Capitulo 1

Elizabeth whitlock, jamás conoció a su padre pues este había muerto poco tiempo después de que ella naciera. había perdido a su madre cuando tenía apenas 8 años y había caído en casa de su única tía. Amelia, una mujer fría e indiferente, el esposo de ella un alcohólico, el apostador llamado Josef Creed y el hijo de este Miles que era un joven problemático tres años mayor que Elizabeth. Pasaron 9 años y la joven se había convertido en una belleza, tenía unos enigmáticos ojos almendrados color Avellana, pestañas largas, nariz pequeña y labios espantosos en un rostro ovalado enmarcado por un cabello negro tinta ondulado poco más abajo de los hombros, tenía la piel muy blanca y pequeñas pecas pálidas salpicaban su nariz y mejillas.Apenas llegó al metro sesenta y tres de estatura y tenía un cuerpo bien proporcionado, como un reloj de arena suave. Elizabeth se encargaba de las labores de la casa como compensación a sus tíos,había pasado 4 años trabajando en una pequeña cafetería y ahorrando la mitad de su sueldo( lo que no le quitaban en casa) para con ayuda de la hija de su jefa una abogada llamada Carol poder emanciparse y poder irse a la cabaña de su bisabuelo en el pueblo de Forks, la casita le había sido legada junto a una pequeña cantidad de dinero de su renta, además de una cantidad extra de dinero y una propiedad en Texas aunque estás últimas sólo podrás cobrarlas en cuanto fuera mayor de edad, si tuvieras mucho cuidado con el dinero y conseguia un empleo podría terminar el instituto y entrar a una universidad con una beca.con eso en mente se estaba caminando a casa despues del trabajo,

—Tía Amelia que sucede?- preguntó elizabeth con sorpresa, la mujer la miró y rodó los ojos

—¡Me largo de aquí niña! Conocí a alguien que me daría una mejor vida

—P-pero que pasara conmigo?- dijo la joven sorprendida tomando a la mujer del brazo

—Ese no es mi problema, ya cargue muchos años contigo además- dijo tendiendole una carpeta que tenía en la mano de la maleta — llegaron tus papeles de la emancipación, así que no te hagas la tonta- y se sacudió del agarre de la chica camino un par de pasos se detuvo a mirar a su sobrina y chasqueo la lengua con fastidio

—Si eres lista saldrás de aquí a más tarde esta noche, cuando Josef salga y antes que regrese- después de eso caminó a paso rápido perdiéndose al final de la calle.

Elizabeth tuvo un mal presentimiento y haciendo caso a el entro a prisa a su pequeña habitación, tomo un par de cambios de ropa, su bolsa de dormir, todos sus ahorros que estaban escondidos en un azulejo hueco bajo la percha donde colgaba su escaso guardarropa y junto a sus papeles metió todo a la mochila cuidando no olvidar sus tabletas de glucosa y dejó todo junto a la ventana del cuarto, bajó a la cocina por unas pocas provisiones pero justo cuando abría la puerta de la alacena Josef que había estado en su cuarto durmiendo entro a la cocina furioso

—Esa maldita zorra de tu tía se largo y se llevó mi dinero, el maldito dinero con el que le iba a pagar a Mickey bonet lo que le debía- Josef soltó una tremenda bofetada a elizabeth partiéndole el labio y tirándola al suelo la chica acostumbrada a esos arranques trato de no moverse. Josef parecía furioso y trastornado.

—Si no pago a Mickey ni una parte de lo que le debo estoy en problemas serios- murmuraba mientras elizabeth no se atrevía a moverse de su lugar por miedo a otro ataque, de repente Josef la miró como recordando algo y sonrió de alivio

—Tu me vas a sacar de este problema, después de todo te acogí cuando tu madre se murió y no eres nada mío, a Mickey siempre le gustaste, seguro que me perdona las deudas a cambio de ti...- el hombre tomó con fuerza a la horrorizada joven del brazo y la sacada de la cocina

—Miles vigila a elizabeth hasta que regrese y que se arregle un poco- le molesto al joven rubio que miraba todo desde la puerta de su cuarto con indiferencia, elizabeth se dejó caer en el sillón del saloncito temblando, Josef la quería vender a un hombre de cuarenta años que siempre la miró con lascivia, Miles tomo asiento a su lado y le puso el cabello tras la oreja, la joven lo miró con sorpresa, él nunca le dirigía la palabra ni tenían contacto de ningún tipo, sería que por fin en esa casa alguien le mostraría consuelo y empatía?

—Es una verdadera lástima que papá te deje ir con Mickey, siempre fuiste una niña bonita pero estoy últimos años bueno...todos creen que eres la chica más guapa del lugar - comentó Miles mientras deslizaba su mano desde el hombro de la joven por su brazo hasta su pierna

—Bueno ya que te va a regalar así sin más, no creo que le moleste si yo te tomo antes- apretó el muslo de la chica y la miró con una sonrisa enfermiza.

