían sido una penitencia, ahora empezaba el calvario.

Oh qué mono Sirius…, me gustó hacerlo muy atento con Bella durante el embarazo y ahora que ha nacido la niña ahí súper orgulloso de su hija. La verdad es que me lo imagino como buen padre, y bueno, tampoco es que vaya a hacer que Bellatrix sea mala madre, sólo que será una madre "peculiar".

Ahora unas aclaraciones:

Bellatrix es mortífaga, pero Sirius no lo sabe ni lo sospecha. Por esa razón cuando había reuniones con los Sly siempre a Bella se le antojaba algo para mantener ocupado a Sirius. Y por otra parte¿os habíais creído lo de Narcisa y las reuniones de la Magicmix? Bueno, explico esto jejejeje. Se me ocurrió por una cosa que se llama Thermomix, que es para cocinar y que se vende a través de representantes que hacen reuniones en casa de las clientas, algo así como las reuniones de Tupperware y cosas de esas. Pues bien, evidentemente, Bella no tiene ningún interés en cosas para cocinar, ni Narcisa hace reuniones de esas de marujas para vender ese tipo de artículos ni nada de eso, es una excusa similar a las que Sirius se inventa cuando va a las reuniones de la Orden.

Lo de "Casi o pea." Bueno, aquí cuando alguien está borracho a veces se dice que "va pedo" o que "ha cogido un pedo" o algo así, por eso Sirius bromea con el nombre de Casiopea y la idea de que a la niña le gustara la bebida XDD. El nombre de Denébola lo puse porque es el mismo que Joanne puso en su fic.

Uh, ya veremos como se las arreglan como padres XDDDDD, y a ver cómo sale la niña XDDD, va a ser una niña muy divertida jijiji.

Bueno, espero reviews y sugerencias jeje, y muchísimas gracias por sus reviews a: Joanne Distte, Amny Saga ex Ignis, Paddly, Sammy Bella, Sandra Snape, Sara Morgan Black, Lia du Black, PaddyPau, CarlyMcKinnon, Angelica Malrry y Danybel.

Ah, tengo casi listo un one shot slash lemon de Sirius/James como regalito por los 200 reviews de Amores Perros, así que si alguien está interesado que esté atento, lo más seguro es que no espere a actualizar Amores perros para subirlo. Ah, espero que no os enfadéis conmigo si no contesto algunos reviews, es que como no tengo internet apenas si tengo tiempo de actualizar los fics y leer los mails. Así que os agradecería que aquellos que puedan, me dejen el review logreado para poder responder más fácil.

Pos eso, que espero que os haya gustado y ¡espero vuestras opiniones!

Besitos

Ak