—Mi-miles que dices?- Elizabeth le empujó por los hombros- prácticamente somos hermanos, nos criamos juntos.

—Por favor Elizabeth no somos nada, y últimamente no puedo dejar de pensar en ti, tanto, todos mis amigos de hecho pero yo soy el único de ellos que podré probar,coopera te conviene, no creo que el bruto de Mickey tenga consideración contigo y yo seré amable si no te resistes- se lanzó sobre la chica besándola mientras ella forcejeaba y le pedía parar llorando, Miles traía de abrirse paso entre su ropa manoseando toscamente.

La chica tomó aire y con todas sus fuerzas logro patear a Miles en la entrepierna quien aulló de dolor y cayó a un lado, Elizabeth aprovechó y corrió atrincherado en su habitación

La chica tomó aire y con todas sus fuerzas logro patear a Miles en la entrepierna quien aulló de dolor y cayó a un lado, Elizabeth aprovechó y corrió atrincherado en su habitación

—¡Maldita hija de perra! - chillo dolorido el joven desde la sala, Elizabeth apenas lo escucho. tomo su mochila se puso el abrigo y temblando abrió la ventana de su cuarto, no era tan alto así que trepó al árbol cercano y bajo sin tanto problema, ni bien se puso de pie en el suelo comenzo a correr por los callejones en direccion a la carretera,que iba a hacer? No llevaba tanto dinero, pensó en la push, después de todo el año pasado la habían invitado a regresar cuando quisiera, pero no quería ser una carga. Tenía que llegar a Forks, la cabaña de su bisabuelo debía estar vacía, eso podía servirle para empezar de cero. paró en una tienda por una botella de agua para tomar una tableta de glucosa, al salir descubrió a una pareja mayor caminando a su camioneta, a la mujer se le había caído si cartera, así que elizabeth la tomó y se acercó a ella

—Disculpe señora, se le cayó su cartera- dijo la chica apurada

—¡Oh linda gracias! ¡Aquí tengo todo lo importante! Déjame compensarte- dijo la mujer agradecida

—No hay por qué fue un gusto, a menos que...si no es molestia podría darme un aventón?- preguntó elizabeth esperanzada

—Bueno querida nosotros nos dirigimos a la push, si vas por ese rumbo con gusto te llevamos verdad Philip?- dijo la mujer mirando a su esposo

—Claro voy camino a a-forks- respondió Elizabeth casi sin creer su buena suerte.

—Muy bien, y como te llamas ya qué vas a forks?- preguntó el hombre

—Me llamo Elizabeth whitlock vine aquí con unos amigos pero me dejaron sola y perdí mi teléfono- invento la chica

—pobrecita mía- exclamó la mujer

—Estos jóvenes bueno niña al menos esto te servirá como lección sobre escoger tus amistades- dijo el hombre palmeando su hombro, los tres subieron a la camioneta y partieron, los señores amablemente la dejaron descansar sin preguntar más a excepción de ofrecer agua o algún bocadillo ,después de poco más de tres horas despertó, la mujer le llamó

—Elizabeth, Philip y yo no queríamos dejarte tan lejos de tu casa, ya estás oscureciendo, paramos en un restaurante, ¿estarás bien aquí?- preguntó

Elizabeth miró a la calle frente a ellos estaba un restaurante de apariencia familiar. El Carvet café.

—No se preocupen aquí está muy bien, llamaré para que pasen por mí, realmente se los agradezco- respondió la joven, una vez bajó del coche, la pareja se fue. Comenzó a caminar a buen paso tenía que tratar de llegar a la cabaña antes de que se pusiera tan oscuro que le costará encontrar el lugar o la temperatura bajara mucho, la ropa que traía no era tan abrigada, tras una hora por la carretera y media más dando tumbos en el bosque logro encontrar la pequeña cabaña, había estado sola un año completo sin nadie que la rentara. la hierba le llegaba a la rodilla a elizabeth, forzó la puerta y entró, todo estaba lleno de polvo y necesitaba ventilación, abrió con dificultad a la mitad una ventanilla, la casita constaba de una cocineta, con una mesita,dos sillas y un pequeño mini frigobar tan alto como una botella de vino, una chimenea frente a la cual había una mecedora, una cama individual con un baúl a los pies y un baño, todo diminuto. La cabaña tenía muchas cosas que arreglar pero aún así se sintió más en casa que nunca, aún había algo de leña y el viejo pedernal junto a la chimenea, aunque estaba agotada se apresuró a encender la leña para calentarse e iluminar, suspiro, si tuviera la habilidad de su madre tiene fuego con solo mover los dedos. La cabaña tenía un generador de energía a base de gasolina pero estaba muy oscuro para revisar si funcionaba, ya lo haría mañana. Sacudió bien la cama para quitar polvo y posibles bichos y terminando de hacer eso puso su saco de dormir en la cama, se metió en el y con todo el cansancio mental y físico cayendo de golpe sobre ella se durmió profundamente. .